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¡Alto, en nombre de Castilla! IV: Traiciones y Sequías

II. Piedrablanca

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06/11/2014, 20:15
Director

A media tarde llegáis a la localidad de Piedrablanca, pueblo emplazado en el fondo de un recodo rodeado de precipicios y rocas de cierta altura. Enseguida cruzásteis un puentecillo que saltaba un pequeño arroyo (o lo que debía ser, pues estaba completamente seco), et que luego entrásteis en una zona amplia: la plaza del pueblo. Allí, vísteis a muchos aldeanos congregados en filas, esperando su turno con cántaros y cubos en sus manos. Todos esperaban su turno para coger agua de una fuente que había en el centro de la plaza. Os llamó un poco la atención de que una simple fuente, además de los habitantes, estuviera fuertemente guardada por seis hombres armados, soldados similares a los que os retenían.

Mientras pasábais al lado de tal muchedumbre,muchos de los lugareños vociferaban y se quejaban a viva voz a los soldados de la fuente, justo después de que éstos les anunciaran que "la fuente quedaba cerraba hasta nuevo aviso como medida de racionamiento, en nombre del Señor de Piedrablanca". Luego añadieron que la pena por no cumplir la medida era pena de grave castigo, sin especificar nada más.

Mirábais la escena y continuábais andando.

Notas de juego

Siento el retraso generalizado en mis partidas. ¡Intentaré volver al ritmo de siempre! Continuamos ;)

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11/11/2014, 17:14
Potencio Flores

Miraba al malnacido de su señor aún consternado. No podía creer lo que les había hecho y que fuesen a morir de aquella manera. Su mente iba a toda velocidad intentando encontrar la manera de poder escaquearse de aquélla, aunque en realidad lo tenían casi imposible, no se le ocurría nada.

Cuando llegó al puente tuvo por un momento el impulso de empujar a uno de sus captores y saltar, quizás una muerte rápida fuese mejor, pero no pudo hacerlo. Era demasiado cobarde hasta para ese tipo de acciones. Siguió andando cabizbajo hasta que oyó el follón que se formaba en torno a la fuente y trató de ver u oir algo más, aunque sin éxito.

- supongo que no son los únicos desgraciados por aquí -dijo en voz alta sin pensar.

- Tiradas (2)
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11/11/2014, 18:09
Damián

Iba mascullando aún improperios contra el de los largos cabellos, de los que perro traidor era el más suave, cuando las palabras de Potencio le sacaron de su ensimismamiento. Según parecía, el señor de aquellas tierras, y ahora su captor, no se andaba con chiquitas, y tenía más de tirano que de gobernante justo.

Suspiró, viendo cada vez más aciago su destino...
 

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11/11/2014, 20:37
Pelayo de Arbás

Allí estaban caminando como simples bandidos hacia su final y no había hecho nada por evitarlo. No podía creerse que aquel hombre bien parecido en realidad fuese una comadreja. Pero nada quedaba ya por hacer salvo esperar a ver que ocurría y tratar de aprovechar cualquier ocasión para salir con vida. O al menos morir dignamente y no como un vulgar ladrón. Si al menos su escudero pudiese escapar con vida...

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11/11/2014, 23:56
Tariq

Tariq iba en silencio, concentrado en la situación y siempre en busca de posibilidades de escape o de ataque. La ira no era buena compañera en bretes como aquel, y más valía tener la mente despejada para aprovechar la más mínima. No obstante, no había olvidado su amenaza, y si había llegado la hora de irse al infierno, se preocuparía de que aquel puñetero eunuco de la Jimena le acompañara en el viaje.

La escena de la fuente solo desvió su atención unos segundos, pero luego volvió a concentrarse en su propia situación y la de los demás compañeros. Sabía que no podía fiarse de Potencio, pero el temperamento que Damián había sacado y la experiencia del caballero Pelayo podían ser una buena baza.

