Partida Rol por web

El camino hasta la granja es largo y tedioso. Os veis obligados a abandonar la carretera y mover una moto por un terreno irregular no es precisamente sencillo.
Os toca hacer noche y tomar un merecido, y necesario, descanso. Cocináis las patatas al fuego que facilitan las hojas de las biblias y cenáis a la salud del Invernadero.
Por suerte la noche es tranquila, estáis en mitad de ninguna parte y lejos de cualquier ruta, carecéis de un rastro por el que os puedan localizar y habéis asegurado el silencio.
Es media mañana cuando descubrís que, contra todo pronostico, Eddie os ha guiado bien. O puede que haya sido suerte, una de las pocas cosas que le sobran.

Tras salir de un pequeño bosque os topáis con un gran valle, justo en el medio observáis una casa vieja y grande. A su alrededor hay campos de cultivo y maquinaría para dicha tarea. Una pequeña valla delimita el perímetro aunque se pueden apreciar areas trabajadas fuera de los limites.
Un pequeño camino lleva hasta la entrada, a unos cien metros hay un buzón metálico donde se ha grabado el apellido Smith, milagrosamente sobrevive a la oxidación.

A medida que os acercáis empezáis a notar que la imagen lejana no era mas que un espejismo. Unos escombros en la parte trasera parecen pertenecer a un granero derruido, a la casa le faltan las puertas y las ventanas y algunos tablones en las paredes. Los campos están abandonados y las malas hierbas han colonizado gran parte del suelo.
La maquinaria está inservible y a la valla le faltan tantos alambres que básicamente es una sucesión de estacas clavadas en el suelo.

- Tíos, esto está hecho una mier - Eddie no termina su frase, se calla y señala hacia el marco de la puerta principal.

Un hombre mayor, de unos sesenta años, sale cojeando del único edificio en píe. Camina hacia vosotros con una escopeta tan vieja como él, si bien la lleva en las manos no os apunta en ningún momento.
Estáis a pocos metros del bosque, a no ser que sea muy bien tirador las probabilidades de escapar sanos y salvos son muy altas.

- ¡Eh! ¡Fuera de aquí! Invernadero ya se ha llevado todo lo que teníamos, si venís a por más solo obtendréis plomo.

Cojea hasta un mástil de la valla y se apoya para facilitar el apuntado. Aun así el cañón de su arma está lejos de mirar en vuestra dirección.

Tras una lenta marcha acampamos para cenar y descansar. Observo los músculos tensos y cansados de Marcus, la verdad es que sin su físico mover la moto habría sido aún más problemático y lento. Nos sentamos sobre unas piedras y mientras Eddie pela patatas busco algo de leña para montar la fogata y prenderla con las biblias.

La cocción aún tardará un rato así que ojeo algunos de los pasajes que quedan en la biblia que he semidestrozado. Lo leo en voz alta distraido - 6:5 Y vió Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.Y arrepintióse Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y pesóle en su corazón. Dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho.

Frunzo el ceño pensativo y cierro el libro, mirando al horizonte y luego a la fogata en silencio - El mundo actual no es muy diferente a esto.. ¿no?- murmuro y pincho una de las patatas para ver si ya están hechas. Luego continuamos cenando y preparándonos para un nuevo día.

Eddie parece que ha atinado con la ruta para sorpresa de todos y por fin damos con la granja - Pues sí, la verdad es que está hecha mierda.. no me la esperaba así. Dudo que tenga buena mercancía..-mis palabras se interrumpen cuando el viejo sale a defender su propiedad, mirando a mis compañeros de reojo.

Me separo unos pasos de ellos, para que el posible escopetazo no nos de a los tres, aunque no parece ni muy habilidoso ni muy agresivo, mas bien defensivo. Alzo las manos en alto en señal de paz.

¡Ey, ey ey! ¡Calma viejo, venimos en son de paz! No somos de ese antro del mal. Solo queremos comprar semillas ya que con ellos es imposible negociar. Hemos oído que vendes.. ¿aún tienes algo de mercancía que intercambiar? - Sonrío inocentemente, esperando que baje el arma y podamos hablar con normalidad, pero aún así estoy atento para ponerme tras un árbol si la cosa se pone tensa.

