Partida Rol por web

Los glifos son muy antiguos, pero la combinación de colores con algunas formas te pueden indicar que están relacionados con algún tipo de culto elemental. Aunque los colores están desgastados, el rojo del fuego, el azul del agua, verde para aire y amarillo de la tierra son obvios... Sea lo que fuera este sitio, está claro que era un lugar sagrado y muy importante.

Este sitio era un templo. No reconoces los pictogramas, pero sabes que la combinación de colores está dedicada a criaturas elementales antiguas. En uno de los libros de Arcano de Máscara de las Sombras leíste algo de una antigua raza, los Sylvain, que en lugar de adorar a los dioses seguían un culto elemental y que estaban fuertemente vinculados a esos elementos. Incluso en el Continente, lejos de su tierra natal, seguían manteniendo sus costumbres y es bastante posible que incluso estéis pisando terreno sagrado, lo que también explica las extrañas flores que solo crecen en este lugar.

Mientras espero a ver si el niño dice algo más, miro los símbolos. Incluso saco mi pequeño cuaderno e intento hacer un dibujo aproximado de cada uno de ellos:

-No tengo claro lo que son, pero creo que tienen algún tipo de afinidad elemental... No sé si representan a diferentes deidades, que corresponderían a un elemento concreto, aunque creo que tendría cierto sentido... ¿A vosotros os suenan de algo?

-Hola, Denzel -le guiña un ojo al chaval-. Soy Luthor. Juraría que eres el sumo sacerdote de lo que en su día fue un hermoso templo...

-No reconozco los pictogramas -añade, mirando a Iria-, pero por la combinación de colores diría que representan antiguas criaturas elementales adoradas por los Sylvain, una raza que, en lugar de rendir culto a los dioses, estaba fuertemente vinculada a esos elementos. Incluso en el Continente, lejos de su tierra natal, seguían manteniendo sus costumbres, y es bastante posible que incluso estemos pisando terreno sagrado. Eso explicaría también las extrañas flores que probablemente solo crecen en este lugar.

-Lo digo en serio -vuelve a dirigirse al niño-. Creo que este lugar es muy especial. ¿Tú sabes algo de él? Yo, desgraciadamente, no puedo contarte nada más.

El pobre niño se queda entre fascinado y abrumado con vuestras reacciones. Estaba claro que esa no era la reacción que esperaba.

-Eh... bueno... yo... solo vivo aquí... bueno, no aquí aquí... vivo más abajo... con mi madre... la gustan estas flores- finalmente recupera la compostura- este lugar es bonito, y es el único sitio donde crecen estas flores. No se como se llaman...- un rubor tiñe su cara de rojo- Si la soy sincera señorita hay muchas cosas que no sé. Pero me gusta este sitio, es bonito, y tranquilo.

Un ruido a vuestras espaldas os llama la atención; a esas horas las calles estaban relativamente vacías y el peculiar sonido de los cascos de una montura contra la piedra de la calzada es un sonido que automáticamente os pone en guardia.

En contra de lo que podríais pensar, una patrulla montada, formada por cinco guardias, se acerca al lugar donde estáis. Su actitud es increíblemente relajada, hablan entre ellos y apenas mantienen la formación. Casi distraídamente se meten en el interior del templo.

-Mira, tenemos nuevos extranjeros en la ciudad- chasquea uno de ellos con un claro desprecio- Seguro que Su Excelencia les recibirá con los brazos abiertos, igual que al resto de la escoria de este sitio- podéis sentir claramente la tensión de Calixto que se ha mantenido apartado de las miradas como buenamente ha podido- Bonito sitio para una reunión tenéis aquí montado...

-Eh, habéis visto que flores más raras- al mencionar uno de los soldados las flores, podéis ver como Denzel entra en tensión- Hay que admitir que son bonitas, y nunca había visto nada así.

-Los lugareños creen que les traerán buena suerte. Podrías cogerlas para hacerla un regalo a tu novia, Agbel, para compensarla por lo de aquellas prostitutas- los soldados se ríen como matones ante el comentario, incluso el soldado aludido que desciende de su montura y se dirige con paso confiado hacia las flores, sin embargo Denzel le corta el paso, mirándole a los ojos desafiante

-Será mejor que te apartes niño... si no quieres que te arranque tus bonitos ojos y se los regale a mi novia.

A sus espaldas, los soldados echan mano de sus armas sin llegar a desenfundar en espera de vuestra reacción, mientras que el soldado a pie y Denzel mantienen una dura batalla de voluntades.

Anoto mentalmente... Los Sylvain.

-Sí, conozco ese nombre. En mi hogar tenemos algunos pergaminos sobre ellos. Muchos creemos que son sobre plantas y animales, aunque no hemos podido traducirlos. Desde luego parecía una raza muy interesante. Me alegro que, con el paso de los años, hayan podido encontrar un guardián para sus flores -dije guiñándole un ojo al pequeño Denzel.

