Partida Rol por web

¿Acaso soy yo el guardian de mi hermano?

Nudo: Revelaciones nocturnas

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18/10/2011, 23:33
Constanza - Pietro

Viendo que los sirvientes casi tiraban la sopa en vez de servirla, le dije al que tuviese más cerca.

-Tranquilo hombre... médico y todo no quisiera tener que atender a nadie por quemaduras. -Mi intención era amenizar un poco la cosa y de paso, ¿por qué no?, fijarme si estos hombres tenían signos de alguna fiebre o algo que los haga llevar los platos de semejante manera.

"Quizás sea la primera vez que sirven, como todo el mundo está enfermo, tal vez sean campesinos no acostumbrados a esta tarea. O capaz están nerviosos, aunque no sabría por qué?"

No quise preguntar así que simplemente presté bastante atención a ellos.

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19/10/2011, 16:36
Martín Rodríguez

Lo cierto es que me importa un bledo lo que le ocurra a esa puta que llegó con nosotros —si es algo malo merecido será por todos sus pecados—, pero me interesa saber si el consejero tiene una lengua de fiar o no, y la verdad, por sus modos y excusas podría parecer que no. No hay que tener una gran empatía para percatarse de la incomodidad que muestra con el tema. Demasiada como para tratarse solo de una ausencia por el malestar del viaje.

Don Iñigo me ha demostrado en solo medio día ser una persona razonable y justa —asiento ante la afirmación de Nuño—. No cabe duda de que será un buen responsable de la villa. ¡Brindo por él!

Y para mayor gusto, justo cuando el vino termina de caer por mi garganta aparece por fin la esperada comida. No tengo ninguna intención de dejarla mucho enfriar, así que voy al grano con la conversación.

Es curioso lo que comenta, Don Nuño, pues la chica gozaba de buen aspecto tanto durante el viaje como al llegar aquí —digo presionando con el tema—. De hecho parecía estar deseosa de dejarnos para presentarse ante el joven conde.

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19/10/2011, 20:35
Elena del Valle

Ya estaba devorando el cesto del pan para cuando trajeron la comida, que sin duda, me apetecía más que el pan sin ningún condimento por lo que lo dejé y miré al plato satisfecha de tener algo que llevarme a la boca.

Iba a llevarme la cuchara a los labios cuando las palabras de Pietro me hicieron pararme, pues tenía razón y lo que menos me apetecía era quemarme la lengua, aunque no se fuera a notar demasiado tampoco con lo que acostumbraba a hablar, pero sería muy molesto y tardaría unos días en curarse.

Como si el resto de la historia no fuera conmigo, soplé al contenido de la cuchara antes de llevármela a la boca y probar aquello que el cocinero del que había hablado el pijo había cocinado. Viendo lo que había ahí fuera seguro que la comida tampoco sería una maravilla, pero estaba acostumbrada a comer cualquier cosa que encontrara en los caminos, por lo que esperaba que fuera lo que fuera lo que nos íbamos a comer, no me sentara demasiado mal. 

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19/10/2011, 21:47
Rodrigo de Valmaior

Rodrigo que ya estaba bastante contento por que les traían la comida, escuchó las palabras del noble, y más tarde las del alguacil. Luego miró a la cara del joven noble y la del consejero. Allí había gato encerrado, o eso le parecía, así que decidió sumarse al juego, pero dándoselas de tonto que solo sabe usar las armas:

- Bueno hombre, siempre se puede poner un mal, pero creo que sería de buen gusto que la visitaramos luego de comer, para ver que tal está, por eso de que viajó con nosotros...bueno, siempre y cuando el señor nos deje, que seguramente nos deje, verdad buen Nuño?

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20/10/2011, 21:40
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Espero a ver que dice Nuño. Puede que la mujer esté indispuesta, pero habrá que saber porque. Me estoy imaginando algo, pero espero que lo que estoy pensando no se haga realidad. No me gustaría encontrar a Blanca con el mismo mal que ataca a esta villa...

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21/10/2011, 23:43
Constanza - Pietro

Ni bien vi que el hombre tosía temí que la enfermedad también se haya propagado aquí. Me levanté del asiento y me acerqué al noble, preguntando.

-Decidme la verdad, puesto que médico y todo, no tengo las potestades de Nuestro Señor para obrar milagros. ¿Tenéis la enfermedad? Si no sois sinceros conmigo poco puedo ayudarles.

Les dije tanto al noble como al otro hombre que lo estaba asistiendo. Para mí ya había estado bien de tanto protocolo, cuánto menos supiéramos más nos arriesgábamos. Incluso temí lo peor de la compañera que viajaba con nosotros. Quizás ella también presentaba síntomas.