Sin dejar de apuntar varios metros por encima de vosotros, algo de lo que parece no percatarse, el viejo responde a gritos desde la maltrecha valla.

- ¿Qué? ¿Semillas? Mirad este lugar, las únicas semillas que me quedan están plantadas. Y no se os ocurra intentar robarlas durante la noche, estaremos vigilando.

Una voz suena procedente de la casa, aunque la reconocéis como masculina no sois capaces de comprender que dice.

- ¿Por qué? - responde el viejo girando la cabeza sin quitaros el ojo de encima.

- Simplemente déjalos entrar. - dice la voz en un tono mas audible.

El viejo vuelve la cabeza al frente y escupe al suelo mientras piensa que hacer. Se levanta de la valla y apoya el cañón de su arma sobre la otra mano.

- Está bien, podéis entrar. Pero guardad las armas y mantened las manos donde pueda verlas.

Entre la penumbra de las ventanas podéis ver un par de figuras moverse en el piso superior. Tenían, y tienen, una linea de tiro certera desde allí.

Frunzo el ceño al oír que no tienen más semillas que las plantadas, habría sido un desperdicio tanto viaje para nada. Por lo menos igual podrían ayudarnos a identificar las que tenemos. Alguien parece hacer entrar en razón al viejo de la escopeta, así que dejo mi mochila en el suelo y solo me llevo el saco de semillas y las armas enfundadas.

Marcus, quédate aquí fuera con la moto y el botín, yo y Eddie iremos primero adentro a ver si son de fiar. -susurro antes de dirigirnos hacia la valla y más tarde al interior del edificio. Mantengo los brazos estirados casi en cruz no sea que el viejo no vea bien y se le escape el dedo del gatillo.

Tenemos muchas patatas para cenar, os podemos invitar si nos echáis una mano -comento al viejo mientras por fin atravesamos el portal del destartalado edificio.

Eddie y Allan se adentran en la granja. El viejo los apunta con mas o menos puntería hasta que lo sobrepasan, después simplemente se dedica a seguirlos hasta que todos entran en la destartalada casa.

Permaneces fuera, con la moto y todo el cargamento obtenido del camión. Sabes perfectamente que te están vigilando desde el primer piso de la granja, notas como desde las sombras de las ventanas al menos un arma te está apuntando.
A tu alrededor hay algunos matorrales donde se puede ocultar la moto, aun así a apenas cien metros detrás de ti está el bosque por el que habéis llegado hasta este lugar.

Marcus se queda fuera esperando mientras Eddie y tu entráis en la granja. El viejo os apunta con mas o menos puntería hasta que lo sobrepasáis, después simplemente se dedica a seguiros hasta que entráis en la destartalada casa.

El lugar por dentro está a oscuras, la poca luz que entra del exterior la mantiene en una constante penumbra. Aún así se puede ver que el mobiliario es casi inexistente, muchos muebles se han reconvertido en parches para la pared y tablones para bloquear ventanas.
Incluso ves grandes paneles de madera, seguramente procedentes del edificio derruido que hay en la parte trasera.
El viejo se queda en la puerta, bloqueando vuestra única salida. Una maltrecha escalera lleva al piso superior donde el crujido del suelo delata la presencia de al menos una persona.

- Que inesperada sorpresa...

Una voz os sorprende entrando en el salón. En cuanto os giráis encontráis el cañón de un revolver apuntándoos, tras él reconocéis pese a la oscuridad un rostro familiar que tardáis un par de segundos en ubicar.
Se trata de Sam, el hombre de Nolan que os encargó aquel desastroso negocio con los Omega de Luxor.

- No os volví a ver, pero supe que alguien había atacado Luxor y deduje que eráis vosotros. Sois realmente buenos, aunque las negociaciones no son lo vuestro.

Lejos de parecer una mofa el hombre habla totalmente en serio. El viejo, viendo la reacción de Sam, también os apunta. A esta distancia su escasa precisión se ve compensada por la proximidad.

