Partida Rol por web

- "¡Maldición! Bobby, ve a ver, yo llamaré al Sheriff." -

Corro al teléfono público del Bowling Paradise, echo unas monedas y marco rápidamente el número de la Comisaría. Interiormente rezo para que no sea Stan quien coja el teléfono.

Tom aún estaba pensando en qué responderle a Matt sin que la gente que lo miraba resultara extrañada si daba una respuesta que no fuera de rigor cuando un vehiculo se dirige sin control contra el restaurante sin darles tiempo a reaccionar, o casi nada. Thomas grita a sus hijos que se aparten mientras les intenta incitar con un empujón y él mismo salta a un lado mientras un gran estruendo se oye a su alrededor. Apenas se atreve a levantar la vista mientras busca a sus pequeños con la voz.

- ¿Matt...? ¿Ben? ¿Hal? ¿Estáis bien?

Ante la negativa de Bobby le sonreí aunque la decepción que sentía se reflejaba en mi rostro -Otra vez será entonces. Mis padres no verían con buenos ojos que marchara esa noche con alguien ajeno a las jornadas.

Tras acabar el helado me dispuse a marcharme, dándoles un rápido vistazo a la pareja que había entrado recientemente y que tanto había llamado la atención de los presentes. Sin embargo no me dio tiempo a formarme una idea sobre ellos pues un coche, a toda velocidad, se empotró contra una parte del local.

¡Dios mío! -grité mientras trataba de apartarme del camino de los cristales que volaban a un lado u otro del establecimiento.

- ¡Hola mamí hola Darwin!- saludé con la palma blanquinosa a mamá que había acercado al enorme lobero irlandés. Estaba realmente gracioso allí un poco empapado levantando la pata como bien le había enseñado papi, bueno entre otras cosas. 

Después me gire de nuevo hacia la mesa - No señor "little bear" para tí no hay helado esta noche... ¿por qué? Pues porque... porque te sienta muy mal, y luego ves monstruos que lo ha dicho papi, así que no puedes y ya está.- dije con un tono casi enfadado y dictatorial al pequeño peluche con forma de oso que estaba sentado en la silla de mi lado. Mientras tanto me echaba otra cucharada de rica stratachela a la boca.  

Cuando el enorme estruendo de cristales destrozados llegó a mis oídos me levanté como una gata sobre la silla y miré hacia atrás. Sí efectivamente hubiese sido mucho más inteligente echarse a rodar, saltar por encima del banco o hacer alguna cosa, pero en ese momento solo pude decir - ¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!- con un tono tan agudo que podría haber perforado el tímpano de cualquiera que se hubiese encontrado cerca, solo me dió tiempo a resbalar de la silla torpemente y taparme los ojos...

- Encantado Sr Munson, le tiendo la mano sonriendo le y mirando al anillo hago un gesto apreciativo antes de seguir. - Todo un campeón, si señor es un placer hablar con una persona que alaba los objetos que construimos. Sería un placer que los probasen, ahora mismo no tengo ninguno en la ciudad...pero saco el teléfono móvil y escribo un correo a mi secretaria solicitando un juego de bolos y bola para mañana.... - Sr Munson. ¿De cuantos kilos son las bolas de bolos que usa para jugar?.  

Estaba absorto en esto cuando las luces de un vehículo se reflejaron en el cristal. - Creo que va demasiado rápido. Cada vez estaba mas cerca de nosotros. Me quedo con cara estupefacta cuando veo como esta apunto de embestirnos. - ¡Apartaos!

Bobby Joe no se había percatado del peligroso vehículo hasta que escuchó el primer impacto contra la acera. Instintivamente, cubrió con su cuerpo a Jennifer, para luego, tras el impacto contra el cristal, comprobar que todos estaban bien.

- Están todos bien? - preguntó, a voz en grito, tras asentir a Walter - Walt, pide también una ambulancia, probablemente ese tipo estará herido...

Y diciendo esto, tras comprobar que la guapa pelirroja estaba sana y salva, se dirigió hacia el exterior, bufando por la tromba de agua, para ver cómo se encontraba el conductor.

