Partida Rol por web

El breve viaje hacia los bosques parce un paseo matutino, si bien un paseo hacia la incertidumbre.
Atravesáis el estrecho sendero lleno de surcos que se utiliza para traer madera hasta Tsennan y el día avanza a medida que os adentráis en el denso bosque. La luz que consigue atravesar la espesa vegetación sobre vuestras cabezas danza entre el suelo y los troncos de los árboles, y no podéis libraros de la extraña sensación de ver algo moviéndose por el rabillo del ojo. Si algo hizo daño a los leñadores podría estar esperándoos justo detrás de esos árboles...

A medida que los pájaros cantan alegres a vuestro alrededor abandonáis esos pensamientos al reconocerlos como lo que son: recuerdos de cuentos e historias de viejas. Y así, un claro aparece ante vosotros, un claro donde los primeros árboles talados de la temporada dejaron espacio para el campamento de los trabajadores, un pequeño descampado de tocones que sirven de mesas y taburetes para sentarse a comer. De hecho, todavía hay platos, vasijas y cubiertos sobre algunos de ellos. Y además, grades cantidades de comida abandonada, y una copa y una cantimplora volcadas dejando escapar su contenido.

B'tritz se tensa como la cuerda de un arco, y lentamente desenvaina su espada; su cola, como la de un gato cuando está nervioso, se zarandea lentamente de un lado a otro mientras avanza hacia el centro del claro...
Cuidado, estimados camaradas... el peligro que impelió a nuestros conciudadanos a huir de forma tan precipitada puede acechar todavía... - sisea el t'skrang.

Grannog avanza tras el t'skrang, con el hacha en la mano y la vista fija en los alrededores, tratando de encontrar alguna huella o marca en la maleza circundante que indique hacia donde huyeron los leñadores... o de dónde vino lo que les hizo huir.

Lo importante es comprobar de dónde vino el peligro y por dónde huyeron, si es lo que parece que ocurrió. indica Zeeth mientras comienza a volar hacia los árboles tratando de tener una visión aérea del conjunto.

El windling despliega las alas y se pierde en las alturas con un zumbido, desde donde consigue tener una visión general del campamento. Se trata de un claro de forma ovalada, de unas 20 yardas de ancho y 40 de largo formado artificialmente mediante la tala de árboles. Tres tiendas de campaña sirven de refugio a los trabajadores y se ha cavado un hogar, ahora apagado, entre unos tocones. El reconocimiento aéreo no revela la presencia de criatura alguna, amiga o enemiga.

B'tritz avanza cauteloso hacia el centro del claro, seguido de cerca por Granogg. La pareja se dirigió hacia el hogar apagado, pasando junto a los tocones donde se encontraba la comida abandonada. Junto a una de las tiendas de campaña distinguieron una lona que parecía estar cubriendo algo. Y junto a uno de los árboles que bordeaban el claro una pila de heno y uno arreos.

Hay que investigar que ha podido pasar aquí, busquemos huellas a ver que encontramos algún rastro. Otro que busque dentro de las tiendas a ver si encuentra algo interesante.

-Id con cuidado, y si veis alguna huella, avisadme antes de tocar nada -el orco sabía que sus habilidades serían mucho más útiles si sus camaradas no estropeaban los rastros antes de que él llegase, y no podían permitirse ningún retraso -. Yo estoy intrigado por ver que hay ahí. 

Y se alejó en dirección a la  lona, preparado para cualquier cosa que pudiera salir de debajo de la tela, y alzó con cuidado uno de sus extremos.

Levantas la lona esperándote lo peor, un cuerpo muerto, pero tan sólo se trata de un montón de herramientas cuidadosamente almacenadas bajo la lona impermeable. Te sorprende no encontrar ningún hacha entre todos aquellos utensilios teniendo en cuenta que se trata de un campamento de leñadores.

Granogg se volvió hacia los demás, con un suspiro de alivio-. Aquí no hay nada, compañeros, ni siquiera las hachas que sin duda usaban para sus tareas. Fuera lo que fuera lo que los obligó a salir despavoridos, parece que al menos iban equipados.

Zeeth se mantenía apoyado en una rama mientras observaba la zona desde las alturas cuando sus ojos se posaron en el carro de heno.

Descendió, planeando en espiral, en esa dirección mientras murmuraba. Una aguja en un pajar... y se posó en el borde del carromato mientras se movía alrededor tratando de ver si habían movido o escondido algo.

Leanda, que había sacado sus boleadoras, permaneció en la distancia, atenta a algún posible ataque. Cuando Grannog anunció que no había peligro inmediato, se acercó al resto del grupo. Admiró la decisión con el que el resto de sus compañeros habían tomado la iniciativa, y especialmente como el pequeño Zeeth había reconocido rápidamente la zona. Le siguió con la mirada mientras este examinaba el carro, memorizando una escena que figuraría en una futura canción.

B'trizt sigue alerta; tan concentrado en un supuesto peligro, que mira distraídamente el abandonado campamento, sin realmente fijarse en nada.
¿Qué horrible amenaza, qué pavorosa bestia, qué vana pulsión llevó a nuestros conciudadanos a desaparecer así, me pregunto? - susurra - Hábil Granogg, ¿detectas con tus preclaros ojos algún rastro que seguir?

Nada había en la pila de heno que se saliera de lo normal a ojos de Zeeth. Eso sí, sin duda alguna se trataba de un claro indicador de que los leñadores disponían de un animal de tiro, probablemente un caballo.

En su camino hacia la bala de paja Lenada pudo ver unos pequeños envases cerrados colgados con cuerdas de la rama de un árbol cercano al campamento.

Durante tu registro del montón de heno no ves nada que no sea heno. Sin embargo, tus agudos sentidos te mmuestran una inquietante revelación. En uno de los tocones talados en el perímetro del campamento hay unas pequeñas manchas de sangre. No habíais reparado en ellas ya que se encuentran en la cara del tocón que da al exterior del campamento.

Te llama la atención que los alimentos sobre la improvisada mesa de madera no hayan sido tocados por los animales y los platos y los vasos permanezcan perfectamente colocados en su lugar.

Aunque no hace mucho tiempo que habéis salido del Kaer y el mundo os sigue pareciendo un lugar extraño la total ausencia de pruebas de cualquier ataque de animales o criaturas te hacer ver muy claramente lo que ha ocurrido aquí: los leñadores han sido raptados mediante cuerdas desde un bote aéreo.

Eeeh... comenzó a llamar la atención Zeeth mientras levantaba uno de sus diminutos dedos creo que allí he visto algo raro...

Ascendió ligeramente para lanzarse en picado hacia uno de los tocones talados en el perímetro del campamento, donde arrugó el rostro e informó. Sí, aquí hay unas pequeñas manchas de sangre. señaló la parte exterior de uno de los tocones, la que daba a la parte exterior del campamento.

¡Ah, taimados! ¡Ah, arteros! Compañeros, tengo la solución de este enrevesado acertijo: nuestros conciudadanos han sido abducidos desde el aire... debemos proceder con cautela... Y B'tritz empezó a otear el horizonte...

Granogg se acercó a grandes pasos hacia el tocón que señalaba Zeeth, buscando cualquier rastro de sangre o pisadas que pudieran indicarle qué había sucedido allí.