Partida Rol por web

Asesinato en Córdoba

II. El mesón de don Fadrique

Cargando editor
04/04/2014, 10:54
Narrador

Un fortísimo crujido estalla en el salón principal, faciéndose oír tanto dentro como fuera del mesón. Las vigas de madera empiezan a resentirse et pronto el local vendráse abajo. Polvo empieza a caer en el salón proveniente del techo de madera que cada vez parece menos dispuesto a seguir aguantando el peso que soporta. Desde el exterior, cada vez puede verse más humo salir de las ventanas del piso de arriba.

¡Más valdría darse prisa en salir de allí!

Notas de juego

Seguid marcándoos como antes, según dónde estéis y con quién.

Cargando editor
04/04/2014, 18:35
Ishaq ben Abner

En estando fuera sólo podía llevarme las manos a la cabeza o a la boca, temiendo por las vidas de las gentes del interior.

¡Ojalá el resto de alguaciles salga cuanto antes! -pensaba desesperado-.

Cargando editor
04/04/2014, 18:25
Gracián de Alcaracejos

Escuchando el crujir del edificio, Gracián se puso en marcha rapidamente pues sabía de sobra que muy probablemente sería el primero en traspasar el suelo debido a su "envergadura". Cogiendo por el pescuezo al tunante, agarró una sábana de la cama e improvisó una atadura sujetando fuertemente las manos a la espalda del confeso.- ¡Catalán! ¡Vámonos antes de que esto se venga abajo!.- Entonces, empujando al supuesto asesino, díjole apremiante - Afuera hay más guardias. Non faces correr o te rompo una rodilla.- Y, echándole una mirada inquisitiva llena de inteligencia, sentenció.- Juicio justo tendrás... si en verdad fuiste tú ...-

Notas de juego

¡¡¡¡Saliendo de la taberna cagando leches, Martí!!!!

Cargando editor
05/04/2014, 00:43
Rodrigo de Baena

Tan sólo había subido un par de escalones cuando Rodrigo se quedó parado al escuchar el crujido de las vigas de madera. Aquel era un mal presagio que anunciaba el inminente desplome del edificio. Ya no había nada que hacer por salvar el mesón y, con toda probabilidad, los que estuvieran arriba poca ayuda necesitarían ya, aunque Rodrigo esperaba que, de una forma u otra, hubieran podido salvarse, quizás saltando desde una de las ventanas.

Soltó el cubo de agua que ya de poco le serviría y echó a correr hacia la salida, mientras le gritaba al tranquilo Pedriño que aún seguía allí plantado.

- Venga fuera, esto está a punto de derrumbarse. Seguro que no quieres acabar como el asado que no nos hemos comido.

Cargando editor
06/04/2014, 11:39
Yunus ibn al–A'war

Qué desdicha más grande ha cernídose sobre aquestos... - Miraba como hipnotizado aquellas llamas sin saber muy bien que hacer.

Entonces me dirigí a Zacarías; Zagal, corre presto al cuartel et da aviso al resto de alguaciles de lo que aquí ha acontecido.

Y aunque seguro que ya abría corrido la voz hasta el cuartel, pues ya se sabe que las desdichas pasan de boca en boca más rápido de lo que avanza la peste, aquello serviría también para que el muchacho no anduviera metido en aquel lio de fuego y muerte. Últimamente actuaba de manera impulsiva y aquello me preocupaba...

Cargando editor
06/04/2014, 23:58
Narrador

A punto está Zacarías de obedecer al suyo maestro et ir al cuartel de la guardia cuando, tras Rodrigo et Pedrinho, Gracián et Martí abandonan el local custodiando a un omne que nadie más recuerda haber visto hasta ahora. De tez morena et non demasiado alto, porta ropas de judío.

Pocos segundos tardan las vigas en caerse et bloquear la entrada al local, que a buen seguro ya está perdido et será pasto de las llamas. Muchas de las gentes que rodean el local llévanse las manos a la cabeza, non pudiendo creer lo que sus ojos muéstranles, et pronto empieza a escucharse un rumor. ¡El mesón! ¡Non puede ser, válanos Dios! dicen algunos. ¿Pero dónde está don Honrado? ¿Non estaba en la planta de arriba? Alguna mujer solloza et otros santiguanse. ¿Qué será ahora del gremio de tejedores?

Pero rápidamente los rumores se ven acallados cuando el judío al que acompañan Gracián et Martí alza la voz.