-Decidme todo, por favor. Ayudadme a asistiros.

Repetí, ya bastante cansada de toda esta situación bizarra...

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22/10/2011, 21:45
Elena del Valle

No necesitaba ni escuchar a Pietro para saber lo que sucedía, y me parecía que o salíamos cagando leches de ese sitio o el resto acabaríamos igual de enfermos y de muertos que los del carro.

- Joder! - Dejé la cuchara en el plato y me lo pensé dos veces, pero claro, si no comía me iba a morir igual así que confiaba en que hubiera hervido bien en la cocina.

- Lo que me faltaba es que tuvieran que enterrarme en esta mierda de sitio!

Pero yo lo que tenía bien claro es que a los primeros síntomas no sufriría mucho más, yo misma me encargaría de atajar mi problema. No tenía ninguna gana de que tuviera que atenderme nadie de ese lugar.

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23/10/2011, 19:13
Martín Rodríguez

Viendo que claramente quieren dar por concluido el asunto de la puta me callo y empiezo a comer. Me sorprendo al descubrir que la comida merece realmente la pena y empiezo a llenar mi estomago como si no hubiese mañana (hecho que podría ser cierto teniendo en cuenta donde estamos y la situación).

Cuando oigo el aullido se me hiela la sangre. Que el consejero se levante a cerrar la ventana descaradamente tampoco ayuda demasiado, pues da la impresión de que lo hace precisamente para ahogar el sonido, no por el viento, por mucho que el conde tosa después. No abro la boca, pero mi lenguaje corporal lo dice todo.

En un instante mi apetito desaparece, puede que sea por el suceso o puede que sea porque en realidad ya he comido y bebido suficiente, y me quedo casi congelado, con cara de idiota, esperando a que den respuesta a Pietro mientras expulso con rapidez de mi cabeza los recuerdos del sabueso infernal.

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25/10/2011, 19:12
Constanza - Pietro

Cuando veo la máscara esa no sé muy bien qué decir. Me gustaría preguntar sobre quién le recetó semejante ridiculez, aunque no puedo hablar tal cosa. Pero a menos que tenga algo mágico dudo que una máscara de madera proteja contra ningún virus.

-Disculpe señor, mi error.

Digo, volviéndome a sentar y tratando de aparentar tranquilidad. Mis ojos, sin embargo, buscan a los de Elena porque ya quiero partir pero no sé cómo demonios excusarme. Entonces me asalta una idea.

-Mi señor, si me permite estoy realmente cansado y no puedo comer más aunque lo desee. Si me permite usted y mi señor Hidalgo, os pido permiso para excusarme e ir a descansar un poco...

- Tiradas (1)

Motivo: Excusarme de la mesa

Tirada: 1d100

Resultado: 98

Notas de juego

dire, como siempre te pregunto, si tengo que tirar algo díme. :B ya tiré

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25/10/2011, 22:12
Elena del Valle

Levanté la cabeza cuando escuché aquellas palabras. Sí, vale, entendía que era un noble y que creían poder hablar a todo el mundo como les saliera del asunto, pero entrecerré los ojos, dejando claro que no replicaría a sus palabras, pero también que no me habían gustado.

No entendía por qué se comportaba de aquella manera y sobretodo, cuando resultaba que la gente a la que estabas gritando, pudiera ser quien en algún momento pudiera salvarte la vida, pero por mi parte, en vez de tenderle una mano ya se había ganado el que le diera una patada en el culo.

Eso sí, era mejor guardarte la sorpresa para cuando se diera el caso y entonces soltar alguna frase lapidaria para que recordara que el hecho de que te tratasen como un perro quizás desembocaba en que luego te mordieran una mano.

Al final, negué con la cabeza, como pensando que aquello no tenía ningún arreglo y guardándome mis opiniones y mis pensamientos, como siempre, poco agradables para con los listos, comencé de nuevo a cenar, intentando no pensar en lo que podría suponer enfermar en aquel sitio.

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25/10/2011, 22:58
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

—Bueno, no hará falta tampoco que llegue la sangre al río —digo mirando a los comensales, mientras me limpio educadamente la comisura de los labios con una servilleta— Hoy ha sido un día algo duro, necesitamos descansar y reponer fuerzas. No necesitamos pelear entre nosotros.

Dicho esto, retiro un poco el plato de mí, para decir—Por mi parte, yo estoy lleno. Necesito descansar un poco, así que si me disculpáis...

