Partida Rol por web

El fin de la cuarentena significa que la entrevista al Director Colonial de Cruzix IV era inminente, dado que los procesos de criogenización no iban a tardar en empezar. A tal fin, y visto que aún faltan algunas horas para mi turno en el Puente de Mando, me dirijo al Comandante.

- Comandante, mi turno en el Puente de Mando empieza a las 18 horas. Si durante este tiempo va a entrevistarse con el

El fin de la cuarentena significa que el Comandante no tardará en entrevistarse con nuestros huéspedes, sobretodo porque los turnos de criogenización no van a demorarse demasiado. Por ello quiero recordarle mi interés en esa reunión.

- Comandante, mi turno en el Puente de Mando no comienza hasta las 18 horas. Si durante el tiempo que falta tiene pensado reunirse con el señor Chamberlain y el Arzobispo Drake, reitero mi interés en asistir, con la intención de ayudarle en la medida de lo posible. Además, me ayudará a salir un poco de la rutina de estos últimos días.

- Victoria, comunica al Consejero Talent que durante el periodo de criogenizaciones estará exento de guardias en el Puente de Mando. En cuanto a cuándo se iniciarán y la agenda de las mismas, dile que nos reuniremos en breve él y yo para establecer un calendario y el orden de criogenizaciones.

Me vuelvo hacia el General t el Director Colonial.

- Tendré en cuenta sus palabras, no lo duden. Director Proud, puede acompañarme, desde luego.

En ese momento, como materializado de la nada, el Consejero Tayte hace acto de presencia.

- Me temo que a la conversación con el actual Consejero Drake, ya es tarde. Sin embargo, es hora de hablar con el señor Chamberlain. Acompáñenme, por favor.

Encamino mis pasos hacia su camarote.

- Victoria, abre el cierre de seguridad del camarote del Señor Chamberlain.

- "Abriendo cierre de seguridad del Camarote del Señor Chamberlain. Compuertas abiertas, Comandante." -

La compuerta del Camarote se abre por completo con un cierto sonido de aire a presión.

Abiertas las compuertas, dirijo una mirada al interior del camarote de Chamberlain. Sin embargo, no atravieso el umbral.

- Buenos días, señor Chamberlain. Quisera hablar con usted unos minutos. ¿Tiene un segundo? Me acompañan el Director Colonial Jerome Proud y el Consejero Tayte.

Horace vuelve a lucir barba. Su aspecto dista mucho del que mostraba la última vez que ambos se vieron. Ojeras, síntomas de ansiedad, el mono mal abrochado...

Por su puesto, Capitán. Están ustedes en su casa. Hace un pequeño paron y continua Nada más cierto.

Después se adelanta y le ofrece la mano.

Quisiera disculparme con usted. Nos salvó usted la vida a mí y al arzobispo y yo estuve un tanto...arisco. Su ordenador me ha dicho que mi planta está bien. Estoy mucho más tranquilo ahora, así que, dígame, ¿en qué puedo ayudarle? Se levanta ya la cuarentena?

Al salir del camarote del Arzobispo, las palabras de Victoria vinieron acompañadas por un ligero silbido y la puerta del camarote de Horace no tardó en abrirse y este en salir de ella.

-Me alegro volver a verle y de escuchar esas palabras. Y me alegro por su planta tambien, aquí está en buenas manos.

Sonrío ante la confusión del colono. Capitán. Quedaron muy lejos ya aquellos años en los que alguien podía llamarme capitán.

- Sí, señor Chamberlain, la cuarentena ha finalizado. Espero y confío en que este período de soledad y descanso le hayan beneficiado. En cuanto a sus disculpas, agradezco sus palabras, pero soy consciente de la tensión y el estrés al que había estado sometido durante sus últimos días o semanas en Cruzix IV. Yo tampoco soy un hombre demasiado paciente - le digo a Chamberlain estrechando la mano tendida -. En cuanto a su planta, se encuentra en perfectas condiciones, aislada en una cámara estanca en el Domo. La Consejera Janesburg la ha sometido a varias pruebas y todas ellas parecen confirmar la inocuidad de su especimen así como sus peculiares características que la hacen especialmente apta para determinadas funciones. De modo que, en relación a ese extremo, puede estar usted tranquilo. De hecho, cuando finalice esta conversación, si así lo desea, podrá ir a ver el estado de su especimen botánico. Pero queda un asunto por resolver y es el de su futuro a bordo de esta nave. En breve todos seremos criogenizados e iniciaremos un largo viaje dormidos, un viaje con destino a un planeta denominado Edén. Me temo que retornar a Cruzix es del todo imposible, así como viajar a Auriga o Terra. Este es un viaje en una sola dirección y me temo que su vida va a cambiar de un modo definitivo. Tal vez sea necesario hacer un alto en el viaje en un futuro o tal vez arribemos directamente a Edén. En un caso u otro, su papel en la nave o en la colonia dependerán de sus habilidades y disposición. Ignoro ambas y este es un extremo en el que solo usted puede arrojar algo de luz.

- Varias personas observan al Señor Chamberlain, esperando su respuesta, incluyendo el Director Colonial Jerome Proud y el General Uranus Worg.

Horace respira aliviado ante el informe del capitán.

-Bueno, en Crucix yo era granjero y tengo una cierta formación como investigador botánico y genético (todo autodidacta), gracias a los cuales pude crear a Berta. Supongo que podria trabajar con Rowaina en el domo.

-También puedo acertarle a una mosca a 30 metros pero eso no creo que sea muy útil aqui, ¿No?

Horace no lo decía para alardear, solo constataba un hecho. Se mostraba predispuesto y colaborador.

-¿Han averiguado entonces el por que de las alucinaciones? ¿Tenia algo que ver con Berta?

