Partida Rol por web

Asesinato en Puerta de Baldur

Aventura | 6. La pista de la alquimista (SUSPENDIDA)

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06/11/2017, 16:12
Ciudad Alta, día

Amanece un nuevo día en Puerta de Baldur. La luz se filtra por las rendijas de las contraventanas en vuestras habitaciones. (Incluso para ti, Rees: habiendo comprobado que tus tres compañeros tenían sus habitaciones pagadas por el Consejo, el portero no puso objeción a que durmieras con uno de ellos. Ya regularizaríais la situación.) Las campanas de la Gran Casa -y vuestros estómagos- han sonado por última vez hace rato, informándoos de la hora: es bien entrada la mañana. El cielo encapotado persiste, pero no hay llovizna.

Cuando anoche preguntasteis al portero por la posibilidad de un baño, os dijo que no era posible a semejantes horas, pero que dejaría avisado para que os lo prepararan para la mañana. Lo que comisteis al llegar anoche fue lo que pudo encontrar el portero en la cocina -embutidos y quesos, más que nada- y fue algo frugal. Ahora, mientras esperáis a que las bañeras estén listas, podéis desayunar algo en el salón de la Capa. Por las horas, se ve a pocos huéspedes y parroquianos en la taberna, apenas un par de ellos*. Ninguna de ellos es Aishël, la elfa de piel gris: según dice Halesta, apareció al amanecer, mientras dormíais, cogió sus cosas y dejó la posada sin dar explicaciones.

Desayunando, veis abandonada, en la mesa de al lado, una gran hoja de papel plegado que os llama la atención: está llena de bloques de texto rectangulares, de diferentes formas y tamaños, perfectamente delineados, y muy apretados entre sí, apenas dejando espacio en blanco en sendas caras de la hoja. Las diferentes letras de los textos son idénticas entre sí. Su estilo uniforme se parece al de las órdenes de búsqueda y captura que cogisteis y al de otros carteles de papel que habéis visto por las calles. De hecho, incluso habéis visto alguna hoja como esa en el tiempo que lleváis en la ciudad, pero nunca le habíais prestado atención. La lámina va encabezada por una línea de letras enormes y ornamentadas que dice «La Boca de Baldur», seguidas de una línea pequeñita que añade «¡El mundo cambia y Baldur os lo cuenta!». A un lados de este título puede verse la fecha de hoy; al otro, «Ettvard Aguja». Cuando le preguntáis a Halesta de qué se trata, la posadera ríe y os dice:

¿Esto? Lo llaman «oha de notisias». ¿No habían visto ninguna? ¡Están por toda la siutáh desde hase un par de anios! Vendguen se afisionó a esta y hase que nos tgaigan un pag aquí todos los días.

Efectivamente, los bloques de texto refieren noticias recientes de la ciudad, sus alrededores y de otros países. ¡Es fascinante! También veis anuncios de diversos negocios. Mientras le echáis un ojo al documento**, habláis de lo que haréis hoy. Ayer cuando volvíais, Rees propuso seguir investigando hoy a la hechicera de Paso del Draco, pero no hay nada decidido. Vuestro único compromiso es a las cinco de la tarde: a esa hora, vuestros jóvenes espías os traerán su informe a la posada.

Notas de juego

* Podéis describir a 2-3 clientes.

** ¡La Boca de Baldur! Podéis inventaros 1 noticia y 1 anuncio cada uno. Lo que sea. Si queréis saber si hay noticias o anuncios sobre temas concretos, preguntad. No hay nada sobre La Linterna, Thundreth, Brackrel, la Cofradía o Norold Duskler. Sí hay sobre las instituciones de la ciudad -incluido el Puño- y sobre crimen.

Por haber realizado un descanso largo (dormir), recuperáis todos los PG que hayáis perdido y la mitad de vuestros DG (mínimo 1). Los que preparéis conjuros, realizad una nueva selección y anotadla en la ficha.

