Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

El Despeñapresos

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12/02/2017, 22:31
Reo 641

Miro a Yzlin tras oír a su compañera Lythrai -Que dura ha debido ser tu infancia para tener que pedir que te tratemos como una igual- digo con toda la maldad del a que soy capaz y sostengo su mortal mirada -Hazir, no es que los autores de tus libros no hayan conocido nunca a una medusa, es que nuestra querida Yzlin no es como las medusas de verdad. Es tan inferior, que tiene que pedir respeto con trucos de salón que, sin duda, se deben a sus compañeros de celda.- Digo alternando la vista con Lythray -Querida Lyth, oh Yz... patético... seguid así y no duraréis mucho en el lugar al que nos dirigimos- y por último despego un poco la espalda para terminar -El respeto hay que ganárselo- digo estando completamente de acuerdo con Hazir y Tizoc.

Pero entonces, la sonrisa de superioridad que me produce esta escena se borra de un plumazo cuando veo -¿qué diablos es eso?- unos gruesos puntos negros se deslizan desde el techo a la pared y ocultándose detrás de los cañones de estribor.

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12/02/2017, 22:32
Alona Hordalad

Con los míos, los líderes mostraban su intención de serlo poco tiempo antes de demostrarlo. No doy mi voto y me mantengo en silencio, pero no aparto la mirada de aquella criatura de cabello serpentino. -Gánatelo- sentencio aceptando sus palabras y aunque admiro su demostración, mi tribu sólo sigue a su instinto, seguir al más fuerte/ser el más fuerte -pero estoy muy lejos de casa y si ella entiende este mundo mejor... ¿qué es eso?- me giro para acercarme a los barrotes y mirarlo bien. -¿Bichos?-

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12/02/2017, 22:33
-El Despeñapresos-

Hazir
Sigues la mirada de Krishnarj y Alona y te sorprende sobremanera ver aquello. -¡Escarabajos del desierto!- de un negro azulado maravilloso, aquellas fantásticas criaturas eran muy conocidas (y temidas) en tu región pues son famosas por consumir la carne de sus víctimas dejando el hueso limpio. -¿Pero qué hacen aquí?

Afortunadamente sólo son dos...cinco...diez...cientos...incontables... se agrupan amontonándose en una columna que poco a poco se fusiona haciendo aparecer una... distingues el colgante, el brazalete... se trata de un rey momia. Tienes ante ti a un mito, una leyenda protagonista de un cuento para asustar a los incautos, uno de los antiguos emperadores del desierto y, por esas historias, sabes quién: Ugeus “La Plaga”.

No hay distinción, para esta criatura sólo hay pocas distinciones: esclavos, súbditos o soldados.

 

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12/02/2017, 22:36
-El Despeñapresos-

Gohozor
Cuando ves al primero adviertes que no es un insecto normal y distingues magia druídrica en él. Uno de los marineros intenta aplastar a uno de ellos -no debería haberlo hecho-. Cientos de insectos surgen de todos los rincones y, cerca de tu celda, se funden en una masa humanoide. Comienzas a distinguir signos inequívocos de druida, un druida poderoso. Pero para perturbación de tus sentidos, cuando termina la transformación descubres que se trata de un ser escuálido, de piel seca y correosa que deja ver los huesos bajo ella en aquellas zonas libres de vendajes. -Un no-muerto druida- Identificas un símbolo que da lógica a la escena. Tienes ante ti a un Cambiante de Plaga.

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12/02/2017, 22:55
Ugeus "La Plaga"

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
Mientras la conversación sobre el líder tiene lugar, unos insectos gordos, de un negro con brillos azules precioso, vivo, comienzan a emerger de las grietas entre el maderamen (pero no por la abertura que están a punto de terminar). Vienen de arriba. Al principio sólo veis dos, uno de los marineros intenta aplastar uno de esos insectos a golpe de martillo pero, aunque el impacto le ha dado encima, el duro caparazón de aquel bicho absorbe el golpe quedando intacto.

No dejan de salir hasta convertirse en una masa negra que se amontona a un lado de la estancia, frente a la puerta de entrada, más cerca de la celda de Lisa, Gohozor, Lythray, Yzlín y el Guardia que de ninguna otra. La forma comienza a compactarse, los insectos se fusionan dando lugar a una figura humanoide bastante alta. Vestido con túnicas de paño (no hay duda de que usa la magia) y una amplia capucha.

Sus ojos muertos se deslizan por la estancia hasta localizar al marinero imprudente. Lo coge del cuello y, alzándolo, emite un sonido, una voz producto de cuerdas vocales secas y rajadas -to...da...vi...da...a...ni...mal...es...va...lio...sa- tras ello deja al atemorizado humano en el suelo, ignorándolo. Se vuelve hacia vosotros y podéis ver los músculos de su rostro estirarse en lo que produciría una sonrisa, pero sus dientes desnudos ya se muestran en su plenitud.

