Partida Rol por web

-Con el debido respeto, teniente, pero debería ir yo. Soy el único que puede traer la nave por control remoto. El manejo de los controles es muy delicado y la programación de la antena, precisa al milímetro. Ningún humano podría hacerlo.

-¡Es cierto! Bishop irá. Buena idea -Hudson parecía desesperado mirando a cada uno de sus compañeros.

-Créeme, preferiría no ir. Puede que sea sintético, pero no estúpido. Hay un conducto que pasa bajo el suelo aquí, en Operaciones, que lleva cerca del complejo eléctrico, son unos ciento ochenta metros. Necesitaría unos cuarenta minutos para llegar hasta abajo, una hora para arreglarlo y alinear la antena, treinta minutos para preparar la nave y luego unos cincuenta minutos como tiempo de vuelo.

—Está bien Bishop, usted irá.

No iba a oponerse, claro. Aquel era un trabajo de máquinas para máquinas. Una pena, siempre había querido saber si los cursillos que hizo por correspondencia hacía cinco años tenían su utilidad.

Miró a sus hombres, Hudson era una tetera que ya echaba vapor. Estaban cansados, derrotados. Él se sentía bastante optimista, la verdad. 

—Bueno, pues tenemos un plan.

Con los xenomorfos a las puertas, a punto de entrar y nosotros de tener que defendernos con uñas y dientes, y por poco con cuchillos y puños, Bishop nos llamó para que viésemos algo que todavía dificultaba mucho más las cosas. Había estado en muchas misiones pero aquella en particular reunía todos los componentes necesarios para un gran desastre y para nuestra desgracia, no hacía sino continuar cambiando a cada momento, como si siguiese retándonos a sobrevivir.

Nos asomamos todos para mirar por el ventanal que había indicado Bishop y tras salir aquel chorro, nos explicó que permanecer allí no iba a ser una opción.

Hudson comenzó a quejarse y le miré con rabia contenida.

-Cierra la boca, Hudson. Está bien, Bishop. No podemos quedarnos aquí y disponemos de cuatro horas. Eso significa que tendremos que darnos prisa y que solo deberemos aguantar a esos bichos durante ese tiempo y nada más. 

Hudson continuaba protestando como un crío, así que le agarré de la armadura y lo atraje hacia mí.

-¿Has acabado? -le dije, mirándole con fiereza directamente a los ojos -. Cuatro horas, Hudson. ¿No crees que podremos aguantar ese tiempo si permanecemos todos juntos? A mí me parece que sí.

Le solté en el mismo lugar y me volví entonces hacia el androide. El Teniente hacía lo que podía, lo cual significaba que dependía de nosotros salir de allí con vida. Disponíamos de gente para proteger el perímetro pero había que no cometer errores o todos lo pagaríamos con nuestras vidas.

-Está bien, Bishop. Ve a realinear la antena y traer la nave. Nosotros revisaremos los accesos al laboratorio y saldremos cuando la nave esté en camino, si a usted le parece bien, Teniente -dije, girándome hacia él un instante y después hacia los demás.

-Vasquez, Hudson. Necesitamos conocer todos los accesos que haya al interior del complejo y sellarlos. Solo hay que aguantar cuatro horas y esta pequeña consiguió aguantar mucho más sin armas ni defensas -dije, intentando transmitir algo de confianza -. Ripley, será mejor que reunamos todo el equipo que tengamos. Puede que debamos salir a toda velocidad de aquí y no habrá tiempo para buscarlo.

Por otro lado, tampoco había demasiado tiempo para defendernos. O Bishop lograba traer la nave, o seríamos ceniza antes de que pudieran devorarnos. Eso hizo que soltase una pequeña risa.

-Y tranquilos. Si Bishop no consigue traer la nave, no tendremos que preocuparnos de esos bichos durante mucho más tiempo.

