Partida Rol por web

Yo creo que dormiré una bien larga, así puede que me olvide del hambre.

Atraviesa la entrada echando un vistazo general a la habitación, recorriendo con su mirada cada rincón mientras camina al interior. En su caso, no se muestra tan sorprendido como su compañera pues, si bien es un lugar espacioso, el hecho de que sea compartido entre cuatro personas le deja a cada uno de ellos con poco más que una cama, un escritorio y unos cuantos cajones, lo cual es ciertamente minimalista. Siendo positivo, después de que los lanzasen sin paracaídas sobre un bosque plagado de Grimm, es de agradecer que no los hagan competir por una única cama.

Cercano a uno de los escritorios, Sery divisa su equipaje, consistente en una mochila abultada y un par de maletas de gran tamaño. Demasiado voluminoso como para dedicarle tiempo en plena noche pero una excusa perfecta para reclamar la cama más cercana a sus bultos como suya.

Se aproxima las maletas y allí mismo se desprende de las pertenencias que lleva encima antes de abrirla. Desde fuera puede verse una primera cobertura exterior de ropa entre la que Sery revuelve hasta sacar lo que parece ser un pijama fino de color negro, manga larga y con un bolsillo en la solapa con las letras “ST” bordadas con hilo cobrizo. Lo sostiene entre sus manos y acto seguido mira a su espalda, cayendo en la cuenta de que van a sufrir un claro problema de privacidad. Acto seguido clava la vista en la puerta situada al fondo, suponiendo qué se esconde tras ella. Termina poniéndose en pie y caminando hacia ella.

No tardo.

Y la puerta se cierra tras él.

Doy un bostezo antes de enderezarme sobre el colchón y sentarme allí con las piernas cruzadas, mirando lo que hacen los demás. -Flequillo tiene razón, no nos traen la cena? -No tengo mucha hambre, pero no rechazaría ningún plato que pueda ser de calidad comparable con la manera en que voy a dormir.

Me levanto de un salto y me pongo a buscar por la habitación alguna clase de comunicador, de esos que usan en los hoteles para llamar el servicio al cuarto.
 

Al entrar en la habitación Abyss rebusco con la mirada su nueva habitación y no tardo en vislumbrar su viejo petate cerca de una de las camas, esa vieja sartén colgando por fuera era inconfundible. Con paso tranquilo fue aproximandose a quella cama, mientras se desabrochaba el cinto con la espada.

-Creo que había un comedor en un extremo de los dormitorios si teneis hambre. Yo creo que prefiero sobar.- . Apoyando la espada contra el lateral de la cama, el muchacho libera los amarres del guantelete, que se sueltan desprendiendo unos pequeños chorros de vapor. Una vez suelto lo coloca sobre la mesita cercana y comienza desprenderse de las ligeras piezas de metal que componen su "armadura", cosa en la cual tarda poco debido al poco numero de ellas.

Echando mano en el interior de la chaqueta saca a Jibril con cuidado, quien parece haberse ido ya a dormir, y la situa en una esquina de la cama. Estirando los brazos hacia arriba y mientras Abyss se deja caer de espaldas sobre la cama,las ropas comienzan a cambiar su  forma y apariencia, convirtiendo lo que antes era un atuendo de explorador con chaqueta de cuero, en lo que se aprecia como un cómodo chándal para dormir. "Una cama de verdad tras meses durmiendo a la intemperie y en transportes de dudosa confianza...es casi como un sueño....debería ducharme....mañana"

-Solo para que no halla problemas, cuando alguien este usando el baño que ponga un aviso en la puerta, un calcetín o algo.  ¿Alguien sabe a que hora tenemos que estar mañana en pie y donde?

Una habitación espaciosa, desde luego, aun teniendo que compartirla con otras tres personas, pero aun me resultaba raro que no hubiera ninguna separación entre chicos y chicas. Me acerqué a la que supuse que habían asignado como mi cama, pues era la que tenía mi equipaje, y lo escondí debajo de esta, pues no tenía ganas de sacar las cosas ahora.

Una primera prueba confirmaba mis sospechas; la cama era más cómoda que la de mi casa. Poco me faltó para quedarme dormida en el momento, pero entonces noté la espada en mi espalda. Tenía que cambiarme, pero ya se me habían adelantado y el baño estaba ocupado.

- Por mi de acuerdo - contesté a Abyss -. Probablemente vengan a despertarnos a la hora, así que no creo que tengamos que preocuparnos mucho.

Poco me importaba la cena ahora mismo. Saqué mi equipaje de debajo de la cama y rebusqué un pijama hasta sacar un pijama. Volví a guardar la bolsa, esta vez con la espada, y me quedé a la espera de que Sery saliera.

