Partida Rol por web

Asamblea de Bestias

Se Acerca el Invierno (Prólogo Cristine) (Terminado)

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24/03/2014, 19:06
El Libro de Nod

15 de Diciembre de 1999

100 de Larkin Street
22:00

Has acabado tu jornada laboral. Una vez más. Y una vez más, caminas sola por los silenciosos pasillos de la biblioteca, escuchando nada más que tus propios pasos. Hace dos horas que las puertas cerraron. Hace una hora, los demás bibliotecarios y ayudantes, habían marchado. Y la única persona allí, era un vigilante que tenías cierta seguridad, debía estar durmiendo en la sala de seguridad de la tercera planta.

Caminabas, apagando las luces, una por una. Mañana sería otro día... igual que este. E igual que ayer. Te paraste, y retrocediste un par de pasos, volviendo a encender la luz al ver que alguien se había dejado un libro sobre una de las mesas. Jurarías que hacia unos minutos, no estaba allí, que ya habías revisado aquello dos veces. Pero allí estaba. Al acercarte, te detienes junto la mesa, y entrecierras los ojos pasando la mano por la portada del libro.

 

Drácula. De Bram Stocker. Hace mucho que no leías aquel libro. Hacia mucho que no veías a nadie leerlo, pero, en cambio, estaba allí. Fuera de su sitio... y ni siqueira estaba en su sección. Ojeaste las paginas, viendo que, de todas ellas, había una que estaba marcada. La página número once. Y alguien, había tenido la feliz idea de subrayar unas frases de aquella página, que rezaba así:

En la biblioteca encontré, para mi gran regocijo, un vasto número de libros en inglés, estantes enteros llenos de ellos, y volúmenes de periódicos y revistas encuadernados. Una mesa en el centro estaba llena de revistas y periódicos ingleses, aunque ninguno de ellos era de fecha muy reciente. Los libros eran de las más variadas clases: historia, geografía, política, economía política, botánica, biología, derecho, y todos refiriéndose a Inglaterra y a la vida y costumbres inglesas.

Alzasté la mirada, y entre las sombras de la noche, entre la oscuridad más acerrima que batallaba con la escasa luz que entraba por los ventanales, viste una mesa de café. Donde había varias revistas. Todas viejas. Todas inglesas... y de las mas variadas clases...

 

 

...y entonces...

 

 

...alguien cerró la puerta de un solo golpe.

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26/03/2014, 18:43
Cristine Stark

La rutina, puede ser algo tan tedioso como gratificante en determinados momentos. La rutina en el trabajo significa que todo ha salido según lo acordado, que las cosas están en su sitio y que su jornada laboral no ha de alargarse... Dejando lo que queda de día libre, para satisfacer su tiempo de merecido ocio.

A la señorita Stark, le gustaba su trabajo y estaba agusto con su vida... sí, le faltaban algunas cosas, aún no había conseguido encontrar al amor de su vida, no había conseguido viajar a algunos países que tenía en mente porque siempre estaba estudiando. Pero se había propuesto que no moriría hasta haber viajado a Roma del brazo de un rubio guapo y musculado y... rara era la vez que cuando Cristine se proponía algo, no lo conseguía.... aunque de momento se conformaría con terminar de recogerlo todo, regresar a casa y darse un homenaje viendo una película de Brad Pitt que echaban por la tele aquella noche, lo había dejado todo bien preparado. Para cenar un buen plato de pasta a la Cassanova y de postre una tarrina de helado de chocolate, después haría un poco de ejercicio para evitar que toda la comida se le acumulara en la cintura y por último se daría un buen baño con espuma para irse bien relajaditra a la cama y así estar lista para comenzar otra jornada laboral.

Pero entonces el libro que encontró sobre la mesa le hizo cambiar su rutina, cuando ojeó el libro su menté la condujo hacia los recuerdos de la primera vez que leyó aquella novela. Tendría unos trece años cuando su padre se lo regaló por su cumpleaños en un intento a la desesperada por que su pequeña leyera algo, Cristine se sonrió... su padre acertó de lleno con aquella elección, la joven Stark quedó tan encantada con la historia del conde transilvania que ya nunca más dejó de leer.

Cuando releyó la zona marcada, que pertenecía al diario de Jonathan Harker durante su estancia en el castillo de Drácula, le resultó bastante curiosa la elección de aquella parte, pero aún más curioso le resultó la visión de las revistas inglesas... incluida un ejemplar de The Sun, con el libro de Drácula en su manos fue a dirigirse hacia la mesilla cuando el ruido de la puerta al cerrarse le hizo dar un respingo y darse la vuelta hacia la puerta con el libro aferrado junto al pecho.

- ¿Steffan?- dijo pensando en el guardia de seguridad, el corazón le acababa de dar un vuelco, esperaba que fuera él.

