Partida Rol por web

El nuevo nos explicó a muy groso modo en qué consistía su habilidad y eligió un nombre para que nos refiriéramos a él, mientras la pelirroja nos soltaba algo más de información y Dawn coincidía con la señora en que deberíamos ir a por Martha.  Bueno, en realidad, había ordenado que fuéramos a  por Martha, y no sólo eso, volvió a referirse a mí de forma inadecuada.

- Tótem, no es tan difícil. – dije molesta por su actitud.

Estaba de acuerdo con Dawn, pero su forma de organizar las cosas no me gustaba para nada, sin embargo esa sería una conversación que debía dejar pendiente por el momento. Entonces cerré los ojos para invocar a Colton.

El pequeño cuervo sombra apareció volando desde la oscuridad que se formaba tras una de las cortinas, y se puso frente a mí agitando sus alas.

- Colton, ¿Podrías seguir a esta chica? – le dije, señalando a la pelirroja. – Avísame si la ves en peligro o actúa de forma sospechosa. – le acaricié la cabeza antes de dejarle ir. – Gracias. - sonreí.

Colton se dispuso a seguir a la chica, y volví a dirigirme a los demás.

- Deberíamos tener un plan, no podemos entrar así en grupo a por Martha. ¿Alguna sugerencia?

El pistolero asegura que van a ponerme al día, cosa que agradezco y espero con paciencia. No estoy acostumbrado a este tipo de cosas, no conozco las reglas ni se lo que se espera de mí exactamente, pero parece que ellos saben bastante al respecto. Aunque den la impresión de no estar demasiado organizados, precisamente.

La pelirroja sigue empeñada en marcharse, pero antes da una dirección. ¿Para qué? Ni idea, supongo que para que vayamos allí, pero no se a qué. Parece que hay un tipo que da poderes a la gente, y no se por qué me da que es el malo en todo esto.

Al que tendré que eliminar, seguramente...

Shazael ya está tomándose libertades que no debe. Ni siquiera sabe de qué va la cosa y ya quiere sangre. Bueno, ese "seguramente" significa que al menos empieza a dudar, es más de lo que hacía antes.

La rubia, ¿Psiónica?, comenta algo de mi nombre. Puedo sentir a Shazael revolverse en mi interior, excitado, pero ignoro sus comentarios y pensamientos.

El rojo no tiene nada que ver con ideas políticas -Aclaro, divertido por la confusión- Es sólo un color. Cuando lo veáis, comprenderéis por qué. Y lo de capitán... digamos que ese ente fue capitán de un barco pirata en otra vida.

Sigue hablando de lo que debemos hacer. Parece que hay dos objetivos y no está claro a cual acudir primero, si a buscar a una tal Martha, no tengo claro si para rescatarla de alguien, o a por ese Ben, que está claro que es un tío chungo y además va dando poderes por ahí. Ni siquiera tengo tiempo para pensar cual de las opciones me convence más, cuando el tipo de la máscara toma la decisión por todos. ¿Es el jefe? Ni me había dado cuenta de que este grupo tuviera uno, aunque ese tono condescendiente que emplea conmigo no me termina de gustar. Y a Shazael menos aún.

¿Ese tipo es el jefe? ¿En serio? ¿Con esa oratoria, ese porte y ese estilo? Mi antigua tripulación le hubiera pasado por la quilla antes de abandonar puerto, de hablarles así... ¿Sabes que el capitán debo ser yo, verdad? ¡¡Libérame y convertiré a estos desordenados rufianes en una verdadera tripulación!!

¿Sabéis exactamente donde está? -Intervengo cuando la chica india, Tótem, comenta la posibilidad de elaborar un plan- Porque sabiéndolo es tan sencillo como cogerla y desaparecer -Me encojo de hombros- ¿Os he dicho ya que me teletransporto?

Guardo mi pistola, y ahora miro a la pobre Elizabeth.

