Partida Rol por web

Abajo la Basílica

3. ¿Quién Soy Yo?

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09/02/2011, 18:54
Clemence

La respiración del herido era superficial pero constante. Parecía que el viejo sobreviviría, y eso en las circunstancias actuales no llegaba a ser una buena noticia. La colección de contusiones y heridas por todo su cuerpo no se explicaban con caídas ni accidentes, y ni siquiera con los maltratos habituales a los detenidos. Los caballeros se habían empleado a fondo con este prisionero, a juzgar por su aspecto, y algunas de las heridas llevan la inconfundible firme de las Hermanas de las Bendiciones Piadosas. Las hábiles manos de estas torturadoras podían superar cualquier resistencia, aunque en este caso no eran respuestas lo que buscaban en el desgraciado. No le habían hecho una sola pregunta; era simplemente un castigo.

Los ojos amoratados e hinchados se alzaron para mirar a aquel drow que le daba la vuelta y le cuidaba. Había olvidado lo que era ser tratado con delicadeza, y aunque hubiera poco que hacer por sus heridas, la sola sensación le alivió de dolores en el cuerpo y mente.

Clemence Devere escupió sangre, manchando un poco más su raída y sucia túnica. Los ojos se enfocaron lentamente en el ser que le dispensaba tantas atenciones, y poco a poco su expresión recuperó algo de su antigua fuerza. Su espeso bigote caía de repente con el mismo orgullo que antaño. Su mirada, aún humilde y vencida, decía que habían cosas que jamás podrían quitarle. 

Gracias...

Estuvo a punto de pronunciar una bendición en nombre de Celestar, pero esas palabras parecían tener poco sentido ahora. Las propias Hermanas de las Bendiciones Piadosas se llenaban la boca con los mismos buenos deseos que el viejo había estado a punto de pronunciar, siempre a la gloria de La Madre de Todos... o la Doncella Guerrera, como la llamaban ellas.

Gracias repitió.

Mi nombre es Clemence Devere.

Tampoco era tiempo ya de títulos ni cargos. Era solo un hombre, ahora, o un despojo de ello, y dentro de unas horas no sería ni siquiera eso.

Yo... ¿te conozco?

Los ojos se entrecerraron tratando de ver mejor en las penumbras. La aturdida mente del antiguo prelado rondaba alrededor de un recuerdo. Una cara familiar, y a la vez muy cambiada. En el drow había unos rasgos tan conocidos que le traían esperanza desde un lugar muy lejano de su pasado.

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11/02/2011, 09:25
Nimruil

 
Nimruil abrió los ojos con enorme sorpresa, poniendo sus manos en el rostro del anciano.

Cl...Clemence... Clemence Devere...? Por... Por la piedad de la Madre, ¿Qué te han hecho...?

Tembloroso, le ayudó a incorporarse.

No me... ¿No me recuerdas? Soy yo, Nimruil... C-cielos, ¿Qué ha pasado, cómo has acabado aquí viejo amigo...?

Nimruil esperaba que también le recordase, y ojalá no se hubiera vuelto loco como otros. Ojalá siguiera considerándole un amigo.

Ojalá... nos hubiéramos visto en otras circunstancias, Clemence...

Y le dio un fuerte abrazo.

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12/02/2011, 18:50
Clemence

El superado anciano aceptó las expresiones de afecto como las de alguien que no está en condición de rechazarlas, ni siquiera a un desconocido. Las brumas de su mente no hubieran dejado al desdichado reconocer la voz de una madre, aún menos el rostro de un amigo de tan lejano pasado.

No, yo... No.

Negó con la cabeza, y difícil era saber qué contradecía, pero un brillo de entendimiento iluminó sus ojos. Los recuerdos atravesaron la bruma como un rayo de sol entre la niebla y entonces el rostro ante él dejo de ser un desconocido. La cabeza aún no había terminado de moverse de lado a lado, pero el hombre ya hubiera dado el resto de su corta y miserable vida por ver libre al apesumbrado drow. Triste destino el que te hacía reencontrarte con un amigo, hermano, en tan desoladoras circunstancias.

Nimruil... ¿Has dicho Nimruil?

Las dudas se disiparon y Clemence respondió al abrazo. Había agotado las lagrimas que verter, pero por dentro su corazón gemía de dolor, pues ahora tenía una nueva muerte por la que llorar.