Cargando editor
07/04/2014, 00:06
Isaac ben Absalón

-¡Gracias Yahvé por ayudarnos a destruir este antro de perversión! -grita a pleno pulmón- ¡Gracias compañeros de la guardia -se dirige, evidentemente, a vosotros. Muchas miradas se fijan en la peculiar capa que porta Ishaq- por destruir este mercado carnal! ¡Que la desgracia caiga sobre todos los pecadores! ¡Sí! ¡Pecadores como vosotros -se dirige ahora a la plebe-, hijos del demonio! ¡Que Yahvé os castigue a todos con pobreza y enfermedades y malfome vuestra descendencia hasta el fin de los tiempos, como ha hecho con la plaga que ha mandádoos a los vuestros campos!

Cargando editor
07/04/2014, 00:09
Narrador

Non face falta decir qué pasa a continuación. La gente, algunos por fevor religioso et otros más bien por fervor etílico, lánzase al linchamiento de vuestro nuevo "amigo" et vosotros mismos.

Notas de juego

La gente no atenderá a razones. Pelea, esquivar o correr os sacarán del aprieto... Por el momento.

Podéis tirar también para intentar proteger a algún compañero.

Cargando editor
07/04/2014, 11:07
Gracián de Alcaracejos

Dándole con el mango de la maza en el estómago hace callar al maniatado judío alborotador para lanzarlo acto seguido a los brazos de Zacarías. -Doctor, tras nuestra. Tú… - le dice al aprendiz del buen doctor.- … hazte cargo de él. Et que no píe nada más.- Entonces, girándose a los compañeros, ordena voz en grito para que la multitud le oiga.- ¡GUARDIAS EN CÍRCULO! ¡ARMAS EN RISTRE!.- Después, ya para sus hermanos de armas, propone.- Agrupaos et protegeos unos a otros. Pegad sin miramiento et id retrocediendo hasta aquel callejón para ir al cuartel.- Mientras se sitúa protegiendo a los tres judíos, alzando el escudo y la maza, arrea al primer iluso que intenta acercársele.

- Tiradas (2)

Notas de juego

En círculo chicos, como la peli de Gladiator, que si arrancamos a correr a los dos gordos y al viejo doctor nos linchan seguro XDDD.

Máster, ataque y parada.

Cargando editor
07/04/2014, 19:37
Pedriño "O Maruxo"

A calor era insoportable y si bien salí de aquella gracias a Rodrigo, que tiró de mi antes de que las vigas de la taberna cayesen al suelo, me veía de mal en peor. Púxenme moi nervioso. Aproveitara o momento para comer un pouco máis de porco, lo que la gente había dejado en las mesas, mientras Rodrigo iba a por el cubo y apenas me percaté do acontecido con la nena. Pero ahora, ya en la vorágine del caos do demonio, no quedaba otra que hacer caso al home gordo que nos impelía a sacar las armas y nos quedásemos xuntos.

A mí gustábame a xente alegre y cantarina, no cuando estaba espantada, así que aún mais nervioso púseme disposto a golpear, matar ou que fora. Me santigüe y recé un Padre Nuestro tan corto que duró lo que tardé en sacar la espada. La blandí a diestro y siniestro, procurando no separar de nuevo la barriga del Gracián y Rodrigo, que parecían saber de aquela cousa. Los imité como pude, recordando lo que mi pai decía de sujetar un buen acero y hacerle ver los infiernos al enemigo.

Entre corte y espadazo, busqué con la mirada al rapazinho judío, Ishaq, pero apenas vilo entre la multitud. Pobriño, tan enclenque pensé que lo iban a pisotear. En cuanto lo atopase tiraría de su capa para meterlo dentro del círculo. 

Abrí la boca para cantar, pues aquello me hacía menos débil, y a pleno pulmón grité para los míos:

Por los caminos cabalgó
la tropa del invasor
y las espadas sonarán
a batalla comezou.
De vermello el campo se tiñó
con sangre e con valor
sen xustiza nin temor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Espadazos a lo loco, cantando como bardo y haciendo florituras por lo que veo, cual espadachín. ¡Lo que hace el miedo!

Si veo al Ishaq o a otro compañero en apuros procuro defenderlo metiéndolo en el círculo.

Cargando editor
07/04/2014, 23:51
Narrador

La maza de Gracián golpea en la cabeza a uno de los primeros en acercarse furioso, quien pronto es pisoteado por los demás tras caer medio inconsciente al suelo. Los nervios son quienes guían la espada del norteño, quien, queriendo o no, rebana el cuello de otro desgraciado agresor, quien cae enseguida muerto al suelo, ahogando un grito entre sangrientos gorgoteos.

