Partida Rol por web

Había varias cosas que en efecto no habíamos considerado en las palabras del Gnoll, y ahora que sabíamos ya la situación a una mayor escala podíamos tomar mejores decisiones, ahora, lo primero que me venía a la mente eran algunas preguntas para esta hiena

-aún hay más afuera?.- pregunté señalando los cadáveres de los otros gnolls desperdigados por todo el piso cubiertos con residuos fecales, estaba claro que la hiena era el alfa de este grupo, pero dudaba que fuesen los únicos mercenarios contratados, y si había más... bueno... quizá el oro también pudiese comprarles a ellos.

Ahora que había lanzado mi pregunta, contemplé el medallón que le había quitado a Theod, aún tenía que responder a Yzbilla, en realidad poco me importaba lo que ella hiciera con el, tampoco me importaba demasiado lo que Theod pudiese decir en Arkania sobre lo que hice, simplemente fue lo necesario, tendría el apoyo de Lyssdar... aunque la palabra de un drow novato no valía realmente de mucho... igualmente, esta vida aún se sentía falsa para mi... sencillamente... no parecía real, lo único real que conocía estaba en la ciudad, con los caballeros, la idea era meternos en las organizaciones opuestas para no preocuparnos el uno por el otro innecesariamente, pero ahora... no podía dejar de pensar en mi hija después de saber del arma... si había afectado la prisión... podría también afectar el cuartel de los caballeros... la mera idea hizo que se erizase mi piel -Úsalo como creas conveniente Yzbilla, si puedes averiguar algo útil, creo que merecerá la pena que el inútil de allí pueda acusarme de insubordinación, traición o lo que sea- le dije entregando el amuleto en su mano -Ahora, mejor nos dedicamos a planear nuestro siguiente movimiento, tengo unos mapas de la ciudad, tengo marcados trampas y guardias, rutas de patrulla y los objetivos, será mejor que nos pongamos a ello antes de seguir adelante- dije mientras comenzaba a extender los mapas en un lugar lo suficientemente seco y limpio para poder organizarnos

El gnoll quedó pensativo. -¿Más mercenarios?- No tenía una respuesta clara. Había visto a otros cumplir órdenes de los  Scahrossar, otros con armaduras, ropajes y armas diferentes pero no podía asegurar que fueran mercenarios. Así se lo hizo saber a Ahradiel. Cabía la posibilidad de que los hubiera, pero no podía confirmarlo. Si los había, no eran de ninguna banda que él o alguno de sus difuntos compañeros conocieran.

Usando dos sillas para recomponer la mesa destrozada pudisteis improvisar una mesa (algo coja) para disponer el mapa de la ciudad.

El círculo naranja marcaba el lugar por el que accedéis a la ciudad (el almacén). Los rombos rojos son puestos de guardias que encontraréis en el camino del almacén a la fortaleza. Los rombos azules son los objetivos principales. El que se encuentra en el interior de la edificación son los aposentos de la reina y el que parece estar junto al acantilado en realidad son las celdas que hay debajo en las mazmorras de los sótanos.

Cada banda contará con cinco o seis hombres bien armados. Sin embargo, ese mapa no muestra las patrullas que se van moviendo por la ciudad.

-En esta sección del muro- comenta hablando con cautela tras acercarse y ver el mapa. Su dedo señala la línea sin almenas más larga del muro, cercana al puerto -hay una puerta con el rastrillo bajado. Luego, aquí- señala los muelles -Hay botes que se pueden usar... o ir a nado, hasta ahí- señala el acantilado -Hay cuevas que conectan con las mazmorras- asegura convencido. Tras ello mira el puente, el otro acceso -Otra posibilidad es ir por las vigas que sostienen el puente por debajo- se encoge de hombros -bordear pegados al muro y entrar al castillo por alguna ventana-

El clero emitió un gemido cuando el colgante cambió de manos -Ese...- extendió una mano hacia Ahradiel e Ysbilla -...es mi seguro de vida- parecía nervioso pero algo más decidido que minutos antes -Puede activarse para teleportarse a Arkhania y... cuando... cuando el portador va a recibir un golpe mortal, la magia adivinatoria del colgante lo activa igualmente.- Tras la aclaración el clérigo extendió la mano -Ya lo sabes, ahora, por favor. Si atacan y no lo tengo, estoy muerto. Por favor...- extendió un poco más la mano hacia el elfo y la humana.

-Ya está, ha exprimido al gnoll. Ahora podemos matarlo.-

-Podría sernos útil, abrirnos algunas puertas-

-Hay que matarlo, para estar más seguros. Igual que Theod-

-Devolvedle el medallón al clérigo y matarlo-

-O matarlo sin más-

A medida que escuchaba a sus compañeros su mente se dividía, aportando sugerencias sobre el camino a tomar. Cogió el colgante de Ahradiel y lo examinó mientras éste explicaba las posiciones en el mapa. La manufactura era exquisita, tanto en el trabajo artesanal como en el arcano. Si bien, éste último requería un profundo detenimiento. Necesitaría más tiempo para entender el funcionamiento de sus secretos pero bastó para saber que, en manos de nuestros enemigos, resultaría una amenaza mucho mayor que en las nuestras. -¿Podrían usarlo para enviar el arma allí?- era la pregunta que más me preocupaba.

Las palabras de Theod confirmaron mis sospechas.

