Partida Rol por web

No pretendía gastar palabra alguna con aquellos guardias, pues las palabras de Evaristo habían sido suficientemente claras y elocuentes como para que los soldados nos franquearan el paso, más no parecieron ser igual para uno de ellos: -Bueno est ver omnes capaces que fazen bien su labor, que bien digno et importante es guardar las puertas et la cibdad de enemigos et indeseables. -respondí al capataz con un deje cansado en la voz. -Fausto de Landarria vos fabla, et aqueste noble omne que bríndame compaña est don Carlos de Mayoral. Marchamos a santiago, et gustaríamos de llenar panza et barriga, ansí como folgar et desfolgar en posada, taberna, hospicio, o lo mejor que tengades en aquesta villa.

Suspiré hondamente, cansado: -seguid faziendo bien vostra labor et franqueadnos el paso, pues buenos dineros dexaremos en aquesta villa mientras estemos enella.

Bien parecian las respuestas de Evaristo y el Señor Don Fausto, pues no teniamos ninguna intencion de traer mal a esta villa sino mas bien como bien habia dixo el señor buenos dineros, que dos nobles bien querran un buen sitio para descansar et yantar et algo para sus sirvientes que somos nos.

Quede pues a la espera de saber la reaccion de los soldados que debian darse por satisfechos con las explicaciones dadas

El jefe de los soldados alterna miradas entre Don Fausto y Ana.

-¿Su hermana? ¿Decís que sois hermanos?... luego piensa algo que le hace gracia y contiene una carcajada, probablemente piensa que abundan los bastardos entre los hijos de los nobles, pero se lo calla.

-Dejadlos pasar- Dice dirigiéndose a sus compañeros.

Cuando rebasáis cruzáis el puente de Estella Carlos comparte con vosotros la decisión que tiene que tomar.

-Si nos damos prisa podemos llegar a Irache antes que anochezca e pasar allí la noche liberados de la responsabilidad de custodiar a nuestra joven dama, pues Irache es su destino. La otra opción es recogernos ya e facer noche en Estella. ¿Qué pensáis que debemos facer?

Dáme algo de miedo recorrer el bosque y los caminos de noche, presa fácil de bandidos, alimañas o vaya usted a saber qué... - Preferiría quedar en Estella y salir mañana a punta del alba... - murmullo tímidamente, temiendo causar incomodidad o malestar a alguno de los Señores a los que acompaño.

Nicomedes siente mucha curiosidad por llegar a Irache, y la posibilidad de pasar más de un día merodeando el jardín de yerbas que tanta fama tiene, le empujan a contradecir a Jacob. 

- Jacob, ¿acaso non has entendido que non viajariémos de noche? don Carlos cree que podemos llegar antes de que caiga el sol.- 

Si nos damos prisa podemos llegar a Irache antes que anochezca e pasar allí la noche liberados de la responsabilidad de custodiar a nuestra joven dama, pues Irache es su destino. La otra opción es recogernos ya e facer noche en Estella. ¿Qué pensáis que debemos facer?

Señor, cuanto antes lleguemos a Irache, antes nos liberaremos de poder tener algún conflicto por nuestra femenina compañera- le comento, de forma discreta a Don Carlos, el cual en varias ocasiones me ha preguntado mi parecer sobre detalles del viaje al saber mi experiencia en batallas y jornadas de viaje. 

Non es que nos hayamos desviado en demasía, et mal cristianos seríamos si non asistimos a una dama en apuros mas aun andando en peregrinación, mas entrar en pendencias familiares con nobles casas seguro que non sera de utilidad para redimir nuestros pecados ante el santo apostol

Et viendo que Don Fausto se disponía a hablar, echeme a un lado para dejar de importunar a mi Señor Don Carlos et permitir que los señores decidieran sobre que hacer finalmente

Miré a la compaña, y aunque algunos mostraban rostros cansados y hastiados, la mayoría parecía preferir continuar la marcha aun con tal fatiga si eso significaba librarnos de doña Ana y sus problemas cuanto antes.

-Ataulfo ha fablado claro et bien. Mexor será continuar camino como bien dixe don Carlos, que a Irache non queda tanto et la pereza grand pecado est.

