Partida Rol por web

 Otro momento muy esperado, por razones obvias, es la entrega de obsequios y  presentes por parte de Uther a sus súbditos. Reciben su parte desde los más elevados caballeros, hasta los más humildes sirvientes.

Vosotros también recibiréis lo vuestro.

En concreto recibís  9L cada uno, que es lo que se les da a los caballeros ricos, o mejor dicho lo que se estima que los caballeros ricos gastan en un año para mantener si nivel y el de su sequito. Así que restado vuestra asignación de 6L, os quedan 3L a cada uno para sumar a vuestro tesoro particular, o al de Malderoi.

se esperan unas palabras breves.

Al parecer no he perdido el tiempo sólo persiguiendo faldas este invierno. Cuando llega el turno de mi obsequio, arrodillado ante el rey, pongo en práctica lo que he aprendido de estos actos en lo que llevo en su castillo. Mi voz es clara y firme, y mis gestos son los apropiados. Con la mirada baja como símbolo de reconocimiento a su soveranía le digo en el tono de voz apropiado para resultar respetuoso pero que la concurrencia lo pueda escuchar: El mejor obsequio para este caballero es poder servir a este Rey sabio que por fin traerá a Britania la paz que sus gentes ansían. Gracias mi rey.

Más tarde, contemplando en mi habitación las monedas del rey, y aunque una parte de mí desearía entregárselas a Gwilherm para los trabajos en Malderoi, caigo en la tentación de guardarlas para posibles necesidades mías... quizá ensando en alguna dama...

Gwilherm se encontraba una vez más fuera de lugar, no pudo evitar estar nervioso al compararse con el resto de señores y vasallos del Rey. Observó sus ropas, sus sirvientes, su postura, incluso el tono que proyectaban sus voces eran distintas al señor de Malderoi.

Cuando llegó su turno, habló de forma atropellada con la mirada perdida, deseando que terminase todo aquello y regresar a su habitación.

_ De nada... Digo muchas gracias, su matestad. Es un placer dar... recibir tan cuantiocas dádivas. _

No solo sus palabras, eran erráticas e incomprensibles, si no que empezó a hacer reverencias exageradas a todo el mundo. Incluso llegó a inclinar la cabeza ante un sirviente real.

Su cara y cuerpo estaba cubierto por un sudor frío que no para de manar. Sin duda un día para quedarse en la cama y no haber salido nunca.

Uther reacciona a las palabras, acertadas y juiciosas de sir Walter, y a las nefastas y mal escogidas de sir Gwilherm, ,mirando al primero e ignorando, con sobriedad al segundo.

Non seria ni xusto ni santo, no dar merced por merced, del mismo modo que antes, se daba ojo por ojo et dente por dente.

Haciendo un gesto ordena, y alguien le trae una espada tapada en un trapo, que desenvuelve ante vosotros. Os da una a cada uno.

Dieisme una espada, aca os entrego dos. No es xusto, pues la vuestra merced fue grande y regada con sangre. No obstate recibirla et también la gratitud del vuestro rey.

Debeis añadir otra linea con esa lealtad.

se puede odiar, lealtad...a mucha gente.

Con ceremonia sustituyo mi hoja por la entregada por Uther. Me arrodillo nuevamente con el puño sobre la empuñadura y coloco mi vieja espada en el suelo. Levanto la mirada y digo al Rey:

Sois un rey generoso, mi señor. Honráis a vuestros siervos por cumplir con su deber para con vos. A vuestra disposición juro hacer uso de semejante presente. Mi brazo es vuestro para blandir este acero en vuestro servicio.

Me incorporo y espero que la ceremonia termine con el corazón y el ego inflamados. Sin duda me siento muy honrado por el Pendragón.

Si no teneis nada anotado, elegid un valor entre 3 y 13 para lealtad a uther Pendragon

y luego haceis lo de las tiradas

La figura del Rey Uther sobrecogió una vez más a Gwilherm, que tartamudeando agradeció así el gesto del monarca:

_ Si-sin duda su merced es ge-ge-generoso y tal ofrenda hon-honda-da... ¡HONRA!, digo honra a mi persona. Y con ella desmembraré, decapitaré o destriparé a quín-quien diga, digo ordene. _

Su intento de alago quedó más bien en palabras condescendientes, aquellas palabras inteligibles. Sin duda, los cuchicheos y las risas de los presentes evitaron que toda la audiencia escucharan su amago de discurso.

_ ¿Cómo demonios hace Walter para estar tan tranquilo ante su majestad? Tendré que pedirle que me enseñe a hablar en público..._

Tras dar y recibir  palabras de Uther, ambos caballeros se retiran. Hay gente que espera su turno, y no es cosa de alargarse en exceso.

Recibiendo obsequios:

sir Walter:

 marca en cortesia y 20 gloria