Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

El Despeñapresos

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09/02/2017, 13:37
Hazir Al-Tamsa

Desgraciadamente, el pequeño kóbold no tenía mucha información sobre qué le había ocurrido a Pain. Parecía que no guardaba buenos recuerdos de los Lanzas Negras y quería hacerles pagar por lo que le hicieron. Parecía un buen entretenimiento cuando llegaran a la prisión, así que asintió dando a entender que él colaboraría en eso cuando llegaran. 

Estaba claro que algo le pasaba a Amok, no parecía estar en plano uso de sus facultades. Hazir dirigió a él su fija mirada, que casi ni parpadeaba, y lo escrutó con curiosidad. Probablemente estuviera bajo un hechizo enajenador, o algo similar. 

Sin embargo, la llegada de la comida borró bruscamente y de un plumazo todo el resto de los pensamientos de Hazir. Sus tripas rugieron como un león enjaulado, y cierta desesperación pasó por sus ojos al ver la poca comida que depositaban frente a su celda. La miró con la mirada tan fija que los ojos parecían ir a salírsele de las cuencas y rodar por el suelo, y notó que salivaba abundantemente. Dio un paso, y estuvo a punto de lanzarse a por la comida sin que le importara nada más, ni compartir, ni nada, pero entonces recapacitó y miró a sus compañeros de celda. No quería comenzar una pelea, ya que todos eran peligrosos. Miró con agradecimiento sincero a Tizoc cuando les cedió su parte, y pensó que, definitivamente, aquel ser le caía muy bien. Cuando el hobgoblin habló, Hazir se giró hacia él, y cerró los puños. Dio un paso en su dirección, y en sus ojos se leía que no iba a ser tan pacífico como siempre. Hazir era educado, sí, pero había cosas con las que no se jugaba, y la traición y la comida eran dos de las más importantes.

Entonces Amok estuvo a punto de perder el control, y eso hizo que el quishashi reflexionara. No ganaría nada dándole una paliza al hobgoblin, así que, mientras no se acercara a la comida, le dejaría en paz. Dirigió una discreta mirada de felicitación a Nickar por haberle calmado, y asintió a las palabras de Alona. 

-Las ratas tampoco perdonan a las que han mordido a sus congéneres-le dijo-a esas no les toca ni la parte grande, ni la pequeña. Esas tienen suerte si su mayor problema es el hambre. 

Miró la comida pensando en cómo repartirla, pero entonces un chisporroteo y una luz nos anuncian la llegada de problemas. Todos los marineros murmuran, Nickar se hace una bola, y el capitán parece preocupado. No, no, ahora no, pensó, ¡Por las sagradas arenas, no me vais a dejar otra vez sin comer!

-¡Hay que darse prisa!-dijo, con urgencia en la voz. 

Se lanzó hacia los barrotes, agarró la comida del plato y la repartió, partiéndola con las manos a velocidad frenética. Lo midió un poco a ojo y unas partes quedaron más grandes que otras, pero aún así en segundos le dio a cada preso de la celda (menos a Tizoc y al hobgoblin) una parte de la carne, las uvas y el queso que allí había, mientras con la otra mano se metía en la boca su parte y la masticaba con ansia, tragando rápidamente. A continuación, sacó la mano por entre los barrotes, agarró el cuenco de sopa y bebió dos grandes tragos, masticando los trozos de patata y zanahoria, tan rápidamente que casi se atragantó. Volvió a dejar el cuenco donde estaba, para que los demás bebieran si querían, mientras terminaba de comer su parte del queso, sorprendentemente duro. 

Tras esa frenética acción, se apoyó en los barrotes, y suspiró largamente, limpiándose la boca con sus rasgadas vestiduras. Notaba la maravillosa sensación de la comida bajando por su garganta y llegando a su estómago, que pedía a gritos que lo alimentaran como los chillones polluelos de los buitres del desierto. No había tenido casi ni tiempo de apreciar el sabor, y eso le fastidiaba, pero le consolaba sentir, aunque fuera poco, algo de comida en el estómago. 

-Uff-dijo tras unos instantes. De pronto se dio cuenta de que todos miraban a lo que había ocurrido fuera, y de que podían estar en peligro. Ahora que la preocupación de que no pudiera comer había pasado, parecía algo grave. Miró a Nickar y e preguntó cuánto peso soportarían aquellas alas. Tal hubiera que salir del barco precipitadamente, y ella era la única que no caería como una piedra. 

-¿Qué está pasando ahí fuera?-preguntó, aunque sin muchas esperanzas de que alguien le respondiese.

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09/02/2017, 15:54
Pain

Notas de juego

Te respondo cuando tenga un rato tranquilo para ponerme a ello, que es bastante, pero primero, y antes de nada...

ERES UN MALDITO GENIO. En serio, no sólo eres un máster impresionante, pero con esto de que ahora nos unas todo, ya me has dejado asombrado. 