- Supongo que las cosas se torcieron y pensasteis que os tendí una trampa. Realmente iba a ser solo un intercambio, esperaba que no fueran tan inteligentes como para probar la mercancía al momento. Culpa mía.

Levanta la mano desarmada en señal de disculpa. Escucháis bajar a alguien por las escaleras, otro hombre se suma a la reunión y en cuanto ve la situación levanta su rifle para apuntaros.

- El de fuera está controlado, Jen lo tiene vigilado.

Sam se mueve hacia una esquina sin dejar de apuntaros en ningún momento.

- ¿Qué os trae por aquí? ¿Todavía no habéis conseguido esas semillas que buscabais?

Aunque todo el mundo os esté apuntando parece mas una medida de precaución que una amenaza, no notas esa tensión de otras situaciones en las que en cualquier momento alguien va a iniciar un tiroteo.

Caminamos hacia el destartalado edificio y una vez cruzamos la puerta observo alrededor. Aquella parece la única salida, un escalofrio recorre mi espalda, tengo un mal presentimiento y no se por qué, por suerte le había dicho a Marcus de quedarse fuera. Una persona aparece por el salón y entrecierro los ojos cuando parece que nos conoce.

En cuanto le reconozco aprieto mucho los dientes y llevo mi mano para desenfundar pero me detengo bruscamente al ver la pistola apuntandonos.

Hijo de mil putas, ya verás cuando te pille - pienso pero modero mis palabras al estar en clara desventaja- ...nos metiste en la boca del lobo por una paga inexistente. Los Omega no negocian, toman lo que quieren y desechan al mensajero, por eso no fuiste tu mismo. - gruño con algo de rabia e impotencia.

¿Encima era mercancía falsa?-mi sorpresa es aún mayor y mis ganas de darle una buena tunda aumentan. Miro de reojo a Eddie para ver si anda tramando algo para salir de ahí.

Observo sus rostros, parece que no quieren matarnos así que aprovecho para ver si saco algo de información - ¿Qué estan montando en ese subterraneo? Parece que había tecnología del mundo antiguo.

Sí.. conseguimos algunas semillas, pero no sabemos de que son. Vinimos aquí esperando a que el viejo nos lo dijera y a comprar algunas más.. pero parece que ha cerrado el negocio y ahora se dedica a tender trampas a los viajeros. -gruño hacia el viejo con fastidio.

Aún nos debes la paga por aquel trabajo de entrega. Nos aseguraste que sería generosa y solo recibimos plomo y que los Omega nos persigan. Y ahora encima nos apuntas con tu arma como si nosotros fueramos los malos aquí. -digo a Sam- ¿eres un hombre de palabra?

Sam asiente con la cabeza a todo lo que dices, antes de hablar tuerce la boca en un gesto de molestia.

- Sí, os hice una putada. Ese chip estaba preparado para destruir todo su sistema informático, ordenadores y esas mierdas, ya sabes. Fui bastante iluso creyendo que harían un intercambio sin más, no pensaba que fueran a probar la mercancía antes de pagar. Como ves ya no soy tan confiado con la gente.

Al decir la última frase mueve la pistola para evidenciar su precaución.

- No tengo nada contra vosotros, y el viejo Joe solo os apunta por si optáis por cobraros aquí mismo la deuda. Hasta hace un minuto no sabía por qué os estaba dejando entrar en su propiedad.

El anciano asiente lentamente, pidiendo perdón con la mirada pero sin dejar de apuntaros.

- Soy un hombre de palabra, si es que eso sigue existiendo en este mundo. Os prometí caballos, comida, agua y municiones. Me temo que no tengo nada de eso, llevamos encima todas nuestras posesiones y aún así no son suficientes para saldar la deuda. Sin embargo hay algo que podemos hacer...

Baja lentamente el arma y extiende la mano para pedir calma tanto a sus compañeros como a vosotros. Los otros dos hombres hacen lo propio, aún así mantienen sus armas preparadas.