-Suplica-

-Patético-

La visión del clérigo resultaba verdaderamente lamentable. -¿Así rinden los clérigos fidelidad a sus deidades?- Miré el colgante y miré al humano que temblaba. -No eres digno de volver a Arkhania- resolví atrayendo (quizá) la mirada de algunos de los que me rodeaban -Pero no está en mi mano decidirlo. Si por mí fuera...- negué con la cabeza aún con el colgante en la mano.

-Ahradiel, Lyssdar. ¿Qué podéis decirnos de Crom Daral?- les pregunté. Ellos alzaron la mirada algo molestos pues mis palabras los distrajeron de la estrategia a seguir pero era vital que algunas cosas fueran reveladas. Ahradiel había mostrado su confianza y deseos de éxito así que decidí pagar con la misma moneda.

Intercambié una mirada con Lythrai y asentí -Antes de que nos trasladaran, Crom se acercó a un grupo de presos de entre los que me incluía. Sus órdenes fueron claras- algunos asintieron creyendo lo que iba a decir -"salvar a la reina"- era hora de sacarles de su error -Nos ordenaron matar a la reina- esperé a que los que aún no lo sabían digirieran estas palabras -MATAR, habéis oído bien. Matar a la reina.- Ya no me importaba la presencia de Theod pues había demostrado no estar a la altura de las circunstancias (de ninguna circunstancia). -Aquí y ahora, delante de todos os pregunto a vosotros, Ahradiel y Lyssdar. ¿Os ordenaron matar a la reina como hicieron con la mitad de nosotros o salvarla, como dijeron a la otra mitad?-

Antes de que respondiera a la pregunta aún me quedaban más cosas que decir, alcé el collar -Necesitan a alguien que envíe la bomba arriba y no a la prisión. Por eso no les interesamos. Crom tiene otro de éstos, ¿verdad?- pregunté ahora incluyendo al despojo de Theod.

Miré a Grook, a Hazir, a Sócar disculpándome con la mirada por no haber revelado antes esta información, pero debía estar segura. Sólo Lythrai lo sabía. Inspiré hondo. -Siento no habéroslo dicho antes, chicos. Sé que puedo confiar en vosotros, como vosotros podéis confiar en mí.- Hice especial incapié en esa última frase. -Cuando el cieno nos "retiró" del combate Lyth y yo tuvimos tiempo para...- hice una pausa, paseándome por detrás de los elfos mientras escuchaban mis palabras.

-...hablar y creemos que lo mejor para Arkhania es matar a la reina- sentencié. -¿Qué opináis vosotros?-Ahora, mis sentidos se centraron en el lenguaje corporal de los elfos y en la manera en que se expresaban. ¿Mentirían o nos dirían la verdad?

Tras el discurso, me quedé detrás de Lythrai y Socar. En un discreto segundo plano. Demostrando que mi lealtad está con ellos.

    Oí las palabras de todos, el gnoll había demostrado ser de lengua fácil, no guardaba mucha esperanza en la fortaleza de una criatura como aquella. Por otra parte, todo aquel plan de la bomba, en verdad no sabía que sentir al respecto, me costaba negar que una parte de mi disfrutaba con la idea. Si, la muerte de Esderian había sido una lástima, parecía un buen hombre que no merecía aquel destino, pero ver arder a Arkhania era una manera de hacerlos pagar por sus crímenes. Sin embargo, la parte de los inocentes, si es que realmente los había...

    Por otra parte Yzlin lanzó una verdad que tal vez cogiese a más de uno por sorpresa, pero para mi era un secreto a voces, no tarde en contestar. -En verdad no me sorprende en absoluto esa parte, resultaba bastante evidente ¿Poner a un animal salvaje como Pain en el grupo de rescate y a alguien como Theod liderando al grupo?- Me encogí de hombros.- E de admitir que al principio había valorado que Theod quizás se encontrase al frente por ser una voz disonante con los intereses de la orden y que matarlo era parte del plan para matar dos pájaros de un tiro, pero ahora lo veo como que simplemente era una sabandija perfectamente prescindible.-

    -Por otra parte, matar a Irvina Solari, la Reina de ciudad Azur, es una idea que no me agrada. Hablaré con claridad porque ahora ya me es indistinto andar con tapujos de ninguna clase. Arkhania la quiere muerta porque se opone a su gobierno a la vez que es querida por sus gentes junto con todas esos mitos en torno a sus poderes elevados.- Observé atentamente a Theod y los elfos. El primero de ellos no parecía tener ni idea de esto, al menos eso era lo que había dejado claro durante la presentación de Crom. -Desde el punto de vista de Arkhania esta guerra les da una ventaja táctica evidente, obtener un punto estratégico como lo es la ciudad, aparentar que son los libertadores del pueblo y de paso deshacerse de todos los altos cargos que se les oponen con la excusa de que habrían sido víctimas de los Scahrossar en su desesperada huida.- De nuevo esto era exponer una obviedad, pero quería dejar claro lo que diría a continuación. -Si no hubiese pasado todo lo ocurrido, hubiera hecho lo que estuviera en mi mano para frustrar el magnicidio e intentar sacar algo de provecho a Theod dado que está claro que si esto no se dijo en la sala abiertamente es porque dentro de la Orden hay discrepancias. Pero ahora esta parte se ha ido al traste, Theod es un cobarde y no se que esperar de los dos reclutas que se nos han aparecido por arte de magia y de los que no sabemos nada.-