- En principio, las causas de las alucinaciones no han quedado determinadas, aunque las pruebas de la Consejera Janesburg parecen descartar a su planta. En todo caso, y teniendo en cuenta sus habilidades, quizás quisiera usted efectuar nuevas pruebas para descartar toda posibilidad, así como para llevar a cabo todo lo necesario de cara a asegurar la supervivencia de su especimen. No debemos olvidar que en breve, todos seremos criogenizados y que nada vivo a bordo, fuera de las cámaras criogénicas, sobrevivirá. Y entiendo que la biología vegetal no está hecha para superar una criogenia - le digo a Chamberlain -. Por mi parte, estoy dispuesto a otorgarle una plaza en mi tripulación, como miembro activo del equipo del Domo Hidropónico. En cuanto a sus otras habilidades, no se crea. Pueden llegar a ser muy útiles. Siempre estamos expuestos a riesgos y el buen uso de un arma, puede suponer la diferencia entre el fracaso y la victoria. Además, el equipo militar de la nave, va a realizar un curso de adiestramiento en armas de fuego. Quizás esté usted dispuesto a participar en dicha actividad. Como instructor, obviamente, aunque para ello debería ponerse en contacto con el encargado de realizar tal instrucción. Bien, Chamberlain, ¿acepta mi oferta? ¿Pasará usted a formar parte de la tripulación de la Conquest? Puede usted negarse, desde luego, y entiendo que en ese caso, el Director Colonial Proud le efectuará una contraoferta.

Al principio Horace siente pánico ante la posibilidad de la muerte de Berta. No está ni mucho menos seguro de poder repetir el proceso que llevó a su creación. Después, el comandante le ofrece la posibilidad de trabajar con ella, para intentar, si no  hacerla sobrevivir, al menos, conseguir clonarla.

Horace asiente satisfecho.

Desde luego, lo que me ofrece encaja perfectamente con mi perfil. Parece que me equivoqué con usted. Acepto encantado su oferta y para mi será un placer participar en ese curso y ayudar en la medida de mis posibilidades.

Debo reconocer que me inquieta el fenómeno de las alucinaciones pero me temo que la doctora Janesburg sea reacia a trabajar conmigo después de nuestro altercado antes de la cuarentena.

- Señor Chamberlain, la convivencia a bordo de una nave se basa en la mutua colaboración. El pasado es solo eso, pasado, y debe servir de puente hacia el futuro. Sus eventuales diferencias con la Consejera forman parte de ese pasado. Es cosa de ambos reorientar su relación. Además, objetivamente, no necesitan ser amigos. Simplemente respetarse y colaborar en un proyecto común y, en definitiva, beneficioso para todos. En todo caso, y para su mayor tranquilidad, hablaré con la Consejera y la pondré en antecedentes. A partir de ahí, dependerá de ustedes. Horace Chamberlain, bienvenido a la Conquest - digo tendiéndole nuevamente la mano -. Forma parte ahora de mi tripulación, tan necesitada ahora de manos y mentes hábiles. Cumpla con su deber y que su trabajo hable por usted. Acabada la cuarentena, es usted libre de circular por la nave. Cualquier indicación acerca de un destino, pídasela a nuestra IAR Victoria, ella el indicará el camino a seguir. Y cualquier duda, no dude en recurrir a nosotros. Consejero Tayte, le agradecería acompañara a Chamberlain y le tutorizara sobre la nave. Ahora, si me disculpan, debo ir donde el equipo médico.

Le doy la mano con un fuerte apreton.

Señor, si, señor.

-Bienvenido a la tripulación de la Conquest Horace -le dijo Indira a la vez que le tendía la mano- Estoy segura de que le va a gustar esto y el Comandante tiene razón, no le va a faltar trabajo y estoy segura de que esto, aunque un poco diferente a su hogar, le gustará. Todo cuanto necesite puede preguntármelo, me encontrara en mi despacho, es decir, en la cocina -le dijo con un guiño.

- El Comandante sale hacia los Camarotes.

Calendario Estelar Estándar:
- Año: 3784.
- Mes: Febrero.
- Día: 13.
- Hora: 11:30 h.

Chamberlain sonríe a Indira.

Seguramente lo haga, Indira. Gracias por su paciencia y colaboración.

Entonces se dirige al otro consejero.

Cuando usted quiera, consejero Tayte. Estoy cansado de ver mi camarote, ardo en deseos de explorar la conquest y visitar a mi planta.

- Le felicito por su incoporación a nuestro equipo, Horace - alargo la mano para confirmar mi afirmación con un buen apretón de manos. - Estaré encantado de oficiar como anfitrión. Si lo desea, podemos empezar por visitar el Domo Hidropónico. Si la Consejera Janesburg se encuentra allí, será mucho mejor guía que yo para esas instalaciones. Me temo que apenas podré responder a alguna de las muchas preguntas que le surgirán al realizar esa visita. Además, sería muy buena ocasión para empezar a limar esas asperezas que han surgido entre ustedes, créame - le guiño un ojo amigablemente, mientras poso mi mano derecha sobre su hombro al tiempo que salimos de la zona colonial hacia el Domo.

Horace s epone ligeramente en tensión cuando siente la mano del hombre pero no hace nada más. Mantiene la sonrisa y contesta:

Seria maravilloso empezar por alli. estaré mucho más tranquilo después de visitar a mi planta. Y a la Dra. Janesburg, ¿Como no?

¿Me permite que coja unas cosas por si he de examinarla? Será un momento y enseguida nos iremos.

Horace recoge un pequeño maletín con lo poco que quedo de su material científico. Seguro que el labo esta bien surtido, pero un científico rural como el siempre se asgura de ser precavido.