Partida Rol por web

Al olvido los espectros, a Estigia las almas

Capítulo 1: Negación

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27/03/2021, 21:39
Peter White
Sólo para el director

Miró hacia las escaleras, confuso, pues no pudo percibir nada fuera de lo común. -¿A qué te refieres Amelia? - le dijo a la joven punk, también en susurros. -Yo no veo nada...- y pensó que en este extraño mundo tal vez sólo ella podía percibir aquello que la había asustado, de igual modo que él había oído aquella voz en su cabeza, tan clara e incisiva en sus comentarios. Parecía que le muerte les había regalado a todos una buena  dosis de esquizofrenia. Peter se enorgullecía de entender bien a la gente, pero el comportamiento de todos ellos estaba siendo, cuando menos, extraño.

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28/03/2021, 23:06
Leah Veilchenduft

Aquello de la cosecha sigue sonando fatal, al menos a mí, sé que Frank dijo algo de una placenta y que nos recogían, pero suena como si fuéramos un simple fruto que van a vender. Contemplo el final de la pelea, supongo que el desenlace era evidente con toda esta gente que ha venido a recogernos, lo cual no deja de resultar curioso; han venido todos estos, mostrándonos un trato intimidante y obligándonos a ir a no se qué de un registro. La verdad, no me fío de esta gente, pero tampoco tengo otra opción. Creo. 

Mis ojos se mueven como buscando esa voz dentro de mi cabeza, es tan extraño: «¿Por qué después de la muerte tengo voces en la cabeza?». Justo al terminar de preguntármelo, una oleada de pensamientos sobre qué es capaz de saber de mí o por qué conoce este lugar si está dentro de mí, me deja quieta en el sitio, sin saber que hacer, y de nuevo vuelvo a escucharla.

Entonces los que mandan no son precisamente buenos; de nuevo algo evidente, solo hace falta ver todo lo que ha ocurrido desde que hemos llegado. Noto un escalofrío, ni siquiera sé qué pueden buscar de los que llegan.

«Algo impresionante…» respondo, apretando los labios. «Creo que no he hecho nada impresionante en mi vida, ¿cómo voy a hacerlo ahora? Es que ni siquiera sé cómo son…»

Me siento cada vez más nerviosa, parece que eso es realmente importante, que lo necesitó y ni siquiera sé cómo hacerlo. Noto un ligero temblor en las manos y me sujeto una con la otra, intentando disimularlo. Entonces veo ese movimiento, efímero y extraño. Enseguida llegan las preguntas de la voz mi cabeza; y no podría definirlo como curioso, sino más bien como algo que preferiría que no estuviera ahí. Me da miedo, igual que toda esta situación, aunque creía haberme calmado, ahora lo vuelvo a notar crecer en mi interior. Se hace más fuerte. Quiero salir de aquí. 

Miro a los lados, todos están entretenidos con la pelea, no parece que se hayan dado cuenta.

«Sí. No parece. Da miedo. ¿Qué es?», le digo, dando un único paso en esa dirección, por si logro verlo mejor.

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28/03/2021, 23:13
Leah Veilchenduft

Contemplo la pelea, supongo que el desenlace era evidente con toda esta gente que ha venido a recogernos. No me muevo del sitio, como si estuviera esperando a que simplemente terminara aquel sin sentido. Puedo entender por qué ha empezado, pero la lógica me haría preocuparme más de todo lo que nos rodea que lo que pueda decir un tío que está, aparentemente, en la misma situación que todos nosotros. No son demasiado listos, eso es un hecho. 

Estoy inquieta. Noto un ligero temblor en las manos y me sujeto una con la otra, intentando disimularlo. Miró a los lados, todos parecen entretenido con la pelea. Me muevo un paso, ladeando la cabeza e intentando ver algo más allá de las sombras. Dudo. Me gustaría saber qué es, pero una sensación mucho más fuerte evita que me acerque a analizarlo: el miedo. 

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28/03/2021, 23:46
Hael

—Siempre he estado aquí, corazón —responde la voz con cariño, indulgente—. Solo que antes no podías oírme y ahora sí. —Hace un silencio mientras intentas ver qué ha sido esa cosa, pero no tarda en responder—. No sé qué es. Pero si eres la única que lo ha visto podrías usar esa información en tu favor. No te preocupes, nena, ya sé que nunca has hecho nada demasiado impresionante, pero ahora yo estoy aquí y te ayudaré. Piensa, Leah. ¿Cómo puedes impresionar a los que mandan? 

