Partida Rol por web

A Sangre y Fuego (Conan RPG)

Shadizar, la ciudad del Pecado.

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03/11/2011, 21:46
Hundra

La fachada apago la voz de la barbara quien evito tanto mirarla que termino "chocando" en la puerta con un hombre enorme de cabellos largos y descuidado aspecto.

Hundra se paro en la puerta y miro de reojo a aquel tipo extraño con el que casi se habia chocado. Se hizo a un lado, casi tapando a Eban en un gesto protector y le cedio el paso con cortesia a aquel tipo, pensando que era mejor tenerlo delante que detras.

- Adelante.- dijo con una sonrisa sin perder de vista a lo que considero un borracho. Pero sus ojos le recordaban demasiado a la expresion que tenia su vieja enemiga cuando utilizaba el loto negro para evadirse del mundo.

Su mano tanteo la empuñadura de su arma. Nunca se podia estar segura de cuando podria resultar peligrosa una persona en su estado.

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04/11/2011, 02:38
Tulio

Tras disfrutar de la vida como si no hubiera mañana tulio se relajaba observando como su cuerpo se arrugaba y el agua se enfriaba lentamente. La invitación de Petruso se hizo de rogar pero tulio la agradecía pues no tenía intención de pedirle su colaboración pues esperaba que él se la ofreciera.

Si, acudiré al dragón rojo. Tengo curiosidad por el ofrecimiento del hombre misterioso y si tú  vienes conmigo repartiremos las ganancias. Eso si, siempre y cuando el trabajo no sea excesivamente peligroso.

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04/11/2011, 14:09
Vonotar el Traidor

-Ah... -murmulla el individuo más para si que para otra cosa, observando primero a la mujer, y después al hombre- taní al bal... si... al bal Y como le han dejado paso, pues sale de la taberna. En el exterior parpadea un par de veces bajo la luz cegadora del brillante sol. Mira para un lado, y luego para otro. Parece que se lo piensa, o que no se acuerda de qué camino tomar; pero se decide deprisa y echa a andar. A los pocos pasos se para, gira la cabeza y mira a la pareja, niega con incredulidad, y continua su camino.

Notas de juego

El espadon lo lleva a la izquierda de la cintura (creo que es factible)*, y tambien lleva a la izquierda de la cintura una segunda espada más pequeña. En la parte frontal del cinturón un cuchillo, y a la espalda un escudo. Colgado del hombro mediante correas tiene un zurrón, un arco de caza y un carcaj con flechas.

MASTER: * No lo es si pretendes poder caminar o no quieres tropezarte todo el rato, lo suyo es llevarlo a la espalda.

 

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04/11/2011, 22:50
Hundra

Hundra no perdio de vista a aquel tipo, cuando se aseguro de que no la oiria susurro a Eban.

- Este tipo no me gusta, apesta a problemas tanto como a alcohol.- comento entrando en el local.

-Si no te importa busquemos una mesa desde la que se vea la puerta... por si acaso.-pidio desconfiada y se permitio lanzar una ojeada dentro, barriendo con la vista a los parroquianos del local.- Este sitio no me trae ningun buen recuerdo, sentemonos, bebamos y a ver que pasa.

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05/11/2011, 00:02
Director

Una vez solventado el problemilla en la puerta, los dos entrasteis en la taberna.Todo estaba como lo recordabais, aunque tal vez mas vacío que de costumbre, pues nunca habíais entrado tan pronto en el local.

Un conjunto de palcos y balcones de madera se mostraban ante vosotros  y en el piso superior, donde había mesas y sillas para los clientes comunicándose con la planta inferior con más escaleras estrechas. Uno de los balcones interiores del local estaba equipado con instrumentos de percusión y de cuerda demasiado pesados para moverlos tras cada actuación. Los demás balcones ofrecían una vista privilegiada del escenario que había en la planta inferior.

Junto al escenario había algunas mesas arrimadas a las columnas que sostentanban los pisos superiores, con gente esperando en ellas a que la actuación de danza y música comenzara.

