Partida Rol por web

Pido disculpas si lo que dire ahora os provoca algun problema, pero resulta que es mi primera partida en esta pagina (y practicamente mi primera partida a un juego de rol), y aun me estoy habituando al sistema. De momento, estoy leyendo la historia, pues cuando me apunté no sabia que hubiese empezado ya. Si no es molestia, agradeceria un poco de paciencia, supongo que mañana (hoy no, es tarde y he de madrugar =_=') ya empezare. Si lo dicho causase algun problema, preferiria salir de la partida y dejar el puesto libre a alguien mas experimentado... De todas formas, tengo tambien una duda que aclarar... Resulta que he visto el ultimo mensaje escrito, y he leido lo de que he de hacerme el personaje. Pero en el apartado de jugadores, veo que tengo asignado el personaje de Dieter. ¿Uso ese, el ya creado, o tengo que hacerme yo uno nuevo?

En cuanto me recupero de la impresion y de la caida, me lanzo al ataque, intentando provocarle alguna distraccion que permita a mis compañeros, mas jovenes y fuertes que yo, causarle verdadero daño. Asi pues, intento sacudirle otro librazo. Consigo darle, de refilon, causandole un ligero daño

Tengo otra duda, sobre los combates, o la accion en general... ¿Hay que seguir algun orden especifico, o esperar X, antes de volver a hacer algo? Lo digo porque sino, podria darse el caso de alguien que ataque 10 veces seguidas, o algo asi... Supongo que nadie lo hara, perderia toda la emocion, pero tampoco me apetece que me tengan que llamar la atencion, o algo, por no esperar lo debido...

- ¡Maldito! ¡¿Por qué nos atacas?! - grito enfurecido y envalentonado por mi anterior ataque certero. Seguidamente vuelvo a cruzar mi cuchillo contra el atacante. Por desgracia en esta ocasión no encuentro más que aire en mi tajo.

No os entrometais. El tipo sale corriendo con el golpe recibido.

Hasta que no pierdo de vista al asaltante no me doy cuenta de que la mano con la que sostengo el cuchillo tiembla incontrolable por los nervios. Era la primera vez que usaba algo remotamente parecido a un arma para atacar a alguien, mucho menos una hoja afilada, y el peso de la tensión acaba explotando en mi interior, haciéndome hincar ambas rodillas en el suelo con la respiración entrecortada.

- ¿E... estáis todos bien? - digo con un hilillo de voz.

Caigo al suelo, rendido, con el corazon a punto de estallar, por los nervios y la tension. Mientras, no puedo dejar de observar, horrorizado, que el libro que he tenido que usar como arma esta practicamente destrozado, y me prometo reponerlo en cuanto tenga la oportunidad.
Oigo entonces a Norman, parece que el se encuentra bien.

-Si, yo me encuentro bien, creo que no me falta nada... ¿Y usted,herr Dierft?

Compruebo con una mirada que ninguno estamos heridos y sonrío levemente.

Me temo que los años pasan factura, por lo demás estoy bien, aunque bastante harto de estos ataques por sorpresa y sin motivo alguno.

No hay tiempo para sonreir y alegrarse por no tener heridos entre nosotros. El peligro sigue estando ahí, aunque quizá sería tan fácil como darse la vuelta y volver a casa. Sin embargo, ya habíamos arriesgado mucho, demasiado. Habíamos metido las narices hasta el fondo y ya quisiéramos o no, no nos quedaba más remedio que seguir. Eso al menos era lo que resonaba en mi mente, aunque mis piernas no parecían compartir la misma opinión pues seguían ansiosas por correr y poner millas de por medio.

No os entrometáis. Sin duda, una advertencia que no carecía de sentido.

Como materializando un pensamiento que rondaba por nuestras cabezas, expreso una frase que lo decía todo.

- Si no somos nosotros, no será nadie. Hemos de llegar al final.

Me quedo esperando las reacciones de mis dos compañeros.

Tras recuperar el aliento miro alrededor para comprobar que por el momento estamos a salvo, después miro a Norman, ya que parece haberse animado a hablar.

Por supuesto. Pero... ¿sois tan amables de recordarme cual es exactamente el plan?

Miro a Dieter, esperando alguna genial idea.

Veo que los demas me miran, buscando una respuesta. Asi pues, decido ofrecerles mi opinion.

-Bueno, como ustedes recordaran, seguimos las pistas que nuestro "amable" asesino nos ha ido dejando, y estas nos llevaron hacia aqui... Asi pues, propongo que busquemos indicios de algun asesinato, u otra pista que pueda conducirnos hacia la resolucion de este caso...

Espero un rato, para que mediten sobre mis palabras, y despues añado...

-De todas formas, no es del todo descabellado creer que el ataque que ahora hemos sufrido tenga algo que ver los asesinatos, aunque no hayan sido cometidos por nuestro atacante, lo cual podria llevarnos a pensar, junto con sus ultimas palabras, que esto no era mas que una simple trampa, con el objetivo de quitarnos de en medio de algo importante... ¿Que opinan ustedes?

Cubriendome la espalda con el muro, para evitar nuevas sorpresas, espero sus respuestas...

Me siento confuso al reflexionar más pausadamente sobre qué hacíamos allí. Una idea cruza por mi mente.

- ¿Creen que nos han podido traer aquí mientras otro asesinato está ocurriendo en algún otro lugar de la ciudad? No tiene mucho sentido, siempre hemos creído que veníamos a una trampa - trago saliva al darme cuenta de mis propias palabras - ¿Y si?... no, eso también sería descabellado pero... ¿y si nuestro atacante no fuera de los "malos" sino de los "buenos", o más bien de los... esto... "neutrales"? Quiero decir - trato de explicarme - si nos hubiera querido matar lo hubiera hecho ¿no? No creo que un cuchillo y un libro intimiden a un asesino profesional...

Me quedo aún reflexionando sobre mis confusas dudas.

No te confundas Norman, la fuerza nada tiene que ver con un asesino, hasta el más inocente niño puede convertirse en uno de manera sencilla, por desgracia me temo.

Miro a Dieter y le explico mi pensamiento.

Creo que tienes razón, lo mejor es indagar todo lo que podamos por esta zona.

Pues si estan todos de acuerdo, avanzemos, entonces, a ver que encontramos. Herr Drieft, propongo que vay usted delante, pues es quien mas experiencia tiene en combate, y puede librarnos de futuras sopresas... Siempre y cuando no tenga inconveniente, claro.

Saco lentamente el espadón que llevo al cinto y miro a Dieter.

Por supuesto, pero esta vez no me cogerán desprevenido, se lo aseguro. ¡Vamos!

Digo mientras apunto con el espadón hacia adelante.