Partida Rol por web

Viendo a los dos hermanos enseguida supuse quien era el cerebro de la familia, y puedo asegurar que no era el que me besó en la mano, pues muchas luces no parecia tener. - Bueno, ¿y adónde os dirigís entonces? me pregunta Raven -pues en realidad no tengo ni idea, no se ni donde va esto, ni si va a volver, ni nada de nada, supongo que voy a ninguna parte y a todos los sitios- no pude evitar soltar una risita floja por la tonteria que acababa de decir pero que era totalmente cierta. - Por cierto, ¿les importa? continuó diciendo raven -no, en absoluto, siempre y cuando los guardias te dejen claro.- - ¿Una herencia? Curiosa, desde luego. Habia escuchado de herencias consistentes en oro, propiedades, riquezas... incluso deudas... o enemigos... pero... ¿un pasaje para un dirigible? Eso no lo había escuchado jamas. - - Sin embargo... miralo por el lado positivo. Si que te queda algo: una oportunidad. La de emprender este viaje. Quien sabe a donde nos lleven nuestros pasos a partir de ahora... comenzó a hablar nyssae Pues si, esta es mi única herencia, todo lo demás son deudas que sinceramente no pienso pagar porque tal como estas viendo, me largo. y la nueva oportunidad, espero que valga la pena, este sitio no termina de gustarme, parecemos demasiado vigilados para ser un lugar de lujo, ¿o que opináis?

Entras en el servicio de caballeros. Está hermosamente decorado y perfumado, pero todo repleto de motivos que lo hacen más masculino en comparación con el de señoras. Además tiene un inmenso espejo para poder retocarse.

Desde la soledad en la que estaba inmersa noto como el tumulto de gente se asoma por la ventana, era un agradable paisaje digno de admirar y pese a que estaba vislumbrada siento la incomodidad del gentío alrededor mío. Por esa razón, decido ir detrás de Adam, me resultaba a simple vista una persona idónea para conversar y tal vez rechazaba un poco a las personas tanto como yo. 

Sin pensarlo dos veces, entremezclada con el resto de los pasajeros, me dirijo hacia los baños con intenciones de encontrar al erudito. Como siempre, Arion me escoltaba pero esta vez, le indico que vaya con mi hermana a pesar de mostrar sus dientes en una clara señal de disconformidad. 

-No Arion... Ya regreso, ve con Nyssäe y no la alertes. - le advierto al enorme animal a sabiendas de que mi hermana se daría cuenta de ello e iniciaría la búsqueda. 

Recorres el salón donde os encontrais todos hasta alcanzar el umbral de la puerta, donde un guardia te indica que ese pasillo lleva a los servicios y, aunque también a otros sitios del navío volador, solo los servicios estaban disponibles. Es el único lugar al que Adam podría haber ido.

A paso lento y zigzageando a todos los habitantes del barco volador, el lobo pálido de ojos azules llega hasta el grupo. Por supuesto no sin la atenta mirada de curiosos, los centelleantes ojos de los niños y los asustados de los más orgullosos. Allí da un sutil ladrido tratando de reclamar la atención de Nyssaë.

Tras recorrer La Dama llego a la conclusión de que Adam sólo podría estar en un lugar y ese era los servicios. Firme ante aquel razonamiento y luego de dar un profundo suspiro, esperando no encontrarme nada extraño, avanzo a paso firme buscando al erudito. 

¿En dónde se ha metido? - me pregunto murmurando entre dientes mientras le echaba un ojo al pequeño lugar. La curiosidad me carcomía, así que no iba a parar hasta encontrarlo. 

Cruzas el umbral a un pasillo por el cual caminaste antes, cuando entraste en el dirigible. Tenía puertas a ambos lados, pero el guardia te indicó hacia donde debíais ir para llegar a los servicios. A lo lejos, al final del pasillo, puedes ver a varios guardias discutir entre ellos.

Una vez terminé de limpiarme las manos y haber perdido algo de tiempo mirando los decorados salgo del baño y me dirijo al guardia.

-Por cierto, soy estudiante de la Gran Universidad y luego me gustaría ver la maquinaria. ¿Con quien tengo que hablar?

Caminaba un tanto insegura por dentro de los pasillos, aunque no detendría mis pasos hasta encontrar a Adam. Ya una vez accediendo a los servicios, observo que a lo lejos dos guardias discuten por algo que intento descubrir y se escapa ya que no entendía nada. 

Ofuscada por ello, sigo avanzando con la misma intención de siempre, buscar al erudito.

Kilian le dedicó una corta mirada de reojo a Raven cuando mencionó con "aquel" tono que regalaban las entradas. Alguien estaba saltandose por el arco del triunfo el asunto de la sutileza. - Habló el rey de la sutileza. - Se quejó mirando a su hermano, encogiendose de hombros. Ya lo estaba llamando toro otra vez. Con lo poco que le gustaba a él la ternera, por favor.