El coche ha quedado hecho añicos, y su conductor no responde después del brutal impacto. Miles de esquirlas de afilado cristal cubren el suelo, las mesas y la barra del bar.

Brenda, que estaba en primera fila puede ver como su madre, segundos antes saludaba tras el cristal, y al momento ya no estaba. Lo que queda de su cuerpo es una gran mancha de sangre y vísceras, la mayoría de ellas empaladas en los puntiagudos restos del cristal del ventanal. Brenda, tras el golpe está inconsciente en el suelo con una gran herida en la cabeza. Su perro Darwin, no para de ladrar y de aullar a su lado, visiblemente herido, pero más preocupado por la pequeña niña que por el mismo.

La mano de goma de Munson, que había utilizado para cubrirse la cara ante la inminente lluvia de esquirlas, está clavada en la pared, atravesada por un trozo bastante grande, mientras éste se asegura de que los que estaban cerca de él están bien.

Harpper, el hombre de negocios, no tuvo la rápida reacción del hombre sin mano, y tiene varios cortes en la cara, y un trozo clavado en el abdomen. No parece haberse clavado muy profundo, pero necesitará ayuda médica.

En la barra del bar, Orwen, el padre de Brenda se mantiene de pie, inmóvil con una sección de ventanal clavada en su enorme nuca. Aún respira, tose y vomita sangre.

Los demás, perplejos tras la dantesca imagen, intentáis recomponeros cómo podeis, para intentar ayudar lo antes posible a los heridos.

Uno de los niños de Tom, Matt, se revuelve del suelo y se levanta rápidamente para buscar a su padre, al que busca a gritos. Mientras, Tom, en su desesperación, llama a sus hijos, cuando se da cuenta de que Ben  tiene un gran trozo de cristal atravesándole el abdomen, mientras éste mira, incapaz de decir nada a su padre con impotencia. Hal, emulando a su hermano pequeño, se levanta y corre a ayudar a su hermano mayor.

La llamada llega a la comisaría tan rápido como es posible marcar y esperar el tono. Desde allí, Stan, que estaba a punto de irse a casa, responde sorprendido ante la llamada de auxilio de Walter. En seguida llegará la ambulancia, mantened a la gente calmada, y a aplicad vuestros conocimientos básicos de primeros auxilios a quien lo necesite. Espero que no sea muy grave, responde Stan.

Del resto de los cristales hechos añicos, aparecen con algunos rasguños y alguna herida el resto de clientes del Bowling Paradise, mientras su gerente Michael, no se cree lo que está pasando.

Tracy, que había estado esperando todo el día a que sucediera algo para poder hacer un buen reportaje, había encontrado su oportunidad. Nada más y nada menos que un accidente grave en el aclamado Bowling Paradise. Rápidamente sacó de su bolsa de mano una cámara de video pequeña. Enganchó su cable al micro, y empezó a grabar a la gente.

Tras un leve repaso de polvos de cara y pintalabios, empezó:

Aquí Tracy Yang, en directo desde el Bowling Paradise. Un gravísimo accidente acaba de ocurri hace apenas unos instantes, en el cuál un hombre, presuntamente drogado o en estado de embriaguez, a acometido contra la cristalera principal del restaurante del complejo recreativo. Varias personas están heridas, y vemos, ¡!Oh dios mio!!, ¡!!hay un muerto, y una niña sin sentido!!

Tracy se acerca rápidamente al ayudante Walter D. WoodRow, y le enfoca, mientras éste con su cara palidecida, llama a la central en busca de ayuda.

Señor, señor, unas preguntas, ¿cómo reaccionará la justicia frente a éste presunto homicidio?

¿Ha llamado a la central de policía? ¿Es usted agente de la ley retirado o acaso está sancionado por abusos de autoridad, cómo ha venido pasando en los últimos casos conocidos de hace 2 días?