- Señora, no se preocupe. Mantendremos a Martha a salvo. Usted póngase al día con el seguro, y esperemos que su perro se recupere bien. Y no olvide decirle a la policía que no tiene ni idea de que ha ocurrido,...- me giro, y hago un gesto a mis compañeros para abandonar el piso, mientras termino de hablar.- ...porque nosotros no hemos estado aquí.

Una vez fuera, me giro para hablar con los demás.

- Creo que más o menos tengo un plan. Aún debo trabajar en los detalles, pero... A ver, necesitamos un poco de información antes de entrar en la habitación de Martha, solo por si acaso. Psiónica, Capitán, vosotros sois los que váis más normales, dado que me parece que Dawn no tiene intención de quitarse el casco. Tótem llama la atención demasiado, y ni mis pintas ni mi acento ni el bulto de mi pistola son precisamente tranquilizadoras. Pero no pasa nada. Psiónica puede mandarnos un mensaje cuando crea que podamos entrar en la habitación de Martha.

Hago una pausa. Me enciendo otro cigarro, y lo uso para señalar el cielo.

- Lo haremos volando, a través de la ventana, para que no se nos vea desde dentro. Dawn puede elevarse por su cuenta, y yo puedo llevar a Tótem. "Pero Tornado, ¿cómo vas a levantar el vuelo y colarte por una ventana sin que nadie se entere?". Pues así.

Invoco una ráfaga leve de viento, haciendo que vuele algo de polvo del suelo.

- Levantaré una polvareda alrededor del hospital. Los viandantes usuales van a estar demasiado ocupados rascándose los ojos que mirando al cielo. No será muy sano, supongo, ni especialmente discreto, pero mantendremos el anonimato. ¿Me seguís?

La joven se concentró hasta comenzar a arder y volverse una nube de humo y ceniza. Notásteis la casa calentarse aún más y llenarse del olor a algo quemado que era ella misma.

La nube de humo se dirigió hacia el desagüe del lavadero y fue colándose hasta desaparecer.

Colton, el espíritu del cuervo negro materializado, se posó encima del grifo y se quedó pensativo. No podía seguir a la mujer por allí. Lo único que podía hacer era patrullar la zona para ver si aparecía en un lugar visible, de modo que echó a volar y salió por la ventana que Tornado había roto.

Carrie se cruzó de brazos, otra vez el grupo hacía lo que les venía en gana en lugar de seguir la lógica. Ir a por Martha significaba que Ben conseguiría nuevos aliados. El problema es que ella sola no iba a aventurarse en el almacén, porque era un suicidio. Así que no le quedaba más remedio que seguir la voluntad de la mayoría.

- Elizabeth sabrá dónde está Martha.

Ante sus palabras la aludida negó.

- Mi hermana no me ha llamado para decirme la habitación. Pensaba que se habría quedado el móvil sin batería.

Carrie bufó porque nada salía bien.

- Entonces yo puedo entrar y controlar a alguna persona de Información para que busque el dato.

Comentó buscando la forma más rápida de actuar según su forma de pensar.

Míralos, no te han hecho ni puto caso, si ni se hacen caso entre ellos, o al que se comporta como si fuera el capitán cuando es evidente que no tiene lo necesario para serlo...

Trato de ignorar a Shazael, pero lo cierto es que, pese a que me cueste admitirlo, no puedo quitarle la razón en esto. Este grupo no es que esté desorganizado, es que es un desastre. Y no soy yo el mas apropiado para decirlo con la vida tan desordenada que llevo, ni quién para tratar de poner orden, pero así no parece que vayamos a ninguna parte.

Por algo la moza de tu doctor me quería aquí, el capitán puede enderezar el timón si le dejas...

Ufff... La debilidad del grupo alimenta a Shazael, como esto no cambie va a volverse tan inaguantable e incontenible que cuando le libere por necesidad no podré dejarle mucho tiempo libre antes de que se desmande.