Nimruil, no dejes que te maten. No dejes que lo hagan. Tú no.

Se separó del abrazo con un movimiento que pareció costarle mucho esfuerzo. Mantenía sus dos manos en los hombros de su amigo. Había renunciado a toda esperanza de encontrar un alma amiga cuando el drow apareció, y ahora todo su cuerpo respondía contra la idea de abandonarlo pues, en su confusa mente, la idea de que la aparición fuese una fantasía le mantenía receloso. Ni siquiera parapadeaba.

¿Eres tú, verdad? No es una ilusión de mi mente.

Celestar nos ampare.

Desvió la mirada hacia el suelo. Al volver a subir la cabeza, sus ojos brillaban con algo parecido a orgullo, mientras su bigote temblaba de rabia o emoción.

Hablé demasiado, amigo mio. Cuestioné cosas que no resultaron cómodas. Blasfemé y escupí en el nombre de La Madre de Todos... o al menos eso dicen los que, se supone, la representan ahora.

Hablar con Nimruil parecía estar beneficiándole, y poco a poco ganaba en cordura y coraje. Quizá fuera un hombre vencido, pero tenía orgullo en la derrota, y muchas de sus peores dudas se habían esfumado al reencontrarse con su amigo. El bien que hizo a Clemence Devere la presencia de Nimruil en esos momentos, aún a su pesar, nunca podría ser descrito con palabras.

¿Y tú, amigo? ¿Cómo, por qué has acabado aquí?

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13/02/2011, 17:40
Nimruil

 
El antiguo elfo dio unas palmadas en la espalda a su viejo amigo y le abrazó aún un poco más fuerte. Escuchó a Clemence y tan solo le interrumpió para repetir cuando él dijo "Celestar nos ampare".

Cuando le preguntó, el elfo suspiró.

Tal vez te rías... porque desde luego que es para reirse por no llorar, amigo. Un carruaje con una noble encinta dando a luz con problemas se detuvo frente a mi casa. Salí a ayudar y... Bueno, tuve que solicitar la ayuda de Celestar para que ambos salieran adelante.

Por supuesto, mi otro viejo amigo Aunsel, que iba con ella, me capturó por algún estúpido cargo de blasfemia, herejía, y todo eso... la noble dijo unas bonitas palabras sobre que no lo olvidaría, y que le diria al niño quién se arriesgó para salvarle, pero ni un dedo movió. Suspiró sentándose y dejando algo de aire a su compañero, y miró al otro drow. Es posible que sea a él a quien han culpado de ser Nimruil el fugitivo...? 

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13/02/2011, 19:13
Lurian

El drow del rincón miró por primera vez a Nimruil.

--N-no. Mi n-nombre es L...Lurian --tartamudeó.

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14/02/2011, 21:20
Clemence

El anciano negó con la cabeza, dolido por las noticias.

Si hay justicia en el mundo los dioses no dejarán que un acto de caridad te condene. Quiero pensar que no ha llegado el día en el que las injusticias maten hasta las esperanzas de este viejo necio.

Sonríe tristemente y le aprieta el hombro con su mano derecha. Asimilar su propio final era un cosa, pero aceptar la muerte de su compañero por un acto tan desinteresado era otra cosa totalmente distinta.

Volvió a mirar directamente hacia el drow, intesado por algo de lo que acababa de oir.

¿Nimruil el fugitivo has dicho? ¿Entonces ya eras buscado antes de que te apresaran por ayudar a esa mujer? Dime, amigo, dime a qué has dedicado estos años de tu vida.

Clemence sabía que no habría ninguna mancha en el pasado del drow que pudiera avergonzarle. Los Hijos de la Luz habían redefinido los conceptos de "maldad" y crimen, pero el antiguo prelado no tenía dudas de que en su corazón, Nimruil seguía siendo digno a los ojos de La Madre.

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15/02/2011, 14:34
Nimruil

Nimruil miró al muchacho.

Un placer, Lurian... ven, chico, siéntate con nosotros no estés ahí solo. Y le hizo una invitación con un gesto. No muy convencido, y aún asustado, el chico se acercó.

Escuchó a Clemence hablar y negó.