- No muy lejos de aquí hay un grupo de fanáticos, viven en un invernadero gigante y controlan la mayor producción de alimentos y munición de la zona. Ya habéis visto lo que hacen con la competencia, - señala la casa y los alrededores - de modo que no son precisamente buenas personas. El caso es que hoy vendrán a por el resto de material, no tenemos nada para ellos por supuesto. Nuestro plan era quemar este lugar, a ser posible con ellos dentro. Sin embargo solo somos cuatro, la defensa no era una idea hasta ahora...

Te vas haciendo una idea de lo que te va a pedir, antes de que puedas responder termina su exposición.

- Si acabamos con el grupo que manden seguramente obtengamos un vehículo, o puede que más, y todas sus armas y munición. Nosotros solo queremos joder a esos cabrones, podéis quedaros con el resto del botín. Creo que será mejor que el pago inicial que os prometí.

Alzo una ceja sorprendido, la verdad es que no me esperaba para nada que Sam quisiera perjudicar a los Omega - Tienes que estar muy loco o tener muy buenas razones para querer joder a los Omega...-sonrio levemente con una mueca y una pizca de locura, ahora me caía un poquito mejor, pero solo un poco - Me alegra al menos que siga habiendo gente con pelotas para hacerles frente. Nos lo podías haber dicho desde el principio, no les tenemos en muy buena estima.

Me relajo un poco y respiro con más calma cuando bajan sus armas, aunque la propuesta que nos hacen no me gusta un pelo - Vuelves a prometernos castillos en el aire y una recompensa incierta. Venimos de cargarnos a unos cuantos de esos cabrones y seguimos vivos. Si tentamos más a la suerte alguno de nosotros la palmará..-gruño, pero lo cierto es que estamos jodidos si ya vienen hacia aquí - ¿A qué hora habiais quedado con ellos aquí? Joder.. has vuelto a meternos en otro marrón..

Tenemos un vehículo que les robamos afuera.. -me dirijo hacia la puerta para asomarme y ver la situación. Deberiamos esconderlo ya que no nos dara tiempo a sacarlo de aqui.

Miras a través de la puerta para comprobar que Marcus sigue fuera. Puedes ver como sin ninguna preocupación lleva la moto hacia el bosque cercano, supones que con el fin de esconderla por lo que pueda pasar aquí dentro con vosotros.

- Solo dijeron que volverían hoy, nos dieron un día para terminar de reunir lo que tengamos para entregárselo. Aunque realmente vienen a quemar este lugar y a matarnos, no quieren competencia.

Sam enfunda su arma, el viejo granjero también se relaja un poco más aunque no guarda la escopeta.

- Antes aquí vivían doce personas, ahora solo quedan tres. Si habéis viajado por la región habréis visto poca presencia de los Patrulleros, algunas facciones se han hecho demasiado fuertes y los criminales pequeños acaban trabajando para ellos. He ido acabando con todos aquellos que resultaban una amenaza, lo de Luxor privó a los Omega de toda su ventaja tecnológica.

El hombre que ha bajado del primer piso se sienta en las escaleras, pese a no ser mucho mayor que tú su aspecto es bastante lamentable. Parece muy cansado, puede que esté enfermo o que tanta lucha le haya pasado factura.
Sin embargo no suelta su arma, parece mas alerta que los demás.

- Si os habéis topado con los hombres del Invernadero entonces sabéis que tipo de gente son. Su líder es un cobarde, es demasiado conservador y no arriesga a sus hombres si sabe que va a encontrar resistencia. Lo que hicieron aquí fue obra de mercenarios, pero cada vez le cuesta más encontrar carne de cañón para sus misiones suicidas. Tenemos una pequeña oportunidad de ahuyentarlos y ganar tiempo. Si mi plan tiene éxito es posible que obtengamos poderosos aliados y podamos contraatacar.

Reconoces la mirada de Eddie cuando os cruzáis, hará lo que tú decidas.