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30/03/2021, 01:26
Narración

Los mercenarios pudieron reducirte y mantenerte controlado mientras te colocaban las cadenas. Las esposas se cerraron sobre tus manos, estando éstas al frente. Fue como el mordisco de una enorme víbora, y cuando las fauces se cerraron en tus muñecas, dejaron escapar un siseo humeante, que te causó una sensación gélida. El negro hierro se fundió con tu piel, hundiéndose lentamente y haciendo que gruesas burbujas aparecieran a medida que el metal desaparecía hasta no dejar más que los eslabones negros emergiendo por dos orificios en tus muñecas. El proceso no tomó más de unos segundos y para cuando terminó, el otro extremo de la cadena le fue entregado a uno de los mercenarios enmascarados. En realidad no había dolido, pero la extraña impresión del proceso era difícil de ignorar.

—Vas a ser obediente y a seguir mis instrucciones: Me seguirás pacíficamente— y aunque nada sucedió, pudiste sentir claramente como invisiblemente se transmitía una descarga desde el mercenario hasta ti a través de aquella atadura que los unía. Te tomó unos instantes más darte cuenta de que había risas a su alrededor. Burlas para ser precisos, aunque no pudieses encontrar exactamente el origen de las mismas. "Marica", "Golpea como una nenaza", "Seguro era la reina de la prisión", y varios comentarios así se escuchaban de forma atropellada a tu alrededor, adobados con hirientes carcajdas. Frente a ti, ni Capi, ni Frank, ni el poli o los demás miembros de "la cosecha" parecían reír, pero el ánimo de los soldados ciertamente había cambiado a ser más festivo, a costa tuya.

Notas de juego

Actuar en contra de las instrucciones de quien tiene el extremo de la cadena requiere tirar FdV a dificultad 8 y debes obtener al menos 2 éxitos.

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30/03/2021, 01:42
Narración

Mientras los mercenarios reducían a Doug, pudiste ver como le ponían las esposas de las gruesas cadenas a él. Y antes de poder notar más, te ponen las tuyas. Las esposas se cerraron sobre tus manos, estando éstas al frente. Fue como el mordisco de una enorme víbora, y cuando las fauces se cerraron en tus muñecas, dejaron escapar un siseo humeante, que te causó una sensación gélida. El negro hierro se fundió con tu piel, hundiéndose lentamente y haciendo que gruesas burbujas aparecieran a medida que el metal desaparecía hasta no dejar más que los eslabones negros emergiendo por dos orificios en tus muñecas. El proceso no tomó más de unos segundos y para cuando terminó, el otro extremo de la cadena le fue entregado a uno de los mercenarios enmascarados. En realidad no había dolido, pero la extraña impresión del proceso era difícil de ignorar.

Leto tan sólo dijo —Sígueme sin causarme problemas— sin mirarte. Aunque la cadena gruesa no se movió, sí percibiste una extraña tensión casi eléctrica, sin que nada pareciera haber cambiado demasiado.

Notas de juego

Actuar en contra de las instrucciones de quien tiene el extremo de la cadena requiere tirar FdV a dificultad 8 y debes obtener al menos 2 éxitos.

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30/03/2021, 01:49
Narración

Doug fue rápida y eficientemente reducido por el grupo de mercenarios, y a pesar de su fuerza y violencia, no fue capaz de sacudirse a sus atacantes. Con la misma precisión y agilidad, los mercenarios pusieron en sus muñecas los gruesos grilletes de la cadena, que se hundieron causando una reacción humeante y se fundieron con la piel del ex-convicto. —Vas a ser obediente y a seguir mis instrucciones: Me seguirás pacíficamente— dijo el mercenario enmascarado que tomó posesión del otro extremo de la metálica atadura.

Con Eric el proceso tuvo menos obstáculos, y los grilletes al entrar en contacto con su piel, también se hundieron rápidamente en su dermis, dejando sólo los eslabones hasta el extremo que sostenía Leto.—Sígueme sin causarme problemas— le dijo la mujer con la natural indiferencia de sus interacciones.

La tensión pareció disminuir por unos instantes, y Capi hizo un movimiento circular con la mano que tuvo el efecto de reanudar la marcha del grupo. Tras solamente unos cuantos pasos, uno de los soldados armados gritó "¡El marqués!" mientras intentaba nerviosamente apuntar con su arma hacia algo que parecía haber visto moverse del lado de las escaleras eléctricas.