Tras la barra, reconocisteis a Maldiz, el encargado de la barra que estaba ocupado sirviendo copas de aguardiente con la única mano que tenía entera. En total habría unas quince personas en el local, contando borrachos, gente adinerada, mozas de taberna y mercenarios. Como era costumbre, más avanzada la noche noche, el espectáculo empezaría y la gente se agruparía en masa para verlo, beber yo cerrar pactos oscuros en la intimidad de los palcos.

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05/11/2011, 00:47
Vonotar el Traidor

Olvida lo del Sniper, tengo un plan mejor y más simple. Lo que hace Vonotar ahora es seguir a su patrón adonde quiera que este vaya, y volver a la taberna un poco antes de que empiece el bailecito. Solo que como dices que haces un post de mediodia, y luego un post de noche, no se muy bien si es posible hacer ambas cosas o solo una.

Notas de juego

MASTER: Si si, puedes hacerlo. Seguirlo hasta que sea media noche (o casi) y luego volver para cumplir el encarguete, si quieres.

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06/11/2011, 01:14
Hundra

Camino hasta la barra para pedir las bebidas y llevarlas despues hasta una mesa pensando que es mas rapido que nos sirvan de ese modo que sentarse y esperar, tal vez para no estar quieta en aquel sitio que le rodeaba con demasiado recuerdos. Aun tenia la sensacion de que Perla saltaria al escenario a hacer su numero.

- ¿Que vas a tomar tu, Eban?.- pregunte al matasanos y al responderme pedi eso mismo para Eban ademas de un té frio para mi.-Si, he dicho té para mi.- Repitio ante la mirada del hombre, aun intentando convencerse a si misma de que el alcohol quedaria fuera de sus habitos por una temporada.

Despues tomo las bebidas y busco una mesa vacia donde sentarse con Eban.

- Tendremos que esperar un poco, para divertirnos y para buscar trabajo, esto aun esta muy muerto.

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06/11/2011, 15:03
Eban

La conversación con Hundra me había dejado pensativo. La llegada a la taberna me había impedido contestarle si aceptaba o no su oferta. Agradecía al destino por ello ya que no estaba seguro de cual sería la mejor opción.

Tan concentrado iba que no vi al hombretón que nos encontramos en la puerta. Cuando reaccioné ya era tarde, casi lo habíamos chocado. por suerte Hundra tenía los reflejos rápidos y actuaba mucho mejor que yo. Me sentí una niñita cuando me protegió con su cuerpo, pero la verdad era que si al tipo ese se le daba por iniciar un combate, yo para lo único que iba a servir, era para estorbar. Por suerte pasó sin desatar ninguna pelea, aunque esos ojos vidriosos indicaban que no le faltaba mucho para liarse con el primero que se le cruzara.

Entramos a la taberna y estaba casi tal cual la recordábamos, sólo que más vacía. No era de extrañar..., aun era temprano y desde los sucesivos intentos de usurpar el trono por parte de los nobles, ya no había tanta gente disponible para holgazanear y beber desde temprano.

-No te preocupes, ya llegarán mercaderes, nobles en busca de brazos a su servicio, hombres y mujeres en busca de un poco de evasión para sus miserables vidas. Mmmmm, pídeme una cerveza liviana, ya veremos como sigue la jornada.

Sonreí ante la cara del tabernero cuando vio que Hundra no pedía alcohol para si misma. Aunque ella quisiera negarlo, la posibilidad de ser madre se la estaba tomando muy en serio... realmente si se daba el caso, lo haría muy bien.

-Sigamos conversando mientras llega más gente. Aún te debo una respuesta ¿verdad?

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06/11/2011, 15:34
Hundra

Hundra se sento y dio un sorbo de esa cosa que tenia un color parecido a la cerveza pero sabia infinitamente peor, al menos estaba fresco. Penso que si eso era lo unico que podria tomar durante nueve meses terminaria por volverse loca.

- Si, me gustaria oir tu respuesta.- dijo zunciendo el ceño ante el sabor extraño del té.- Seguro que es mas agradable que este orin.- murmuro dejando su bebida en la mesa.- ¿Como puede la gente beber esta... cosa?

 

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07/11/2011, 19:54
Eban

Sonreí ante su comentario. Nunca llegaría a acostumbrarse al sabor del té, pero podría resistirlo.