Vasquez no tenía claro nada desde el momento en el que se enteró de la mala noticia. El corto futuro que le quedaba al planeta era algo difícil de superar. Todavía no sabía cómo habían llegado hasta allí y en ese momento dependían de un androide para poder seguir con vida.

Estaban muertos y necesitaban esa nave para revivir, todo lo demás no importaba, sólo tenían que aguantar y mantener despejada la ruta de escape y rezar para que no se le cruzara los cables a Bishop y le diera al botón equivocado.

—¿Sellar las entradas al complejo?¡Joder Hicks!, eso debería estar listo ya, ¿qué habéis hecho mientras colocábamos los robots? No pienso dejar mi posición, sabes que terminarán entrando hagamos lo que hagamos.

Vásquez tenía razón. Casi se les oía rascar la puerta ya. ¿Y qué habíamos hecho aquí? Yo al menos aprender a usar un arma y tener una cita si salía de aquella además de lo que parecía ser que había ganado una nueva amiga. Newt. Los demás... ¿Nada? Porque Hicks estuvo ocupado conmigo y el arma, pero los demás... ni lo sabía ni me importaba en aquel momento. Pero a juzgar como me mandaron a Apone, diría que perdieron el tiempo mirando que hacer conmigo.

- ¿Y si formamos un embudo hasta la salida? Hay muebles que les dificultarán el paso si los colocamos en medio. No les pararán, pues son ágiles, pero sí les frenaran. Si nos pillan lejos, estas cosas lanzan granadas y supongo que al detonar se llevarán a más de uno por delante. Y si las hay de anilla, se puede atar un cordel a un extremo y cruzarlas por la puerta, al pasar por el cordel las activarán y... vale... no soy marine, pero aporto lo que puedo... - dije al ver las miradas de unos y otros y me recluí junto a Hicks con Newt a mi lado.

- ¿Qué hemos hecho? Qué le pregunte a su teniente que ha hecho para defender la posición... - Me quejé por lo bajo a Hicks. - Al menos espero que esas dos cosas ya no vivan y sigan en sus contenedores. - Disparé al aire, aún preocupada por lo que podían hacer después de disfrutar de como el teniente se ilusionó como un niño viendo que podía irse lejos de aquí y darse cuenta de que sería el sintético quien lo haría realmente.

Por una vez me gustó Bishop.

- Hicks tiene razón. Debemos aguantar y huir. - Miré al sintético. - Nuestras vidas quedan en tus manos. - Le dije al androide apretando a Newt contra mi cuerpo. Luego miré al cabo. - Debemos darnos prisa, realmente quiero tomar ese café y ver a Newt jugando tranquila en un parque. ¿Qué te parece el plan? - Quizás la esperanza de tener algo allí fuera nos bastase para poder hacer frente a todo aquello.

-Será mejor que me ponga en marcha -dijo Bishop-. No podemos perder el tiempo.

El grupo se dirigió hacia donde indicaba Bishop. El sintético levantó un panel del suelo dejando ver un claustrofóbico tubo en donde podría caber una persona si esta se moviera únicamente desplazándose con los hombros y se encogiera lo máximo posible. El androide miró el tubo de manera imperturbable mientras Vasquez utilizaba el soldador para abrir una brecha.

-Hasta pronto -fue la escueta despedida. La salvación quedaba ahora en manos de Bishop.

Ahora sólo quedaba esperar. Los supervivientes se dieron cuenta de pronto de que reinaba un intranquilo silencio. Los golpes en las barricadas habían cesado ¿Dónde estaban esos malditos bichos? Entonces de pronto se apagaron las luces...

—Un poco de oscuridad no va a asustarnos, ¿Verdad?

