Partida Rol por web

Tras un buen rato, y no sin la ayuda de los hombres del clan, conseguís interpretar el mapa. Al parecer daba indicaciones sobre una ruta marítima usada para el transporte de mercancías de dudosa procedencia. Unía las dos penínsulas sureñas del continente y os conduciría directos al reino de Saburunda.

Por suerte para ti habías ido a parar en la dirección correcta. Algo más al sur de lo que te gustaría, pero al fin y al cabo cerca de tu próximo destino. El mapa serviría de ayuda a los guerreros para regresar a vuestra tierra una vez terminadas las reparaciones que el navío precisaba...

"Muchas gracias por ayudarnos Iza. No olvidaremos lo que has hecho por nosotros. Si conseguimos regresar sin problemas, restableceremos nuestro poblado, donde te recibiremos como a una más del clan. "

Esas fueron las palabras del jefe de la tribu justo antes de recibir el aviso de que llegabais a tierra...

Marish se viste con su ropa , para ponerse tambien su armadura de paseo, al poco de salir, pide a uno de los sirvientes que rondan por las mediaciones, que en cuando la Reina este disponible y pueda permitirle audiencia con ella, la verdad que anda muy preocupado por la Reina, tal vez si habla con ella , le explique aquel viaje, podría sacar algo en claro, ya su intuición respecto al extraño anillo que devolvió a ese extraño ser, le había hecho que confiara de su intuación.

Hacer el favor de llevar este mensaje de voz a la Reina o a mis primas, en cuando este algo mejor la Reina, me gustaría tener una audiencia privada con ella, he de informarme de unas cosas. - dice Marish al sirviente -

Al poco se dirige a las habitaciones de Doromus y Larey, para informarles que va hablar con los dos monjes que le han asignado, a las afueras de los pasillos que ahora estaban, no quería preocupar más al Rey , ni a sus primas , ni a la Reina.

Busca en primer lugar a Doromus para informarle de la llegada abajo de los monjes.

—Me alegra saber éso —dije de forma sincera cuando comprendí que Ukara decía en serio que me adoptarían como a una del clan—. Prometo no comerme a los niños como dicen vuestros cuentos. Ukara estaba preocupada al respecto... —continué intentando reprimir una sonrisa—. Pero debo ir a Saburunda y encontrarme con Erïum Dûin, parece que a los dioses tienen otras preocupaciones aparte de un barco esclavista...

Aún me llamaba la atención el suceso anterior y cómo aquella dama de las aguas nos había sacado de un naufragio a la deriva. El corazón me dio un vuelco cuando llegamos a tierra. Por fin, me dije mentalmente. Tenía el estómago casi en el cuello por las ganas de pisar tierra firme. Lo que me estaba preguntando era cómo nos las íbamos a apañar en el futuro. Nada de dinero, un barco controlado por salvajes o esclavos de dudosa procedencia. En fin, a ver cómo nos iban a tratar los del puerto o al sitio a donde estábamos llegando...

El sirviente sigue tus indicaciones con diligencia. No era de extrañar que el servicio en palacio fuera de lo mejor que se podían costear. Una vez desaparece este por uno de los pasillos te diriges a la zona donde temporalmente se hospedan tus invitados.

En primer lugar decides avisar a Doromus de le llegada de los dos monjes del Arzobispo. La puerta permanece cerrada por lo que tienes que llamar un par de veces. Tarda algo en recibirte el viejo sacerdote, pues parecía haber estado durmiendo hacia tan solo unos instantes atrás.

- Dime hijo mio, ¿En que puedo servirte a estas horas tan tempranas? - Se notaba que Doromus no era de los que madrugaba como si solían hacerlo aquellos monjes que pertenecían a grandes congregaciones. Seguramente siendo de los pocos hombres de fe de la ciudad de Gaihon se tomaba su tiempo para despegarse de la cama.

Tras informarle de la llegada de esos dos hombres al palacio te hace algunas preguntas al respecto...