Llevaba además un tiempo pensando que mira tú, que habías utilizado el apellido de los Davenrost para crear este personaje, pero no es eso, ¡es que son familia! Fascinante, en serio, eres de lo mejor jaja 

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09/02/2017, 15:56
Lythrai Fonn'Aster

Permaneció sentada en su sitio, en la misma postura, mientras para su sorpresa traían más comida que la de la última vez, pero igualmente insuficiente. Observó en silencio cómo los pobres diablos de la celda de al lado, se abalanzaban casi como niños de la calle sobre la comida, corriendo Hazir a repartirla. No en vano no habían probado bocado durante el almuerzo tampoco. Por un momento temió lo peor, que fueran a pelearse, que no repartieran nada... que cayeran en la trampa y ocurriera lo mismo que le ocurrió al guardián. Afortunadamente no pasó. Miró también a la celda más lejana, la del hombre de la capucha, Nickar y el kobold, y abrió mucho los ojos y se echó adelante cuando vio que iba a producirse justo lo peor, y el ogro iba a reclamar todo para sí. Afortunadamente, Nickar lo detuvo con unas curiosas palabras, que extrañamente tuvieron efecto.

Prefirió no pensar en cómo aquello había sido posible, y se centró en su propia celda. "Yzlin." la llamó, sin dejar de mirar al guardián, vigilando sus movimientos, pero esperando que no le hiciera falta intervenir. "Adelante, por favor." la invitó con un gesto. "Confiamos en tu buen juicio. Reparte como veas conveniente. La última vez tú y Gohozor no probasteis ni un bocado."

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09/02/2017, 19:25
Esderian Fonn'Aster

Devuelvo la mirada a Crom con mi único ojo, realmente estaba acostumbrado a viajar de forma agitada, aunque esta era la primera vez que era teletransportado, y no estaba del todo seguro de me agradase, sin embargo teníamos cosas que hacer, así que, sin decir palabra alguna, me dediqué a seguir a mis compañeros, los presos no me importaban en lo más mínimo, ellos bien sabían que eran carne de cañón, pero aún así, era mejor que la carne de cañón soportara lo mejor que pudiera -Espero que los prisioneros estén en buen estado, necesitarán todas sus fuerzas para repeler el ataque que se avecina- dije mientras caminabamos

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09/02/2017, 19:43
Gohozor del Mar de Hojas

No sabía si reír o gritarles por lo ingenuos que eran. - Por supuesto que cuando lleguemos nos encerraran a todos juntos y nos trataran como a príncipes - Tal vez algunos acabasen en el mismo ala de la prisión; pero difícilmente iban a ponerlos a todos cerca. No dijo nada nada, ya habría tiempo de que descubrieran lo que es una cárcel.

Tampoco se movió cuando trajeron la comida. ¿Para qué? No había para todos y él podía permitirse el ayuno, más para molestar al enviado del rey de los muertos que por compañerismo hacia los nuevos.

- Y decidme, ¿quién va a dar las órdenes en vuestra recién creada familia? ¿Tal vez Amok o quizás el colibrí que ha ayudado a arreglar el barco que nos lleva a prisión? - se fue al fondo de la celda y se tumbó - Despertarme cuando lo hayáis decidido o estemos en nuestro nuevo hogar.

Sin duda alguno de ellos lo tomarían como una provocación, tal vez lo era -¡Qué demonios, lo es! - pero lo único que sabía de esa gente es que estaban en celdas del barco igual que él aunque eso no significaba nada si tenía en cuenta que los guardias también habían sido encerrados.

Iban a necesitar algo más que buenas palabras para convenerle de que podía confiar en ellos. Los miró Tizoc y Cisko eran gregarios por naturaleza, Amok no parecía el más listo de las celdas; pero tampoco alguien a quien se le pudiera dar órdenes, la bárbara era como todos los bárbaros incontrolable y peligrosa incluso para ella misma. El resto eran una incognita que tendría que resolver.

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10/02/2017, 09:20
Reo 640

No conozco el metabolismo de Gohozor pero, aún así, ya renunció al almuerzo, ahora también lo hace en la cena -Me preocupa-.

Agradezco la confianza mostrada por Lyz -¿Podré llamarla Lyz?- y me acerqué a los platos. Esta vez el hambre me hizo dudar más que la última y necesité girarme para mirar a mis compañeros, analizarlos, ver la situación y sopesar el quedarme también sin cenar. Por ellos, por mí. Pero necesito reponer energías para poder recurrir a la magia en más ocasiones. -Primero, Gohozor, quiero agradecerte el sacrificio. Es la segunda vez que nos cedes tu parte.- Hice una pausa y lanzo la promesa -lo recordaré- miro a Lyz y a su lacayo, ambos son combatientes fuertes -Lyz... ¿puedo llamarte Lyz?- le dije rompiendo un poco la atmósfera de pesadumbre de la situación con algo cotidiano -Para ti la carne. Toda. Creo que a Guardián le vendría bien comer algo para que mantenga sus fuerzas pero es tu decisión. Las proteinas os vendrán bien.- Tras ello, me giro a la gnoma -Lisa, tus habilidades se basan en que tengas una mente despierta. Para ello las uvas y el queso te vendrían bien, pero hace frío y quizá te reconforte y te alimente más el caldo caliente. Coge lo que quieras.- Aguardo a que Lisa elija el alimento y, tras ella, me como lo que quede.

Tras hacer el reparto las extrañas luces destellan en el firmamento. Miro a Nickar afanada en sus reparaciones. Dudo que haya podido ver nada en cubierta, sea lo que sea, nos enteraremos en breve. De pie junto a los barrotes ceno con más premura de la que me hubiera gustado, temiendo como Hazir que algo nos corte este deseado momento. Tras ello, me coloco en el centro de la estancia y clavo mis ojos en los presentes.