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30/03/2014, 16:40
Ian

En aquel lugar reinaban tres cosas: la oscuridad, el silencio, y el suave tictaqueteo de las manecilla del enorme reloj que presidia una de las puertas de la habitación. Tras hacer tu pregunta, giraste sobre ti misma, buscando algo, buscando a alguien. Y justo cuando estabas apunto de desistir en tu búsqueda, culpar al aire de cerrar aquella puerta, un suave repiqueteo de unos dedos sobre la madera te alertó.

Alzaste la vista a la segunda planta, una que solía estar cerrada al acceso público y que daba credibilidad a que fuera Steffan, el guardia de seguridad, quien estaba gastándote algún tipo de broma pesada. Pero al alzar la vista, te quedaste paralizada la encontrar allí a alguien que no era Steffan, ni Henry, ni ningún chaval que hubiera entrado a recoger algo que se olvidara, o que buscara problemas.

Era un hombre ya mayor, de unos sesenta años. Alto, delgado, con una mirada seria, incluso severa, que incluso a la distancia a la que te encontrabas, podías saber que estaba estudiándote, que estaba observándote. No se movió un ápice, sosteniendo en una de sus manos algún tipo o especie de casco de color granate, y con la otra, repiqueteaba sobre la madera de la barandilla.

Aquel que te observaba vestía con algún tipo de larga túnica de color oscuro, de colores negros y granates, capa incluida. Más bien parecía sacado de algún tipo de obra de teatro o libro de la época en la que América aun no recibía tal nombre.

- No encontrará a Steffan aquí - Habló, con una voz pausada, tranquila. Comenzó a caminar, lentamente, por la segunda planta, sin quitar en ningún momento la vista de ti, dejándose ver únicamente cuando la luz que entraba por las ventanas iluminaba su rostro o sus ropas.

- Agradezco que sus pasos la llevaran hasta mi libro, Señorita Stark. Estoy seguro que ese libro en particular, le parecerá de lo más... interesante. - Se paró, aferrando la madera de la barandilla con la mano, cogiendo aire e hinchando el pecho, alzando ligeramente el mentón. - A mí me pareció de lo más interesante. - acabó por añadir, soltándose y siguiendo su camino hasta las escaleras de espiral, que bajaban hasta la planta donde te encontrabas.

No tardó más que unos segundos en recorrer aquellos escalones. Ahora, en la misma planta que tu y mientras el haz de luz proveniente de la ventana le iluminaba, pudiste ver que el hombre, de elegante porte, era mucho más alto que tu, delgado y de piel pálida.

 

 

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02/04/2014, 00:01
Cristine Stark

Cristine se quedó paralizada cuando descubrió que un desconocido la observaba desde las alturas, al descubrir que se trataba de un anciano la fuerza con la que se había aferrado al libro se relajó, y se limitó a observar como aquel caballero descendía por las escaleras si quitarle la vista de encima, había algo que no le gustaba de aquel hombre... empezando por sus ropas ¿Pero de donde demonios había salido? se preguntó mientras de manera inconsciente daba un paso hacia atrás y volvía a aferrar el libro contra su pecho en actitud defensiva.

En aquel punto se volvío a reprender por actuar como una niña... realmente no debía temer de un anciano, si estaba loco o intentaba algo ella era mucho más joven y más rápida, de manera que volvió a centrarse en el pausado y elegante descenso de aquel hombre.

Agradezco que sus pasos la llevaran hasta mi libro, Señorita Stark. Estoy seguro que ese libro en particular, le parecerá de lo más... interesante.

Un momento... la había llamado por su apellido... Cristine enarcó una ceja, contrariada por la información que aquel extraño poseía sobre ella, no le gustaba jugar en desventaja.

- Sí- convino con el anciano- su lectura siempre resulta de lo más interesante, señor... es una novela moderna de caballerías con todos los elementos inherentes al género perfectamente reflejados, pero tratados de una forma tan original y atrayente que aún hoy, nos sige fascinando- contestó dedicándole una caricia a la tapa, la señorita Stark adoraba los libros y le gustaba cuidarlos aunque no fueran suyos.

Tras echarle una rápida mirada al lomo y constatar que no pertenecía a la biblioteca se lo tendió a su dueño.

- Es un buen ejemplar...- añadió con una ligera sonrisa refiriéndose al libro- pero me temo que estoy jugando en una clara desventaja con usted- lo miró serena hablando con buenos modales- Desconozco su nombre y usted sabe el mío, ¿Es acaso un amigo de mi padre al que no consigo recordar?-la pregunta había sido demasiado directa, pero aquel hombre era un completo desconocido y ella se encontraba sola con él, su instinto femenino le aconsejaba prudencia y distancia.