Eh... Ya se que soy el nuevo, el intruso y el novato, pero... -Empiezas de puta madre, grumete, ¿por que no lo dices mientras friegas la cubierta de rodillas?- ¿Por qué es tan necesario que entremos todos a donde esa chica? Volar, levantar nubes de polvo para cubrirlos... Si Psiónica puede averiguar donde se encuentra, yo puedo cogerla y desaparecer en tris. -Chasqueo los dedos, encogiéndome de hombros tras hacerlo- En un sólo "salto" puedo reaparecer a un kilómetro y medio de distancia, ventaja suficiente para cualquiera. Quedamos en un lugar discreto y la llevo con vosotros sin enfrentamientos ni batallas de súper seres en medio de un centro hospitalario...

Algo que no me apetece para nada, sinceramente.

Porque eres un soso...

Escucho las palabras de todos, y aunque mantengo la calma por dentro estoy cada vez más nervioso. Desde que he conocido al grupo he sabido que esto no iba a acabar bien. Somos un grupo de inadaptados, y la mayoría están muy lejos de ser superheroes. Lo peor de todo es que mi actitud tampoco ha parecido ayudar. Pues en lugar de conseguir que se amilanen se lanzan más de cabeza al riesgo. Tengo que hacer algo, pero no se muy bien el que. Para colmo la pelirroja se ha zafado de todos y a saber que hace ahora.

-No vamos a montar ningún circo.- Digo tras escuchar el plan de Tornie y las palabras del nuevo.- Para que la chica localice a Martha tenemos que ir al hospital. Se que ninguno estamos acostumbrados a trabajar en equipo, pero ahora mismo una chica está en peligro. Para colmo la pelirroja se ha esfumado, y no sabemos donde ha ido. ¿A casa a esconderse? ¿al hospital a por Martha? ¿a contarselo todo a Ben?
Eso ahora da igual, vamos a hacer las cosas bien. En el hospital nos separaremos, Psiónica y yo nos dirigiremos al mostrados. Vosotros tres esperar en recepción por si veis algo raro. En cuanto la tengamos salimos de allí rumbo a casa de Extraño.

Dicho esto me quité el casco, no podía andar con él por el hospital y lo deje sobre una de las mesas que aun se mantenían en pie.

-Y ahora, ¿puedes teletrasportarnos a todos allí?- Le pregunté al nuevo.

Empezaba a plantearme seriamente qué estaba haciendo allí. Había asumido este momento como el centro alrededor del que había girado mi existencia en los últimos años. Y ahora... Ahora todo resultaba demasiado caótico, demasiado decepcionante. Al principio había estado convencida de que podríamos formar un equipo, pero horas después mi visión había cambiado de forma radical.

Al menos, finalmente, Dawn tomó las riendas.

Quién me iba a decir que el que tomara nuevamente las decisiones me iba a alegrar.

Si tenía que esperar en recepción sería mejor ser algo más discreta. Cerré la cazadora vaquera para tapar mi abdomen descubierto, y poco a poco fui deshaciendo mis trenzas, dejando suelto mi largo cabello negro. Por último, retiré aquellos pendientes de plumas que tanto me gustaban y los guardé en un bolsillo.

- Lista, cuando queráis nos vamos.

¿Circo?

A los ineptos como éste hay que pasarlos por la quilla. -No hacemos esas cosas, demonio- Eh, mira las cosas que dice, sería por el bien de la tripulación, un pequeño sacrificio heroico...

Acallo a Shazael, pero se que se alimenta de mis propios pensamientos. Habla de no montar un circo, cuando lo que yo propongo es tan sencillo como desaparecer y desplazarnos a un lugar discreto. Hace un instante hablaban de que esa chica no estaba sola y que podría haber problemas, y parece que prefiere arriesgarse a montar una pelea en medio de un hospital a hacer las cosas con un poco de tacto.

Vamos, Dom, libérame, esas chicas necesitan también de mi "tacto", jeje.