    Volví la mirada a la Comandanta, si había decidido decir todo aquello en voz alta en gran parte era debido a ella. -Pero fuera de las divagaciones de un viejo hombre de metal están las verdades innegables, el tiempo juega en nuestra contra y no tenemos mucho de margen, si no hacemos algo pronto la ciudad será arrasada y el resultado será el mismo con o sin nuestra participación. Tenemos en contra todo lo que los espías han hecho de nosotros y el no saber que ha sido de dos de los presos que desaparecieron junto con Esderian, así que seguiré vuestras órdenes sean cuales sean, quienes sean que lideran la mano negra de Arkhania no merece el control de esta ciudad, pero si vuestro camino es otro, por esta vez lo seguiré.-

Eran muchos así que tenían que dividirse las tareas si no querían tardar demasiado allí abajo. Así que ella se dispuso a organizar los grupos o al menos plantear una base sobre la que los demás pudieran reorganizarse. El Kobold prontamente apoyó su decisión y propuso unas pocas correcciones. La Hiena quizás no era de fiar. No merecía la pena, según él. Lythrai alzó la vista a la criatura por unos segundos. Le parecía una lástima porque había trabajado con Gnolls y sabía que eran buenos mercenarios, pero quizás Grook tenía razón. El riesgo era alto y la Hiena no tenía mucha motivación para trabajar con ellos, aparte de conservar su vida, claro. También propuso mover a Theod al grupo de ataque. Claro, el Kobold tenía razon. Un sanador le vendría mejor al grupo de asalto, y si Grook tenía pociones consigo... Cuanto más pequeño el grupo de infiltración, mejor ¿no? Ella ya iba a ser bastante ruidosa con la armadura pesada y no necesitaban que Theod les dificultase más la misión. Lythrai tomó la ficha de Theod y la giró entre sus dedos. Tenía sentido, sí. La idea de Grook era buena, pero aún así...

De todas formas, aunque la planificación era algo que debían hacer prácticamente ya, Socar tenía razón en lo que dijo, y es que les faltaba información para ello. Lythrai había podido recomponer la idea inicial de Crom Daral, pero ahora las cosas habían cambiado. No tenía al caso seguir planificando nada hasta que...

-¡Basta!-

El grito de Hazir les sobresaltó a todos, e hizo el silencio. El quisashi sonó con la imperiosa autoridad de un auténtico noble, por si aún quedaban dudas de que lo fuera. Les instó a todos a que guardaran silencio, y los miró como un león frente a su presa, retando a los demás con la mirada a que se atrevieran a quitarle su presa. Quizás porque tan solo estaba organizando los grupos que habían quedado rotos tras la emboscada, o quizás porque nunca había visto ponerse así a Hazir con ella, o quizás porque después de perder a Esderian su espíritu todavía no estaba tan firme y fuerte como le gustaría, la expresión en la cara de Lythrai debió haber quedado tan pálida tras el grito que probablemente por eso el quisashi suavizó su tono con ella, aunque mantuvo la actitud firme y severa en su postura y rostro. Le dijo más o menos lo mismo Socar, ¡y menos mal que el forjado ya la había avisado! Lythrai asintió a Hazir haciéndole saber que entendía el por qué de su enfado y que esperaría a que terminara de interrogar al prisionero antes de seguir con los planes. Socar y Hazir tenían razón. Les faltaba tiempo, pero precisamente por eso era mejor esperar a que la Hiena desembuchara.

¡Y vaya si lo hizo! Lythrai hizo una mueca de dolor y apartó la mirada del gnoll cuando los ojos se cruzaron en el momento en que éste mencionó los barriles de pólvora, el cómo querían un preso para mandar un 'mensaje' a Arokham. El dolor de la pérdida la envolvió de nuevo. ¿Por qué Esderian? ¿¡Por qué no el idiota de Pain, que también había desaparecido con ellos!? Seguro que el cabrón habría hasta sonreido al darse cuenta de lo que pasaba. Lythrai empuñó con fuerza su lanza y trató de controlar su respiración. Estaba canalizando la ira hacia la persona equivocada. Debía hacer que esta fuera su fuerza, no dejar que ésta y el dolor le hicieran perder el rumbo y el horizonte de nuevo.

Se concentró para estar pendiente tanto del interrogatorio como de los movimientos del elfo, Ahradiel Ur'Domine. El asunto del colgante era importante. Muy importante. Y desde luego que no podían dejarlo en las manos del clérigo. Tampoco confiaba lo suficiente en el elfo como para que lo llevara él, para ella la elección era clara. Yzlin. Por eso suspiró aliviada cuando el elfo dejó a la exmedusa quedárselo. Divertida, sonrió cuando le dio aquel capón en la nuca al calvito. No borró la sonrisa cuando Yzlin se acercó a ella asintiendo. De hecho, su sonrisa se ensanchó.

Yzlin y Grook se asomaron a la siguiente estancia de las cuevas y Lythrai recuperó la atención sobre el interrogatorio. Cuando Hazir al fin terminó sus preguntas, miró a los demás por si alguno tenía algo más que sonsacarle a la Hiena. Lythrai no tenía más preguntas, tenía mucha información que poner en orden. Ahradiel sacó un mapa que colocó sobre la mesa y reanudó la fase de la planificación. Se había equivocado con el elfo: ya esta era la segunda vez que les demostraba que venía a cooperar, siendo la primera la cesión del colgante a Yzlin. ¡Y no, el combate no contaba! El Drow también había dado muestras de que, al menos por el momento, también venía a ayudar en la misión. Le había lanzado antes de que Hazir reanudara el interrogatorio una bolsa de monedas a la Hiena, comprando la lealtad del mercenario. ¡El poder del dinero! En Arokham no les pagaban (¿quién rayos le paga a un preso?), así que los presos no habrían tenido oportunidad de comprar a la Hiena, pero el drow sí, y la verdad, agradecía el gesto. ¡Ahora sí que sabía que podían contar con ella! ¿No? Eso quería creer, porque necesitaban efectivos con urgencia, aunque fuera para hacer de carne de cañón. Sin embargo, la criatura podría huir. Podría traicionarles si su vida corría peligro, como le había pasado con Hazir. Lythrai notaba la hostilidad del quisashi a la criatura, estaba claro que para él no merecía la pena el riesgo. Entonces, cuando Theod le pidió con voz temblorosa a Yzlin que le devolviera el colgante, explicandole lo que hacía, Lythrai tuvo una idea interesante.

