Partida Rol por web

Prologo...

Un nuevo día para el Guisante Verdejo. Como todos los días se despierta cuando tocan diana, se asea rápido y se viste para ser el primero en salir al patio a formar con su uniforme y sus armas preparadas. Su hoja de servicios es impecable y nunca han tenido una queja de él. Su fanatismo** militar es conocido por todos en la base. Sin embargo hoy iba a ser un día distinto que se saldría de la rutina habitual. Verdejo era de costumbres tan mecánicas que no se acostaba después ni se levantaba antes de que sonase la diana y cuando salió a formar fuera del barracón se encontraba solo. Miraba al frente esperando la revista… pero esta no llegaba. La base* parecía desierta, nadie a la vista, nada de ajetreo matinal, ninguna tropa formando, ni gritos furiosos de sargentos. Una gota de sudor empezó a resbalar por debajo del casco de guerra de Verdejo y se deslizó por su frente. Con mucha fuerza de voluntad se obligó a girar su cuerpo hacia ambos lados y romper su perfecta formación de saludo.

Entonces los vio. Todos sus compañeros se hallaban agolpados en torno al edificio de los oficiales cuchicheando y hablando en bajo. Verdejo parpadeó perplejo… aquello no era habitual… no tenía que estar pasando y para su mente militarmente estructurada se salía del patrón establecido para el perfecto funcionamiento de las cosas.

- ¡Aquí mi verdor, aquí mi cascote!, ¡uno en mi piel, otro en mi cabeza! - canta Verdejo según sale a pasar revista.

- Uh.... eh.... - Verdejo se siente extraño - Algo falla, no tengo protocolo para actuar aquí. ¿Habrán llegado ya los maices charlies? Esos malvados amarillos...Seguro que han sido ellos. - Capitán, ¿dónde está capitán?

Verdejo sopesa la situación y cree que no debe romper formación. Afortunadamente un rayo de cordura le viene a la cabeza y se da cuenta de que una formación de 1 sólo puede romperse por medio de la rebanación o bisección del guisante así que decide girarse 360 grados para hacer una comprobación del terreno. Cuando su cuerpo apunta a las 6:00 ve a todos sus compañeros apelotonados.... ¿Qué hacen? ¡Insubordinados! ¿?.

El soldado se toma en serio la posibilidad remota de una ataque de granos de maíz y decide actuar. Coge impulso y rueda directamente hacia el grupo de guisantes.

- Guisante Verdejo solicita información. ¿Qué ha pasado?

Macklaky Chukin*, uno de tus compañeros de barracón se gira hacia ti y te mira incrédulo - ¿En que mundo vives Verdejo? ¿es que no te has enterado? - te pregunta dándote un golpecito en el casco como si estuvieses atolondrado - ¡Uno de nosotros va a ser seleccionado para una misión especial tío! ¡Una misión secreta!. Ayer mismo todos los que se presentaron voluntarios echaron la solicitud en el buzón y los oficiales están ahora reunidos... ¡En breve nos dirán quien ha sido elegido! - te explica Macklaky emocionado poniéndose las palmas de las manos en los mofletes y abriendo mucho la boca por la emoción.

- Ah, oh, sí, sí, ¡Guisante Verdejo lo sabía, soldado Maculi! - sacude la cabeza (o sea, el guisante entero) para colocarse el casco bien de nuevo y sigue - Hice mi solicitud ayer. Pero no me parecen razones suficientes para romper la rutina. ¿Y si aparecen los maices charlies? Esos locos amarillos....

¿La hice? - piensa - hice mis rodajes, saqué brillo al casco, limpié mi arma, escribí mis poesías..... - Verdejo, haciendo repaso de todo lo que hizo el día anterior no es capaz de recordar si entregó o no entregó su solicitud.

Repasas metódicamente tu día anterior y no recuerdas haberla hecho. Despertarte con diana, asearte, vestirte, hacer la cama, comprobar tu arma reglamentaria, salir a formar, pasar revista, todo el día de maniobras bajo las ordenes del sargento, vuelta al barracón, ducharse, cenar, limpiar tus armas de nuevo, ordenar todo para el día siguiente y en cuanto suena la diana irte a dormir el primero... no, definitivamente no la hiciste. ¿Tal vez todos la hicieron cuando tu te fuiste a dormir?.