-Sí- digo -podemos hacerlo.- comento mientras los superviso -Pero no podremos trabajar en equipo sin un líder que conozca nuestras habilidades y eso es algo de lo que carecemos. Ninguno aceptaríamos a alguien así, sin saber de lo que somos capaces- sonrío con malicia evocando momentos pasados, recuerdos placenteros de éxito -Tampoco vamos a ser tan inocentes de mostrar nuestras cartas. Pero hay varios matices evidentes:

A medida que voy hablando una mirada lasciva y malvada analiza a cada individuo.

-Cuerpo, habilidad, magia y astucia. Lo tenemos todo y, juntándolo, ni un barco volador, ni una cárcel de otro plano podrá retenernos.- Veo los rostros de algunos -Yo no quiero dar órdenes, pero acepto la responsabilidad de velar por nuestros intereses (los de todos), siempre y cuando aceptemos que no somos una jerarquía como ellos, como los soldados, nosotros nos movemos entre iguales. Podemos actuar libremente sin necesitar a alguien que dé órdenes.- Me acerco a la puerta -Aceptadme y os prometo no parar hasta alcanzar la libertad...-  tras pronunciar la palabra mágica y para dar un peso abrumador a la frase empujo la puerta abriéndola, salgo de la celda y cierro tras de mí -...o hasta la puta muerte.-

Camino con lentitud, para no atraer en demasía la atención de los marineros. Pero aquellos que me observan verán a una mujer exótica de movimientos enignmáticos y atrayentes. Comienzo a recoger los cuencos y platos vacíos, amontonándolos en una pila.

-Se me da muy bien conocer las pasiones de los demás... sé lo que los mueve y sé cómo hacer que dejen de moverse.- Dejo los platos sobre cualquier superficie cercana a la puerta que lleva hasta la cubierta y regreso, despacio, disfrutando del momento, a mi celda pero antes de entrar dedico una sonrisa a los marineros. Entro en la celda, cierro, y poso una mano en el hombro de Lyz, la otra en Lisa y mi mirada en el resto de los que serán nuestros compañeros -Ellos nos quieren... y nos van a tener... con todas sus consecuencias.- Sonrío con toda la maldad de mi ser prometiendo dolor, torturas y placer para el futuro que nos espera.

Y tras ello, esperando la respuesta, me giro y camino hacia el fondo de la celda para sentarme cómodamente -joder, estoy temblando, no sé si de emoción o de nerviosismo. Cálmate Yzlin y piensa el siguiente paso-

 

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10/02/2017, 13:26
Cisco

Miro con creciente admiración a la medusa, escuchando sus palabras mi mandíbula cae absorta cuando sale de la celda abriendo la puerta como si nada. Busco algún reproche pero sólo puedo admirarla. Sus movimientos enigmáticos son atrayentes y me imagino alzando mi jabalina ensangrentada junto a ella mientras ríe de forma macabra en el centro de la plaza de una ciudad en llamas. -¡Buah!- Digo más como balbuceo que como exclamación. Pero, por mucho que me gustara o llamara mi atención, el temor que siento hacia esos seres me retiene. Maravillosa, sí, pero igual de peligrosa y, aún, desconocida.

Miro a Nickar, que tantas veces me ha salvado; deslizo la mirada en Tizoc, compañero de escaramuzas; miro a Ishrad y Hazir, protectores desinteresados... ellos son mi banda ahora y por muy motivador que resulte el discurso de Yzlin, mi lado está con ellos y copiaré sus propuestas e intenciones... y mi mirada alterna de uno a otro hasta que alguien se pronuncie.

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10/02/2017, 15:46
Ishrad Corlav

Observo toda la situación desde mi celda, había demasiada gente que aún no conocía y no me iba a fiar de ellos, eran criminales a fin de cuentas y sabía de sobra lo que harían.

Tras eso vino el guardia de la comida, y al dejar la nuestra Amok etaba decidido a dejarnos sin, con lo cual me levanté sin hacer ruido y empecé a pronunciar unas palabras casi inaudibles, pero justo Nickar consiguió convencer al semiogro que la repartiera con los demás, supongo que sería por el pequeño Cisco, le había caído en gracia a la pequeña.

Doy un paso hacia Amok y lo miro a los ojos sin miedo.

Haces bien siendo un buen compañero, ni siquiera tu, con esos poderosos brazos podrías resistir solo en este lugar.

Y miro a todos los demás.

Tras eso empiezan a hablar de liderazgos, aquella especie de planta habla sobre Amok o Nickar, con lo cual niego con la cabeza. Uno era un saco de músculos, fácilmente matable si sabías como golpear, y la chica... volaba y usaba magia de oscuridad, pero un combate cercano acabaría con ella de igual manera...

La medusa empezó a hablar en pos de que ella era la mejor.

Así que sabes nuestras pasiones y motivaciones... bien, y cuales son las mías? Cual es mi fuerte en combate? No sabemos nada de nadie, excepto los que nos hemos expuesto en combate, ya que sino, ese señalo a Hazir como este a Cisco seguramente estarían muertos.

Mi voz era autoritaria, seca y dura, si quería que la siguiera, debería demostrarme que es superior a mí, y tenía claro que no lo era.