Su grito generó una reacción en cadena, que sembró el caos en el que hasta el momento había sido un disciplinado y bien engrasado batallón. Incluso Capi pareció dudar y observó llevándose la mano a su abrigo, buscando algo. Un silencio incómodo cayó sobre el grupo, que sólo era interrumpido por el soldado que intentaba armar su fusil tembloroso. 

Entonces, apareció. Primero, parecía un manchón o una columna de humo que atravesó las escaleras y saltó frente al mercenario. Se movía con una agilidad sobrehumana y tocó con un movimiento rápido de lo que parecía una extremidad a quien gritó dando la alerta. Un grito desgarrador salió de la garganta del soldado, cuya arma cayó al suelo, aún sostenida por su brazo derecho que había sido separado de un tajo limpio del resto de su cuerpo. Inmediatamente una cacofonía de alarma se levantó entre el grupo. ¡El marqués! ¡El marqués! ¡El marqués! gritaron varios de los mercenarios.

El caos empeoró exponencialmente. Dos soldados más activaron una escopeta y un fusil apuntando hacia el nuevo enemigo: las armas escupieron fuego, humo y relámpagos sobre aquella figura alta, que se dibujaba ante vosotros con una capa negra como el firmamento nocturno, con un sombrero de tricornio y con una máscara de Polichinela con las facciones exageradas, incluida la corva nariz y los pómulos abombados. El extraño parecía haber esquivado ambos disparos, y se movía con furia preternatural, esgrimiendo en su mano derecha un espacín de hoja negra y en su mano izquierda un artefacto metálico que parecía un tambor con varias divisiones, como si fuese una exagerada pistola de múltiples cañones. Sus ojos grisáceos revelaban un temperamento resoluto, mientras parecía examinar y buscar a alguien entre la multitud de soldados y cosechados.

Las reacciones ante esta espectral aparición fueron diversas. Algunos mercenarios se echaron a correr en todas direcciones, algunos desenfundaron sus armas y otros parecían paralizados del miedo. El mercenario a cargo de Doug empezó a halarlo para continuar hacia el norte, sin mediar palabra. Leto miró a los prisioneros y por primera vez su fachada estoica se derrumbó para dejar ver pánico en su mirada.

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30/03/2021, 04:52
Leto

—¡Corred hacia el puente de Londres, el general Hertz está estacionado allí y estaréis a salvo bajo su protección! Y por lo que más queráis, ¡huid del marqués!— dice señalando hacia la salida norte de la estación, y no se detiene a asegurarse de que seguís su consejo, comienza a correr en la dirección que ha apuntado, halando la cadena y tirando con fuerza de las muñecas de Eric, provocando que le cueste mantener el equilibrio al principio, más preocupada por salir de allí que por apoyar a los pocos entre sus compañeros que han decidido hacerle frente a la sobrehumana amenaza que llamaban "El marqués".

Notas de juego

Básicamente hay cuatro posibles direcciones.

  • Hacia el norte llegaréis al Támesis, y al Puente de Londres (de ahí el nombre de la estación).
  • Hacia el sur, regresaréis por dónde habéis llegado, y en dirección al hospital.
  • Hacia el este está el enmascarado de negro, las escaleras eléctricas, y el resto de la estación.
  • Hacia el oeste están las plataformas y los trenes.

Varios mercenarios han escapado en todas las direcciones posibles.

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30/03/2021, 18:12
Eric Kutner

El contacto con los grilletes fue inquietante, mucho más que con aquellos que utilizaban con los detenidos. Por algún motivo, los eslabones tenían unas connotaciones peores que la falta de libertad, que Eric no alcanzaba a comprender pero sí a sentir.

Miró a Doug, como preguntándole: "¿qué cojones...?". Al fin y al cabo, parecían los mayores expertos en cadenas y grilletes de entre todos los presentes, aunque por motivos distintos. El hijo de puta tenía que haber notado también aquella mierda.

Asintió a las palabras de Leto: no tenía intención de resistirse. Su experiencia le dictaba que resistirse era peor: siempre. Se dijo que esa debía ser la diferencia entre tíos como Doug y él: saber dónde parar. Darse cuenta de cuándo dejaba de merecer la pena salirse con la suya. No te vas a ir a ningún sitio: te van a moler a palos, pero vas a hacer lo que ellos te digan. Los palos no le preocupaban tanto como la inutilidad del gesto.