Vuelvo al interior tras asomarme y estar más tranquilo de que Marcus esconde el botín. Escucho a Sam y observo con atención al nuevo hombre que baja del piso superior, parece que el también me observa a mí y ambos desconfiamos. Vuelvo a mirar a Sam y pregunto - ¿Eres patrullero? -eso explicaría por que se mete en tantos follones, pienso.

El invernadero ha perdido al menos a una veintena de hombres desde que llegamos en los últimos días. ¿Cuantos son y cuantos crees que van a enviar?¿Y de qué aliados hablas?- pregunto mientras subo las escaleras al piso superior, para examinarlo y hacerme a una idea de los puestos defensivos que podemos usar así como rutas de escape en caso de que la cosa se torciera. Tras un vistazo vuelvo a bajar para seguir la conversación sobre la defensa.

De acuerdo, al menos escucharemos tu plan, pero date prisa. Por nuestra experiencia, las emboscadas nos han funcionado muy bien hasta ahora.- mientras el hombre se explica miro al viejo, con una extraña certeza de que morirá en el ataque. Era triste llegar a anciano y tener que seguir luchando sin alcanzar nunca un poco de tranquilidad.

La carcajada de Sam responde a tu pregunta, aún así no tarda en confirmarlo.

- No, no, no tengo nada que ver con los Patrulleros. Solo intento que las cosas prosperen en esta región. Me gusta pensar que se me da bien, aunque últimamente arrastro a demasiados inocentes a mi cruzada.

El último comentario no solo va dirigido a vosotros, si no también al anciano y posiblemente a algún caso más que desconoces.
Mientras subes las escaleras Sam te responde alzando la voz.

- Enviarán el paquete básico, un camión y un par de motos o caballos. No esperamos más de seis u ocho hombres, pero si dices que han tenido perdidas puede que quieran asegurar la recogida o incluso es posible que no se presenten por miedo a perder más.

En piso superior tiene cinco habitaciones, en una de ellas puedes ver a una mujer con un rifle de caza y una mira telescópica, nada que ver con lo que llevas a la espalda pero suficiente para la distancia alrededor de la casa.
La mujer, poco más que adolescente, te mira de reojo sin dejar de apuntar hacia el exterior. No hay que ser un genio para saber que en su mira se encuentra Marcus.
Las ventanas tienen algunos tablones clavados para mejorar la cobertura, aunque con un calibre alto esa madera caerá como si fuese papel.
Gracias a la disposición de las habitaciones hay ventanas en las cuatro paredes de la casa, lo cual permite vigilar todo el área alrededor de la granja.

Mientras regresas Sam te sigue poniendo al día.

- Nadie sabe cuantos son, ese sitio es enorme y tiene comida para cientos de personas. Además el chiflado de su líder promueve la reproducción, seguramente sueña con poseer un ejercito de cabezas lavadas para lograr sus fines.

Regresas a la planta baja y encuentras a cada uno mirando en una dirección, vigilando a través de la ventana ante la posible llegada de los hombres del Invernadero.

- Gracias a vosotros Luxor cayó, algo que contentó a los chicos de Arsenal. No se si has estado allí, es una vieja academia militar llena de niños. El caso es que son vecinos de Luxor y tuvieron algún enfrentamiento, con los Omega fuera de juego ganaron la suficiente paz como para deberme un favor. Sin embargo no he obtenido respuesta, así que no contaría con ellos.

Al preguntar por su plan Sam se encoge de hombros.

- ¿Mi plan? Esperar a que se acerquen y disparar todo lo que tenemos. Ya te he dicho que solo queremos joder a esos cabrones, después nos iremos de aquí. ¿Se te ocurre algo mejor?

Observo a la chica del piso superior una vez hecha mi inspección y apoyado en el marco de la puerta cuando me mira, digo- Baja ese arma y deja de apuntar a mi compañero, muchacha. Ya has oído a tu jefe que venimos en son de paz, y puede que sin nosotros no salgáis de esta, mejor que no se te escape el gatillo y haya una desgracia. - sonrío algo cansado y vuelvo a bajar las escaleras.

Escucho el plan de Sam alzando una ceja, si es que a aquello se le puede llamar plan.

