Partida Rol por web

Asamblea de Bestias

Planta Número 4

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28/01/2015, 00:54
Leah Jones

Leah no rompio aquel silencio, algo que en cierto modo era de agradecer, porque te permitio pensar en todo aquello que rondaba tu cabeza en aquel momento. La mujer te condujo por aquellos pasillos llenos de jeroglíficos, antorchas y decoraciones mas propias del antiguo Egipto para, finalmente, entrar en una sala, en la que una suave musica parecia sonar, aunque no tenias demasiado clara su procedencia.

La sala no era más grande de lo que parecía inicialmente. Estaba compuesta por un enorme sofa adosado a la pared que ocupaba toda la sala, sobre el que reposaban decenas de coloreados cojines, a juego con los coloridos cristales que conformaban las enormes lamparas con motivos árabes que decoraban el techo, iluminado tan solo con la tenue luz de aquellas velas.

En medio de la sala, al menos media docena de mesas bajas, talladas en madera y metal, terminaban de conformar aquella estampa con tintes arabigos.

Leah se detuvo en medio de la sala, que olia ligeramente a incienso y a patchouli, te dedico una encandiladora sonrisa que resultaba mucho mas atrayente en aquella suave penumbra.

-Espere un momento, señor Rosselly. Iré a buscar a Alice. - dijo Leah, con cierto aire enigmatico, prolongando aquella mirando un par de segundos mas.

Y, acto seguido, acabo perdiendose por una puerta en el interior de aquella sala, camuflada tras un enorme mural que representaba al dios Anubis, casi con total seguridad.

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31/01/2015, 16:11
Sandro Rosselly

Pues aquí estoy yo, rodeado del lujo oriental que conforman el montón de cojines y las lámparas decorativas, en el tranquilo ambiente que la tenue luz de las velas confiere a la habitación.

Paseo distraido por ella, mirando con curiosidad los cuadros que adornan las paredes y tomando de vez en cuando entre mis manos algún objeto que atrae mi atención.

Paso unos segundos acomodado en el sofá, cruzando varias veces las piernas, para en seguida volver a levantarme y seguir dando vueltas. La verdad es que me cuesta estar quieto. Una leve intranquilidad intenta bloquear mis razonamientos y tengo que concentrarme en evitar que haga mella en ellos.

Está claro que el dueño del edificio tiene que estar algo sonado, pero tampoco me sorprenden a estas alturas la excentricidades de los ricos, así que trato de no inquietarme por todo aquel montaje. En breve, me digo, alguien vendrá a darme las explicaciones pertinentes que, sin duda, lo aclararán todo y despojarán aquel juego de su tinte de irrealidad.

O no. Qué difícil es mantener a raya las emociones cuando éstas se empeñan, y, la verdad, no consigo sacarme ese mal presentimiento de encima.

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26/02/2015, 13:48
Sandro Rosselly

Me fijo en una tetera que reposa sobre una bandeja plateada en una de las mesitas, y en el juego de tazas metálicas que la acompañan. Cojo una de ellas y observo sus bellos grabados.

Luego consulto mi reloj de pulsera, impaciente por la espera.

Notas de juego

No quiero que se me malinterprete este post continuado, pero es que me extraña tu tardanza en contestar (mi anterior post es del 31 de enero). Ya entiendo que uno pasa por fases de la vida en que va muy liado y que a lo mejor no te va bien seguir con la partida, pero quería expresarte que yo sigo ahí, pendiente de ella,y que me está gustando mucho.

Nada más. Disculpa las molestias ^^
 

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07/03/2015, 01:31
Alice

No sabrias decir cuanto tiempo habia pasado pero lo cierto fue que, cuando la puerta volvio a abrirse, lo que viste te dejo completamente anonadado.

Aquella mujer era la misma que se habia marchado algunos minutos atras, de eso estabas totalmente seguro. Sin embargo, cuando volvio a atravesar aquella puerta con aquel elegante vestido de gasa negra, semitransparente, tan diferente al modelo con el que acababa de abandonar la sala, cuando volvio con aquellos tacones de vertigo, acentuando aquella figura ya de por si esbelta y señorial, cuando viste aquel rostro, tan identico al que acababa de marcharse y a la par tan diferente, lograron enfrentarse en tu interior la sorpresa, la incertidumbre, la alerta y el deseo. Sin duda, aquella mujer habia vuelto aun mas bella, mas atractiva si cabia. Y, a pesar de ser la misma, ahora se veia completamente diferente. -Sorpresa. - fue lo unico que dijo, observándote con una media sonrisa dibujada en aquellos labios que ahora parecian ligeramente mas encarnados.