—Gracias — masculló: y lo decía en serio; de momento, había sido la única que parecía haberse preocupado por alguien allí, además del tal Peter. Frank había sido simpático... un hijo de puta traicionero, de la peor especie: de los simpáticos, de los que fingían ser amables para poder darte mejor por el culo. A Eric le daba asco esa clase de gente, pero, por suerte, a este le había visto venir.

Se disponía a seguir, atendiendo al gesto de Capi, cuando los gritos de alarma le arrancaron de sus pensamientos. Antes de que alcanzara a reaccionar frente a aquel enemigo estrambótico, Leto tiró de sus grilletes, hasta casi tirarle al suelo. Ese "marqués" parecía aterrar a sus captores, y Eric no tenía motivos para quedarse a comprobar por qué: trastabilló, y corrió en la misma dirección que Leto, pero antes se giró hacía los recién llegados que le acompañaban, especialmente hacia Amelia.

—¡Corred! ¡Seguidnos!

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30/03/2021, 18:52
Eric Kutner
Sólo para el director

Claro, coño... — se dijo cuando vio la figura surgir de la zona de las escaleras mecánicas — Esa puta rata, Frank... ¡él quería llevarnos hacia allí!  Ha sido una puta emboscada.

Eric no era una persona agresiva, pero en aquel momento hubiese deseado patearle la cabeza a Frank hasta quedarse sin botas.

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30/03/2021, 20:35
Sombra de Peter

—Tsk, tsk, tsk... —De nuevo esa voz se entremezclaba con sus propios pensamientos—. Esto no pinta bien. Nada bien. Pero donde hay un riesgo también hay una oportunidad. Ahora podemos librarnos de esa cosecha y esos soldados. No nos pueden poner esas cadenas, ni hablar. Corre hacia el oeste. Nos metemos en un tren y antes de que se den cuenta estaremos lejos. Y seremos libres para ir a ver a Sophie.

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30/03/2021, 20:38
Sombra de Eric

«Ese Frank es un maldito traicionero. Escoria, como el presidiario. No nos podemos fiar de ninguno. Sus mentes son débiles y zafias. Necesitamos a Amelia y necesitamos que te suelten las cadenas. Párate y di que no vas a correr hasta que no te liberen. Tendrán que soltarte y serás libre».

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30/03/2021, 20:45
Bull

«Patético», el pensamiento brotó con nitidez entre los demás, «Esos cabrones de mierda se ríen y nos llaman marica. Y aquí estamos, encadenado por hacer el gilipollas. Podría haberte ayudado, podríamos estar libre. ¿Y ahora de quién es el culo al que van a joder hasta que parezca la bandera de Japón?».

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30/03/2021, 21:29
Eric Kutner
Sólo para el director

Eric negó con la cabeza, pese a estar hablando consigo mismo. Leto les había advertido sobre Frank: era la única que les había ayudado, o al menos se había preocupado por ellos. Si se paraba, ella también tendría que hacerlo, y sería la ruina de ambos. Peor todavía: si se paraba, quizá otros le imitasen... Por ejemplo, Amelia. Quedarse era peligroso, y plantarse era una puñalada trapera.
—No — se dijo con rotundidad —Estamos juntos en esto, y nos iremos juntos.
Para Eric Kutner, ir a lo suyo cuando venían mal dadas no era una opción.

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30/03/2021, 22:36
Doug Gibson

Pese a toda su fuerza Doug no pudo impedir que los mercenarios le redujeran, y cuando le pusieron las cadenas intentó en vano liberarse también de ellas. Cuando se fundieron con su carne las miró atónito a ellas y después a Eric, consolándose con el hecho de que al menos él también compartía su castigo. Sin embargo, la mirada que intercambiaron no duró mucho, pues fue interrumpida por la orden del guardia que sujetaba sus grilletes. Sus palabras se sintieron como un golpe en la garganta, y cuando el grandullón volvió en sí, se dio cuenta de que se había dejado llevar una corta distancia, como si fuera un perrito. Inmediatamente sintió vergüenza, pero no tanto por eso sino por algo a lo que no conseguía dar nombre. ¿Cuánto había tardado en joderla? La muerte le había sacado de la cárcel, y no había necesitado ni un día para volver a estar encadenado. «Eres un genio, Dougie. Un puto genio».