Pero comenzó a hablar, era como el maldito rey de la evidencia. Me crucé de brazos, mirandolo con una media sonrisa. Hoy estaba de lo más hablador. - Es posible que las habitaciones las esten preparando... ¿Pero y el resto? A mi también me mosquea que no nos dejen salir de esta sala. - Negó con la cabeza, girandose hacia los guardias que custodiaban las puertas. - Pues yo creo que entre los dos nos bajamos a todos los guardias. - Le susurró a su hermano, dándole un codazo.

Pero la morena, la que estaba buena, comenzó a comentarle que era una excelente estrategia. - Y funciona, que es lo mejor. Yo te recomiendo que la uses tantas veces como sea posible, todo lo seguido que seas capaz. - Entonces comenzaron a hablar sobre el tema de las herencias, y aquello si le resultó algo incómodo. Así que lo mejor era la estrategia del ataque preventivo. - Nosotros no tendremos que preocuparnos por eso. Somos huerfanos, para lo bueno y lo malo. Llevo cuidando de él desde que tengo uso de razón. - Era más bien al revés, pero bueno... la culpa de lo malo era de él, eso si.

- Una trotamundos, entonces. - Concluí cuando al chica dijo que no tenía donde ir, ni que haría. - Seguro que detrás hay una interesante historia. - Y su hermano sacó la pipa para fumar. - A mi me da igual si compartes. - Le dijó, señalando la pipa. - Va, y no me mires con esa cara, que ya sabes que yo comparto. - Se quejó antes de que le dijera nada.

Pero le preguntaron su opinión sobre la vigilancia. - Tienes razón, aquí hay algo que no me acaba de cuadrar. No nos han cacheado ni retirado nuestras armas. No nos han preguntado nada excepto sobre el billete y hay bastante más seguridad militar de lo que sería un crucero de lujo. Y... eso que bueno, aquí parece haber mucha gente con dinero o poder. Es como si les diera igual lo que pudiera pasarles. -

Cargué la pipa con gesto experto y la encendí. La verdad es que era una costumbre que los ricos solían hacer por lo que no pensé que nadie me lo fuera a impedir.

- ¿Vigilados? - pregunté en respuesta a lo que había dicho Sharly mientras miraba a nuestro alrededor. - No creo. Supongo que sólo están porque hay gente de mucho dinero y poder, como dice el inútil de mi hermano - añadí, pasando a mirarle a él que ya volvía a abrir la boca.

Cada vez que lo hace sube el pan.

- Claro que soy el rey de la sutileza - repuse. - Desde luego tú no - comenté, sin querer entrar en detalles como aquella vez que intentó ligar con una marquesa delante de su marido y sólo se le ocurrió decir en su defensa que lo había tomado por su padre. Pero asentí a su comentario - sí, y seguro que te sobra tiempo para llevarte a la morena a uno de los cuartos - añadí en voz baja. Y era verdad ya que, conociéndole, seguro que me dejaba a mí luchando mientras él se iba a retozar.

Miré de reojo al lobo que acababa de aparecer.

- O que, supuestamente, todo propietario de un billete es de fiar - dije mirando a las dos chicas que estaban con nosotros para ver sus reacciones. Después miré un par de segundos más a Nyssaë. - Creo que el lobo de tu hermana quiere algo de ti...

Escuche con atencion la reflexiones de los dos rubios, el hombre y la mujer, sobre el exceso de seguridad en aquel dirigible, asintiendo, mientras miraba a mi alrededor- Lo cierto es que no deja de ser curioso, si... Aunque tambien pudo haber algun tipo de incidente que prefieran no comunicar, para que no se desate el panico. Ya sabeis como son muchas veces estos ricachones... - dije, y a pesar de lo "inocente" de mi comentario, lo cierto era que mi mirada estaba estudiando ya los alrededores, en busca de cualquier cosa que delatara cualquier tipo de peligro... O a la Inquisicion. -Aun asi, es cierto. ¿Por que nadie se molestaria en cachear a los viajeros de un dirigible como este? Lo mas logico habria sido limitar el numero de armas a bordo... -comente entonces, escuchando como los hermanos murmuraban algo entre si, aunque, por desgracia, no llegue a saber de que se trataba.

Lo que si escuche fue como el rubio hablaba de la relacion con su hermano, y sobre como lo llevaba protegiendo toda la vida. Eso hizo que sonriera ligeramente, desviando mi mirada hacia el lugar hacia el que se habia marchado mi hermana, mientras asentia ligeramente- Creo que, en ese caso, se de lo que hablas. - me limite a decir, acabando por mirar de nuevo al hombre- Nosotras tambien somos huerfanas, aunque en nuestro caso soy yo quien siempre ha cuidado de las dos. En especial de ella. - comente, casi al mismo tiempo que el lobo que siempre nos acompañaba se acercaba a mi, lo que hizo que desviara inmediatamente mi atencion hacia aquel animal, inclinandome hacia el- ¿Que sucede, Arion? - le dije, como si pudiera entenderme, al tiempo que tomaba la cabeza del animal entre mis manos, como acariciandolo, antes de ponerme en pie- Disculpadme un instante. Vuelvo enseguida. - dije entonces al resto de aquel grupo, con el ceño ligeramente fruncido, dispuesta a seguir al animal a donde me llevara.