Nadie nos ha avisado de nada, supongo que mañana nos harán saber el horario de clases y todo lo demás. -dice saliendo del baño poco después del comentario de Analise, con el pijama puesto y las manos vacías.

Seguidamente lleva a cabo lo que probablemente sea un ritual habitual para él, que consiste en meterse en la cama, dejar el comunicador en la mesilla, colocarse los auriculares y hacer aparecer en sus manos el libro que estuvo leyendo durante el viaje a la academia, con esto ya está todo listo para esperar a que el cansancio haga de las suyas. Sin mediar palabra pasa las páginas hasta encontrar la que busca y continúa con la lectura.

-Y cómo es el baño? Es grande? -Ah, ya se metió en su mundo... Bueno, da igual.
Ya que no hay servicio al cuarto no tiene sentido que busque un comunicador. Regreso a mi cama y saco una muda de ropa interior.
...
Momento, ahora que veo, aquí haría falta un biombo. Uno muy grande. No tengo pijamas, y cuando tengo cama con mantitas prefiero dormir "al natural", pero...
-...eeh
Aunque uno está en vías de sobar y el otro parece haberse desconectado del mundo, así que no creo que vaya a haber problema.
-Echamos a suertes quién se ducha primero? -Le pregunto a Analyse. Luego me acerco a ella y le hablo al oído. -Y tendrías un pijama que te sobre? Creo que voy a necesitarlo.

Estaba a punto de ir al baño cuando Silver me interrumpió. Me reí y saqué de nuevo mi maleta.

- No veo porque deberíamos turnarnos, las dos somos chicas - dejé de buscar un momento y la miré inquisitivamente antes de susurrar -. Porque a ti no te gustan las chicas, ¿verdad?

Antes de darle tiempo a contestar contuve la risa, saqué un pijama para ella de la bolsa y empecé a dirigirme al baño.

- Tú decides si prefieres esperar o entrar conmigo.

-... -Ya veo, así que es esa clase de chica... -No tengo problema. -Me encojo de hombros y entro tras ella. -Pero donde empieces a hacer cosas raras te haré comer el jabón.

Ya dentro el baño me quito la ropa y la tiro a un canasto. Me parece que tendremos que lavarla por nuestra cuenta, pero no veo dónde hacerlo, sobre todo un sitio para ponerla a secar. También me suelto el pelo, hace semanas que no lo lavo y voy a aprovechar para hacerlo ahora.
Luego voy hasta la bañera y abro el grifo para que se empiece a llenar. -No te me acerques demasiado, vale...? -Solo espero que esté bromeando.

Una vez ambas dentro eché el seguro para asegurarme que ninguno de los chicos entrara "por accidente". Empecé a desnudarme, y finalmente me di cuenta de que Silver había malinterpretado por completo mis palabras. Fue muy duro contenerme para no llorar de risa, y pensé en sacarla de su error, pero podría ser incluso más divertido mantenerla equivocada.

- Como veas, pero luego no me pidas ayuda para lavarte la espalda.

Estando ya desnuda, entré primero en la ducha, siendo posible para Silver ver el tatuaje que tenía sobre mi omóplato izquierdo.

- ¿De dónde vienes, Silver? - pregunté para empezar una conversación casual.

-Sé lavarme solita. -Respondo sin darle más importancia al asunto. Veo que hay una sola ducha, así que tendré que esperar de todas formas.
Miro mi ropa en el canasto... el robot le hizo un buen tajo con sus garras, ya no creo que pueda seguir usándola, o tal vez pueda pedirle a alguien que lo zurza.
Más me importa ahora la herida de mi costado, que todavía me arde un poco. Voy a procurar lavarla bien y mañana iré a ver a lo que aquí tengan por médico.
-De Vacuo. -Qué tiene ahí en la espalda? Parece una esvástica hippie. -Más o menos. No tengo casa en ninguna parte, así que no es que "venga" de algún lado, pero nací ahí, así que bueno.
-Puedo decir que vengo de la infinidad del cosmos y tendría la misma validez. Aunque tal vez empiece a decir que vengo de la academia Beacon a los que me pregunten a partir de ahora.
Ya dejo de mirarme al espejo la herida y espero a mi turno para meterme bajo el agua. La bañera es lo suficientemente grande, así que sospecho que podremos enjuagarnos las dos ahí. -Y tú? Parece como si te hubieran marcado. Te escapaste de la cárcel?

