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[Ars Magica] El reto del Aprendiz

El Reto del Aprendiz - Blackwings92

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25/03/2020, 16:01
Ezon

Uno estaba ya tan acostumbrado a aprender todo de teoría que aquel primer encargo sonó extraño. Era música para mis oídos, de seguro, pero aún así no pude evitar sentirme muy poco preparado para aquello.

¿Qué soluciones podría tener esto...?

Me despedí de mi maestro, perdido en mis propios pensamientos, y llegué a la casa que habitaba, tirando las botas a una esquina, y dejando el bastón junto a la portezuela.

Con el ceño fruncido, me senté frente a la mesa de la sala principal, y me quedé un buen rato ahí, mirando al techo. Pensando en qué podía hacer.

Quizás podría... No sé... Asustarles de algún modo... ¿Y si hago que crean que el lugar está maldito? Quizás eso haga que se marchen...

Aunque probablemente aquella idea no funcionaría. La gente cada vez creía menos en eso de las maldiciones. Yo no entendía por qué porque sabía de buena tinta que eran MUY reales. Pero al parecer ya no se llevaba su uso. Algo sobre ser responsables con la magia y ese tipo de pamplinas.

Personalmente me parecía bien eso de limitar aquellas manifestaciones mágicas que se escapaban de tu control. Y una maldición podía irse mucho de las manos de uno.

¿Por qué divagas...? Tienes una tarea importante.

Además de que aquello era EVIDENTEMENTE otra de las pruebas del maestro.

Maldita sea... no se me ocurre nada...

Suspiré, tragando saliva y quedándome unos instantes perdido en un limbo de pensamientos no concatenados. Saltando de pensamientos a recuerdos, y de éstos a planes de futuro, a deseos y sueños... Suspiré de nuevo. Estaba completamente en blanco. Llevaba así desde que había llegado aquella nota de Jon, que aún no había tenido el valor de leer. Ya había pasado mucho tiempo desde que marchara a la guarnición del señor de aquellas tierras. Y desde entonces nada se había sabido de él.

Cualquier persona lógica estaría entusiasmada por abrir el sobre y leer lo que estaba escrito. Pero yo tenía la sensación de que aquello no iba a ser nada bueno, teniendo en cuenta cómo las cosas se estaban caldeando con el reino vecino. No quería saberlo. Fuera lo que fuese. De hecho, evitaba a su esposa y a su hijo como si fueran la peste.

¿De qué tengo miedo, exactamente...?

Cierro los ojos y recuerdo su rostro, y por un instante una imagen de sus ojos huecos y sin vida, mirando al infinito, me atraviesa el cráneo, haciendo que me diera un escalofrío.

¡Maldición! ¡Ojalá pudiese olvidarlo...!

-Un momento...-Digo, de repente-¡Olvidarlo! ¡Por supuesto!

De un salto, me levanté de la silla, emocionado. Dejando atrás todo pensamiento sobre el joven soldado, y salí corriendo al pequeño estante donde guardaba mi material de escritura.

-¡Un hechizo de olvido! ¡Claro!-Empecé a realizar las fórmulas, trazando los símbolos pertinentes del reino de Perdo y Mentem. Un hechizo lo suficientemente poderoso para hacer olvidar todo a cualquiera que hubiese visto el Menhir. Tras unos pocos aventureros que se adentraran en el lugar, y que volvieran confusos y perdidos, estaba claro que los mundanos colonos acabarían por marcharse.

Muchas horas pasaron hasta que pude perfeccionar la fórmula. Tantas que se había hecho de noche, y de nuevo de día, sin haberme percatado. Me lancé a los brazos de morfeo, y a los de Jon en un sueño cálido, que rememoró una de nuestras últimas noches en el lago. Y ahí pensé en lo cruel que sería que alguien me arrebatara este recuerdo que me había hecho tan feliz. Importó poco, pues al despertarme, ya no era capaz de rememorar el sueño, ni sus sensaciones. Sólo podía intuír que había sido algo placentero.

