Partida Rol por web

año 487b "Retorno al hogar" + LA FASE DE INVIERNO.

Ya en el año 488

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31/08/2018, 17:13
Director

Tras muchos días de camino, y alguna que otra semana, has llegado a la tierra prometida, esto es,  al lugar en el que un familiar tuyo, un primo tan lejano que ni vuestros padres se llegaron a conocer nunca, reside y es dueño de un señorío. En verdad no lo sabes, pero son 3 los señoríos que componen sus tierras. Una aldea al norte, una al sur, y el terreno que las une incluyendo un bosque.

 

Con la esperanza de que tu primo, sir Gwilherm, admita tu parentesco y confiando en que ejerza su hospitalidad contigo, te adentraste hace unas semanas, cuando el invierno no había acabado, en la aventura por los caminos de buscar y dar con él y con su señorio. Si las indicaciones recibidas son ciertas, y hasta ahora lo han sido, parece que ya esas llegando a tu destino.

Notas de juego

  •  te recuerdo que no eres caballero, solo un muchacho de 21 años, escudero de un señor con el que aprendiste lo que pudiste hasta que él murió.
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31/08/2018, 17:20
Director

Estas en el señorio de tu primo y una patrulla de soldados os aborda, educadamente, pero manteniendo el grado lógico de precaución. Tras vuestras explicaciones, os llevan a ver al señor , Sir Gwilherm.

Habeis atravesado un pueblo, donde el campesinado parece tranquilo, y anda atareado. Por un lado se dedica a sus labores diarias, y por otro se afana en tareas comunales, como arreglar cercas, caminos, desbrozar arbustos...

 

 

 

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31/08/2018, 17:27
Director

Llegasteis ya. Estais fuera de una casona de piedra, y sobria. Sin duda contempló tiempos mejores, pero se la ve majestuosa y más en comparación con los edificios de los alrededores.

El que parece lider de la patrulla, os hace desmontar y bajar de las cabalgaduras. Tendreis que esperar a ser recibidos. Bien os haran entrar, o bien saldreis vosotros.

Notas de juego

Esperareis ahi hasta que sir Gwilherm decida recibiros.

Obviamente podeis rolear entre vosotros, describir lo que habeis visto...  lo que os plazca. IMPORTANTE, MARCARLO SOLO PARA VOSOTROS DOS, PUES EL OTRO ESTÁ DENTRO.

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31/08/2018, 17:32
Director

Mientras andas en tus labores dentro de tu casona, recibes un llamado. Uno de tus soldados, de la patrulla que vigilaba los exteriores del señorio, te interrumpe:

 

- Señor, la mi patrulla ha detectado un par de jovenes jinetes. Montan mulas y dos magnificos caballos de batalla. Ninguno de la guardia vimos jamas semejantes ejemplares. Quieren fablar con vos. Los he hecho esperar fuera. Portan espada y armadura, no parecen hostiles pero mantenemos  a la guardia pendiente.

Notas de juego

tienes fuera a dos invitados. Rolea con ellos, pues yo me mantendre en una cómoda distancia. El domingo echaré un ojo a ver como vais.

Eres libre de recibirlos, escucharlos, caparlos....  Tu mismo. 

Para hacerlo más facil será mejor que salgas tu a ver que les pasa.

 

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31/08/2018, 19:26
Cimrud de Henleyith-Arden

Sí que había sido un camino más largo de lo previsto para Cimrud que apenas había salido de las tierras donde nació. Haberse encontrado con otro familiar en el camino no podía ser salvo un buen augurio: de todos los caminos y lugares tenía que encontrarse con Walter de Lickey Hill. No había tenido mucha ocasión de hablar con él, ya que se habían encontrado hacía relativamente poco...el tiempo para saludarse, asentir ante las casualidades o la voluntad divina, según se mire, y poco más.

Ahora estaban a las puertas de su primo Sir Gwilherm... asintió con amabilidad a los guardias y desmontó acariciando a Khaine, su soberbio destrero negro. Cimrud estaba inquieto, sabía que tenía un grado de parentezco relativamente alto con el señor de estas tierras pero eso no era garantía del todo, no pudo sino preguntar a su otro pariente:

-Walter, ¿qué crees que dirá nuestro primo,Sir Gwilherm? - dijo al otro escudero esperando escuchar su franca opinión.

