Partida Rol por web

Apenas tarda un momento en volver en sí, pero esa breve ausencia es suficiente para que os preocupéis por ella. Un solo momento de descuido que casi os cuesta demasiado caro, puesto que un minuto después de que Dama Verith vuelva en sí, una impresionante figura vuela sobre vuestras cabezas, proyectando su imponente sombra sobre vosotros y atenazando vuestros corazones con una sensación de terror.

La imponente bestia se aleja lo suficiente como para volver a plantear su trayectoria, trazando un vuelo rasante sobre la montaña para aterrizar abruptamente sobre la montaña, levantando con sus alas un vendaval de viento, hojas y hierba súbitamente arrancada de la misma piedra.

La criatura era una extraña amalgama de otras bestias. Su rostro recordaba al de un felino, de pelaje tan blanco como la nieve y ojos negros como una noche sin luna; orejas puntiagudas y cuernos astados rematados en letales puntas óseas. Sus alas eran correosas y enormes, y su macizo cuerpo estaba cubierto de una espesa capa de pelaje que terminaba en unas peligrosas garras de uñas negras que se clavaban en la piedra.

La imponente bestia os mira con sus ojos antiguos y lanza un rugido amenazador.

Ese era el guardián al que hacía referencia el fantasma, y parecía dispuesto a acabar con cuantos intrusos se crucen en su camino.

Ante la nueva carta de R,decidí no hacer movimiento alguno,dejaría que corriese la sangre libremente para demostrar la incompetencia del Consejo para mantener el orden,era necesario presionar al descendiente de la sangre real,pero también era necesario que esto ocurriese para poderle decir ¨Su Alteza Real,¿hasta cuando hará la vista gorda de la sangre que corre por las calles cuando con usted asumiendo lo que por derecho le corresponde y evitar que esto llegue a mayores?,porque si usted no lo hace,no frena esto asumiendo su trono,esto puede convertirse en una revolución contra el sistema y nos despediríamos de la única oportunidad de que usted vuelva al poder,¿es eso lo que desea en su corazón?.Dígame con toda honestidad,¿desea seguir viendo como sus súbditos mueren mientras usted duda?¨.

Por lo que a continuación llame nuevamente a las gemelas para decirles:

-Preparen las defensas de la mansión y que Yuri se encargue de hacer las compras suficientes de comida esencial para resistir de ser necesario dos años aquí dentro,también preparen vias de escape para salir de aquí si es necesario con algún lugar seguro para sobrevivir si el Consejo llegara a perder el poder y debamos de adaptarnos al nuevo orden que se levante en su lugar.

No estaba demás estar preparado para cualquier contingencia,además contaba con que si esto seguía tarde o temprano la presión también llegaría a las puertas de la mansión del Heredero al Trono,por lo que quería también tener ojos y oídos alrededor de ese lugar para que de esta manera si atacaban allí pudiera rescatarlo y me debiese la vida.

Así que agregue:

-Además quiero que haya ojos y oídos alrededor de El Señor Irion todo el tiempo,nada de lo que el haga o deje de hacer,va a escapar de mí atención,debo de estar constantemente informado.

Si Su Alteza Real aparte de ser un cobarde tenía otras debilidades que pudiera explotar de el para presionarlo mejor que mejor.

-¿Flores sanguinas? ¿Aquí?

Aquello no me gustaba. Aquel tipo de flores indicaba mucha, mucha sangre... ¿Mataron aquí a la familia? ¿Y quién? Pero parece que mis preguntas fueron escuchadas cuando vi a aquella bestia sobrevolarnos.

-¡Es el Guardián! ¿Me lo puedo quedar? ¿Me lo puedo quedar?-grité con entusiasmo-. Seguro que si acabamos con él, lo que retiene a esa familia tal vez desaparezca. ¿Qué os parece? -miré a la criatura-. Creo que no tiene ganas de hacer amigos.

Desenvainé la espada con un movimiento rápido y flexioné las piernas para coger impulso.

-¡Vamos a ello!

A toda la velocidad que me permitían mis piernas empecé a correr hacia aquella espectacular criatura. Salté en zig-zag, de un lado a otro, para evitar que el monstruo pudiera anticiparse a mi ataque. 

Y, cuando apenas estaba a un par de metros de él, cogí la espada con ambas manos e intenté golpearle en uno de sus flancos. 

-¡Verith! ¡Intenta que no alce el vuelo! ¡Luthor! ¡Dispara a las alas! 

