Partida Rol por web

Gunnar se encuentra descansando, las heridas son graves y necesita descansar. Vostros dos estais en los salones del castillo. Podeis ver como los animos andan caidos, normalmente los Tenesios son valientes luchadores que ven la victoria en toda batalla pero hoy es distinto. Saben que de seguir así tienen pocas posibilidades de sobrevivir, es un enemigo desconocido y los supera en número de forma abrumadora. Saben que Tenesia no puede morir, pero saben que Laagstad es probable que lo haga.

Hay muchos hermanos caidos que llorar y solo ha sido el comienzo, se debe poner fin al asedio cuanto antes o nadie podrá contarlo.

Ahora Kadstad se gira hacia Aileon y Splash, su cara refleja mas curiosidad que duda o suspicacia.

- Imagino que ambos teneis mucho que contarme.

Splash se mantiene cerca de su antiguo cuerpo. Aunque Gunnar insistió en traer el cuerpo por si había algo que pudiese hacerse para resucitarlo, él está convencido de que su unión con el elemental es definitiva. Siente que sus habilidades elementales han cambiado, adaptándose a su nueva forma, y haciendo aún más profunda su enlace con su elemento. No hace ningún intento por explicar su nueva forma; en su lugar, asume que la pregunta de Kadstad se refiere al combate.

-Defendimos la puerta del ataque de un vroc y varios necrófagos. El vroc era extremadamente fuerte, la única razón por la que no estamos todos muertos es que se alejó para explorar algo "más importante". Y yo debería estarlo.- Señala el cuerpo desangrado de Unoch.

Al contrario de lo que sería normal en él, Aileon no dice nada. Se mantiene callado. Respetando el turno de palabra de su amigo "muerto" que, de alguna manera, había conseguido salvar su espíritu en el elemental de agua que hasta hacía poco había sido su compañero. Tan sólo se limita a asentir cuando Kadstad le mira, confirmando las palabras que el tritón (¿o debiera llamarle elemental ahora?) decía.

Cuando por fin termina de hablar. Aileon se limita a decir. La lucha ha sido dura, pero no ha hecho más que empezar. Debemos recuperar fuerzas para volver a fuera.

Kadstad examina a Splash de arriba a abajo. Con mirada curiosa mientras se rasca la barba.

- ¿Como te sientes? Debe ser una sensación muy extraña el tener un cuerpo liquido y transparente. Me gustaria examinar ese fenomeno cuando sea el momento adecuado... ¿Que quieres que hagamos con tu viejo cuerpo? Lo más razonable seria quemarlo, no quedría que se levantará, seria algo muy desagradable.

-Me siento... como si este fuese mi auténtico cuerpo. Más real, más cómodo y más ágil. Estoy deseando probarlo en el mar. ¿Sabes cómo ha podido pasar algo así?

Observa su viejo cuerpo pensativo antes de contestar.

-No creo que el fuego sea adecuado, preferiría arrojarlo al mar. ¿Hay alguna forma de preservarlo hasta que sea posible? En todo caso, creo que podría utilizar la armadura. Debo intentar habituarme a esta forma rápido, como bien dice Aileon, aún queda lo peor.
 

Kadstad, ¿hay alguien que pueda tratar nuestras heridas de forma mágica? No podemos permitirnos descansar hasta recuperarnos del todo y hay que volver a luchar cuanto antes. Nosotros podemos descansar, pero nuestros atacantes no lo harán y ¿qué será de Laagstad entonces? Las palabras de Aileon comienzan saliendo poco a poco, pero en seguida se comienzan a acelarar al paso de su corazón que piensa en lo que fuera de las murallas acontece. No exhageraba. El infierno se podía desatar sobre la ciudad si no contenían a la marea maligna que golpeaba sin cesar las murallas.

- Vivimos en una ciudad portuaria, no seria muy dificil hecharlo al mar, pero dudo que eso vaya a ser efectivo, no se lo que opinas tú pero a mi no me gustaria que mi cadaver se convirtiera en un necrofago, ni en tierra ni en el mar, no se me ocurre mayor profanación de un cadáver. En cuanto a lo que te ha pasado, no lo sé, solo los dragones sabrán que ha ocurrido de verdad.

Luego se gira a su compañero de la nobleza.

- Lo lamento Aileon, no puedo proporcionarte curación mágica, ni yo ni nadie excepto tu compañero aquí presente. No hay purasangres nobles en esta ciudad, ninguno de los nuestros posee el don de la energía vital. Pero hay muchos sabios con un gran dominio de la medicina tradicional. Te doy mi palabra de que ahre lo que este en mi mano para que esteis los tres operativos mañana... mañana golpearemos nosotros- dice su última frase con una sonrisa maliciosa.

-Yo aún dispongo de ciertos poderes curativos, sí. Si el enemigo se ha retirado y vamos a disponer de esta noche seguro puedo usarlos, aunque no me gustaría quedarme sin conjuros si hay alguna sorpresa esta noche.

Unoch parece violentarse algo cuando Kadstad insiste en quemar su antiguo cuerpo.