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10/02/2017, 17:00
Tizoc

El asunto de la comida se arregló como Tizoc supuso que se haría, era lo más sensato dado que él había rechazado su parte y el hobgoblin los había traicionado a todos. Pero otro asunto surgió. Un ruido extraño en cubierta seguido de humanos habitantes del barco que subían y bajaban escaleras. Ajenos a todo eso, los presos habían encontrado otro entretenimiento. Querían determinar quien era el más apto para mandar. Que bobada. Sólo los espíritus eran dignos de elegir al lider de una tribu. 

La Protectora se ofreció rápidamente para comandar al resto, decía saber las pasiones de cada uno y como motivarles y manipularles. También decía no querer dar órdenes pero pedía ser elegida lider y por último, y no menos divertido, decía que podían trabajar juntos pero les negaba la confianza de revelar sus capacidades. Había hecho algo espectacular al abrir la puerta de su celda para amontonar los platos y ayudar así a los guardias. Supuso que la celda estaría rota porque no hubo nada de magia en el movimiento que la mujer había hecho. Aquello no tenía ni pies ni cabeza, revelar una carta tan importante como esa simplemente por presumir era un tontería enorme. Se miró la mano donde tenía una herida abierta, nada grave, lo justo para que sangrase. Miró a Alona y a Serge. El resto no eran dignos aún. 

Ishrad parecía opinar lo mismo que él, tampoco creía que la medusa fuese la candidata ideal y se opuso a ella con preguntas serias. El hombre parecía retarla a cada palabra y eso podía sacar las cosas de quicio. Dudó un momento si hablar sería la mejor idea pero entonces vio que Cisco le miraba esperando ver que opinaba él de todo eso. - No quiero ofender, Protectora. - comenzó a decir el trasgo como un niño que ha hecho algo malo. - Pero un líder no se elige, un líder surge cuando más falta hace. No se puede forzar en una votación, serán nuestras acciones quienes definan nuestro papel en el camino y serán los espíritus quienes decida a alguien adecuado para guiarnos hacia el mañana. Esperemos que el mañana nos alcance antes que el ayer. - dijo el trasgo hablando con actitud solemne. Su aguda voz jugaba en contra de su actitud pero se notaba la diferencia con el trasgo asustado que había entrado a la celda. 

- Tiradas (1)
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10/02/2017, 23:46
Hazir Al-Tamsa

Ahora que el asunto del hambre parecía más o menos solucionado, Hazir pudo prestar atención a lo que decían sus compañeros. Observó a Yzlin, sensual y suave como un gato que se despereza, y quedó fascinado con sus movimientos fluidos, sus ojos verdes y dorados, como mares tropicales, y su hipnótico pelo de serpientes, que se removían y danzaban en todas direcciones. Sus palabras eran como miel derramada sobre pan blanco, y tan dulces y melódicas que era difícil no dejarse llevar por ellas. 

Sonrió cuando, con toda naturalidad, abrió la puerta de la celda, recogió los platos y volvió a entrar. Estaba claro que la puerta tenía algún problema, tal vez se hubiera oxidado o estuviera mal encajada. En todo caso, no parecía haber hecho magia, y estuvo a punto de reír ante la temeridad que suponía desvelar algo que podía ser tan útil más adelante sólo para demostrar sus capacidades. Sin embargo, había que reconocer que había sido efectivo para captar su atención: su viejo maestro de retórica de Quisan hubiera halagado aquél recurso sin duda. Sin embargo, aunque su discurso era atrayente,​ y Hazir estuvo tentado de secundar a la medusa, había problemas con lo que decía. La alianza era una gran idea, pero eso era otro cantar. Hazir la miró, directa y fijamente, con una mirada que podía ser perturbadora, ya que no parpadeaba casi en absoluto, y se clavaba como una estaca. Se sentó cómodamente1 con la espalda contra los barrotes, suspiró, y se dirigió a Yzlin, mientras mantenía su mirada fija. 

-Vaya, me has impresionado. Cada vez estoy más seguro de que los autores de los libros sobre las medusas no habían conocido nunca a una. Dices que conoces las pasiones de los demás, que sabes lo que nos mueve. Ciertamente, las mujeres, sean de la especie que sean, tienen ese poder. He conocido a pocos hombres que lo tuvieran, pero casi todas las mujeres que me he encontrado eran capaces de ello. Y sin embargo-el tono de Hazir no variaba, su acento quishashi confería un leve deje musical a sus palabras-eso no hacía de ellas líderes. 

Sin duda sabes sobre las pasiones, pero yo sé alguna cosa sobre gobernar. Nunca fui un alumno demasiado aplicado, pero aprendí, aprendí sobre el poder, sobre cómo se ejerce y cómo se maneja. Déjame que te cuente una pequeña historia: una vez vi a un noble menor, un gobernante de una región no muy rica de Quisan, al sur. Él gobernaba, por ley y por sangre, pero, sin embargo, no hacía valer su poder. Era un ciudadano más. No daba órdenes, ni siquiera recaudaba una décima parte de los impuestos. Trabajaba como los demás, y bebía con ellos en la taberna. Él creía que eso era autoridad sin opresión, pero lo cierto es que era sólo un necio. Sus ciudadanos se reían de él a sus espaldas, sus soldados le tachaban de pusilánime, su propia secretaria le robaba-la sonrisa relampagueó en los labios de Hazir, ensanchándose-Ahí es a donde llega un gobernante sin autoridad, un líder sin poder. Dices que quieres ser nuestra líder-continuó en tono cordial-pero también dices que no darás órdenes. ¿Qué harás, entonces? ¿Serás jefa, pero no ordenarás? ¿Serás solo nuestra portavoz? Dices que quieres ser líder, pero sin jerarquía, y yo te digo que la jerarquía es la base del liderazgo. Un líder que no ordena, que no manda sobre los demás, ya sea por sangre, por poder, por carisma, no es un líder. Acepto la alianza, es más, la promuevo. Nos complementamos. Juntos somos fuertes y podemos superar cualquier obstáculo. Y, desde luego, por las sagradas arenas que yo tampoco voy a parar hasta la puta muerte. Pero para eso no nos hace falta un líder. El líder, tal y como dice Tizoc, se revelará cuando sea necesario, y no antes.