Un único despertado empezó a sonar en la sala desde la mesilla de Sery. Todos habíais descansado lo mejor posible durante aquella noche. Los tenues rayos de sol que se filtraban entre las cortinas de las ventanas informaban que un nuevo día estaba comenzando, el primer día en la academia finalmente. Eran las 8 de la mañana y no había indicio de que ningún profesor estuviese informando de a donde debíais dirigiros.

Breves fueron los instantes entre el sonido del despertador y un zumbido simultaneo de los móviles de Sery, Analise y Abyss. En sus pantallas se había abierto la aplicación que se había instalado el día anterior y aparecía un mensaje.

¡Estudiantes!

Se os convoca a las 10:02 minutos en el salón de actos. Ser puntuales.
Bienvenidos a la academia Beacon.

Teníais dos horas largas hasta la hora, pero arreglarse para la presentacion podria no estar de mas.

Empecé a aclararme el pelo después de enjabonarlo mientras escuchaba la respuesta de Silver.

- Yo soy de aquí, de los suburbios de Vale. Nunca he estado en la cárcel, y espero no hacerlo en un futuro. El tatuaje es un experimento al que me sometí con 12 años, y su tinta está hecha de dust. Necesitábamos dinero en casa pero mi padre me dio una buena bronca - me reí al respecto, pero en su día no es que me hiciera mucha gracia.

Salí de la ducha y empecé a secarme.

- Si mal no recuerdo el experimento no fue un éxito, pero por lo menos a mi me fue bien. ¿Tú también has hecho alguna estupidez de este tipo?

Intentaba no prestarle demasiada atención al tema de la herida, si aun no había ido al médico no debía ser tan grave.

El ruido de la mano de Sery palmeando a ciegas la madera de la mesilla en busca del comunicador resuena hasta que termina acertando tras varios intentos. Levanta la cabeza de la almohada y, acercándose el aparato al rostro mientras entorna los ojos, apaga la alarma.

No le toma mucho acostumbrarse a la tenue iluminación del reciente amanecer, menos de lo que parece haberse acostumbrado a su nueva habitación pues, cuando fija la vista más allá del mueble, se sorprende un poco al ver otra cama más con alguien durmiendo en ella. Había olvidado por un momento que ya no está en casa.

Apenas tiene tiempo de erguirse cuando el aparato zumba mostrando una notificación en pantalla.

“10:02… ¿Por qué 2 minutos?” -piensa mientras su peinado, deformado por culpa de la almohada, vuelve lentamente a su estado original por sí solo.

Se arrastra hasta el borde de la cama, más cercano hoy que de costumbre, toma asiento, se calza las zapatillas de andar por casa y se pone en pie para terminar caminando hacia sus maletas, poniéndose en cuclillas y tomando de ellas una muda de ropa junto a un pequeño neceser. La búsqueda termina con un breve destello que se extingue en silencio haciéndolo desaparecer. Poco después se puede apreciar cómo se enciende la luz del baño al escapar esta de las rendijas entre la puerta y el marco. El broche final lo pone el calcetín que se materializa sobre el pomo de la entrada, secundando la sugerencia de Abyss para avisar de que está ocupado.

Pienso qué responder mientras dejo que el agua me caiga sobre la cabeza. Sí. Sí que he hecho muchas estupideces, aunque no sé si de ese estilo. -Puede ser. -Me empieza a arder el costado mientras corre agua por ahí. Cierro el grifo y procedo a enjabonarme, teniendo cuidado en la parte de la herida. Termino de asearme y luego me siento en la bañera y me desperezo.

-En mis últimos cinco años he vivido tantas cosas que parece como si hubieran sido veinte. -Me levanto y agarro una toalla. -Es como cuando tienes esos días tan largos que al irte a dormir no puedes creer que solo pasaron unas cuantas horas desde que te levantaste. -Digo mirando mi ropa sucia y rasgada en el canasto. Espero que alguien pueda arreglarla, siento mucho apego por ese uniforme para tener que tirarlo por culpa de un robot idiota. -Anda, como hoy. Parece que fue hace meses que vine hasta acá con ese bolso que está junto a mi cama.

Abro los ojos con la vista perdida en el techo, creo que lo que me ha despertado ha sido esa alarma molesta. Descubro que he echado las mantas al suelo y me hallo panza arriba con los brazos y piernas extendidos, el pelo esparcido por toda la cama, mis hombros y mi cara y con el pijama levantado bastante por encima del ombligo. -Mnghe... -Me enderezo para ver que Sery ya se está levantando y no sé si es porque estoy media dormida, pero veo que se aparece dentro del baño... ah, él podía hacer eso. Qué loco.