¿Puedo saber que piensas acerca del Arzobispo? ¿Consideras que se te esta brindando la ayuda que realmente necesitas? Puede que la señorita Larey y yo debamos dejar nuestros asuntos para intentar ayudaros a vos. Algo me hace pensar que esos dos monjes no son más que una manera de cubrirse las espaldas y así poder dar cuentas de que el puso medios a tu disposición para ayudarte.

Dame un minuto para prepararme y bajo a recibirlos contigo sino te importa.- Oyes mientras desaparece tras la puerta pues se afana en vestirse cuanto antes.

Despierta a la chiquilla, seguro que querrá acompañaros.

El viaje en barco estaba apunto de acabar, cosa que agradecías sobremanera. No era de tu gusto verte rodeada de tanta cantidad de agua.

Los hombres, tras divisar tierra se prepararon para atracar en una bahía. Los guerreros ayudados por los tripulantes del barco,  que eran los únicos que sabían navegar, consiguieron reducir la velocidad del navío hasta quedar a una milla de la playa.

Era peligroso acercarse más por las rocas que pudiera haber bajo el agua a tan poca profundidad. El casco ya estaba dañado pero por suerte el monstruo marino siervo de la dama, el mismo que os había atacado, tapaba la entrada de agua.

Los dirigentes de la tribu deciden entonces no arriesgarse acercándose más a la costa. Intentarían llegar con una de las balsas y conseguir lo necesario para reparar el barco. Solo contaban con algo de dinero que habían encontrado en una de las bodegas, donde guardaban todo lo que les habían saqueado.

Ukara, ahora una de las personas influyentes en la tribu, tras la muerte de muchos de los hombres decide interceder por ti.

La hechicera vendrá en la primera balsa. Es lo mínimo que podemos hacer ahora a cambio de lo que nos ha ayudado.

El resto de hombres no pusieron muchas objeciones, aunque solo había espacio para 7 u 8 personas. Comprendían que tu deseo ahora era seguir tu camino, y no iban a retenerte más tiempo en el barco.

Marish espera paciente a que el hombre de fe, terminara de espabilar y llamara a la muchacha, una vez ambos salen empieza a comentar....

Esta claro amigo Doromus, que lejos de caerme perfectamente bien el Arzobispo, la verdad, tambien sea dicha, es de las pocas ayudas de que contamos, el Arzobispo de momento cree que todo lo que le he dicho es mentira, aun pensando de esa manera, ya que cree ferviente que su fe lo salvará todo, nos ha mandado a esos dos monjes, más como medida disuasoria y precaución, ante la mirada del Rey y que tome medidas por su falta de interés en el asunto, de todas maneras aunque sea poca ayuda, no tengamos en conocimiento realmente, hasta que limite pueden ayudarnos, es lo único que tenemos - dice con tono tranquilo Marish a Doromus, ante la mirada atenta de la chica, mientras los tres se dirigen al comedor a desayunar, antes de recibir a los monjes -

Ante todo, su ayuda nos vendrá bien para desvelar lo que contiene el libro, tú mejor que nadie amigo Doromus, puedes supervisarlos, en cuanto a ti... - dice mirando a la muchacha -

No se que peligros podemos encontrarnos, mientras estes aqui, hablaré con el entrenador de caballeros, para que te de clases en el arte de la Guerra, si te parece bien, toda ayuda es bien recibida, no se lo que puede surgir adelante, pero si sabes defenderte bien y manejar armas, aparte de sentirte más segura , una buena mano con una espada, sería bien recibida... - dice Marish sonriendo a la muchacha -

En breves, una vez terminemos de desayunar, iremos a recibir a los monjes. - ultima de decir Marish -

Bajáis a desayunar a uno de los pequeños comedores, el mismo en el que cenasteis la noche anterior. Era muy temprano todavía para ver por allí a ningún miembro de la corte. Por lo que también deduces que el sirviente que mandaste con el mensaje se esperaría a que la Reina se despertara para hacerle llegar tus deseos de entrevistarte con ella. Solo los sirvientes se oían a lo lejos en las cocinas mientras preparaban el desayuno...