"¡Aaaaaaw! ¿El pequeño Theod pide clemencia y piedad por su vida? Casi me dan ganas de dársela... ¡O no!" En realidad, le estaban dando ganas de matarle ahi mismo y que dejara de dejarse en ridículo a él y a su diosa Unrir. ¡Pero, qué demonios, que lo hiciera! Les era más útil vivo, porque no tenían sanadores. Además, le interesaba más el gnoll. Estuvo a punto de mencionar su idea cuando Yzlin soltó la bomba. El grupo de infiltración no era sino el grupo de asesinato. Crom Daral les había ordenado acabar con la Reina. Yz había informado a Lythrai de esto antes, cuando tuvieron que retirarse por la insufrible pestilencia del elemental de caca. ¿¡Pero por qué Yzlin reveló en voz alta aquel asunto tan delicado a todos sin más!? No le importaba que Hazir y Socar lo oyeran, de hecho ambas querían tarde o temprano contarselo, y Grook... Bueno, el Kobold le caía bien y no creía que fuera a ser un problema que lo supiera. Pero sí que eran un problema los dos elfos, porque no sabían dónde quedaban sus intenciones y lealtades. ¿Les había enviado Crom Daral, u otra persona o grupo? ¿Venían a salvar a la reina o a matarla? ¿O venían más bien a salvar a los nobles?

Entonces entendió por qué Yzlin había soltado la información tan de repente. Ahradiel y Lyssdar eran una incógnita que había que despejar. Además, se habían mostrado cooperativos e Yzlin había decidido que actuar de la misma manera sería beneficioso. Una jugada interesante... Lythrai no había siquiera barajado la posibilidad de hacer tal cosa, de revelar todo sin más, pero sí que sabía que Yzlin manejaba el juego de la intriga con amplia destreza. Una vez jugada esa carta, ahora ya no quedaba otra que ver las reacciones de los elfos.

"Es exactamente como lo dice Socar." Lythrai asintió. "Arkhania tiene un ejército a las puertas de la ciudad, bajo la tapadera de que vienen a liberar la ciudad." escupió al suelo mostrando su evidente disgusto. "Nos mandan a nosotros para hacer el trabajo sucio, pero eso no significa que no puedan hacerlo ellos mismos. Si no matamos a la Reina, la matarán ellos, no somos los únicos chivos expiatorios. El reo 009 nos lo dejó caer: si fracasabamos, ellos entrán en palacio y lo quemarán todo. Reina incluida, no me cabe duda. Esto es tan importante para Arkhania que han mandado al propio Daral, para que figure como héroe libertador del pueblo al arreglar el problema del agua contaminada. Y por supuesto, para asegurarse de que el plan va según lo previsto."

"Así que o matamos a la Reina y nos llevamos la recompensa, o lo hacen ellos y nosotros nos comemos un rosco." se cruzó de brazos. "A mi tampoco me agrada la idea del regicidio para darle en bandeja Azur a Arkhania, y más si Lanzed Fonn'Aster está contratado como consejero de la Reina. La misma a la que hay que asesinar. Una mierda. Pero es lo que hay." negó con la cabeza. "O tomamos el premio de nuestros colegas o lo perdemos. Me importa una mierda que Pain reciba recompensa pero Yz, Nickar, Serge y hasta Ishrad son amigos y compañeros a los que con gusto haría el favor. Siempre y cuando no dejemos a los nobles sin su debido rescate. Son la prioridad, de ahi los planes de que el grupo de rescate fuera más numeroso. Lanzed Fonn'Aster es familia, y no voy a dejarlo tirado."

Y hablando de los grupos de infiltración y de rescate... "Oh, y hablando de los grupos, tengo una idea respecto a él." señaló con la cabeza al Gnoll. "Ahora que sabemos cómo funciona el colgante, ¿por qué no se le damos a la Hiena?" propuso, para el asombro de todos. "Si esa cosa se activa cuando su usuario corre peligro, entonces le estaríamos dando al Gnoll no solo dinero, sino un salvoconducto." se acercó a la criatura y le dió un par de palmaditas en la espalda. "Los Fonn'Aster trabajamos a menudo codo a codo con los de tu especie. Sabemos de buena tinta que podéis ser capaces y leales. Algunos incluso han llegado a ingresar como soldados en nuestras filas. Aunque me temo que eso, de momento, te viene grande. ¡Pero podrías ganartelo!" exclamó con los ojos muy abiertos en su habitual sonrisa de diversión. Se giró hacia los compañeros. "Los drow están más que acostumbrados a los juegos de alianzas y traiciones. Coincido con Lyssdar en que comprar a la Hiena es precisamente una vía por la que salir beneficiados todos. El Gnoll, y nosotros. La bolsa de oro, el colgante como salvoconducto, la promesa de buenos contactos junto a la posibilidad de recuperar la pertenencia a una banda mercenaria, con el oro y los encargos que pudieran surgir a raiz de eso. Estoy segura de que, con todo eso, la bolsa y el salvoconducto encima, la Hiena luchará por nosotros hasta la muerte si es preciso. ¿Verdad que sí? Total, el colgante te salvaría el pescuezo en caso de peligro mortal." se giró al gnoll, esperando su asentimiento. "Nada que perder, y mucho que ganar." recitó, era una frase que Tizoc le había dicho a la mercenaria cuando llegaron a Arkhania, aunque en aquel caso el sentido era el inverso. "Si estáis de acuerdo, creo que deberíamos darle esa oportunidad perfecta. ¿A no ser que tengais otros planes para el colgante, Yz, Grook?"