Lanzo un suspiro similar a un bufido, a medias por las palabras del tipo que se quita el casco, a medias por las más que cuestionables intenciones de Shazael. Me encojo de hombros y meto las manos en los bolsillos del chándal, contrariado.

Si lo único que quieres es un taxi, pues sí, puedo hacerlo. -¡Hey! ¿Ironía? ¡¡Jajaja, ese es mi chico, te estoy enseñando bien!!

El comentario de Shazael me hiere más de lo que debiera. Extraño me garantizó que el demonio cambiaría tomando cosas buenas de mí, pero que no sucedería a la inversa. Este tipo de comentarios no son propios de mí, ¿es acaso la influencia del demonio? Prefiero pensar que si cambio es porque la vida, y no el demonio, me está enseñando y cambiando. En cualquier caso, me temo que no me queda más remedio que soltar la correa de Shazael por un rato.

Joder, menuda mierda. Me da un escalofrío sólo de pensarlo.

Siiiii... Vamooooos...

Como no respetes a las chicas, demonio...

¡¡Hey, tranquilo, se como tratar a una dama!! Jiajaja...

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Sucede en apenas un parpadeo. Como una explosión, una bomba de humo concentrado, escarlata, que se expande y contrae de forma inmediata. La explosión, muda a excepción de un pequeño siseo, retuerce la piel de Dominic, parece que la quema junto con sus ropas, desvelando una piel interior roja como la sangre, en un rostro de ojos brillantes y mirada maquiavélica, que desaparece cuando se disipa el humo.

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¡¡LIBRE!!

Desaparezco de delante del imbécil del casco, dejando que mi paso por el infierno se convierta en un parpadeo, un guiño a quienes quisieran verme de vuelta. Oh, sí, todo es una broma, una provocación. Como provocadora es la morena que se arregla para el capitán.

Hola, nena, encantado de conocerte y olerte. -Digo apareciendo a la espalda de la indígena, aspirando el olor de su pelo ya suelto y desapareciendo después- También a ti, melena de oro, no te pongas celosa. -Añado apareciendo tras la rubia, mirando con descaro su trasero con una amplia sonrisa de satisfacción. ¡¡Shazael!!. Sin tocar, sin tocar, tranquilo, de momento al menos... Y desaparezco de nuevo para reaparecer sobre el sofá, con un pie en el asiento y otro en el respaldo.

¡¡Bienvenidos todos a la tripulación del Capitán Rojo!! Los marineros id limpiando la cubierta, y las damas tened paciencia que ya llegará vuestro turno en el camarote del amor. Hay Shazael para todas, por turnos o al mismo tiempo, jajaja. ¡¡Pero antes...!! -Desaparezco de nuevo, reapareciendo justo entre los dos tíos, con mi cola enroscada al tobillo del falso capitán, y uno de mis pies apoyado en la cadera del pistolero. En esa extraña postura, extiendo las manos en dirección a las dos féminas, con una amplia sonrisa en la que me humedezco los labios ostensiblemente con la lengua, mientras meneo las cejas mirando a cada una por turnos.

Shazael, si estás pensando en hacerles algo a estos dos o propasarte con ellas...

Mis damas... ¿Me haríais el honor de concederme vuestras manos? Prometo no tomarme... muchas libertades...

Carrie sonrió divertida ante la aparición del demonio y la oferta para cogerles de las manos.

- No te tomarás ninguna libertad. Te recuerdo que puedo controlarte la mente, así que cuidado con lo que haces no sea que sea yo quien tenga que tomar el timón, "capitán".

Su tono era entre amenazador y divertido, con un montón de autosuficiencia.

La mujer cogió la mano izquierda de aquél ser y esperó, sosteniéndole la mirada para que supiera que no le tenía ningún miedo.

Totem tomó la mano derecho de Shazael, de esa manera el demonio ya estaba en contacto con todos vosotros. Sólo le faltaba realizar el salto hacia las cercanías del hospital central de Harlem, donde debía estar esperando la joven Martha, víctima de estos oscuros acontecimientos que os habían unido inesperadamente.