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31/08/2018, 22:38
Walter de Lickey Hill

Ha sido un largo viaje desde que abandoné Lickey Hill. No partí precisamente sobrado de recursos. Las armas que me legó el bueno de Sir Brian  cuando dejó este mundo, la comida que mi hermana Fiona atiborró en las alforjas de la pobre Yilda, el buen  vino del que el viejo Oswool me hizo prometer no beber más de un largo trago cada noche antes de acampar, las pocas monedas que mi padre pudo confiarme además de su bendición; y cómo no, mi fiel Breogan que cabalgaría hasta el confín del mundo si yo se lo pidiese o si hubiese una buena yegua a su alcance. En Lickey Hill hay bastante grano, vacas gordas, algunos buenos caballos, buenos hombres y mujeres, pero poca plata y menos oro.  Huelga decir que a esta altura de mi viaje, las monedas ya habían sido bien empleadas, las alforjas estaban vacías y el vino a duras penas iba a durar dos o tres jornadas más. Desde hacía un par de días los pocos viajeros que me cruzaba dispuestos a intercambiar unas palabras me aseguraban estar cerca de mi destino, lo que me animaba a no desesperar legua tras legua. En la última aldea a mi paso no me quedó más remedio que intercambiar algo de trabajo a cambio de resguardo contra la lluvia y comida caliente. No había tenido suerte con la caza, en realidad rara vez la tengo, por lo que estaba más hambriento de lo que me gustaría admitir. Eran buenas gentes, y no me importó ayudarles a levantar la estructura de su nuevo granero. Si algo sabemos en Lickey es arrimar el hombro cuando hace falta. Mi propio padre, más de una vez, se había lanzado a reparar las empalizadas de la vieja torre de la colina hombro con hombro junto a sus hombres. Ahora volvía a estar hambriento y desafortunado con la caza. Ya estaba resignado a acampar con el estómago vacío cuando el inconfundible aroma de un conejo asándose llegó a mi nariz. Con el suculento recuerdo de los aromas de la siempre bien provisionada cocina de Brunilda allá en la torre de Lickey afligiendo mi corazón, no pude sino buscar el origen de tal rastro más pronto que tarde… Mi sorpresa fue no encontrar a un par de viajeros buscando resguardo para la noche, sino un joven muchacho, alto y  pertrechado de forma similar a la mía. Pero más limpio y presentable que mi persona, si duda alguna. Estaba acampado junto a un impresionante semental negro que casi me hizo olvidar el conejo sobre el fuego por un instante. Después de las cautelas propias del camino resultó ser un joven de buena cuna y modales refinados que aceptó compartir su cena a cambio de un par de tragos de mi escaso vino. Eso sin duda fue más por generosidad que por interés, porque ni vino no era tan bueno si no eres de Lickey, ni yo disponía de una cantidad para ofrecer siquiera digna. En la amigable charla durante la comida, que no hizo sino reafirmar la buena impresión causada por el joven, y después de las presentaciones mi sorpresa fue mayúscula. Sus intenciones eran similares a las mías, y su destino el mismo. Propuse un brindis para dar por terminado mi vino celebrando nuestro afortunado encuentro y ofreciéndole mi amistad  abiertamente. Aunque la sombra de la competencia que su presencia suponía para el objetivo de mi empresa, las buena impresión que mi lejano pariente me había causado despejó cualquier desconfianza o duda que pudiese nublarme. Si en algún momento debía competir con él para conseguir el favor de nuestro primo, estaba dispuesto a hacerlo de buen grado pero sin sombra de acritud. Mi difunto señor, Sir Brian, me lo había repetido mil veces, “joven Walter, si has de probar tu valía o tu honor con otros hombres asegúrate que son al menos de la valía y el honor que presumes tener, de lo contrario no lograrás nada salvo rebajar tu nombre tanto si fracasas como si triunfas. Por el contrario, si fracasaras midiéndote con hombres mejores que tú, tu honor estará bien guardado siempre y la derrota no será más que un recordatorio de que debes mejorar si quieres estar a la altura de los hombres que merecen tu admiración”. Sir Brian no era el mejor guerrero, pero sin duda era el mejor caballero que yo había conocido hasta ahora.

Y allí estábamos los dos, escoltados y unidos en nuestro destino. A un paso de conocer a nuestro primo y saber si tan largo viaje tendría recompensa. No mentiré, mi corazón estaba en un puño, amaba Lickey con toda mi alma, pero deseaba más que nada en esta vida ser caballero.