Entonces acorté distancia con el de Mayoral: -Cuanto antes acabamos el asunto de la moza mexor para todos, que para Santiago queda mucho e andar con peligros et demoras non est cosa buena. Fazer noche en aquesta villa con el padre de la niña tan cerca non me place.

Gonzalo no dudó siendo como era perro viejo y muchas veces apaleado.

Todo sea por evitar conflictos compañeros. Si azuzando las monturas podemos poner tierra de por medio entre nosotros y los perseguidores de la bella dama que nos acompaña mejor que mejor. Que digo yo que en Irache también habrá lumbre en los hogares y guisos en los pucheros. Non perdamos más el tiempo y pongámonos en camino.

Después lanzo una mirada apremiante a Don Fausto para que supiera que su escudero estaba listo para salir hacía el destino de la muchacha.

No mucho después de pasar Estella y en las cercanias del Montejurra (https://es.wikipedia.org/wiki/Montejurra), veís una polvareda en la lejanía que os hace pensar que son los omnes del Barón de Navarte que vienen en pos vuestro.

Ana se sobresalta y pierde la compostura- Mi padre, non ha de alcanzarnos. Corramos a Irache.

Don Carlos se mesa la barba pensando en las distintas opciones. -Poco queda para llegar a Irache mas si han tomado caballos de refresco en Estella, es posible que nos alcancen. Aún están a gran distancia e tenemos la iniciativa de nuestra mano.

-Ana desde luego debería galopar hasta el monasterio e uno de nosotros debería acompañarla por lo que pudiera pasarle, tomando ambos los corceles más veloces. Los demás podemos tratar de llegar al monasterio al galope o podemos intentar emboscarles o despistarles. Podemos dejar que se acerquen e luego dividirnos en dos grupos para que no sepan a quien seguir. La arboleda a los pies del Montejurra es un buen lugar donde emboscarlos mas, ¿cómo atraerles a la emboscada? ¿Qué pensais?¿Se os ocurre algo que me haya pasado por la mente?

En estas se dirige a Ana- Pero vos no espereis más. Tomad mi caballo e galopad como si el diablo os persiguiera. - Luego se dirige al resto- Alguien que la acompañe.

Teniendo en cuenta las opiniones vertidas, véome resignado a tener que proseguir la marcha sin poder facer parada e fonda en la Villa d'Estella.

Algo contrariado por aquesta circunstancia me someto, resignado, a la voluntad de aquellos que bien sea porque son nobles o, simplemente porque tienen más edad y sabiduría que la mía, optan por seguir camino hasta el nueso destino.

Mas que después del parlamento del de Mayoral, veo claramente la ocasión de ser útil a la misión: - Yo la acompañaré Señor! - Me postro en el suelo, la cabeza bien gacha en muestra de respeto - De poco en sirvo yo en un combate o emboscada!

Me gustó la iniciativa del jóven judío. Sin duda aquel sería la mejor tarea que en esa situación podía acometer. Pero no me gustó tanto las opciones que daba el de Mayoral... Jalé de las riendas con firmeza haciendo que la montura se detuviera con brusquedad. Con la siniestra agarré la celada que pendía del arzón y, tras calzármela en la testa y subir la visera, me dirigí a don Carlos.

-Mal asunto ha de ser separarnos, pues nuestras fuerzas habrán de verse divididas dando así, en caso de producirse pendencia, ventaja considerable a los omnes de Navarte. Divide et Impera, que dexían los Griegos...

Mi mano, conocedora y complacida por lo que se nos venía, acariciaba de tanto en tanto el pomo de la espada.

-Escondernos et emboscar cosa de cobardes est. Fausto de Landarria non est un vulgar cortabolsas o asaltacaminos. Si ha de haber pendencia, será esta presentada como Dios manda. Ergo credo que aqueste asunto se torna en preocupante derrotero, que ya non fablamos de escoltar a una zagala huída del su padre, si non de plantar batalla a un Barón et sus omnes. -negué con la cabeza y maldije para mis adentros por no haber negado darle amparo a la dama cuando tuve que hacerlo.

-Mi vista ya non es lo que era, pues no sode ya ningún mozo, ¡pero por el amor de Dios! ¡que alguien otee et me diga cuantos omnes pudieren ser los que se nos vienen encima!.

