Decididos entonces a encontrar a vuestro escurridizo compañero, camináis hacia la barbacana con la intención de explicarle al guardia de la puerta que tenéis algo que reclamarle al posadero. Conforme os acercáis, veis la silueta del soldado recortada por la luz de sendos hachones sujetos a las jambas.
Cuando llegáis, veis que quien está haciendo la guardia es un viejo conocido. Se trata de uno de los hombres de Lobo que os acompañaron a la posada. En cuanto os ve, se dirige hacia vosotros y, sin esperar a que digáis nada, empieza a hablar con su acento portugués.
"Como caídos del cielo viniedes. Ya iba a mandar llamarvos. No ha mucho que llegó al castiello un hombre canijo en compañía de don Xurxo, que venía borracho perdido. Le preguntamos quién era, pero se las arregló para non nos contestar; don Xurxo, en su borrachera, creía que era un buen amigo et non nos permitió que lo tocáramos. Se lo llevó a su torre et desde estonces estamos esperando que salga para interrogalle. Era de pelo castaño, bastante enano et llevaba puesto un gambesón et unas mallas et botas negras muy sucias. ¿Es el hombre que esperades?"
Como siempre, en el PLANO podéis ver la ubicación de la torre de don Xurxo. Ahora mismo estáis en la barbacana.
Vistas las opciones de las que dispongo, y del peso del baúl, decido que éste será el que lleve la "soga". Así, la ato con cuidado, intentado que no se mueva mucho para no hacer ruido. Después, y no sin antes santiguarme, me dispongo a descender por la ventana.
Cuando veo que no hay guardias que puedan percatarse de mi presencia, tiro la cuerda para empezar a descender por ella. Lo cierto es que escalar se me da bastante bien de cuando era más mozo, y tenía que huír si nos pillaban. Subirse a los tejados de las casas bajas muchas veces me ha salvado de un funesto destino.
Comienzo a descender sin problemas. Bajar, y ayudado con una cuerda, es mucho mas fácil que trepar una pared con las manos desnudas. No obstante, hace mucho que no lo hago, y al final me cuesta un poco más. Aún con todo, consigo llegar al final de la soga sin muchos problemas. Parece que el baúl ha sido un buen punto de ancla.
Ahora viene lo complicado, saltar sin hacer ruido (y sin hacerme daño). Me balanceo un poco para coger impulso y que me resulte mas fácil, y después, salto...
Motivo: Trepar
Tirada: 2d100
Dificultad: 100-
Resultado: 13, 73
Exitos: 2
Motivo: Saltar
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 29 (Fracaso)
Motivo: Saltar
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 49 (Fracaso)
Por cierto, la daga la vuelvo a dejar donde estaba. No sería muy inteligente llevármela si acaba resultando que seré un huésped xD
Otra cosa, ¿no podría trepar desde donde estoy al tejado sin tener que saltar? Por si la respuesta es no, dejo las tirada hechas, y ya ves tú que pasa. Parece que me daré de bruces contra el tejado si no puedo ir trepando xD
Caes de pie sobre el tejado del edificio cercano, pero pierdes el equilibrio y te golpeas en un costado. Aunque aguantas el dolor sin quejarte, sabes que el golpe ha hecho ruido y puede haber alertado a alguien. Sin embargo, tras unos segundos de incertidumbre, parece que nadie se ha alarmado.
Algo más tranquilo, observas a tu alrededor. El tejado cae en pendiente hacia la izquierda, y desde allí podrías saltar al suelo sin ningún peligro. Al sur hay un rincón entre la torre de don Xurxo y el edificio que se usa como letrina. Al norte hay otro edificio adosado a este, que termina en una imponente torre que debe ser la torre del homenaje, demasiado vertical y sin asideros para que la puedas escalar, al igual que la muralla que tienes a la izquierda, a la que está adosado el edificio.
La única certeza es que no es nada seguro quedarse ahí: los guardias pueden ver en cualquier momento las sábanas colgando de la ventana de la torre y se pondrán alerta.
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 4
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Tirada oculta
Motivo: Escuchar (soldado)
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 34 (Fracaso)
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 75 (Fracaso)
El tejado lo tenías aún a unos seis o siete metros de distancia al llegar al final de la cuerda, de ahí la tirada de saltar. En el plano puedes ver mejor la situación: estás saltando desde lo alto de la torre de don Xurxo hasta el tejado del edificio de las cámaras de los sirvientes, que está mucho más bajo. Por suerte, el golpe solo ha sido un rasguño (1 PD en el pecho).
—Pudiera ser... la planta del tipo que nos describe se me presta mucho a la de nuestro amigo —dijo rascándose el mentón—. ¿Sería muy atrevido personarse en la torre de don Xurxo, maese guardia?
La pregunta había tenido un aire retórico evidente pero aún así Ventura esperó la respuesta. Después de uno segundos volvió a hablar.
—¿Le incomoda que espere aquí en su compañía? ¿Y que haréis vosotros, amigos?
La descripción coincide más o menos con la de Ruperto... salvo que a él siempre le gusta llevar las botas limpias xDD
- A la paz de Dios,
-Vayamos donde vuesa merced nos dice, pues sin palparlo et sin verlo no conoceriamos ni al mismísimo satanas si tuviese a mal subir de los infernos.