O quizas era la luz la que hacia que aquella mujer se antojara aun más palida a la luz de las antorchas.

Fuera como fuere, al ver a la mujer te quedo clara una cosa: Alice habia estado alli, junto a ti, desde el primer momento.

Notas de juego

Mil perdones por la tardanza. La verdad es que, en general, llevo una epoca bastante liado y algo desmotivado de Umbria, pero no tengo intencion de cerrar de la partida, sino todo lo contrario: tengo ganas de seguir con ella y llegar hasta el final, aunque sea a tirones. Muchas gracias por seguir ahi y perdon por las molestias :)

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09/03/2015, 18:58
Sandro Rosselly

- Ahí está… -pienso cuando se oye el crujido del pomo que indica que la puerta está a punto de abrirse. En mi fuero interno espero que esa tal Alice venga fielmente escoltada por su secretaria y así, volver a ver a Leah. No creo en el amor a primera vista -de hecho, dudo que a estas alturas de la vida crea en el amor, sea a la vista que sea-, pero lo cierto es que esa chica ha conseguido hacer mella en mí. Y las evidencias hay que aceptarlas tal como vienen.

Juego a imaginarme cómo será esa tal Alice: una vieja ricachona acostumbrada a hacer realidad todos sus caprichos en los que, por algún motivo, yo formo parte de uno de ellos. La verdad es que sigo teniendo curiosidad por saber qué pasa, pero ahora no desaprobaría unas explicaciones rápidas por parte de la tal Alicia para que quedase tiempo para otras más detalladas por parte de su secretaria. A solas. O quizás me equivoque de medio a medio, y tan sólo sea una mujer madura, a las órdenes de otro que sea quien maneje los hilos de esta historia. O tal vez,...

Es curioso lo que uno puede llegar a imaginar y a filosofar en los breves instantes que transcurren desde que comienza a girar la maneta de la puerta hasta que ésta acaba de abrirse por completo y deja pasar a quien es el responsable de abrirla. Y no menos curioso cómo, en menos tiempo si cabe, todas tus teorías y pensamientos explotan en tus morros, dejándote una molesta sensación de confusión y, dicho sea de paso, cara de tonto.

- Desde luego… -atino a decir. O recupero rápidamente el control de la situación, o voy a sentirme a su merced más tiempo del que pueda resultar conveniente- Una sorpresa altamente agradable.- Me levanto de entre los cojines donde me había vuelto a sentar por cuarta vez, y sonrío, procurando mantener el aplomo. Hago un gesto cortés, invitándole a sentarse a mi lado.

Leah, Alice,... Reina de Corazones,... ¿por qué nombre prefiere que le llame? -le pregunto, manteniendo la sonrisa.-

Ni en mis mejores sueños podía imaginarme semejante desenlace. Espero con curiosidad sus explicaciones mientras me dejo encandilar de nuevo por su mirada.

Una mirada profunda, atrayente y a la vez aterradora, que hace que, por un instante, sienta cómo un escalofrío recorre lentamente mi espalda.

Notas de juego

¡gracias a ti! :)

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02/04/2015, 10:59
Alice

Una sonrisa traviesa se dibujo en los labios de Alice al ver la reaccion que habia provocado en ti su aparicion, al ver como intentabas aparentar mantener el control de la situacion a pesar de la sorpresa. Y camino hasta ti, felina y elegante, con aquella imborrable sonrisilla en sus labios que resultaba casi mas atrayente incluso que sus curvas.

-Llameme como usted prefiera, señor Roselly. Creo que se ha ganado ese derecho. - dijo la mujer, deteniendose ante ti, acabando por cabecear elegantemente cuando le ofreciste asiento en aquel lugar, algo que aceptó sin dudarlo.-En cualquier caso, Leah, Alice, Reina de Corazones.... ¿Que mas da? El nombre es lo de menos, ¿no cree? Lo que de verdad importa es que estamos aqui sentados, los dos, en esta sala. Y lo que puede llegar a suceder entre nosotros a partir de ahora, ahora que nos hemos visto las caras... - añadio, clara y directa, manteniendo aquella misma actitud que la habia caracterizado durante toda la noche, aunque con un aire mucho mas señorial, con una seguridad y un aplomo que dejaban claro que aquella mujer tenia claro qué quería, y como lo queria.