Encendió la linterna, el generador de emergencia se activó. El mundo se volvió oscuro, lleno de sombras, de amenazas. De monstruos. ¿No había sido así siempre? Se mantuvo en primera línea. Ripley había dicho algo, suponía que le encantaba jugar a los soldados. A él también. No era el momento. Allí no había estrategia o plan. Esas cosas aparecerían, dispararían y retrocederían. Un clásico, replegarse por escuadras. Como en el manual. Ganarían tiempo. Pelearían hasta que Bishop les avisase por radio para acudir al punto de encuentro. Debían resistir dos horas. Y, si nada pasaba entonces, otras dos. Se irían de allí en una inmesa bola de fuego. ¿No era ese el suelo de cualquier soldado que sabía que iba a morir en batalla? Aquello tenía algo de vikingo y de desesperado. Deja de pensar tonterías, Gorman. ¿No ves que esos monstruos han dejado de llamar a tu puerta?

—No se les oye. O están fuera, acechando, a la espera. O si no...Hudson, ¿Le da alguna lectura el detector de movimiento?

Se acercó a uno de los paneles de información, seguro que había algún ordenador que pudiera activar*. Trató de averiguar porque se había ido la luz. Esperaba que no fuera cosa del terraformador, esperaba que Bishop hubiera hecho bien sus cálculos.

Tras despedir a Bishop, contemplé el lugar en el que nos encontrábamos con otro ánimo. Bishop había entrado en el conducto y tendría que reptar durante bastantes metros antes de poder salir. No quería ni pensar lo que cualquiera de nosotros sentiría de estar en su lugar. Pero nosotros no estábamos mucho mejor. A pesar del espacio, era todo una ilusión, pues nos encontrábamos igualmente encerrados.

Era una jaula, no de oro, pero sí de platino, pero igualmente una jaula.

-Espero que lo consiga -dije, para mí que otra cosa. 

Volví entonces a mirar los planos en busca de cualquier cosa que se nos hubiese pasado, algún acceso que no hubiésemos acertado a ver, pero lo cierto era que me parecía que lo habíamos cerrado todo. ¿Por qué entonces tenía la sensación de que estábamos igualmente indefensos?

Como si el destino estuviera leyéndome la mente, las luces se apagaron de repente. Como reacción, busqué mi arma y me preparé para disparar, y mi mente entendió que algo sí que se nos tenía que haber pasado.

No le respondí a Gorman porque no hacía falta. No era la oscuridad, sino lo que había detrás de ella. Aquella población de criaturas había conseguido acabar con toda una colonia y nuestro grupo casi al completo. Era suficiente para tener miedo. Cuando los generadores de emergencia se activaron y las luces rojas nos envolvieron, supe que no íbamos a aguantar en aquel lugar ni dos minutos. 

-Creo que están preparando algo -comenté, dando por hecho que eran inteligentes y que actuaban por algo más que el puro instinto. De otra manera, no hubiesen podido vencernos y lo habíamos visto. Se habían organizado para atacarnos y habían evitado a Vasquez cuando vieron que era quien representaba más peligro para ellos.

Me volví entonces hacia Hudson, a la espera de su respuesta sobre el detector, pero al mismo tiempo estaba pensando que teníamos que buscar una manera alternativa de salir de allí.

-Burke, usted conoce esta estructura. Si quisiéramos salir a toda velocidad del laboratorio por un sitio que no fuese la puerta, ¿por dónde podríamos largarnos? -le pregunté, sin dejar de apuntar y mirar en todas direcciones.

Ver a Bishop partir resultó ser un alivio para mí. Con el sintético fuera me encontraba más tranquila, aunque la verdad era que podía haberse llevado a Burke con él y solo me hubiese quedado lidiar con el teniente. Pero sin su apoyo, esa rata cobarde vestida de traje y derrochando falsa simpatía, no sería nadie a quien temer.

De hecho yo solo temía a los que nos esperaban fuera. Y cuando las luces se fueron y saltó el generador auxiliar, corrí al panel de control a ver si podía hacer algo.