El descanso había resultado satisfactorio... sorprendentemente satisfactorio, sobre todo para estar en una casa embrujada. El sonido en la planta baja hace que Luthor se levanté sobresaltado buscando a su hermana con la mirada al tiempo que coge las armas y baja corriendo. Al llegar abajo y ver a Alice preparando el desayuno, baja las armas en actitud inofensiva sintiéndose algo tonto. - Muchas gracias Alice. Subiré a cambiarme - Dijo en un tono monocorde, había conseguido calmarse rápidamente y aún tenía la voz ronca de recién despertado. No llevaba el cubrebocas que usaba habitualmente, mostrando un rostro normal, incluso ligeramente atractivo, pero nada que resaltara para llevar cubierto. 

Una vez cambiado, desayunó con ganas. Tenía hambre y se sentía descansado. Al salir, recogió con cuidado unas pocas de esas extrañas flores antes de seguir el camino, silencioso como era habitual en él. 

Cuando aparece aquella criatura el primer instinto de Luthor es desenvainar su arma, de primeras la que llevaba al lado izquierdo al tiempo que con un movimiento desplaza a Lyra hacia atrás, lejos del peligro. Al ver como su compañera se lanza a la batalla el joven apunta con cuidado hacia las alas y dispara con la precisión acostumbrada. Por un momento había dudado de sacar la otra pistola, pero no quería gastar una de las cargas mientras nadie corriera peligro. 

El fuerte ruido desperezó a Verith al instante. La dama se levantó y acudió presta a la sala inferior de la cabaña, comprendiendo al ver a Alice que la joven estaba peleándose con los útiles de cocina para elaborar el desayuno. La pelirroja suspiró con tranquilidad al ver que nada malo sucedía.

- No te preocupes Alice, es muy amable por tu parte prepararnos la comida... - dijo la Dama con su toque de bondad, un gesto que comenzaba a salir mucho más a menudo y conforme se relajaba con respecto a sus nuevos acompañantes

Tras haber repuesto fuerzas, Verith salió hacia fuera y caminando cerca del cobertizo donde se despiezaban los animales cazados, quedó sumida en sus propios pensamientos, algo que para Luther era común de ver, estaba teniendo otra de sus visiones.

- El camino siempre es largo y debe continuar... Así ha sido desde el inicio... - susurró Verith sin entender bien qué era lo que decía -...Pero ella encontró con quien casarse... No siguió los pasos de su abuela, ella quedó atrás... Y se casó con un sastre de aquí, se quedó embarazada y no sabía si volvería a viajar atravesando las montañas... Quizás, quizás lo haga...

Verith tragó saliva, parecía que volvía en sí cuando una enorme bestia sobrevoló las cabezas de los presentes para aterrizar sobre la montaña. Era un ser extraño, como si estuviera hecho con muchas criaturas, un guardián de pesadilla que no iba a consentir que continuaran el camino tras haber parado en aquella maldita cabaña que tanto podía haber sido su refugio, quizás ahora fuera el sitio donde perdieran la vida.

La dama escuchó la petición de Iria, y tenía razón, si la criatura no levantaba el vuelo sería más fácil que sus compañeros pudieran acertarle, así que Verith utilizó su poder biokinético para impedir que las alas pudieran moverse y con ellas elevarse. Si aquel guardián deseaba hacerles frente, debería ser desde tierra.

El Guardian queda sorprendido al descubrir que sus últimas presas no son tan fáciles de amilanar como los cazadores con los que se había cebado recientemente. Con todo, estaba dispuesto a tomar un desayuno con las tres presas que se habían puesto delante.

Su hambre lo había mantenido en letargo durante mucho tiempo, y ahora que estaba despierto había descubierto presas sabrosas y emocionantes que saciaban un hambre que ni sabía que tenía. Cazar animales era fácil, pero no suponía un reto para el depredador; cazar humanos era bastante más divertido.

Los ataques de los aventureros fueron precisos y letales. Atacaban con rapidez y penetraban la gruesa piel de la bestia casi sin problemas, haciendo que esta se quejara con cada nueva herida. Sin embargo, lo que más la dolió fue que, por alguna extraña razón, sus alas le habían dejado de responder, y aunque podía moverse, era incapaz de remontar el vuelo para atacarlos con un ataque rasante. Consciente de su propia limitación, de decantó por el que parecía el más peligroso de los "ratones", un hombre con armas extrañas que había causa gran daño a la bestia. Se abalanzó sobre él con intención letal, pero sus alas inmovilizadas le jugaron una mala pasada y su ataque no fue tan preciso como le hubiera gustado.