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12/02/2017, 22:58
-El Despeñapresos-

Pesadas pisadas descienden por la escalera y ante vosotros aparece un hombre moreno, alto y corpulento. Lleva un arco largo compuesto de gran calidad a la espalda, junto a un espadón. La armadura completa le cubre prácticamente la totalidad del cuerpo y cuesta creer que alguien pueda moverse con semejante peso.

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12/02/2017, 23:00
Crom Daral

Inspiro y veo a los seres que están allí encerrados -irónico- comento. -¡Tú!- señalo al marinero más cercano de Ugeus -Trae sus pertenencias- le ordeno y me complace ver que se apresura a cumplir la orden. Tras ello me giro hacia los presos -Mi nombre es Crom Daral, lugarteniente de la Orden Roja y protector de la ciudad a la que os dirigís.- Les digo mientras extiendo una mano hacia mi compañero druida y él me da las llaves que, previamente, pasó a recoger del camarote del capitán.

Las miro, las muevo. -Habéis sido escogidos cuidadosamente de una larga lista de presos para prestar un servicio. Pero nuestro adivino ha predicho el destino de este navío. El Despeñapresos será atacado al alba y caerá.- Hago una pausa para que todos sean conscientes de las implicaciones de aquello, de todas las implicaciones. No sólo de perder un recurso como este barco sino de ellos mismos. Ahí, encerrados. -Nos han enviado a evitarlo y eso haremos.- Me giro hacia el marinero que arrastra un cofre y un macuto. Inspiro pausadamente y vuelvo, justo cuando voy a volver a hablar veo los cuencos amontonados... no me salen las cuentas. -Eso- señalo los cuencos -es la influencia del Rey Muerto sobre este capitán. Pero, contrario a lo que pueda parecer, nosotros no servimos a sus intereses- digo haciendo alusión a mi fiel compañero Ugeus. Cuando el marinero termina de traer las pertenencias doy la orden siguiente -¡Todos fuera! Preparad una cena como es debido. Para todos ellos.- Me dirijo hacia los presos -Os necesitamos a pleno rendimiento mañana. Se os entregarán vuestras armas, os asignaremos a una sección del barco y, por los dioses, que no caeremos mañana.-

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12/02/2017, 23:07
-El Despeñapresos-

Las palabras de Crom se transmiten con autoridad, pero al mismo tiempo os inundan de su seguridad, os contagia su personalidad de voluntad férrea. Se trata de un líder al que los individuos de carácter combatiente os gustaría seguir.

Notas de juego

Aura del valor: Es inmune al miedo (mágico o de otro tipo). Los aliados a menos de 10' de él obtienen un bonif. +4 de moral en los TS contra el miedo.

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12/02/2017, 23:10
Crom Daral

-Nickar, Ishrad, Amok- pausa, abro su celda -Hazir, Serge, Tizoc, Alona- pausa, abro su celda -Yzlin, Lythrai, Lisa y Gohozor- pausa, abro... miro a los reos en el interior al percatarme de la puerta pero no digo nada. Hago el recuento y estoy seguro de que con cada nombre que pronuncio les infundo algo... como que los conozco de mucho más que una lista. -Un Kobold y un soldado de prisión- remato con la totalidad. -13, junto con Pain, Comadreja y los magos Robillard y el no-muerto... y  los 18 marineros que restan de la tripulación- hago una pausa -35, 39 con nosotros cuatro.- Inspiro profundamente -Nos superan en número generosamente.- Les anuncio más con entusiasmo que con pesadumbre.

Miro a Nickar, fuera de la celda, cerca las reparaciones. -Deja ese martillo. Mandaré a alguien a que termine el trabajo.- Le aseguro y añado -Coge a Colmillo y Gólem mañana Sílfide descansará pero quizá pueda deleitarnos durante la noche.- Tras ello miro a sus compañeros -Coged todos vuestras pertenencias. Nos vemos en cubierta.-

Salgo de la bodega.

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12/02/2017, 23:26
Ugeus "La Plaga"

Cuando Crom se marcha giro la cabeza con movimientos secos mientras mis tendones crujen. Miro a Gohozor en primer lugar y luego, realizando los mismos sonidos, a Hazir, justo antes de adoptar de nuevo una forma más cómoda y desaparecer deshaciéndome entre las rendijas y huecos de aquella estancia.

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12/02/2017, 23:30
-El Despeñapresos-

La bodega queda momentáneamente sumida en el silencio. Vuestras celdas están abiertas y vuestras pertenencias se encuentran en el centro de la sala. No hay marineros ni nadie que pueda estar presente. Quizá algún que otro escarabajo pero nadie más.