La muerte no hace más que amedrentar el odio y la furia de la masa, que avanza impasible viéndose infinitamente superiores en número (debía haber al menos cuarenta personas dentro del local, sin contar a los curiosos que acercáronse enseguida a ver qué sucedía).

El escudo de Gracián consigue parar alguna pedrada et algún que otro puño, pues es quien encuéntrase más cerca de las gentes. Los gritos de la marabunta son ensordecedores.

Cargando editor
07/04/2014, 23:59
Martí Carbonell

Salgo del local a toda prisa, esquivando las enormes astillas que caen procedentes de las vigas, una vez fuera, el estruendo de las vigas cayendo indican que nos hemos librado por los pelos, sin embargo, cuando creíamos que ya estábamos a salvo, las palabras del tal Isaac, el hombre que habíamos capturado en la planta superior, enfurecieron al gentío abalanzándose contra la guardia y especialmente contra los judíos.

Las palabras de Gracián indicaban una buena estrategia, sería mejor estar unidos que no desperdigados. Rápidamente me sitúo junto a él tratando de mantener a la plebe, los gritos de las personas y las piedras que volaban hacia nosotros eran cada vez más frecuentes.

-Salgamos de aquí cuanto antes, no podremos mantener mucho más a tantas personas-

Equipado con mi coltell en una mano y el escudo en otra, intento golpear a quien se interponga frente a mi.

- Tiradas (2)
Cargando editor
08/04/2014, 00:17
Rodrigo de Baena

Parecíale que sólo la mano divina habíalos ayudado a escapar de morir abrasados y, una vez en el exterior, Rodrigo parose a mirar cómo todo el mesón se venía abajo, en un batiburrillo de ascuas, cenizas y humo que habíanle convertido la cara igual que la de los moros del sur de negra que la tenía.

Tosió y escupió al suelo intentando aclarar la garganta mientras escuchaba a aquel loco decir semejante estupideces delante de todo el populacho que, hacía sólo un segundo, disfrutaba del vino, el juego y las mujeres. A quién podía ocurrírsele aquello sino a un ido, y tal y como Rodrigo temía, los parroquianos que hacía un instante disfrutaban de las delicias de la vida ahora volvíanse contra los que culpaba de acabar con la diversión.

En verdad que Rodrigo asustose con la situación y sabía que tenía que estar preparado para defenderse y salir indemne de ahí, pero por el momento, a no ser que la cosa pusiérase muy fea, no tenía intención de descargar el hacha sobre nadie, que aquello de matar sin ton ni son no iba con él.

Pero las piedras comenzaron a volar y al joven de Baena no quedole otra opción que intentar salvar la cabeza de que una de ellas se la abriera.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Declaraciones: esquivar y esquivar

Porque siguen siendo dos acciones ¿no?

Cargando editor
08/04/2014, 18:16
Ishaq ben Abner

Desde luego, que bien no tardara un desgracido de tal calaña, pese a ser si es que fuera el más pulcro sefardita de la ciudad, en ser degollado allí mismo (como linchamiento al tal que vimos) por las barbaridades que dijo, et en medio de taberna llena de cristianos y embebidos. Llevéme las manos a la cabeza por nombrar a Adonai tan a la ligera, a pleno pulmón, y más en ristre contra todo cristiano; que no fuera incluso lícito (llegué a pensar) que así lo hicieran.

Y era bien sabido que yo no era precisamente ni el bueno de Pedrinho, Rodrigo, ese de nombre Martí o el sabueso de Gracián; pues que manejaba bien la honda, et poco más. Y fíjense vuacedes que no es digno de el quedarse quieto cuando uno tiene sólamente una de aquestas en la mano y en la otra la nombratura de hebreo; et así era yo. Y en un momento me pareció que de agarrarme por la pescueza, linchar no tardaríanme mucho, cual si fuera el truhán blasfemo y problemático del vociferio.

Que no hice sino meterme entre mis compañeros cristianos (si, cual protegido en vez de hombre de ley) y caminar hacia delante, hacia atrás, empujado o apretado, entre escudos, mazas, espadas o incluso la grasas de las barrigas de los guardias (que había mas de una). Et que quizá por eso libréme de no ser ahoracado o degollado antes que aquesto.