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06/11/2017, 16:27
Ciudad Alta, día

No es la primera vez que amaneces hoy, Caedwyr: hace unas pocas horas, un hombre llegó a la posada y preguntó por «el padre Caedwyr y sus socios». No dijo quién le enviaba, pero vestía ropas elegantes, tenía buen porte e insistió en que querríais saber de su presencia. Tal fue su insistencia que los posaderos te despertaron, considerándote de algún modo el portavoz del grupo. Por lo que fuera, no despertaste a tus compañeros y te reuniste con el individuo. Cuando se aseguró de tu identidad, el tipo se presentó como «Connor», siervo de Escudoargénteo, y explicó que venía para informarse de los avances de vuestras investigaciones. ¿Lo recuerdas? ¿Qué le dijiste exactamente? ¿Fue de viva voz? ¿Improvisaste alguna carta?

Notas de juego

Dime qué información le das. Puedes describir a Connor en más detalle, si quieres. Quítate algo de encima para no ir cargado.

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06/11/2017, 16:52
Ciudad Alta, día

Una de las noticias de La Boca de Baldur llama tu atención. Su encabezado dice «VISITA DEL EMBAJADOR GILAK». Luego, prosigue brevemente: «El embajador Gilak, del clan (…), del enclave enano de (…), se encuentra en la ciudad y permanecerá aquí durante las próximas decanas. Su visita busca llegar a un nuevo tratado de amistad que refuerce los vínculos de su gente con nuestra noble ciudad. El embajador permanecerá como invitado en la mansión de los Castrovello durante su visita». ¿Es esto posible? ¿Es posible que este embajador Gilak sea el mismo Gilak amigo de tu padre, de quien tanto oíste, quien tanto defendió el nombre de tu familia, y quien tanto se apenó por vuestro exilio? Pero es efectivamente tu hogar natal el que es mencionado el periódico, y es su nombre -¡clan incluido!- el que aparece... ¡Tiene que ser él! ¡Gilak está en Puerta de Baldur! ¿Se acordará de ti? ¿Te reconocerá? Apenas eras un crío la última vez que os visteis.

Notas de juego

Dime cuál es el enclave enano del que vienes. (Que sea uno de los siguientes: Mirabar, Ciudadela Adbar, Ciudadela Felbarr, Gauntlgrym, Ironmaster, Mithrall Hall, Sundabar, Thornhold.)

Dime cuál es el clan de Gilak y por qué es importante. Cuéntame algo conocido de Gilak. Cuéntame cómo era su relación con tu familia. (Pon lo que quieras, no tiene por qué ser mucho, puede ser una línea de cada.)

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08/11/2017, 22:53
Zhork

Cuando leí la noticia de que venía el embajador Gilak, sonreí ligeramente. De hecho, me acerqué el panfleto más aún a mi rostro como si ello me hiciera estar más seguro de que lo que había leído era correcto. Debía ser él, Gilak no era un nombre tan común después de todo. Pero, ¿embajador del clan al que antaño había pertenecido?

Da igual, es el amigo de padre... el único que nos defendió. Si padre confiaba en él, yo también debería hacerlo.

Le recordaba bastante bien. Su carismática sonrisa y su rostro ancho pero marcado. Se decía que había sido capaz de engañar a un par de troles para que pelearan entre ellos cuando sólo era un adolescente. Pero lo que más recordaba era lo feliz que se le veía a padre cuando compartían tiempo. Eran amigos de la infancia, y padre hablaba mucho de las aventuras que había vivido con él. Juntos iban a embarracharse de hidromiel. Reían, cantaban y bebían juntos. Padre siempre volvía a casa de buen humor cada vez que iba a la taberna con él. Al menos hasta que las habladurías empezaron.

A partir de entonces sus encuentros se hicieron más pesadumbrosos. Las salidas a las tabernas dejaron paso a encierros durante horas en el escritorio de padre donde se les oía maldecir nuestra suerte y planear ideas con las que solucionarlo todo... Gilak, por supuesto, venía disfrazado. Si se hubiera corrido el rumor de que se veía con padre en tantas ocasiones, probablemente él también hubiese acabado desterrado.

Tengo que hablar con él. Seguro que me recuerda... si no, le enseñaré el sello de padre. Eso le hará recordar.

Sin poder evitarlo, y sin ni siquiera dar explicación a mis compañeros, me acerqué hasta Halesta. Ya me había bañado y había desayunado copiosamente. No necesitaba perder más tiempo. Quizás si me demoraba más de la cuenta, perdería mi oportunidad...