Notas de juego

Bueno, se acerca el último combate del preludio para deleite de todos y, especialmente, de aquellos que querían un tutorial. Será un combate real con daño letal y todas sus implicaciones. Podréis disponer de todo vuestro equipo y lucharéis junto a cuatro miembros de la guardia de élite de Arokhan.

Como ya os comenté, en esta partida compartiréis escenas con personajes cuyos niveles oscilarán entre el 1 y... bueno... creo que lo máximo es un rango divino de 18 pero no estoy seguro (como tampoco es seguro que lo encontréis). xD

Y, como también pudisteis leer, todo es posible. Por ejemplo, sería muy fácil que entre seis de vosotros destruyerais a Ugeus. Incluso puede que a Ugeus y Crom. Por supuesto, sois libres de enfrentaros a ellos cuando queráis o, mejor dicho, cuando llegue el momento oportuno.

Os acercáis a una ciudad en la que todo evoluciona y cambia, cuyos personajes siguen sus propios intereses y que no dudarán (orientados desde la perspectiva correcta) en ayudaros a escapar, en concederos la libertad, en desear vuestra eterna estancia en Arokhan o en torturaros hasta morir. Todo depende del cómo.

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12/02/2017, 23:45
Elvurith Ur'Dómine

Pain
Abro la puerta de la estancia del capitán quedándome en el umbral y mirando a los dos comensales. Por la cara de Comadreja (que tengo en frente) Ugeus ya ha pasado por aquí, hecho confirmado al ver la fruta. -Un placer volver a verte, Virming.- Le dedico una sonrisa mientras me acerco a la mesa -Volveré a verte sangrar- le aseguro ahora que sé que es consciente de lo que se avecina. Miro a Pain -Tú y tus compañeros habéis sido escogidos cuidadosamente de una larga lista de presos para prestar un servicio. Pero nuestro adivino ha predicho el destino de este navío. El Despeñapresos será atacado al alba y caerá.- Hago una pausa, inspiro profundamente sintiendo la emoción del combate que se acerca -Pain.- Digo su nombre con familiaridad, he leído tanto su historia que siento que le conozco bien -Soy Elvurith Ur'Dómine. Asesina, por supuesto, pero mi especialidad, mi deleite, mi inspiración, mi mejor obra siempre viene de la mano de no-muertos o...- me estremezco de placer por los recuerdos -...de demonio y diablos- le digo consciente de que él sabe apreciar lo que es el arte, aunque se mueva en una paleta de color distinta. -Nuestro líder ha bajado y ha abierto las celdas de tus compañeros. Habrá puesto todas vuestras pertenencias a su disposición por lo que, si tienes algo ahí abajo, ve a por ello antes de que alguno lo coja prestado. Necesitamos a todos los efectivos y una baja prematura sería contraproducente. Lo entiendes ¿verdad?-

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12/02/2017, 23:52
-El Despeñapresos-

Si Ugeus era exótico, esta elfa... provocativa, sensual y mortal. Un arma peligrosa con seductoras curvas y una curiosa forma de ser. -¿Qué diferencia en esa condenada prisión a los guardias de los presos? Seguramente sólo los grilletes porque la moralidad, desde luego, no-

Notas de juego

Bueno, se acerca el último combate del preludio para deleite de todos y, especialmente, de aquellos que querían un tutorial. Será un combate real con daño letal y todas sus implicaciones. Podréis disponer de todo vuestro equipo y lucharéis junto a cuatro miembros de la guardia de élite de Arokhan.

Sé que ya conoces mis partidas (y ahora que sabes que todo está conectado, más) pero te copipego lo que les he dejado a ellos a continuación del párrafo anterior:

Como ya os comenté, en esta partida compartiréis escenas con personajes cuyos niveles oscilarán entre el 1 y... bueno... creo que lo máximo es un rango divino de 18 pero no estoy seguro (como tampoco es seguro que lo encontréis). xD

Y, como también pudisteis leer, todo es posible. Por ejemplo, sería muy fácil que entre seis de vosotros destruyerais a Ugeus. Incluso puede que a Ugeus y Crom. Por supuesto, sois libres de enfrentaros a ellos cuando queráis o, mejor dicho, cuando llegue el momento oportuno.

Os acercáis a una ciudad en la que todo evoluciona y cambia, cuyos personajes siguen sus propios intereses y que no dudarán (orientados desde la perspectiva correcta) en ayudaros a escapar, en concederos la libertad, en desear vuestra eterna estancia en Arokhan o en torturaros hasta morir. Todo depende del cómo.