Larey que parecía más despierta que el sacerdote no dejaba de mirarte desde el otro lado de la mesa como si quisiera decirte algo. En un principio había agradecido tu ofrecimiento para instruirla en las bases del combate, pero en el fondo no parecía estar muy a gusto con la idea. La joven probablemente no había empuñado un arma en su vida y ahora dudabas de si tendría el coraje suficiente para arrebatar la vida alguien en caso de necesidad.

Os sirven la comida, deliciosa como siempre en el hogar de tu tío. Productos seleccionados especialmente para la corte, lo mejor de esas tierras. 

Mientras desayunáis uno de los sirvientes se acerca para pedir permiso. Parece que los monjes aguardan en el patio y te han hecho llamar. 

- Mi señor, si lo desea les diré que esperen y que en breve saldrá a recibirles.

No hara falta, iré a su encuentro.. - inclina la cabeza al sirviente, a modo de aprobar su información -

Marish se levanta de la mesa, pero hace un gesto con la mano para que tanto Doromus como Larey no se levanten...

Seguir sentados y disfrutar del desayuno, ya voy al encuentro de los monjes, nos veremos en la sala de lectura, uno de los sirvientes os guiará hacia alli, terminar el desayuno... - los ojos de Marish se cruzan con los de Larey -

¿ hay algo de lo que andes preocupara Larey?, siento ser tan descortés en hacer parecer que te oblige a ese entrenamiento, si no lo deseas, no lo hagas, me imagino que jamás habrás tenido ninguna pelea, o tener la necesidad de luchar contra alguien por tu vida, ese entrenamento que queria que tuvieses, es porque tal y como están las cosas,ahora más que nunca necesitamos todos saber defendernos, a tu decision lo dejo el que tomes o no tomes ese entrenamiento, no te obligo a nada.- dice con tono tranquilo, calmado pero con firmeza -

Nos vemos en un rato en la sala de lectura de los invitados, alli empezaremos ya a intentar hablar sobre asuntos importantes.. - dicho esto, Marish da la señal al sirviente para seguirlo y recibir a los monjes -

No es nada de verdad, se que vos lo decís por mi propio bien. Y que si vamos a ayudarle en su cometido no puedo hacer otra cosa para no resultarle una carga. Tomaré esas lecciones, sir Marish, sería una falta de consideración desmerecer tal ofrecimiento por mi causa.

Aunque no niego que usar un instrumento que solo sirve para matar... - dice titubeando.. pero Doromus la interrumpe aleccionandola en este caso.

En eso te equivocas querida... si te fijas, la espada del señor Mariscal sirve para proteger al débil. - Dice dejándola muda. Al parecer el sacerdote no estaba tan dormido como en un principio daba  a entender.

Y con esa misma actitud se levanta de la mesa agradeciendo el desayuno que, aunque a medias le habían servido.

Gracias por el ofrecimiento pero creo que tenemos cosas importantes de que hablar con esos hombres, la comida puede esperar.

Finalmente os disponéis a salir a recibir a los dos monjes que esperan en el patio. Por los pasillos mientras andáis Larey parece perdida en sus pensamientos, reflexionando tal vez sobre las palabras que había tenido Doromus, su mentor, con ella.

Por los pasillos, no puede evitar ver la preocupación de Larey...

¿ sabes a qué me dedico Larey ?, soy un Paladin del Rey, alguien que lo defiende, pero no solo a él, sino a todo su Reino, eso te incluye a ti, a Doromus, a los sirvientes, a todos..., juré solenmemente defender este Reino para que este en paz, eso hago y eso haré, hasta que alguien acabe con mi vida, cierto es que algún día, cuando me vea preparado de casarme, tendré una esposa e hijos,para que ellos intenten segui mi tradición de Paladin, las palabras de Doromus son ciertas, mi espada no es un objeto que quita vida, sino que las defiende, siempre defenderé a mi Rey, a los débiles y desamparados, a la mujeres y los niños, a todos, ya que nadie tiene derecho a quitar la vida a nadie, esta espada que tengo al cinto no la desenvaino a no ser que sea para defender, nunca para atacar... - dice con tono relajado y tranquilo , con una voz armoniosa y dulce -

Larey te oye mientras hablas, parece entender tu punto de vista de las cosas. Seguramente tomará las clases de esgrima de otra manera a partir de ahora...