- ¡Eh! ¿Oiga? ¡Responda! - preguntaba Bobby Joe al tipo que estaba al volante del vehículo siniestrado. Le había separado del volante para ver si respiraba, pero no reaccionaba. Por seguridad, apagó el contacto para evitar una explosión por culpa del motor, y se dirigió hacia el interior.

Sin embargo, se percató de que había una gran mancha oscura delante del coche, una mancha que no había visto anteriormente. Al principio pensó que era aceite, o gasolina, pero luego comprobó horrorizado que era sangre, un gran charco de sangre y vísceras. Las náuseas no tardaron en llegar, y tuvo que apartar la mirada y respirar hondo para no vomitar allí mismo. Era la primera vez que veía algo tan grotesco tan de cerca, y era horrible.

- Joderjoderjoder - decía, intentando controlarse, mientras seguía mojándose por culpa de la lluvia. Su primera reacción fue cubrir el cadáver pero... ¿cómo? Había demasiados restos y aquello era una carnicería. Lo mejor sería evitar que la gente saliera fuera. Entró al Bowling Paradise, intentando que no se viera su malestar, y alzó la voz - Bien, escúchenme todos. Aquellos que estén sanos y salvos, diríjanse al otro lado del restaurante para evitar más accidentes. Por favor...

Fue cuando se fijó en que había una reportera intentando sacar una buena noticia, y encima acosando a Walter. Eso fue demasiado. Con los puños cerrados se dirigió hacia ambos, interponiéndose a las malas.

- ¿Pero qué cojones te crees que estás haciendo? - dijo, gritándole a ella, y al cámara, sin importarle salir en antena - ¡Joder, hay gente herida! ¡Tened un poco de consideración y echadnos una mano!

- ¡Eh! ¿Oiga? ¡Responda! - preguntaba Bobby Joe al tipo que estaba al volante del vehículo siniestrado. Le había separado del volante para ver si respiraba, y tras comprobar sus constantes, se dio cuenta de que había fallecido. Por seguridad, apagó el contacto para evitar una explosión por culpa del motor, y se dirigió hacia el interior.

Sin embargo, se percató de que había una gran mancha oscura delante del coche, una mancha que no había visto anteriormente. Al principio pensó que era aceite, o gasolina, pero luego comprobó horrorizado que era sangre, un gran charco de sangre y vísceras. Las náuseas no tardaron en llegar, y tuvo que apartar la mirada y respirar hondo para no vomitar allí mismo. Era la primera vez que veía algo tan grotesco tan de cerca, y era horrible.

- Joderjoderjoder - decía, intentando controlarse, mientras seguía mojándose por culpa de la lluvia. Su primera reacción fue cubrir el cadáver pero... ¿cómo? Había demasiados restos y aquello era una carnicería. Lo mejor sería evitar que la gente saliera fuera. Entró al Bowling Paradise, intentando que no se viera su malestar, y alzó la voz -Bien, escúchenme todos. Aquellos que estén sanos y salvos, diríjanse al otro lado del restaurante para evitar más accidentes. Por favor...

Fue cuando se fijó en que había una reportera intentando sacar una buena noticia, y encima acosando a Walter. Eso fue demasiado. Con los puños cerrados se dirigió hacia ambos, interponiéndose a las malas.

- ¿Pero qué cojones te crees que estás haciendo? - dijo, gritándole - ¡Joder, hay gente herida! ¡Ten un poco de consideración y échate a un lado!

Sangre. Lo único que se podía ver era sangre por todos lados. Durante un momento un recuerdo del pasado le cruzo la mente Sangre por todas partes pero con un leve movimiento de cabeza logro desecharlo tan pronto como vino. Había cosas mas importantes.

Joder, uno de esos cristales me ha pasado rozando la cabeza, ha faltado muy poco....

