Partida Rol por web

Al enterarse de que regresais al castillo el mago de este os hace llamar para que vayais a su laboratorio para ver mas de cerca la espada que habeis encontrado y corroborar que se trata de la misma espada de la leyenda

Aparte con el oro que habeis conseguido el mercado del castillo esta avido de objetos con tando el apoyo de vuestros sponsors seguro que sera algo mas facil obtener algo de alli

A poco de salir de su habitación en una posada, donde ha estado cuidando de sus heridas con remedios florales y otras cosas por el estilo, Atorellian se encuentra con una visita desagradable, pero a la vez ineludible

¡El cobrador de impuestos!

[color=#AAAA00]"La hospitalidad de los duques tiene un precio, elfo"[/color]

"Pero no lo entiendo ¿No es "Hospitalidad"? En mis tierras, eso se supone que es..."

[color=#AAAA00]"La hospitalidad que crees es sólo con los nobles, y tu no tienes nobleza en el Imperio del Hombre ¿Verdad?"[/color]

Poco importa quien tenga razón o no. Lo único que podría callarle es el metal, de un tipo o u otro, pero el hierro de su espada le convertiría en un forajido. Y eso no... no interesa, por ahora.

Sólo puede calmar la codicia a este repugnante semihumano con el oro de su bolsa.

"En fin... es hora de ver para que sirve el oro restante" piensa Atorellian. 

Lo primero es reemplazar las flechas gastadas, y ampliar su reserva. Doce Flechas, junto a las seis que encontró, hacen 18 en su Carcaj. Tambien compra una poción para reemplazar la que gastó en la aventura, y una cuerda para sustituir con la que hizo un puente.

Luego piensa en comprar unas piquetas, pero para su disgusto, ve que se ha quedado ya sin blanca

"Sigh... que rápido se esfuma el dinero en la tierra de los hombres!" dice al ver que no tiene ni para una triste hidromiel.

Recuerda un dicho que suelen mascullar los borrachos del reino: "A fool and his gold, are quickly departed"

La verdad es que aquel calabozo no fue muy lucrativo, bueno por lo menos habían sacado algo para poder recuperar lo perdido o usado.

Así que se acerco donde el curandero y con lo poco que saco después del reparto compro una poción para suplir la gastada en el calabozo, por lo menos si había problemas en la siguiente aventura tendría mas posibilidades de sobrevivir.

Sin mucho más que hacer se fue a la taberna mas cercana a mojar el gaznate con alguna cerveza, o al menos lo que estos humanos llamaban cerveza.

Inak observó al enano gastar sus monedas en comprar una pócima.

- ¿Bebida? - dijo pensativo - Yo igual también tengo sed - dijo poniendo sus monedas en la madera frente al tendero y señalando al frasco que guardaba Durgrin en su bolsa. 

El mago elfo miró las pocas monedas que habían conseguido. Si, eran pocas, pero habían conseguido un anillo mágico y una espada que ahora colgaba de su cinturón. No se podía quejar, pero era cierto que no le llegarían a mucho aquel puñado de monedas.

Un componente de conjuro con el cual recargar la vara mágica y una poción curativa es lo único que pudo comprar.

Después se unió a sus compañeros que se refrescaban el gaznate en la taberna.

El Barón y sus hombres están todavía lejos luchando con monstruos merodeadores. El Mariscal Maximilian Steiner que es el comandante militar leal del Baron, está en Felspraag manteniendo un ojo vigilante sobre las defensas del pueblo. Os saluda con ganas, y escucha ansiosamente vuestra de historia de exito en el hallazgo de la primera arma legendaria. Tambien os dice que debeis consultar al mago de la corte, Johann Rtenhart, que tiene informacion importante sobre la espada.

-Contadme que tal os a ido?

Atorellian saca el cráneo del campeón esqueleto

"Necesitaremos que los clérigos liberen este alma, para siempre. Por lo demás... ¿Ladril?"

Después de las compras y algún trago, Durgrin se reunió con los demás para hablar con el que les contrató.

Tras escuchar la pregunta del mago Durgrin dijo- Al parecer los pieles verdes quieren lo mismo que nosotros, había demasiados de ellos en el lugar- no dijo mucho mas y cedió la palabra a alguno de sus compañeros por si querían añadir algo más.