Mientras andáis por el pasillo derechos al patio, Doromus le pide a la chica que con tu permiso suba a tus aposentos para traer el libro. - Considero que lo más adecuado es poder estudiarlo con tranquilidad y detenimiento ahora que tenemos ayuda...  La joven se separa de vosotros para hacer lo que se le mandaba.

No tardáis en encontraros con los dos monjes. Ambos os saludan y aseguran que harán todo lo que esté en su mano para ayudaros en lo que puedan.

- Creemos saber a que hace referencia el acertijo, pero necesitamos asegurarnos. Comenta uno de ellos.

Es entonces cuando Doromus les dice que sin más dilación podríais dirigiros todos juntos a la biblioteca. Ellos por su parte parecen llevar varios manuscritos para guiarse al desentrañar el enigma. - Estos pergaminos hacen referencia a los lugares a los que podría referirse el libro... pero si no queremos perder tiempo viajando sin rumbo debemos cerciorarnos de elegir el lugar correcto. - Dice el más mayor de los dos.

Sin más preámbulos empezáis a caminar todos juntos hacia la biblioteca...

La verdad que todo es un enigma, pero debemos desentrañar los misterios de ese libro, para orientarme en mi búsqueda... - al decir estas palabras empieza a recordar al oráculo, supuestamente debería reencontrarse con las personas que notaba en aquella reunión en Sarabunda, pero no había pensado en que lugar debería de reencontrarse con ellos -

De ello, depende el futuro de los Reinos, no queremos que personas inocentes se vean envueltos en una Guerra de proporciones épicas... - dice pensativo -

Lentamente andan hasta llegar a la biblioteca, alli toman asiento para empezar con su investigación, Marish además de un hombre de armas, tambien era un hombre sabio, aunque vio que la única forma de ayudar al Rey y a su gente, era luchar por defenderlos de agresiones externas o internas.

Pese a que todavía no tenias información acerca de las personas con las que debías encontrarte, no te habías detenido en tu búsqueda. Tu única pista por ahora para entender que es lo que estaba sucediendo exactamente y como evitarlo era ese libro...

Larey no tarda en aparecer con el manuscrito con los que los monjes empiezan sin demora a estudiar los textos que traían. Las palabras escritas en una pagina en mitad del libro como ya sabias decían así:

En la cima del reino, una lagrima de Yue podrás hallar.

Y esa será tu guía para la guerra de los cielos librar.

Los monjes parecía que sabían por donde empezar a buscar. Al final la ayuda del arzobispo serviría para algo al fin y al cabo. Uno de ellos rebuscaba entre los pergaminos- - En la cima del reino... murmuraba.

- El "reino" claramente es nuestro propio de Sauburunda, de eso no hay duda. Este manuscrito fue escrito por los antiguos que siervos de Viela. Encontraron varios ejemplares como este en diversos templos en ruinas hace años.  

Es entonces cuando Larey le interrumpe diciendo... ¿Pero entonces donde se encuentra esa cima de la que habla?

- Eso es lo que trataremos de averiguar señorita. Le responde el otro monje. - La cima por lógica tiene que representar un lugar elevado. Y hay muchas montañas en el reino alejadas de aquí como para ir a cada una de ellas...

Debemos buscar una montaña alta, en la que haya una cascada o algo que parezca una lágrima ...¿qué podéis contarme de Yue?,tal vez sea esa la clave para buscar esa montaña que busquemos, podría ser una alta montaña, con una especie de boca de cueva, a modo de ojo, de que debido a las bajas temperaturas en esa altura, formen estalactitas de hielo debajo de la cuevo, dando la impresión de que sean lágrimas, solo es una suposición....-  decia Marish concentrado en lo que dicen los monjes y el anda ojeando entre las hojas -

Mire a Ukara y asentí con la cabeza en agradecimiento. Probablemente fuera la última vez que los viera a todos así que me giré para inspeccionarlos una última vez,

—Os deseo buena suerte a todos partir de ahora —concluí antes de marcharme en esa balsa que me esperaba. El último viaje en mar, espero—.