—Perdona, señora — le dije para llamar su atención —. ¿Sabe cómo puedo llegar desde aquí a la mansión de los Castrovello?

Notas de juego

Masta'! Sinceramente, algunas cosas de lo que me pides no tengo ni idea... pero ya que me has dado varias opciones de enclave digamos que Zhork es de Mithrall Hall (suena de escándalo). Y lo del clan de Gilak (y por consiguiente, el de Zhork) ¿me lo invento? Creo que en alguna ocasión hablé con Dhago sobre el clan al que pertenecía Zhork, pero ahora no logro encontrarlo ni recordarlo... sorry.

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09/11/2017, 13:16
Caedwyr

Antes de irme a dormir, recé mis oraciones y me relajé con un buen vino. También medité acerca de la vida y la levedad del ser. Siento a Torm cerca, eso me da fuerzas y me hace sentir capaz de triturar a sus enemigos.

Una vez en la sala, con ganas de desayunar, le echo un vistazo al panfleto, hay una noticia: ¿Incremento de mendicantes en la Ciudad Baja causa tensión con la guardia del Puño? ¡Vaya sorpresa!

Y un anuncio interesante: Se necesitan personajes rudos para adecentar un sótano lleno de ratas. Se gratificará generosamente.

Comento ambas cosas a mis compañeros, me desperezo y busco asiento. Miro alrededor con tenue curiosidad.

Me llama la atención aquel gnomo patilludo, creo haberlo visto antes y por el acentillo parece un mercader llegado de Tezhyr. También hay un noble engreído de flequillo agresivo, un don juan que parece haberle echado el ojo a cada una de las damas que están en el local.

—Pché, que aficionado…

En cuanto lleno un poco la panza, miro a mis colegas y les propongo que planifiquemos el día.

—Deberemos contactar con la hechicera, y también recabar la información de nuestro «coleguitas». Quizá incluso debamos acudir en persona a esos almacenes de Duskler. Eso de que le venda al Puño...y esté como sospechoso. ¿Casualidad?. Por último, me reconozco incapaz de saber cómo actuar con Laraelra...mi mera presencia para ella será sospechosa en el mejor de los casos. Me querrá cortar el cuello en el peor, aunque reconozco que no hizo ademanes directamente hostiles hacia mí, como haría un buen agente.

 

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09/11/2017, 13:22
Caedwyr
Sólo para el director

Connor. La verdad es que Escudoargénteo ha buscado un siervo que inspira confianza. El pelirrojo seguidor es de constitución media, no especialmente alto, serio y de mirada penetrante, como si rebuscase matices en cada una de las palabras que le dicen. Por lo demás, no llama la atención, parece un asalariado de cualquier casa, alguien sin importancia que cumple cometidos poco interesantes. Es adecuado que no atraiga miradas.

Esta vez prescindo de cartas, le digo directamente que:  estamos encima de dos de los tres personajes que se nos marcaron como objetivos para investigar. Hemos tenido un discreto primer contacto para no llamar la atención, pero hemos averiguado indicios interesantes que hacen mención a Cyrik (solo es una opinión sin contrastar) y cruces de información , aunque nada que los implique directamente. Tenemos a uno vigilado y nos hemos visto las caras con otro en su guarida, esperamos contactar con el tercero hoy mismo, y de paso profundizar en las, por ahora, incipientes líneas de investigación.

No es mucho, pero de momento deberá bastar. Lo de Cyrik lo he dicho para mantener la atención de nuestro patrón, no porque realmente sea de gran utilidad pues sería loco fiarse de esa tabernera y casi seguro delincuente al servicio de la Cofradía.

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09/11/2017, 23:13
[X] Rees

Rees asentía a las palabras de Caedwyr.

- Exactamente, a ver si encontramos alguna pista que nos conduzca a algo, que andamos dando tumbos sin parar - decía mientras ojeaba alguno de los titulares.

"Un 'chalao' con armadura negra es detenido después de formar varios escándalos por la ciudad [...] al ser detenido exclamaba que era uno de los hijos de Bhaal [...]" 

A Rees le encantaba enterarse de esas "noticias", siempre le hacían gracia. Luego enseñó un anuncio a sus compañeros:

- Mirad, si parece que nos buscan a nosotros - dice señalando un trozo de texto pequeño.