Me eché la mochila a la espalda, agarré el bastón y comencé mi andadura al valle. No tardé demasiado en localizar el Menhir. Cualquier mago podría notar algo tan poderoso, a bastante distancia. El lugar emanaba una ominosa energía, que incluso un mundano podría notar, aunque fuese de forma distinta a alguien como era yo.

Clavé mis ojos en el Menhir de piedra. Aquella preciosidad primitiva me dejó embelesado durante casi una hora. Tomé notas sobre cómo era, y las sensaciones que me daba, antes de empezar a dibujar el círculo protector, haciendo que éste estuviese lo más lejano posible a la piedra. Me arrodillé frente al monolito, respiré profundamente un par de veces y empecé a vislumbrar en mi mente una realidad en la que aquel círculo dibujado tenía cuerpo y forma. Existía y respiraba igual que cualquier otra cosa con vida. Sólo que este ser respiraba recuerdos, recuerdos que no volverían, sin mucho esfuerzo y tiempo. Aquel era un préstamo que degradaría la memoria. Haría que cualquier recuerdo del mes anterior se volatilizara, perdido en el reino de las ideas para siempre. Empecé a sentir el latido de este ser, y a su son, comencé el cántico del hechizo, y la danza coreografiada por la magia que estaba trayendo a este mundo.

-Círculo atado a mi corazón. Escucha mi ruego. Vierte sobre ti mi voluntad, hazte realidad con mi canto y el fuego de mi ser-Respiro hondo, sintiendo un calor que indicaba que aquello estaba empezando a funcionar-Círculo que reposas en esta tierra sagrada, rodea con tu manto esta zona. Otórgale tu protección divina. Devora los recuerdos de quien ose a entrar aquí. Déjalo como un cascarón vacío de memoria, que se de la vuelta al lugar del que vino, sin poder saber por qué estuvo aquí-Respiro hondo, de nuevo, esta vez el aire en mi interior se calentó como una llama-Espíritus que me oís, sabia madre tierra. Imploro que mi conjuro se adhiera en vos, y que aquel que ose perturbar la paz de este santuario acabe vagando por la tierra, perdido, y pierda más y más con cada intento.-

Exhalé todo el aire, y sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo. Tras unos segundos sonreí, y me quité el sudor de la frente, sabiendo que estaba hecho.

Entonces miré a mi izquierda, y vi allí a un joven con aspecto de granjero, escondido detrás de un arbusto.

Mierda...

-¡Sé que estás ahí!-Digo con autoridad-¡Ven donde pueda verte!

El joven salió, temblando. Debía tener mi edad, más o menos. Había visto el ritual, seguro. De otro modo, no estaría asustado de alguien que parecía tan poca cosa como yo.

-Ven... no tienes motivos para asustarte-Niego con la cabeza-Sólo quiero hablar contigo.

El joven, asustado, levantó un cuchillo de cortar tallos.

-¡No me engañarás!-Gritó, preso del pánico-¡Te he visto! ¡Eres un brujo!

Valiente idiota... confirmando que lo que sospechaba... un BRUJO de verdad ya lo habría hecho papilla...

Pero no podía dejar que aquello quedase así. El plan podía irse a pique muy rápido si no conseguía arreglarlo.

-Tienes razón... Soy un brujo...-Digo, fingiendo una sonrisa malvada, que caló en mi interlocutor-Y si no bajas ese cuchillo ahora mismo y haces lo que te digo, iré a buscar a tu familia, a tu pueblo, y los mataré a todos frente a tus ojos.-El temblor en las piernas del chico se agravó, y el cuchillo se le cayó de las manos.

-¡N-no!

-¡Ven aquí, ahora!-Le ordeno

El pequeño se encogió, acobardado, y al llegar a mi lado me miró a los ojos con pavor.

Sentí mucha lástima por él.

-Camina hacia allí-Señalé al borde del círculo-Sabrás cuando debes parar de hacerlo.

