Partida Rol por web

Regathix se había puesto en posición de defensa, aquella criatura había conseguido pasar sus defensas una vez y había conseguido malherirle, y su cuerpo lo estaba resintiendo, cogiendo fuerte sus dos cimitarras miraba con atecnión todo lo que sucedía a su alrededor, atento a cualquier pequeño detalle, cuando de repente una sensación nueva de vértigo le inhundaba "Que... que está pasando!!!"... Algo le decía que algo no iba bien, pero cuando se quiso dar cuenta de lo que sucedía, veía con sus propios ojos como su cuerpo se abalanzaba contra uno de sus ahora aliados...

-¿Por qué haces esto criatura? ¿Acaso has olvidado tu sitio? ¿Tus orígenes oscuros? Vuelve con nosotros, olvida todas esas dudas que inundan tu corazón. Luz y oscuridad no tienen cabida en tu cuerpo, desecha la luz, vuelve con los tuyos-

En su interior una voz desconocida resonaba...Tenía que concentrarse no debía dejarse llevar por la ira que lo incitaba pues decidió una vez dejar aquel camino y no volvería, de eso estaba bien seguro... No quiso ni tan siquiera dicutir con aquella voz entrometida, debía tener su concentración completa para recuperar el movimiento de sus miembros, y así lo haría...

Marcus recibe el primer impacto de la marioneta suicida, ahora estaba bastante herido, cuando ve a Millicent en peligro solo piensa en salvarla, no en la gravedad de sus heridas.
Se lanza hacia la marioneta que está cerca de Nostradamos, he intenta sujetarla para que no pueda atacar a MIllicent. – Millicent deberías alejarte rápido...

Millicent se agacha, como respuesta al grito de de Marcus, y rueda, de manera ciertamente profesional, bajo la esfera flamígera.
Sabe que está muy, muy malherida, pero no puede dejar el combate… Aún así, lo primero es lo primero:
Trata de concentrarse todo lo posible en sí misma, a pesar de que el combate la “llama” desde lo más profundo de su ser.
Tengo que ser más fuerte -se alienta, alejándose de las marionetas y recobrando fuerzas.
Ahora se haya junto al torturado que la "terrible muñeca" tiene bajo su poder.
Vamos a sacarte de aquí -promete, sin demasiada convicción. Su gesto constreñido delata el terrible dolor que siente, debido a las múltiples heridas causadas por sus animados enemigos.

Guilles ataca a la marioneta... mientras Regatix se ve que lucha contra el mismo por recuperar el control de su propio cuerpo, Millicent realiza un movimiento el cual nadie esperaba Que hace esta loca... se va a quemar!!! increiblemente se arriesga pasando por debajo de mi esfera con una agilidad y presicion quirurgica logrando salir al parecer intacta, mientrastanto yo seguia intentando quitarme a la marioneta frente a mi, devia de apresurarme y ser mas certero en mis ataques sin descuidar mi defensa, por lo que manteniendome en guardia y sin quitar la vista a mi oponente levanto la mano con la que esgrimo la varita magica al aire de manera dramatica realizando un pequeño cerpentin de luz roja y finalizando con un tajo hacia adelante formando una media luna de color rojo... inmediatamente de la esfera sale un latigo de fuego hacia la marioneta alcanzando a dar un golpe a la altura del hombro izquierdo inmediatamente despues muevo estrategicamente la esfera para evitar que esta queme a mis compañeros y que nos pueda dar ventaja en el combate

El combate se encuentra en su punto álgido, los luchadores empiezan a notar las primeras trazas de cansancio y las heridas comienzan a pesar sobre sus doloridos cuerpos. Y a pesar de todo, el enemigo sigue insistiendo en su lucha, sin una muestra de desfallecimiento, sin un ápice de cansancio. Pero eso no hace flaquear a los aventureros que mantienen estoicamente el control del combate. Millicent se encuentra atrapada con enemigos a su alrededor y su maltrecho cuerpo le exige unos instantes de calma, calma que solo logrará si consigue salir de ahí. Está sopesando el cómo hacerlo cuando Marcus se lanza sobre una de las marionetas con todo su cuerpo y la rodea con sus brazos, sujetándola con fuerza contra él. Así mismo, con fuego en los ojos, señala a la otra marioneta y con un rugido la señala desafiante.

Con ambas marionetas distraídas por las acciones del guerrero, la señora de la guerra no se lo piensa un segundo más y haciendo acopio de todas las fuerzas que le quedan, se lanza rodando muy cerca de la bola de fuego. Puede sentir las llamas acariciar su piel mientras su cuerpo se voltea por el suelo, por un momento parece que las llamas van a engullirla. Y de pronto nada, las llamas desaparecen y la habitación se muestra ante ella. Lo ha conseguido está a salvo... de momento.