Levantó las muñecas y se miró las esposas y la zona en que se fusionaban con su carne. No entendía nada de lo que ocurría en aquel puto sitio, pero el metal frío y negro le había convencido de dejar de dar guerra más rápido de lo que podría haberlo hecho cualquiera de esos idiotas. ¿No podían haberle noqueado, cargado con él donde fuera que le llevaran? Necesitaba un respiro, y necesitaba respuestas, o eso o dejar de pensar. Además de las cadenas, también le carcomían las ganas de luchar esa otra cosa a la que no lograba identificar. ¿Podían ser remordimientos? Hacía tanto tiempo que no los sentía…

Entonces apareció el marqués, y el pánico se desató en el grupo. Las órdenes, los gritos y los disparos se sucedieron sin ton ni son y Doug, instintivamente, se planteó intentar escapar, darse el piro. Leto dijo algo del puente de Londres, y al final, en cuestión de milisegundos y sin saber muy bien por qué, decidió seguir a sus captores. Le jodía reconocerlo, pero si se quedaba solo se podía dar por muerto. Más de lo que ya lo estaba, al menos.

Notas de juego

Tiro pal norte

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30/03/2021, 22:38
Doug Gibson

Mientras corría, Doug se lamentó de que la voz en su cabeza hubiera vuelto. Pensaba que lo que le había dicho antes la había callado, pero parecía que no era el caso. Ni siquiera podía darse esa victoria. 

«Cállate, cállate, ¡CÁLLATE!». La rabia que le hacía sentir hasta le animaba a correr más rápido. «Quieres ayudar, ¿verdad? Pues cierra el pico de una vez. Que esos cabrones digan lo que quieran, no soy un marica. ¿Cuántos tíos han hecho falta para reducirme? ¿Cuántos han hecho falta para encadenar al poli? Si hay un marica aquí, es ese hijo de puta». 

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31/03/2021, 01:16
Leah Veilchenduft

Su voz me resulta reconfortante, si me atreviera a cerrar los ojos creo que me sentiría mucho mejor por aquellas palabras de ánimo y de ayuda que me está dando. No comprendo su explicación, pero me parece que ese podría ser uno de los grandes misterios de la muerte: la voz que nos acompaña en ella. Nunca he estado sola, siempre la he tenido. Casi podría atreverme a sonreír, casi. Un nuevo consejo, una nueva guía. Aunque noto que me presiona, me recuerda a mi familia y todas esas sensaciones que había despertado desaparecen, rodeándome de tristeza.

Me quedo unos instantes con la vista perdida en aquellas sombras, pensando en lo que ha dicho y en lo que no ha parado de repetir.

«Gracias», admito para mis adentros al saber que recibiré su ayuda. «Verás, es que no sé cómo son ni que puede gustarles. Es difícil llegar a una conclusión a partir de la nada, lo poco que he visto de este mundo no me ayuda. ¿Qué es lo que se me da mejor? Las ciencias, eso se me da bien. Las matemáticas, la física y todas esas cosas; pero miro a un lado y a otro y no creo que eso pueda servir para absolutamente nada».

«¿Qué buscan aquellos que han venido a parar aquí?», pregunto sin esperar una respuesta. «Si me pregunto a mi misma: quiero saber qué me ha pasado, por qué estoy aquí y si habría otras opciones. ¿De verdad todos vienen aquí? Pero quizás eso ya lo tienen resuelto, y total, tampoco sabría responderles. Es difícil, ¿sabes?»

«Cuesta admitirlo, pero es una pregunta que aún no sé responder. Y de verdad que quiero ganarles, creo que puedo ser mejor, pero demostrarlo no parece sencillo». Me quedo en blanco unos instantes. «¿Tienes nombre?»

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31/03/2021, 01:20
Leah Veilchenduft

A mí alrededor continua el espectáculo, lo veo y no estoy segura de que debe preocuparme más; lo que hay entre las sombras o el jaleo que han armado esos dos. Sigo ahí, tampoco es que me atreva a irme a ninguna otra parte, y entonces alguien grita algo que no comprendo salvo por el tono de alerta. Mientras se forma el revuelo, me alejo de la sombra, que es precisamente lo que causa ese temor que siento en ellos y que en mí despierta un miedo a lo desconocido que no sé explicar. Solo atisbo a ver un poco su forma y ya acelero el paso para alejarme de él, del marqués.