Hizo una pausa, evaluó la reacción de su auditorio. No quería por nada del mundo enfurecer a Yzlin, y por ello medía sus palabras, cordiales y amables, pero firmes. 

-Nuestro querido hombre planta ha preguntado quién dará las órdenes, y yo respondo que nadie. Respondo que no necesitamos un líder, que el líder se hará ver en cuanto realmente sea necesario. Respondo que elegirlo ahora no traerá más que discordia. Esta es mi propuesta. Aliémonos, colaboremos, y, si de entre nosotros surge alguien que sea digno, le seguiré, sin dudarlo, sin flaquear. Pero sólo si tal líder demuestra ser necesario, y ahora, mis queridos compañeros, no lo es. 

Hizo otra pausa, esta vez más larga. Tomó aire y habló de nuevo, sonriendo: su sonrisa era como la de un soldado, la de un fanático: era de júbilo, pero también era peligrosa, con bordes afilados. 

-¿Qué me decís,mis compañeros? ¿Nos aliaremos, bajo el mismo propósito, en igualdad de condiciones? ¿Colaboraréis, sin poner a nadie por encima de nadie? ¿Saldréis de la prisión como hombres libres, o como soldados a las órdenes de un general impuesto? 

Calló por fin, y paseó la mirada por los presos y el barco, sin dejar de sonreír. Ahora sólo quedaba oír su decisión. 

Notas de juego

1La misma pose que en mi avatar. (clic en el personaje para verla más grande xD)

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11/02/2017, 00:59
Lythrai Fonn'Aster

Gohozor volvió a renunciar a comer, cediendo su parte a sus compañeras de celda. ¿Tal vez el hombre planta sólo necesitase la luz del sol y un poco de agua? Difícilmente podía creerlo, pero sí que podía ser bien cierto que tuviera un metabolismo diferente al del resto. Inesperadamente Yzlin le preguntó si podía llamarla Lyz, lo que le arrancó una carcajada. "Sólo si me dejas llamarte Lin." le contestó, asintiendo. "O Yz. Lo que prefieras."

"Quédate el muslo, Guardián, que tiene más carne. Me quedaré con el ala, tráemela, anda." se lo cedió de un gesto de manos, similar al que había hecho antes. "Para que veas que cuido a mis lacayos, ¿eh?" le dijo, dándole un golpe leve en la pierna con el dorso de la mano, con cierta burla en el tono, recordando lo acontecido hacía un par de horas. Que el Guardían no había sido precisamente justo con sus lacayos ni compañeros. "Hehehe... y más te vale compensármelo más tarde." le advirtió.

El tema de las alianzas parecía ir bien. Entendió perfectamente a qué se refería Gohozor, sin duda lo que algunos de los presos estarían pensando. ¿Y quién mandará? ¿Por qué deberías serlo tú y no yo? Y estupideces diversas por las que probablemente discutirían, así que había sido una excelente idea sacar el tema justo al principio. Esperaba que los nuevos no fueran de aquellos que no eran capaces de comprender a la primera que existían formas de asociación diferentes a las jerárquicas. Bandas, tribus, clanes, de relaciones recíprocas. Relaciones que estaba seguro Gohozor conocía, pues se daban tanto en la civilización como en la naturaleza, con asiduidad, entre todo tipo de especies, inteligentes o no. Pero bueno, que preguntasen. Preguntar significa que estás dispuesto a escuchar, y escuchar significa que estás dispuesto a aprender. Yzlin salió de la celda para encararlos, revelando el secretito de la puerta, sin duda porque, como habían murmurado antes, toda oportunidad de escape del barco la habían perdido ya. Matadero no era una opción, y el barco ya había zarpado, o mejor dicho, despegado. Con destino a Arokham, con destino a otro plano dimensional... En el que más les valía ayudarse si esperaban sobrevivir. Yzlin les dijo esto, y fue la primera en presentar sus servicios, señalando sus puntos fuertes, no necesariamente los del combate. Pero los cazurros éstos, cómo no, no entendieron ni la mitad de las palabras que su compañera decía. Apretó con fuerza los puños, Yzlin debio haberlo notado porque le puso la mano en el hombro. ¡No se está postulando a jefa, enclenques! tenía ganas de gritarles. Lythrai dio un fuerte suspiro y se puso en pie. "Ha dicho que se le da bien, no que lo sepa todo, encapuchado." respondió a Ishrad. "Está diciendo que su especialidad es reunir y analizar información, encontrar las debilidades de los enemigos. Pero como todo el mundo, necesita tiempo para hacerlo."

Tizoc también formuló sus preocupaciones frente a la 'oferta de liderazgo', seguido de Hazir, que hasta contó una interesante historia. Oferta de ser líder inexistente, por otra parte. Cuando Hazir, que fue el último en hablar, pareció haber terminado (primera pausa), ella entonces habló.