Este edificio se cae a cachos como para parar balas así que no tendremos buena cobertura, vinen ocho hombres armados hasta los dientes y nosotros somos cuatro y una muchacha que no se si puede con el rifle -digo sin contar claramente con el viejo ni con Eddie - Y según tengo entendido solo quieres enfrentarte a ellos para joderlos. Tenemos claramente las de perder, va a morir gente. Mi plan sería largarnos antes de que lleguen sin dejar rastros. No tiene sentido arriesgar vidas por simple odio, por mucho que se lo hayan ganado.-digo con cierta dureza, sobretodo pensando en la joven.

Si aún así seguís obstinados en luchar.. ¿Qué recursos tenéis? Munición? algún explosivo? Lo mejor que se me ocurre sería poner un francotirador fuera de la casa escondido, para pillarles por la espalda desprevenidos cuando se centren en acribillar la casucha.

Mientras piensan la respuesta cojo a Eddie del hombro y me lo llevo a la entrada susurrándole- Dile a Marcus que entre con mis cosas y tu quédate escondido con la moto, estate preparado para arrancarla y salir pitando de aquí a mi señal si las cosas se ponen feas - arrugo la nariz un segundo pensativo - por que sabes conducir.. ¿no? hmm bueno.. sino improvisaremos.- al menos tendremos una pequeña via de escape.

Cuando vuelven con mis cosas tomo todas mis armas y algunas cosas de las que conseguí en el asalto como la pistola ametralladora,munición y los prismáticos para echar un vistazo desde lo alto. También encuentro el albaran ensangrentado al que no habíamos prestado ninguna atención hasta el momento. Lo miro brevemente por si pudiera contener algún dato de utilidad.

-6:5 Y vió Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.Y arrepintióse Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y pesóle en su corazón. Dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho.

Estaba partiendo las patatas, pero las palabras de Allan me interrumpen. Tienen música dentro y un peso que las hace resonar después de apagarse. Las escucho mientras sigo cortando las patatas, con mis manazas ennegrecidas. El humo se me ha quedado pegado a la ropa y a la cara. Pero mejor eso a estar tirado y agujereado en el túnel de ahí atrás. Mejor ellos que yo.

Desde que Apofis mandó todo a la mierda, la selección natural de Darwin ha acabado con los viejos y niños desvalidos. Así que cualquier cosa que tenga aspecto de ser débil, en realidad es una trampa. Dispuesta a seleccionar a los gilipollas que se lo crean. Por eso no me sorprende demasiado ver movimiento en el piso de arriba.

Sí me sorprende que Allan y Eddie estén dispuestos a meterse en ese agujero. Podría ser un nido de caníbales o una panda de tarados cabrones. Si esa granja está hecha mierda  y siguen ahí, es porque se alimentan de viajeros o de esclavistas. O porque son aliados de los esclavistas. No sé qué es peor.

Con mi ballesta no puedo hacer una mierda desde ahí. Me volarían el culo antes de dar más de cinco pasos. Así que echo un vistazo alrededor, y me alejo para ocultarme en el bosque con todo mi cargamento, a la vez que vigilo los alrededores. Si las cosas se ponen feas, solo puedo hacer dos cosas. Huir como un conejo o lanzarme a la casa como un loco. Y las dos cosas pasan porque esa moto siga funcionando. Así que lo compruebo, con las orejas bien levantadas por si oigo algo desde la casa.

Eddie sale de la casa caminando tranquilamente, no parece que haya problemas dentro o al menos no muy graves.
Al llegar hasta Marcus le intercambia tareas, él se quedará con la moto oculto en el bosque cercano y Marcus entra en la casa con el equipo de Allan.

Al entrar Marcus se encuentra con el viejo que salió a recibiros, un hombre de unos treinta años armado y sentado en la escalera que lleva al piso superior y otro hombre, rondando los sesenta y armado con una pistola, conversando con Allan.

- Ellos no esperan que les ataquemos, solo necesitamos que se acerquen, bajen de sus vehículos y entonces los acribillaremos. No va a ser un asedio, simplemente es una emboscada. Para cuando Invernadero sepa lo que ha ocurrido estaremos muy lejos de aquí.