No la hay, amigo. No en el Nidal, desde luego. Suspiró y atendió a la pregunta, pero tardó un poco en contestar.

Sí... yo... escapé una vez de Aunsel, hace quince años. Aquél dia llevaba el medallón de Celestar encima... y como era de esperar, Aunsel tenia muchas ganas de verme. Tomó aire para seguir hablando, pues le dolía un costado a causa de un golpe 

En cuanto a estos años... bueno, he estado malviviendo en el Nidal, ayudando a quien podía. Me ganaba algún dinero con curaciones y pociones, ya sabes... para no tener que robar, porque a un drow viejo no le dan trabajo fácilmente. Jeje... incluso tenía mi pequeña capilla en casa. Con altar y todo...

Nimruil tragó saliva y bajó la mirada. Por primera vez en todo el rato, sus ojos se entelaron.

C-Crié a un chico... drow... y tenía algunos amigos... lamento... no haber podido despedirme de ellos.

Parpadeó y cogió aire, conteniendo las lágrimas.

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17/02/2011, 01:40
Clemence

Clemence Devere negó con la cabeza.

No hables así, Nimruil. Prométeme que no perderás la esperanza.

Guardó silencio, esperando una respuesta de los labios o al menos de los ojos de su amigo. Después dirigió un vistazo hacia el diminuto fragmento de cielo que se veía a través de los barrotes del único ventanuco de la celda.

Tu llegada aquí me ha devuelto el coraje, y eso es algo que siempre te deberé.

El anciano parecía ahora capaz de enfrentarse a mil muertes y aún así mirar con orgullo a los Hijos de la Luz que le condenaran.

Tu aparición me ha recordado que no está todo perdido ahí fuera. Hay gente como tú en Nidal, y cada vez son más... si los tiempos se vuelven más oscuros y el puño de hierro de la Basílica aprieta más al pueblo es porque cada vez hay más "almas descarriadas" que alzan la voz contra su palabra. Pero esa es la forma en la que volverá la Luz, amigo mio, ese es el círculo virtuoso que nos sacará del abismo; a cada rebelde que grita, la Basílica se vuelve más opresiva, más violenta, pues temen el cambio que ven venir, y cuanto más radical se vuelve el gobierno de los malvados, más y más voces se alzan y se alzarán.

Los ojos del viejo también se habían enturbiado, húmedos de lágrimas, pero no por la pena ni por el dolor, sino por la emoción que provocaba la belleza de la evocación que narraban sus propias palabras. Clemence no contenía las lágrimas, sino que caían libremente hasta su espeso bigote. El futuro era infinitamente más brillante y más hermoso que el pasado, y en cierto modo Clemence parecía estar viéndolo ya.

Tenemos que resistir. TIENES que resistir, Nimruil, perseverar y tener fe. Los de tu raza recordarán que su destino les pertenece a ellos; los magos, los pobres y los exiliados decidirán que merecen tener un hogar. Incluso entre las propias filas de cellestarum crece el descontento contra la política del terror, y el rey es cada vez más visto como lo que es: una marioneta en las manos de la Basílica. Los verdaderos Hijos de la Luz están deseando volver a ser dignos del amor de La Madre de Todos.

Sonrió, con las lágrimas resbalando ya del bigote. Parecía haber superado todo miedo. Su mirada vagó por la celda unos momentos.

Solo hace que alguien, amigo mio, alguien con valor le diga a esos miles, cientos de miles de personas que no están solos.

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18/02/2011, 00:42
Nimruil

 
Nimruil sonrió con tristeza.

Bueno... Con suerte me matan al amanecer, en lo peor aún me castigarán unos días, así que mucha esperanza no es que pueda prometerte... hehe.... Suspiró y escuchó la perorata de su viejo amigo, asintiendo, y se sentó  cruzando las piernas para mayor comodidad.

Ahá... pero desgraciadamente, esa revolución, recordarles su propio poder, es algo que le tocará hacer a otros, viejo amigo... A los jóvenes, que tienen una vida que vivir.

A todo esto... Preguntó con interés Lo del rey marioneta ya lo sabia, pero... ¿Malestar entre los Celestarum, dices? ¿Aún quedan jóvenes cuerdos en sus filas? ¿O los únicos cuerdos tienen nuestra edad? Porqué ha degenerado hasta este punto...?