- Yue es el espíritu de la Luna según los paganos, hija del dios desterrado Arn. Pero no sabemos a que se refiere el libro con "una lagrima" de la luna... dice uno de ellos

- Nuestros conocimientos sobre las costumbres de los paganos no son muy extensos mi señor. Necesitamos más tiempo para recabar información sobre eso. Comenta el otro.

Por desgracia no parecían tener claro el significado de gran parte del texto. La cima claramente era un lugar muy alto, posiblemente el más alto de todo el reino. En eso por desgracia tampoco estaban muy deacuerdo...

- Según mis mapas el monte más alto se encuentra al sur de Saburunda, pero mi compañero dice que es posible que en la sierra que hay al norte antes de llegar a Marevah se encuentre la cima.

Al parecer perdían en tiempo con dudas y divagaciones, cosa que no llevaba a ninguna parte...

Después de un buen rato entre mapas y escritos todo empezaba a ponerte nervioso. Nada iba como tenias pensado y al parecer Doromus tampoco sabia encontrar respuesta al enigma.

En ese momento llaman a la puerta de la biblioteca. Se trataba de Romu, el pequeño mensajero que conociste en presencia del rey, parece que viene con información para ti...

Sir Mariscal... le traigo noticias. - al parecer se habia dado bastante prisa en llegar y estaba extenuado. Mi señor, seria mejor hablar en privado, acompáñeme por favor.

Acompañas al mensajero alado hasta un lugar más apartado donde conversar.

Vengo con noticias sobre Lucrecia mi señor. El rey me ha mandado directamente a vos en cuanto ha tenido noticia de ello. - El pequeño parece bastante nervioso por la importancia o la urgencia de lo que tiene que decir... - Los rebeldes han tomado el control de la ciudad de Lucrecia y dicen haberse independizado de Saburunda para anexionarse al reino contiguo de Tharmak.

Mi señor, el ejercito está dividido, la mitad todavía esta regresando de la frontera Noroeste. El resto de las tropas que permanecen en Saburunda estan a la espera. Podrían organizarse en menos de dos días para iniciar un ataque contra los insurgentes. Por eso mismo me envía el rey... - Te mira fijamente preocupado - Necesita saber si estaría dispuesto para unirse al ejercito para liberar sus propias tierras.

Ese mensaje era un duro mazazo justo ahora que todo se torcía en tu misión, complicando aún más las cosas...

Maldición... - piensa para si mismo Marish -

Después de un breve pero casi eterno silencio, Marish se acerca a una de las ventanas y mira al exterior, parece estar debatiéndose en algo mentalmente, tras un giro energético en el que su capa, casi levanta vuelo hasta la altura de media espalda, empieza hablar...

Preparame un caballo y ten preparado un grupo de soldados, da el mensaje al grupo en el que pueda unirse para resolver en levantamiento de insurgentes, estas tierras pertenece al rey y a nuestra gente, no a un grupo que busca codicia o bienes propios, me reuniré con ellos en el campamento base - dice con tono claro pero autoritorio -

Al poco se vuelve acercar a la biblioteca...

Disculparme, he de partir inmediatamente por motivos que ahora mismo, no puedo comentar, Doromus, confio en ti y los enviados del arzobispo, al igual que de ti Larey, intentar recabar esa información en mi ausencia, volveré en un tiempo corto, hacerme el favor de excusarme al Rey, decirle que fuerzas mayores han hecho que tome de nuevo rumbo mi espada, entenderá, he de partir inmediatamente, nos vemos en poco tiempo , he de resolver un asunto. - dice Marish despidiéndose  cortesmente de todo el grupo de la biblioteca para marchar.

El grupo que hay en la biblioteca se sorprende tras tus palabras. Especialmente tus dos acompañantes que ahora se veían inmersos en el asunto del misterioso libro. Doromus supuso que tendrías tus razones para marcharte así que no hizo ningún comentario al respecto de tu marcha.

Mientras te marchas ofuscado hacia tus aposentos en busca de tu equipo, el mensajero te acompaña. Correteando con sus pequeñas piernecillas para seguir el ritmo de un hombre de gran estatura acaba decantándose por agitar sus alas y ponerse a tu misma altura y ritmo.