-Es bastante insípido a decir verdad. Pero tiene unas cuantas propiedades buenas para la salud... y si toca tomarlo durante un tiempo, mal no te hará. De todas maneras, aún no es seguro que debas dejar el alcohol de lado. Hasta que estés segura, tómalo como una exploración cultural, jajaja.

Di un trago largo a mi copa antes de continuar. -La verdad es que no sé en que me estoy metiendo con esto... o si ya me he vuelto loco... o si la sangre nómada vuelve a picar... pero creo que iré contigo cuando partas. Aún hay mucho por aprender en esta ciudad, pero los tiempos se han vuelto demasiado violentos y si bien estoy trabajando como nunca, siempre queda el riesgo de que alguien nos ubique en el palacio la noche en la que Perla asesinó a Oshrik y no me apetece ver mi cabeza en una pica. De paso, si tienes que continuar bebiendo té frío, te vendrá bien mi compañía... aunque más no sea para darte charla- guiñé un ojo mientras observaba a mi alrededor. Aunque no tenía por qué esconderme, desde los sucesos en el templo de Derketo prefería ir con los ojos bien abiertos, sobre todo en lugares como ese.

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07/11/2011, 20:08
Moraine Streissdyn
Sólo para el director

Sonrío al ver mi imagen en el espejo. La fase uno ha terminado. Ya parezco alguien más. Sin embargo, todavía faltan detalles que mis instrumentos no me pueden proporcionar. Esos detalles, aquellos que le dan vida al personaje deben aflorar antes de que cruce por la puerta del Dragón Rojo para que mi cliente vea a la anciana que espera encontrar y no a un burdo actor de feria.

Me miro, me pienso, me pongo en la piel de una mujer que hasta ahora no existe, pero que está por ver la luz en Shadizar. Anahissa. El nombre llega a mí solo, arrastrado por la brisa del atardecer. Anahissa.

Los nombres son poderosos, encierran una historia, moldean una forma de ser. Anahissa es una mujer entrada en años, que camina lento, aquejada por dolores de huesos en sus caderas. Ha sido madre de tres y abuela de ocho. Ha enterrado a dos esposos y al mayor de sus hijos, pero aún le quedan su nuera, sus dos hijas y los hijos de las tres. Su voz es amable, su sonrisa, cálida. Ha llevado una vida dura, por eso su rostro curtido la hace ver mayor de lo que en realidad es.

Poco a poco voy entrando en su cabeza. Puedo ver que en su juventud no fue hermosa, pero sí era agraciada. Desde niña ha trabajado en la manufactura de pan, levantándose antes de que el alba anuncie su llegada para el amasado y el horneado, para luego venderlos por la calle en forma ambulante.

Ha llevado una vida honrada, sin pretensiones, contenta de tener algo que comer en su mesa y a los que quiere cerca. Sin embargo, desde que la ciudad ha caído en el caos de la acefalía ha tenido que buscar una nueva manera de ayudar a los suyos. Esta noche será la primera vez que actuará como informante.

Anahissa. Repito una vez más en mi cabeza. Doy unos cuantos pasos dentro de mi guarida para adaptarme a su andar, para sentir el mundo desde su óptica y ancianidad, respiro, me muevo, pienso como ella.

La noche alcanza a Shadizar. Las sombras se funden unas con otras. Espero a que no haya ojos en mi calle para salir de allí y fundirme con la ciudad, ser una simple habitante más, una que por primera vez en la vida se está metiendo en un riesgo que no puede medir. Dejo de ser yo.

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07/11/2011, 20:22
Anahissa

Era esa hora en la cual los trabajadores volvían de sus puestos rumbo a sus casas en busca de un plato caliente, los puestos de los mercados hacían sus últimas ofertas de la jornada hasta la mañana siguiente, las putas asomaban descaradamente en busca de clientes. Era la hora en la cual, la ciudad, se volvía un hormiguero. A esa hora, la mujer salió a la calle principal y se mezcló entre la gente que iba y venía.