Ni siquiera respondió. Empezó a caminar con pasos lentos e inseguros, gimoteando. Su pavor desapareció en cuanto puso un pie en el círculo que había dibujado en el suelo.

-¿Eh?-Dijo, y se dio la vuelta, mirándome con ojos renovados.-¿Quién eres tú?

Inclino un poco la cabeza, en un gesto de aparente bondad, y con una sonrisa le respondo.

-Me llamo Even. Estaba buscando algunas hierbas para la cena... ¿Y tú?-

El chico se rascó la cabeza.

-Yo...-Intentó recordar, pero era evidente que había funcionado-¡Y a ti qué te importa!

Salió corriendo, posiblemente con una sensación incómoda, al descubrir que le faltaba algo en la sesera. Dejó su cuchillo atrás, incluso. 

Lo recogí antes de marcharme. Y viendo como se perdía en la lejanía, me pregunté por qué aquel Menhir era tan importante... y por qué me sentía tan mal protegiéndolo incluso al costo de la memoria de los mundanos.

-Lo siento...-Dije en voz baja mientras regresaba al pequeño pueblo que me daba cobijo.

- Tiradas (1)

Motivo: Lanzar

Tirada: 1d10

Dificultad: 20+

Resultado: 10(+14)=24 (Exito) [10]

Notas de juego

Lanzo Círculo del olvido.

He tenido que bajarle el nivel, porque si no, no podía litaralmente lanzar el hechizo. Con un mínimo de 25, y sacando 10 hubiese tenido 10 + 3 (Perdo) + 3 (Mentem) + 1 (Vitalidad) + 7 (Aura) = 24. Así que he rebajado su duración para que sea PLAUSIBLE xD

LOL, lo gracioso es que al final he sacado un 10.

Gano un nivel de fatiga (Tenía que sacar 30 y he sacado 24)

Ahora círculo del olvido elimina los recuerdos de un mes. No de un año.

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26/03/2020, 12:10
Director

Capitulo VI: Mago

Tras trazar el circulo el hechizo funcionó a la perfección. Cuando los colonos se acercaron con cuerdas y hacas al menhir olvidaron su existencia y se volvieron a sus casas sin saber que hacían ahí. Convertido en zorro y observando desde un arbusto Ezon se dió una buena panzada de reir. 

Satisfecho consigo mismo, aunque con andares cansados y con la cabeza ligera por el agotamiento , volvió a la Alianza donde para su sorpresa lo esperaban no solo su maestro si no el resto de magos de la misma reunidos en consejo. Por un momento temió que había hecho algo mal y que había fallado en la tarea encomendada. Con precaución se acercó a los reunidos.

Saludos Ezon, aunque poco tiempo te queda de utilizar ese nombre dijo Gracalum mientras una sonrisa iluminaba su rosto Has aprendido mucho en estos años junto a nosotros, y lo que es más importante has demostrado que sabes utilizarlo en defensa de los bosques y la naturaleza. Hoy dejas atrás la niñez para hacerte merecedor de tu poder como mago. E hizo un gesto para que Ezon se arrodillara y cuando lo hizo le ató alrededor del cuello una tira de cuero con un pesado medallon de plata con el simbolo de tres serpientes entrelazadas. Ya no eres un aprendiz si no un mago. Y como tal tienes derecho a escoger un nuevo nombre así como un sigil un simbolo por el que se te identifique.

Así pues el niño se arrodilló y se levantó el mago ¿a donde le llevarían ahora sus pasos?

Notas de juego

Tuya es la escena para un último post escoge el nombre de maga de Ezon y si quieres planteate algunas lineas sobre su futuro.

Pues hasta aquí llega tu aprendizaje. A lo largo de esta partida has dominado el sistema básico de Ars Magica, probado tanto el juego "acelerado" (por estaciones) como "de detalle" (escena a escena), aprendido las bases de la Magia e incluso creado un hechizo propio.

Por mi parte darte las gracias por tus ganas y paciencia y extenderte una invitación a volver a jugar a Ars Magica ahora ya en una Saga normal con otros jugadores en el futuro.