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12/11/2014, 12:45
Director

Los soldados le dieron un "collejón" a Potencio importante*, que resonó tremendamente y del sopapo casi le tumban hacia delante. Ello fue acompañado al grito de "¡Mirad para delante!" de uno de los soldados, el cual no era muy considerado. Tras unos minutos, llegásteis a una pequeña construcción fortificada en el extremo opuesto de Piedrablanca por el que habíais entrado. Era una estructura de gran altura, diez varas de altura tendría seguramente, y parecía, presumiblemente, una especie de torre de vigilancia algún tiempo atrás, pues estaba muy destruida y demacrada. En éste, su mal estado, no había dejádose a la desidia, sino que había sido reparada toscamente con nuevas piedras en su fachada (veíais que eran de color más claro)y algunos maderos apuntalando ventanas y esquinas. No poseía tejado en su parte superior, azotea, o al mena alguna, pues había sido como desmochada...

Jimeno ya no fue allí, se fue con la parte de soldados de a caballo y algunos arqueros, perdiéndose de vista. Quien sabe si habría de dar cuentas al señor que gobernaba aquestas tierras y aqueste pueblo, el cual, al parecer, conocía. Tras haceros entrar en dicha torre (no sin unos buenos empujones gratuitos y unas miradas lacerantes y malignas de aquellos soldados), subísteis unas escaleras hasta la cuarta plante, la última habitable. Había más escaleras que subían a un supuesto quinto piso, pero nada había ya de él. Allí os encerraron en una habitación de piedra con un único ventanuco, desde el que podía verse todo el pueblo, siendo una bonita vista (¡pero qué vista!). Lo único que había allí dentro era un par de mantas y una palangana. La puerta era de hierro, y se notaba que había sido puesta a propósito, que no era la puerta original, con unas ventanita enrejada a la altura de los ojos un una abertura del tamaño de un bracamante (no más) por la que cabía la mano hasta la muñeca. Aquello era una prisión en toda regla.

Pasásteis unas horas, hasta que la noche casi llegó. Maldito "marica de Arguilla".

Notas de juego

*por la pifia xD

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12/11/2014, 23:31
Damián

Damián daba vueltas por la habitación como si aquello fuese a sacarle de allí, pero en realidad sólo trataba de calmar sus nervios. Veía claro que aquello no era más que una prisión, un lugar inexpugnable donde tenerles retenidos y que quizá incluso fuesen ajusticiados. Era probable que nadie supiese siquiera que estaban allí, y tampoco parecía haber nadie más (ni si quiera en los alrededores), por lo que gritar en busca de una ayuda que no llegaría era inútil, y más a aquella altura sobre el suelo.

La desesperación consumía al zagal, que no cesaba en su ir y venir de un lado a otro de la habitación, mientras la luz de la habitación se iba extinguiendo conforme, suponía, se ocultaba el sol.

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13/11/2014, 16:48
Potencio Flores

Lo primero que hizo cuando les dejaron a solas fue pegar una patada en la puerta de hierro mientras murmuraba algo así como "los muertos de alguien me cago en ellos".  Le dio bastante fuerte y por supuesto, se hizo daño en el pie.

Cojeando se fue hasta la ventanita y oteó el horizonte, era realmente impresionante cuán yermas eran aquellas tierras, luego decían de Castilla...

- ¿Qué creéis que nos harán? ¿alguien da un duro porque el traidor no lo es en realidad y lo que está haciendo es precisamente salvarnos?. Esto está muy alto como para poder escapar aunque pudiésemos entrar por la ventana.

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14/11/2014, 12:57
Tariq

-¿Que qué nos farán? -dijo Tariq, que permanecía sentado en un rincón-. Traernos unas putas para que folguemos un rato, eso estaría bien -bromeó-. Antes de colgarnos de las pelotas. De las que non pueden colgar al maldito maricón de la Jimena, porque non las ha.

Tariq escupió a un lado para mostrar su profundo desprecio por el traidor. Después sacó el cuchillo de su bota y lo blandió con fuerza, mostrándoselo a los demás.

-Fasta aquí llegamos -dijo-. Mas antes de arder en el infierno me llevaré a alguien p'alante. Et como que nosotros entodavía habemos los cojones que a la Jimena le arrancaron, espero que non vos dejéis matar sin pelear.

Tariq no era bueno con las palabras, pero al menos esperaba infundir algo de ánimos en el resto. Los había visto luchar a todos, e incluso el rastrero de Potencio había demostrado su habilidad y podía dejar seco a cualquiera si se lo proponía. Aquellos hombres eran todo lo que le quedaba, y solo luchando hombro a hombro con ellos había una mínima esperanza de sobrevivir. Al menos no quería morir como un gorrino; estuvieran de acuerdo con él o no, él moriría matando.