Guilles, dispuesto a no seguir pasivo tras la sorpresa inicial por al ataque de la criatura, saca su fiel cuchillo y lanza un veloz ataque contra la marioneta que Marcus tiene apresada entre sus brazos. Su cuerpo se queja de dolor, su mente está embotada, pero nada de eso frena su embestida que se resuelve con su hoja hundiéndose en el cuerpo de la marioneta. Cuando saca el filo, un torrente de energía comienza a salir de ella, igual que con la anterior marioneta.

Nostradamus, que ve este torrente de energía y sabiendo lo peligroso que puede ser tener al enemigo tan cerca, se dispone a no dejar que la marioneta haga lo mismo que hizo la que luchaba con Marcus, pero esta no parece estar dispuesta a dejarse privar de provocar dolor. Con un ágil movimiento, se libra de la presa de Marcus para abalanzarse contra el mago que alza su varita frente a la amenaza. Durante un instante, marioneta y mago se observan como si el tiempo se detuviera al tiempo que la marioneta comienza a brillar mientras la energía se desparrama por cada uno de sus hilos. Su cuerpo está a punto de tocar el de Nostradamus cuando a un grito de este, la esfera estalla en llamas dirigidas contra la marioneta que no puede evitar recibir por completo la ardiente lengua de fuego. El cuerpo de la marioneta cae hacia atrás, encendida en llamas que la consumen rápidamente, borrándola de la existencia en apenas unos segundos. La marioneta ha caído.

En la habitación, solo quedan los cinco aventureros, una marioneta y aquel que la controla, El Torturador.
En la mente de Regathix, se mantiene otro tipo de combate, El Torturador bombea al acechador con imágenes de su pasado, imágenes de dolor y sufrimiento mientras su voz suena calmada y firme.

-¿Lo ves? Dolor  es lo único que conoces, es lo único que te espera ¿para qué negar la realidad? ¿De qué sirve sufrir tanto si no sacas provecho de ello?-

Regathix no contesta, no le merece la pena y sin embargo, lo que si hace es comenzar a construir una barrera psíquica para expulsar al intruso. Este se aferra con fuerza, lucha por mantenerse dentro, pero la voluntad de Regathix, totalmente concentrada en liberar su ser es más fuerte y cuando el muro está completo, una ola psíquica estalla, expulsando con fuerza al intruso. Regathix ha recuperado el control de su mente.

Por primera vez, El Torturador se detiene un instante y observa la situación. ¿Cómo se ha podido torcer tanto las cosas? Él, uno de los 4 pilares del ejército del señor de la guerra, viéndose en la dificultosa situación de huir. Esto le hierve la sangre, no quiere aceptarlo, pero lo ve como un echo, sin embargo, antes de irse, está dispuesto a dar un último regalo a tan miserables aventureros.

-Muy divertido, si señor- La voz cavernosa ya no es tal, resuena por todos lados y aunque nace de la boca de El Torturador, esta parece provenir de mucho más lejos –Debo admitir que estoy sorprendido y creedme, eso no es fácil. Hasta ahora, toda esta matanza había sido muy aburrida, sin ningún reto real para mis neuronas. Y de pronto, aparecéis vosotros y me sacáis de mi letargo. Os lo agradezco mucho-  La marioneta se mueve lateralmente, sin perder de vista a los luchadores. -Sin embargo, mucho me temo que esto debe terminar aquí y... ¡AHORA!-

Con un veloz gesto, extiende ambas manos y la figura empieza a reír. Tanto él como la marioneta se sacuden en violentas convulsiones mientras sus cuerpos empiezan a desintegrarse en finas hebras de carne y tela. Repentinamente, estas telas comienzan a brillar y a alargarse velozmente por toda la sala, buscando cuerpos a los que aferrarse. Cada vez crecen más hilos de energía y carne que se abalanzan sobre los 5 aventureros, intentando enroscarse en sus cuerpos. El origen de estos hilos nace de una esfera de energía que se encuentra en el punto donde antes estaba El Torturador. Los hilos crecen y nada parece detenerlos. Al recibir el impacto de los hilos, la esfera conjurada por Nostradamus se desvanece en el aire y el lugar se está llenando rápidamente de estos mortales hilos.

Ante la complicada situación que se avecina, Regathix siente su cerebro actuar como un cazador, y como cazador, busca su presa y la observa. La esfera.