Después de dar las ordenes correspondientes suspire y pensé en la mejor manera de encarar a Su Alteza Real por lo que debería volver a ir a hablar con el.

Así que después de preparar la mansión para cualquier posible ataque con sus contra-medidas posible,envié de nuevo una misiva a Lord Irion para volverme a encontrar con el.

Esperaba que me recibiera,pero ya ahí dependería de la suerte.

Con la respuesta de el,volvería ir a su encuentro para intentarlo convencer nuevamente de que se alce con el trono y que ponga orden en la ciudad.

Una gran sonrisa se dibujo en mi rostro al ver el trabajo en equipo.

-¡Buen hecho! -grité de alegría, hasta que vi aquella cosa se abalanzaba contra Luthor-. ¡Alice! ¡No te acerques! ¡Quédate atrás!

Aprovechando que el guardián se encontraba de espalda a mí, aproveché la oportunidad. 

Corrí a toda velocidad, salté girando en un tirabuzón en el aire y, aprovechando la inercia, intenté asestar un potente golpe con mi espada contra una de las alas de aquella criatura.

Si le inutilizábamos una de ellas, Veirth podría centrarse también en atacar y no solo en contenerlo. 

La recepción en casa del noble fue sorprendentemente rápida; parecía como si estuviera esperando tu misiva para poder invitarte, o quizás era que tenía demasiado tiempo libre y necesitaba ocuparlo de alguna forma.

Bien entrada la tarde tenías la cita con Lord Irion, que estaba como siempre en su estudio. Tuviste que esperar un poco a que terminara la audiencia con un Perfecto, y no querías ser visto por nadie salvo que fuera absolutamente imprescindible.

Cuando entraste en el estudio estaba todo como siempre, y el noble estaba aparentemente distraído con unos papeles, una simple pose para aparentar que su tiempo era quizás muy valioso, y no estaba demasiado dispuesto a perderlo. El chico podría tener sus defectos, pero había aprendido bien ciertos trucos de la corte para expresar sus emociones sin decir palabra.

-Espero que esta visita sea más tranquila que la última vez, señor Bright- el heredero no levantó la vista de los papeles, pero por el tono de voz sabías que tenías que medir tus palabras con cuidado si no querías perder tu oportunidad- Y que al menos me traigas algo más que rumores y conspiraciones, más dignos de una esposa aburrida que del emisario del mismísimo Maese Arcturus.

Primero que nada hago una reverencia a Su Majestad para luego negar con la cabeza y a continuación luego de pensar muy bien mis palabras comenzar a decir:

-No vengo aquí Su Majestad a hablar de los temas que toque la vez pasada cuando hable con usted,al contrario,vine a aquí a conversar con usted y mostrarle un futuro brillante a donde se puede dirigir la ciudad Puerta de Dragón una vez que usted tome su lugar que le corresponde por derecho,¿me permitiría que me explaye acerca de este grandioso futuro que le vengo a proponer Su Majestad?.

Todo esto lo decía en un tono neutral que no fuera considerado como insultante ni tampoco como amenaza a nada,después de todo vine con la intención de mediar para que Lord Irion se hiciera con el poder y aceptara de una vez por todas su destino.

Iba a rejuntar todos mis conocimientos de años mas los datos que había obtenido por ser el emisario de Lord Arcturus para mostrarle un futuro digno no solo de un Rey sino de un dragón mostrandole ganancias mas allá de las imaginables si es que me permitía continuar con la conversación.

Si el sueño profético no se equivocaba y realmente quien tenía aunque sea una sola gota de sangre de dragón corriendo dentro de el lo que dijera a continuación le llamaría mucho la atención.

Si no lo hacía eso significaba que la sangre de dragón estaba tan diluida que sería imposible de convencerlo con nada a este títere pero no venía aquí a fracasar,venía para tener éxito e irme con la respuesta de que aceptaría ascender al trono y tomar su lugar donde nunca debió de irse en primer lugar.

Si algo tenía claro la Dama Verith era que de todas las muertes posibles, la que no se le pasaba por la cabeza era ser devorada por una criatura inmunda que acechaba una cabaña perdida de la mano de los dioses. No, bajo ningún concepto. De aquella iba a salir y sus humanos también.

- Maldito esperpento... - masculló la fémina concentrándose para evitar que las alas del bicho se movieran, no iba a permitir que emprendiese el vuelo porque aquello sería sinónimo de ataques violentos con mayor probabilidad de impacto, algo que a toda costa evitaría.

Notaba que debía seguir concentrando su energía psíquica en contener al animal, de lo contrario podría hacer mucho más daño y Luthor se había llevado la peor parte del encuentro.