"¡Es bueno que cuestionéis!" exclamó, levantando los brazos. "¡Hacedlo, por favor! Dejadnos oir vuestras voces, vuestras preocupaciones y vuestros puntos de vista, pues nos enriquecen a todos." miró primero a Gohozor, y luego a los de las otras celdas. "No necesitamos carne de cañón, lacayos sin rumbo incapaces de tomar decisiones por sí mismos. Ya tengo uno de esos." echó una mirada rápida al guardián. "¡Pero os parta un rayo a todos si sois incapaces de escuchar los consejos de aquellos que a lo mejor no son tan fuertes como vosotros, pero sí más sabios o más diestros!" dijo entonces. "¡Las técnicas que no domináis! ¡Las ideas, las aportaciones que uno pueda otorgar, los consejos, las debilidades que una pueda haber intuido en los enemigos!" miró por un momento a Lisa, Gohozor e Yzlin, que eran los que conocía mejor, y luego volvió a mirar al resto de presos. "Esa actitud pretenciosa del que cree que sabe tanto, y es tan grande y tan fuerte que no se para a escuchar. ¡¡Como mis malditos progenitores!!" golpeó con fuerza la pared de madera del barco, y respiró hondo, dejando que la furia en su sangre se apaciguara. Inspira, espira. Inspira, espira... Sigh... ....."No se ha postulado como una jefa, sino como una igual. No dará ordenes. Dará consejos, igual que los daremos todos. Lo único que ha pedido es que la aceptéis. Que aceptéis sus consejos e ideas, y los consideréis. Que la tratéis como igual."

Al poco rato Hazir repitió lo que Yzlin ya había dicho, pero con palabras quizá más claras. Igual que estaba de acuerdo con Yzlin, estaba de acuerdo con Tizoc, Hazir y esperaba que también el encapuchado del que desconocía su nombre (Ishrad). No necesitamos un lider. Cuando sea necesario se revelará. "Cuando sea necesario se revelará." repitió ella. "Y cuando deje de ser necesario, se retirará." añadió, matizando.

Después de otra pausa, Hazir sonrió con agresividad y júbilo, con una expresión en la cara que ciertamente resaltaba con su apacibilidad acostumbrada. Como la noche sobre el soleado desierto. Como la tormenta que precede a la calma. Una sonrisa de soldado. Una sonrisa de fanático. Una sonrisa que le recordó mucho a las que ella misma ponía. Decidida... enérgica... ...Y que de hecho se le contagió en aquel momento. Una sonrisa que le encantó.

"Aliados y no subalternos. Iguales y recíprocos." Tal y como hacían los Fonn'Aster... bueno, casi siempre. "Colaboraremos." miró a Yzlin, Lisa y por último a Gohozor, que yacía tumbado, pero, probablemente, escuchando.

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11/02/2017, 17:08
Pain

Sólo para el director
Tomo la copa de vino que me ofrece, y brindo con él por el reencuentro, por la libertad, y por todo lo que le apetezca decirme; no importa, es todo, o casi, una sarta de mentiras, una falsa ilusión. No me ha pasado desapercibido, y eso que no soy muy observador con esas cosas. El caso es que la primera impresión de todo aquello no favorece en nada a mi viejo – y tal vez único – amigo. No sólo parece que aquello no es suyo, sino que todo apunta a que está tan fuera de lugar como yo mismo. Pero así ha sido siempre, así es esa maldita Comadreja. Nunca pinta nada allá dónde va, pero siempre logra sacar un as bajo la manga que le hace estar por encima del resto de los mortales. Incluso con la Sociedad, dónde nadie era más que nadie, pues sobre todos nosotros se balanceaba el mismo péndulo de la muerte y el dolor, era misteriosamente así.

No digo nada, sin embargo, simplemente como y disfruto de aquello, escucho la conversación que tiene con el marinero, fingiendo que apenas me interesa, y dejo pasar el rato; las respuestas se que llegarán en su momento. No hay que precipitarse, no es el momento. Cuando acabamos, pienso. Ahora es distinto en algo que no puedo comprender, pero que rápidamente él me explica. Entonces todo cobra sentido, lo entiendo: tiene miedo. También esperanzas, por supuesto, pero claro, es que no hay una cosa sin la otra, es algo que todo torturador sabe bien. Aunque no soy de los mejores, me falta empatía para ello, reconozco cuando están jugando con alguien.

Lo malo, al parecer, es que no es sólo con Virming, sino también conmigo. La maldita sabandija me ha sacado de un agujero infecto del que podía haber acabado saliendo, para echarme a un pozo aún más profundo y oscuro. Es curioso hasta que punto el pasado puede volver para joderme, pero ya no hay vuelta atrás. Al menos, me ofrece algo que me interesa más que seguir dejando un rastro de cadáveres a mi paso: venganza. 

Me conoce bien, está claro, eso tengo que concedérselo. Yo ya suponía que Scahrossar me había traicionado – no la diosa, sino aquellos que osaban usar su nombre en su propio beneficio –, pero me lo ha terminado de confirmar. Ahora es seguro, no tengo motivos para dudar, y si muchos por los que querer hacerles pagar. Él me puede ofrecer dicho resarcimiento, pero no es gratis. Pero es justo. No es necesario decir nada, pero aún así lo hago.