Su andar era lento, aunque no tanto como se esperaría de alguien de su edad. Apenas renqueaba, tal vez producto de alguna dolencia en sus huesos, tal vez alguna lesión que nunca terminó de sanar. Sin embargo sus pasos eran constantes y seguros.

Caminó unas cuantas manzanas hasta llegar a la plaza. Allí, buscó un banco donde descansar unos momentos. Era tarde para estar de paseo, pero ella no tenía apuro. Hoy, nadie la esperaba en casa.

Miró a los transeúntes ir y venir durante un rato. El viento cálido le acarició el rostro y ella, disfrutando el momento, cerró los ojos y sonrió. Sin embargo esa sonrisa duró poco.

Aún era temprano pero su estómago estaba hecho un nudo. Estaba a punto de meterse en problemas y lo sabía. Por suerte, nadie en su familia estaba al tanto de lo que pensaba hacer. Era demasiado arriesgado ponerlos al tanto, además de que, de haberlo sabido, no la hubieran dejado participar.

Pero los tiempos habían cambiado y necesitaban el dinero. Ella ya había vivido su vida así que tenía poco que perder y mucho que ganar. Y si todo salía bien, sus nietos se lo agradecerían en el futuro.

Una vez más, su vista se perdió entre los ires y venires de los habitantes de aquella peligrosa y fascinante ciudad. Hasta la medianoche, no tenía mucho más para hacer.

Notas de juego

Post como Anahissa

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07/11/2011, 20:29
Hundra

Hundra paso la vista a su alrededor sin ver nada que le interesara o le gustara.- No estaria mal si se le pudiera añadir algo fuerte... pero entonces ya no podria beberlo. Respecto a la exploracion cultural ya tuve bastante con "bit", apartir de ahora prefiero centrarme en mi propia cultara.- dijo pensando en cuanto le gustaria encontrarse con un compatriota que le hiciera olvidar varias veces en la misma noche, a ser posible.

- Por lo demas, me alegra que te decidieras por compartir nuestros caminos. Aunque solo sea por un tiempo, sera divertido.-dijo alzando la jarra para dar otro sorbo. Seguia sin gustarle...- Ese tema que nombras tambien es un buen aliciente para sacar el culo de este agujero cuando antes, sobretodo porque a dia de hoy tampoco yo tengo muy claro que paso ni quiero saberlo.

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19/12/2011, 12:59
Director

La persecución fue rápida y sencilla. Jamás pensaste que alguien que viviera en la Ciudad de los pecados podría ser tan descuidado. Ni una mirada atrás, ni una parada estratégica, ni ningún rodeo para asegurarse de que no le siguieran. O aquel tipo era muy confiado o muy estúpido.

Al salir del Dragón Rojo, fue tranquilamente dando un paseo por el Maul, evitando con cierta gracia meter sus zapatos en ningún charco de barro o heces hasta salir de allí encaminado al distrito de los comerciantes. Allí ya no tenías tantas esquinas y rincones oscuros desde los que acechar, pero la multitud te ayudaba a confundirte.

El tipo con aspecto de noble visitó diferentes comercios. Una herrería, una carnicería, un calderero y un dentista. Sería muy imprudente entrar a cualquiera de ellos para observar a que se dedicaba allí dentro, pero un ojo avispado como el tuyo se dio cuenta de que cada vez tenía la bolsa mas llena. Entonces se dirigió a un puesto en la calle. Un tenderete de madera cubierto con telas de colores donde vendían baratijas y ornamentos, fruta y verdura manchada por el moho y hiervas troceadas para hacer infusión. Allí no te quedó duda alguna de lo que estaba haciendo. Tras una charla distraída, el tendero le entregó al noble una pequeña torrecita hecha con monedas de plata. Soborno o extorsión, eso daba igual. El noble lo metió en su bolsa con desenvoltura y se encaminó de nuevo al Maul.

Allí parecía ser mas consciente de lo que estaba haciendo. Evitó las zonas mas peligrosas o donde podrían atracarlo. Se detuvo ante una casucha destartalada y llamó a la puerta con una secuencia determinada. Trataste de recordarla, pero perdiste el ritmo. Un hombre con aspecto desgreñado, demasiado delgado como para estar sano y con las ropas sucias y rotas le intercambió la bolsa donde el noble llevaba las monedas por un pequeño paquetito de tela enrollada sin decir palabra alguna.