Por cierto, me falta alguna cita que poner para leer y saber unas pinceladas de Elvurith, pero hoy no doy para más. xDD

(Las fichas y los turnos me han dejado muerto)

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13/02/2017, 00:02
Nickar

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
Nickar aprovecho, se esperaba otra cosa, pero al ver aquella escena, dejó el martillo y se desató la cuerda. No tardó un instante, se lanzó sobre el cofre mirando la espalda de Crom, cogíó su cinto y en él, acomodó a sus inseparables Colmillo y Golem, con una amplia sonrisa caminó hasta el hobgoblin apunánole con su estoque - estoy de buen humor, y por ello no te atacaré, pero no oses insultar a una medusa,o e las verás conmigo - dicho eso acercó un dedo para ver como se movían las serpientes - ¡increible! ¡genial! - daba saltos de emoción, hasta quue un segundo después se puso ante ella suplicante - dame un poquito de veneno por favor, solo un poquito ¿vale? - aunque si su mirada no petrificaba, tal vez no tenía veneno, al pensarlo antes incluso de que le respondiera, caminó algo frustrada hacia el cofre. De él colocó entre sus alas, una mochila que parecía no molestar al movimiento de las mismas, tras moverla para colocarla adecuadamente. En ella introdujo varias cosas mas pequeñas, muchas en los bolsillos que disponían de mayor facilidad para ser alcanzados. De lo más grande que se pudo apreciar, fue un petate para dormir y una cuerda de seda, un bastón, y el odre de agua que colgó de la propia mochila. Tras recoger todo su equipo, golpeó suavemente a uno de los escarabajos - sois fuertes eh,... ¿no tendréis un poquito de veneno? Me gusta tener a colmillo alimentado, así su primera estocada es más gratificante...

Notas de juego

Colmillo, el estoque Golem, la maza ligera Sílfide, la flauta

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13/02/2017, 01:10
Hazir Al-Tamsa

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
La respuesta de Lythrai fue tan magnífica como había esperado: firme, sensata y clara. Estaba claro que su negativa había encendido algún recuerdo desagradable de su pasado, pero admiró su capacidad para controlarse. Por desgracia, seguían sin entender que un líder nunca puede ser un igual, aunque al final parecía que la idea de colaborar en igualdad de condiciones prosperaba. Hazir sonrió con aprecio: por sus palabras, sus compañeros no eran nada pusilánimes, eran gente de acción, de ideas firmes, y eso le encantaba. 

Pero entonces habló el hobgoblin, y la sonrisa de Hazir cambió radicalmente, aunque no perdió ni un ápice de anchura. Ya no era alegría. Ya no era satisfacción. Ya no era nada bueno. Era terrible y peligrosa, era afilada como una daga, ponzoñosa como el aguijón de un escorpión. Sus bordes eran rectos y puntiagudos como flechas, y la ira se inscribía en ellos. 

Se levantó, despacio, cerrando los puños, y se volvió hacia el gran trasgo. Le clavó su mirada, fija y agobiante, y dio un paso hacia él. 

-Krishnarj-dijo a través de su sonrisa, mordiendo el nombre con furia de perro rabioso-Qué irónico que hables de criaturas inferiores... precisamente tú-dio otro paso, las palabras eran veneno que salía de su boca, cortas y rápidas como ladridos.

Sin embargo, por segunda vez ese día, algo distrajo a Hazir, impidiendo que llegara hasta el gran trasgo, lo que probablemente hubiera tenido malas consecuencias para alguno de los dos, si no para los dos. Un sonido de patas contra la madera, deslizándose, y un resplandor repentino hicieron que un sudor frío inundara el cuerpo de Hazir. Su subconsciente gritó, arrojando a su mente todo tipo de recuerdos espeluznantes, repletos de centenares de patas, mandíbulas chasqueantes y el sonido terrible y truculento de cientos de seres abriéndose paso por la carne de una criatura aún viva. 

La sonrisa en el rostro del quishashi se desvaneció, llevada por esas imágenes, y por primera vez en mucho tiempo (para sus compañeros, por primera vez desde que le conocían) su rostro dejó de mostrar alegría, para ser sustituida por verdadera preocupación. ¿Ak'zartune? ¿Aquí? No es posible...

Hazir desvió la mirada de Krishnarj, ignorándole, y se fijó en los escarabajos, que entraban en la cubierta. Vio que uno de los guardias golpeaba con su martillo a uno en el caparazón, un caparazón que, como Hazir bien sabía, podía aguantar armas mucho más pesadas. 

-¡No!-gritó hacia el guardia, pero demasiado tarde: ya le había golpeado. Afortunadamente el insecto sólo se revolvió y se situó fuera del alcance del arma del preso. Aunque el corazón de Hazir trotaba como un caballo, y se había quedado rígido, suspiró al ver que sólo eran unos pocos. Demasiado pocos para representar una amenaza seria contra todos los tripulantes del barco, aunque sin duda podrían matar a uno o dos de los marineros...