Mi señor, tengo que decirle que por ordenes del rey, si aceptaba unirse a la batalla yo seré a partir de ahora su enlace con la casa real. Y no puedo aceptar un no como respuesta. - Te dice mientras os dirigís a tus aposentos para recoger lo que necesitas.

El ejercito que queda en Saburunda esta comandado por el general Tisio. Sus hombres están fuera de servicio y por esa razón tardaremos unos dos o tres días en tenerlos de regreso a la capital. Incluso es posible que en tan poco tiempo los hombres que están lejos de aquí no lleguen a tiempo para partir. 

Llegáis a tus aposentos mientras preparas tus cosas te sigue poniendo al corriente de la situación.

Ahora mismo lo mejor que podemos hacer es dirigirnos a la comandancia. Ahí os esperan los altos cargos del ejercito que ya a estas horas se estarán reuniendo.

Por mucha urgencia que tengáis en partir no conseguirá nada sin un ejercito que respalde el movimiento... Tus ganas de partir y la rabia que te daba tener que esperar no te estaban jugando una buena pasada.

Una vez te dispones a salir con las cosas listas te dice finalmente...- Por el caballo y los pertrechos no se preocupe, haré que le consigan un buen corcel. Usted diríjase a comandancia sin falta.

La mente fría de ese pequeñajo te hizo ver las cosas en perspectiva para poder calmarte...

Mientras termina de prepararse las cosas...

¿Cuál es tu nombre?, me gustaría conocer quien sera mi enlace con la casa real,en lo referente a lo de ir a la comandancia asi haré, si no soluciono las pequeñas cosas en comparación a lo que se avecina, no puedo verme apto para la mision que he sido encomendado por seres de mayor poder... - sus palabras aunque eran claras, dejaban un halo de misterio -

Finalmente termina de prepararse todo, antes de partir, intenta tener audiencia con el Rey para informar de su partida, la verdad que se veía completamente impotente, de ver a donde había llegado las cosas en tierras de su padre, sobre todo, cuando se veia que si no podía solucionar eso, no podría buscar una solucion para la Guerra de los cielos que se dará dentro de un tiempo.

La balsa se preparó para descender cuanto antes, ya que no podían disponer del pulpo gigante eternamente, tapando la grieta que había producido la entrada de agua. Los piratas supervivientes ahora se veían obligados a trabajar para el Clan Xibey si no querían saltar por la borda igual que sus compañeros lo habían hecho en la refriega.

No se tardo mucho en tener lista la primera balsa. Subieron 6 miembros del clan: tres de miembros del concilio (entre ellos Ukara) y tres guerreros más. 

Subisteis a la balsa que finalmente fue bajando poco a poco hasta tocar contra el agua. Desatasteis los cabos y con la ayuda de un par de remos los guerreros empezaron a moverse en dirección a la costa. El oleaje fruto de la tormenta que habíais sufrido no facilitaba mucho las cosas, pero no era lo suficiente como para correr peligro de volcar.

No se hablo mucho en la travesía. Solo algunos comentarios de los miembros más veteranos que se preguntaban como iban a conseguir la madera suficiente con el poco dinero que habían encontrado. Supuestamente el valor de la carga eran ellos mismos vendidos como esclavos, por lo que los piratas no necesitaban transportar grandes cantidades de dinero si a lo que iban a dedicarse era a vender.

A medida que os acercáis veis lo que parece ser un pueblo pesquero. La mayoría de barcas están amarradas y solo un puñado de ellas se aventuran a sacar algún pez de ese mar embravecido.  

- Seguro que esta es buena gente y puede ayudarnos a reparar el barco. Con suerte encontraremos el material necesario para reparar la grieta y volver a casa...  decía Ukara ilusionada con regresar a su hogar lo antes posible.

Finalmente atracáis en el puerto sin problemas. La gente os mira extrañados al ver a gente nueva. Desde el mismo puerto a lo lejos se divisan las grandes velas blancas del barco en el que navegabais. Esta aventura sobre el mar parecía haber acabado, al menos para ti.