- Cimrud, sólo puedo pensar que nuestro primo se alegrará de contar con la ayuda y servicio de tan estupendos escuderos como somos tú y  yo – contestó con una amplia sonrisa. – Los hombres que nos han escoltado hasta aquí parecen disciplinados y buenos soldados, eso me inclina a pensar que debe ser un buen líder. Y un buen líder no desaprovecharía la oportunidad de tomar no uno, sino dos dispuestos escuderos. Bueno, además espero que la sangre que nos emparenta también influya en nuestro favor – la sonrisa dejó paso a un semblante más serio antes de continuar.- Pero... Cimrud,  preséntate tú primero. Es justo que lo hagas, hubieses llegado antes que yo si no hubieses compartido tu comida conmigo. Estaba tan cansado que probablemente me hubiese costado llegar hasta aquí un par de jornadas más que a ti. Quizá que le propongamos ambos entrar a su servicio juntos pese en tu contra, y eso no lo puedo permitir. Me has honrado con tu ayuda y es lo justo.

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01/09/2018, 10:17
Cimrud de Henleyith-Arden

Cimrud escuchó con interés las palabras de Walter; era cierto que Cimrud hablaba con buena dicción y sabía elegir las palabras razonablemente bien, pero también era cierto que se le notaba inquieto y la pregunta que le había hecho a Walter confirmaba su nerviosismo.

Asintió cerrando los ojos para añadir su opinión, que venía más de la ansiedad del momento que de otra cosa:

-Estoy seguro que Sir Gwilherm se alegrará de vernos, de eso no me cabe la menor duda, pero por otro lado quizás no pueda hacerse cargo de nuestra educación como escuderos... a mi me queda mucho que aprender-lo decía por la modestia obligada pero también por sinceridad- y el tiene un señorío que gobernar...quizás tomar escuderos bajo su protección sea algo que no le sea apropiado ahora - lo normal para un caballero era instruir a otros que quisieran llegar a tal estándar de virtud, pero no siempre era posible.

Cimrud no sabía distinguir todavía buenos soldados de malos, pero pensaba que debían ser buenos, al menos los habían interceptado bastante pronto y los habían tratado educadamente. No dijo nada de ello; sería hablar de más y de lo que no sabe pero de lo que sabía si que habló y no estaba de acuerdo con presentarse primero:

-No lo veo correcto Walter, ambos somos primos- dijo rotundamente- además nos va a llamar a la vez con casi toda seguridad, hemos venido juntos y nos recibirá juntos..sería extraño que nos recibiera inicialmente por separado-realmente extraño- y es probable que no esté solo, quizás esté presente su señora y algunos de sus siervos más fieles

Suspiró ante la espera y no pudo evitar hablar:

-Veremos que dice Sir Gwilherm, si puede hacerse cargo de nosotros o no...yo pienso como tú que somos escuderos buenos y estamos aquí con la voluntad de hacer este mundo mucho mejor, no estamos en nuestro salón comiendo venado, estamos aquí porque queremos que donde haya discordia, traer armonía, donde haya falsedad, traer la verdad, donde la gente dude podemos traer fe y donde haya desasosiego podemos traer esperanza -era obvio que Cimrud se había preparado el discurso por el camino, o al menos había pensado en él. Viendo que divagaba volvió a lo importante- yo lo tengo claro Walter, ambos somos familia, estoy seguro que nos aceptará a los dos o no nos aceptará. -miró hacia un lado cuando dijo eso último para rematar su disertación-si quieres y me concedes el honor puedo hablar yo primero en nombre de los dos, pero tendrás que hablar posteriormente. -Cimrud parecía entender las maneras cortesanas, lo bastante al menos como para comportarse.

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01/09/2018, 18:22
Sir Gwilherm

Que el invierno no parecía querer irse. El viento del Norte, frío y aún perezoso, empujaba las nubes oscuras que se rasgaban al correr hacia el Sur. Fuera, los campesinos trabajaban duro, unos cultivando los campos, y otros en las labores de reconstrucción. Era la antigua aldea de Gordobuc "el infame" y las zonas agrestes que hacían de unión entre señoríos, las zonas que presentaban mayor reto y trabajo. Fuera danzaban remolinos de polvo, hoja secas, pajas y demás desperdicios que iban de arroyo en arroyo, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de pilluelos, aquellas hojas secas se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes y otras hasta las puertas de las pocas casas que se encontraban regadas por el señorío. Y había pluma que llegaba a una ventana, y arenilla que se incrustaba para días, o para meses, en las botas de uno de los caballeros viajeros que, rompiendo aquella tranquilidad, llegaban a mis puertas, a mis nuevas tierras, a mi nuevo hogar y señorío.

