Partida Rol por web

En la oscuridad.

Apareces en medio de una negrura total, sobre un glifo que apenas ilumina. A lo lejos, visible por el mortecino fulgor de un signo igual al que te ha traído a ti, está tu oponente. Por lo demás, no puedes distinguir nada más que unas cuantas columnas que brillan con luz propia y tres tramos de centelleantes luces formando lo que parece ser una barrera. El resto, se lo tragan unas sombras que parecen vivas a tu alrededor....

Nada más entrar en la zona de oscuridad, todo se vuelve negro a tu alrededor. Tampoco escuchas nada en especial, no más de lo que oías un instante antes.

Nicodemo está al otro lado de la barrera, sobre un símbolo como el tuyo, y al instante, tras unos gestos y palabras, desaparece.

Ragnix vio como desapareció su rival. Un asesino o ladrón de las sombras sin duda. Una mueca se dibujó en su rosto. Ella había venido a combatir por la promesa de fama y gloria y su primer rival resulto ser un ser esquivo. Maldito cobarde, exclamo para sí. Sus ojos acostumbrados a la infraoscuridad comenzaron a buscar cualquier cosa anormal. De una cosa estaba segura, las barreras no las tocaría, por lo que solo cabía la opción de pasar a través de dos aberturas, una a la izquierda y otra a la derecha. Intento calcular la distancia inicial de su rival y moviéndose hacia la abertura de su derecha avanzo sosteniendo su cadena armada, haciéndola girar a su alrededor con soltura como si de un juego se tratara, con la intención de impedir un posible ataque furtivo. Miro el suelo a su alrededor intentando buscar cualquier ventaja que le pudiera dar aquel lugar, tales como arena batida, o superficie húmeda que pudiera mostrarle la huellas de un enemigo invisible.

Que descortés por tu parte! exclamo ofendida Ragnix a su invisible contrincante. Ven, te espero! 

En cuanto abandonas la tenue luz del símbolo sobre el que has aparecido, la oscuridad te envuelve y te ciega. Sin embargo, y gracias a las barreras que marcan el camino, eres capaz de encontrar una abertura en la posicionarte con la intención de no dejar pasar a nadie.

Ragnix desaparece de tu línea de visión, aunque en este caso es porque se ha internado en la oscuridad y las sombras lo han engullido. No importa, pues no se preocupa de mantener el sigilo y escuchas claramente sus pesados pasos y el roce de una cadena contra el suelo.

Aunque no ves a tu oponente, eres capaz de asegurar que se ha colocado en la abertura de la barrera que tienes a tu izquierda, casi frente a ti.

Ragnix escucho como su adversario profería palabras de poder. En aquella oscuridad que la envolvía, su enemigo estaría tan ciego como ella, solo era cuestión del azar o de tiempo que llegará a su altura y cayera presa de sus ataques. La bárbara guerrera mantuvo la calma manteniendo su posición defensiva, silenciando su respiración. Su adversario la buscaba, eso era algo bueno. Tenia curiosidad por saber que tipo de habilidades poseía. 

Prácticamente dejas de escuchar nada más allá de tus propios pasos y tu respiración. O no se ha movido del sitio, o ha empezado a moverse con más sigilo.

De nuevo, no escuchas nada. O tu oponente sigue inmóvil dónde dejaste de escuchar pasos —en algún lugar por delante tuya, presumiblemente en la apertura de la barrera mágica—, o ha empezado a moverse con sigilo y te da caza en completo silencio.