Hizo un rápido análisis de la situación, cuando las crisis llegaban los viejos hábitos surgían veloces. Había varios muertos y los heridos empezaban a gemir quedamente, por suerte el sheriff parecía que se había puesto en acción y empezaba a organizar. La niña inconsciente podía esperar y el otro niño.... bueno había visto muchas de esas como para ser optimista, lo mejor sería ayudar al viajante.
Tranquilo, no se mueva dejeme ver que tiene- acercandose al viajante - bueno, parece que no es muy grave lo de la cara pero el cristal del abdomen hay que sacarlo.
Le saca el cristal y tapona la herida con una servilleta cercana. Todos habían aprendido en Irak tratamiento básico de heridas pero lo justo para que el herido aguantase hasta que llegase el médico de campaña.
Compañero esto es lo que puedo hacer, debería verte la herida un médico, pero supongo que no tardaran mucho, el sheriff ya ha avisado

El impacto del coche contra el ventanal había sido brutal y aunque este no había llegado a alcanzarme cientos de fragmentos del cristal reventado habían actuado como una granada de fragmentación. Bastantes de estos cristales habían arañado mi cuerpo, mientras me retorcían en el suelo pude sentir como lago húmedo empapaba mi camisa cerca del abdomen, lentamente bajo la mano hasta allí donde puedo notar la tibieza de un largo fragmento de cristal.

El tipo que había estado criticando mis intentos por hacer la venta se acerca hasta mi e intenta reparar el daño causado por el cristal.

- Caguen la puta, esto parece que no...pero duele.

Por suerte conseguí esquivar todos y cada uno de los cristales gracias a mis reflejos y al bueno de Bobby, que se interpuso entre ellos y yo -Gracias-susurré, conmocionada.

Sin embargo no había tiempo que perder, la situación era realmente comprometida. Al menos tres muertos o moribundos en el local, aparte del conductor del vehículo. Me fijé en lo que hacían los demás y en la pequeña cría, ahora inconsciente y huérfana, y me decidí a actuar a voz en grito -¡Aquí podéis ver a Tracy Yang, la reportera que, dejando de lado su humanidad, se dedicó a grabar mientras la gente moría a su alrededor. Y no solo eso si no que comenzó a atosigar a preguntas a los que tratamos de ayudar a los heridos y moribundos. En una palabra, señoras y señores, un ser despreciable que, por cierto, esté probablemente delitos de omisión de socorro- solo fueron unos pocos segundos gritando pues las palabras salieron de mi garganta más rápidas que los cristales que habían atravesado a la mayoría de los presentes.

Los heridos menos graves deben ser llevados al restaurante, yo me encargo de la cría. Bobby, quédate aquí para atender a los heridos mientras la ambulancia viene y que tu compañero nos acompañe al comedor para organizarlo todo ¿alguien puede darnos toallas mojadas? Creo que son buenas para taponar las heridas -aún en situaciones límite me encontraba en mi salsa dando órdenes y organizando y esta ocasión fue una más. Tras las pertinentes medidas, que creí acertadas, corrí hacia la pequeña, cogiéndola en brazos con sumo cuidado y llevándola hacia el comedor, donde esperaba encontrar toallas o algo para tratar de ayudarle con sus heridas. La chica debía pesar unos cuantos kilos pero la adrenalina que corría por mi cuerpo me dio fuerzas más que necesarias para que la pequeña fuera como una pluma en mis brazos.

Nada mas impactar el coche, mi mente se queda en blanco. Solo veo sangre, gente corriendo, gritando o muerta en el suelo. El miedo se apodera de mi e intento reunir fuerzas para serenarme, en vano. Mi mente se colapsa y no puedo hacer nada mas que quedarme parado en medio de todo el caos.

Matt se acercó rápidamente y cogió una de las manos ensangrentadas de su hermano. Ben, dime algo, hermanito, todavía tenemos que jugar una partida los cuatro juntos.

Ben, podía oír todo lo que Matt le decía. Giró su cabeza y con lágrimas en los ojos le respondió. Hermanito, me temo que no va a poder ser, tengo mucho frio, y no siento los dedos de las manos. Creo que no podré jugar contigo en tu cumpleaños, pero seguro que mañana…..