 

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08/04/2014, 21:42
Ian

Según comenzó a avanzar, la luz que provenía de las ventanas comenzó a iluminarlo más claramente. Ahora, podía verse claramente que aquel hombre llevaba un atuendo de lo más extraño, propio de una novela... de una novela como la que tenías en la mano, en aquel momento.

Sus pasos resonaron por toda la sala. Un lento caminar, paso a paso, hasta que se quedó delante tuyo. - Cuanta palabra para decir únicamente que es un... "Clásico atemporal" - Concluyó en un tono seco y monotono, mientras estiaba la mano libre, enfundada en un guante de cuero, y tomando el libro que le tendías.

La expresión facial del hombre siguió inmutable a pesar de la retalía de palabras sobre quien tenía ventaja, y quien no. Hasta que finalmente mencionaste a tu padre. - No comprendo exactamente porque menciona al Señor Stark. - Entonces, guardó silencio.

Él te observaba, y algo te decía que era más que eso. Estaba estudiandote como persona. No se fijó en las formas femeninas, ni en la ropa. Se fijó en tus respuestas, en la manera de comportarte, en la manera de interaccionar con él y sobretodo, en el lenguaje no verbal que a sus ojos decía tanto o más que lo que salía por tu boca.

- Temo decirle que cualquiera con dos ojos y conocimiento del alfabeto juega con ventaja sobre usted. Usted trabaja aquí, en la entrada aparece el listado de todos los bibliotecarios... y usted es la única mujer. - El razonamiento fue lanzado como un martillo que podría aplastar cualquier cosa a su paso. Como si fuera la más grande de las obviedades.

A decir verdad, aquel hombre tenía algo que invitaba a escucharlo. Sus palabras eran tranquilas, con pocos altibajos y un tono de voz cautivador.

- ¿Cuanto tiempo lleva trabajando aquí, Señorita Stark? -

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10/04/2014, 20:36
Cristine Stark

Las palabras de aquel desconocido calleron como un jarro de agua fría sobre Cristine, no era normal que la bibliotecaria hablara más de la cuenta ni que se mostrara como una colegiala estúpida.

"Idiota... eres una niña tonta... has quedado como una estúpida delate de este hombre... claro que es fácil averiguar tu nombre con tal sólo mirar el nombre de los empleados..."

El enfado consigo misma se manifestó en un ligero rubor de sus mejillas, que trató de controlar a toda costa. A pesar de poseer sangre española se había criado en Inglaterra y solía comportarse toda una señorita inglesa de su posición.

- Tiene usted razón, cualquier persona que sepa leer puede saber como me llamo, tendrá que disculparme. Su visita ha sido totalmente inesperada para mí... ¿Qué cuanto tiempo llevo trabajando?- la verdad es que no se había parado a pensarlo, tras unos segundos de meditación agregó- este sería el tercer año caballero. ¿Puedo preguntarle por qué desea saberlo?- ahora era ella quien lo estudiaba a él, sus ojos se posaron unos instantes en el extraño atuendo que llevaba para después estudiar su rostro, sin duda lo que más atención le llamaba era sus ojos, tan fríos, duros e inexpresivos como el hielo.

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14/04/2014, 21:52
Ian

El hombre siguió impasible, a pesar de las muecas que dibujabas, de las expresiones que dejaban entre ver tus músculos faciales. Los de él no variaron, ni en un sentido, ni en el otro. El comportamiento del hombre no solo era severo, si no que además mantenía una actitud totalmente estoica.

Mantuvo aquella mirada puesta sobre ti. Tu estudió no reveló nada nuevo a lo que saltaba a simple vista. El tipo parecía ir medio disfrazado, con un casco en una mano y el libro en la otra. Pero a pesar de todo, había algo en su porte, en su estilo, en su amor propio que lo hacia imponente, como si su palabra no pudiera debatirse, como si contara con toda la razón o la sabiduría que podía reunir aquella biblioteca.

- Curiosidad profesional - Contestó, de forma escueta, manteniendote la mirada sin problemas. Sus palabras siempre retumbaban en aquel lugar, profundas, graves y tranquilas. - Yo trabajé aquí, hace muchos años. Digame... ¿Que opina de los libros que hablan de criaturas... fantasticas? - Preguntó. Y a pesar de su edad, no parecía necesitar sentarse, manteniendose recto y erguido.

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20/04/2014, 20:42
Cristine Stark

A pesar de lo mucho que aquel completo desconocido, cuyo nombre aún no conocía, imponía a Cristine las últimas palabras que pronunció consiguieron llamarle la atención lo suficiente para relajarse un poco. El anciano había trabajado en la biblioteca de manera que era un colega suyo, lo que terminó por despertar un ligero sentimiento de familiaridad ya que compartían la misma profesión.