- ¡Verdejo, es Macklaky, no Maculi so cabeza casco! - dice dándote otro meco en la cabeza que hace que el casco te tape los ojos - Y los charlies no aparecerán, saben que les daríamos una buena tunda y haríamos palomitas con ellos - dice Macklaky.

En ese momento, se abre la puerta del edificio de oficiales y sale el Coronel Duke un veterano de las guerras charlies y conocido y admirado por todo soldado de la base. En su mano lleva una hoja de papel y en su boca un pipa, clava sus ojos en vosotros y grita con voz potente - ¡A FORMAR PATANES! ¡YA, YA, YAAAA!

En cuestión de un segundo todo el mundo ha formado perfectamente excepto el pobre Verdejo que rueda de un lado para otro chocando con sus compañeros, hasta que consigue ajustarse el casco. Todo el mundo le mira y en la perfecta escuadra solo queda un hueco libre que le pertenece.

Ehh uhhh zzzzz aaaaaaah - todos sus compañeros se preocupan de darle un mínimo empujon mientras corren a colocarse. Parece una coreografía imitando un pinball, a Verdejo le ha tocado ser la bola plateada. Cuando ya están todos colocados, una vez erguido, se sacude el casco y corre hacia su lugar.

- Guisante Verdejo a formación, guisante verdejo a formación, guisante verdejo a formación - repite sin cesar mientras va rodando hacia su hueco en la escuadra.

Maculi tiene la mano muy larga, no debería haberme tocado el casco - Verdejo odia que se le mueva el casco, esta siempre preocupado por tenerlo perfectamente nivelado. - Y me gustaría verle peleando con maices, asqueroso guisante muecas...

Verdejo mira al frente y espera ordenes.

Bien.. soldados - dice el Coronel Duke bajando las escaleras y comenzando a pasar revista corrigiendo pequeñas cosas invisibles para vosotros en la formación. Una mota de polvo aquí, un botón desabrochado allá, un casco torcido, el ojo bizco de un guisante que no se atreve a gritar cuando le mete el meñique y se lo endereza de golpe.. pequeñas cosas.

Uno a uno os va mirando, todo el mundo reza porque no se pare delante suyo y cuando finalmente llega al último y todos vais a respirar aliviados, comienza a pasar de nuevo revista encontrando nuevos fallos. Todos los soldados aspiráis entre dientes cuando comienza con los fallos internos y escucháis el retorcer de un hueso, colocar una costilla, ajustar un hombro.

Finalmente termina y asiente satisfecho ante la formación, os mira a todos colocándose delante y alza el papel - Como bien sabéis soldados, ayer abrimos el buzón de solicitudes para que los voluntarios para un misión especial de carácter secreto se apuntasen.. he de decir que los oficiales estamos muy sorprendidos de la acogida que ha tenido el llamamiento - dice aspirando por su pipa y soltando el humo por la boca lentamente - Mas de treinta solicitudes soldados.. no menos se puede estar orgulloso de tener dicha vocación en esta base, esa valentía y ese arrojo que se demuestra al inscribirse sin pensárselo dos veces. Mas de treinta solicitudes que no hemos podido rechazar al descubrir que son todas de un solo hombre, de un valiente sin miedo a la muerte ni al peligro y del que nos sentiremos profundamente orgullosos si cae en combate. Será una lástima no tenerlo más en nuestra base.. pero debemos enviar a alguien para trabajar bajo el mando de las más altas esferas de nuestra Nación Guisante..

¡ESE ÚNICO HOMBRE QUE DE UN PASO AL FRENTE! - grita el general y toda la escuadra menos tú, da un paso atrás volviéndote a dejar solo.

¡ASÍ ME GUSTA MUCHACHO! ¡CON DECISIÓN! - dice el general - ¿COMO TE LLAMAS SOLDADO?

Todo el mundo estaba nervioso mientras el general pasaba revista, todo el mundo menos Verdejo para quien, al parecer, estar en formación es como el respirar:
Inmóvil, perfectamente erguido, con el casco paralelo con el horizonte y la mirada al frente. Parecería una estatua pero no, por su cabeza no paran de pasar cosas:

Maldito Maculi, esta noche verá. Siempre igual, sabe que mi casco es mi casco y no hace nada por evitar darme el toque. Ya me lo decía mamá Vaina, no siempre pongas la otra mejilla... Es peor que un charlie... ese Maculi... le haré la petaca, no, le echaré fortasec en el rancho, no, .........