"Se busca grupo de aventureros para hacer de guardaespaldas. Importante de raza y tamaños variados para pasar desapercibidos. Abstenerse elfos."

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10/11/2017, 12:10
Rotryn

Rotryn se recostó ese día pensando en los sueños y despertó sin saber por qué, preocupado. Al bajar y juntarse con sus compañeros, pudo dar cuenta de que su cuerpo se había sanado durante la noche y se alegró. "Pues bien..." empezó diciendo el tiflino, justo antes de que escuchara una noticia que lo perturbó: nuevamente se hablaba de los piratas de la Llama Eterna. El tiflino se sobresaltó visiblemente, sus ojos por un momento refulgieron amarillos y su cuerpo se puso tieso. "¿Será normal tanta coincidencia?", pensó. "Grupo", empezó diciendo, "ustedes me conocen hace tiempo pero hay cosas que simplemente nos persiguen toda la vida...", continuó con tono dramático. "Bueno, esos piratas, puede que los conozca..." Hizo énfasis en el puede. "Creo que es momento de contarles cosas importantes... Yo alguna vez tome decisiones de joven que me llevaron a a hacer el bien, pero con métodos... Poco gratos... Alguna vez fui conocido como..." Repentinamente se interrumpió. Había demasiada gente. "Debemos conversar esto en privado", dijo escuetamente, y les indicó con el dedo que lo siguieran a su cuarto.

Notas de juego

Creando ambiente de thriller xD

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15/11/2017, 16:30
Ciudad Alta, día

Mientras desayunáis, parece que decidís un plan de acción: comenzaréis yendo a Paso del Draco a investigar a la hechicera, Ysrra Brackrell. Por la tarde estaréis aquí, en la posada, a la espera de los informes sobre Duskler. Si os da tiempo, investigaréis su almacén.

Mientras esperáis a que os preparen vuestras bañeras, Rotryn, al que Zhork y Caedwyr conocéis de combatir juntos en el Amplio y de unos pocos días de encierro -¡y Rees del día anterior!- os da a entender que quiere haceros algunas confidencias acerca de su vida y su pasado. El donjuan patricio y el gnomo de grandes patillas apenas os lanzan un vistazo mientras os vais a la habitación del tiflino. ¿Qué será lo que va a deciros?

Cuando terminéis de charlar y de bañaros, Halesta no tendrá problemas para informarte, Zhork, sobre cómo llegar a la mansión de los Castrovello. Según te explicará, la casona está en el extremo sur de la Ciudad Alta, «cerca de la quinta Escudoargénteo», -a juzgar por lo que te dirá la mujer, un lugar célebre por sus grandes dimensiones y su opulencia-. No tendrás ningún tipo de problemas para llegar hasta el lugar. ¡Pero ahora céntrate, zoquete, que Rotryn está tratando de contaros algo personal!

Notas de juego

Todos tuyos, NMPG. (Los demás podéis escribir antes de que él hable, POR SUPUESTO. Escribid cuando podáis, ¡no esperéis a NMPG!)

¡Mithral Hall! ¡El Salón de Mithral! Buena elección, Zhork: eres conciudadano de uno de los héroes más célebres de los Reinos Olvidados, ¡Bruenor Battlehammer!

Dadme a entender qué haréis: Zhork, ¿piensas dirigirte a la mansión de los Castrovello antes de hacer cualquier otra cosa? ¿Qué haréis los demás si vuestro compañero enano manifiesta su intención de hacer eso? ¿Trataréis de convencerle? ¿Qué harás, Zhork, si ellos te piden que lo dejes para luego? ¿Los demás le dejaréis ir y os dirigiréis sin él a Paso del Draco?

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16/11/2017, 00:20
Rotryn

Una vez llegais a la habitación, el tiflino les dice:

"Queridos camaradas, hay algo que me ha perseguido durante mi vida pasada y es algo que me atormenta."

"Quiero que comprendáis mi vida. Desde mis inicios fui diferente, y esa diferencia física fué preponderante en como me inicie en la vida del comercio mercante."

"Una vez salí de la que suponía mi casa, me embarqué por nuevas aventuras en un barco mercante".

Dando un respiro, continúa.

