Partida Rol por web

¿Qué diablos? ¿Le han dado?

¡¿Sargento?! ¿Qué sucede?

Agachando instintivamente la cabeza al oir las balas silbar intento descubrir dónde están los que nos disparan, y cuántos son.

Cuando fue alcanzado, la sensación en un primer momento fue extraña. Es como si alguien le empujara por el costado, haciéndole ladearse y a punto de perder el equilibrio. El semioruga proseguía su camino, y su escuadra amiga con el teniente al mando. La colina estaba casi conquistada, pero casi no era lo mismo que conquistada.

Se presionó la herida y buscó protección tras un matorral. La muy puta no dejaba de sangrar, pero eso no era óbice para que su escuadra no rematara la faena en aquella maldita colina holandesa.

-¡Wright, Spears, Baker, sigan batiendo al enemigo! -voceó.

Luego miró al musulmán, que ya se acercaba.

-Alzid, echame una mano con esto, a ver si cortamos la hemorragia al menos -le dijo.

No se lo iba a decir, no en aquel momento, pero su preocupación hacia él le había enternecido. Sus muchachos no solo sabían pelear, si no que también cuidaban las espaldas a sus compañeros. Quizá después de tantos campos de batalla, tantas bajas y tanta sinrazón, habían sacado algo en claro.

- ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Moveos! ¡Seguid adelante!- El teniente ordena y pasa al lado de Sparks.- Cúbrase sargento, enseguida le ayudarán...¡Sanitario!

Hodges intenta empujar al resto a terminar de subir la colina.

- ¡Vamos joder! ¡No podemos quedarnos enmedio!

Alzid corre cerca del teniente con su maletin preparado. ¡Digame! ¿que ha ocurrido?

Se acercó al musulmán, y tiró de su manga hacia atrás, a una pequeña depresión del terreno, donde poder ocultarse.

-Aquí, cojones. Me han herido esos boches. A ver lo que puedes hacer.

Descubrió la mano que tenía apoyada en el costado, ahora manchada de sangre fresca.

Tirando de palanca, una vez más, Spears encaró el cañón hacia las posiciones enemigas. Apuntando al primer enemigo, disparó en arco intentanda alcanzar a todo aquello que se situara frente a su arma. La herramienta que tenía entre manos resultaba un poderoso aliado, pues la cortina de fuego desplegada asustaba hasta al más valiente de los enemigos.

¡Os cubro!

Proyectiles estrellándose contra el suelo, árboles, rocas y plantas. Allá donde hubiera un impacto el terreno parecía levantarse. Spears daba gracias por estar detrás del arma, y no delante. La captura del semioruga había sido una afortunada escaramuza.

Alzid venda la herida del sargento par aque deje de sangrar; al menos al cortar la hemorragia no perderá más sangre. Le ayuda a levantarse como puede y siguen al semioruga.

Spears se hace cargo de un alemán con la ametralladora, Wright avanza sin detenerse al mando del sdkfz mientras Baker se cubre en uno de sus laterales.

Cubriendome bien con el Semioruga diviso por fin al ultimo o al menos eso parecía a simple vista de los boches, había dado al sargento el cual estaba siendo atendido por el medico en un crater formado en el terreno seguramente por alguna clase de obús o algo por el estilo, apunto con mi arma hacía el nazi

-El señor es mi pastor...

Tras decir esto aprieto el gatillo de mi arma

¡Pero apuntad bien, hostia!, dice Benjamin, exasperado de ver cómo fallan sus compañeros.

¿Es que voy a tener que pasarle por encima con el semioruga?

Recién remendado, el sargento vió que el enemigo no estaba siendo abatido, y que desde su posición no podía dispararle. Aunque sabía que se podía poner de nuevo en la línea de tiro, avanzó con la thompson preparada, hacia uno de los costados del semioruga. Se giró hacia los soldados que venían detrás.

-¡Fuego sobre el enemigo!

Luego, dió un par de golpes a la chapa de la puerta donde estaba Wright.

-Aminora un poco, a ver si alguien puede usar la MG42 que tienes arriba.

Giró luego el rostro, e hizo una seña a los de atrás.