De repente, se ve sólo, todos dan un paso atrás, Verdejo no se ha enterado de nada de lo que decía el capitán durante la revista y se encuentra bastante shockeado. Tiene al general ahí delante gritándole:

¡ASÍ ME GUSTA MUCHACHO! ¡CON DECISIÓN!.  ¿COMO TE LLAMAS SOLDADO?

Contesta de una vez, contesta, contesta - no le salen las palabras. ¡Le han pillado en la revista totalmente despistado! Qué vergüenza para un soldado...

- Ahh,ehh,zz,aamm........... ¡Soldado Maculi presente señor!

Un - ¡¡Gluuups!! - generalizado del tragar saliva de una escuadra entera menos uno se escucha a tu espalda. El Coronel aspira fuertemente por la pipa mientras te mira y hace como que no te ha escuchado bien... ¿o está mirando por encima tuyo hacia atrás?.. en su rostro puedes ver como si estuviese intentando descifrar algo y no consigue captarlo del todo. A tu espaldas escuchas pequeños movimientos casi imperceptibles, tal vez gestos, intentos de decir algo en silencio, incluso alguien escribiendo con un rutulador de los gordos.

- Así.. que te llamas.. emmm... V.. vib.. ¿Viviana?.. ¿Verdulero?.. ¿Vicarbonato? - comienza a murmurar el Coronel sin tenerlo muy claro, achinando los ojos y rascándose el cogote.

A tu espalda puedes escuchar pequeñisimos susurros velados diciendo - "NOOO.. NOOO..".

Yieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee - suena dentro del guisante Verdejo - qué cagada - piensa. Por alguna razón, no quiere reconocer su error ni sus nervios y sigue hacia adelante como si no hubiera pasado nada.

- ¡Guisante Verdejo señor! Sí, eso dije, sí, ¡Guisante Verdejo a sus ordenes señor!. - Al cuadrarse, Verdejo pega un pequeño saltito para estabilizarse que hace que el casco salte en vertical encajándose perfectamente en su cabeza al caer, pero causándole un pequeño golpe que le deja bastante mareado. Bzzzzzzzzzzz

Detrás tuyo puedes escuchar un suspiro de alivio generalizado y el General se queda parpadeando y masculla algo - Chachis.. ya casi lo tenía - después carraspea - Bien soldado Verdejo.. nos alegra que haya usted presentado más de treinta solicitudes, es un ejemplo que deberían haber seguido los más de treinta componentes de su escuadra. Sin duda, he de decirle que ha sido usted elegido por unanimidad con mayoría absoluta. Le echaremos de menos en esta base y no tenerle bajo nuestro mando. Sin duda es usted un soldado muy valioso, pero hará un mejor trabajo para las altas esferas. Haga usted su petate soldado Verdejo, en breve estará listo su vuelo hacia las coordenadas que le revelaremos antes de partir junto con sus ordenes. ¡Tiene cinco minutos. Dese prisa, vamos, vamos! - dice dándote unas palmaditas en el casco.

- ¡Si señor!. - Verdejo gira 270º su cuerpo y se dirige corriendo al barracón a recoger su petate. - Uh, ah, uh, ah, ah.

A ver, petate. ¿A dónde ha dicho que iba? ¿A las altas esferas? Necesitaré una escafandra... y oxígeno. Pastillas de astronauta, un mapa de la galaxia.....

Verdejo rueda por todo el barracón, buscando en armarios, mesas, cajas....

- ¡Mierda!, no tengo nada de eso.....

Abatido, Verdejo prepara su equipaje: abrillantador de metales para el casco, un paquete de raciones militares, un minibotiquín y su foto de Gigante Verde. Nunca ha salido sin ella...

Mientras preparas tu petate a toda prisa, ya puedes escuchar fuera las aspas de un hequilóptero aterrizando en la base. Ese debe ser tu transporte hacia las altas esferas. Los soldados de la base ya han vuelto a su rutina, se escuchan las canciones, las marchas y los gritos de los sargentos cabrones. Ha llegado la hora.