El mago carraspeó antes de hablar. - Ir, nos ha ido bien, tenemos lo que queríamos, pero aún precio muy alto - Dijo sacando la espada para corroborar sus palabras. - Pero como bien dice mi amigo, había demasiados y se notaba que algo tramaban. Hemos limpiado la mazmorra, pero eso no quita que haya pasado el peligro. Hay que seguir. No podemos demorarnos más.- Después miró a sus compañeros por si alguien quería añadir algo más.

- ¿Salimos de caza ya? - Inak se había quedado con las ganas. Los últimos momentos en la mazmorra empezaban a animarse y, sin embargo, la lucha había sido demasiado breve para su gusto. 

¿Su gusto?. No recordaba cuál era su gusto, pero sí había una sensación que le embargaba cuando empuñaba la espada. 

- Entonces..... ¿salimos de caza ya? ¿ya?

Cuando os reunis con el mago resulta ser alto y flaco, y os pide mirar la espada que habeis encontrado, y entonces sucede algo increíble. Una espiral de llamas se eleva desde el borde de la hoja en el aire y continua en un vuelo estacionario, el parpadeo de la imagen del fuego. Se ve una sinuosa y brillante serpiente de fuego que se retuerce en una bobina y se traga la propia cola. Entonces la serpiente de fuego se retuerce y su cuerpo se desintegra de repente en una lluvia de chispas que salen de detrás de la imagen brillante de un escudo con un simple diseño de rombo, que se desvanece poco a poco ante vuestros ojos. Todo el mundo se sorprende por esta asombrosa exhibición pirotécnica.

Johann recupera la compostura y dice ; "Parece que el primero de estos tesoros oye en su interior una pista de la ubicación de la segunda. El escudo es la de un caballero templario que mató a un dragón aquí hace algunos años, dentro de un conjunto de catacumbas que ahora ocupa un Señor del Caos de creciente poder. Esta es sin duda donde hay que buscar el siguiente objeto de vuestra  misión! "

Atorellian se queda impresionado.

No sólo por la magia (Al fin y al cabo, la magia de los elfos es muy superior a los simples trucos de ilusionista de estos humanos y sus tristes "ocho vientos" que no hacen sino venerar al caos)
Lo que me sorprende es el conocimiento enciclopédico del mago de palacio, quien rápidamente reconoce el escudo, a su portador, y todas sus gestas.

"Una suerte que el caballero favoreciese un escudo tan particular. Pero lo más relevante es que, según parece, el arma de Ladrill está VIVA. Tiene sentimientos y se quiere reunir con sus compañeros"

Tomo durante un momento la espada del compatriota elfo

"Te juro que te reuniremos con las otras, fiel arma. Dentro de poco, volverás a tener tu propósito dandole muerte al Lich-Máster"

"Sabio mago, ya que has demostrado sabiduría más allá de los humanos ¿Hay algo contra lo que que debamos de prepararnos, con este señor del Caos?"

Inak observa embelesado el espectáculo de luz y de color que nace de la espada. 

Brujerías...... - murmuró de repente. Ver al elfo hablar con la espada le dejó más loco si cabe - ¿Qué hace? - pensó mirando su espada como esperando respuesta... 

(...) que ahora ocupa un Señor del Caos de creciente poder. Esta es sin duda donde hay que buscar el siguiente objeto de vuestra  misión!

Afortunádamente, las palabras del mago le sacaron de esa situación tan absurda - ¡SI! - agarraba la empuñadura de su arma sin desenfundarla y sin dirigirse a ella, claro - Yo no tengo 18 espadas pero ¡sí quiero que 18 orcos más prueben mis azotes!

Ladril miraba al mago y sus movimientos con la espada. Cuando la magia se desató, él casi no se sorprendió. Sabía que algo haría la espada. Cuando la cogieron ya notó algo raro en ella y pudo notar esa propia voluntad, si se podría llamar así.

Estaba deseoso de usarla. Él sería el encargado de llevarla y de usarla. Sabía que no sería para siempre por eso quería aprovecharla el mayor tiempo posible.

- Necesitamos que alguien nos guíe a esas catacumbas. Lo demás es cosa nuestra. - dijo con ansia de volver al combate.

Aquel espectáculo de llamas y luces había sido algo impresionante, pero a los aventureros era algo difíciles de impresionar, las cosas que podían llegar a ver era algo que la gente común jamás creería.

Ya sea pieles verdes o escoria del Caos, siempre es buena idea el acabar con ellos, no son más que parásitos en esta mundo, así que pongámonos en marcha cuanto antes, mi hacha esta preparada para acabar con ellos.