El cuerpo del niño quedó inerte mientras una hilera de sangre salía de su boca. La mano que sostenía el cristal se estampó en suelo, haciendo un ruido seco y chasqueante cuándo sus nudillos impactaron con el suelo. Un sonido que nadie desde entonces podría olvidar.

Matt lloraba desconsoladamente. Hermanito, respóndeme, no es hora de dormir todavía, hermanito  toma, si tienes frio, ponte mi chaqueta. Matt se quitó la prenda y la puso alrededor de éste, aunque ya no surtiría mucho efecto. Mientras Hal, se limitaba a mirar incapaz de hacer algo por sus hermanos. Estaba bloqueado.

Josh Taki se levantó conmocionado desde detrás de la barra, y al ver el esperpéntico panorama se metió a la trastienda para recuperar el aire, y empezar a recapacitar sobre lo que acababa de ver.

En un momento irónico de la noche, el hombre que criticaba al vendedor de bolas de bolos, coge una servilleta, e intenta hacer presión en la herida de éste último. En cuánto posa la servilleta se empapa de sangre, quedando inservible. Parece que una sola servilleta no va a hacer mucho efecto en un corte así, mientras el hombre de mantenimiento, en una impresionante y épica acrobacia ha conseguido mantener su cerveza intacta. Su cara de sorpresa sólo es superada por la dantesca escena de vísceras, tripas, carne cortada y sangre empapando el suelo del Bowling Paradise.

Tracy Yang seguía acosando al ayudante de policía ignorando las quejas y súplicas de los demás presentes. Apenas unos minutos después un coche de policía llega a la escena. Es el sheriff Coltran.

- "¡Por favor, que todo el mundo se calme! Este es el Ayudante Joe, yo soy el Ayudante Woodrow. Los dos somos Agentes de la Ley en Lawrence.

La oficina del Sheriff ya ha sido avisada y nos están enviando ambulancias en este momento. Que todo el mundo se tranquilice." -

Mantengo una expresión preternaturalmente calmada y mi voz suena con claridad y rotundidad.

Los que me conocen se quedan aturdidos y sorprendidos al verme, pues normalmente soy apocado, nervioso y tímido. Y ahora hablo con el aplomo de un candidato a la Presidencia de los Estados Unidos.

El sheriff intenta recomponerse rápidamente ante la escena. Joder, ¿pero qué demonios ha pasado aquí?

Echa un rápido vistazo y ve a sus dos ayudantes, uno que debería estar en casa de baja, y el otro que debería estar patrullando.

Bien, omitiendo el hecho de que ninguno de los dos está haciendo lo que debería, ¿alguien me va a explicar que cojones ha pasado aquí, y porqué hay tanta gente muerta en mi condado?

Bobby, tú estás de servicio, así que te toca a ti hacer el informe. Ayudante Walter, no sé qué cojones haces aquí pero no va a ayudar a tus depresiones, si puedes ayudar hazlo, y si no estás tardando en mover tu culo hacia tu casa.

El sheriff llamó rápidamente a la central para que enviaran varias ambulancias y 3 coches de recuperación de cadáveres. 3, coches, joder, creo que no he tenido que usar nunca ninguno, y ahora me estreno con 3. Puta mierda.

El sheriff Coltran se dirige hacia el hombre del coche, y le aparta la cabeza del claxon. Ya vale pesado, ¿te has muerto y sigues dando por culo? Registró al hombre y en su chaqueta llevaba su cartera.

Bobby apunta, John Blutter, de Kansas, 52 años. Empleado de One World, joder lo que nos faltaba, tener esa gente por aquí. Parece, por los síntomas y la rigidez de sus extremidades, que éste hombre murió antes del accidente, posible ataque cardíaco. Presenta un hematoma extraño, parece una mordedura de perro o algo así en su pierna izquierda. Pudo ser atacado por alguno de esos perros callejeros de los cojones. Llamad también  a los de la perrera y que se pongan las pilas, no quiero que nos moleste la gente diciendo que un chucho de mierda está mordiendo a la buena gente de éste pueblo.