- De manera que ha estado trabajando aquí señor...- lo miró con respeto e incluso dejó aflorar una ligero sonrisa- si me permite el atrevimiento tiene todo el aspecto de ser una persona dedicada y perfeccionista en su trabajo, espero que el funcionamiento actual de la biblioteca cuente con su beneplácito... debido a los nuevos tiempos que corren he empezado a digitalizar los archivos, es decir a incluirlos en la base de datos del ordenador principal de la biblioteca para tener un acceso más rápido a la hora de realizar una consulta. Yo personalmente no lo necesito puesto que me conozco las secciones y los libros se encuentran perfectamente catalogados... ¿Fue usted quien realizó el trabajo?- la organización de la biblioteca fue algo que sorprendió gratamente a Cristine cuando la inspeccionó por primera vez, era un trabajo tan bien echo que a la señorita Stark no le supuso ningún esfuerzo hacerse con a mecánica de la biblioteca.

- Libros de criaturas fantásticas... pues la verdad es que no es el tipo de literatura que más frecuento, aunque he de reconocer que me encantaban cuando era una niña, y que incluso llegé a escribir mis propios cuentos juveniles... de los cuales ahora me averguenzo...- comentó de forma relajada, hablar de libros siempre era agradable para la Cristine- Si está interesado en alguno en concreto creo recordar que nos ha llegado una nueva novela juvenil con muy buenas criticas llama Harry Potter y la piedra filosofal, narra las aventuras de un niño especial, un mago, que ingresa en un colegio de magia... creo que es el primero de una ambiciosa saga, que está teniendo bastante éxito y que incluso tiene la virtud de gustar a niños y a adultos... - llegada a ese punto Cristine esbozó una mueca de verguenza- por supuesto no es el tipo de lectura en la que un caballero como usted se podría interesar, pero para serle sincera, he de confesarle que he comenzado a leer ese libro... y lo cierto es que a pesar de ser un libro preferentemente para público juvenil, es curioso como se pueden observar en el mismo elementos de la literatura y las creencias populares fantásticas, pero adaptados a la actualidad, y no deja de ser atractiva la idea de como van sumergiendo al lector en un mundo mágico y a la vez siniestro, oculto al resto del común de los mortales... pero si me lo permite puedo buscarle otro tipo de literatura más adecuada que nos haya entrado como novedad- se ofreció Cristine de buena talante

Notas de juego

Harry Potter y la Piedra Filosofal, Publicación: 26 de junio de 1997 ^^ está dentro verdad? tu partida está ambientada en 1999 no?

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25/04/2014, 11:14
Ian

- Llámeme Ian - Acabó por decir. Por extraño que pareciera, usó su nombre de pila, no su apellido a pesar de todo el respeto con el que hablaba, con toda aquella educación, con toda aquella ceremonia. Un gesto que en la alta sociedad de la que parecía proceder el hombre se habría tomado como un gesto de mala educación... o de confianza.

- Definiría mi trabajo aquí como metodico y estricto. Perfecto. - Añadió la última palabra con redoblada fuerza. Su mirada pasó por su alrededor, observando el lugar sin decir nada, sin hacer nada más que estar allí, quieto, de pie. Es imposible que no escuchara tu pregunta, ni lo que le habías dicho. Incluso alguien con sordera grave -algo que sabías que no tenía, pues hasta el momento había estado hablando contigo - te habría escuchado.

Y no fue hasta que pasó algo menos de un minuto, cuando volvió a mirarte, impasible, estoico y tranquilo. - El funcionamiento actual de la biblioteca tiene y tendrá siempre mi beneplacito siempre que funcione como un reloj. Preciso, correcto, exacto y ordenado. - Acabó por describir, mirandote fijamente a los ojos. Por la mirada, bien podrías pensar que estaba mirandote el alma a través de los ojos. Pues su mirada era fría, y parecía mirar más allá de tu mirada.

- Así es. - Comentó, y se apartó de ti tras evaluarte -una vez más - para caminar hasta uno de los extremos de la sala. Pasos lentos, que resonaban por todo el lugar, produciendo un eco incomodo. La luz del exterior, que solo bañaba a la extraña figura de forma intermitente solo le hacía parecer una figura más extraña y bizarra, sacada de alguno de aquellos libros... o más bien sacada del libro que le acababas de devolver.

- Pero no todo. Cuando dejé de trabajar aquí, esta sección no existía. - Miró la puerta a la que se refería. Y a ti, aquello, te pareció imposible. Pues a la sección a la que se refería fue construida ahora hace unos dos cientos años, y nadie podía tener dos cientos años... ¿no?

Fue el giro de conversación, iniciado sobre aquellas experiencias infantiles, de las que decías avergonzarte. Y cuando dijiste eso, él se giró hacia ti, volviendo hasta donde estaba, a tu lado, con ese caminar lento y pesado, con aquel resonar de botas por toda la habitación.