Un segundo después, la puerta estaba cerrada y el noble se largaba de allí con el paquete bien escondido en el interior de su chaqueta hacia el distrito de los templos. Allí se reunió con un sacerdote, en el patio exterior del templo de Annu.

Tuviste que trepar por un árbol cercano, aprovechando la oscuridad de la parte trasera del templo, ahora que el sol ya estaba dormido. Encaramado a la tapia, pudiste ver como un sacerdote,de largas barbas blancas y barriga incipiente del culto de Annu, el dios del cielo y las estrellas, probaba el contenido del paquetito esnifando una pequeña porción con la uña del dedo meñique. Satisfecho por el resultado de la droga en sus pulmones y su mente, le entregó al noble una hoja de pergamino. El noble la ojeó sin mucha atención, sonrió, y la guardó de nuevo en su camisa.

Lo esperabas de nuevo a la salida del templo, se dirigía al distrito noble. Sabías que esa era la ocasión que necesitabas para cogerlo a solas. El barrio noble está muy vigilado. Cuando acelerabas los pasos para alcanzarle por la espalda te detuviste al ver como un grupo de seis hombres armados con alabardas y embutidos en trajes de cuero reforzado se acercaban al noble. Hablaron desenfadadamente y con una palmada en el hombro, los siete se marcharon de nuevo al distrito de los nobles y adinerados.

La noche ya estaba avanzada, y el espectáculo de danza del Dragón Rojo ya habría empezado. Tenías que darte prisa en volver, si querías cumplir tu encargo.

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19/12/2011, 13:42
Petruso

Bajo la luz de la luna recorristeis aquella repugnante ciudad, a la que poco a poco empezabais a coger cariño. Las calles del Maul eran uno de los sitios mas peligrosos. Cualquiera podía ser apuñalado por solo un puñado de monedas, o por ver lo que no debía, pero vosotros sabíais moveros entre ese tipo de gente. Nadie le toca los cojones a otro cuando aparenta ser peligroso.

La resaca ya empezaba a aminar y vuestra mente se despejó un poco por el frescor del desierto que se filtraba en la ciudad. Tu y Petruso llegasteis al vuestro destino en apenas una hora. El Dragón Rojo.

La fachada del edificio era tal como la recordabais. Un caserón de piedra de cantera cubierta vagamente con argamasa pintada de rojo claro y un tejado de piezas de arcilla verde. La pintura estaba desquebrajada en algunos puntos y muy desteñida por el sol, pero aun se reconocía el símbolo del local. Un larga sierpe de piel escamosa y garras afiladas se enroscaba al edificio, quedando con las fauces abiertas junto la puerta. Tenía pintados unos largos bigotes y una cresta peluda que lo recorría entero hasta la punta de la cola.

Era la fiel representación de lo que los orientales, en la lejana Kithay, llamaban dragón, pero no se parecía en nada a los descritos en los cuentos que habíais escuchado de niños sobre enormes monstruos alados que escupían fuego.

-Qué? entramos o que? Dijo Petruso que sostenía la puerta del local mientras tu examinabas el exterior. De su interior llegaba una suave música de gaitas y diferentes tipos de timbales, un agradable calor rojizo de las lámparas de aceite y los olores de alcohol y orín típicos de una taberna.

Notas de juego

Sigue.

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19/12/2011, 13:54
Director

 Ambos bebíais con moderación al principio, pero el instinto bárbaro de Hundra fue mas fuerte de lo que pensaba, y solo tras ser convencida por Eban sobre la nula necesidad de estar sobria en el estado en que tal vez se encontrara, Hundra desechó gustosa aquel brebaje asqueroso y empezó a beber cerveza suave. Hasta pasados los dos primeros meses de gestación no había peligro.

La tarde se os escurrió entre los dedos entre bromas y chistes, buscando compañía interesante y repeliendo a los borrachos o moscones que trataban de hacerse el Don Juan con poco o ningún éxito.