"Cual no fué mi sorpresa al enterarme de que en realidad el barco no era mercante, sino pirata, y una vez estuvimos en la mar, cambiaron su bandera por la calavera blanca en fondo negro. Sin embargo, eso no era todo..." -dice manteniendo el suspenso.

"Estos piratas eran caóticos, pero no completamente malos..." - les dice con los ojos con una llama azulada.

"Primero, y al contrario de todos los que me veían, no se asustaron de mi apariencia, y me acogieron como uno mas, una vez fuí mostrando mi valía."

"Además, a pesar de ser piratas, no atacaban a cualquier nave, eran piratas de piratas. Atacabamos a barcos pirata, que sabíamos eran de la peor calaña, en ese tiempo me sentí como una especie de rebelde pirata..." -lanza sin aviso mientras una sonrisa triste se cruza por su rostro.

"Así, recuperábamos objetos y tesoros que de otra forma, hubieran pasado a recompensar su maldad. Más esto no podía durar por siempre."

"Con el tiempo me hice muy amigo del capitán y combatimos juntos, más, como no matábamos a la tripulación sino que la dejábamos a la deriva en botes, en algun momento se juntaron, y empezaron a darnos caza, se hacían llamar la hermandad de la flama eterna o los piratas de la flama eterna..."

Ahora que pueden ver donde va la conversación mientras el tiflino adopta una postura meláncolica y sus ojos refulgen de un azul vivo.

"Debido a esto, decidimos retirarnos y vivir la vida en paz, después de muchas retribuciones (habían veces que les devolvíamos a los aldeanos pobres lo poco que les quitaban) que les pudimos arrebatar, pero no alcanzamos"

"Un buen día nos pillaron navegando en medio del mar, y nos cercaron contra la costa, cañoneando la serpiente de mar hasta que lo poco quedó de ella, en llamas, empezó a hundirse..."

"...con nosotros dentro, sin posibilidad de escapar..." - toma un respiro antes de continuar.

"Yo estaba en la parte mas baja de popa, ayudando al capitán que ya estaba muy malherido, cuando me di cuenta de lo que era, y algunos dones se me manifestaron... de forma ...ardiente..." -dice mientras su puño irradia una debil luz rojiza y sus ojos se vuelven violentamente rojos.

"El capitán alcanzó a verme antes de fallecer entre las llamas generadas por los multiples incendios, y nada purde hacer por el."

"Desde entonces, juré buscar información y vengarme de aquellos, aunque debo reconocer que con ustedes, ya este plan habia pasado a segundo plano, pero, ahora, como lo vemos, nuevamente mi pasado me atropella la voluntad, y puede que tenga la oportunidad de enfrentarme nuevamente a ellos, pero esta vez, venceré..."

"Sé que esto puede ser difícil de digerir, pero siento que es el momento para hablarles de este tema. No más secretos. Mi vida ha cambiado muchísimo, un cambio que empezó meses antes de conocerlos, y que ha ido mutando a esto, en lo que estamos ahora...."

"No les pido que me acompañen si se presenta la oportunidad de esclarecer este tema, pero sepan que mi lealtad, está con ustedes, y que no cambiará  como las olas del mar, sino será fuerte, como aquel faro que se puede ver en la bahía. Estaré ahi para ustedes, hasta que sea el tiempo de cumplir mi destino."

Luego el tiflino se detiene, baja la mirada, y se acerca a la ventabna, esperando sus descargos. Sus ojos ya no refulgen, sino que se encuentran levemente anaranjados.

Notas de juego

Perdón lo largo del post.

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16/11/2017, 10:32
Caedwyr

Muy serio escucho las palabras de Rotryn, un poco asombrado, intrigado y también preocupado por su cada vez más evidente naturaleza caótica. Sin embargo asiento con aprobación cuando hace mención a su compasión y la deferencia hacia los desfavorecidos, y aprieto el puño con rabia cuando identifica a sus enemigos como la Hermandad de la Flama Eterna. En cuanto puedo hablar, me siento obligado a dejar clara mi postura.

—Amigo Rotryn, en pocos días hemos combatido hombro con hombro y pasado por una serie de peripecias. Y aun así, creía empezar a conocerte y veo que estaba errado, pues eres una caja de sorpresas. Lo que está claro es que detesto todo aquello que representan los auténticos piratas de esa calaña que mencionas. Vuestra tarea parece haber sido noble aunque mi credo me impide aprobarla, pero olvidaré mi juicio en deferencia a tu persona. Personalmente —pausa dramática—, yo jamás habría dejado con vida a esos malhechores. Les habría colgado o incinerado de acorde con las leyes competentes.