"Y en cuanto a Theod..." se giró hacia el clérigo. "Podemos darle también la oportunidad de salir con vida de esta. Porque en su caso, no tiene a donde huir. Su diosa y Arkhania le están observando. Hehehe... si se porta bien lo mismo conserva la cabeza y todo."

Finalmente, todo lo bueno debe acabar y el interrogatorio llegó a su fin. Hadarak había dado bastantes datos sobre la posición de los guardias, y no tenía la suficiente fé en la inventiva del gnoll como para considerar falsa la información. Ni parecía capaz de mentir a Hazir. Comenzó a estudiar el mapa con atención en cuanto lo desplegaron sobre la mesa, estudiando las diferentes alternativas referentes al lugar por el que cada grupo debía acercarse y en qué orden. Al menos brevemente, hasta que las palabras de Yzlin lo... distrajeron, por decirlo suave.

Atónito, se giró hacia la ex-medusa y no pudo contener una breve pero sonora carcajada. Probablemente los demás achacarían su sorpresa al hecho de que Crom Doral hubiera dado la orden de matar a la Reina, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, él tenía claro el papel de Crom desde que lo vio al inicio de la misión. Sí que le había sorprendido la forma tan descuidada en la que estaba tratando de sabotear la misión, pero lo que realmente le había descolocado, era la forma tan abierta en la que Yzlin había revelado ante todo el mundo esa información tan delicada, y peor aún, dónde yacían sus lealtades.

Una cosa resultaba evidente por encima de cualquier otra: había una guerra encubierta dentro de Arkhania. En ese tipo de guerra, el enemigo no se mostraba ante ti con su arma desenfundada en el campo de batalla, ni tampoco lo delataba la sed de sangre en su mirada. No, ese tipo de guerra consistía en averiguar quiénes era tus enemigos, viendo más allá de las sonrisas y de las palabras amables. Una vez descubierto el enemigo, el procedimiento era el mismo que en cualquier otra guerra: acabar con él. Y en aquella situación, revelar si en tu opinión había que acabar con la Reina o salvarla, era revelar de qué lado estabas. Demasiado público para eso, en su opinión. Pero la cosa no acabó con Yzlin... Luego Socar. Y la pobre Lythrai no tuvo ocasión, Yzlin ya lo había hecho por ella. "Tengo que detener este confesionario. Reduzcámonos a lo más básico... ¿quién ha ordenado qué?"

- De matar os quería hablar... pero confieso que no era a la Reina. En fin, puede esperar, esto es mucho más interesante. Socar, ¿hasta qué punto es fiable esa información de que Irvina Solari se opone al gobierno de Arkhania? ¿Os lo dijo Crom Doral? - Tras unos instantes de pausa, se encogió de hombros y comenzó a pasear por la estancia mientras hablaba. - Poco importa en realidad, puede haber varias razones para que el Rey Maximilian quiera salvar a la Reina Irvina incluso aunque se oponga a él. Digo esto porque por lo que comentáis, me da la sensación de que los cabezas de turco en todo esto no son los Scahrossar: somos nosotros. ¿Que oficialmente esto sea una misión para salvar a la Reina y Crom se lleve aparte y a escondidas a unos pocos de los integrantes y les de las "verdaderas órdenes"? ¿Que por ello ofrezca una recompensa? ¿Qué motivos tendría para ello si esta fuera una misión normal? No sé a vosotros, pero creo que a mí no me apetece recibir esa "recompensa", probablemente implique ser acusado de traición y pasar la eternidad sirviendo al Rey Muerto. En cualquier caso, aquí tenemos a alguien que puede despejar nuestras dudas. - "Alguien que, con seguridad, es fiel a la corona porque es demasiado cobarde como para rebelarse". Dirigió su mirada hacia Theod y caminó lentamente hacia el clérigo. - ¿Y bien? ¿Cuáles son las órdenes de Su Majestad?

    Tenía la sensación de que algunos de los allí presentes no acababan de comprender la magnitud de la situación a la que nos enfrentábamos y aunque ver como maltrataban al sacerdote no era algo a lo que me opusiera, empezaba a tener dudas de si merecía la pena, aún no llegaba a sentir lástima del miserable, solo que su utilidad se encontraba demasiado en entredicho. De todos modos el kobold me había preguntado algo así que respondí cuando terminó su turno.