Y entonces te miro, clavando aquellos enigmaticos ojos en ti, mientras sentias como aquella mirada llegaba hasta lo mas profundo de tu alma- Supongo que le debo una explicacion, ¿verdad? - dijo Alice entonces, dibujando una pequeña sonrisa en sus labios, casi ingenua, de no ser por todo lo que ocultaba detras.

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06/04/2015, 07:34
Sandro Rosselly

- Ardo en deseos de escucharla, Alice. -Y no es sólo una frase hecha. La verdad es que la situación en la que me encuentro ahora mismo, con semejante mujer a escasos centímetros de mí, ha provocado una brusca subida de mi temperatura corporal, de forma que siento como si me encontrase en medio de un montón de hogueras. O mejor, como si yo mismo fuera una de ellas.

Tengo que confesarle que es la versión del cuento de Alicia más intrigante que me han contado nunca, y espero que el final esté a la altura del resto. Ya sabe lo que se dice, que una gran historia se puede echar a perder si no se le encuentra el desenlace adecuado...

Mantengo mis sentidos alerta, mientras trato de que mi cabeza impida que otras perspectivas más apetitosas me hagan dar un paso en falso. Nadie monta un tinglado semejante sólo para flirtear con un cuarentaicincoañero, aunque se trate de mí. Así que, antes de nada, oigamos lo que tiene que decir.

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10/05/2015, 17:55
Alice

Una diminuta sonrisa entre satisfecha y divertida se dibujo en los labios de la mujer, mientras terminaba de acomodarse, cruzandose de piernas, con aquella majestuosidad que caracterizaba cada uno de sus gestos. Habria que estar loco para no desear a aquella mujer, sin duda.

-Está bien, señor Rosselly. Lo reconozco. Le he estado observando. - comenzo a decir la mujer entonces, consciente de lo que su afirmacion podria suscitar- ¿Por que? Esa es la siguiente pregunta, sin duda. Desde luego... Todo tiene un porqué. - dijo entonces, mientras jugueteaba, seductora, con uno de sus mechones de pelo mientras hablaba, manteniendose, señoral, en su sitio- Porque es usted unico, brillante. Unico en muchos sentidos. Y, como podra suponer, yo no me conformo con cualquier cosa... - añadio, al tiempo que estiraba ligeramente su pie, recorriendo con el tu gemelo, en un gesto que albergaba un claro doble sentido.- Es usted el mejor en lo suyo, y me apetecio ponerle a prueba... Para ver si... era tan digno como yo ya suponia, ya sabe... - dijo entonces con una sonrisilla traviesa, mientras mantenia entre vosotros aquella corta distancia, suficiente como para que fuera un espacio entre vosotros, pero lo suficientemente alejada como para despertar el deseo de cercania. Estaba claro que aquella mujer habia nacido para despertar el deseo de cualquiera. Y era curioso pero, a pesar de lo claras que parecias tener las cosas al principio, lo cierto era que, cuanto mas hablaba, cuanto mas estaba con ella, mas dificil te resultaba razonar con claridad y no parecer un quinceañero en su maximo boom hormonal. ¿Que tenia aquella mujer para que resultara mucho mas dificil escapar a ella que al resto?

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18/05/2015, 18:49
Sandro Rosselly

 - Y entonces, ¿cuál es el veredicto? ¿He logrado superarla? -mientras pregunto esas cosas, autoevaluo mi propia actuación, como todo buen profesional debe hacer. ¿Me hace merecedor de una buena nota el que, siendo el supuestamente mejor especialista en seguridad informática haya permitido la invasión de mi ordenador personal sin que ninguno de los mecanismos de protección haya funcionado? ¿Ayuda en algo el que, tras la irrupción, el incursor haya desaparecido sin que yo haya sido capaz de detectar el más mínimo de los rastros? ¿Tiene mérito el que para llegar hasta aquí haya tenido que someterme a sus reglas de juego en todo momento, llegando a tener que moverme a su son por la ciudad, a la busca de un conejo?

Decido detener el proceso de autocrítica y me arrepiento de haber hecho la pregunta. No sé qué tiene esta mujer que me hace sentir como un pelele, así que, en otro soberano esfuerzo por intentar tomar el control de la situación, quemo mis naves en un intento desesperado.

Y me inclino lentamente hacia ella, aproximando mis labios a los suyos.