Partida Rol por web

Karoi termina por llegar a la mansión de Erik tras tener que esquivar con cierta prisa a un SIBOT patrullando. Una vez delante de la verja Elena vuelve a contactar con él.

- Tus deseos son órdenes, Karoi. - Dice de forma servicial en tono teatral. - ¿Cómo lo ves? ¿Comienzo con el ataque a su sistema ya o quieres probar suerte?

La situación era conflictiva. Las cámaras estaban bien posicionadas, al menos las que Karoi tenía a la vista. Podría intentar esquivarlas pero iba a ser duro. Si Elena las tiraba abajo podría entrar sin dificultad en la mansión pero tendría tiempo limitado, el sistema de la ciudad no tardaría en darse cuenta del ataque y entonces Karoi podría acabar rodeado de SIBOTs antes siquiera de cumplir con su objetivo. Lo ideal era que Elena comenzara con el ataque una vez que Karoi sólo tuviera que escapar de allí, pero eso quería decir que tendría que optar por la primera opción para entrar. 

Observo la situación. Siendo que no había forma de entrar sin llamar la atención decido activar la invisibilidad. Mi plan es pasar las camaras lo más rapido posible. Entrar por la ventana y acabar con los robots antes de que se acabe la invisibilidad. 

Karoi pasa totalmente desapercibido a través de las cámaras de seguridad del pequeño jardín de la mansión y se encarama por una columna con facilidad hasta llegar a la segunda planta de la misma. Desde allí, bajo los indicaciones de Elena, se acerca hasta una de las ventanas más alejadas de cualquiera de la zonas vigiladas del interior y fuerza la cerradura para entrar en el interior. A partir de ese punto estaba solo, pues desconocía la localización de su objetivo en ese momento. 

Podía ir a la planta baja y visitar la biblioteca, el comedor o la sala de reuniones o podía ir directamente al dormitorio o al despacho de Erik, que estaban en la segunda planta. 

No es temprano, imagino que está en su despacho o en el dormitorio. Me muevo rápido para llegar ahí, intentando escuchar cualquier ruido que me pueda indicar donde están los otros dos robots y Erik. 

Karoi se mueve despacio, cuidando cada paso daba para tocar el suelo con delicadeza. La mansión estaba especialmente silenciosa, quizás demasiado, aunque no era de extrañar para un hombre que vivía sólo en una casa tan grande cómo aquella. Y de pronto Karoi llega al punto en que unas escaleras en forma de espiral conectaban la planta baja con la planta de arriba. Escucha pasos que subían por los mismos.

Aún invisible me acerco a la escalera y intento ver las figuras que se están moviendo por ella. Dejo que suban del todo y luego subo yo. Mi prioridad es Erik, pero si me encuentro con los robots. Si se mueven los seguiré y si están quietos los voy a romper sigilosamente. 

Karoi se sorprende al contemplar la diminuta figura que subía por la escalera. Era una niña, bastante pequeña y mona, cargada con mantas y ropa. Una vez que llega al final de la escalera gira en la dirección contraria a dónde vigilaba Karoi. Si el plano mental de Karoi no era incorrecto, se dirigía al dormitorio de Erik. 

- Vale... - Dice de pronto Elena desde el altavoz, algo desorientada. - Eso ha sido inesperado. No he encontrado nada sobre nietas o sirvientas en la Red... - Se queda en silencio, pensativa. - Espera. - Añade de pronto, parece que dándose cuenta de algo. Entonces habla con cansancio y cierto rencor en la voz. - Vale, ahora entiendo lo del "requisito especial" que ponía en el pedido de los PABOTs... Comienza a resultarme una lástima que no tengas que cargarte a este objetivo. 

- Ugh... -  Digo a Elena. "Cuanta depravación entre los nobles. Solo espero que este robot no esté armado. Aunque sea un PABOT, no quiero tener que encargarme de una niña"

Sigo al PABOT hacía el dormitorio de Erik. 

Karoi sigue a la pequeña PABOT con cautela hasta la puerta del dormitorio y observa el interior del mismo justo la abre y entra. Sin embargo, puede comprobar que a simple vista el dormitorio estaba vacío. La puerta se cierra detrás de la PABOT, que no la había abierto demasiado. Si Karoi pretendía entrar tendría que ser rápido. 

Mientras estoy mirando la habitación y me dispongo a entrar. La puerta se cierra. "No he visto a nadie en la habitación pero si abro la puerta y Erik está dentro se dará cuenta que está pasando algo. No creo que ese PABOT esté mucho tiempo sin hacer ningún ruido. Mejor aseguro las otras habitaciones y luego entro en la habitación. Aún hay dos robots armados que no he localizado."