    -En absoluto. Ulthaborg tenía relaciones discretas con el resto de reinos pero sabíamos de Azur y, por lo tanto, de su Reina. Arkhania no se fundó en dos días y su expansión ha sido algo progresivo, por eso se de esto. De todos modos...- Mire a Theod. -Tengo mis serias dudas de que él sepa algo, para él su objetivo era salvar a la Reina, creo que quien podría habernos arrojado más luz al respecto se encuentra de regreso en la ciudad ahora mismo, así que a quien creo que le toca el turno de arrojar cierta luz sería a ellos.- Señalé con la punta de la lanza a los elfos. -Demasiadas coincidencias el que aparecieseis en medio de un combate con reos a los que se había encomendado otra misión, además, Ysbila os hizo una pregunta la cual aún espera respuesta.-

Y así se revelaba la verdad, aquella reclusa a quien le había dado el medallón había confesado las ordenes que había recibido de otro miembro de la guardia roja, de alguna forma no me sorprendía, es decir, siempre ha habido juegos de poder e intereses divididos en toda la historia, no solo de Arkhania, pero, no podía deducir nada por el momento, la Arkhania de la que yo venía era muy diferente -Nuestras órdenes no eran ni liberar ni matar a la reina, simplemente debíamos escoltar a ambos grupos hasta donde se separasen y luego encargarnos del arma que nuestro amigo aquí presente ya mencionó- mencioné acariciando el pelaje del lomo del Gnoll como si se tratase de uno de mis cachorros -Sin embargo, el hecho de que solo una pequeña parte de los reclusos haya sido ordenada para finar a la reina me hace sospechar que quien les dio esa orden no es realmente su amigo... en lo personal preferiría obtener más información tanto de la reina misma como de otras fuentes, por lo tanto, preferiría mantenerla con vida-

-¡Mentira!- la histeria se apodera de Theod y su voz se alza amenazadora. Un dedo acusador señala a Yzlin -Odiosa criatura. No has hecho más que enredar en tus artimañas y engaños. ¡Arkhania tiene un pacto con el reino de Azur! ¡El rey ha dado su palabra! No la creáis. Crom Daral es... ¡Un Caballero Rojo que ha hecho sus votos igual que estos elfos!- señala con la palma extendida -¡Subordinado de Yurik Malakai que está prometido con la princesa!- entonces, de pronto, cae en la cuenta de que recrimina a la persona que posee su colgante, su única escapatoria para volver a Arkhania y el rostro se le descompone. -No, no, nononono...- su mirada se fija al suelo y niega repetidas veces -¡No os acerquéis a mí! Traidores, mentirosos... ¡A la reina hay que salvarla!- se pega a Ahradiel y Lyssdar -Hay que salvar a la reina, no matarla. El rey dio su palabra, hizo un juramento... esto está mal... no, no debería ser así...- un atisbo de resolución cruza su mente -¿Y mataréis también a la hija de la reina Azur?- 

U subordinado de Yurik, bueno, eso tenía más sentido, conocía bien al mago, sabía que era un experto intrigante, un político audaz, un buen amigo... y también sabía que seguramente tendría varios enemigos -Eso tiene más sentido, seguro hay varios que quisieran ver a Yurik fuera de su posición, y no me parecería raro que Crom intente hacer este movimiento para afectar de algún modo a Yurik y que alguien más aproveche el insidente, aunque también es posible que el mismo Yurik planease el asesinato de la reina como una forma preventiva de evitar otro conflicto, aunque eso lo dudo, sería mucho más sencillo aprovechar la intervención de estos terroristas... aunque si Arkania tiene un pacto con el reino de Azur estamos obligados a ayudarles... y matarían varios pájaros de un tiro, tanto eliminar el arma, anexar el reino y eliminar a un posible rival político sin sospecha alguna... pero son solo conjeturas, el hecho es, que por ahora no creo que podamos confiar en Crom ni en sus órdenes...- los caudales de pensamiento salían en voz alta de mi boca mientras nuevos hilos se unían abriendo en mi mente una gran cantidad de nuevas posibilidades, sin embargo necesitaba saber mucho más de la situación actual, maldición, no debí haber aceptado una misión tan pronto ni unirme a la guardia roja sin antes haber explorado a fondo la nueva ciudad... -esta vez estoy deacuerdo con Theod...  hay que salvar a la reina, la familia real y los nobles, no podemos seguir ciegamente una orden como esa, y ahora que los grupos han sido divididos y reconfigurados, agradezco que hayan compartido esta información, Yzbilla, Lythrai-

Subordinado de Yurik Malakai, quien estaba a su vez comprometido con la princesa. No, espera, Daral era el prometido ¿no? ¡Gaggh! Maldito Theod, no era útil ni soltando información sin querer. Acusó de Yzlin de lianta mentirosa, y Lythrai soltó una carcajada. Para presos como ellos, una acusación semejante era más un elogio que otra cosa. ¡Ay, cuánto le gustaría por un momento que Theod viera divertida que era la vida de mercenarios al servicio de nobles que los contrataban para matar otros nobles, y éstos últimos pagaban un precio más alto para matar al primero. Volvió a mirar de reojo al Drow, quien sin duda entendería mejor que ella los juegos de intriga entre casas y nobles. "No, clérigo. No matarémos a la princesa. Mucho que perder y nada que ganar, que yo sepa. Pero la reina..."

Miró al elfo entonces, quien acababa de agradecerle a Yzlin la honestidad. Decidió ser honesta también, el elfo se lo había ganado. "Nosotros solo somos peones en un tablero de ajedrez." dijo Lythrai, encogiéndose de hombros. "Ahradiel, tienes razón en que no se puede confiar en Crom Daral. Tienes toda la razón." le reconoció. "Pero no se trata de confianza, se trata de que él lleva la correa y nosotros somos sus perros. Perros que harían bien en conseguir un premio o dos. Perros que o obedecen, o se quedan sin nada y con la culpa de un regicidio igualmente. Seremos el chivo expiatorio lo queramos o no."  miró a los demás presos, que sabían de lo que hablaba. "Nos va a acusar de todo lo que quieran Grook. Pero Arkhania tiene varios gobernantes ¿no? Son ellos los que nos sacan de la prisión, no el Rey. Mientras les tengamos contentos a ellos..." se encogió de hombros, dejando al aire esas palabras.