El hombre de la escalera levanta su arma para enseñárosla.

- Tenemos lo que veis y un par de cargadores por cabeza. Lo necesario para matar a un par de esos hijos de puta cada uno. Jen tiene puntería, - señala hacia arriba con el pulgar - evitará que huyan.

El silencio se hace cuando todos se percatan de la presencia de Marcus, el hombre de la pistola le saluda con la cabeza.

- Bienvenido, me llamo Sam. He oído que habéis tenido un encuentro con los hombres de Invernadero, algunos están de camino y nos estamos preparando para darles una cálida bienvenida. Cualquiera capaz de disparar un arma es bienvenido.

Me enciendo un cigarro mientras doy pausadas vueltas por la sala, pensativo- Si nos largamos ahora apresuradamente, lo más seguro es que les masacraran y luego vendrán tras nuestro rastro... Supongo que no nos queda otra salvo ayudaros-murmuro- Pero esta vez nos cobraremos nuestro pago por la anterior y por esta -digo a Sam señalándole con el índice mientras doy una calada.

Marcus quédate abajo, se te dan mejor las distancias medias y .. cortas. Yo iré a esconderme arriba con el rifle a la espera del primer tiro. Reforzad lo que podáis alguna posición por si tenéis que cubriros.-digo y comienzo a subir hacia el piso superior, allí me posiciono en una de las habitaciones con ventana que da hacia el frente de la casa y trato de ver si hay algún mueble que pueda arrastrar y usarlo de una mejor cobertura. Después chequeo y ajusto mi chaleco antibalas y por último tomo los prismáticos y observo el horizonte en busca de aquel convoy. Saber cuántos son sería un dato útil. Doy una última calada al cigarro casi extinto y lo apago, estoy un poco nervioso, solo quiero huir de allí y comenzar una nueva y tranquila vida de agricultor.

Sin saber de cuanto tiempo disponéis trabajáis a marchas forzadas para preparar la casa para el ataque. Los pocos muebles que quedan sirven ahora como cobertura y os centráis en cubrir el lado que da a la carretera ya que presumiblemente llegarán por allí.

Tras un rato de trabajo os percatáis de que Eddie no ha regresado, no sabéis exactamente cuanto tiempo ha pasado desde que se ha ido a esconder la moto, pero ya debería haber vuelto.
Cuando estáis a punto de salir a buscarlo escucháis el ruido de motores acercándose, eso al menos indica que Eddie no ha sido capturado por ellos aunque también quiere decir que los hombres de Invernadero han llegado.

Lo primero en aparecer en una moto, se detiene frente a la entrada de la granja a apenas cien metros del edificio. El motorista revisa los alrededores y hace un gesto a sus compañeros para que avancen. No tardan en llegar un camión y otra moto, lo que parece ser el convoy estándar de Invernadero.
Sin embargo antes de alcanzar a la primera moto el camión frena repentinamente quedándose un poco más alejado y parcialmente cubierto por un pequeño grupo de arboles.

De entre los arboles del bosque, por el mismo lugar que habéis llegado vosotros, comienzan a aparecer hombres armados.
En pocos segundos hay una docena de ellos, un par apuntan al motorista en cabeza mientras que seis o siete encañonan al camión y a la otra moto.
Los que quedan avanzan unos pasos hasta la mitad de la carretera. Un tipo enorme con lo que parece ser una armadura de artificiero camina en cabeza, tras él podéis ver fugazmente a un hombre calvo vestido con un elegante y atípico abrigo.
Éste último parece estar dando ordenes al grupo armado, a cada paso que da el tipo de la armadura se mueve con él cubriéndolo por completo de cualquier ataque procedente de la casa.

Uno de los hombres se baja del camión para conversar con el líder de los recién llegados, parece que tienen algún tipo de discrepancia.
Los hombres de Invernadero apenas son seis mientras que los otros desconocidos son el doble. Todos están bien armados y parece que saben usar las armas que portan.