Os disteis cuenta de lo tarde que era cuando los músicos empezaron a ocupar su lugar en las gradas del primer piso, afinando cada uno su instrumento. Las camareras del local colocaban elementos decorativos en el escenario y la música pronto empezó a sonar. Gaitas, platillos y timbales de cuatro tipos diferentes trazaban un entramado de acordes y notas que os absorvieron por unos segundos y dejó a toda la clientela en silencio.

Poco a poco, una muchacha a la que ya habíais visto subió al escenario, con ritmos suaves y delicados, al ritmo de la música, se colocó en el centro del escenario. Distraídos, os pareció una buena idea subir a la primera planta y ocupar uno de los balconcitos de madera que hacían las veces de palco.

Reconocisteis a la bailarina que sustituyó a Perla hacía un mes. La muchacha había mejorado su técnica, pero los signos de una adicción a la resina de loto empezaban a dejar secuelas en su mirada perdida y sus dientes blanqueados.

Notas de juego

Editado,

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20/12/2011, 00:26
Vonotar el Traidor
Sólo para el director

-Hum... -murmuraba para si desde su escondrijo, mientras se mesaba la barba con una mano- Del kadit nam holunam... ba dit nanú? -pero algo interesante si que había obtenido al fin y al cabo: el contacto de droga. Pronto le haría una visita nocturna, pensó para si sonriendo-.

Se le estaba echando la noche encima. Ahora que no tenía necesidad de esconderse, corrió como una exhalación en dirección a la Taberna del baile; por el camino más corto, pero sin meterse en barrios demasiado peligrosos de los que no volvería a salir. De vez en cuando atajaba trepando por muros y luego saltando por encima de ellos. Y si para llegar antes tenía que hacer parte del recorrido por los techos de las casas de adobe, lo hacía sin dudar, y sin ser visto.

(...)

Cuando se estaba acercando por fin a la taberna, se detuvo a la entrada de un callejón el tiempo justo para recobrar el aliento y limpiarse el polvo y la arena de su bronceada piel. Debidamente acicalado, se puso un cigarro previamente liado en la boca, no pareciendo más que se había revolcado en el suelo como un vulgar zuagir.

Tras eso, anduvo con paso majestuoso y casi sobrio las últimas docenas de metros que le separaban del local, antes de colarse dentro. En el interior encendió el cigarro con una antorcha, y se puso a buscar distraidamente a su victima. Sabía que estaba en el piso superior acompañado de dos chacales. No quería que sospechasen, así que le bastaba con echar un vistazo sin ser visto.

Su plan era sencillo, esperaría a que todo terminase y el gordo volviera a casa por las calles de Shadizar. Una vez fuera, le emboscaría en algún callejón y le sacaría las tripas a tajos.

Notas de juego

¿Te parece si cambiamos la dote de competencia con espadon de los hiborios, por competencia con el tulwar? Más que nada es porque me mola más el tulwar en una ambientación oriental, y porque ese si que le puede llevar a la cintura.

Se que es un cambio un tanto raro, pero después de ver algunos suplementos de Conan donde hacen cambian unas reglas por otras semejantes sin ton ni son, creo que esto es razonable.

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20/12/2011, 15:33
Hundra

Sin duda la tarde mejoro cuando cambie el agua teñida por una bebida de verdad. Conte a Eban algunos chistes de mi tierra natal y nos divertimos. De vez en cuando aparecia algun tipo pretendiendo mi compañia, nada que mereciera la pena ni el esfuerzo. Posiblemente me estuviera volviendo mas selectiva incluso que antes.

Decidimos cambiar de mesa para ver el espectaculo, por mi parte no tenia ninguna gana de ello, me recordaba aquella aciaga noche y la chica que intentaba suplirla era una pobre sombra. Me quede seri y aparte la vista de ella, la primera vez me habia impresionado ver el numero de Perla... Joder, ese nombre me perseguiria a la eternidad, la venganza mas amarga... no obstante hice lo que debia. Me dije a mi misma mirando a mi jarra.

No importaba que dijera Eban, tampoco queria pasarme con el alcohol, una o dos jarras...no mas.