Se hizo una explosión sonora acompañada de un denso humo en la sala. Para vuestra sorpresa, Shazael había desaparecido pero sólo se había llevado consigo a las dos mujeres. Tornado y Dawn permanecieron en la casa de Elizabeth, un poco confusos al principio. Elizabeth también observó la escena.

- ¿Y ahora qué pasa, no íbais al hospital?

Un sonoro estallido resonó, acompañado de una espesa humareda que se disolvió rápidamente no sin antes saturar vuestro sentido del olfato. Psiónica y Totem pudieron ver que estaban en una azotea desde la que se divisaba el hospital central de Harlem, pero también advirtieron inmediatamente que ni Dawn ni Tornado habían aparecido con ellos. Tan sólo el demonio Shazael estaba presente.

"¿PERO QUÉ?"

No me había terminado de tragar lo del demonio. Pensaba que era algo figurativo. Pero ahora que veo con mis propios ojos lo que está ocurriendo, la cosa cambia, y mucho.

- Guau, eso ha sido... sorprendente, Capitán Rojo.

Psiónica estornudó y cerró los ojos un instante, mirando después con los ojos abiertos alrededor, sin ver a dos de sus compañeros.

- Maldito piratejo, ¿se puede saber a qué juegas?

La mujer refunfuñó y soltó un bufido. Shazael comenzó a sentir una fuerza que le empujaba hacia arriba. Su cuerpo se empezó a elevar y tuvo que estirar los pies hacia abajo para seguir tocando el suelo. Psiónica estaba usando su telekinesis en él.

Escuché aquel estallido y todo se llenó de un humo que saturó mi nariz antes de trasladarnos a una azotea.

¿Es así como huele el infierno?

Aquel tipo de aspecto demoníaco de verdad había conseguido teletransportarnos, pero ni Dawn ni Tornado estaban allí. Antes de que pudiera reaccionar Psiónica ya lo tenía elevado en el aire.

- Espera, igual ha sido un error, ¿No? – le dije inocentemente a Psiónica antes de dirigirme al Capitán, pero al ver en la forma que nos miraba parte de mi confianza se esfumó - ¿Por qué ha tenido que ser un error, no? – dije un tanto amenazante. – Como les haya pasado algo por el camino…

¿Un error? -Me muestro entre sorprendido e indignado por la pregunta, al tiempo que disfruto de la experiencia de flotar en el aire gracias a los sorprendentes poderes de la rubia. ¡¡Shazael!! ¡¡Vuelve ahora mismo a por los otros!! Sí, sí, sí, tranquilo, Dom, en seguida vuelvo, pero antes quisiera hacer algo- Tienes que estar de broma, morena, Shazael, el Capitán Rojo, no comete errores. Mi cola y mi pie se separaron de esos dos un instante antes de teletransportarnos a los tres, porque ¿sabéis? me había dado cuenta de cómo me mirábais y pensé que necesitamos un poco de... intimidad.

Desisto de tratar de alcanzar el suelo con los pies para apoyarme, y sólo lanzo uno de ellos para tomar impulso y que mi cuerpo gire en el aire suspendido por los poderes de la rubia. No quiere hacerme daño, eso está claro, sólo está marcando territorio. A las mejores hembras les gusta hacer eso, sólo hay que dejar que se crean que pueden hacer lo que quieran, y acabarán haciendo lo que su hombre diga.

Me gustan las mujeres dominantes, rubia, en serio, pero si no me acercas un poco más no podré darte el beso que tanto deseas -Le digo a la dama alfa, antes de dedicarle una amplia sonrisa a la indígena- Y tú no te pongas celosa, morenaza, te dejo a Dominic para ti. -¡Pero, ¿qué...?!- Es un pusilánime, pero no es mal chico y me he dado cuenta de cómo te mira, creo que os entenderéis bien. Y hablando del idiota de Dom...

