Partida Rol por web

Y Eärwen va. Ni siquiera tiene que repetírselo.

Cierra los ojos al sentir sus labios encima de los suyos propios... y le coloca ambas manos en los hombros... la vergüenza ha aparecido... pero el alcohol le hace frente y la intenta desvanecer, haciendo que ahora se ella la que introduzca su lengua en la boca de Shimrod... buscando la suya.

El mago presiona un poco más su cuerpo contra el tuyo, mientras deja que tu lengua juegue con la de él dentro de su boca.

Lentamente, Shimrod comienza a llevarte contra una de las paredes de tu casa, quitándote de la mano la copa de hidromiel, hasta que tu espalda se apoya suavemente contra ella.

Se deja llevar hacia la pared sin rechistar... nada más suelte un leve gemido cuando la presiona algo más... empezando a acaricia su cuello y su torso... mientras se dirige al borde de la camiseta para quitársela, casi con prisas.

El mago deja que le quites la camiseta pero cuando tus brazos están sobre su cabeza, el te coje las muñecas y las lleva arriba de la tuya, dejándolas allí sosteniéndolas con sus manos.

Después, continúa besándote apasionadamente, mientras te masajea las muñecas con sus pulgares, haciendo que un leve cosquilleo comience a recorrer tu cuerpo.

Cuando empezó a sentir el cosquilleo no puedo hacer más que soltar un leve gemido y abrir un poco los ojos para observar a Shimrod... parecía una presa estando en aquella posición, casi sin moverse... pero no dijo nada más y volvió a besarlo con la misma pasión que usaba él, esperando que fuera él el que diera el paso siguiente... pues Eärwen no podía.

El mago comienza a besarte en el cuello, sin dejar que tus manos se muevan ni un milímetro de donde las tienes.

Besa lentamente tu cuello, pasando la lengua por el entre beso y beso, comenzando por el hombro, para terminar justo sobre el lóbulo de tu oreja derecha, la cual comienza a chupar suavemente, y a veces, sientes como te la muerde con suavidad.

Deja que la bese y se encoge levemente ante las mordidas a la oreja... sin poder evitar leves gemidos, junto a la calor que siente y lo sonrojada que está... teme que, en cuanto Shimrod le suelte las manos... se va a tirar encima de él.

Shimrod continúa besandote con pasión, pero esta vez, sus manos dejan tus muñecas en paz mientras descienden lentamente por el lado de tus brazos, acariciándolos con el dorso de los dedos, hasta llegar a tu cintura.

Una vez allí, sus manos comienzan a quitarte la ropa, mientras su boca besa la tuya, jugueteando con su lengua dentro de ella...

Deja que le quite la ropa... aunque ahora se siente algo más indefensa, no es la primera vez que la ve semidesnuda, porque ya se ha bañado delante de él otras dos veces... es por la forma que sabe en que la mira. Pero deja que le quite la camiseta, y es ella misma que se quita las cintas del pelo.

Vuelve a colocar las manos en los hombros de Shimrod, y lo va empujando hacia abajo hasta tenerlo sentado en el suelo y sentándose ella encima de su cintura... si antes era él que jugaba con ella, ahora es ella que empieza a lamerle el cuello y a morderle la oreja muy flojo... durante un instante lo mira a los ojos, y sonríe, para moderle el labio inferior suavemente.

El mago deja que le hagas lo que quieras, no esta dispuesto a luchar contigo en este momento... o tal vez está dejando que te confies.

Sus manos recorren tu espalda, haciendote unas suaves caricias para después, terminar de quitarte toda la ropa. Ahora, tu tembién estás desnuda de cintura para arriba, tal como lo está él.

Shimrod te mira y se sonríe, mientras sus manos continúan acariciándote la espalda, dándote un suave masaje mientras deja que lo beses...

Al estar totalmente desnuda delante de él... la vergüenza la recorre por completo, eso sí que no lo había estado... quizás por eso se separa de él, hasta quedar sentada en su cintura, toda roja, y se coloca ambas manos delante de sus pechos...

Me da vergüenza... - dice en voz baja, al fin y al cabo, es su primera vez.

Esto... eso se puede solucionar rápidamente. Dice mientras chasquea los dedos y hace aparecer en tu torso, un sujetador hecho con plantas y flores silvestres.

¿Así está mejor? Te dice mirándote a los ojos.

Lo mira... y sonríe, aunque sigue algo sonrojada. Asiente.

Sí, pero... al final acabarás viéndome del todo desnuda... ¿no...? - dijo, como si ya tuviera claro que quería repetir aquello con él.

Hum... creo que eso también puedo arreglarlo. Dice cogiendo una de tus cintas para el pelo y poniéndosela en los ojos.

Ahora no puedo ver nada, así que... ¿te parece bien?

Se ríe, mientras le quita la cinta de los ojos.

No me has entendido... me refiero a que si al final me vas a ver desnuda... no sé si tiene mucha importancia que ahora me tape...

¿Entonces? Dice sonriente.

Shimrod te coge por la cintura y te coloca rápidamente debajo de él, en un ágil movimiento.

Si puedo verte la cosa será mucho más fácil... Te dice mientras comienza a quitarte con la boca una a una las flores que cubren tus pechos, dejándolas a un lado de tu cuerpo.

Las flores comienzan a formar un colchón debajo tuyo, elevándote unos centímetros del suelo.

Eärwen decide cerrar los ojos, aun avergonzada, mientras Shimrod hace... lo que hace... bueno, quizás con un poco más de vergüenza, pero es el chico que le gusta... ¿no...?

El mago continúa quitandote las flores, hasta dejar tus pechos al descubierto, como al principio, ante de que te tapes con las manos.

Shimrod continúa besandote, allí donde antes estaban las flores, haciéndote largar caricias con su lengua por donde nadie te ha tocado nunca... por lo menos de esa manera.

Después, levanta un poco la mirada para mirarte el rostro, y para ver si estás bien...

@/////@ ...

La pobre Eärwen está ya casi mareada de la vergüenza y el corte... por suerte no hay mucha luz, y esto le da fuerzas y ánimos para continuar... mira a Shimrod y esboza una nerviosa sonrisa... pero no le dice que pare... se incorpora un poco y le besa en los labios, como dándole la señal de que continuara, pero sin mirar.

Muy lentamente, Shimrod va descendiendo por tu abdomen, besando cada milímetro de tu piel, hasta que por fin, llega entre tus piernas.

Con sus manos, comienza a quitarte la poca ropa que te queda encima, dejándote completamente desnuda sobre la cama de flores que el mismo ha creado.

Nuevamente, te mira a los ojos, esperando cualquier señal tuya, ya sea para que se detenga o para que continúe...