Volvió a ocultar su cuchillo en la bota, a la espera de mancharlo de sangre por última vez.

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16/11/2014, 11:56
Director

El pequeño escudero moría de desesperación, Potencio quedaba apresado no sólo por aquellos gruesos muros, sino por las dudas, et que Tariq guardaba "un as" en su bota. Entanto que los cuatro aguardaba acontecimientos, fueran buenos o malos, la noche cayó definitivamente, et que aquella torre hacíase fría y oscura (no tenían ni una sola vela dentro de la misma). Oíais en el rellano de la escalera que daba a vuestra cárcel los pasos de alguien, pero eran pocos y leves, no siendo sino los de alguno de los soldados haciendo guardia tras la puerta.

La luna era radiante en el cielo, y dejaba contemplar Piedrablanca a lo lejos.

Notas de juego

Tirad Descubrir (PER).

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16/11/2014, 12:49
Pelayo de Arbás

El caballero había pasado el tiempo en completo silencio tratando de dilucidad si aquel hombre era tan rastrero, cosa que no le extrañaba en lo mas mínimo, o si aquella era alguna treta pues en todo el camino les había dado ningún motivo para traicionarlos de aquella manera. Pensaba sobre las palabras del moro, que pese a moro se mostraba valiente. Solo sentía que por mucho que hiciesen acabarían dando con sus huesos en el suelo. Por un instante recordó aquel momento cuando tan solo tenía ocho años, poco antes de ingresar en la orden de los Calatravos... ahora, a las puertas de la muerte ni siquiera estaba la mitad de asustado que aquella vez. El caballero, rápidamente, alejó aquellos pensamientos de su cabeza.

- Tiradas (1)
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16/11/2014, 21:54
Tariq

A pesar del cansancio del viaje, Tariq estaba desvelado. No podía creer que, después de haber sido el capitán de un barco y haber sido el terror de las costas murcianas, aquel fuera su final. Maldito el día que pensó que podría remontar gracias a la recompensa que le daría el traidor de Jimeno. El puerto de Almería quedaría en manos de su rival, y a él solo le quedaría el consuelo de imaginar su cara en el cuerpo de aquel que tendría la desgracia de encontrar su cuchillo.

- Tiradas (1)
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16/11/2014, 23:58
Damián

Los ojos de Damián recorrían hasta el último rincón, mientras volvía a contar las piedras y las losas que les mantenían allí recluidos. Observar en derredor, a pesar de no esperar descubrir nada, mantenía ocupada su mente, que se enredaba en pensamientos mucho más oscuros sobre su futuro próximo cuando caía en el ocio.

- Tiradas (1)
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18/11/2014, 12:19
Potencio Flores

Para una ratilla de callejón como Potencio la oscuridad no era nada, hizo visera con las manos como si cegado por el sol estuviese y oteó el pueblo a ver si veía algo. También aguzó el oído intentando distinguir algo más concreto en los ruidos que provenían del exterior de la celda.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

olé!

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19/11/2014, 19:10
Director

En uno de los momentos, Potencio y Tariq estaban asomados al pobre ventanuco de la maltrecha torre. Desde allí contemplaban la plaza de la fuente de Piedrablanca. Nadie había en mitad de la noche por las calles, excepto dos soldados que hacía ronda nocturna, merodeando de una punta a otra de la plaza. En estando éstos dos de chanzas en un extremo, una delgada figura apareció en vuestro campo de visión, correteando hacia la fuente central, con un par de calderos o cubos en sus manos. Se agachó tras la fuente, observando a los soldados desde lejos, et que luego intentó sacar agua del manatial, dejando caer el instrumento con lo que dedujísteis que era una cuerda (no lo veíais bien). Sin embargo, el ruido acaecido en el interior de la fuente llamó la atención a los dos soldados, et que se perctaron de la mujer...

No tardaron mucho en retenerla, tan sólo una breve carrera y unas voces hicieron el trabajo. Uno de ellos se alejó de escena, mientras la muchacha se intentaba zafar de la opresión del otro sin éxito. Enseguida vino un hombre acompañado de cuatro soldados más, como si fuera su séquito.