Escucháis a Sam lanzar una pregunta al aire, no espera respuesta pero a vosotros os sirve para saber quién es el último invitado sorpresa.

- ¿Qué cojones hace aquí Dominic?

Veo llegar el convoy desde lo lejos y analizo todos los detalles que puedo con aquel único prismático. Cuando el tipo de la moto se acerca demasiado me escondo y dejo la ventana, pasando a mirar por una pequeña grieta en los tablones de la pared.

Unos seis tipos, parecía manejable hasta que de repente un nuevo jugador se une a la partida. Y con el doble de tios armados - Joder, mierda, lo sabía, estas cosas nunca salen bien..

Y no solo eso, sino que además parece que llevan un mastodonte acorazado con ellos, seguramente a prueba de balas por la seguridad con la que su jefe camina tras él. Me acerco a los tablones del suelo, y le pregunto a Sam desde allí - ¿¿Quién coño es ese Dominic?? ¿Amigo o enemigo? Ahora mismo parecen en tensión entre ellos, una bala perdida podría hacer que empiecen un tiroteo.-pienso algo nervioso, sería una buena táctica quizás.

También me preocupa que Eddie no de señales de vida, pero seguramente estará bien.... bien escondido al menos.

Sonrío. Yo sí sé quién es Dominic. Es el padre de una piltrafa que murió hace muchos días. Creo que le arranqué los huevos con mi navaja y que se los hice tragar.

No hay tiempo para mierdas. Igual ese Dominic está ahí para comprarle unas bragas a su mujercita, pero también podría ser que esté ahí porque alguien nos vio matar a su hijo y a los idiotas que le acompañaban.

Es una lástima. Pero soy negro, calvo y mido dos metros. Así que no puedo confiar en pasarle desapercibido a nadie.

La primera conclusión es que no me pueden coger vivo. La segunda es que la opción más fácil es que esos gilipollas se disparen entre sí.

La tercera cosa que sé es que cuanto más hablen esos tipos peor se nos van a poner las cosas. No creo que nuestros nuevos vecinos quieran perder la vida por dos capullos que se acaban de encontrar.

La escopeta puede servir si llega el momento de volarme la cabeza. Mientras tanto, cargo la ballesta y me preparo para disparar a Dominic si tengo la oportunidad.

La tensión aumenta a medida que la conversación entre los visitantes se alarga. El tipo acorazado se afana por mantener a cubierto a su jefe, algo relativamente sencillo debido a la diferencia de tamaño entre ambos.
Sam responde sin quitar la vista de los enemigos.

- Dominic es el mayor hijo de puta que puedes encontrar en esta región. Es como ese chiflado de Invernadero pero con los cojones mas grandes, controla a todos los matones del lugar y si alguien se atreve si quiera a mirarlo mal acaba ahorcado en un árbol o descuartizado por sus perros.

Las palabras del viejo, sumado a su tono susurrante, agrava la leyenda de Dominic.
Mientras tanto fuera parece haber algún tipo de acuerdo, los hombres de Dominic se ponen a cubierto tras el camión al tiempo que el portavoz de Invernadero se acerca hasta la entrada a las tierras de Smith.

- Viejo, hemos venido a cobrar tu deuda. Nuestros nuevos amigos dicen que han pasado por aquí tres hombres, dos negros y un tipo con el pelo largo. Si están ahí contigo será mejor que salgan, si no lo están entonces solo sal tú y danos lo que nos pertenece.

En cuanto termina de hablar Sam os mira y podéis leer en sus labios una maldición tan grave como elaborada.

- ¿También vais a culparme de eso?

Podéis ver como varios hombres apuntan hacia la casa, seguramente la oscuridad dentro del edificio os mantiene a cubierto, de modo que simplemente apuntan hacia las ventanas y puertas a modo de precaución.
El portavoz está al descubierto, aunque algo lejos. De los demás solo hay un tiro franco sobre cuatro hombres de Invernadero, toda la gente de Dominic está fuera de la lucha aunque se mantienen a un paso de entrar en ella.