Miro a los demás, pendiente de sus reacciones. Seguro que Zhork lo aceptará todo con su típica naturalidad, y quizá lo mismo Rees, al que veo menos rígido que yo, humilde clérigo de Torm metido en mil fregados nada más pisar su ciudad. En fin, estoy un tanto inseguro, temo actuar con torpeza.

—Te diré algo —digo tras tomar una decisión—. Puedes contar con mi apoyo a todos los efectos, pues has sido honorable (algo que aprecio especialmente). Hagamos pues sufrir sin dar merced a esos piratas allá donde los encontremos, siempre que sigamos adelante con nuestra misión de manera prioritaria, pues tenemos un contrato que cumplir y la Ciudad nos necesita. Tal es mi manera de ver las cosas.

Me pongo solemne. Avanzo hacia él con la mano extendida para sellar nuestro pacto o como quiera que se llame ésto, y en el camino tropiezo con algún maldito mueble y algo cae al suelo con estrépito. Es lo que tiene mirar siempre hacia las alturas, nunca hacia el suelo que pisamos.

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16/11/2017, 18:44
Zhork

—Es la primera vez que oigo de piratas que no matan y que sólo roban a otros piratas.

Lo decía de todo corazón, no porque realmente dudara de las palabras de Rotryn. Nunca había conocido piratas "bondadosos", de ahí que me sorprendiera tanto. Aun así, rápidamente solté una carcajada y le di un par de palmadas en el hombro a mi compañero.

—Pero jamás podría imaginarte haciendo el mal, amigo — sonreí y puse finalmente los brazos en jarra —. Espero que puedas clamar tu venganza.

En cierto modo, me sentí identificado con él... aunque nuestras historias y futuras venganzas eran totalmente distintas. Pero algo me hizo cogerle más simpatía de la que ya tenía.

—Chicos, yo tengo algo que hacer — dije finalmente —. No creo que me lleve mucho tiempo, sinceramente; pero es algo importante para mí y no puedo perder la oportunidad. ¿Podréis estar sin mí y no meteros en demasiados problemas? jojo.

Notas de juego

Sí, Zhork en principio quiere irse... pero no tiene pensado separarse del grupo mucho más de unas horas. Un día como mucho.

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24/11/2017, 01:19
Ciudad Alta, día

¡Así que es eso! Tú, Rotryn, eres un pirata. O algo así, un… ¿Anti-pirata? ¿Pirata de piratas? ¿Contra-pirata? ¿Existen «contra-piratas»? Aunque contra-piratas son los navíos cazarrecompensas y de las flotas de las grandes ciudades y reinos del mar… Quizá alguno de vosotros, haya oído hablar alguna vez de la ocupación tan particular que el tiflino dice haber tenido…

...pero de quien sin duda habéis oído hablar es de la Hermandad de la Llama Eterna, joven organización que ha estado atacando durante los últimos años las naves mercantes de la Costa de la Espada, independiente tanto de los Barcos de Luskan, al norte, como de las hordas piratas de las salvajes Islas Nelanther, al sur. No hay duda de que Rotryn tiene que estar exagerando el papel de sus aventuras en la aparición de dicha hermandad…

...pero a ninguno os extraña que finalmente los verdaderos piratas decidieran liquidar a Rotryn y sus amigos. Por lo demás, no deja de ser impresionante -o ridículo, según se mire- que el tiflino esté decidido a buscar venganza: un hombre contra toda una flota pirata. Ahora que sabéis esto, os es más comprensible que Rotryn no dudara en aceptar la misión en la que estáis metidos. Debes de ser un hombre valiente, brujo. Y un poco loco.

Sea como fuera, poco después de las palabras de simpatía de Caedwyr y Zhork -y un meditabundo silencio de Rees-, y mientras estáis recogiendo los pedazos de la bacenilla de arcilla que Caedwyr ha tirado al suelo, una de las muchachas de la posada llega para avisaros de que las bañeras están listas, y os conduce hasta ellas. Después de bañaros -momento que quizás Zhork aprovecha para contaros sobre sus asuntos personales, o no-, hacéis vuestros preparativos. Luego, partís: Zhork por un lado y los demás por otro.