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18/02/2011, 01:47
Clemence

Clemence sonrió.

Quien sabe, amigo mio. Tal perezcamos mañana. Tal vez la muerte sea lo que tiene la Madre para nosotros, y en ese caso habremos de aceptarla con orgullo. Pero quien, habiendo caído a lo más tenebroso, logra salir y perseverar... para ese Celestar tiene grandes cosas previstas. Quizá sea yo, quizá tú... o quizá esa desgraciada criatura señala con la mano a Lurian Tal vez haya héroes surgiendo de abismos más oscuros aún que el nuestro mientras hablamos. Lo que sé es que quien salga de la noche, traerá el día con él. Un líder es todo lo que necesita la Resistencia.

En eso te pido que tengas esperanza, no es nuestras vidas o muertes, sino en Celestar misma. Ten fe y ella te enseñará el camino igual que hizo conmigo.

Tragó saliva y suspiró. ¿Cómo explicar una visión con palabras? Apenas podía. Tras unos segundos de silencio decidió sentarse en el suelo, con la espalda apoyada a la pared, y volvió a hablar a Nimruil.

Te prometo que quedan auténticos servidores de Celestar. En tiempo de paz, aún en el más honesto de los pueblos, la corrupción bien puede manchar todos los estamentos, aunque solo sean unas motas de suciedad en un folio blanco de pureza. Lo mismo ocurre en un imperio del terror como en el que vivimos, solo que al revés. Hay descontentos entre los Hijos de la Luz, y disidentes dentro de los Guardianes de Mármol. Son pocos, sí, pero cada vez más, y cada uno de ellos tiene el poder de cien campesinos rebeldes.

Quedó en silencio. Meditando sus propias palabras.

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18/02/2011, 09:35
Lurian

Lurian se agarró las rodillas volviendo la posición fetal en la que Nimruil lo vio por primera vez.

--Yo ya intenté enfrentarme una vez a mi amo --dijo con un hilo de voz el drow--. Yo soy... era un gladiador. Luchaba para que mi amo se enriqueciera. Pero un día fue demasiado lejos. Hizo un combate con otra drow: a muerte, como si fuéramos perros. Nos negamos y... esa es la razón por la que estoy aquí.

Lurian gimoteó.

--Nimruil tiene razón: no hay esperanza para los nuestros. Moriremos tarde o temprano, y no habrá servido para nada.

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18/02/2011, 09:44
Lurian

Notas de juego

He puesto a Lurian desesperanzado para ver si provoco el instinto de paternal/protector de Nimruil.

Si eso no funciona, pregúntale a Lurian dónde está la drow a la que le obligaron a enfrentarse y atacamos el tema de otra manera.

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18/02/2011, 09:54
Nimruil

 
Nimruil escuchó a Clemence con atención y asintiendo, aunque levantó un dedo objetando.

Si los Hijos de la Luz no fueran tan eficaces, alguien podría levantar la cabeza. Hasta ahora lo único que he visto es que los asesinen por meterse en el Nidal, eso sí... por mi zona no solían pasar, una banda que la controla los atacaba como fueran menos de media docena... y a veces hasta si eran más.

No digo que me alegre de la muerte de todo Hijo de la Luz que pasa por allí... pero lo cierto es que creo que si sigo vivo es por ella. Sé hacer pociones y otros objetos mágicos, sabes? Además de curar, así que... nadie se metía conmigo en nuestro barrio.

Pero no es lo mismo un barrio que una ciudad entera, Clemence... hay que tener mucha influencia y reconocimiento para levantar gente de toda la ciudad, y la Basílica no lo permitirá. Es... muy difícil. Con suerte, antes se creará un cisma, o serán derrotados en alguna guerra y podremos romper cadenas.

Al escuchar al chico se acercó y le rodeó los hombros con un brazo. Mantuvo unos segundos de silencio.

Fuiste muy valiente, Lurian. Todos los que estamos aquí lo fuimos... y bueno, sé que eres joven y Celestar no te dice nada bueno... pero te aseguro que ella no es como ellos dicen, y si ni por tí quisiste matar a alguien... la Auténtica diosa te tendrá algo bueno reservado.

Le dio un paternal besito en la coronilla.