- ¡Tengo sus alas atrapadas! ¡Luthor ataca por el flanco o la espalda no de frente!... - indicó con la esperanza de que no se llevara ningún otro mordisco - ¡Lyra quítate de en medio!... - advirtió, aunque seguramente la muchacha habría sido lo suficientemente lista como para hacerlo.

Notó una punzada de dolor donde la criatura le había impactado, sus ropas se teñían de rojo oscuro mientras el joven trataba de mantener la consciencia después de aquel golpe... 

Con un ágil salto se abalanzó detrás de algo que le sirviera de cobertura mientras respiraba con dificultad y cubría su herida con la mano izquierda, la mano derecha dejó caer la pistola para sacar la que guardaba en la funda trasera del cinto... era criatura terrible... esperaba que esto fuera suficiente para no tener que recurrir a otros medios... 

- Estoy bien - Dijo con la voz forzada ante la preocupación de Dama Verith

El Guardián recibe una feo corte de la espada de Iria, que penetra por debajo del plumaje en uno de los puntos blandos bajo el ala, haciendo que la sangre salpique la tierra y obligando al Guardián a tomar una actitud mucho más agresiva con su futura comida.

Podía sentir como el entumecimiento de las alas se pasaba, y siendo libre para actuar, se elevó con un poderoso movimiento para caer sobre sus víctimas en un peligroso picado. Iria, que era la que más cerca estaba recibió la peor parte del impacto, rodando por el suelo por un golpe directo de las garras del ala, Luthor se agachó en el momento justo en que pasaban por encima suyo, y Dama Verith solo recibió un impacto en la barbilla cuando remontaba el vuelo, justo a tiempo para volver a aterrizar a una distancia prudencial de su comida.

Aquellos ratoncitos eran astutos y poderosos, pero el Guardián era más poderoso, y aún le quedaban un par de trucos, que no dudaría en usar en caso de ser necesario.

-Ya hay gobernantes que gestionan el gobierno de Puerta de Dragón- responde con pesar en la voz- Renuncié a mi derecho de sangre porque es lo que tenía que hacer. Los Perfectos son más sabios y más consecuentes con sus propios actos de lo que cualquier humano podrá ser nunca. Saber que soy el fruto de una línea de sangre antigua... fue un cargo que nunca quise, de las pocas elecciones que he tenido en mi vida... Y hasta ahora no me he arrepentido de eso. Pero si creéis que vais a convencerme, adelante, soy todo oídos.

Antes de empezar a hablarle del futuro pensé muy bien lo que diría para luego de unos momentos decir:

-Me gustaría conocer mejor su historia,una cosa es escucharla por terceras fuentes y otra muy distinta es escuchar dicha historia de quien lo vivió en carne propia,así que por favor,soy todo oídos.

Dije esto esperando a que Lord Irion bajara la guardia y después de escucharle comentarle mi propuesta.

-No es la historia épica que pueda pensar, sobre el ascenso al poder y caída- rememorar de donde venía estaba claro que era algo doloroso para él- Mi padre, bueno, era un hombre de bien, creía en lo que hacía; tenía una causa y un objetivo. Ni siquiera recuerdo cuando se enteró de su Herencia; solo sé que algunos Perfectos vinieron a nuestra casa, humilde, del Distrito de Cobre, y afirmaron que tenía sangre del Emperador Dragón, que nuestro linaje se extendía hasta el Primero, a pesar de que creo recordar que el último de ellos murió sin dejar descendencia...

-Como te he dicho, mi padre tenía un sueño; quería que humanos y Perfectos trabajaran en armonía. Estuvo al lado del Consejo, aprendió cuanto pudo sobre sus movimientos... pero no sirvió de nada. Las cosas iban demasiado deprisa para él, todo estaba cambiando demasiado rápido... A veces pensaba que la Era de la Humanidad había terminado... Se esforzó porque los humanos pintáramos algo en la nueva sociedad, desde la armonía con los Perfectos...

-Mientras, yo recibía la educación de los reyes, pasé de ser un niño triste en el Distrito de Cobre a tener una suntuosa mansión en el Distrito Corona; entrenado por los mejores maestros de esgrima, educado en arte, historia, educación y etiqueta... Nunca me interesó especialmente la política, solo quería llevar una vida simple... Cuando eres joven no puedes elegir, y al crecer, tu sangre toma las decisiones por ti.