-¿Que motivos habríanles traído a mis tierras? ¿Serían aquestos portadores de funestas nuevas?. -tales cuestiones me hubieron de asaltar cuando el criado me anunció tan inesperada visita.

La mañana había amanecido brumosa, pero el sol rompía la cortina gris y se filtraba hacia la puerta de mi hogar para iluminar con su luz a quienes, aún entumecidos por el frío de la mañana, se hubieron de presentar a mis puertas.

-Sir Gwilherm, señor da'questos señoríos vos fabla. -anuncié a los caballeros. -Decidme ambos; ¿quién sodes et que asuntos vos trae por mis tierras?.

Tras las inquisitivas preguntas, y antes de hallar respuesta alguna para ellas, invité a entrar a los caballeros a fin de mantener una charla educada y hospitalaria como la situación requería.

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01/09/2018, 19:51
Cimrud de Henleyith-Arden

Los dos jóvenes habían atado sus caballos a los asideros dispuestos para ello tras descabalgar y parecían llevar hablando un rato cuando el señor salió a recibirlos, lo que hizo que ambos callaran inmediatamente y Cimrud se mostrara solícito haciendo una reverencia de respeto.

No portaban escudo de armas alguno ni blasón identificativo pero sí una espada, lo que quizás indicaba que aún no habían sido ungidos caballeros. Tras terminar el señor de estas tierras de preguntar quienes eran y que hacían aquí, el joven más delgado con una armadura de cuero endurecido que estaba más cerca del flamante y llamativo destrero negro volvió a hacer una reverencia y habló después de entrar tras el señor:

-Sire, él es mi primo Walter de Lickey Hill-dijo mirando al otro joven- y yo soy Cimrud de Henleyith-Arden...-hizo una leve pausa a sabiendas que la parte que venía era difícil de explicar- Sire, resulta que a su vez ambos somos primos de vos... seríamos eternamente agracedidos y llenos de gracia y gozo si pudiéramos humildemente disfrutar de su gran hospitalidad mientras charlamos de lo que nos trae aquí, Sire -el joven que se presentó como Cimrud tenía buenas maneras cortesanas, sabía elegir bien las palabras y tenía un acento de más al norte. De momento se habían presentado como familia y había pedido hospitalidad mientras estuvieran ahí.

Notas de juego

Lo dejo ahí antes de seguir por si Walter quiere añadir algo, que imagino que sí. Si no fuera así Walter, ponlo en el offtopic mismo y que siga Sir Gwilherm
 

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01/09/2018, 21:32
Walter de Lickey Hill

Lo cierto es que no me había hecho una imagen en mi cabeza de cómo sería mi lejano primo. Si sería un hombre de mediana edad y de aspecto imponente. O si sería un hombre joven de aspecto saludable… poco sabía yo, de sus hazañas o andanzas, salvo que había sido nombrado caballero y que había tomado posesión reciente de estas tierras. La lógica imponía que no fuese mucho mayor a mí ya que la sangre que nos unía en parentesco eso parecía indicar. Si bien, primos mucho mayores que yo por parte materna emparentaban conmigo. La sobriedad de su morada me hizo sospechar que no nadaba en la abundancia. Eso no me desagradó,  yo procedía de algo un poco más grande que un poblado y a estas alturas os castillos y las almenas aún despertaban en mí cierto desasosiego. Un caballero podía tener muy distintos aspectos. Sir Brian, sin ir más lejos, cuando no vestía su armadura bien parecía un sacerdote por su poblada barba y sus formas tranquilas. En una segunda mirada, sin embargo, su porte era innegable. Algo había en este hombre al que nos presentábamos que indudablemente me recordaba a Sir Brian. Su mirada era severa, pero más allá podía intuirse inteligencia, y en cierta medida calidez. Cimrud se expresaba con soltura y aplomo, escogiendo bien sus palabras, lo que me hizo temer que mis modales fronterizos no estuviesen a la altura. Si bien, quien no se moja los pies no logra hacerse con una trucha para su buche. Imité la reverencia que Cimrud realizó con mucha menos gallardía que él y añadí con la mejor voz que pude.

- Señor, una petición os traemos. No hay más intención en nuestra visita. Honrados quedaríamos si a bien tuvieseis de atenderla.