Hasta que se paró junto a ti.

- No te avergüences Señorita Stark, de lo que hicieras en el pasado. Somos lo que fuimos. Pero no seremos lo que somos. Pero seremos parte de lo que fuimos. - Parecía... algún tipo de adivinanza encubierta. - No existe nada tan bello como el crear algo. Espero algún día poder disfrutar de sus... cuentos juveniles. - Acabó por decir. Y aunque parecía algún tipo de halago o deseo, no sonrió ni varió su gesto facial, siempre serio, siempre neutro... sin expresar emoción alguna.

- Un... colegio de magia... - Acabó por decir.  - Los tecnócratas se pondrán las botas. Me interesa, claro que me interesa. - Por algún motivo, aquel libro le había interesado. Mucho. Pareció incluso complacido, sin tener claro si se referia aun colegio de magia real, una historia para encubrir la historia real, o solo una invención. Debería leerlo para hacer justicia de esto.

- Y digame... ¿Qué piensa usted de la magia, Señorita Stark? -

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27/04/2014, 13:14
Cristine Stark

Cristine había terminado por relajarse con cada palabra que intercambiaba con aquel anciano, sobretodo cuando terminó por presentarse y decirle su nombre de pila, signo inequívoco de confianza o al menos eso fue lo que ella interpretó, era mucho más cercano llamarlo de aquella manera que por su apellido.

 Sin embargo la señorita Stark no pudo por más que arrugar el ceño durante el discurso de Ian en varias ocasiones, en primer lugar le chocó sobremanera cuando el caballero mencionó lo de la sección, que ella supiera era mucho el tiempo que aquella sección de la biblioteca llevaba en funcionamiento, según el calculo de Cristine aquel anciano podría rondar los 70 u 80 años como mucho, sus condiciones físicas por lo que ella había podido constatar era buenas, normalmente las personas de una cierta edad son incapaces de permancer tan erguidos y durante tanto tiempo, así que eso sólo podía significar que era relativamente joven, dentro de lo que se consideraba la tercera edad...

- Ian... Sir Ian creo que es mucho más adecuado para usted caballero, si me lo permite por supuesto, tiene todas las maneras y las formas de un respetable lord inglés y créame que se de lo que le hablo, yo soy inglesa y me he criado allí- le dedicó una suave sonrisa- a mi me puede llamar Cristine- sugirió con otra suave sonrisa- ¿Aquella sección...?- miró alternativamente a Ian y al lugar exacto del que hablaba- según tengo entendido lleva en funcionamiento aproximadamente dos cientos años... y francamente usted no aparenta tener más de 80- le dijo en forma de cumplido- pero es posible que quien se haya confundido sea yo, al fin y al cabo usted ha permanecido en esta biblioteca mucho más tiempo que yo- terminó por resolver sin darle mayor importancia.

Después se tomó unos segundos para reflexionar sobre las palabras que le había dicho

- Somos lo que fuimos. Pero no seremos lo que somos. Pero seremos parte de lo que fuimos- repitió las palabras de Ian para sí en voz baja- interesante... meditaré sobre lo que me acaba de decir, y creáme que su visita me está resultando de lo más gratificante, no siempre se tiene la oportunidad de intercambiar palabras con una persona como usted, estaré encantada de continuar hablándo con usted en más ocasiones... ¿Tecnócratas?- lo miró a los ojos totalmente perdida- desconozco ese termino... a no ser que se refiera a una especie de nueva religión... lo único que sé es que hay parte de la Iglesia Católica que no está viendo con buenos ojos que tantas personas se estén interesando en estos libros... ya sabe usted que la Iglesia siempre ha perseguido las manifestaciones de brujería, pero en mi humilde opinión no veo ningún mal en estos libros, están fomentando la lectura y eso no puede ser tan malo... Magia... pues la verdad es que siempre me ha encantado la magia... es decir la prestidigitación, la magia en sí no existe. Lo que si recuerdo es que de pequeña quería aprender a hacer magia e incluso ensallaba en casa algunos trucos de cartas... el problema es nunca se me ha dado bien, aunque no soy tan mala descubriendo los trucos, es cuestión de lógica.

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07/05/2014, 17:07
Ian

- Debo... felicitarle, pues no se confunde, nací en Marlborough Condado de Wiltshire. aunque mucho cambió aquello desde mi infancia en tales nobles y virgenes tierras. - Pero, a pesar de la sugerencia de llamarle por su nombre, el hombre negó lentamente con la cabeza, en un lento gesto cargado de elegancia y contundencia. - Señorita Stark, por ahora. - añadió, dejando claro que todavía no era el momento de que te llamara por su nombre de pila. Por algún motivo que desconocías.