- No sé lo que han hecho, pero nos han jodido. - Les dije a todos sin dejar de mirar una pantalla cuyos datos no me valían para nada. Me coloqué unos cascos para poder mantener la comunicación con los demás y fui a prepararme junto a Hicks. Me había dejaro un rifle de pulsos listo para usarlo. Burke estaba allí, de brazos cruzados como si no pasase nada.

- Son negros, la oscuridad les camufla ante nuestros ojos Dwayne. - Le dije al cabo. - Buscan cogernos por sorpresa, pero no saben que lucharemos hasta el final. - Newt nos alumbraba con una linterna. - Cariño, alúmbrame aquí, parece que algo va mal con mi arma... el cargador esta puesto pero no marca el número de balas...

Lo saqué y lo volví a meter con algo más de fuerza. - Vale, no había entrado del todo. Creo que he perdido práctica en algunas cosas. - Y sonreí a Hicks al decir aquello. No era el mejor momento para tontear, pero quizás no hubiese otro. Y cuando Hicks preguntó a Burke por la estructura le di un suave golpe en el hombro.

- ¿Para qué le preguntas a él, si tenemos a la mejor guía con nosotros? Newt lleva viviendo aquí... ¿toda su vida? Dudo que nadie conozca mejor este sitio que ella, Dwayne. Así que yo me fiaría más de la pequeña que de él. - De hecho de Burke no me fiaba nada en absoluto.

Newt sujetaba la linterna con el pulso tembloroso. Se había acostumbrado a moverse ella también por las sombras y, sin embargo, aquel súbito apagón le puso muy nerviosa. Se sentía encerrada aunque sabía de sobra que no lo estaba y, aún así, en aquel espacio tan pequeño con aquellos soldados tenía la misma sensación que experimentó en el almacén el último día que vio a su madre y a su hermano con vida. Y ahora parecía que la historia se volvía a repetir... con una salvedad, aquella mujer, Ripley, que no era su madre, pero era lo más parecido que podría llegar a tener entre aquella gente, sí sabía a lo que se enfrentaban y no era tan cándida como para asumir simplemente que las cosas se arreglarían por sí solas. Y si esta era la sensación que le había llegado a Newt, cuando Ripley la reconoció como la persona que mejor conocía la instalación, la niña no pudo sino sonreír y abrir mucho los ojos.

—Los conductos de ventilación... —afirmó aún con el miedo metido en el cuerpo. —Yo me he movido por ellos todo este tiempo y nunca me han alcanzado esas bestias. No tengo claro si es porque no sabían que aún quedaba alguien con vida o porque simplemente he sido más lista que ellos. Pero tanto da... los conductos de ventilación son la única manera de salir de aquí.

Cuando la luz roja se encendió, el ritmo obsesivo de una musiquilla empezó a brotar de sus labios. La mayoría de las personas que la habían escuchado silbar, no podían reconocer una canción entre los sonidos descompasados que era capaz de producir. Pero a ella le ayudaba a seguir adelante, era como decir que estaba allí, y que estaba esperando a lo que fuera que estuviera escondido en la oscuridad. Buscaba una reacción, algún sonido producido por el movimiento de esos seres tras su aviso. Para ella era como un mantra, la ayudaba a concentrarse y aunque no lo pareciera era capaz de detectar cualquier cambio a su alrededor. La conversación se sus compañeros se quedaba en un segundo plano, pero prestó más atención a las palabras de la niña, había sobrevivido entre esos bichos y era posible que su opción fuera la buena, los conductos de ventilación podían ser su puerta de salida.

—Sera mejor que reviséis esos conductos mientras os guardo las espaldas —guiño un ojo a la niña y empezó a silbar de nuevo mientras se movía por la sala intentando controlar todo el lugar con su M56 preparada para disparar.

¡Pues claro! Los conductos de ventilación.

Aquella niña tenía razón. Los conductos recorrían toda la estación y desde allí se podía llegar a cualquier sitio. La situación se había ido de las manos hacía tiempo y Burke sabía que todos estaban condenados. Pero tenía que salir de allí. Bishop iba a bajar la nave y podría escapar. Entonces se le ocurrió algo.