Viendo que el señor nos indicaba que teníamos su beneplácito para  dialogar en el interior decidí seguir imitando los pasos del buen Cimrud por temor a violar alguna norma de etiqueta que yo desconociese. Y así, entramos en aquella casa junto al hombre que habíamos venido a buscar.

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02/09/2018, 12:59
Sir Gwilherm

Sorprendente visita y noticia era aquella, pues pocas veces aparecían como de la nada lejanos primos venidos de también lejanos lugares.

-Sed bienvenidos pues. -Digo mientras cruzamos el patio interior, donde Dix y Buli se encargan del entrenamiento de los nuevos escuderos. Estos arremeten en carga una y otra vez contra el estafermo, algunos con buena soltura, y otros con no tanta. Evidentemente, hoy toca practicar la habilidad con la lanza de caballería.

Con una señal de la mano hago que el mozo de cuadra nos salga al paso y se encargue de las cabalgaduras de los recién llegados. -Tenéis mi hospitalidad cuanto tiempo necesitéis, et también gozaréis de los lujos et comodidades que yo mesmo disfruto, -sonrío- más sabed que aquestas, como veis, pocas son.

Entramos en el salón a paso calmado, cruzando tranquilamente la estancia hasta acomodarnos junto a la chimenea. Tras anunciar a los criados la necesidad de adecentar las estancias de los invitados de cara al inesperado hospedaje, hago llamar a Lady Godiva, mi futura esposa y también señora por gloria y gracia de estas tierras. Es menester hacer formales presentaciones.

-Decidme pues, primos. ¿Qué petición aquesta est que venides a traerme?. -con expresión neutra, mis ojos analizan cuidadosamente a mis nuevos invitados.

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02/09/2018, 14:04
Cimrud de Henleyith-Arden

Por muy bueno que fuera en las maneras de las cortes, al joven Cimrud sonrió y se le iluminó la cara de alegría cuando Sir Gwilherm les ofreció su hospitalidad:

-Gracias Sire, le estamos agradecidos que confíe en nosotros y nos brinde su gran hospitalidad y sus comodidades, nos comportaremos a la altura Sire, con modestia y obediencia, como buenos invitados y familiares. -asintió con la cabeza añadiendo más énfasis a sus palabras.

Hacerse cargo de sus monturas fue todo un detalle, su destrero Khaine lo agredecería, especialmente estar en compañía de otros animales además de la mula que llevaba.

Cuando pasaron al fuego, Cimrud seguía todavía excitado/nervioso por la situación y apenas mostró mucho interés por la estancia; aunque si advirtió que el señor había hecho llamar a su señora y había dado instrucciones a los criados; así que cuando Sir Gwilherm preguntó Cimrud estaba más o menos preparado para contestar:

-Sire, tanto mi primo Walter como yo queremos lo mismo, queremos ofrecerle nuestros servicios como escuderos-fue directo, era la segunda vez que el señor de aquellas tierras le preguntaba que les traía por aquí, podría haber desviado la pregunta una vez más pero otra vez sería grosero, así que decidió no andarse con rodeos y afrontar las cosas directamente- Walter es un formidable escudero con grandes habilidades que mis pobres palabras no pueden describir, no obstante Sire si puedo hablar de las mías...-cogió un poco de aire intentando apartar los posibles nervios y dudas- conozco la espada y no dudo con ella, lo mismo con la lanza que acierto a los estafermos regularme, me mantengo erguido en el caballo a pesar de ser una bestia con personalidad y fuerza. Con el arco soy capaz de acertar pero es un arte que aún tengo que practicar; también conozco Sire las reglas de los torneos aunque no he podido probarme en ninguno de ellos si he asistido como escudero al de Vagon hace un par de primaveras. He de decir que estoy bien instruído en las formas de la corte, tanto en comportamiento como en discernir que ocurre así como soy capaz de entender la lengua romana escrita más rudimentaria, Sire.  -pocos nobles sabían leer, algo extraño... y todo sea dicho, en estos tiempos los nobles atienden más los campos de batalla que las cortes- Ruego tenga en estima considerar mi humilde petición Sire, mis intenciones son cristalinas Sire, quiero que donde haya discordia, traer armonía, donde haya falsedad, traer la verdad, donde la gente dude traer Fe y donde haya desasosiego traer esperanza ...la Lealtad, el honor  y la familia son para mi la punta de lanza que guía mi camino, en especial mención la familia, como vos, sire, y como Walter quien seguro que comparte estos valores y otros mejores y es quien nos puede hablar de su formidable persona mejor que yo -Cimrud teminaba con una clara alusión nada aleatoria a los valores familiares y daba paso a Walter, era su turno de presentarse.