Los buenos no tenemos nuestra recompensa aquí, si no en el más allá, a diferencia de esos malvados, que pueden tenerla aquí... pero cuando se encuentren con el juicio de la piadosa Madre de Todos, rendirán cuentas por estas barbaridades en su nombre, te lo aseguro...

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20/02/2011, 23:53
Clemence

Clemence sonreía. La esperanza se había dibujado en su cara y ya era imposible borrarla.

Dirigió la mirada al jovencito drow, que también era capaz de despertar la más honda empatía en Devere.

Siempre hay esperanza le dijo el anciano al joven drow.

¿Qué ha sido de tu hermana de raza? preguntó, como asaltado por una repentina curiosidad. La historia de Lurian se le antojaba incompleta en cuanto a un detalle.

¿Qué ha pasado con la drow a la que te debías enfrentar?

Los ojos marrones del prelado, que hubieran parecido tristes incluso en el más alegre de sus días en libertad, eran un pozo de melancolía, pero su corazón ya no tenía dudas. Lo único que habría deseado era poder compartir con sus amigos presentes la paz que sentía.

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23/02/2011, 10:04
Lurian

Lurian retrocedió instintivamente cuando Nimruil fue a depositarle un beso en la coronilla. Parecía más acostumbrado a latigazos y patadas en las cosquillas que a la más mínima expresión de afecto. Al verle tan de cerca, el anciano se percató de lo joven que era. Dudaba que llegara a las veinte primaveras.

Por lo demás el drow no parecía muy convencido con los argumentos que le dieron los dos ancianos sobre Celestar. La experiencia personal que había tenido con los servidores de La Doncella del Corazón de Fuego -como los nuevos Celestarum la llamaban- había sido muy distinta. Experiencia que aún seguía grabada a fuego en su mente y en las cicatrices de su cuerpo. La cháchara de dos viejos que se habían dejado atrapar allí no parecía impresionarle demasiado. Probablemente el drow pensara que aquellos dos estuvieran chiflados.

Sin embargo, Lurian frunció el ceño ante la pregunta de Clemence. No contestó inmediatamente.

--No lo sé. Quiero decir, a ella no la cogieron. Y creo que no han cogido aún. A veces pienso que esa es la única razón por la que me dejan con vida. Me usan de cebo para cogerla ella también --Lurian miró a Clemence, casi enfadado consigo mismo por darse cuenta tarde de a dónde quería llegar el viejo prelado--. A eso te referías ¿no? Que hay más gente ahí fuera que se preocupa por nosotros. Es... una perspectiva peligrosa. Es doloroso aguardar esperanzas para acabar bailando al final de la soga.

Instintivamente Lurian se acarició el cuello.

--¿C-cómo puedes estar tan seguro?

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24/02/2011, 17:47
Clemence

Clemence Devere sonrió otra vez.

He visto lo suficiente ahí fuera como para irme de este mundo con un sentimiento de esperanza.

Miró instintivamente hacia la puerta y bajó el tono de voz antes de volver a hablar. No es que los guardias prestaran atención a unos condenados a muerte, pero las palabras que pronunció pronto justificaron la prudencia.

Cuando os digo que hace falta un líder para la rebelión me refiero a un foco, alguien que tome las riendas. No a un instigador ni un creador, porque la Resistencia ya está en marcha. Hay decenas, cientos quizá, de grupos rebeldes. Os sorprendería saber los tamaños de estos grupos, y también su grado de coordinación. Dentro de ellos, quiero decir, porque entre ellos aún hay poca comunicación y menos colaboración, y si bien es cierto que han surgido algunos líderes dignos, no es menos cierto que han demostrado más corazón que planificación hasta ahora.

Alzó el puño cerrado a la altura de su cara.

El pensamiento existe desde que hay injusticia, pero ya se ha pasado a la acción. Solo es necesario un pequeño esfuerzo más, y los asaltos, gritos y revueltas se convertirán en acciones políticas, panfletos y, quizá, una guerra.

Señaló hacia Nimruil.

No te falta razón al decir que las disenciones dentro de la propia basílica, y las acciones militares externas son más que probables, pero todo se iniciará - debe de iniciarse - desde el pueblo.

Bajó los ojos hacia el suelo. Algo de la melancolía y tristeza había vuelto a la cara del anciano, remplazando el fervor que parecía hacerle brillar hacía un momento.