¿Qué mierdas es eso? ―pregunto, no sé a quien.

Las armas que usan son otra rareza más en este extraño mundo sombrío, pero tristemente no sirven de nada. Ni siquiera me preocupa si ese ser fue alguna vez humano, ahora diría que no. Yo solo quiero salir de aquí. Miro a los lados, viendo como otros huyen, ahora mismo prefiero estar con ellos que sola. Pienso en tomar el camino más rápido para alejarme del marqués; pero uno de ellos dice algo del Puente de Londres y un general, nos insta a que huyamos. No me fío de nadie, pero tampoco tengo tiempo para decidir. Solo debo correr más que los demás, y ellos van encadenados, así que sigo al resto hacia el río esperando obtener esa ventaja y alejarme del terrible ser llamado «el marqués».

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31/03/2021, 16:05
Peter White

Peter se quedó helado al ver aparecer a tal fantasmagórica figura, y cómo su presencia había sembrado el caos entre sus captores. Escuchó las palabras de Leto, pero viendo la estampida de los mercenarios dudaba que el general atrincherado en el puente les diera una mayor protección.

No sabía que hacer, hacia dónde dirigirse, y entonces volvió a escuchar aquella voz en su mente, esta vez sí, le hizo caso. No podía dejar pasar la ocasión de huir para ir a ver a su hija, sentía que eso le llamaba más que cualquier otra cosa en el mundo, más incluso que su propia seguridad. Salió corriendo hacia los andenes al oeste, en dirección opuesta a donde se encontraba el marqués, con la intención de subirse a algún tren que lo llevara lo más lejos de allí.

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01/04/2021, 00:15
Narración

Varios de vosotros lográis salir por el norte apresuradamente, dejando la pregunta de Leah en el aire y sin clara respuesta. Caroline no duda en seguir a Eric, y el anciano también se une a vuestro improvisado escape; pero todos alcanzáis a notar como Peter y Amelia se escabuyen hacia las plataformas de los trenes aprovechando el caos reinante, en una rápida carrera.

Una vez afuera, el exterior de la estación es frío y gris. El sonido reinante alrededor revela un río Tamesis negro y turbulento, cuyo caudal parece haber crecido desmesuradamente y cuyo color os hace pensar en una corriente de alquitrán puro desplazándose a gran velocidad por el que fuese el lecho del histórico río.

Sin embargo, lo que más os llama poderosamente la atención es el Puente de Londres. Lo que recordáis como una vía de tránsito vehicular sobre el río, es ahora un sector populado por edificios altos de 3 y 4 pisos que rodean a lado y lado de la calle. Edificios de arquitectura antigua y anticuada que recordáis haber visto en algún libro de historia o algún cartel turistico del sector. Las estructuras parecían tener una base compuesta de una mezcla de argamasa, ladrillos apilados de forma torcida y precaria; y extraños materiales reforzando su estabilidad de lado y lado, dando la impresión de que aquellas construcciones podrían desplomarse sobre la violenta corriente en cualquier momento. El puente estaba a algunos metros que podíais cubrir a buen paso.

Antes de que podáis continuar vuestra carrera, el ruido ruido fuerte de una explosión atrae vuestra atención. Acto seguido, el cuerpo de Capi atraviesa el muro a vuestro lado y aterriza cerca a la calle, segundos después, aparece por el mismo lugar la sombra oscura y siniestra al que los mercenarios se refieren como el Marqués. Lo que en vuestras cabezas debía haber acompañado de un estallido de vidrios, rocas y escombros, sólo tuvo un anticlimático silencio golpe seco producido por el peso del cuerpo del líder del grupo de soldados al desplomarse sobre el pavimento de espaldas. Todavía estaba consciente, pero su cuerpo mostraba varias heridas abiertas que al ver el humeante arma metálica del temible enemigo tenían una simple explicación.

El Marqués, de pie, caminó sin notar vuestra presencia, mientras Capi, aún medio sentado, retrocedió en el suelo con una extraña sonrisa amarga que ocultaba la realidad de su acorralamiento.

Ni Leto ni el enmascarado parecían haber percibido esto último, pues a los metros que les permitía la cadena, continuaban en dirección al puente halando indiscriminadamente a Doug y a Eric.