 

Notas de juego

 

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02/09/2018, 20:22
Walter de Lickey Hill

Contempló la morada, las estancias, la llegada de la señora de la casa y todo lo demás en absoluto silencio. Walter escuchó con solemnidad la presentación de Cimrud. Con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza ligeramente inclinada esperó a que su primo terminara de enumerar los ideales que proclamaba como su guía.

Con honestidad diríase que Walter no había meditado tan en profundidad sobre los ideales de la caballería como Cimrud parecía haber hecho. El deseo de ser nombrado caballero casi lo albergaba desde la propia cuna. Su padre, aunque señor, nunca había sido ordenado caballero. Era un gran guerrero, eso era indudable, y un hombre de honor, como sus amigos y enemigos habían constatado, pero al mismo tiempo absolutamente centrado en la defensa y protección de sus tierras y gentes. Sir Brian, por el contrario era un hombre con votos de caballería, al servicio de los ideales que se esperan de un caballero. Por eso se le había confiado su formación a él, porque su padre pensaba que Sir Brian forjaría el espíritu del joven Walter con la llama de la caballerosidad. Ahora que lo pensaba, un poco a la ligera, como solía pensar Walter en muchas ocasiones, sintió que las palabras de su primo inflamaban su espíritu. Enseguida se contagió de los argumentos de Cimrud. Dando un paso al frente añadió:

- Señor, poco tengo que ofrecer que seguramente no tengáis ya a vuestra disposición. Estoy seguro que vuestros hombres son tan válidos como yo en la batalla, y probablemente lo sean más que yo algunos de ellos. Mi petición es que me aceptéis como escudero a vuestro servicio. Si me tomáis como escudero y completáis mi formación hasta ser merecedor de escoger mi propio camino sólo puedo ofreceros en gratitud mi más absoluta lealtad. – Aunque probablemente fuese una actitud poco protocolaria Walter sostuvo la mirada de Sir Gwilherm porque así se había educado, en la vieja costumbre de un hombre que sostiene su mirada cuando ofrece algo con absoluta honestidad.-

Terminadas sus palabras, dando un paso atrás hasta su posición anterior junto a Cimrud, con el corazón latiendo con fuerza bajo su pecho, esperó a escuchar lo que tenía que decir Sir Gwilherm al respecto. Sin siquiera atreverse a respirar hasta saber en qué iba a terminar aquella propuesta.

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02/09/2018, 23:23
Sir Gwilherm

Escucho complacido las bien dichas y sinceras palabras que ambos con buen tiento atinaron a pronunciar. Parecen hombres rectos, capaces, y leales, y sus ojos arden con el brillo de la fuerza y tesón de la juventud. Al punto estoy de contestar a sus palabras cuando una criada anuncia la llegada de la señora Godiva.

 

 

Me incorporo y camino al encuentro de la señora. -Querida, vos presento a Cimrud de Henleyith-Arden et a Walter de Lickey Hill. Ambos primos lejanos, a quienes el destino paresçe haber traído a las nuestras tierras. -digo tomándole el brazo a modo afectivo. -Brindarémosles hospitalidad como est menester, et ya veremos si finalmente quedaránse con nos.

Señores, vos presento a la Señora de Maderoy. Lady Godiva, mi bella et futura esposa. -sonrío, complacido y orgulloso de presentar a tan digna y hermosa señora de quién, en cuanto vi, quedé totalmente prendado. -Non tardando será nuestra boda. Invitados ambos quedáis, ansí que espero vervos en, para mi, tan importante celebración.

Tras las formalidades y una breve charla igual de cortés y formal entre la señora y los invitados, lady Godiva se excusa y se retira, pues la conversación en ciernes tratará de asuntos más orientados a ser debatidos entre hombres.

 


 

-Agradezco vostra propuesta et más aún tal sinceridad et franqueza -digo al reclinarme nuevamente en el asiento- ambas cualidades agradezco en grand medida, ansí que vos responderé con igual franqueza. Habedes venido en adecuado momento, pues el conde de Setzer de Hertford, señor al que brindo vasallaje, me ha pedido intensificar el entrenamiento de escuderos et, demás, presentar a quienes considere dignos e diestros en destrezas et combate a fin de ser nombrados caballeros.