-Así que cuando mi padre cayó enfermo tuve que tomar el control de la hacienda familiar. Dejé de lado a los cortesanos pelotas que solo buscaban cobijarse en mi sombra para hacer una vida lo más tranquila que pueda o me permitan. Y siguiendo las sugerencias del Consejo; con la muerte de mi padre renuncié a mi derecho de gobierno para tomar un papel secundario en la política. Ahora soy un asesor Humano para el Consejo. Ellos me escuchan, atienen a los necesitados... La Guerra ha sido culpa de Nueva Alexandria, si hubieran hablado con Maese Arcturus habrían podido llegar a un acuerdo... Siempre ha sido un hombre muy atento, me ayudó mucho con la muerte de mi padre y ha sido un gran apoyo para mí... es el hombre al que más respeto sin lugar a dudas. No seríais el primero en pensar que soy un pobre niño rico, pero nunca he querido poder, ni he tenido ambición alguna. Creo en la justicia, en el equilibrio de poder, y que la sociedad, lejos de ser perfecta, puede madurar. Uso mi influencia para el bien común, pero no quiero destacar... ni convertirme en un tirano. La historia nos ha enseñado que eso nunca termina bien.

-Y ahora, en tiempo de guerra, no dejan de aparecer insurgentes que quieren desatar aun más caos sobre la ciudad; en lugar de luchar del lado del Consejo, se lanzan contra ellos... como si no tuvieran ya suficientes problemas con la guerra y los terribles rumores en contra de Arcturus. Lo único que conseguirán con eso es más muerte.

Escucho atentamente la historia de Lord Irion hasta el final pensé que me contaría una historia mas interesante,mas llena de detalles como se esperaría de alguien que pertenece a la realeza y que las motivaciones que lo habían llevado a renunciar a su derecho al trono era mas que el simple cliche de ¨mi familiar x se muere pero no soporto la presión renuncio a la corona¨ era una historia mas del montón,encima el barrio que el mencionaba yo lo conocía porque cada tanto recorro las calles de la ciudad.

Si bien es un barrio humilde no es de los barrios peligrosos de la ciudad,por lo que a continuación después de sopesar la información que me habría brindado Lord Irion diría:

-Si no es mucha molestia Su Majestad,dígame ¿acaso usted posee tablero y las piezas de ajedrez?,me gustaría retarle a una partida.

Después de decir esto comencé a caminar por la biblioteca mientras pensaba en lo siguiente que diría y observaba todo,si la respuesta fuese negativa agregaría:

-Entonces,con su permiso Su Majestad,me gustaría llamar a mi conductor Jarvis para pedirle que traiga de mi mansión mi tablero de ajedrez con las piezas,como dije,me gustaría retarle a una partida amistosa,si le parece bien.

La partida de Ajedrez me diría mucho mas de la psique de Lord Irion de lo que el quisiera admitir con esto lo evaluaría y no importaba el resultado al menos no por ahora.

-Nunca me han interesado ese tipo de juegos- dijo con resignación al ver que insistes en retarle a un duelo- Ni siquiera conozco las reglas; se que consiste en llegar al rey del otro jugador, y que algunas de las fichas se mueven de forma peculiar, pero nunca he tenido la paciencia necesaria para juegos tan sofisticados.

-Mi padre solía decir que llevar la corona era como una gran partida de ajedrez, y quizás algún día le habría gustado enseñarme, pero estaba más interesado en jugar con nobles que con su propio hijo. Con todo, si insistís, me temo que tendréis que tener paciencia; como ya os he explicado, ni siquiera conozco el juego.

La herida era profunda... De un solo golpe me había desgarrado un buen trozo.

De forma automática puse la mano sobre la herida para intentar contener el flujo de sangre. Pero aquello no sería suficiente. Si quería curarla bien, primero teníamos que terminar con aquella cosa. Y aún me quedaban fuerzas suficientes para conseguirlo.

Empuñé con fuerza la espada y, esta vez, en lugar de intentar ir a por la parte en el que el ala se conecta con el cuerpo del guardián, fui a por la membrana de estas. No hacía falta amputarle el ala para dejarla inservible. Si producíamos suficientes heridas en las membranas, estás no le permitirán alzar el vuelo.

Haciendo acopio de todas mis fuerzas, salté en el aire y lancé la espada contra dicha membrana*, clavándose en ella y, por un instante, clavándola al suelo. Sabía que no sería suficiente por eso, en el descenso, caí sobre el pomo de mi arma, clavando está aún más profundo. Con una pirueta bajé al suelo, empuñé la espada y, con un tirón con barrido, la extraje del suelo intentando causar los máximos daños.