¿Se puede saber a qué juegas, demonio?

Calla, grumete, y aprende lo que es dirigir una tripulación. Va a costar tiempo, pero pienso hacer de este grupo algo mucho mejor y más coordinado de lo que es ahora mismo.

¿En serio ese tipo del casco es vuestro líder? Veo a esta banda bastante desorganizada, con gente proponiendo cosas, gente ignorando esas propuestas, gente ignorando las preguntas, gente ignorando la ignorancia, jeje. Vaaaaaaaale, Dom no tiene carisma y yo también le ignoro a veces, -¿A veces?- pero para una vez que tiene una idea medio potable ¿alguien puede explicarme por qué nadie le ha hecho el menor caso ahí adentro? ¿En serio preferís seguir al tipo ese que actúa como si todo el mundo tuviera que hacer caso a sus palabras sólo porque sí? ¿Quién le ha nombrado capitán? ¿Es que ese casco suyo le permite controlar vuestras bonitas mentes, mis damas? Porque parecéis mucho más inteligentes que todo eso, o al menos estoy convencido de que esos cuerpos esculturales y esos rostros de ensueño no son vuestras únicas virtudes...

Parpadeo ostensiblemente, poniendo la mejor de mis sugerentes sonrisas. Dom está callado, para variar, no se si porque he despertado su interés con mis preguntas o porque se ha quedado sin palabras. Pero es un alivio no escuchar la maldita cancioncita sobre moral y demás constantemente en mi cabeza.

La expresión de la mujer se endureció y en respuesta Shazael sintió una opresión en todo su cuerpo, el equivalente a sentirse enlatado como una sardina. Se estaba cabreando y eso suponía la aparición de más efectos inesperados.

- ¡Pero quién te crees que eres! Acabas de llegar y ya nos estás metiendo en más problemas. El tema de que haya jefe o no, no es asunto tuyo, ¿crees que eso es algo que se decide? Eso es algo que ocurre sin que la gente hable siquiera de ello. Claro que eso no significa que el sistema sea perfecto, porque no se elegirá a la persona más inteligente, como debería ser, sino al que mejor "conecte" y eso, ¿acaso no es una forma imperfecta de hacer una elección?

Carrie se llevó las manos a la cintura. Ya no sólo estaba indignada por la actitud del demonio, sino con la de la humanidad en general y su forma de organización, a todas luces primitiva e irracional según su opinión.

- Aceptemos la realidad, a mi no me quieren de jefa porque soy tan inteligente que no conectan conmigo, y Dawn tampoco puede ser el jefe porque es nefasto, ¡pero tu menos, tomate endemoniado! ¡trae ahora mismo al resto!

Mis esperanzas de que todo hubiese sido un malentendido desaparecieron del todo cuando el Capitán empezó a hablar. ¿Cómo le mirábamos? Parece que el ente tenía mucha imaginación.

¿Morena? ¿Es que nadie piensa llamarme por mi nombre?

Empezaba a molestarme de verdad esta manía de que me llamasen de cualquier forma, como si mi voluntad no contase para nada, típico de los hombres por otro lado. Para colmo, Shazael estaba divirtiéndose mucho con la situación, comenzando a dar vueltas en el aire y repartiéndose con el otro tipo a las mujeres del grupo, como si fuésemos ganado.

Escuché el resto de lo que tenía que decir cruzada de brazos, mostrarnos así mi descontento. Cuando Psiónica terminó de hablar intervine, antes de que esta le tirara azotea abajo.

- No eres nadie para opinar, lo primero, aunque no te falta razón en algunas cosas. Estamos desorganizados, cierto, precisamente porque no existe un líder. La idea de Dom era aceptable, pero demasiado arriesgado aparecer repentinamente en la habitación del hospital con ese aspecto tuyo…  ¿O es que también puedes adivinar quién estará allí en ese momento? Porque si es así no nos has informado de ello. Dawn tenía razón. – Aunque sea por una vez. – Y sí, tengo otras virtudes… Como arrancar cabelleras. – dije con intención de intimidar, si bien aquello no era cierto.