Después llegaron los soldados con aquella actitud que no me gustaba nada.

Sin pensarlo me puse delante del muchacho.

-Que alegría tener a unos guardias aquí -salude con una sonrisa-. Soy Iria, embajadora de Ash Tree. -Mientras hablaba, indiqué el símbolo de mi chaqueta-. Estoy aquí, entre otras cosas, para estudiar la cultura Sylvain y aprender todo lo posible de ellas. Tienen pinta de ser unos guardias muy cualificados, aunque me extraña que no sepan que estas flores son de una especie muy rara. Estamos haciendo diferentes estudios porque, se cree, que pueden tener propiedades curativas muy importantes, aunque siempre y cuando podamos neutralizar el veneno... -Espero unos segundos para que asimilan mis palabras-. Resulta que son muy venenosas si no se tratan de forma adecuada. Tenemos que hablar con la regente para ver cómo abordamos la situación y poder hacer una colaboración entre nuestras naciones, para intentar revitalizar la zona como ruinas Sylvain. Eso traería muchos visitantes a la ciudad y, a ustedes, seguro que les mejoran el sueldo. ¿No sería maravilloso?

Me detengo. No he parado de sonreír en todo momento.

-Sería una pena que, por un malentendido, la zona y las flores se viesen perjudicadas. No querríamos que, unas simples flores, iniciara un problema político, ¿verdad?

 La misión en la que el grupo se embarcaba exigía la mayor investigación por parte de todos, lo que involucraba la separación de la perfecta pelirroja para atender sus propias asuntos mientras el resto continuaba por otro camino.

 La llegada a aquel sector seria cuanto menos interesante para Virgilio, quién a simple vista contemplaba los restos de lo que podría ser un lugar completamente separado de la ciudad debido al estado en el que se encontraba, tratándose fácilmente de ruinas de lo que una vez fue, y aún así las personas que habitaban el distrito vivían sus vidas como si fuese la mayor bendición de todas... Él lo entendía, viendo a aquellas personas se veía a si mismo en algún punto de su vida cuando aprendió a aceptar su oscuridad, a aceptar el destino que se le había dado y no esperar nada más para ser inmune a las decepciones... Pero por eso mismo, habiendo alcanzado la luz, no pensaba regresar a la oscuridad: seria imposible para él soportarlo...

 En silencio, el psíquico observaría la interacción de Luthor e Iria con aquel niño que se hacía cargo de aquellas inusuales flores. Le resultaba sorprendente como incluso en un lugar así la inocencia de un niño podría permanecer de aquella manera: ¿cuanto tiempo tardaría en corromperlo el mundo al crecer...? En todo caso, no parecía tener ningún motivo especial para cuidar de las flores más allá de que le gustasen, algo natural en alguien de su edad que vive en esas condiciones: no habrían muchas cosas lindas y especiales que poder admirar desde allí, por lo que era normal que cuidase con tanta dedicación unas flores que en sí eran raras.

 Y hablando de corrupción, en un lugar como ese no tardarían en llegar personas interesadas en su propio beneficio, la escoria entre las personas que se jactaban de sus títulos y su poder inmerecido...

 -Hmph... -Virgilio tenía claro que se haría cargo de aquellos soldados, por las malas directamente: no podía permitir que un grupo cualquiera viniese a pisotear un lugar como ese, mucho menos cuando los trabajadores de su señor intentaban mantenerlo cuidado en lo posible. Pero antes de poder dar su merecido a aquellos soldados, Iria decidiría resolver las cosas de manera diplomática, con alguna amenaza política de por medio... Virgilio daba por hecho que podría hacerse cargo, pero por si las moscas se acercaría a Denzel para apartarlo suavemente de aquel guardia, ocultándolo detrás de él mientras dedicaba una mirada fría al soldado, enviándole silenciosamente el mensaje de que si no le importaba lo que podría ocasiona políticamente, aún tendría que preocuparse de lo que le haría él mismo,y el resto del grupo, si no aceptaba la oferta pacifica de Iria...

A sus espaldas, los soldados echan mano de sus armas sin llegar a desenfundar en espera de vuestra reacción

Luthor posa la mano sobre las suyas, relajado, listo para desenfundar en caso necesario. Decide no hacer ningún movimiento ostensible en dirección a Lyra, pero intercambian una breve mirada.

-Buen movimiento, Iria -sonríe tras la máscara-. Está claro que son una pandilla de matones; veamos si son más cobardes o estúpidos. No creo que en nuestro caso hayamos dejado demasiado espacio para la duda.

Ante la reacción de Iria, los guardias ríen a mandíbula batiente. Estaba bastante claro que no les importaba en absoluto la posición de la muchacha.