Un extraño encontronazo en el pasillo que daba a los servicios. Erëssea iba de camino a ellos acompañada de un guardia, mientras que Adam salía del mismo, acompañado por otro guardia a quien le hablaba sobre sus logros académicos. El soldado ni siquiera responde.

Nyssaë comienza a seguir al imponente lobo blanco. Éste parece dirigirse hacia la puerta por la que entrasteis. Pero también es el lugar por el cual se va a los servicios. Debería haber un guardia, pero no está, y en su lugar solo hay una puerta. Por lo demás, el viaje es tranquilo, incluso aburrido para algunos.

Segui al lobo hacia el exterior, mientras mi mirada se posaba en mis alrededores, atenta a cualquier cosa que pudiera llamar mi atencion, o a cualquier señal de hacia donde me estaba conduciendo.

Y lo primero que me sorprendio, he de decir, es que me sacara, en direccion a los servicios, el mismo lugar en el que habia reparado minutos antes en la presencia de aquel extraño tipo.

Frunci el ceño, tensandome inconscientemente. Era extraño: ahi no habia ni guardias, ni nadie vigilando, a pesar de la anterior advertencia, y tan solo hay una puerta, a la que me aproxime, no sin antes mirar al lobo por ultima vez, como esperando que me confirmara que era eso lo que queria que hiciera.

Y entonces, con todos mis sentidos a flor de piel, me acerque hacia aquella puerta, atenta a cualquier ruido o a cualquier  otra señal que pudiera advertirme que habia al otro lado de esa puerta.

Despues de lanzar una mirada asesina al guardia y poner cara de perro mal humorado por haberme ignorado, me doy la vuelta mientras hablo entre murmullos y rapidamente, maldiciendo todo lo maldecible y mas.

-Malditapandadegorilasinutilesquenosoncapacesderesponderaunasencillapregunta.Noescomosilehubierapreguntadoporelfuncionamiento,soloporconquiendemoniostengoquehablar-entonces me di cuenta que la muchacha del lobo se acercaba, por lo que la saludé con un simple gesto de cabeza mientras seguía su camino a la mesa.

Caminaba observando los pasillos buscando al erudito, había resultado ser toda una odisea aquel trayecto entre oficiales, personas adineradas y la perseverante protección de mi hermana. Aún así, allí estaba vagando en mi ardua búsqueda hasta que en un pequeño cruce pude encontrarlo y una sonrisa se dibujó en mis labios mientras enarco una ceja al escuchar como hablaba todo seguido. 

-Espera... A ti te buscaba... Quería conversar contigo. - expreso en un tono ligeramente tímido, era una de las pocas personas que me había caído bien y tenía, al menos la intención, de conversar sobre mis gustos sin tanta gente alrededor desconocida. 

Mientras estaba a la espera de una respuesta, le dedico una mirada para luego bajarla al suelo. No estaba muy acostumbrada a relacionarme con desconocidos, al menos Adam sería la excepción. 

Me paré en seco y miré a la muchacha con cara extrañada. ¿Hablar conmigo? ¿En serio? Generalmente eso me lo decían los profesores los primeros 2 dias de clase intentando que no los corrija. Inutilmente, por supuesto. Aunque Rebeca y Ethan alguna vez me lo han dicho, pero ademas de ellos nadie mas. ¿Y ahora esta extrana chimpance con tunica quería hablar conmigo? 

Bueno, al menos sabía leer, y según ella le gustaba hacerlo. Así que podía ser una buena oportunidad para abrir una mente a las maravillas de la ciencia y el estudio. Y con un poco de suerte podía resultar alguien lo suficientemente inteligente como para mantener una conversación decente.

-Bien, ¿y de que querías hablar?-dije, con mi cara extrañada aun en la cara.

-Oigan, si quieren hablar me parece bien, pero... -empuja a la pareja hacia la puerta que da al comedor donde se encontraban todos-. Deben hacerlo allí.

El guardia empezó a empujarlos suavemente, sin dejar que se pudiese mediar palabra con él.

Es justo en ese momento cuando una tercera chica entra en el mismo pasillo, cada vez más repleto de personas. En este caso se trataba de Nyssaë, la protectora hermana de Erëssea. El lobo blanco, imponente y de precioso pelaje blanco, se quedaba atrás, esperando a la resolución de la situación.

El guardia alza los brazos y resopla. Hace un gesto con su mano para que vuelvan al comedor, ya que el pasillo se estaba lentamente llenando de más personas de las que podía recoger.