"¿Has estado en Arokham alguna vez, Ahradiel?" se giró hacia el elfo de nuevo. "Es una prisión sin guardias, un pequeño infierno en el que el pez más fuerte se come... No, en el que un humanoide tira una red, coge un montón de peces para su acuario y se come a los que no sirvan." no estaba segura de si su analogía había quedado del todo clara, así que añadió. "Tenemos que ganarnos el pan, y demostrar que somos dignos del acuario. No se trata de que Crom Daral obtenga más provecho que nosotros. Se trata de que nosotros obtengamos provecho. O tomamos el premio o lo dejamos, pero la reina va a morir igual, sea a nuestras manos o no. Y esto es incuestionable." sonrió y miró a Theod. "A no ser... que el sacerdote de Unrir tenga razón y todo sea una perfecta mentira de Yzbilla." la idea era para divertida, casi hasta deseable, porque significaría que ellos, y no Daral, estaban moviendo los hilos.

"A mi tampoco me agrada la idea..." reconoció, encogiéndose de hombros. "Cuando Lanzed Fonn'Aster se entere seguro querrá explicaciones. No va a ser agradable para mi tener una discusión con un familiar nada más reencontrarnos. Pero es lo que hay."

Sonreí ante la analogía de Lythrai, había pasado demasiado tiempo con Drows, sabía algunos trucos, unos de hecho, bastante útiles, y esta no sería la primera vez que los usaría -Si, la reina tiene que "Morir", o al menos, eso es lo que todos deben de pensar, vamos, esto es intriga básica, dale al que tiene la correa lo que quiere manteniendo tú un seguro, solo necesitamos a alguien lo suficientemente parecido a la reina...- y entonces descubrí la trampa... -Una vez que la reina muera, su hija heredará el reino, al ser esta la prometida de Yurik, el reino sería bsorvido por Arkhania mediante el matrimonio de sangre en cuanto estos obtengan un heredero... - era obvio, ¿por que no lo había pensado antes? miré de reojo a Theod mientras una idea pasaba por mi mente, quizá el podría ser más útil de lo que hasta hace unos segundos había pensado -Dime, que tanto dominas la magia necromántica? puedes despedir el espíritu de un cuerpo muerto hacia los dominios de una deidad para darle un descanso pacífico?- sabía de primera mano que en la ciudad había personas muy buenas en las artes de la necromancia y podían corroborar cosas preguntando a los espíritus de los muertos, pero también sabía que una vez ascendidos estos, no se les podía preguntar nada, y también sabía como dejar irreconocible a un cadáver... si no podías corroborar la identidad de un cadáver con técnicas reconstructivas, ni podías preguntar al espíritu de este, solo te quedaba la palabra de los testigos, si los testigos pensaban que el cadáver en cuestión era la reina, pasarían todas las pruebas que les hiciesen para corroborar que no mentían... una coartada perfecta.

Fingir la muerte de la monarca... salvar a la reina al mismo tiempo que la mataban. Cobrar la recompensa, joder a Arkhania, y ganar una aliada al mismo tiempo. "Eso... eso es una muy buena idea." dijo lentamente, marcando cada palabra. Lythrai tenía un brillo singular en sus ojos. Giró la cabeza lentamente para mirar a Yzlin. "¿No te parece, Yz?"

Oh, y no solo eso, sino también una idea también muy brillante para cubrir el rastro. Un cadáver falso y nigromancia para asegurar, presumía, que no pudieran convocar el espíritu de la reina fallecida. Sí señor... muuuuy interesante.

Miré con admiración y sonreí con picardía. El plan que consistía en "fingir" la muerte de la reina fue urdido mucho antes, aprovechando la indisposición producida por los olores nauseabundos del cieno. Puede que Hazir, Socar e incluso Grook, se percataran de ello por la expresión que dirigí a la Fonn'Aster. ¡La guinda es que le atribuya el mérito al elfo!

Dicho esto, no pude evitar dedicar una profunda mirada a Socar aún manteniendo la sonrisa, recordando que Lyth había prometido no pedirle nada que fuera contrario a su código. ¡Y así sería!

Si bien, lamentaba haber mentido a sus compañeros, pero lo cierto es que no encontró mejor forma que esa de hacérselo saber...

Los pensamientos de Yzlin se interrumpieron en el momento en que Theod la increpó.

-¿Mentirosa?-

-¡Mentirosa!-

La palabra penetró en su mente y le hizo fruncir el ceño, pero no se enfadó. Aquellas palabras en boca de semejante personaje carecían de poder para alterarla. Alzó el colgante y lo hizo girar. Gesto que modificó la actitud del clérigo cómo sólo funcionaría con un cobarde como él.

Ahradiel tomó la palabra e Ysbilla (Yzlin) asintió sin interrumpir ni contestar a Theod. Las palabras que allí se pronunciaron iban cargadas de implicaciones. Debíamos actuar con cautela y para eso teníamos que volver a contar con Theod al completo. Di un paso hacia él.