Entonces, miró hacia la sección que señalabas durante unos segundos. Sonrió ante tu explicación de que aquello era imposible, una sonrisa misteriosa, enigmatica, con cierta gracia o sentido del humor oculto y oscuro. - Entonces se le antojan tres posibilidades, Señorita Stark. La primera, la posibilidad de que le este mintiendo. La segunda, que me conservo muy bien para mi edad. Y la tercera pero no menos importante, que se este equivocando sobre cuando se construyó esta sección. ¿De que puede estar segura, Señorita Stark? - Fue una pregunta retórica, con una media sonrisa que dejaba claro que no esperaba respuesta, si no que deseaba hacerte pensar, deseaba hacerte meditar sobre aquellas palabras.

El anciano apretó la presa sobre el casco, entornando la mirada desde tus ojos al resto del lugar, como si estuviera disfrutando del silencio reinante. Hasta que rompiste el silencio una vez más, con aquel razonamiento que estabas ofreciendole. Por algún motivo, tuviste toda su atención, girando su cabeza y cuerpo hacia ti, quedando ahora separado por una media docena de pasos de ti. Por desgracia, no obtuvo su respuesta de forma inmediata, pero tus halagos le hicieron hiincharse de orgullo. - Habrá más ocasiones, se lo aseguro. No estoy aquí para nada. -

- Tecnócrata. El término debería sonarle. Gobierno de Sabios. Latín... Irrelevante. - Desistió en la explicación. - No creo que la Iglesia llegue a estar jamás a la altura de sus propias expectativas. Ni ser consciente de cuanta razón tienen en según que... cosas. Ignorantes. - Acabó por soltar, con una pequeña carcajada.

- La magia no existe... ¿Esta segura? Si yo hiciera magia... ¿Encontraría usted el truco? -

 

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10/05/2014, 15:02
Cristine Stark

Entonces se le antojan tres posibilidades, Señorita Stark. La primera, la posibilidad de que le este mintiendo. La segunda, que me conservo muy bien para mi edad. Y la tercera pero no menos importante, que se este equivocando sobre cuando se construyó esta sección. ¿De que puede estar segura, Señorita Stark?

Desde luego que aquel hombre no podía ser más enigmático... no cabía duda de que tenía conocimientos amplios y hasta parecía encontrar divertido algunas de las respuestas de Cristine, como si estuviesen jugando un partido en el que Ian tuviese comprado al arbitro...

 La señorita Stark volvió a reflexionar las palabras del caballero, desde luego que la pimera opción podría ser viable, no conocía de nada al anciano y bien podría estar marcándose un farol o que simplemente no recordara bien las cosas... pero el caballero no tenía pinta de tener demencia senil y mucho menos de ser un mentiroso, por lo que descartó esa opción.

Con respecto a la segunda, era odbio que se conservaba muy bien para su edad, a pesar de seguir de pie Ian no mostraba el más mínimo atisbo de agotamiento y hablaba con gran elocuencia, además de permanecer tan tieso y erguido como un militar, de manera que aquella tampoco podía ser la opción adecuada... por tanto tan sólo quedaba la tercera opción... que ella estuviese equivocada... A Cristine no le gustaba equivicarse y tenía una memoria de elefante, lo recordaba todo y con gran precisión y ella estaba convencida de que había leído bien la edad de la sección... sin embargo era la única opción de las tres que tenía lógica...

- Sir Ian...- dijo- Hay una cita de uno de mis libros de infancia que rezaba lo siguiente "Una vez que se descarta lo imposible, lo que queda es la verdad por improbable que parezca" de manera que resumiendo le diré que- tomó un poco de aire y se dispuso a soltar sus teorías casi tan rápido como lo podría haber hecho Sherlock en una de sus aventuras- Usted es un completo desconocido para mí, podría pensar que simplemente se está quedando conmigo afirmando que cuando usted trabajaba en esta biblioteca la sección aún no había sido construido... pero por otro lado resultaría descortes y de mala educación que un caballero como usted hiciese tal cosa, además de que no tiene usted el aspecto de ser un mentiroso... lo que nos lleva a la segunda opción, por otro lado he de informarle que poseo una buena memoria y estoy segura que leí 200 años cuando me informé sobre la biblioteca... es más siempre recuerdo el lugar exacto donde dejo las cosas y jamás me permito un descuido en mi trabajo... lo que me lleva a considerar seriamente la segunda opción... pero esta tiene un claro inconveniente...- sonrió a Ian- dudo mucho que usted tenga más de 200 años... por lo que sólo me queda ofrecer otra opción. Que el catálogo posea un errata... 20 años es más que asumible, sobretodo teniendo en cuenta que la publicación del catalogo no es actual.

Después cuando Ian le habló sobre la magia el rostro de Cristine se iluminó adquiriendo la típica expresión infantil que se puede apreciar en un niño cuando se despierta por la mañana y ve los regalos que los reyes magos le han dejado al lado de los zapatos.

