Partida Rol por web

Joder, ni acercarse a la doctora podían para pillar unos tristes guantes. O indispensables, más bien, pero incluso si no los atrapaba, estarían estériles por dentro, ¿No? - Vale, ¡Tíralos! - Contestó a Allison. Al menos había luz de nuevo, así que podría ver la bola, y se ve que la llamaran y captaran su atención, tener que centrarla en otra cosa, con Charlie fuera de escena, la calmaba un poco más.

Miró a Sam. - Bien pensado. - Era horrible pensar en encerrar a aquellas personas, darles una muerte segura, horrible, pero acababan de verse en una situación muy similar con la puerta de la cocina, ¿No? - ¡Ten cuidado! - Le pide. No sólo por los zombis, exactamente, recordando la orden del... Capitán, que no es que le viniera a la mente por respeto, precisamente, si no por las reprimendas que estas pudieran conllevar.

Kate había visto muchas veces sangra, era algo que no debería afectarla , había tenido las manos manchadas de sangre anteriormente, pero esto era distinto, no podía dejar de sollozar asustada.- Estaba muerto, estaba muerto-, no paraba de repetir mientras miraba aquel ser con la cabeza reventada por Samuel.

Asintió ante las palabras de Samuel y recogiendo el cuchillo y sus zapatos de tacón salió corriendo hacia afuera de aquel baño.

Todo era real, si real se repetía en su cabeza y ahora solo tenia una idea en su mente HUIR.

Al final lancé los guates a la mujer y los pudo coger sin dificultad. Avancé con Bobby pegado a mí. No me atrevía a decirle nada y, literalmente, saquee ambos cuerpos. Del mendigo me quedé el mechero gastado, aún hacía chispa y con eso se podía hacer fuego y el poco dinero que llevaba. Del joven, me quedé su Iphone, así no usaría mi móvil como linterna y la batería duraría más. Me quedé el dinero nuevamente, los condones, por si en lo que parecía un nuevo mundo, los necesitase y miré la bolsa con polvo blanco. No había que ser muy inteligente para suponer lo que era.

Sabía el "bien" que podía hacer a alguien en caso de necesidad, al igual que el mal. Así que la guardé en un bolsillo.

- Algo de dinero, un móvil y un mechero gastado. El tabaco del mendigo he pasado de tocarlo. - Le dije a ambos antes de ver a Sam ir hacia el baño. Sabía lo que había dicho Charlie sobre ir allí, pero no sabía si iba enserio o no.

Que demonios. Iba enserio.

Mis ojos se clavaron en el lugar donde debía chico con el mordisco en la pierna. ¿Kevin se llamaba?

Las líneas telefónicas seguían colapsadas y guardé mi móvil. Si sobrevivía lo suficiente, ambas ciudades serían controladas y tomadas de una vez y podría volver a llamar, quizás con las líneas bien. Miré a mi lado. Bobby seguía pegado a mí, fiel como su dueño le había ordenado.

Sam antes de salir del baño aprovecho para limpiarse las manos y la cara con el agua para intentar estar más, presentable si cabía, además de intentar enfriar sus pensamientos. Tras ello salió de los baños mojado y con algo de sangre y restos de lo que sería el tipo que estaba dentro del baño. Miró a los demás, el extintor que tenía entre las manos estaba lleno de sangre y seguramente restos de hueso y él estaba agitado por la situación que había vivido ahí dentro. - ¿Charlie no ha vuelto?.. Hay que ir a por él también.. se lo veía algo aturdido, pero no derrotado, ni herido, no al menos físicamente.

Bobby, que se había quedado sentado se levantó y siguió por unos instantes a Allison, se quedó cerca suyo olisqueando aquellos cadáveres pero enseguida perdió el interés y empezó a deambular por el restaurante, pescando de vez en cuando algo de comer, seguramente los bombones que os pusieron cuando llegasteis, que se habían perdido entre el destrozo del accidente.

Luego empezó como nervioso a seguir un rastro pero el sonido de los que salían del lavabo le hizo perder su concentración.

Carla parecía que ya no tenía nada mas que echar y se había quedado sentada con la mirada perdida en uno de los laterales del restaurante, cerca de la salida.

Hacía lo posible para evitar mirar la mesa donde estaba Jerry.

Se alegró momentáneamente al ver salir a los 3 integrantes del grupo del baño, aunque le duró poco el respiro y se echó a llorar.

— Por favor, que venga el Sheriff ya o quien sea, esto es una pesadilla.. por favor..

Jerry permanecía ya inmóvil encima de esa mesa. Aunque su herida había sido taponada tenía toda la zona manchada de sangre. No parecía respirar ni hacer ningún movimiento.

A primera vista parecía que había muerto.

Tardé en reaccionar. Kate y Samuel me exhortaban para salir del baño, y sí, hay que salir, escapara de esta pesadilla, pero es que no podía apartar la mirada del cadáver del conductor. Resultaba hipnótico. Cuando conseguí dar un paso, le di un par de patadas para cerciorarme de que no se levantaría. ¿Cómo iba a hacerlo con la mitad de la cabeza chafada? 

Me aparté, imité a Sam y me lavé manos y cara de toda la sangre que pude. Nervioso, alucinado, medio ido. El shock no me permitía pensar con claridad ni moverme con soltura. -Está muerto, Kate. Está muerto, ahora sí. -repetía más para mí mismo que para la chica. Un mantra en voz alta para asegurarme de que era cierto. 

Una vez fuera...todo estaba igual o peor. Miré aquí y allá sin ver nada, mi mirada turbia me bloqueaba. Vi a Carla, y, por puro instinto, me acerqué a ella. -Es una pesadilla, coincido. Vamos, ponte en pie, no te derrumbes ahora. 