Bellacos hay muxos et ingeniosos, et el talento flota más cuando mas alto flota la soga para su garganta. Veamos pues si ese es de los nuestros, et no guardeis aun la soga por si da el caso.
-Pués a buen tratamiento de jarabe de palo le pondría yo a ese rufián por desatender sus responsabilidades para con nosotros mis señores.- Dice Roger haciendose el ofendido - No hay ofensa mayor que no estar donde uno debe haciendo esperar a la gente y robandole su tiempo...
-Por mi podemos ir hacia la torre de inmediato, nos va a oir el enano del gambesón...
Y se gira en dirección a la torre esperando que lo sigan...
Hay que echarle algo de morro y seguirle el rollo al guardia... a ver si con complicidad el sigue aquí continuando con su guardia y nos deja ir hacia la torre... XDD
"Esperad", os ordena. "Vos acompañaré a la torre. Don Xurxo debe estar dormiendo la borrachera..."
En ese instante, algo golpea la mente del soldado, que abre unos ojos como platos.
"¡A torre! ¡Porra, o réu!", exclama en portugués, y sale corriendo hacia la muralla. "¡Venid, rápido!"
Seguís al soldado, que corre como alma que lleva el diablo dejando desguarnecida la entrada. Sube por unas empinadas escaleras que conducen al adarve, con vosotros a la zaga. Al llegar arriba, se detiene en un recodo, en el que vigila un soldado con una antorcha. Es otro de los que iban con vosotros.
"¡Fabricio, ve et avisa a los hombres de don Xurxo! ¡Que vengan, corre!", le ordena.
El soldado asiente y marcha rápidamente escaleras abajo.
Después el portugués os ordena que paséis adelante, y accedéis al adarve, al final del cual se encuentra la susodicha torre y una sencilla puerta de madera que os separa del interior.
"Id, llamalde por su nombre." Os apremia a avanzar, y él se queda a unos metros de vosotros, empuñando su lanza.
Mientras tanto, desde el adarve veis como corre un hombre hacia donde os encontráis. Entonces llegáis hasta la puerta. No se oye nada al otro lado. El soldado portugués os observa atentamente a unos cinco metros de distancia, y os hace un gesto con la cabeza, indicándoos que cumpláis su orden.
Tirada oculta
Motivo: Escuchar (Roger)
Tirada: 1d100
Dificultad: 17-
Resultado: 72 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Escuchar (Simplicio)
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 33 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Escuchar (Ventura)
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 96 (Fracaso)
Aguzando el oído un momento, te parece escuchar unos ronquidos que provienen del otro lado de la puerta.
Prestas atención por un momento, y te parece escuchar una voz al otro lado de la puerta.
Durante unos instante dudó, la idea de llamar a Ruperto por su nombre no le gustaba pero enfrentarse al guardia era lo que menos convenía en ese instante.
—¿Ruperto? —dijo en un voz baja—. ¿Ruperto? —repitió algo más alto.
Caminó un par de pasos y golpeó un par de veces la puerta.
—¿Ruperto? Soy Ventura, ¿estás ahí? —insistió.
No hay respuesta.
Entretanto, llega arriba el hombre que visteis correr por el patio de armas, y veis otro que también se dirige a la carrera hacia donde estáis.
"Hay un hombre dentro con don Xurxo", le explica el soldado portugués, "pero el tu señor debe estar dormiendo. Vino borracho. Llámale, puede ser una trampa para liberar al prisionero. ¡Apartad!" Esto último os lo grita a vosotros.
El soldado avanza hasta la puerta y empieza a aporrearla.
"¡Señor! ¡Señor don Xurxo!", grita. Tampoco hay respuesta esta vez.
Mientras esto ocurre, llega el otro soldado.
"Baja a las mazmorras et cuida que el prisionero esté allí todavía. Luego vigila la trampilla."
A la orden del portugués, el segundo soldado vuelve a bajar, mientras el primero sigue aporreando la puerta. Al no recibir respuesta, se da la vuelta y mira de nuevo al portugués.
"Debe estar allá adentro, non hay más salidas. Puta que pariu!", maldice de nuevo en portugués. "Voy a llamar a Lobo. Vigila a aquestos tres."
Y dicho esto, sale corriendo escaleras abajo hacia la torre que está cerca de la perrera.
El soldado que se queda con vosotros empuña su lanza, observándoos cuidadosamente...
Tenéis tiempo para intentar algo mientras regresa el portugués. Si me decís que os quedáis quietos, sigo con la acción.
Os habréis dado cuenta de que el portugués será muy fiero, pero lo que se dice listo... no sabe manejar muy bien la situación, porque ha dejado a un soldado solo con tres hombres, dos de ellos armados :P
De pronto, oyes cómo aporrean una puerta. ¡Proviene de la torre de la que has saltado! Has tenido suerte de salir de allí a tiempo... pero eso significa que están decididos a despertar a don Xurxo, y si lo hacen, sabrán que te has escapado...
Motivo: Escuchar (Ruperto)
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 15 (Exito)