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27/03/2020, 16:40
Ezon

Volví agotado del viaje y del conjuro. Perdido en mis pensamientos y fórmulas, evitando a todos los pueblerinos. Tan agotado estaba, que ni siquiera vi al maestro al abrir la puerta de la casa. Fue él quien me llamó, haciendo que casi me diese un infarto. El maestro estaba serio, me dijo que lo acompañase sin siquiera pararse a preguntar cómo había ido.

Algo ha debido ir mal... Pero no lo entiendo...

Niego con la cabeza, siguiéndole hasta la alianza. Entonces, bajo la atenta mirada de todos sus miembros, mi maestro habla, con un tono solemne.

-Pff-Sonrío, aliviado, y acudo al humor como medio para soltar toda aquella presión que había acumulado-¡Cielos, y yo pensando que me iba a caer una bronca!-La risa sólo duró hasta que vi al maestro apretar los ojos, con cólera-Esto...-Me recompongo y trato de aparentar seriedad. Algo que no me cuesta demasiado, después de los acontecimientos recientes. Aquello había sido, en efecto, una prueba. Una prueba que además me había enseñado algo importante. La magia afecta a las personas en modos que nos hacen maravillosos, a la par que peligrosos. Había sido capaz de arrebatarles la memoria a unos colonos. ¿Qué más podía hacer? ¿No habría magos que estarían usando este poder para el mal?-Gracias, maestros, por vuestra instrucción-Gracalum me hizo un gesto para que me arrodillara, y aunque vacilé un segundo, acabé por hacerlo, agachando también la cabeza.

¿Por qué me da vergüenza todo esto?

Gracalum me proclama Mago. Esa palabra se queda clavada en mi corazón, casi como si mi propio ser reaccionase a ella. Mi esencia. Levanto los ojos, sabiendo qué decir, sin saber bien por qué.

-Seré Elyasha-La seguridad de mis palabras venía con un sentimiento que no parecía mío, pero era familiar. Algo había despertado en mí. Y era cálido y bueno.-Elyasha Flùrgeal-Asentí. No sabía lo que significaba, pero tenía relación conmigo, podía sentirlo.

Me levanté, sintiéndome liviano, y miré al resto de los presentes, complacido. Con una sonrisa en el rostro. Ahora estaba entre iguales. 

Aunque aún me quede toda una vida por aprender...

Pensé en mi sigil. No tenía mucha idea de cuál podría representarme. Pero entonces recordé cómo había empezado todo. Con aquella muñeca de trapo que reposaba sobre mi camastro.

-Una muñeca de trapo, con orejas de zorro.-Dije, causando algunas cejas levantadas-No es una broma... es lo que quiero.

Ante mi seriedad, todos lo aceptaron.

La ceremonia fue corta y no hubo mucha fiesta. Todos me apremiaron a hacer mis propios descubrimientos en la vida. Y no tardé en hacer una pequeña maleta con lo necesario, y embarcarme en un viaje de autodescubrimiento. Mis primeros pasos me llevarían al reino vecino. Ya en guerra. Allí, ayudaría a los heridos y enfermos.

Y quizás, encontraría a Jon.

Dejé su carta sin abrir sobre la mesa, apreté los labios y comencé el camino. Dejando atrás todo lo que había conocido, y sólo despidiéndome de los pequeños que habían sido mis amigos durante mi aprendizaje.

Si volvería a aquel lugar alguna vez, sólo el tiempo podría decirlo. Era demasiado pronto para saberlo. ¡Qué demonios! ¡Había mucha gente en el mundo que podría necesitar mi ayuda!

Y había aprendido que los héroes de los cuentos... no eran tan buenos como los pintaban. No quería ser eso.

Quizás un sanador, y sólo eso... O quizás...

Demasiadas posibilidades.

Y así, caminando hacia el este, hacia el amanecer, Ezon... no Elyasha Flùrgeal, inició su vida como mago.