Busco en el despacho los otros robots. Mi intención es encargarme de ellos sin hacer ningun ruido mientras aún estoy invisible. 

Karoi camina hacía la otra punta de la segunda planta, dónde estaba el despacho de Erik. Pone la cabeza cerca de la puerta, y al no sentir nada sospechoso la abre con cuidado. De nuevo, no había nada allí. 

No creo que este cenando a estas horas, ¿Verdad? - Comenta Elena, impaciente. - La planta de abajo tenía todas las luces apagadas... ¿O quizás... lo hemos pillado en el baño? - Pequeña pausa. - Sea cómo sea, quizás ha llegado el momento de correr un poco más si de verdad quieres aprovechar esa carga de camuflaje óptico, no durara mucho más. 

- Tiene que estar en el dormitorio... No lo he visto antes pero no queda otra posibilidad. Imagino que el PABOT que ha entrado en el dormitorio lo iría a ver a él. No me queda otra posibilidad que forzar la puerta y entrar. - 

Voy al dormitorio y intento entrar con una arma en la mano. Si están los PABOTs de combate me encargaré de ellos primero. 

Sin perder un segundo, Karoi vuelve al dormitorio y abre la puerta preparado para lo que fuera a encontrar. Para su sorpresa lo único que encuentra es a la misma niña de antes estirando las sábanas de la cama. Pero la misma se detiene de pronto al ver que la puerta se había abierto de golpe, por cómo miraba a la nada era evidente que no veía a Karoi aún, pero de pronto se pone recta y estira un brazo. Un compartimento se abre en el mismo y comienza a surgir la hoja de lo que parecía una espada. Se pone en posición de batalla, cómo si esperara que su adversario entrara en cualquier momento. 

- ¿Q-que ha sido eso, Maria? - Dice una voz de anciano, nerviosa desde una puerta situada al otro lado de la habitación. Seguramente la misma diera al cuarto de baño. 

El PABOT no se molesta en responder, parecía demasiado concentrado en captar cualquier movimiento sospechoso que viera. 

Suspiro. "Que asco... "  Lanzo la daga a la cabeza del PABOT. No parece un PABOT normal, lo voy a incapacitar lo antes posible. Entonces me encargaré del viejo. No creo que esté escondiendo en el baño a los otros robots.  

A pesar de que Karoi llevara un traje que le daba invisibilidad, eso no quería decir que sus armas fueran invisibles. Por ella, tan pronto cómo saca el cuchillo, la PABOT sigue los movimientos del mismo, seguramente ella estuviera viendo un cuchillo flotando en el aire. Y para cuando Karoi la lanza, la misma se prepara para interceptarlo con la espada. 

Sin embargo, es demasiado lenta y el cuchillo se le clava justo en la frente. Tras zarandearse levemente, algo en su cabeza comienza a echar humo y ella cae a plomo. De nuevo, la voz vuelve a hablar, más desesperada. 

- ¡Maria, te ordeno que respondas! ¿¡Que diantres a sido eso!? ¿Has tirado algo? - Pequeña pausa. - Robot estúpido... 

Karoi puede sentir en la habitación contigua el sonido del agua al moverse, seguramente el anciano estuviera metido en la bañera y se acababa de levantar. 

Justo en ese momento, la carga de invisibilidad de Karoi llega a su fin. 

Cierro la puerta, recojo la daga y me dirijo al baño. 

Cuando me vea digo - Si quisiera matarte ya la estarías. No hagas ningun ruido o te cortaré la lengua. -

El hombre apenas tiene tiempo de taparse sus vergüenzas con una toalla antes de que Gustav entre. 

- Genial, ahora voy a tener pesadillas con eso. - Comenta Elena, asqueada. 

El viejo se arrincona contra la pared al ver entrar a Karoi de forma tan apresurada que casi se resbala. Sin duda hubiera sido un problema que se matara por su cuenta, iba a ser sin duda algo complicado de justificar con Wolf. 

- ¿¡Q-quien eres tú!? ¿D-dónde está Maria? ¡Maria! - Era evidente que Erik estaba aterrorizado, pero no sólo eso, también parecía preocupado por algo más. ¿Sería posible que le tuviera cariño al PABOT? Ya era tarde para eso... 

Cierro la puerta del baño y guardo la daga. - Veo que no me estás escuchando. Es tu vida la que está en juego. Solo he venido a entregarte un mensaje. - 

Bajo la tapa del vater y con un muevo de mano indico que se siente. - Sientate, te explicaré la situación y mañana será un nuevo día, -