El corazón de Hazir pasó del trote al galope como un animal desbocado en un segundo, y latió con tal fuerza que estuvo seguro de que le rompería las costillas desde dentro. Por entre todas las tablas, hasta por las aberturas más pequeñas, los escarabajos salían, a decenas, a centenares, demasiados para contarlos, demasiados para seguirlos con la vista. Demasiados, en suma, como para que ninguno de ellos saliera de allí con vida, excepto los que pudieran volar. La vista de Hazir se desvió hacia el agujero del casco, aún sin cubrir del todo, y valoró la distancia que le separaba de él. ¿Podría romper la puerta y saltar antes de que le alcanzaran? Sin duda, moriría, pero morir aplastado contra el suelo era cien veces mejor que devorado vivo por aquellas terribles criaturas...

Aún estaba valorándolo cuando los escarabajos se juntaron en una columna, un comportamiento extraño en ellos. Una parte de su mente que no estaba ocupada valorando imposibles planes de huida se preguntó qué estaban haciendo, y de pronto un brazalete brilló y las criaturas se transformaron, juntándose, en una figura humanoide. 

Si lo que había asustado tanto a Hazir eran los escarabajos, podría pensarse que se relajó al ver que desaparecían -casi todos- y se convertían en ese ser, pero no fue así en absoluto, sino que su corazón latió aún con más fuerza, mientras comenzaba a sudar a pesar del frío del barco. Su bronceada piel ocultó un poco el hecho de que había palidecido ligeramente. También había identificado aquello, y no era ningún humano, por lo menos ya no. A su mente acudieron símbolos arcanos escritos en vendas acartonadas, una fuerza terrible y mortal, y un toque capaz de corromper la carne y pudrir los huesos con un solo roce. 

Un señor de las momias... ¿Aquí? ¿Qué está ocurriendo? ¿Es que las peores criaturas de mi país han decidido volver a hacerme una visita?

Pero no: lo que tenía ante él no era un señor de las momias corriente. Recordó un libro grande con dibujos coloridos, el agradable frescor de las sábanas de seda y el aroma a especias y viento del desierto en el pelo dorado como las arenas de su madre. Recordó las historias, los cuentos que le había leído cuando, testarudo, se negaba a dormirse. Recordó las historias de un emperador, un terrible ser que trascendió la muerte y la ley natural sólo para poder seguir oprimiendo a sus súbditos, para seguir esclavizando y matando, un cuento que hacía estremecerse a los niños de Quisan: Ugeus. Ugeus el terrible, Ugeus la Plaga. 

Con aquél ser no valdrían las palabras: los que no eran sus súbditos, eran sus enemigos, y sus enemigos no tardaban mucho en convertirse en sus esclavos. Cerró aún más los puños, mientras su pulso latía desbocado: estaba en presencia de una leyenda viva (si es que "viva" era la palabra), y una pequeña parte de su mente que no estaba incrédula y aterrada sintió júbilo ante tal experiencia, aunque fuera a ser la última. 

Sin embargo, Ugeus no pareció agresivo, no habló con esa voz grave de malo de cuento que su madre había falseado tantos años atrás, ni siquiera mató al pobre marinero al que había cogido por el cuello. Eso hizo que el pulso de Hazir fuera normalizándose, y la parte de su mente que sentía júbilo y emoción fue expandiéndose hasta engullir por completo las partes aterradas o incrédulas. En pocos segundos, su sudor desapareció, y Hazir volvió a la normalidad, mientras su sonrisa volvía a aflorar a sus labios, alegre como siempre. 

Hazir se dobló en una elegante reverencia que se reservaba en la corte quishashi sólo para cuando uno está frente a los más altos cargos, el Gran Sultán, o, antiguamente, los emperadores y faraones. Le costó rescatar de su memoria la frase, en el idioma antiguo de su tierra (antes de que el común se impusiera en la nación), que en los cuentos se usaba para tratar con el emperador o el faraón, una fórmula que ya solo se usaba con el Gran Sultán. 

-Ugeus-dijo, en un idioma silbante como la voz de una serpiente-Al'hamta kal ha ni matkar karthazune.

Cuando por fin se alzó de nuevo, vio que otro personaje había entrado: imponente, su presencia rivalizaba con la del antiguo emperador. Un vistazo rápido bastaba para ver que ni su armadura era para lucirla ni la espada para los desfiles: aquél hombre era un guerrero, e iba armado y protegido como si fuera a asaltar una fortaleza. Notó su aura, su poder filtrándose en él y llenándole de coraje. Ya había sentido eso antes, y supo que aquel hombre no era un guerrero corriente, era un líder nato y un capitán de tropas. Sus palabras eran autoritarias, pero la sonrisa de Hazir se ensanchó de nuevo al oír mencionar la cena, y su estómago dio un vuelco de emoción. Dio gracias al Señor de las Arenas por ello. Por fin una comida en condiciones. 