Su experto ojo solo necesita un instante para obtener toda la información que necesita. Inmediatamente capta una esfera de diamante en el mismo centro y la magia fluyendo a través de ella. La superficie perfectamente pulida se muestra resistente y las energías de su interior, se arremolinan violentamente. Siendo un diamante, está claro que un fuerte golpe podría partirlo, pues su dureza impedirán cualquier corte. Sin embargo, las energías de su interior no parecen ser de una fuente externa, sino que parecen introducidas a la fuerza en su interior, siendo posible que al romperla, la energía se libere de manera violenta, aunque esto es solo una suposición. La superficie de la misma está además en llamas, unas llamas blancas de origen mágico por lo que su efecto en el cuerpo te es desconocido.

Con un grácil movimiento, atraviesa la maraña que de cuerdas zarzas móviles que tratan de atraparlo. Esta decido a no dejar caer al prisionero y salvarle. La información siempre es útil, y saber que alguien le quiere muerto es un buen motivo para mantenerle vivo. Siempre es útil que te deban la vida, facilita las cosas a la hora de pedir favores.

- No se preocupe tratare de sacarle de aquí. No se mueva mucho.

Mira los cierres y el mecanismo para sacarle de la jaula sobre tierra firme, no han podido colgarle directamente haí.

Regathix el acechador, encontraba en una situación sin igual, había sido víctima del poder de auqel ser y había actuado según sus peticiones, y eso no le gustaba en absoluto, siempre había sido un espíritu libre, por ello había tenido problemas en su comunidad, por ello ahora vagaba solo ante el mundo y por ello no podía permitir que aquel ser cntinuara ejerciendo poder sobre su cuerpo, el podría detener aquella intromisión en su mente estaba preparado y así lo haría...

Se encontraba algo mareado la lucha interna que había ejecutado le había agotado mentalmente, pero apenas había tiempo de tomarse ningún respiro, miró un momento la siutuación y su mirada se detubo unos instantes en la figura que tenía en frente Millicent, la cual había sido víctima de su ataque cuando estaba sieendo manejado por la criatura... El sentimiento se Regathix era extraño, pues sentía que había consentido herir a alguien en contra de su voluntad y eso le enfurecía, por otro lado esa sensación de sentirse culpable lo invadía a momentos,y sabía que no era culpa suya, pero no podía evitarlo...

Intentó desechar todos aquellos pensamientos que le invadían una y otra vez en esos momentos, no había tiempo, las criaturas habían explotado por así decirlo y una esfera empezaba a lanzar hilos contra todos los que se encontraban en la sala, rápidamente Regathix, gracias a su agiliidad pudo hacer una pequeña acrobacia en el aire para así esquivar varios de ellos, eso había que pararlo cuanto antes... Fijó su vista experta en la esfera que tenía a varios metros a distancia, he ntento buscar la manera de pararla, vio muchas cosas significantes en cuanto a ella se refería, pero el tiempo apremiaba y no podía pensar en esos momentos en las consecuencias de lo que hiciera...

Guardó sus espadas para sacra rápidamente su arco con dos flechas, apuntó al centro de la esfera no podía fallar, debía romper aquel diamante que se encontraba en el centro y de donde probenía todo aquel desastre,y aunque su primer pensamiento fue intentarlo con sus espadas, se dio cuenta de que aquello podría haberle costado quizá unas quemaduras significantes....

Estiró fuertemente la cuerda del arco hasta tensar al máxims sus músculos se tomó unos instantes para coger aire y soltarlo suavemente, era un momento mágico, veía una línea hasta su objetivo y veía como sería el recorrido de la flecha que iba a lanzar, después tan solo tenía que soltarla, el resto sería el impacto...

Las flechas salieron disparadas una detrás de la otra a una velocidad vertiginosa directamente a su objetivo, lo que sucedería se descubriría en unos instantes...

Marcus observa la escena, no se imaginaba lo que podía pasar las marionetas se habían hecho hilos para atacarlo a él y a sus compañeros. Marcus levanta su espada para intentar cortar los hilos que querían sujetarlos. No pensaba permitir que lo atraparan.
- Chicos tener cuidado, no creo que sea bueno que os cojan esos hilos. – Marcus seguía luchando con su espada intentando cortar todo lo que se le acercara. – Cada vez tenemos una sorpresa nueva…

despues de la explosion de las marionestas, unas especies de hilos salen para intentar atraparnos, veo la reaccion de regatix e intento ayudarle lanzando un proyectil magico hacia la fuente de los hilos magicos mientras al mismo tiempo con ayuda de la varita intento moverme del lugar y cruzar la sala hacia el otro lado utilizando la varita para desintegrar los hilos pero son demasiados, logrando frustar mis intensiones maldicion!!! son demasiados

La situación se complica, los hilos de energía y carne buscan con avidez y velocidad a los luchadores en un claro afán por asfixiarles. Marcus, sabiendo que con su pesada armadura sería absurdo intentar esquivarlas, decide hacer aquello que mejor se le da. Cortar cosas. Esgrimiendo su espada, la levanta por encima de su cabeza mientras avanza. Las cuerdas se lanzan contra él, pero con rápidos tajos, las corta haciendo que estas pierdan sus cualidades mágicas y caigan inertes en el suelo. Sus mandobles son certeros y cada hilo que intenta atraparle, se encuentra al siguiente instante rebanado y en el suelo.