-Ojala fuera yo la mentirosa- le dije y en mi voz no había ira, ni enfado, sólo ciert melancolía -eso nos pondría en bandos contrarios y con esto...- alcé el colgante -...te tendría cogido por los huevos- el clérigo la volvió a mirar de forma extraña. Con una mezcla de furia y miedo -pero no es así. Estamos en el mismo bando.- Hizo una pausa reflexionando -Arkhania es tu ciudad y me temo que un cáncer crece en su interior.- Theod parecía comprender -Ayúdanos a proteger a la reina, Theod.- Con estas palabras extendió la mano con el colgante hacia el clérigo -Y explícanos mejor ese compromiso de Yurik con la hija de la reina Azur- luego suspiró -Pero hazlo deprisa porque la orden de matarla... como yo... la recibieron otros y uno de ellos fue Pain- Me inquietaba este hecho. -¿Cabría la posibilidad de que Pain volviera al seno de su antigua secta?¿Usaría esto para acercarse a la reina?¿La mataría?-

Mantenía el puño cerrado con el colgante en su interior -Si todos estáis de acuerdo, le devolveré el colgante con gusto. Lo necesitamos entero.-

-Don de la inspiración, dame fuerzas para afrontar este desafío- Las palabras de Isbila tras los acontecimientos hicieron aflorar la esperanza. -Puede que no todo esté perdido-. Theod se obligó a inspirar hondo por la nariz y exhalar despacio por la boca. Una práctica que siempre le reconfortaba, pero no con los aromas de aquel lugar infecto.

-Yurik está prometido con la hija de Maximiliam. El rey de Arkhania. No con la hija de Azur- Comenta a regañadientes, aunque era cierto que las palabras se había agolpado en su mente y el clérigo tuvo la decencia de sonrojarse.

Frunció el ceño mirando a los pies de los presentes y murmurando -¿Por qué me enviaron a mí?¿Por qué yo...? Sabían que jamás había salido de los muros del templo... sabían...- su mente, temerosa, comenzaba a conectar las palabras pronunciadas por Ahradiel, Lythrai e incluso Yzlin sobre la dualidad de Arkhania para con la misión -Había otros cleros mucho mejor capacitados que yo y, sin embargo... me eligieron a mí y a Greta.- Cruzó la mirada con algunos de los presentes -Y ella se ha ido- tras ello asintió -Y sí, Crom tiene otro colgante igual que ese. Nos los dan a todos los que cruzamos el umbral para garantizar el retorno si algo sale mal. Ellos...- señaló a Ahradiel y Lyssdar -...también tienen uno igual.- Justo después de pronunciar las palabras se acarició la barba con nerviosismo, como si se arrepintiera de haber revelado esa información.

Parte del valor de los presos (y los no-presos) contagió a Theod -Tenemos que salvarla- asintió -Sí, sí, tenemos que salvarla. A la reina y a su hija y a los nobles. Luego habrá tiempo de recuperar el agua y la ciudad.- Miraba a Ahradiel y Lyssdar tras sus últimas palabras.

Hablaban y hablaban y seguían hablando. Eso no estaba mal, siempre que la conversación se apartara de cualquier daño hacia él. Todo parecía ir de maravilla. Les había dado la información que pedían, incluso estaba dispuesto a mucho más por esa bolsa de oro ¡y ese fabuloso colgante!

Pero el viejo siguió hablando. -Joder, ¿por qué no lo matan de una vez?- palmeó el suelo donde aún seguía sentado, atrayendo así algunas miradas -Soy leal a la persona que tiene la vida, pero soy aún más fiel a salvar el pellejo. Aún puedo ayudaros- Sus ojos se clavaban en Ahradiel y asentía -Salvar a a reina, expulsar a mis antiguos contratantes los Scahrossar. Así puedo asegurar la salida de esta ciudad y prometo no volver jamás. ¡Jamás!- asentía con mayor intensidad -Me iré lejos, formaré una nueva banda y jamás me acercaré a Arkhania o sus alrededores- no necesitaba jurarlo, la intensidad de la última frase garantizaba que estaba diciendo completamente la verdad.

-Pain...- el rostro de Lythrai se arrugó por un momento en desagrado. -Mierda, ¿es posible que haya sobrevivido? No habrá matado a la reina en todo el tiempo que hemos estado hablando ¿verdad? Eso sería apestosa y estúpidamente ridiculizante. Hay que moverse.-

"¡Bien, entonces está hecho!" exclamó justo después de la intervención de la Hiena, dando una palmada para llamar la atención de todos. "Lo haremos a la manera del elfo y el elfo oscuro." concedió, contenta con cómo habían girado los acontecimientos. "Hehehe, a Lanz le va a encantar el ardid cuando lo oiga. Parece que Theod al final tendrá que venir con nosotros, si queremos que el truco del cuerpo falso salga redondo." Lythrai se palpó la cabeza con el dedo índice. "Sigo diciendo que el Gnoll debería también venir con los que van por la Reina, porque necesitamos el mapa que tiene en la mente. Lo que nos deja necesariamente que los elfos acompañen al grupo de choque, que es el que más efectivos necesita. Si no puede tener los números, que tenga a los más diestros. Grook, ¿les dejarás tus pociones? Ah, y explícanos una vez más cómo va el truco del cuerpo, Ahradiel, porque es importante hacer esto bien."

"Hay que moverse, señores, el tiempo se nos echa encima. Para salir de aquí, según las instrucciones del Gnoll, tenemos dos opciones. O salimos todos por el callejón a plena vista de los guardias, o esperamos a que los más ágiles suban por el almacén, vayan por los guardias y nos abran el camino. Pero lo que sea, decidamoslo ya. ¡Hay que moverse!"