Parecía que se acercaba una batalla, y no una fácil. El guerrero fue abriendo sus celdas, mencionando sus nombres, invitándoles a salir. Puertas rotas y ahora nos liberan sin más, pensó. Las celdas de aquel barco parecían más decorativas que otra cosa. Volvió a plantearse quiénes eran allí los presos y quiénes los carceleros. 

Salió tranquilamente de la celda, pero con mucho cuidado de alejarse lo más posible de los pocos escarabajos que quedaban por entre las maderas del suelo. Cogió del cofre su única pertenencia: un collar hecho de hilo de tripa, fino pero resistente, del que pendían unos colmillos largos y del color de la arena, de diversos tamaños y longitudes. Verlo le recordó el dolor que había supuesto su creación, pero al ponérselo suspiró y sintió la confianza de las pruebas que había sido capaz de superar hasta hacerse con él. El guerrero había dicho que les necesitaría a pleno rendimiento mañana, así que alzó la voz y le llamó antes de que tuviera tiempo de irse. 

-Mi señor Daral-dijo, cortés-Discúlpeme, pero me temo que estas no son todas mis pertenencias: perdí unas cuantas cosas cuando me capturaron, y estoy desarmado. ¿No le sobrará a alguien un arma por casualidad? Cualquiera me vale, y le seré más útil con ella. 

Sonrió conciliador, mientras se ajustaba el colgante al cuello, dejándolo bien holgado. Recordó con nostalgia sus armas y el resto de cosas que había perdido, pero ahora mismo, cualquiera era mejor que nada, más si había que luchar contra un enemigo superior. Casi se le para el corazón cuando vio a Nickar golpear a uno de los escarabajos con el dedo, como si jugara. Se dirigió a todos, y, aunque sonreía, sus palabras eran serias. 

-Tened cuidado con esos escarabajos. En la lengua común se llaman escarabajos del desierto, pero en mi país los llamamos ak'zartune, los devoradores de la carne. Son capaces de comerse a un hombre entero en lo que se tarda en respirar tres veces, y los huesos no quedarían tan limpios ni hervidos. Lo mejor es que ni os acerquéis a ellos. Lo siento, Nickar, no tienen veneno, pero no les hace falta cuando pueden excavar por la carne como un pez nada en el agua.

Sus ojos delataban que no lo decía por decir, que había visto los estragos que podían causar. 

Notas de juego

Master, creo que ese post no era para nosotros ^^

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13/02/2017, 01:40
Nickar

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
Interesante saber que esos bichos eran tan voraces, miró distanciándose del que golpeó suavemente y sonrió - morir devorada por un insecto, suena tentador jijiji - una risa traviesa que maquinaba algo se apresuró hacia las escaleras - ¡disculpe! ¡Crom era! ¿verdad? ¿podría hablar un momento con usted? A parte de no saber como puede usted conocer a mis tres compañeros, me gustaría preguntarle sobre una ligera estrategia jijiji si, muy ligera jajaja. - puede que sus cambiantes aptitudes, fueran o parecieran inocentes, pero su estratégica mente era más caprichosa y por ello impredecible que eso. Lanzó su bastón hacia Hazir mientras subía las escaleras - si no encuentras un arma que te guste más, puedes quedártelo, me irá bien quitarme algo de peso jijiji.

Notas de juego

Bastón, arma doble, o normal si prefieres usarla como tal, contundente 1d6/1d6

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13/02/2017, 02:11
Serge Leblanc

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
El ladrón sonrió confiadamente. Ya había visto a la doncella curando las heridas de su amigo Hazir y si éste no sólo no se quejaba, sino que se lo recomendaba… Muy tonto tendría que ser para rechazar las atenciones de tan bella dama. Se acercó a los barrotes que separaban ambas celdas para dejar que Yzlin le examinara el hombro.

Para ayudar a la medusa, Serge retiró las prendas que le cubrían el brazo y el hombro, dejando ver lo esbelto y pálido que su cuerpo era en realidad bajo todas esas vendas. Bueno, esbelto y pálido al menos lo que no estaba hinchado y enrojecido por el golpe. Incluso estaba empezando a amoratarse ya, eso le dolería mucho mañana si no se trataba pronto. Ah, pero el remedio estaba ahí de pie, dedicándole una mirada de terciopelo mientras sus manos se movían hacia el hombro herido del ladrón. Miró directamente a aquellos preciosos ojos y susurró:

  -S'il vous plaît

Sin embargo, no es que tuviera mucho tiempo para disfrutar del contacto de Yzlin mientras le curaba, ya que los carceleros les trajeron la cena al cabo de un breve rato. Serge sintió el impulso de lanzarse a coger lo primero que estuviera al alcance de sus manos, pero no pensaba dejar que el hambre le convirtiera en una bestia. Menos cuando había delante señoritas tan bellas frente a las que no quería dar mala imagen. Afortunadamente sus compañeros solucionaron rápidamente el reparto. Había elegido bien depositando su confianza en Hazir y Tizoc. Sin duda eran compañeros a los que merecía la pena mantener cerca y a salvo.