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19/11/2014, 19:16
Director

¡CASTIGADLA! -Tariq y Potencio, asomados a la ventana, sabían que allá abajo hablaba el último en llegar-. Luego apartaron la vista de la ventana, et que comenzaron a sonar espantosos chasquidos de latigazos, a cada cual más cruel, seguidos de un grito de dolor femenino. Tres azotes recibió aquella persona. Al acabar, todos oísteis algo que os heló un poco la sangre.

¡¡ASÍ COMO TRES LATIGAZOS ME HABÉIS DADO, EN TRES DÍAS HABRÉIS DE MORIR!! ¡¡SI AHORA NO PODEMOS BEBER, NO QUEDA MUCHO PARA QUE PODÁIS NAVEGAR SOBRE ESTE PUEBL...!! -la voz se perdió, pareció un desmayo de dolor-.

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20/11/2014, 19:44
Potencio Flores

Pobres gentes...

- Bah - dijo encogiéndose de hombros -una chalada más. Nosotros estamos mucho peor que esos pobres desgraciados que no pueden beber. A nosotros os recuerdo que nos van a pasar a cuchillo -dijo al ver la cara de circunstancias del resto... menos del moro. Ése no tenía reparos en unos pobres campesinos cristianos- me ha parecido ver que la voz es de una mujer que ha robado el agua y se han dado cuenta varios soldados de que la estaba robando.

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20/11/2014, 19:46
Damián

-Shh. No estamos solos -dijo Damián, exaltado. Tras las horas allí encerrado, aquella voz, aunque de sufrimiento, se tornaba una pequeña llama de esperanza. Al menos había alguien en los alrededores: a algo debía aferrarse en aquella desesperación...

Estuvo el joven tentado de gritar para intentar comunicarse, mas contuvo su impulso en espera de la reacción de los demás, que bien sabía que estaban más versados en la vida que él, y sabrían actuar con mayor cautela.

Escuchó las palabras de Potencio, que sentaron como un jarro de agua fría a su renovado ánimo.

-Pero... ¿Non has escuchado las suyas palabras? Está amenazando a quienquiera que sea el suyo captor... ¿Pudiere ser que el pueblo tenga pensada una rebelión contra el suyo señor?

Notas de juego

Edito (Potencio ha posteado mientras escribía yo).

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26/11/2014, 09:19
Director

Aún con la duda del pequeño Damián y con suma certeza de Potencio acerca del fatídico desenlace de vuestro destino, pasaron tres días sin demasiadas novedades.

El segundo día de encierro, pudísteis ver por la ventana cómo algunos habitantes e piedralejo se agolpaban sorprendidos en la plaza de Piedralejo, donde estaba la fuente. Habían colocado una estaca y la habían encadenado allí, con las manos a la espalda. El tercer día notásteis un revuelo mirando desde el ventanuco. Había colas y mucha concurrencia en la plaza, concretamente gente yendo hacia la fuente, esperando en una larga cola. Varios soldados racionaban el agua a cada vecino. La muchacha, entonces fue desencadenada, y al mirar hacia el cielo comprobásteis que se avecinaba mal tiempo, quizá tormenta. Al cuarto día unas tremendas nubes oscurecían el cielo, y ya en siendo casi de noche, comenzó a llover. Las nubes avisaban con truenos, y fruto de la lluvia, Piedralejo comenzó a embarrarse. Cada vez llovía más.

BZZZZZZZZZZZZZ, ¡¡CLACK!!

Esa noche, un sonido restalló en el borde del ventanuco que era de madera. Era una flecha que se había clavado en el marco. Os dísteis cuenta en seguida, y al descolgarla notásteis que llevaba enrrollada un pergamino.

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26/11/2014, 10:22
Tariq

Tariq arrancó la flecha, tomó el pergamino y se lo extendió al caballero. Si ya le costaba la misma vida entender los garabatos árabes, enfrentarse a aquellas letras angulosas de los cristianos era querer tirar a bajo un muro a golpes de cuchillo. Al menos, esperaba que su contenido fuera esperanzador, para variar.

Notas de juego

Si la flecha está en buenas condiciones, se la ofrezco a los demás como arma improvisada.