- Tiradas (2)
Cargando editor
08/04/2014, 18:33
Yunus ibn al–A'war

No me dió tiempo ni de abrir la boca cuando el bruto del alguacil Gracián partió la testa de aquel. - Agora si estamos perdidos. - pensé, pues si el asunto pintaba mal, ahora ya casi no había esperanza. Acabaríamos ajusticiados si teniamos suerte, pues lo más probable es que fueramos apaleados hasta la muerte allí mismo. Miré a Ishaq y a Zacarías, sabía que sobre nosotros caería la peor parte...

No pude hacer otra cosa más que intentar huir de allí, pues no había cabida para el diálogo o pendencia.

- Tiradas (1)
Cargando editor
08/04/2014, 22:08
Narrador

Notas de juego

Por ahora, ya sea abriéndose paso arma en mano, esquivando o parando los golpes de la gente, han conseguido "escapar" (más bien, salir del paso por el momento) Gracián, Pedrinho, Ishaq, Rodrigo y Martí.

Yunus, ya que tus compañeros han hecho dos tiradas, puedes hacerlas tú también, que sólo has hecho una. Haz también las de Zacarías.

Cargando editor
08/04/2014, 22:12
Yunus ibn al–A'war
- Tiradas (3)

Notas de juego

Está complicada la cosa, por eso ni quise tirar más (que casi pifio ahora xD)...

Cargando editor
08/04/2014, 22:20
Narrador

Por la fuerza o bien aguantando como podéis el tirón, muchos de vosotros conseguís abrir un camino de salida entre el gentío, a base de empujones (o espadazos en algún caso), saltos o simplemente buscando la protección de los vuestros compañeros. Sin embargo, el médico judío por viejo y el suyo aprendiz por joven, quedan atrapados entre puños que vuelan, botas que patean et salivazos que silvan al pasar a su lado.

Pocas posibilidades tienen ante una masa de gente enfurecida (et borracha) con sed de sangre, ya sea semita o cristiana.

Notas de juego

Podéis repetir tirada los que hayáis tenido éxito hasta ahora para ayudar a vuestros compañeros que no lo han hecho. Ateneos, eso sí, a las consecuencias de una pifia...
 

Cargando editor
09/04/2014, 17:34
Gracián de Alcaracejos

-¿Estamos todos? ¿Estamos todos?- Preguntó a la desesperada Gracián, mirando a todas partes y contando los que estaban presentes, sobretodo al judío confeso, que era el que interesaba. Entonces, viendo que la multitud no les seguía, diose cuenta enseguida que los otros dos judíos no estaban en el grupo. Levantando los ojos al cielo, no sabía si pidiendo paciencia o rezando al Buen Creador, finalmente el gordo Gracián enarboló maza y escudo, enfiló hacia Yunus y Zacarías al grito de -¡A MI LA GUARDIA!.-

Y lanzó su enorme cuerpo sobre el gentío.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Cargo en dirección a Yunus, apartando a todo aquel que esté delante para abrirles camino.

Aunque viendo las tiradas no veo yo que ayude mucho. ¿Dónde quieres que te enterremos, Yunus? :-)

Cargando editor
10/04/2014, 17:09
Ishaq ben Abner

¡Yunus! ¡y su jilguero! -pensé-. Sin duda que aunque cada uno del suyo padre et madre, los nuevos alguaciles que nos nominaron algo bueno en cuestión de armas habíadmos de tener (unos más que otros, por supuesto); mas el judío et su Zacarías non eran sino el médico y una especie de goliardo, y en las manos de la masa enfurecida poco o mal podrían defenderse aun teniendo filos...

Nada más ver a Gracián hacer como de ariete, fuime tras su estela, aprovechando el hueco que dejaba. Saqué mi cuchillo de mala sombra y bien lleno de herrumbre y pretendí sino, así lo quisiera Jehová para sí, dar remate a alguno que no alcanzara el Gracián (sin pretender atacar a nadie porque sí). Lo más seguro es que el valiente gordo que dejóse el plato a medias "ancá" Fadrique, por harto que músculos llevara bajo los hombros, non pudier sacar el sólo a los atrasados...

Además, ¡¡llamaba a la guardia!! ¡Et que entonces dejé de ser judío y me ví como Alguacil! ¡Y presto fuime tras su marcha!

¡¡Señor YUNUUUUSS!! -grité a la par de Gracián, cual si fuera su sombra, pese a ser infiel, bajito y feo-.

- Tiradas (1)