Partida Rol por web

-Mmm... si fuera algo así como un ascensor -reflexiona Luthor-, tal vez bastaría con pronunciar las palabras adecuadas...

-¡Quiero bajar! -exclama Lyra, abriendo los brazos de par en par-. ¡Bájame! ¡Abajo! ¡Por favor!

 -¿Y si en lugar de bajar la plataforma, nos bajamos a nosotros mismos por el agujero uno por uno...? Abusar de mi poder puede traer problemas a largo plazo, pero no creo que las cosas puedan empeorar mucho ahora... -aseguró el pelirrojo, proponiendo una idea que le pasó por la cabeza nada más para descartar.

Observo el hueco... La caída... Y luego como mis compañeros se rompen la cabeza.

-Yo puedo bajar.

De mi mochila saco una especie de pistola, pero con un garfio y una cuerda en un carrete.

-Alice, ¿tú llevas cuerda en tu equipo?* Sino, yo tengo esto. Está más diseñada para subir que para bajar, pero en todo caso podría servirnos. Además, yo tengo esto -señalé mis botas-. Me pueden permitir bajar sin que sufra ningún daño, aunque tiene un número de usos determinados. Podría bajar a investigar y, si no hay peligro, que vosotros bajéis por la cuerda. ¿Qué os parece?

¡Aquello molaba mogollón! ¡Cámaras secretas! ¡Pasadizos! ¡Idiomas perdidos! Molaría mucho más sin todo lo de la sangre y los espectros, claro, pero nada puede ser perfecto. 

La pregunta de Iria sorprende a Luthor y a Lyra en una incipiente discusión:

-¿¡Pero qué magia ni qué ocho cuartos!? -exclama ella, con los ojos en blanco, mientras señala la plataforma con las manos extendidas- ¡Es obvio que se trata de un dispositivo mecánico! ¡Es un ascensor, por todos los Dioses! Si por ti fuera, ¡usaríamos magia en lugar de una cuchara para tomar la sopa!

La réplica de Luthor, dedo en alto, queda colgada en sus labios. La vida de Denzel está en juego, y ellos se dedican a perder el tiempo en un debate pueril que no lleva a ninguna parte.

-Lo que sea -concede a medias, agitando la cabeza-, pero no tenemos tiempo para averiguarlo.

Lyra asiente en silencio mientras su hermano guía el orbe luminoso a través del agujero hacia el nivel inferior.

-Eh, ¿dónde vas, héroe? -interrumpe Iria, con una sonrisa irónica- ¡Deja algo de diversión para los demás!

Luthor lo prepara todo para su descenso. Saca el antiguo libro de su mochila y empieza a canalizar energía al tiempo que su hermana se sube a su espalda. Las energías del aire parecen responder ante el hechizo y sentís una ligera pesadez, pero esta desaparece cuando Luthor conjura una plataforma mística bajo sus pies que le permite descender sin problema hasta la planta inferior, iluminado por el conjuro de luz.

Lo que ve es, como mínimo, extraño. La sala donde se encuentra ha sido, literalmente, esculpida en la tierra. Puede ver los diferentes estratos que marcan el paso de las eras, incluso las raíces de las plantas sobre su cabeza, pero sin que el paso del tiempo haya deteriorado o cambiado en absoluto la estructura. Al mirar arriba e iluminar descubre que la plataforma tenía grabadas una gran runa que no le cuesta reconocer: una runa de levitación, un diseño antiguo pero muy práctico, rodeado de inscripciones que le resultan completamente incomprensibles.

Al mirar al detalle a su alrededor se da cuenta de que la sala tiene la forma de un cubo perfecto de tres metros, con tres salidas en forma de arcos que hace mucho tiempo debieron ser puertas que dan a diferentes salas, pero que ahora solo conservan la estructura original. Las raíces de la vegetación sobre tu cabeza se han abierto paso a través de la estructura y ahora la dan un aspecto siniestro. El arco de en frente está esculpido en una pared de piedra perfectamente tallada, como si fuera un solo bloque pulido, con unas puertas dobles de piedra con un extraño símbolo vagamente cadavérico esculpido en bajo relieve sobre la misma piedra.

Sobre el propio arco hay una inscripción cubierta de un limo que parece reaccionar ante la luz, generando una leve fluorescencia de color azulado. Reconoces la forma de escritura como un idioma tan antiguo como la propia humanidad, pero eres incapaz de leer lo que pone.

Estando abajo te das cuenta de que este sitio, a pesar de su estado de abandono absoluto, se mantiene en unas sorprendentes buenas condiciones, como si el paso del tiempo apenas hubiera causado estragos en su interior. Sin embargo, es preocupante que el rastro de Denzel desapareciera nada más bajar de la plataforma.

No os queda más opción que explorar el lugar en busca del muchacho.

-Despejado -declara, sin levantar la voz, mientras explora la habitación sin moverse del sitio para evitar estropear cualquier rastro que pudiera haber dejado el chico.

O, al menos, hasta convencerse de que no los hay. Es ciertamente preocupante que haya desaparecido, así, sin más. La puerta con una advertencia escrita alrededor de una calavera no da buena espina, y el limo fluorescente tampoco contribuye a aumentar su atractivo...

 Dado que parecía que el grupo se había decidido a no darle más vueltas al ascensor, tocaría ir bajando cada quién por sus propios medios, Virgilio deduciría de inmediato que, a diferencia de Iria, Alice no parecía tener nada a mano que le permitiese bajar comodamente, por lo que luego de la confirmación de Luthor sobre el terreno de abajo, sin corte alguno se acercó a ella para cargarla en sus brazos, y entonces procede a caminar hacia el agujero hasta caer por él de manera recta, con la vista hacia abajo esperando el momento indicado para parar la caída.