Tras una cena rápida, el ladrón volvió a observar en silencio. Parecía que se estaba cociendo algo gordo. ¿Portal? ¿A qué se referirían con eso? Fuera como fuese, la atención de Serge Leblanc regresó a la encantadora Yzlin cuando ésta comenzó a hablar del liderazgo del grupo, destacando las habilidades en las que sobresalía. Serge Leblanc sonrió.

 -Mis camarades han hablado, ma cherie. No somos un reino ni una orden hermética. Sólo somos un grupo de criminales que ansían saborear la liberté de nuevo. Y precisamente ahí radica nuestra fuerza. Sabemos colaborar, tratar a los compagnons como nuestros iguales sin que tengan que pedirlo. Y también sabemos bajar de su pedestal al que se sube con demasiada facilité.

El ladrón dedicó una mirada envenenada a Krishnarj antes de acercarse a la medusa.

 -Hablad y seréis escuchada. Opinad y se os tendrá en cuenta. Mais no más que a Hazir, Alona o Nickar. Esa es la base del grupo. Y de notre alliance. En vuestras manos está el aceptarla o no, ma cherie.

Luego miró a Lithray y sonrió.

 -Yzlin tiene suerte de contar con una aliada tan magnifique como tú, cherie. Sería una gran ventaja para mí y mis compañeros contar con esa energía y esa voluntad que posees. Ser tus alliés sería el mayor de los honores.

Y entonces llegaron aquellos personajes extraños y siniestros a advertirles acerca de su próxima labor en el barco. ¿Un ataque en el que el barco iba a sucumbir? Eso sí que sonaba fatal. Pero… al menos les iban a devolver sus pertenencias y a dar una grandiosa cena. Ojalá no fuera también la última.

Serge Leblanc se acercó al baúl donde se encontraban sus posesiones, recuperándolas con una sonrisa. Cogió primero sus armas, una espada corta bellamente ornamentada, con el pomo tallado de manera que sugería la figura de un cuerpo desnudo de mujer y una daga que, lejos de estar tan personalizada como su compañera, estaba en perfectas condiciones. Luego buscó hasta encontrar sus queridas herramientas de ladrón. Sus ojos brillaron de la emoción cuando volvió a acariciar el estuche de cuero entre sus dedos.

 -Mes petits anges… Vous m’avez manqué?

Al menos tenía sus cosas de nuevo junto a él. Si se diera lo peor de lo peor, como mínimo podría morirse en paz.

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13/02/2017, 11:26
Gohozor del Mar de Hojas

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
Gohozor no pudo más que aplaudir aunque se quedó sentado donde estaba. — y dime Tizoc ¿cuándo van a venir los espíritus a tomar la desición? — no esperó la respuesta y se dirigió a Yzlin — una consejera está bien siempre que haya un líder — al menos la mole de carne parecía que no sería un problema — en cuanto a tí,  Krishnarj, suerte si quieres ir por tu cuenta. 

Se dirigió a todo el grupo — vuestra idea de discutir las cosas es graciosa,  me reiría si no fuera porque llevarla a cabo podría suponer mi muerte,  y la vuestras aunque eso me importa menos, todo sea dicho.  ¿Sugerís que en medio de una huída nos detengamos para decidir si tomamos el camino de la derecha o el de la izquierda?  En ese caso os sugiero que ni lo intentéis. 

Fuera un sonido le llamó la atención.  ¿una nueva amenaza?  Tal vez pero no tenía sentido preocuparse antes de tiempo.  Ya se había alarmado cuando Ruffus había aullado y al final no sucedió nada. 

Cuando los primeros insectos entraron buscó en su mente alguna forma de deshacerse de aquella plaga,  entonces un soldado aplastó uno de ellos y alguien le gritó que no lo hiciera. Se preguntó si aquella marabunta se detendría con unas palabras y entonces notó la magia druídica detrás de aquel suceso y no le gustó nada. 

Aún le gustó menos lo que sucedió después.  Un druida no muerto, un maldito señor de las plagas y lo que era peor parecía formar parte de los carceleros. La llegada del elfo o ¿era una elfa? lo confirmó. 

Nada de lo que el orejas puntiagudas dijo le importó en realidad.  Elegir entre una carcel dimensional según Lythrai y caer en un territorio desconocido no suponía ninguna diferencia para él,  salvo que si sobrevivía a la caída tal vez pudiera volver a su bosque. Enseñó sus dientes verdes a los recién llegados — un no muerto es un muerto — dijo refiriéndose al señor de la plaga — mantedlo lejos de mí si quieres que siga siendo un no muerto. En cuanto a lo de luchar ¿por qué iba a hacerlo? ¿vas a liberarme si OS ayudo a llevarme a una prisión? 