Supongo que debo darte las gracias por esta oportunidad – digo levantando la última copa de vino que ha servido, seguramente con la intención de apaciguarme si me daba por hacer algo imprevisto. No es mi intención, aunque tampoco brindar; antes de dar tiempo a ello me la llevo a los labios y bebo el líquido carmesí hasta que no queda nada, o no más de un par de gotas que parecen lágrimas de sangre cayendo por el borde del cáliz –. Así que gracias. 

Luego hago una pausa, me relamo y dejo que mis blanquecinos y empañados ojos vaguen por la estancia, perdidos. Estoy así casi, o tal vez exactamente, diez segundos, y vuelvo a mirar a mi anfitrión. No ha cambiado demasiado, pero se ve que no está en una situación agradable. Él me ha ayudado – aunque por interés, no me cabe la mejor duda –, y es hora de devolverle el favor. 

Haré lo que necesites, lo que haga falta. Nada me alegrará más que dar a los magíster enmascarados su merecido – intento ocultarlo, pero no se me da muy bien: hay rabia en mi voz, ira tiñendo mis palabras. Pero se me pasa rápido, nadie hay aquí, en el camarote, que merezca compartir el tormento que quiero infligir –. Y si por el camino quieres que me libre de alguien, no tienes más que decirlo – bajo el tono, no sé hasta que punto puedo hablar con libertad aquí –. Tal vez quieras librarte de ese nigromante, será un placer enseñarle el camino a la muerte.

Una nueva pausa. Sonrío y hago crujir mis nudillos en una sinfonía que recordará a mi amigo el ruido que hacen los huesos de un hombre al partirse, uno a uno. 

También te ayudaré con los prisioneros, aunque no he visto todavía a ninguno que merezca la pena. Son débiles, o compasivos, no... – lo digo con asco, pero me corto antes de acabar, recordando como uno de los que habían llegado con él derribó a varios de los matones que les atacaron con tanta o más velocidad que yo mismo –. Bueno, casi todos son así, a lo mejor alguno puede servir de algo. Pero tendrás que darles motivos para que no desconfíen más de mi. Si creen que trabajo para ti, bueno, puede que te quedes sin un par. 

Río, pero es un sonido alegre. 

Aunque dejemos eso para después. Cuéntame más acerca de esos Fonn'Aster y sobre quien trabaja para ellos. Y también de Arkhania, de Arhokan y de lo que me encontraré allí.

Cojo una pieza de fruta, y la muerdo hasta que su jugo me cae libre por la barbilla. Y en ese intervalo de tiempo no aparto la vista del gran capitán Davenrost. Tengo la mirada de un demente cuando pienso en el futuro... La de un loco que se acerca.

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12/02/2017, 21:54
-El Despeñapresos-

Tizoc
Recurres a tus sentidos, agudizados por el entrenamiento que la jungla te impuso, el eco del maderamen resuena en tu mente como si fueras uno con ella. Lo primero que percibes son dos golpes secos con eco metálico, producidos por los pies de alguien al caer en cubierta, alguien con una pesada armadura. Tras ello, otro individuo cae a su lado con el mismo sonido característico -¿Dos soldados?- Sin embargo, lo que más te llama la atención es la ausencia (por primera vez total) de las voces de los marineros de allí arriba. Tras unos segundos escuchas una conversación breve. Los martillazos de las reparaciones no te permiten entender todo con claridad pero sí gran parte:

-Soy Robillard, el enviado por La Universidad para asegurar que esta empresa se lleve a cabo con la mayor efectividad posible.- Pausa, silencio -Disculpad mi ignorancia, no conozco a todos los leales de la ciudad que velan por nuestra seguridad. ¿Quién sois?-

La voz inconfundible del nigromante entra en escena -Son soldados enviados por alguna amenaza. No importa sus nombres sino qué hacen aquí- Sentencia dando un paso al frente y dejando en evidencia que, sin duda, es el enviado por el Rey Muerto para velar por que sus intereses se lleven a cabo. Tras ello la voz muerta sigue hablando lanzando una hipótesis sobre el motivo de la llegada de aquellos individuos -Habrá un ataque y, aunque los presos desaparezcan y aparezcan en Arokhan, los recién llegados aún no lo son pero descuidáos. Proteged el barco que si fallecen yo engrosaré las filas del Rey Muerto alzándolos de nuevo por el bien de la ciudad.- Presos y... recién llegados... si, por lógica, vosotros sois los recién llegados quiere decir que... -¡No son marineros!¡Son presos de Arokhan!- (por eso acogieron la ayuda de Nickar de esa forma tan poco propia entre un reo y su captor).