-¡Alguien, a la ametralladora! ¡Quiero fuego de supresión contra esos cabrones!

Encaró luego la tommy, disparando una ráfaga de 3 contra el boche más cercano, procurando parapetarse con el semioruga.

Benjamin, al oir al sargento, levantó el pie del acelerador, haciendo que el semioruga se moviera más despacio.

¡Entendido, sargento!, dijo.

Con el último alemán avistado ya derribado, los aliados suben la colina a toda velocidad sin oposición alguna. Una vez tomado el alto, Hodges comienza a ordenar.

- ¡Edwars! Cubra el norte. ¡Sparks! asegure la posición sur. Cualquier cosa sospechosa avisen sin dudar.- Se gira hacia Baker.- Hijo, póngame con el mando del segundo batallón.

El alemán había caído al suelo con la ráfaga, muerto o camino de estarlo. Era una sensación extraña, a la que uno nunca terminaba de acostumbrarse. Un vacío grande, en el pecho. Apretabas el gatillo, él caía, y no sentías nada. Pero lo malo venía después, cuando reflexionabas, y sobretodo si te acercabas a mirar el cadáver.

Sin embargo, las órdenes concretas le hicieron desviar la mirada hacia el teniente, y recuperar un poco la cordura.

-A la órden.

Se acercó a los suyos, dando instrucciones.

-Busquen una buena cobertura para defender el lado sur de la colina. Wright, encare hacia allí el semioruga, a poder ser oculto tras algún árbol o matorral, para dificultar la observación al enemigo que avance, si es que avanza, y que no decida que su vehículo es un buen blanco para la artillería.

Por su parte, buscaría un buen lugar, que posiblemente fuera uno donde hubieran cadáveres de los alemanes que habían matado.

Benjamin asiente y mueve el semioruga unos cuantos metros hacia el este, buscando la cobertura de los árboles de la ladera sur de la colina.

Aprovechado el descanso momentáneo en el teatro de operaciones Spears, comprueba la ametralladora, busca una nueva cinta y sustituye a la antigua, toca el cañón para comprobar su calor: aguantará, no es necesario cambiarlo. Una vez comprueba que todo está en orden, revisa su propia arma.

La BAR sigue sobre el techo del semioruga, sustituye el viejo cargador por uno nuevo. Con el movimiento del vehículo el viejo se le cae al suelo. Desciende del semioruga y lo recoge, aprovecha para dar un vistazo a su alrededor y revisar los cadáveres alemanes, en busca de algo que merezca la pena.

Lo habíamos logrado, lo había logrado salir vivo a mi primer combate real, no esque hubiese sido una sensación agradable aún me duraba el mal trago y el sudor conjunto con el exceso de adrenalina mi respiración era agitada, pero sin emargo al llegar arriba una extraña sensación de bienestar y alegría me embargo por unos instantes.

Tras llegar el teniente comenzó a dar ordenes a los demás y no tardo en llegar mi turno se acerco a mi y me dio ordenes expresas de que contactase con el segundo batallón, asiento y le respondo con un saludo marcial

-A la orden mi teniente

Tras terminar el saludo me agaccho y hecho mano de la radio dispuesto a ejecutar la orden que me había dado el teniente tomo aire y puso el botón para retrasmitir el mensaje

-Aquí ALABAMA a ZORRO ¿Me recibe ZORRO?

Benjamin puso el freno y apagó el motor del semioruga. Después recuperó su arma y salió del vehículo, algo mareado por el olor a gasoil. De momento tenían un breve descanso.

Alzid revisa todo el material medico que le queda y busca en el vehiculo algo mas,deseando reponer lo gastado.

Tal vez dejaron aqui un botiquin estos alemanes...

Una voz algo distorsionada sale del receptor de Baker.

- Le recibo Alabama.

Baker pasa el manófono al teniente.

- Alabama ocupa posición Sugar Oboe cuatro tres. Repito, Alabama ocupa posición Sugar Oboe cuatro tres.

El operador de radio confirma la recepción del mensaje.

La misión de tomar la colina más alta de la zona se ha conseguido.