Maldigo las opciones que tenemos et escupo al suelo. Luego miro al de Landarria como si estuviera loco ¿que quiere cargar de frente contra los omnes de padre de la moza? válgame Dios que como este omne nos comande non salimos de esta de una pieza. Yo hago caso de lo que dice don Carlos et busco un sitio para emboscarlos pero non he de hallar sitio que me guste o me estoy mostrando yo muy torpe en tales menesteres.

No se cuántos hombres vienen pero viene prestos mi señor - dijo mirando a Don Fausto -. En cuanto a tender emboscadas coincido con vos que no es de recibo pero quizá si algunos de nosotros nos ocultáramos para aparecer por su espalda mientras el resto les hace frente, podríamos tener la posibilidad de vencer sin cruzar aceros o al menos disponer de cierta ventaja en una posible lucha. Evaristo y yo - miro al cojo para intentar hacerle cómplice de sus intenciones -, por ejemplo, podríamos escondernos mientras ustedes les hacen frente para cerrarles el paso tal y como he contado. Pero vamos Don Fausto, que es sólo una humilde opinión de escudero curtido...

De momento están lejos y no distinguis cuantos son sino la polvareda levantada por su galopar.
Eso es bueno porque vosotros adivinais que son los hombres del barón y ellos aún no os han visto.

Para saber cuantos son, os basta esperar unos breves minutos. Pero entonces ellos os verán a vosotros también.

Mientras los omnes prepáranse para enfrentar el más que posible combate contra los de Navarte, y espoleado por la nube de polvo que acércase a nos desde la retaguardia, alludo a l'Ana a montar el caballo del de Mayoral e yo mesmo tomo la mía montura para irnos alejando del lugar, que temo non sea buena idea que a nuestros perseguidores les aliente la proximidad de la presa que ansían...

Voy poco a poco hasta el primer recodo del camino; una vez desaparecidos de la vista de los otros espoleó a Ana - Rápido mi Señora! Non sabemos por cuanto tiempo podrán resistir a los soldados del seu pare!!!

Buena idea me parece la de plantarles cara a la par que salir por su espalda si es necesario el enfrentamiento. Señor- digo dirigiendome a Don Fausto- soy un habilidoso emboscador pues lo he hecho en mil contiendas anteriores et diestro con la ballesta tambien. Quiza Don Carlos, vos et el suyo escudero podrian dar el alto a esos caballeros et ver cual es el motivo real de su camino et mientras Evaristo et yo nos esconderemos en las lindes del camino a las espaldas de ellos. Si la cosa se tuerce en enfrentamiento atacaremos por sorpresa et podremos superar suposible ventaja numerica. La estrategia lo es todo en enfrentamiento entre grupos de hombres

Asentí a las palabras de Ataulfo. Habló como curtido y veterano luchador lo cual me complació. -El problema est que uno de los omnes de Navarte huyó de la posada, et que non tardará en reconosçernos complicando ansí cualquier posibilidad de diálogo o entendimiento. Que muerte dimos a sus omnes et non contentos con tal descalabro, hubimos de llevarnos demás a la hija. ¡Válame Dios!.

-Ergo non me disgusta del todo que quienes sean diestros usando ballestas et saetas permanezcan ocultos et con mano et ojo firme. El resto habrá de mantenerse firme junto al de Mayoral et a mi mesmo.

Miré en derredor, analizando el lugar donde nos encontrábamos a fin de aventajarnos gracias al terreno.

-Vayamos a la arboleda a fin de presentarles tal argucia, que mientras perdemos tiempo aquí con charlas el enemigo se acerca...

- Mis señores, cuento aquí cinco omnes de armas. Si fuera menester batallar, yo sólo puedo asistir. Más non sé cuantos vienen por allá.  Non creéis que cabría intentar algún subterfugio primero, para dividirlos. Non es fácil operar a un paciente sin atarlo a la mesa primo..-

¡No me tengáis por cobarde Ataulfo! - Protestó Gonzalo - Aguantaré la embestida del enemigo junto a mi señor como he hecho y habré de hacer tantas veces hasta el día que un mal ferro me mande al infierno. - Ya más calmado prosiguió - Es buen plan, escondeos y ayudadnos a dar cuenta de  esos miserables - dijo mientras se ajustaba su humilde armadura -.

Gonzalo comenzó a prepararse para combatir a lomos de su corcel, con semblante serio, dispuesto a vender caro su último aliento.