-Mira chica- el primero en recomponerse es uno de los soldados aún montados- No se quien cojones serías en tu otra vida, pero si están en el Quinto Distrito, eres una don nadie, como la demás escoria que vivís aquí. Me da igual que las flores sean venenosas, curativas o sean capaces de invocar a los putos dioses; si un Guardia de Tres Ríos quiere coger las flores, te apartas y le dejas hacer su trabajo. Lo de hablar con la Regente, ni lo sueñes; la escoria se queda en este Distrito, y si te pillan fuera de él, tenemos permiso del General Chanatos para usar cuanta violencia sea necesaria.

-Intenta engañar a otros niñata; que igual los de tu calaña se lo creen- el segundo jinete se acerca con su caballo y mira a Iria amenazante, ignorando a Alice que le mira desafiante, dispuesta a defender personalmente a su señora.

-Y mira quien es el protector de este valiente criajo- el soldado que ha desmontado mantiene la mirada, e incluso la compostura a pesar de la amenaza mental de Virgilio- El lacayo de Julius Diavolo... ¿no tendrías que ir a amenazar a algún plebeyo... lacayo?- el soldado es tan impertinente que incluso se permite el lujo de darte fuertes golpes con el dedo en un intento de provocar a Virgilio, que se mantiene impasible- Aparta y déjame coger las flores, si no quieres... ¿Cómo ha dicho la Greeny? Iniciar un problema político.

El soldado rodea a Virgilio, dándole un golpe a propósito con su hombrera blindada al pasar a su lado y se encamina directamente a coger las preciadas flores.

 Aquel tipo de personas eran del tipo que Virgilio encerraría en las profundidades del vacío si pudiese, personas que desde su punto de vista no eran mucho más fuertes que aquellos a quienes amenazaban con su título seguramente ganado por falta de personal.

 -... -las provocaciones del guardia serían respondidas por un frío silencio por parte del pelirrojo, quién no haría gesto alguno de evitar aquel empujón más allá de el esfuerzo para evitar ser tirado por este, manteniéndose en pie. Daría la espalda al guardia mientras este se acercaba hacia las flores.

Detente...

 Virgilio le daría la espalda al guardia mientras este caminaba hacia las flores, al menos hasta que el propio guardia se detendría por si solo, momento en el cual el pelirrojo pasaría a Denzel hacia adelante suyo mientras volteaba el rostro para ver al guardia por encima del hombro, con ojo juzgador.

 -¿Qué pasa...? ¿No ibas a tomar las flores, lacayo de Chanatos...? -en general el pelirrojo era alguien que no se dejaba llevar por las emociones, pero si había algo a lo que no se podía resistir era a ver a las personas que intentaba humillarles tragarse sus palabras... -. Las tienes delante, solo tienes que dar unos pasos más...

No las tomes...

 Pronunciaba la voz de Virgilio en la cabeza de aquel guardia, mientras en su mente se dibujaban aquellos ojos llenos de aros. No se conformaría con evitar que se llevasen las flores: quería enseñarle a ese guardia, y sus compañeros, la diferencia que había entre él y cualquier lacayo...

Ataca al guardia delante de Iria...

Sonrío ante el comentario del guardia.

Mi brazo se convierte en un borrón, desenfunda mi arma y la hoja de mi espada, en un instante, se encuentra a un milímetro de la garganta de aquel guardia.

-Cierto, hay escoria en este distrito. Por eso les vamos a dar dos opciones. O se retiran de aquí, ahora mismo; o se contará que, unos escorias de guardias, intentaron sobrepasarse con una embajadora y dos valientes aventureros salieron en su ayuda. 

Acercó un poco la hoja para que note el frío contra su piel. 

-Ustedes deciden. 

Este lugar está podrido... ¿Quién puede decir que las personas de este distrito son escoria? ¿Cómo pueden permitir que hagan estas cosas? ¿Contra personas? ¿Contra niños? ¿Qué está pasando aquí? 

Las cartas estaban echadas. Los ojos de Virgilio emitieron un extraño brillo mientras entraba en la mente del guardia, pero este, aunque tuvo un leve momento de duda, se recompuso justo a tiempo para apartar la mano de Luthor de su arma y empuñarla él mismo.

En ese momento, las flores eran algo secundario, y dos de los guardias montados descendieron de sus monturas y sacaron sus armas mientras los otros intentaban calmar a sus caballos al tiempo que hacían lo propio con las suyas.

Estaba claro que aquellos soldados no se iban a dejar amilanar por las amenazas, y el guardia al que apuntaba Iria apartó la espada de una rápida estocada para hacerla frente con mirada desafiante.

Habían agotado rápidamente la vía pacífica, si alguna vez la habían tenido.

Alice cogió a Lyra y al pequeño Denzel y los escondió tras una de las paredes medio derribadas del templo mientras los contendientes tomaban posiciones y calibraban a sus enemigos, vigilados por la atenta mirada de Calixto que había permanecido impasible con ojos fríos y serios.