Si pudiera, Verdejo ahora estaría emocionado, pero el deber es el deber, y eso es todo lo que ocupa el interior de este guisante.

- Chicos, marcho a la misión más importante de mi vida. Quizás volvamos a vernos, quizás no. Sólo quiero deciros que.... - Verdejo se da cuenta de que nadie le está mirando así que, muy digno termina - mi destino me llama.

Agarra su petate, música melancólica suena en su cabeza y dejando atrás su catre, se aleja hacia el hequilóptero...

http://www.youtube.com/watch?v=8EHgeSYdZ60

Montas en el hequilóptero que te espera ya en marcha, el Coronel te espera al lado y cuando montas te saluda para despedirse - ¡MUCHA SUERTE HIJO, DEJA EL PABELLÓN BIEN ALTO.. QUE SE SEPA QUE ESTAMOS ORGULLOSOS DE HABERTE ENTRENADO AQUÍ! - grita para hacerse oir por encima del ruido de las aspas.

Verdejo, sentado junto a la ventana, observa como el cuartel se hace pequeño según el hequilóptero sube.

Es curioso - piensa - mis compañeros desde aquí arriba parecen pequeños, como si fueran guisantes...

Os alejáis de la base y escuchas por la radio como el piloto pone rumbo NPI-32. Por lo que puedes apreciar en el transcurso de tu viaje os dirigís hacia el centro de la ciudad. Vais sobrevolando por encima de altos edificios y finalmente el hequilóptero se detiene en lo alto de uno de ellos. El piloto se gira y te tiende un sobre.

- Estas son sus instrucciones soldado. A partir de aquí seguirá solo, buena suerte - dice el piloto esperando a que bajes para emprender la marcha de nuevo.

NPI-32.... suena romántico. ¿Encontraré el amor allí? - piensa Verdejo mientras baja de la nave de un salto.

Se gira para despedirse pero el hequilóptero ya está despegando. Qué maleducados... pero qué profesionales. El destino se abre ante mí.

Las aspas del aparato han generado aire suficiente para que el casco de Verdejo empiece a girar incontroladamente. Cuando para, obviamente tenía que quedar justo del revés.

Echa un vistazo a la azotea sobre la que le han dejado y observa un muro a pocos metros frente a él. Rueda hacia el refugio improvisado, se coloca el casco bien y se dispone a abrir el sobre y leer sus órdenes.

Puedes ver que tambien hay otro hequilóptero de aspecto militar ahí parado. Te refugias, tu transporte se marcha y abres el sobre:

Sentro encuentras una carta y una llave extraña:

Soldado Verdejo, esta es tu primera misión. Debes coger esta llave y dirigirte hacia el ascensor del ático. Una vez dentro pulsa el segundo número de cada serie de tres en orden inverso e inserta la llave y gírala. Eso debería llevarte al punto de reunión donde deberás reunirte con tu grupo y aguardar las nuevas ordenes.

La secuencia es: 213321132546456564879987798

Recuerda, cuando tengas la secuencia insértala en orden inverso y mete la llave. Destruye este mensaje.

Suerte soldado. La nación depende de ti.

Justo a tu espalda ves que hay un ascensor.

Al ver el otro hequilóptero, Verdejo se acelera para cumplir sus ordenes. Va contra el ascensor, busca el teclado y se pone a leer más a fondo las intrucciones.

- Salvar... la nación. - Verdejo se siente más importante que nunca en su primera misión.  - Introducir la clave....segundo número de cada tres....al revés....introducir llave....¿serie de tres?...

Verdejo empieza a dudar y prueba a abrir el ascensor sin meter la clave. Grrrr no se abre.... Se lleva las manos al casco, se rasca y se le ocurre una idea.

Por aquí ha tenido que pasar mucha gente antes...es posible que las teclas de entrada sean las más pulsadas, se hundirán mejor... Todo es probar. - acto seguido comienza a dar botón tras botón:

9,8,7,6,5,4,3,2,1

Quién lo diría, todas parecen igual de usadas - pensando esto se encuentra cuando oye un clic - Qué coño....

Verdejo mete la llave, gira y, satisfecho por el resultado, cumple la última orden de la clave, destruir el mensaje, usando su método favorito: a la boca y pa dentro.

- Qué bueno soy pardiez... -  dice desde dentro del ascensor.