Partida Rol por web

Arrastrandose  y con poca soltura, ambos caballeros llegaron hasta sus cabalgaduras que por fortuna no se hallaban muy lejos de alli. Sus escuderos estaban dormidos. Fueron despertados de forma recia, y parecian atontados y desorientados. No daban razón de por qué estaban alli, ni de cómo habian llegado.

No era momento de regañar torpezas ajenas, menos aun cuando no se habia demostrado poca  pericia especial con el fantasma. Ademas, las tierras feericas, no eran lugar solo de cosas sensatas tangibles y reales, pues las brujas y las hadas campaban por aquellos lares, con tremenda soltura.

Con todo esto, se acordó cambiar de sendero, y tomar el alternativo, pues la cosa a peor parecia dificil que pudiera ir, y siempre se hallaba la esperanza de que se pudiera hallar cura para la dolencia , que en forma de fantasma les mancaba en las costillas, en las tripas, y en el alma a nuestros caballeros.

Pues asi se hizo, y se encaro, sobre las cabalgaduras y al paso el camino que dirigia al otro lugar.

El sendero por momentos picaba arriba, pero al poco se estabilizaba y a veces bajaba tanto o más como lo que  habia subido.

El paisaje no era lugubre en exceso, pero bien os recordaba que estabais en tierras ajenas, jejanas y extrañas a las de vuestro nacimiento, y al de vuestro señorio.

En un cerrar y abrir de ojos, en poco más de un parpadeos, tras una breve ensoñación acaso encarajotamiento fugaz, os topasteis muy proximos a una aldea. No la visteis llegar pero os encontrasteis casi de bruces con una casa humilde, que abria el camino a otras, dispuestas de tal manera, que bien pudiera parecer que un gigante las hubiera soltado desde lo alto, y estas hubiesen caido al azar en disposición caprichosa.

Os sorprendió tanto encontraros, casi toparos de morros, con aquella aldea, que casi no reparasteis en que habia tambien un lago como al lado derecho del camino. No parecia muy grande de entrada, pero a medida que reparabais en el,visteis que pequeño no era.

El pueblo mostraba actividad cotidiana, actividad que se rompia si alguno de los aldeanos os miraba. En ese caso, marchaban del lugar para esconderse de vuestra presencia. Muchos trancaban los cerrojos de sus viviendas.

Os pareció bien deteneros en ese punto para contemplar con tranquilidad la situación y decidir que cosa hacer.

Oteo desde mi cabalgadura la aldea salida de la nada. Me detengo unos instantes mirando fijamente al lago y a las construcciones. Trato de identificar un edifici principal o construcción militar. 

Sir Owen, raro es que la gente habite un lugar como éste y no hayamos escuchado noticia de su presencia. Estad preparado para cualquier cosa. Acerquémonos en busca de la persona principal del lugar. De seguro han escuchado hablar de Uther, y nos tratarán como nuestro rango exige. Además si hay fortuna podrán atender nuestras heridas.

y dicho esto me acerco hacia cualquier edificio que destaque en busca de alguien que responda a mi llamado.

Soy sir Walter, actual señor de Malderoi, ¿quién gobierna este lugar? ¡responded!

hago girar mi caballo sobre si mismo mientras vuelvo a gritar mi pregunta por el señor del lugar esperando respuesta