La voz de Robillard te devuelve arriba -Contenéos. Muchos de ellos son más valiosos vivos que no-muertos- dice con energía -Si tenéis a bien...- el golpe de un tablón sobre la pared y los martillazos que le siguen te impiden escuchar el resto de la frase. Uno de los soldados de pesada armadura da un paso al frente -Yo soy Crom Daral y él es mi compañera Miraria Daragón- pausa -Somos miembros de la élite que custodia... [golpes de martillo] ...porque recibiréis un ataque inminente al amanecer.-

Las voces de los marineros, los murmullos, las reparaciones. Todo ello te saca de la presentación pero sabes que, aunque has escuchado dos, son más los que han llegado pero... -¿Por qué no has escuchado sus golpes al caer a cubierta desde el portal?- Una palabra se filtra entre los tablones -...Elvurith...- Elfos, uno (o una) al menos. Su delicadeza ha amortiguado el golpe. Tras ello y en silencio, escuchas los pasos que se dirigen hacia vosotros... pero algo ya está llegando, crujidos, chasquidos, -¿alimañas?-

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12/02/2017, 21:59
-El Despeñapresos-

Pain
Adviertes que Comadreja está algo distraído debido a las extrañas luces que han ocurrido en cubierta. Pese a no haber mostrado interés en un principio adviertes (conociéndole como le conoces) que algo le preocupa. Sin embargo, es sólo un instante cuando detectas esto en el contrabandista. Un atisbo de emociones del que te has percatado por tu ojo entrenado y por las fechorías que has vivido con él.

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12/02/2017, 21:59
Virming "Comadreja" Davenrost

Pain
Inspiro profundamente. Percibo el cambio y sólo digo una frase rápida -Sé cómo escapar de allí- la premura con la que pronuncio las palabras son suficiente señal a Pain para advertirle. Tras ello, guardo silencio y... -¿Qué es?- Algo en el suelo atrae mi atención -Oh, no, tú no. Que desagradable. Debe estar a punto de pasar algo gordo cuando te han enviado a ti...-

Pain pensaría que he perdido el juicio de no ser porque me conoce muy bien. Puede parecer que estoy hablando solo pero no es así. -Pain, la guardia de élite de la ciudad está aquí. Te presento a un vestigio del pasado. La Plaga le llaman los que no le conocen, pero su nombre real es Ugeus.-

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12/02/2017, 22:00
-El Despeñapresos-

Pain
Tus oídos captan algo raro. -¿Qué?- comienzas a preguntarte cuando divisas algo negro emergiendo de las vigas. -Escarabajos- Son pocos, dos, tres, cinco, veinte... cientos... incontables bichos atraen tu atención emergiendo de cada grieta y amontonándose junto a la mesa. Por primera vez, tu instinto revela a una criatura realmente peligrosa cuando la montaña de escarabajos comienza a fusionarse y empiezas a distinguir toda la parafernaria de un druida... no, no sólo un druida... una momia. -Por la diosa- Un rey, momia, druida, cambiante de plaga; cuando el ser emerge en toda su magnificencia con una risita arrastrada y ronca producto de unas cuerdas vocales secas y deterioradas. Sus ojos rojos se fijan en ti pero no sabrías qué emoción transmiten -¿sorpresa, admiración, rechazo, superioridad, nada, todo?-

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12/02/2017, 22:02
Ugeus "La Plaga"

Pain
Termina de formarse mi mandíbula y una lengua viscosa y negra emerge de ella. Me muevo entre chasquidos y me reclino apoyándome sobre la mesa al tiempo que la fruta que yace en el centro se pudre rápidamente -Co...ma...dre...ja- mi voz suda muerte, odio y júbilo. Me complace ver que el humano que comparte mesa con este capitán improvisado, en lugar de temer, admira. Los músculos de mis facciones crujen y se estiran esbozando una sonrisa -P...ain- mi sonrisa se ensancha. -No...mo...rid...ma...ña...na.- Les transmito y mis ojos chisporrotean. Me giro hacia Comadreja y, entre estertores y movimientos secos, estiro la mano -Lla...ves...de...cel...das- digo para su sorpresa y añado -Na...die...mo...ri...rá...ma...ña...na- y lleno de un entusiasmo con el que contagio a Pain pronuncio esas palabras tan deliciosas -Gran...ba...ta...lla- anunciando el evento que acaece sobre el destino de este navío y de su tripulación a la que ahora pertenecemos -No desearía estar en otra parte- la amenaza que se acerca es tan emocionante, que liberaremos a todos los presos, les daremos sus armas y lucharemos... o el Despeñapresos se despeñará al alba.

Entre risas vuelvo a cambiar transformándome en una masa de escarabajos que se filtra entre el maderamen, directo al nivel inferior.

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12/02/2017, 22:25
Cisco

-¡Uh!- Me estremezco de repente -He sentido un escalofrío- digo visiblemente alarmado.

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12/02/2017, 22:26
Reo 642

-Meeh- digo mientras miro a Yzlin -Yo... respeto... te respeto. Estoy... contigo- y al mismo tiempo que pronuncio la frase frunzo el ceño sin entender muy bien por qué o qué me está pasando. Quiero gritar, aporrearlo todo, pero me siento tranquilo, afable, sumiso... y la palabra se repite en mi cabeza -sumiso, sumiso, sumiso- mis ojos se abre -¡Magia! ¡He sido embrujado- sentencio completamente consciente de lo que me está ocurriendo aunque sin poder, aún, librarme de este terrible maleficio. Me reclino en mi celda haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad.

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12/02/2017, 22:29
-El Despeñapresos-

Gohozor
Antes que ninguno de los presentes, un sonido peculiar llama tu atención. Tumbado eludes las voces de aquellos mortales ingenuos y te concentras. No hay la menor duda, son insectos, pero no unos insectos normales. Escarabajos, sí, pero ese tipo no habita en los bosques o en las selvas, deben ser escarabajos de otro clima, otra zona... -¿Qué hacen aquí?- ...poco a poco escuchas el número y sabes que son demasiados para contarlos. Una marabunda desciende a través de las grietas del maderamen hacia vosotros.