La musica me recordaba esa noche, a mis compañeros sentados juntos... a él... despues todo se habia ido a la mierda, todos muertos o jodidos... y bien jodidos.-pense mientras daba otro trago corto, paladeando la bebida.

- ¿Te he dicho ya que odio este sitio?.-pregunte a Eban sin querer alzar la vista, no queria ver a la maldita imitadora plagiando el numero de Perla. Tenia ganas de tirarle la jarra desde el palco y abrirle la maldita cabeza para que dejara de imitarla....

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20/12/2011, 15:55
Grenal

Tenues y suaves, los sonidos de sus pasos se acercaron más y más. La música los enmascaró durante largo rato, hasta que solo se encontraba a unos metros, pero el roce de los zapatos contra el suelo es uno de los primeros sonidos que uno debe reconocer en Shadithar si espera seguir vivo.

Con recelo y con la mano en la empuñadura observasteis al hombre que se acercaba silenciosamente a vuestra mesa. Era un hombre entrado en años, seguramente de Ophir o de Koth por sus rasgos faciales, de cabello oscuro deslucido por las canas y la nula dedicación a su cuidado. Iba vestido con una sencilla túnica negra, tan gastada como él mismo, que se ceñía al prominente vientre del hombre con una humilde cuerda de cáñamo trenzado.

Al veros alarmados, el hombre levantó las manos en gesto tranquilizador, como batiendo el aire con cuidado.

-Tranquilos... Me dijeron que la que iría disfrazada sería ella, no tu. Dice haciendo un cómico gesto al señalar el turbante de Eban.

Qué tal si os relajáis un poco y hablamos de negocios, eh? Puedo sentarme? Tengo los pies destrozados y un trago me vendría muy bien... Su voz era calmada y tranquila, rasposa por los pasos de la mala vida y el frío nocturno del desierto, pero su ancho abdomen dejaba bien claro que no pasaba hambre.

Un tipo extraño. Una mezcla entre vagabundo y sacerdote. De hombre deleznable y abuelo afectuoso. No llevaba armas a la vista y no parecía agresivo.

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25/12/2011, 21:53
Director

En el interior del Dragón rojo, los clientes iban entrando y ocupando sus típicos lugares. El local era un edificio de tres plantas, se accedía desde la calle al piso intermedio. En ese y en piso superior  un conjunto de palcos y balcones de madera ofrecía a los visitantes algo de distinción y buenas vistas del espectáculo del piso inferior. Se comunicaba con el piso inferior por numerosas escaleras de madera, por las cuales camareras esquivaban pellizcos y borrachos para repartir las bebidas.

En la planta inferior, las mesas se arremolinaban junto las columnas y la barra. En el centro, en el escenario de decoración oriental y algo tétrica para el gusto de muchos una actuación de danza distraía a los clientes mientras los músicos tocaban desde el balconcillo habilitado para ello.  Gaitas, platillos y varios tipos de timbales sonaban desde el primer piso, mientras la bailarina hacía oscilar su cuerpo rítmicamente. Su técnica era depurada, pero un observador atento podría darse cuenta de que la muchacha arrastraba una larga adicción a alguna sustancia que estaba dejando mella en su cuerpo.

Algunos reconocisteis a Maldiz, el encargado de la barra que estaba ocupado sirviendo copas de aguardiente con la única mano que tenía entera. Para aquel entonces ya había más de cincuenta personas en el local, contando borrachos, gente adinerada, mozas de taberna, ladrones, traficantes y mercenarios.

El Dragón Rojo era un lugar extraño. Un punto de reunión entre el lejano oriente y occidente, entre ricos y pobres, jóvenes vagabundos o viejos apolillados. Gente de todo tipo se agrupaba en masa para ver el espectáculo, beber o cerrar pactos oscuros en la intimidad de los palcos.

Notas de juego

La verdad es que no he encontrado ningún video mas acertado, pero bueno, podéis usar vuestra imaginación, verdad?

Ahora mismo estáis todos en el mismo local, pero eso no significa que tengáis que postear para todos. Si hacéis cosas evidentes o que llaman la atención, si, pero si habláis con discreción, elegid los destinatarios adecuados...