-¿De verdad no hay otra manera?

- Me gustaria decirte que no, pero a veces debemos aceptar la verdad, por dura que sea. De todos modos siempre podemos echar tus cenizas al mar.

La cara de Aileon no puede ocultar su decepción por no poder disponer de curación mágica que, si bien le dejaría algunas feas marcas en el cuerpo, le curaría prontamente para poder volver cuanto antes al combate. El Maekrix ansiaba volver al combate.

Pero al menos su compañero Unoch disponía de cierto poder de curación. Por poco que fuese, algo ayudaría y eso era lo interesante.

Unoch asiente con la cabeza.

-Si no hay más remedio hagámoslo. Me gustaría estar delante cuando suceda.- La voz del elemental suena apenada, como si realmente fuese casi un sacrilegio para él someter al fuego a su cuerpo. -Ya hay suficientes problemas como para que mi cuerpo sea otro necrófago más.

Sin esperar respuesta, se acerca a Aileon para examinar sus heridas. -Puedo acelerar nuestra curación natural, y además curar mágicamente algunas de esas heridas.

- Si te preocupa más el fuego que levantarte como un necrofago tengo una alternativa, desmembrar el cadaver y tirar sus partes en distintos puntos del mar, eso hara que el necrofago sea inofensivo hasta que el mar lo pudrá... el desmembramiento y el saber que tu cadaver es un necrofago no es agradable, pero quizas consideres menos agradable que lo quememos.

Luego se gira a Aileon.

- Por cierto, Tierstine quiere hablar contigo, está en sus aposentos, pasate a verla.

Aileon asiente a Kadstad y, no sin antes despedirse de Unoch, se marcha a ver a Tierstine. ¿Qué querrá esta mujer? Se pregunta el Maekrix con sincera curiosidad. Desde luego no iba a proponerle sexo... Al menos Aileon no estaba seguro de que en ese momento le apeteciese demasiado. Aunque bien pensado... si Tierstine pensaba que iban a morir, quizás no le hiciese un feo a la muchacha.

Las ideas políticamente incorrectas que le surcaban por la cabeza al hombre le hacen sonreir. Casi reirse en alto incluso. Sonríe con sinceridad. Al menos, incluso con la que estaba cayendo, se sentía vivo al saber que aún podía tomarse ciertas cosas con humor. Antes de que se diese cuenta, el hombre ya había recorrido los pasillos con su paso veloz hasta la sala donde sabía que encontraría a la mujer.

En cuentras Tierstina en sus aposentos. De cintura para arriba no lleva nada excepto un corpiño y vendas en el brazo izquierdo y en el estomago. Puedes ver en el fondo de la habitación un cuenco con agua ensangrentada. El cuerpo de Tierstina combina la fortaleza y musculatura de una guerra con la belleza y feminidad de una dama. Podría decirse que ella es la prueba viviente de que fuerza y belleza no son incompatibles.

- ¿Te ha contado Kadstad lo que tiene en mente para mañana? -te pregunta nada mas verte mientras recoge su pelo, ahora suelto, en una trenza.

Después de meditarlo unos instantes, Unoch acepta la propuesta de Kadstad.

-Por raro que parezca, me encuentro más cómodo con esa idea. Gracias. Si no necesitas nada más de mí, creo que voy a dar una vuelta, para despejarme y adaptarme a este cuerpo. Aunque antes me gustaría ponerme la armadura.

Según entra en la habitación, los ojos de Aileon, en apenas unos segundos, se pasean por el cuerpo de la mujer herida, fijándose en sus abundantes heridas y en el cuenco lleno de sangre con el que sin duda le han limpiado.

Pese a la pregunta directa de la mujer, Aileon se acerca y no dice nada. Mira a los ojos a la mujer e, ignorando su pregunta, le dice: ¿Estás bien? La salud de Tierstina era más importante que lo que Karstad tuviese pensado para el día de mañana. Si tenían que morir, el destino estaba sellado de cualquier manera, pero el preocuparse por el estado de alguien no podía esperar. No con ella. ¿Cómo ha ido la batalla por tu lado?

- Haz lo que quieras con ella, despues de todo, es tuya. Despejate todo lo que quieras, no creo que necesites dormir en este cuerpo así que tienes toda la noche para meditar.

Tras decirte eso Kadstad se despide de ti dejandote solo. Vas a las almenas del castillo donde puede darte la reconfortante brisa marina. A lo lejos puedes ver los fuegos del campamento enemigo, algo te dice que no son antorchas sino criaturas infernales.

Tierstina sonrie ante tu preocupación pero le quita importancia al asunto.

- Nada comparado con lo que te hicieron a ti y a tus compañeros... y probablemente nada comparado a lo que pasara mañana. Por suerte para mi, mi posición de vigilancia y coordinación me mantenia alejada de la linea de fuego pero... un tirador enemigo me lanzo dos flechas desde la distancia, no pudimos localizar el punto del ataque pero si logre ponerme fuera de su linea de tiro. Pero eso no importa, lo que ocurrirá mañana es importante y por eso queria hablar contigo.