Guilles, por el contrario, aprovechando la agilidad adquirida durante años, realiza varias piruetas y saltos en los momentos en que los hilos se abalanzan sobre él. Con gráciles movimientos, avanza hasta el centro de la sala donde el prisionero, Lord Griffon, aun cuelga sobre la hoguera de llamas purpúreas. Tras lanzar un grito a fin de aliviar el dolor del cautivo, observa como poder liberarlo. Solo tiene unos segundos, pues los hilos no cesan en su intento por capturarle. La solución se muestra sencilla, solo unas cuerdas normales y corrientes, sujetan al señor del castillo sobre la hoguera.

Millicent sin embargo no puede reacción lo suficientemente rápido y ve como una soga empieza a enroscársele por la cintura. En un intento por liberarse, forcejea con fuerza pero parece que es en vano, el hilo asciende por su cuerpo buscando el cuello.

Tras observar la esfera, Regathix decide que destruir la fuente que está provocando todo esto, es el mejor plan a seguir así que con un veloz movimiento, saca su arco y engancha dos flechas en ella. Está a punto de disparar cuando dos cuerdas se abalanzan sobre él. Contrayendo con fuerza las piernas, se impulsa hacia atrás en una hábil voltereta, evitando los hilos, pero otro más se le abalanza desde la izquierda. Apoyando todo su peso sobre la pierna derecha, hace rotar todo su cuerpo evitando este segundo ataque y cuando su cuerpo termina el giro, prepara ambas flechas para lanzarlas contra la esfera.

Nostradamus, que ve la acción de Regathix, entiende lo que intenta hacer y decide unírsele, tras esquivar un hilo que buscaba su cuello, saca su varita y empieza a preparar un ataque. Pero le lleva demasiado y cuando lo tiene preparado para lanzar, un nuevo ataque sobreviene, enroscándose la cuerda en su muñeca y tirando fuertemente de él. El proyectil sale disparado hacia el techo, donde impacta con fuerza haciendo caer varios trozos de piedra, mientras la cuerda se le empieza a enroscar por todo el brazo, atrapándole sin remedio.

Pero Regathix ha tenido más suerte y con el blanco fijo, suelta sus flechas que surcan la sala con velocidad y precisión. El impacto sobreviene contra el diamante que resuena en la sala como si un rayo estallara en el lugar. Las flechas se parten en varios trozos y parece que el ataque no ha servido para nada. Sin embargo, el analítico ojo del acechador puede ver una pequeña muesca que ha realizado uno de sus flechas. Ha conseguido dañar la esfera. En un principio, parece que todo sigue igual, pero la esfera empieza de pronto a vibrar y donde antes estuviera la muesca, comienzan a aparecer varias rajas que se ramifican con velocidad por toda la esfera. La magia que guarda en su interior se arremolina, presionando sobre las ahora dañadas paredes del diamante. Entonces sobreviene la completa rotura del cristal, totalmente rajado, sin embargo, parece que aun aguanta la magia en su interior. Es una falsa impresión, pues todos podéis ver que la magia se está contrayendo, dispuesta a salir violentamente de donde se encuentra atrapada.

Y así ocurre. La esfera estalla con fuerza y la maga se extiende en una honda horizontal que parece querer extenderse por toda la sala. La onda se expande, cortando los hilos que toca al pasar.

Aquello no era nada bueno, estaba casi seguro, pero aún seguía pensando que había actuado de la mejor manera posible para ayudar a los demás, aunque no le importase la vida de aquella gente, al menos eso creía, necesitaba hacerlo, no entendiendo muy bien por que...

Había conseguido lo que quería el diamante se quebraba por momentos, y las cosnecuencias se verían enseguida, el poder que este guardaba, se comprimía para salir cn gran fuerza, y eso significaría dificultades y de nuevo otro peligro el cual esquivar... Apenas prestó atención al capturado colgado, no era de su incumbencia, era un superviviente y de nuevo debía pensar en como superar aquel peligro...