No creo que venga el sheriff ni nadie.

Tras cerrar la puerta decides irte sigilosamente hacia la barra del bar donde estuviste tomando una cerveza no hace mucho, aunque parecía una eternidad.

Diste un paso... dos pasos... tres pasos y escuchaste un fuerte golpe como si alguien se hubiera estrellado contra la puerta que dejaste atrás. A partir de ahí simplemente escuchabas varios golpes consecutivos como si quisieran echar la puerta abajo.

¿Porqué no abrían simplemente la puerta usando el pomo?

Seguiste avanzando.. cuatro pasos.. cinco pasos.. seis pasos y escuchaste ahora un ruido muy característicos de unos bolos cayendo y chocando entre ellos, te giraste por puro instinto y viste que el tipo de la gorra confederada se estaba arrastrando para salir por ahí debajo.

No tenías claro si te había visto o no porque justo te estabas metiendo por detrás de la barra y estaba todo oscuro.

¿Me habrá visto? Puto confederado, joder... Bueno, mientras no traiga a sus amigos no será tanto problema, creo... Pensaba Charlie mientras iba agachado hacia la puerta de la cocina, no quería que su cabeza sobresaliera por encima de la barra del bar.

Continuó intentando ser discreto en sus movimientos hasta cuando llegó a la cocina, dónde se irguió, no dejaría que los miembros de su pelotón lo vieran en una posición lamentable. 

Aprovechando la oportunidad, tomó al pasar un atizador con el que seguro debían de preparar el fuego con el que hacían los bistec asados. Tsss... Me quedé con las ganas de quitarle el bate a ese panzón de mierda, pero tendrá que bastar, al menos es más ligero y puedo llevarlo en la mano mala.

Y Bobby al final me abandonó. Estaba claro quien le había entrenado y ese no estaba disponible en aquel momento. Charlie sabía lo que el perro podía hacer, pero quien sabía tratarle era su dueño, no él.

Todos salieron del baño, más o menos alterados y manchados de sangre. - Coged vodka para desinfectaros, con un mínimo de 50% de alcohol. - Les dije a todos al verles lavarse y volví a mirar al chico. - Mierda... - Susurré entre dientes. No era común en mí decir ese tipo de palabras, pero... todo aquello me sobrepasaba.

Mi mano se alzó y señalé a Kevin o Terry o como se llamase el chico. - ¡Gente! ¡Ha muerto! - Dije caminando hacia atrás, con la voz temblorosa. - O le rompéis el craneo ya o... se levantará también... - Yo no tenía fuerza para eso. No era más que una maldita doctora embarazada que el destino quiso que acabase allí. Empezaba a lamentarme de mi decisión de dejar New Jersey y me anterior empleo.

Tendría que lidiar con House, pero... era mejor que todo esto.

Pero lo que más me preocupaba era que aún no se había oído nada, ningún ruido en la habitación donde se había metido Ronald. Quizás no hubiese nada allí o puede que... No quería ni pensar en perderle. Estaba chiflado, pero no era él... debía encontrar la manera de ayudarle, pero no quería separarme del grupo, ahora que estábamos casi todos juntos.

- ¿Algún herido? - Pregunté al final mirando a los tres que salieron del baño para volver a mirar al chico con la herida en la pierna y muerto. - Porque la prioridad es acabar con él, pero la mía es la de curar a los heridos.

Atrapó los guantes que le lanzó la doctora, encontrando cierta chispa de satisfacción en ello, y comenzó a desenrollarlos para ponerse un par mientras escuchaba a Carla. - Y que lo digas... - Añadió, pero si aquello era como en las películas, dudaba que el sheriff tuviera mucho que hacer, o que llegara siquiera. 

Miró tensa a los que salían del baño con la cantidad de sangre que había sobre ellos. La sangre ni siquiera le impactaba tanto ya de por sí, si no el pensamiento de que estuvieran heridos, el shock del pobre Singleton, las pruebas de violencia goteantes en el arma improvisada de Samuel. Supuso que los demás habrían mencionado algo si les hubieran mordido... ¿No? Es difícil distinguirlo entre tanto rojo.

Para colmo, el joven empleado parecía haberse quedado sin tiempo. Otro más, y la doctora apremia a rematarlo. - Yo no... No. - No veía la forma de ponerlo en palabras, pero esperaba que fuera suficiente como para que se entendiera que no iba a ofrecerse voluntaria para reventarle la cabeza al pobre chaval. 

También vigilaba al perro. Mi pobre Rosa. Con lo que le gustaban, ninguno le había causado tanto... Respeto, nunca antes. Prefirió no moverse demasiado cerca de él. - ¿Qué ha pasado ahí dentro? ¿Estáis todos bien? Tengo algunos guantes aun. - Los levantó para quien los necesitara tras acabar de lavarse las manos. Normalmente se preocupaba por la gente, pero no mostró lo mismo cuando Sam preguntó por Charlie. - Está claro que Charlie se las sabe apañar, está armado. - Les recordó. Él solito se había cargado ya a unos pocos, y precisamente por eso, no tenía muchas dudas respecto a si volvería o no. Tampoco es que le deseara ningún mal, sólo... Prefería tenerlo lejos. - Ni siquiera deberíamos esperar al Sheriff. - Aclaró en primer lugar, por las palabras de Carla. Tampoco ella miró a Jerry, ignorándolo deliberadamente. - En cuanto Charlie vuelva, tendríamos que marcharnos cuanto antes. - Se oponga quien se oponga y asumiendo que no haya más infectados entre ellos que debieran quedarse atrás. Aunque bueno, igual no pensaba lo mismo si el que se oponía, por cualquier motivo, fuera Charlie con la pistola en la mano.