Miré a Psiónica para pedirle paciencia, ya que a estas alturas debería estar haciendo un esfuerzo sobrehumano para contenerse.

- Y ahora, por favor, ¿Podrías traer a los demás? Tenemos prisa. – añadí volviendo la vista a Shazael. - Por cierto, llámame Tótem.

Hey, nena, tranguila... -Digo a duras penas, mientras mi cuerpo se ve contraído y apretujado. Casi no puedo respirar, casi desearía que Dom me sacara ahora mismo, así sufriría él las consecuencias. Por eso no lo hago, te mereces lo que te está pasando, a ver si aprendes a comportarte. Lo peor de todo es que luego me odiarán a mí por lo que tú has hecho, como pasa siempre. Nadie te culpa de mis actos, hombrecillo pusilánime, sólo tú mismo- Yo podría conectar contigo sin problemas, si me dejaras... jujuju...

Aún aprieta más, aunque estoy convencido de que podría desaparecer de aquí y dejarlas atrás. La ciudad está llena de cosas interesantes que ver, placeres que disfrutar, una nueva tripulación que reclutar para echarse a la mar. Pero nooooo, ese maldito Dominic es algo de lo que no me puedo librar, e incluso mis intentos de congraciarme con él y tratar de llegar a un entendimiento no parecen llegar a ninguna parte.

¡¡Que aburrido!!

Y tú, guapa, el plan podría haberse afinado un poquito con algo de colaboración ¿sabes? Dom entra como una visita más, ve quien está dentro, y entro yo en acción. O que la rubia lea las mentes de quienes estén dentro y así sabe cuantos hay. Dawn es un... -Shazael, si sigues por ese camino sabes lo que va a suceder. ¿Cuanto tiempo hace que te tengo encerrado sin salir absolutamente un momento? Si no colaboras, volverás a eso. Llamaré a Cloe, le pediré disculpas por no ser capaz de ayudar cuando NOS necesitan, y te llevaré de vuelta a mi aburrida vida de mensajero, llevando paquetes de un lado a otro de la ciudad. ¿Es eso lo que quieres? Vamos, tío, sabes que voy por buen camino para lograr todo lo que en el fondo deseas... Tú no tienes ni idea de lo que yo deseo. Sí, claro, ahora dirás que no le haces ojitos a la morena... ¡¡Tótem!! ¿Eh? Llámala Tótem, y pídele disculpas- Claro, grumete, lo que tú digas... -Digo ya en voz alta, mirando a ninguna parte- Dom insiste en que te pida disculpas... Tótem. Que sus posibilidades contigo no mengüen por mi culpa, ¿vale?

Guiño el ojo en dirección a Tótem, y me giro para lanzarle un beso a la rubia antes de desaparecer por completo. Parece que tengo que traer a la parte de la tripulación que falta, por desgracia...

Me materializo de nuevo en el interior del apartamento. Joder, no han pasado más de unos pocos minutos, espero que no se hayan puesto demasiado nerviosos. La nube tras el paso por el infierno del que procedo, apenas un pestañeo para saludar a viejos amigos, me deja sobre el sofá de nuevo.

¡¡Pero marineros!! -Digo con fingido gesto de indignación- ¿No sabéis que hay que mantenerse dentro del barco si se quiere disfrutar la travesía?

Me desvanezco de nuevo y aparezco entre los dos, enroscando mi cola alrededor del cuello del pistolero y poniendo una mano sobre la cabeza del presunto líder.

Cierren los ojos, caballeros, el paso por el infierno no siempre es tan agradable para los tripa floja como para mí, jiajaja...

Una nueva explosión, y los teletransporto conmigo hasta la azotea donde esperan mis chicas.