Recogió sus armas y volvió al interior de la celda — éste es el único lugar que voy a proteger al menos que me traigas a Ruffus y me propongas un trato.  Si no supongo que la caída es igual de dura para todos. 

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13/02/2017, 12:00
Tizoc

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
Tizoc comenzó a ponerse nervioso. Su mirada se perdía en el techo de la bodega del barco mientras su compañeros intercambiaban palabras sobre el liderazgo y la igualdad. Su atención estaba en otra parte, los ecos de las palabras de sus compañeros se perdían en su mente mientras el goblin iba más allá. 

Cada segundo que pasaba, el trasgo se iba inquietando más y más. - Varios hombres que visten el metal han bajado al barco. Al menos tres, creo que más. Y traen un orejas picudas con ellos. - dijo el trasgo mientras se movía por la celda nerviosamente. - Suenan. Clonk Clonk, Clonk Clonk. El orejas picudas suena diferente. - dijo el trasgo ante la incrédula mirada de Alona. - Algo va a atacarnos al amanecer. - dijo antes de guardar silencio, los pasos bajaban a la bodega. 

Los bichos lo llenaron todo un instante después, los había oído y visto pero lo que pasó a continuación lo acojonó del todo. Sabía que tenía que comportarse, sabía que no podía parecer débil o asustadizo pero no pudo evitarlo. Se encogió sobre si mismo mientras retrocedía hasta que su espalda se pegó a la pared del barco. Cualquiera que supiese algo de animales vería que su postura era similar a la de un perro asustado. Estaba a tan solo un instante de salir corriendo cuando el hombre de metal bajó por la escalera. Su presencia era tranquilizadora, había algo en él que daba seguridad. Escuchó como sus palabras confirmaban lo que había oído y contado a sus compañeros. 

Pero para su sorpresa, los iban a soltar y a encomendarles parte de la defensa del barco. Está claro que había algo raro con aquellos hombres. O estaban tan jodidos que daban por esa apuesta era lo único que les podía salvar o...  El hombre de metal se fue y el demonio de insectos volvió a transformarse y abandonar la sala. Tizoc respiró tranquilo después de la tensión mientras miraba con envidia a sus compañeros que se dirigían al cofre y sacaban de él brillantes armas perfectamente labradas, flautas de música, colgantes e incluso un petate, un odre y un montón de cosas más. 

El salió de la celda con pasos cortos y no hizo siquiera ademán de acercarse al cofre. ¿Para qué si no tenía nada allí? - En este barco no hay guardias. - dijo intentando llenar el silencio que se había creado (o así lo sentía él) mientras todos cogían sus cosas del cofre. - Todos los marineros son presos. Presos de Arokhan. - dijo el trasgo. - Lo han hablado antes en cubierta. El otro hombre de hierro se llama Esderian Eslevs y el orejas picudas Elvuris o Elvurith o algo parecido. Los martillazos no me han dejado oír más. - dijo disculpándose y esperando algún tipo de reprimenda por haber fallado. - Son la élite de la ciudad a la que nos llevan. - añadió por si eso pudiese ser importante para los presentes.

No puedo predecir cuando actuarán los espíritus, no soy un chamán, pero siempre están ahí observando y moviendo sus hilos para que el mundo gire. - dijo el goblin mirando al hombre planta antes de poner rumbo a la cubierta. Si tenía que morir no sería en una jaula, y seguiría fiel a su moto. - Vive hoy para morir mañana. - dijo en voz baja. Ese era su propósito de cada día.  

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13/02/2017, 12:14
Hazir Al-Tamsa

Hazir, Ishrad, Lythrai, Nickar, Yzlin, Serge y Tizoc
Hazir atrapó el bastón que Nickar le lanzaba al vuelo, y le dio unas vueltas rápidas en las manos, haciendo silbar el aire a su alrededor, probándolo. Quedaba claro que no era la primera vez que cogía uno, y que había recibido entrenamiento en su uso. Verlo le recordó a los guardias de las arenas de combate, que los usaban para reducir o azuzar a los animales peligrosos a los que se enfrentaban algunos de los luchadores, y recordó en sus propias carnes el dolor que un golpe bien dado con uno podía causar. Comprobó que aquel bastón no era una simple palo de caminante, sino un objeto equilibrado y fabricado como arma. Sin duda no era como un alfanjón o una gran hacha, pero, si había que pegarse con alguien, era mucho mejor que nada. Se lo puso a la espalda, sujetándolo con sus desmejoradas ropas, e inclinó la cabeza ante Nickar.

-Gracias, me vendrá bien. 

Sin embargo, siguió esperando la respuesta de Daral, pues tal vez tuviera algo más para él. 

Notas de juego

Lo llevaré como arma a dos manos.