Cuando se fueron las luces y todos empezaron a corretear como hormigas en un hormiguero que hubiera sido pateado, Burke se dirigió hacia donde guardaban los especímenes. Aquellos frascos eran enormes y no podía llevárselos ambos... pero sí podía hacerlo con uno. Si salía de allí con uno de ellos, la división de armas biológicas de la compañía se haría de oro. Podría llegar el primero, decirle a Bishop que todos habían muerto y escapar de allí con el androide. Luego se pondría en contacto con la compañía y buscarían una forma de saltarse la cuarentena.

Burke ya tenía el enorme frasco en sus manos. Observó el otro con malicia. Abrió la parte superior y contempló como la criatura reaccionaba y comenzaba a salir lentamente del frasco.

Eso les mantendría ocupados.

Después se dirigió hacia la parte de atrás de Operaciones. Sabía que en esa zona había un conducto que le llevaría lejos de allí. Cruzó la puerta y la cerró bloqueando la cerradura detrás de sí. En unos minutos sería libre...

Los ojos de Hudson se desorbitaron de terror cuando se fueron las luces. Agarró su arma con firmeza.

-¿Han sido ellos? ¿Cómo lo han hecho? ¡Son sólo animales!

Entonces el teniente le dio una orden y recobró parte de la serenidad. Agarró el detector y salió al pasillo. Recorrió unos metros con cautela observando las lecturas hasta que escuchó pitido característico que indicaba que por la zona se movía algo.

-¡Hay algo! ¡Están dentro del complejo! -giró en todas direcciones moviendo el detector.

¡Como lo habían hecho! ¡Todo estaba sellado!

-¡Están dentro... dentro del perímetro! ¡Están aquí dentro! Pero la señal... no sé... es extraña... Tiene que haber alguna interferencia... ¡Hay movimiento por todas partes!

Los conductos de ventilación podían ser nuestra salvación para salir de allí, porque si de algo estaba seguro era de que aquellas criaturas no tardarían en atacar. No eran simples animales que se lanzaban según su instinto, sino que percibía cierta inteligencia militar en ellas, una coordinación que no era habitual pero sí que resultaba más que evidente.

Fue antes de que se fuesen las luces que pensé en ello pero cuando nos quedamos a oscuras, mi prioridad pasó a ser pensar cómo iban a entrar, porque lo harían en cuestión de unos momentos. Si esas criaturas eran tan inteligentes como parecían, aquello solo era el preludio de lo que estaba por llegar.

-Porque son inteligentes, Hudson. No habrán estudiado tácticas militares pero saben crear confusión y buscar cómo atacar -le dije, sin perder la compostura.

Pero eso era algo sencillo de perder cuando de repente te encontrabas rodeado y descubrías que tenías razón, muy a tú pesar. Sin embargo, no dispuse de tiempo para comentar nada sobre el detector de movimientos porque escuché un ruido a mi espalda y vi a Burke destapando uno de los recipientes que contenía a uno de aquellos bichos y saliendo a toda velocidad para huir por una de las puertas traseras.

-Burke, maldito cab.... -no terminé la frase, porque alcé mi arma y disparé a esa criatura con todo lo que tenía para matarla antes de que saliese del recipiente -. Burke se ha largado. Supongo que no volveremos a verle.

Después, me volví hacia los demás.

-Están entrando; sea como sea han encontrado un sitio por el que entrar -comenté, y entonces caí en la cuenta. Los mismos conductos de ventilación que podían ser nuestra salvación, les servirían a ellas para llegar hasta nosotros -. ¡¡Maldita sea!! Deben estar utilizando los conductos de ventilación. Deprisa, hay que salir de aquí; localizar uno de los conductos y larguémonos. Ripley, agarra a la niña. Vásquez, protege la retaguardia.