Me levanto de la mesa tras decir esto, para después decir— Por cierto, me gustaría hablar en un rato con el grupo, así que nos vemos en un rato en mis aposentos. Señorito, Don Nuño... —Al decir esto último hago una reverencia, y salgo por la puerta, en dirección a mis aposentos. Espero que esta vez no haya un monstruo infernal esperándome allí.

Notas de juego

Vamos a dar un poco de caña a esto, que a este paso veo que nos tiramos dos semanas roleando la comida.

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25/10/2011, 23:33
Rodrigo de Valmaior

Roderigo, que llevaba un rato callado, se levantó de su asiento, y con un zanco de pollo a medio terminar en la mano dijo:

-Si me disculpan mis señores, me iré con mi jefe. Una comida maravillosa, por cierto, enhorabuena al cocinero.

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26/10/2011, 16:54
Martín Rodríguez

Después de todo, era difícil que esta comida terminase tranquila, pues bien sabe Dios que las gentes humildes no están hechas para compartir mesa con poderosos. Quizás si la situación de la villa fuera otra y no esta tan tensa, precaria y llena de males la cosa habría terminado de buena manera.

La lástima que me profesa el conde en estos momentos llena mi pensamiento y hace que ignore los recuerdos de la bestia. No parece mala persona, y creo que esta libre de culpa de los males de la villa, pero algo me dice que no vivirá mucho. No tengo duda de que el consejero le maneja a su antojo, y quién sabe si no ocurría lo mismo aún cuando Don Pedro mandaba.

Tengo que darle la razón al mercenario —digo al chiquillo—. Creo que hasta no soy digno de tantos buenos sabores. Sin duda, lo mejor de la villa que he visto hasta ahora.

Tras mi comentario me levanto y recojo mis enseres para ir en pos de Don Iñigo, no sin antes despedirme con toda la poca cortesía que he aprendido a lo largo de mi vida.

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27/10/2011, 12:51
Elena del Valle

Yo seguía comiendo no fuera a ser que luego no pudiera comer en dos días, cosa que ya había sucedido en más de una ocasión y que sabía lo complicado que resultaba, pero en cuanto vi que el resto comenzaba a levantarse, dejé de ponerme hasta las cejas, para limpiarme los labios y mirar a quién me estaba preguntando.

- Elena y vengo de Portugal.

Con mi habitual " escuetismo " de siempre no conté mucho sobre mí y me puse en pie.

- Si me disculpáis... he de ir ... - Señalé hacia el lugar por el que se habían ido ya parte de mis compañeros, pues ahora tocaría esa reunión de la que había hablado el noble y yo quería enterarme de lo que sucedía por este lugar.

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29/10/2011, 16:04
Martín Rodríguez

Ahora que ya estamos todos reunidos y algo resguardados de miradas y oídos ajenos es el momento de planear el siguiente paso.

Yo no he podido averiguar mucho —digo apesadumbrado—. Solo sé que no hay de quien fiarse. Hasta un primo mío parecíame que ocultaba cosas y trato de esquivar mi conversación. En cuanto a la bestia infernal… si los aullidos que hemos oído durante la comida pertenecían a ella, es posible que tenga su guarida en la laguna.

Notas de juego

Samuel, ¿sé si por esta zona abundan o no los lobos comunes? Es por saber cuanto de sospechosos son los aullidos de la comida.

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30/10/2011, 02:14
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

—La criatura de la laguna no sé si será real o no, pero lo que sé es que todo apunta a la misma. A eso, y a que la bestia que me atacó era tan real como nosotros.

Diciendo esto, caigo en la cuenta de que cuando el ataque sólo estaban presentes Martín y Elena, así que relato para el resto—. Por si os lo preguntáis, me atacó una bestia infernal cuando iba por el pasillo. Suena cuento y locura, y yo mismo no lo creería si me lo contasen, pero es lo que vi, y lo que me atacó. Por suerte, o mas bien por desgacia; Martín y Elena pueden confirmar que no son invenciones mías. Ojalá lo fueran.

Diciendo esto, vuelvo al tema expuesto por el alguacil—. Parece ser que sí, que todo apunta al lago. Al parecer, hay algo en el lago, algo que parece no ser una criatura de Dios. Aunque eso no es todo, aunque seguro estoy de que el lago será nuestro próximo destino, si es que queremos saber que pasa en este lugar.