-Sabe usted hacer magia... la haría usted magia para mí... disculpe- se recompuso para no ser descortés- Creo que sí...- dijo adquiriendo un tono mucho más ingles y estirado- ya le he dicho que suelo ser buena encontrando los trucos... ¿de qué se trataría? ¿De un juego de cartas o de manos?- dijo sin poder evitar que su mirada se volviera a iluminar, aunque no creyese en la magia le encantaba.

Notas de juego

Ya ta ^^

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21/05/2014, 17:07
Ian

- Lógica lineal no cíclica. Qué interesante... - Aquel fue el único comentario de aquel hombre ante tu deducción sobre las tres probabilidades que te había dado. Por el gesto de su rostro, pensativo, y por el tono usado en su respuesta, parecía que lo que habías dicho, le había gustado. No dijo nada más, con aquella diminuta sonrisa que indicaba cierto grado de gusto por la respuesta que le habías dado.

- Aunque. - Levantó el dedo indice, como si fuera a corregir algo de lo que has dicho. - A veces lo que uno considera imposible, no lo és. Siempre... depende del punto de vista en el cual uno crea. ¿No lo cree así? - Acabó por lanzar aquella pregunta que dejaba entrever más de lo que parecía a simple vista. Algo de lo que habías descartado por "imposible" no lo era. No al menos, para Ian.

- Medite sobre esto, Señorita Stark. Lo encontrará de lo más... interesante. - Sus palabras, cuasi melódicas, bien hiladas y con un tono seguro y superior, dejaban claro que mentir, no mentía. O que si lo hacía, podrías creerte cualquier cosa que dijera, por disparatada que fuera.

Y te miró. Te miró durante unos segundos, complacido por tu deseo de poder ver "magia". Por aquella ilusión infantil que parecías ofrecer y que le dejaba claro que tenías predisposición a abrir los ojos. - Aquí no hay juegos de manos, de cartas o de trucos. Solo el poder de la magia, Señorita Stark. Y si es capaz de encontrar el truco, con gusto se lo enseñaré. Y si no lo es, deberá aceptar mi invitación para la fiesta de final de año. Quizás entonces le enseñe como hacer... tal truco. ¿Le parece bien? -  

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25/05/2014, 23:24
Cristine Stark

A veces lo que uno considera imposible, no lo és. Siempre... depende del punto de vista en el cual uno crea. ¿No lo cree así?

Estaba claro que en acertijos a Ian no le ganaba nadie, no entendía el porqué de tanto secretismo y juego de palabras, había algo oculto, algún tipo de mensaje... eso estaba claro, pero Cristine no conseguía terminar de descifrarlo o eso o es que el anicano era proclive a tirarse faroles... aunque a la señorita Stark le costaba creerlo. Ian destilaba seguridad e inteligencia por cada poro de su piel, no no se trataba del típico fantasmón, sino de una persona con autoridad y una mente privilegiada, que poseía una información de la que Cristine carecía, pero que probablemente y siempre y cuando volvieran a coincidir, terminaría por descubrir...

Así que decidió dejar aquel tema aparcado y centrarse en algo mucho más atractivo para la ávida mente de la bibliotecaria, como era el de la magia... sí, le encantaba, aunque no creyesa en ella y supiera que todo estaba basado en trucos y en la propia sugestión de la mente humana, debía admitir que le atraía sobremanera.

- Magia de verdad... - se permitió una sonrisa- algo me dice que es usted excepcionalmente bueno en lo que sea que se ha ofrecido a mostrarme, que yo juego con desventaja y se que en cierta medida estoy condenada a perder... aunque he de admitir que usted me acaba de lanzar un anzuelo demasiado suculento para que yo no pique... aún así, quisiera preguntarle antes ¿A que fiesta de fin de año se está refiriendo y porqué querría usted invitarme?- indagó Cristine con cierto recelo- no pretendo ser descortes pero somos practicamente unos desconocidos.

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03/06/2014, 20:05
Ian

El anciano alzó una ceja ante tus preguntas. Es posible, que en su vanidad y orgullo, jamás se hubiera planteado la idea de que tu, como individuo, pudiera plantearse no desear ir con él a aquella fiesta. Así que le arrancó una media sonrisa satisfecha, a medio camino entre la diversión y el entretenimiento puro.

- En cuanto a su primera pregunta... A la mejor fiesta de esta ciudad. Una que jamás olvidará, y donde podrá ver maravillas que hasta ahora solo atribuía a libros de fantasía, y magia. En cuanto a su segunda pregunta... es usted quien encontró mi ejemplar de "Drácula" ¿No? - No pudo evitar soltar una carcajada, cuando comentaste que erais practicamente desconocidos.

