Partida Rol por web

Habéis estado siguiendo el mapa desde hace horas, explorando lo que se os antoja una sucesión interminable de túneles, y aún seguís sin ver rastro alguno de las criaturas que los guardias imperiales afirmaban haber encontrado. Pero bien es cierto que habéis hallado muchas cosas inusuales y sugerentes por el camino: sospechosos charcos de sangre, inquietantes arañazos y otras cosas similares. Y todo ello no hace sino confirmar que vais en la dirección correcta.

Finalmente, el corredor de acceso que habéis estado recorriendo termina en una vieja compuerta oxidada, marcada con el indicativo XII, pero cubierta con pintadas rojas que la anuncian como la entrada a la Escombrera. Haciendo honor a su sobrenombre, alcanzáis a ver escombros y rocas desprendidas alrededor de la entrada; una sustancia viscosa y líquida de color grisáceo gotea de diversas grietas en la pared y se acumula formando charcos en la base de los muros. La compuerta está cerrada, sucia y mugrienta, y dispone de un burdo volante como mecanismo de apertura.

Habéis llegado, el foco del Mal en esta mina os espera...

Creía que iba a ser la mas dura en esta misión pero por el camino que llevaba me estaba llevando todos los golpes que podía. Intentaba que el dolor no me afectara pero poco a poco la cabeza iba doliendo algo intermitente. Por el camino pregunte como hizo Svein.-Si alguno tiene nociones de sanación podría echarme un ojo... lo agradecería bastante-. Me pare frente a la compuerta que teníamos, cada vez todo iba siendo mas asqueroso y todo indicaba que estábamos llegando al foco de la misión o eso me parecía por todas las cosas que estábamos viendo por el camino.

Yo no.- Le contesté a Itzia.Pensando que tal vez en la próxima misión debería acompañarnos alguien que si pudiese. Aunque de repente recorde que había leído de psíquicos que podían sanar utilizando sus manos para poder hacerlo, en algunos mundos primitivos les llamaban curanderos. - ¿Tú sabes Vret? - le pregunto al psíquico del que aún desconocía cuales eran sus capacidades.

Svein no respondió a la pregunta de Itzia y permaneció vigilando la retaguardia del grupo, pues teniendo en cuenta que él era el que había realizado la pregunta era evidente que estaba descartado. Sin embargo, ante la pregunta que le realizó Solomon a Vret volvió a prestar atención mirando expectante a su compañero, esperando la respuesta del psíquico.

Algunos de sus hermanos de la Orden Drusiana no se sentían precisamente cómodos con la existencia de los psíquicos, pues consideraban que eran poco más que mutantes, pero desde su punto de vista, aquello era un error. Entendía por supuesto, que los psíquicos herejes que servían a los poderes ruinosos del caos tenían que ser perseguidos y destruidos, pero los psíquicos imperiales habían sido elegidos por el mismísimo Dios Emperador ¿Y quién era él para contradecir los designios del Dios Emperador?

Trás pasar el mal trago indiqué a Itzia que se mantuviera quieta. Voy a curarte, puedo, si deseas sanar. Haced el favor de dejarme espacio -Dije a los demás mientras me acercaba a ella y me concentraba para restaurar su cuerpo maltrecho.

Vret utiliza su don para sanar las heridas de Itzia...La pequeña brecha en su frente se cierra y las costillas del lado derecho le duelen notablemente menos. Aun así Itzia está dolorida por el gran golpe de la caída.

Vret por su parte no tiene gran costumbre de usar su don, y tiene que parpadear un par de veces de más para que esa extraña sensación de pesadumbre en la cabeza se le disipe por completo.

Por suerte Vret si tenia conocimientos y pudo curarme, al principio me dio un poco de miedo por no conocer del todo los poderes a los que me estaba sometiendo pero cuando el dolor de mi cabeza y el de mis costillas cesaron respire hondo haciendo que la sensación de antes se quitara. -Gracias, estoy mejor y ahora será mas fácil seguir... no perdamos tiempo-. Dije agarrando bien mi arma .¿Abrimos?... creo que uno debería abrir y otros que se queden apuntando a la puerta.. No sabíamos que había dentro y yo me puse con mi arma fija en la puerta para que abrieran.

Asentí a la agradecida Itzia recomponiéndome satisfecho por la curación exitosa. Será mejor seguir, es cierto. Yo abriré y así podeis cubrie el hueco mejor que mi puntería. Terminé expresando dirigiéndome hacia la compuerta y esperando a que se prepararan antes de hacer girar el cierre para su apertura.

Crack.

Mi escopeta hizo su ruido característico al cargarse. - Listo.- Les digo a mis compañeros mientras espero a que Vret abra la puerta. Lo que sea que dejó a los guardias imperiales en el estado en el que estaban nos espera allí dentro.

Musité una plegaria al Emperador deseando que nuestras fuerzas y valor fuesen suficientes.

Viendo que su compañera ya se encontraba mejor y podían continuar con mas calma. Svein aceptó la idea de que Vret abriese la puerta, mientras, los demás que estaban mejor pertrechados para la lucha, se posicionaban dispuestos a disparar contra cualquier amenaza que les pudiese esperar al otro lado.

Aprestándose a colocarse al lado del arbitrador Gant, el sacerdote aferró el rifle láser modificado con las dos manos apuntando hacía la compuerta.