Cuando digo esto último, miro a los presentes, para decir—. Todo parece que quien causó esto fue la madre del señorito, aunque de esto no estoy del todo seguro. Es lo que se dice. Por lo visto, era una mujer adoradora del diablo, que contaminó al pueblo y mató con sus malas artes a su marido. Lo malo de esto, es que al ser una bruja, el párroco del lugar no dejó que sus restos descansasen en el cementerio. Por lo visto, se la veía pulular por el lago antes de ser ejecutada, así que puede que ahí esté la raíz de todo este mal. Si alguno os lo preguntáis, no sé donde están los restos, aunque podría ayudar... No sé como, pero tal vez podría.

Tras esto, creo que no me dejo nada en el tintero, por lo que espero por si alguien tiene algo que decir.

Notas de juego

Creo que no me invento ni me dejo nada, ¿no?

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30/10/2011, 14:08
Elena del Valle

Cuando llegué junto al resto sólo hice un gesto con la cabeza para no interrumpir lo que estabas diciendo y las palabras del noble me dejaron bastante sorprendida, aunque si era lo que había dicho el cura no me lo podía terminar de creer del todo.

- Lo del perro gigante ya se lo he dicho yo a algunos antes y es cierto. Encima añado que puede controlarte la mente y casi le doy un hachazo a Martín... 

Lógicamente no se lo iba a dar a posta cuando era mi compañero en un trabajo, si no lo fuera, tampoco pondría la mano en el fuego a que no lo pudiera hacer si me cabreaba.

- De todas formas, esa debe de ser la versión del cura ¿ no? - Di por supuesto porque era con el que había hablado. - Me parece que habría que buscar a alguien más que supiera del tema, quizás el propio señor de la casa... No me gustan las historias que sólo cuenta un bando, la mitad de las veces se ahorran decir en qué tuvieron ellos culpa.

Puede que no me hicieran caso, pero era lo que pensaba y aunque fuéramos al lago, me parecía que seguían faltando cosas en lo que decía.

- Voto por ir a echar un vistazo. Y ahora que me acuerdo, esta noche voy a cenar con el hijo del cura - lo de sobrino lo dejaría para cuando hubiera gente delante. - La idea es poder sacar algo de información de otra parte.. quizás en una taberna cante alguien que no sea sólo él...

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30/10/2011, 18:16
Constanza - Pietro

¿Una criatura infernal? Mi cabeza se niega a procesar esos datos. Soy una mujer de medicina no de oscurantismo. Sin embargo, aunque mi cabeza realmente no quiere pensar en dicha probabilidad, no me queda otra que aceptar que pueda ser en parte real. O toda real, sobre todo porque ni el Hidalgo ni la joven guerrera son de decir mentiras.

-Que terrible, un pacto con el... innombrable, que terrible. 

Sobre todo porque entonces, en vez de medicina, necesitaría saber magia o algo por el estilo y no soy conocedora de ninguna de esas artes.

-Bien, yo voto también por ir a investigar. Después de todo no nos quedan más opciones pero...

Le hablo directamente al Hidalgo ahora.

-Mi señor, ¿me das permiso para ir a hablar con el médico local? Ya he tenido unas palabras con él antes, cuando me lo encontré de casualidad, y me gustaría saber qué más sabe. Sobre todo porque parece ser el único en esta villa que está intentando hacer algo por los enfermos.

Sobre el sobrino del párroco, lo iría a ver luego. No quedaba otra...

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30/10/2011, 18:25
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Claro, todo lo que averigüemos será mejor para todos. Lo que os recomendaría, por lo que pueda pasar, es no ir solos. Aunque sea, id acompañados por un guardia del castillo. No quisiera que se repitiesen los numeritos como el de fuera de la taberna —Contesto a Pietro mientras echo de paso una severa mirada Rodrigo.

Después miro a Pietro, para decirle— Por cierto, no olvido que teníais algo que contarme, Pietro.

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30/10/2011, 18:38
Constanza - Pietro

-Mi Señor, de hecho el médico local quería hablar con usted en cuanto pudiese darle algo de su tiempo. De hecho tiene un grave problema con el párroco del pueblo.

Aunque le hablaba al Hidalgo, también me dirigía al resto del grupo, porque era importante que todos supieran las cosas. Dentro de lo que podía contar, la parte de mi condición quedaría reservada solo para unos pocos.

-Dice que no cree en maldiciones, que está intentando aislar una cura pero que el párroco ha puesto gente en su contra. Sobre todo muchos feligreses...

Eso me recuerda que el médico me pidió hablar con el párroco.

-Es más, ahora que recuerdo el pedido del doctor, debería intentar hablar con el párroco y convencerle de que no ponga a la gente en tal delicada situación. Y si voy le aseguro no iré sola. Con un guardia o con alguien que me acompañe.

Miré a Elena de reojo.

Parece que la Iglesia finalmente tenía que ser mi próxima parada...