Los conductos de ventilación estaban en todas las salas y solo había que localizar uno para salir de allí.

Cuando lo hice, retiré la reja con violencia y la lancé lejos.

-Todo el mundo adentro -indiqué, olvidándome de los rangos, de quién estaba al mando y quién no, o si algunos de nosotros éramos mejores, peores o simples civiles. En aquellos momentos, nuestros culos estaban completamente expuestos y dentro de poco estaríamos rodeados por no menos de una veintena de criaturas, si hacía caso a las señales que estaba captando Hudson -. Teniente, Sargento. Es nuestra única oportunidad.

Teniente, el cabo tiene razón. Aquí somos ratas en una ratonera- dijo mientras hacía un gesto al resto para que cumplieran las órdenes del cabo- todo el mundo adentro ya- añadió- y otra cosa, Burke ha escapado así que no es nuestra prioridad, y no vamos a mover ni un dedo por él en caso de que tenga problemas. 

¿Una ratonera? Claro que si. ¿Por qué no meterse en un lugar oscuro, claustrofobico, donde ellos se moverían a cuchillas o arrastrándose, perdiendo la única ventaja que tenían que era su campo de visión, reduciéndolo todo a un túnel de aire acondicionado donde sería más fácil que les rodeasen? No tenían el mismo concepto de ratonera. Lo peor que podían hacer ahora era meterse en esos túneles angostos. En esa sala tenían mayor campo de visión y con el sensor de movimiento podían hacer algo. Esos túneles era una tumba. Pero el cabo ya había tomado una decisión; se había dejado intoxicar por la embriagadora personalidad de Ripley. Incluso a Apone le pareció una buena idea. Si, joder, ver a Vásquez arrastrándose por un túnel con el arma inteligente iba a ser todo un espectáculo. Pero ellos ya habían decidido, se habían saltado la disciplina, la jerarquía, todo lo que importaba.

Podía dar una orden diferente pero estaba seguro que discutirían todo lo que él dijera. Eso no beneficiaría a nadie, les matarían por estar divididos.

—Hagan lo que quieran, pero háganlo ya —dijo, serio.

Aceptaba que él no era el mejor oficial que podía ser, pero ellos tampoco eran los mejores soldados. 

—Burke, deje de hacer el idiota. Le mandaré nuestra posición. Reúnase con nosotros, le cazaran si va solo.

Puede que fuera un traidor y un malnacido, pero era humano. Un tribunal podía juzgarlo luego. No iría en su búsqueda, la fuerza estaba en la unión, pero tampoco podían abandonarlo.

—¡Joder! ¡¡Burkeeee...!! será mejor que no te encuentres conmigo, porque mi M56 quiere decirte una cosita.

Estaba totalmente de acuerdo con Apone. —¡¡Cuente conmigo sargento!!, no pienso mover un dedo por ningún secuaz de la compañía.

Intentó centrarse otra vez en la complicada situación en la que se encontraba. Asintió a Hick y respiro aliviada por tener cerca a alguien que manejaba las armas con precisión. Cuando logró quitarse a ese ser sin escrúpulos de la cabeza, la respuesta del teniente la hizo ver que lo había dado todo por perdido.

—Teniente!! con su permiso, si trabajamos juntos podremos salir de aquí, piense en como bloquear el conducto, eso nos dará unos minutos más de vida.

Buscó el mejor lugar para controla toda la sala mientras el resto se disponía a encontrar uno de esos conductos para salir de allí. Tenía que ser positiva aunque el camino que estaban a punto de tomar no les daba mucha capacidad de movimiento, pero no le quedaba otra. Tenían que hacer caso a la niña, era la única que conocía esos conductos. Miró a Ripley ella era la clave, la niña le haría caso.

—No apartes la vista de ese maldito trasto Hudson intenta adelantarte a esos bichos, piensa como ellos y dime por dónde entrarías aquí.