- Hermanos míos. Que la luz del Dios Emperador ilumine vuestro camino y su justa ira os infunda valor y fuerza contra el mal.- Salmodió con voz templada y grave.

Al otro lado de la puerta contempláis una macabra escena. Un corredor de dos metros de ancho se extiende a cierta distancia frente a vosotros. La titilante luz generada por los faroles verdes encajados en los soportes lo baña todo con un fulgor enfermizo. El suelo está cubierto de sangre, lo que sugiere que aquí tuvo lugar una terrible masacre. Los trozos de carne y órganos húmedos confirman vuestras sospechas. Dispersos por todo el lugar hay uniformes mojados de la Guardia Imperial, algunos de los cuales todavía visten partes de la carne de sus antiguos propietarios. Hay una compuerta en la pared del oeste, pocos metros más adelante, y dos amplios corredores se abren a izquierda y derecha en este corredor.

Repugnado por la carnicería que se mostraba ante él, Svein se llevó una de las manos al collar del aquila que colgaba de su cuello y murmuró entre dientes una salmodia inteligible para el resto de sus compañeros.

Armándose de valor, dio varios pasos traspasando el umbral de la compuerta y adentrándose rifle en mano varios metros en el pasillo.

- Es una masacre...- Comentó al resto empujado por el shock como si estos no fuesen conscientes de tal hecho.- Los herejes han de pagar por todo esto...-

Parándose esperó al resto cubriendo la zona ante la posible aparición de cualquier amenaza.

Cuando la puerta se abrió la escena fue mucho peor que la anterior. Había carne humana por todos lados, esparcida por todos lados y no podía imaginar en ese momento que tipo de bestia pudo hacer eso. -Esto es obra de una bestia-. susurre para mi mas que para mis compañeros, enseguida mire a Svein que fue el primero que se adentro en aquel espantoso lugar y le seguí de muy cerca sin bajar en ningún momento, no sabíamos si aquella cosa seguía alli.-Debemos estar muy atentos, lo que hizo esto puede que siga por esta zona... viva, debemos seguir-. dije mientras daba pasos lentos con mi arma pegada a mi hombro y apuntando en todo momento, vigilando.

Arrugé la nariz tanto como torcí el gesto de la nausea. Esperabamos matanza, poero sentirla es desde luego algo muy distinto, mucho más sucio. ¡Que asco! Ésto es nauseabundo y enfermizo. Va más allá de la simple herejía.

No tenía más que tópicos en la garganta y se me habían quitado las ganas de auscultar los restos. Pero, ¿podrían habernos dejado algún regalo de bienvenida?. Cavilaba apoyado en el básculo si podría revolverlo todo a conciencia y despacio para buscar ccables trampa o algo así. Deberíamso asegurarnos que no han dejado explosivos esperándonos. Comn¡enté a todos entre largas pausas para contener el estómago.

Mi primera reacción al ver la masacre fue cerrar los ojos instintivamente, como si mi cabeza no quisiera ser capaz de mirar aquel horror. De mi boca no salió ni una sola palabra, no porque no estuviese de acuerdo con mis compañeros, sino porque era incapaz de articular ninguna.

Aunque dudaba que quien hubiese hecho aquella carnicería perdiese el tiempo tendiendo emboscadas y colocando trampas, antes de diriguirme hacia la compuerta, decidí hacer caso a Vret, de poco servía haber llegado hasta allí vivos si lo primero que hacíamos era activar una granada de fragmentación y saltar por los aires convertidos en pedazos.

En el breve y nada profesional intento de Solomon no encuentra ninguna mina ni trampa ni nada similar. ¿Qué hacéis?

-Parece que no hay nada, sigamos-Seguramente la bestia que había hecho esto se encontraría ahora lejos de la escena del crimen o quizás ya nos había visto y nos vigilaba.-Tened los ojos bien abiertos y no dudéis en disparar si algo se mueve-Dije comenzando a andar hacia delante para poder pasar por aquel largo pasillo y llegar hasta el final.

Me adelante junto con Itzia hasta llegar a la compuerta y el pasillo. Mi primera reacción fue apuntar al pasillo, dejando la compuerta cerrada a mi espalda, pues si alguien la abría desde dentro tendría tiempo suficiente para girarme y vaciarle mi escopeta en mitad del pecho.

Seguí a ambos con paso cuidadoso y mirando hacia todas partes pero principalmente dónde pisaba. El pasillo me ponía los pelos de punta, bueno,no sólo el pasillo. Era todo.

Con preocupación, vio como sus compañeros avanzaban por el pasillo llegando a su altura afectados por el macabro paisaje de vísceras que se habría ante ellos.

   - Parece que cayeron en una emboscada.- Gruñó entre dientes.- Como dice Itzia tendremos que ir con cuidado para no caer nosotros en otra...-

Acordándose de un comentario que había realizado Vret cuando se encontraron con el foso al principio de la mina Svein cayó en la cuenta de que el psíquico había sugerido que podía detectar la presencia de seres vivos con sus poderes. 

   - Vret ¿Antes no dijiste que con tus poderes podías saber si había alguien en las inmediaciones?- Preguntó con una mueca.- Si es así, algo me dice que este sería un buen momento para ello...-