Tiempos oscuros en los que un viejo con la muerte tan cerca desea una guerra levantó la mirada otra vez pero os aseguro que tarde o temprano llegará. Celestar ya llenó de coraje a sus guerreros una vez, permitiéndoles romper un yugo y luchar por una causa justa. Estoy seguro de que también apoyará a Rhevraine ahora.

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28/02/2011, 11:40
Nimruil

 
Nimruil suspiró escuchando a su amigo. No acababa de llenarse con su misma esperanza, pero aliviaba el dolor de marcharse. Quizá fueran de los últimos celestarum "puros" que quedaban. 

Puede que seamos de los pocos Celestarum de la antigua confesión, Clemence. Sin corromper por esta locura. Aunque la Basílica caiga... ¿Qué quedará después de eso? ¿Qué clase de guía? ¿Con qué fama verán a Celestar las generaciones venideras si no queda nadie para restaurar su honor? Suspiró largamente.

Celestar bendiga a esos rebeldes pues casi cualquiera que esté en contra de la Basílica es digno de ser apoyado

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02/03/2011, 15:04
Clemence

Una pequeña sombra oscureció el rostro de Clemence, justo cuando la esperanza parecía empezar a contaminar a Nimruil.

Casi cualquiera, amigo, sí. Si te soy sincero esa es la única inquietud con la que abandonaré este mundo, y tus preguntas se clavan muy precisas en esa misma herida.

Miró hacia la pared, descansando de la visión de tristeza durante un momento para después volver a encarar al derrotado drow que no era más un reflejo de sus propias dudas.

He visto valor, honor e ideales entre los opositores... pero también hay algunos que se han dejado contaminar por el odio de la Basílica. La mayoría de los pequeños líderes son gente de paz, pero hay otros... no terminó la frase.

Si fuera digno de rezar a Cellestar ahora, lo haría no para pedir la victoria de la resistencia, pues la sé cierta, sino para desear que alguien digno ocupe el mando. Que tanta oscuridad y tanta muerte sirvan para cambiar el mundo.

Su voz se apagó no de repente, al terminar la frase, sino poco a poco, como si hacia el final pareciera estar hablando consigo mismo.

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06/03/2011, 21:41
Nimruil

 
Nimruil sonrió.

¿Sabes...? No veo porqué te considerarias indigno... ¿Qué tienes que avergonzarte? ¿Acaso has sido de los que esclavizan y maltratan? ¿Acaso... te has dejado caer en las garras de la Basílica? Y si en alguno de ellos así fuera... Lo que has pasado y lo que nos espera probablemente sea suficiente martirio para expiarlo.

Suspiró y habló en un tono bastante más confidencial.

Pareces bastante... puesto en todo eso de los rebeldes... ¿Conociste a algunos?

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08/03/2011, 22:35
Clemence

Clemence suspira. No sabía por qué se consideraba indigno, a decir verdad. Quizá los torturadores e inquisidores con los que ha estado tratando hubieran conseguido hacerle creer que él era el equivocado, el hereje. Tal vez Nimruil tuviera razón y, en todo caso, el castigo le redimiría, como bien decía el drow. Aceptaría su destino satisfecho, y sintiéndose digno.

Soltó una breve risa, una única exhalación de aire que podría ser lo más parecido a una carcada que le permitían sus gastados pulmones y su dolida alma. Con su reflexión parecía haber dejado de escuchar a Nimruil, pero no era así.

Conocí a algunos, sí. Gente valiente que tal vez ahora esté muerta, pero que si ha sucumbido será por buscar libertad. Muchos quedarán, y en ellos confío para continuar la lucha. Muchos serán demasiado temperamentales, fogosos e irreflexivos, pero todos los que conocí eran grandes hombres.

Miró a Nimruil un momento y mantuvo la boca ligeramente abierta, a punto de decir algo pero demorándolo.

Si saliera de aquí... si salieras y quisieras conocer a algunos de esos hombres tendrías que buscar a Marb en el Laúd de Seis Cuerdas.

Miró también a Lurian. Nunca se sabía. El único acto de rebeldía que quizá podían permitirse ya era compartir secretos entre condenados a muerte. No tenía importancia, quizá, pero los caminos de los dioses eran misteriosos.