Un breve sorbo de vino impulsa nuevamente la charla. -Non en vano se impone aquesta demanda et necesidad, pues non poca preocupación ha el conde por el aumento de sajones en el condado de Essex. Al paresçer andan preparándose. Demás, aquestos cuentan con naves et maquinaria traída del continente. Mal asunto, preocupante et turbador, non cabe duda alguna.

Empero esa non est la única cosa de la que vos he de fablar, pues como podéis ver, aquestas tierras et señoríos nuevos necesitan de grandes mejoras et preparación. Mucho trabajo habemos por delante en Maderoi et derredores.

Me quedo por un instante absorto en mis pensamientos, recordando a Gordobuc; la infame criatura mitad hombre mitad demonio, cuya enorme y oscura silueta todavia atormenta recurréntemente mis pensamientos. El silencio domina el salón momentáneamente, haciendo posible escuchar con más claridad el traquetear de los cascos y el chocar de las lanzas en el exterior. Mi mano mueve en círculos la copa, haciendo que el líquido rojizo de vueltas por última vez antes de ser apurado de un último trago. -Quizá en otra ocasión vos cuente la historia de como obtuve aquestas tierras et el favor de Sir Setzer, más tal recuerdo es tremendamente turbador, et aquesta non est ocasión de contar tales relatos.

Tomo aire profundamente y me incorporo. -Agora que sabéis algo más de vostro primo et sus quehaceres, ansí como de cuan duras serán las labores por aquestas tierras, quizá querráis replantearos vostras intenciones et peticiónes. -mi rostro revela una ligera sonrisa, pues de buena fe puedo asegurar que los hombres que se muestran ante mi no se achantarán ni cejaran en su empeño por muchas dificultades que muestre el camino.

¡Más credo que habemos fablado ya en demasía!. Salgamos al patio, pues ardo en deseo de conosçer cuando diestros et habilidosos vos mostráis lanza en mano. ¿O acaso el camino vos ha dejado demasiado cansados para ello?.

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03/09/2018, 15:31
Walter de Lickey Hill

El vino que nos ofrece sir Gewilherm le sabe a como la ambrosía a mis labios resecos por la tensión de la incertidumbre ante la respuesta a nuestras peticiones. Se muestra hospitalario hacia nosotros y su hogar me resulta cada vez más acogedor, al igual que su carácter. Lady Godiva se desenvuelve con las formas y maneras de una dama. Su belleza es evidente, a mi parecer es lógico que la mirada de su futuro marido refleje orgullo y regocijo ante la idea del enlace próximo que nos anuncia. Muestra interés en nuestros respectivos viajes e incluso me pregunta por las tierras de las que procedo. Como no podía ser de otra manera le hablo con orgullo de nuestro hermoso bosque, de la belleza del paso de las estaciones vistas desde la colina, del célebre coraje de nuestras gentes, de los planes de mi padre para levantar una iglesia de piedra… Mi descripción es vívida y parece complacida. Por supuesto no le hablo de las cosechas escasas, del hostigamiento de los bárbaros, de la crudeza del último invierno… aunque todos esos recuerdos van apareciendo como arrastrados por una suave marea conforme voy relatando. Me da la impresión que mi primo ha encontrado una excelente esposa, además de  un señor que debe apreciarle y estimarle para concederle tierras y prebendas. Es inevitable que me pregunte por las hazañas que le han valido la estima del conde de Setzer, sin embargo él despacha el asunto aplazándolo para futuras charlas. No pasa, sin embargo, desapercibida  la nube que oscurece su mirada al rememorar para sí los hechos que le han conducido hasta el lugar que está ahora.

- En buena hora llegamos si tal como nos decís éstas son las circunstancias que acontecen por vuestras tierras. Además a tiempo de una boda llegamos, así pues, ¿qué más puedo pedir para dar por bien empleado el tiempo y el esfuerzo del viaje? Salgamos al patio de armas para que os hagáis una idea de lo que les espera a los sucios sajones que sean tan temerarios de venir a importunar las tierras que gozan de vuestra protección. ¡Más me atrevo a decir! Que  si un sajón me sale al encuentro y ni espada ni lanza llevo, a dentelladas si hace falta lo empujaré hasta el mar que nunca debió abandonar para poner un pie en nuestra gran isla.