 Una vez abajo, dejaría a Alice de pie y se dedicaría a observar el nuevo lugar al que habían llegado, en busca de cualquier detalle que pudiese serles de utilidad ahora que el rastro del niño parecía haber desaparecido.

Sin pensarlo mucho, soy la última en bajar. Todo sin problemas, gracias a aquellas botas.

-Gracias, Virgilio. No estoy segura si las botas habrían aguantado el peso de las dos.

Aquella estancia me pareció, cuanto poco, perturbadora. No parecía haber puertas, solo aquellos arcos que conducían a la oscuridad.

-Luthor, ¿podrías mandar tu luz por aquellos arcos?

Mi pregunta fue en un tono normal, pero mi mano se posó en el pomo de mi espada. No me gustaban aquellas sombras. Nada en absoluto. 

Al mirar a través del arco de la izquierda e iluminar un poco descubrís rápidamente de donde viene el terrible hedor que llena el aire en aquella cripta abandonada.

El arco da paso a una sala de dimensiones muy superiores a la anterior (calculáis unos cinco metros por cada pared y tres de altura), solo que está tiene paredes de piedra desde donde se han colgado una veintena de cadenas de alguna extraña aleación negruzca capaz de soportar el paso del tiempo y la humedad de la sala. El fondo está cubierto por un agua estancada que hace que el hedor sea casi insoportable, y está cubierta por un limo verde casi negruzco. En una de las esquinas más alejadas del arco podéis ver lo que debía ser un sistema de alcantarillado, pero ahora está tan bloqueado que apenas deja fluir el agua.

En el centro de la sala, rodeado por el agua, hay una plataforma de piedra con restos de argollas y está sujeto a ambas paredes por unas cadenas que lo mantienen firme y flotando en medio de aquella porquería líquida. En el centro de la plataforma se puede ver lo que debió ser parte de un enrejado, pero que ahora está completamente devorado por el óxido y apenas queda metal que recuerde su anterior forma.

Para acceder a la plataforma podéis llegar a través de un pequeño puente de piedra, donde descansan dos cadenas más que debieron funcionar como un puente levadizo. Ahora el puente está caído, las cadenas son historia, y la piedra de la que está compuesto está cubierto del mismo limo que el líquido bajo ella.

Si os aventuráis a mirar a través del agujero de la plataforma lo único que veréis es que está casi completamente inundada, solo que su nivel está por debajo del resto de la sala. Un examen mas detallado de las paredes os permite ver marcas de arañazos y piedra desgastada, como si alguien intentara salir de allí con desesperación.

La sala al otro lado es curiosa. Tiene una forma semi esférica y os recuerda al interior de una catedral, con grandes arcos que sostienen una bóveda construida a poco menos de tres metros sobre vuestras cabezas. Los arcos están decorados de forma sobrecargada, pero las columnas son recias y aguantan bien tanto el peso como el paso de las eras.

El suelo está construido enteramente en piedra y tenía esculpidas estructuras de piedra que hace mucho que se hicieron pedazos y ahora apenas quedan restos de roca repartidos aleatoriamente por el suelo.

Al fondo de la sala os sorprende ver una impresionante vidriera de cristal, cuyo objetivo debía ser meramente decorativo, puesto que por detrás solo se ve una pared de piedra. Situado entre dos arcos y la vidriera más elaborada se encuentra un altar de piedra, perfectamente conservado que está labrado en el mismo estilo que las columnas; recargado y excesivamente ornamentado. Sobre el altar hay unas extrañas marcas, desgastadas por el paso del tiempo.

Abandonadas en las esquinas del fondo podéis ver lo que debieron ser los restos de dos pebeteros de cobre, casi completamente fosilizados y echados a perder.

Después de iluminar ambas salas, tal y como había pedido Iria, Luthor las observa con una mezcla de reticencia e indecisión. No tienen demasiado tiempo para resolver enigmas, pero apresurarse en un momento como este puede conducirlos a un error fatal. A primera vista, se le antoja que quizá pudieran haber formado parte de una especie de tribunal, donde el juicio tendría lugar en la tenebrosa capilla y los prisioneros (o los condenados) pasarían sus últimos momentos de agonía en la sala del foso. Alternativamente, podría no tratarse de un juicio, sino de un sacrificio. Tal vez las marcas sobre el altar arrojasen alguna luz sobre el asunto, de forma que optó por adentrarse en primer lugar en esa sala, avanzando lenta y cuidadosamente.

-Juraría que las marcas del Altar usan el mismo tipo de escritura que en la entrada, pero me resulta imposible traducirlas -comenta en voz alta para sus compañeros- No puedo sacudirme de encima la impresión de que en esta sala falla algo, pero no termino de tener la certeza de qué se trata. Quizás sea por la tensión de las prisas, o el aire opresivo, pero estoy seguro de que algo no está bien en esta sala...

Luthor recorre la estancia, sin abandonar la precaución, examinándola detenidamente para intentar determinar su función.

 El pelirrojo se limitaría a asentir al agradecimiento de la peliazul antes de que el grupo se adentrase en aquellas salas, encontrándose primero con unas cloacas que hacían más agradable el olor del exterior de las ruinas. Así mismo, la otra estaba dotada de un ambiente que desprendía historia y secretos, ocultas en las profundidades del olvido esperando ser alcanzadas por los más perceptivos...

 Mientras Luthor se dedicaba a estudiar la sala del altar, él se adentraría lo mínimo posible dentro de la sala inundada, observándola durante unos segundos antes de abrir las manos hacia los lados, y liberar un pulso de energía psíquica que recorriese todas las superficies de la habitación, buscando ejercer sobre las masas de suciedad y escombros la fuerza suficiente para apartarles y ver si ocultaban algo de interés...