- Mucho menos de lo que usted cree, Señorita Stark. No tenga dudas sobre ello. Y... por supuesto que no soy bueno en aquello que hago. Soy el mejor. No sería su mano derecha de no ser así. - Ahora no sabías a quien se refería. Pero por alguna razón, aquello sono como si fuera alguien de verdadera importancia. Dicho esto, se apartó un solo paso de ti.

- Observe. - Entonces, alargó el brazo con el que no estaba sujetando el casco y puso la palma de la mano hacia arriba. entonces, en una milesima de segundo, sin previo aviso, sin esperarlo, una llamarada prendió en su mano. Un fuego que siguió ardiendo sobre su mano, que bien podría tener medio metro de alto. - Sí, se lo que dirá. Es un truco fácil... ¿Pero puede un truco hacer esto? - Preguntó. Y en aquel momento, alargó la otra mano, ahora libre de la carga del casco, y la metió en aquella llama durante largos segundos, para luego sacarla y sin aviso ni permiso, agarrarte el mentón con bastante tacto y suavidad. 

Esto habría sido una grosería, si no fuera por dos detalles. El primero, que su mano estaba fría a pesar de haber estado en el fuego. Y la segunda... que el casco del hombre estaba levitando tras él. - Aquí no hay truco, Señorita Stark. Solo la verdadera magia. -

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03/06/2014, 23:17
Cristine Stark

Si en aquel momento hubieran pinchado a Cristine, probablemente no habría echado ni una gota de sangre... en sentido figurado claro... el caso es que aquella conversación iniciada con Ian por haber "encontrado" su ejemplar de Drácula, se acababa por convertir en una auténtica exibición de magia... sí... magia en estado puro.

La señorita Stark que ahsta el momento se sentía confiada y tranquila en presencia de aquel anciano, no pudo evitar sobrecogerse cuando sus ojos observaron los trucos que acababa de realizar. Cristine abrió desmesuradamente los ojos mirnado las manos, el vestuario y estudiando cada gesto, por minúsculo que fuera, de su interlocutor.

- ¿Pero como...?- no fue capaz de continuar, ante la primera llamarada la señorita Stark sintió un pequeño sentimiento de repulsa y temor ¿Cómo demonios lo había echo? Entonces cayó en la cuenta de que Ian no sehabía remangado. La señorita Stark pensó que debía de llevar bajo la manga algun artefacto que le permitiera crear el efecto y que por tanto, aquello podría explicar como Ian la había tocado sin quemarse la mano... con respecto al casco... aquello era mucho más complicado, pero seguro que podría darle una pequeña solución.... sí, debía ser con algo similar al efecto creado por el fuego.

- Cielo santo....- exclamó- ¿Cómo es usted capaz de hacer eso?- dijo tras los segundos de aturdimiento y reflexión que se tomó... tras los cuales suspiró y volvió a mirar a Ian con cierto reproche- Demonios... tengo que admitirlo... no tengo ni idea de como lo ha hecho... no he consguido verle el truco... Usted juega sin duda en primera divisón y yo de momento no llego ni a tercera... Iré con usted... pero va a tener que enseñarme a hacer eso y- sonrió pícara- me va a tener que hacer otra exibición másde magia ¿de acuerdo?- a pesar de que su sentido común le gritaba que tuviese cuidado, su afán de conocimiento y su fascinación por la magia le hicieron aceptar la extraña invitación de Ian.
 

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21/06/2014, 19:08
Ian

- Más importante que el "cómo" es el "porqué" - Las palabras del hombre resonaron con fuerza, mientras estiraba el brazo y las llamas cesaban, recogiendo el casco con sus largos y finos dedos protegidos por el guante de cuero. Llevó el casco hasta sujetarlo a la altura del pecho, con aquel porte serio y elegante.

Se te quedó mirando, durante unos segundos,e studiando tus facciones, tus gestos, tus movimientos. Estudiaba tu reacción ante aquella muestra de talento y poder. Acabó por dibujar una media sonrisa, ahogando una cargajada cuando admitiste que no tenías ni idea de como lo había hecho. - Es imposible ver "el truco" cuando este no existe. Si acepta acompañarme a tan magnífica fiesta, le aseguro que no solo será capaz de hacer esto... y mucho más. Por lo que no será necesario que haga más... demostraciones. Así que... en cumplimiento de nuestro trato, y en virtud del viaje más fascinante que pueda hacer en su vida, le entrego esto. -

Y sacó, de algún pliegue de su túnica, un pequeño sobre. - Nos veremos en fin de año. - Acabó por decirle. Y sin despedida, comenzó a retroceder... lentamente, mezclandose con las sombras. al cabo de unos segundos, no escuchaste sus pasos, pero tampoco las puertas abrirse o cerrarse. Simplemente, había desaparecido. Como una sombra, había desaparecido.