Pongo los pies en el suelo y me rasco la barriga. Es verdad, me lastimé ahí anoche... -Alguien me puede decir qué hora es? -Me levanto y me pongo mi calzado. Pienso andar de pijama, es bastante cómodo y aún tengo que lavar mi ropa y pedirle a alguien que la zurza. Además es de patitos, me gustan los patitos. -Eh! Flequillo! Mi vejiga está que explota, así que date prisa! -Grito de mala gana mientras me ato el pelo.

Abyss no paso una tranquila noche, durante sus sueños los recuerdos de aquel pueblo en llamas volvieron a visitarle, recordandole su debilidad y la gente que habia muerto por ella... Habia dado mil vueltas en la cama intentando conciliar el sueño, desvelandose a cada rato, con el cuerpo cubierto de  sudor y con el corazón a mil por hora...

Abyss ya estaba despierto antes de sonar el primer despertador, mirando al techo intentando conciliar de nuevo el sueño intento ignorarlo, no obstante el segundo aviso con la hora oficial a la que los citaban le hizo perder la esperanza de volver a dormirse.

"10:02...Solo espero que hoy no nos tiren a otro nido de Grimm"

Lentamente y sin mucha energía comenzó a incorporarse, mostrando unas pequeñas ojeras bajo sus ojos, sintoma de que no había pasado una buena primera noche en la academia, puede que por los nervios a lo que podía enfrentarse alli o por cualquier otra razón... 

Sery ya se había adelantado al baño y parecia que Silver estaba a la cola para entrar, si queria darse una ducha para despejarse tendría que esperar.  

-Las 8:03...- Tras un rapido vistazo al comunicador para contestar a la pregunta de Silver, Abyss volvió a colocarlo en la mesita de noche-Cuando acabeis con el baño necesito una ducha, asique me pido siguiente en entrar- Diciendo esto vuelve a caer sobre la cama. Por otro lado su estomago vacio rugio para recordarle que la noche anterior no habia probado bocado.- Y comida, ¿alguien se viene luego al comedor?

Por mi parte, yo me encontraba hecha un ovillo en mi cama, durmiendo plácidamente sin que ni el despertador de Sery ni los zumbidos de los móviles pudieran hacer nada para remediarlo. Si alguien se parara a escuchar atentamente casi parecería que estuviera ronroneando.

Los gritos de Silver al baño, sin embargo, consiguieron traerme de vuelta al mundo, aunque no del todo. Entreabrí los ojos, desplacé lentamente el brazo hacia el móvil y, tras darme cuenta de que no estaba en ese lado, cambié de brazo. Lo primero que hice fue mirar la hora, y entonces volví a cerrar los ojos. Un minuto más tarde me di cuenta de que había un mensaje y lo leí. No entendí nada, y simplemente volví a dormir.

“¡No tardo!” “¡Me queda poco!” “¡Ahora salgo!” son la clase de cosas que se escuchan tras la puerta durante los casi 15 minutos que le toma darse una ducha para despertarse como es debido. Es entonces cuando la prueba de resistencia a la vejiga de Silver llega a su fin, la puerta se abre y de su interior sale el muchacho, ya vestido y acompañado por el golpe de calor húmedo que se libera del baño.

Todo tuyo -concede terminando de secarse el pelo con una toalla.

Notablemente más despejado, aprovecha el tiempo que transcurre durante la rutina de sus compañeros para deshacer las maletas. Una considerable cantidad de mudas y enseres personales comienzan a ocupar los muebles, que terminan por llenarse cuando todavía resta una maleta al completo. Esto parece no preocupar a su dueño que, al abrirla, extrae una serie de cajones metálicos que apila a un lado de su escritorio. Juntos y alineados forman una cajonera portátil que arrastra hasta el fondo de la tabla. El resto acaba encontrando su lugar bajo la cama.

Al abrir la puerta, Sery se encuentra con que yo ya la iba a echar abajo de una patada. Bajo el pie y doy un suspiro. -Con permiso. -Y me meto dentro.

Tras asearme regreso a mi cama y miro mi bolso. Solo tiene algunas mudas de ropa interior y el haori que me quité anoche. No sé si acomodar eso en uno de los cajones o dejarlo allí, pues me da pereza y es demasiada poca cosa como para preocuparse. -Yo te acompaño, tengo hambre también. -Aunque si se demora demasiado en la ducha iré sin él... o no, todavía no me entero de nada en este lugar y seguramente me pierda. -Y por ahora me veré obligada a acompañar, porque no tengo ni idea de dónde está cada cosa. -Nunca pensé que fuera a necesitar tanto un celular.

Una vez que sale Abyss del baño me echo el haori sobre el pijama y el cinturón con mi espada por encima del hombro. -Te sigo.