 

De muy buen grado y mejor humor me dejo guiar con gusto en busca de un poco de diversión y puede que algún golpe.

 

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03/09/2018, 17:21
Director

Al parecer lady Godiva habia marchado a buscar  la madre del sir Gwilherm Lady Crislan. La ausencia de la futura esposa habia sido aprovechado por los hombretones para ponerse al tanto  de sus asuntos. 

 

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03/09/2018, 17:24
Lady Crislan

Con paso señorial y elegante, hace aparición la madre, lady Crislan.  La porte y elegancia no se pierde si se tuvo en abundancia, y este parecia ser el caso. Lady Godiva, prudente y sensata, opta por ponerse en un segundo plano, escuchante y discreta.

 

¿ Aquestos son los tus primos? Creo con acierto que nunca los hube vistos, pero en ellos hallo algo que no me es del todo ajeno.

 

Y dirigiendose a los escuderos les pregunta:

¿ De donde dicieres que sos?

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03/09/2018, 17:31
Director

Notas de juego

  • Cuando te plazca, y creas acabadas las  presentaciones, te sugiero que los pongas a ejercitar y demostrar su valia. De paso puede que hasta os subais alguna marca.( Habrá que darles algo de acción a los nuevos).
  • Te proponga algunas de estas tareas:

- caceria.

- carrera a caballo.

- Lucha con espadas, lanza de caballeria... ( embotadas)

 

  • Ya me diras cuando quieres que aceleremos la acción y nos pongamos  de camino a  aver al conde.
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03/09/2018, 18:12
Cimrud de Henleyith-Arden

El anuncio de Lady Godiva pilló por sorpresa al joven escudero, quien sabía que las damas tardaban en presentarse mientras se adecentaban y preparaban para las recepciones. No obstante, el joven se recompuso fácilmente y saludó a la señora de estas tierras, o futura señora:
-Nos honra con su presencia Lady Godiva, mi alma goza con vuestra unión sin duda - dijo a ambos prometidos. Tras unas breves, formales y adicionales palabras más Lady Godiva se marchó y dejó a los tres hombres con sus asuntos más violentos y menos corteses. Por mucho que Cimrud se supiera mover bien en las cortes prefería la Espada en estos momentos...ya habría tiempo de estar en su salón, cuando le correspondiera.


Era lo que quería oír, las cosas no podían ir mejor: su primo buscaba escuderos que si se mostraban dignos podrían ser nombrados caballeros. Obviamente no dijo nada mientras el señor de esas tierras hablaba, se limitó a escuchar atentamente y con paciencia que Sir Gwilherm terminara o al menos diera pie a que ellos pudieran participar. Pero mientras tomó nota mentalmente, Sir Setzer de Hertford, los sajones de Essex con extraña maquinaria del continente. También le pareció perturbador la forma en que describió como obtuvo el favor de Sir Setzer..pero tampoco se atrevió a hacer apunte alguno, como bien dijo Sir Gwilherm sería en otra ocasión. Ahora había que hablar de las cosas que requerían atención inmediata:
-Yo no me voy a replantear nada Sire, cuando vine al sur imaginaba que algo así podría pasar... mantengo mis palabras y mis peticiones como no podría ser de otra forma - dijo muy convencido.
Ante la idea de practicar con un caballero desde el primer día, que podía hacer sino afirmar positivamente:
-Detrás de vos Sire-dijo Cimrud esperando que el señor los guiara-, en el patio podrá ver como estos años algo me han enseñado y algo he aprendido pero que me queda mucho que mejorar. 

Cuando Lady Crislan apareció dejó lo que estaba haciendo para saludarla, la saludó con una marcada reverencia y contestó:
-Milady, soy Cimrud de Henleyith-Arden... hijo de lady Edith, que si no me equivoco debe ser su hermana, milady. -Cimrud se parecía muchísimo a su madre, tenía el pelo más claro que negro sin llegar a ser rubio, los ojos azules y pequeños, las orejas pegadas, la piel pálida y el gesto serio que su madre también tenía. No podían negar que eran madre e hijo.
 

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03/09/2018, 18:27
Lady Crislan

No parecia la señora de las que se dejase adular, más bien parecia de las que se ponian en guardia ante los halagos:

 

-Non fue la mi hermna la tu madre, fue la de el mi marido, y non recuerdo si fue del mi primero o del segundo marido. non os cognosco, ni debiere pero no obstante sed bienvenidos, et dad et  disfrutad la hospitalidad.