Notas de juego

¡Fantástico mensaje, NMPG! ¡No te disculpes! ^^

Si hacéis algo antes de salir de la posada, ¡indicádmelo!

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26/11/2017, 12:18
Director
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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26/11/2017, 14:01
Ciudad Baja, día

Mientras Zhork se va a atender esos asuntos suyos tan importantes y urgentes, vosotros tres -Rotryn, Rees y Caedwyr- enfiláis hacia Paso del Draco. En vuestro paseo por la Ciudad Alta veis ajetreo, sobre todo en la plaza de la Gran Casa de las Maravillas, en las inmediaciones del mercado del Amplio, y en la puerta de Baldur. Esta vez, quizás porque es de día, conseguís convencer a los guardias de las puertas patricias -vestidos con el tabardo acuartelado en rojo y negro que distingue a la Guardia- para que dejen pasar a Rees, de forma que no tenéis que pagar el portazgo para llegar a la Ciudad Baja.

Aquí el día a día es tan bullicioso como en la parte rica, e incluso más: vendedores callejeros tratan de endilgaros sus productos mientras eluden a las autoridades; otros intentan atraeros a sus comercios, a sus tabernas y posadas; siempre hay porteadores a la vista, transportando cestas y sacos de aquí para allá, y no falta el ocasional patricio viajando en su litera rodeada de escoltas. Sacerdotes y procesionarios, monjes y estudiosas, escribanos, curanderas, aprendices de zapatero, niños y niñas de la calle… En una concurrida plazoleta, dos hombres del Puño -identificables perfectamente por sus capas marrón rojizo y sus hábitos blancos con el signo de la compañía- discuten con un anciano invidente que parece un mendigo, como corroborando aquello que tú, Caedwyr, leíste en la hoja de noticias.

En esa misma plaza, un hombre gordo y joven se abre paso entre la gente. Lleva un atuendo llamativo y le acompañan dos individuos armados -un hombre y un enano- y un halfling con un añafil. Al llegar al centro de la plaza, el pregonero -pues no es otra cosa- aparta a unos chiquillos de un pedestal de piedra escalonado, se sube a él y desenrolla un pergamino. El halfling sopla una brevísima fanfarria con su instrumento.

¡ESCUCHAD, PUEBLO DE BALDUR, QUE EL MUNDO CAMBIA Y POR SU BOCA BALDUR OS LO CUENTA! —vocea el hombre una vez la gente le presta atención en silencio—. Se hace saber que, por decreto del Consejo, con la aprobación del Parlamento, conforme a las antiguas leyes, y para preservar la decencia y promover el bien general, todos los ciudadanos de Puerta de Baldur deberán vestir a partir de ahora de una manera apropiada a su condición. —Se escucha un rumor entre el gentío.— Por tanto, se recuerda que las pieles, las sedas, el damasco, el terciopelo, los brocados y el satén, así como las gemas y las joyas con propiedades mágicas, están prohibidos por las antiguas leyes para todos excepto para aquellos considerados patricios. —Aumenta el rumor, se oyen protestas.— Aquellos que violen estas leyes deberán pagar multas y podrán sufrir penas mayores. Este decreto comenzará a aplicarse a partir del día de mañana, el 21º del mes de mírtulo —concluye, enrollando el texto—. ¡Que el gran Gond y todos los dioses bendigan Puerta de Baldur!

Mientras el hombre baja de su púlpito y uno de sus escoltas clava el anuncio en un tablón de bandos que hay en la plaza, a vuestro alrededor estalla un alud de conversaciones.

¿A qué viene esto ahora? —comenta una escribana a un fraile con el que estaba charlando—. Esas leyes no se aplican desde hace cien años. ¿Cómo ayuda esto al bien general? ¡Al contrario! —Su rostro muestra su incredulidad, y el de su acompañante, preocupación.

Malditos patricios… ¡Sólo quieren que inclinemos la cabeza! —dice un mercader a otro, que asiente. Uno lleva a un gorro de pieles y el otro, una capa de seda—. ¡Pues no me verán hacerlo! ¡No, señor!

El tono general es de agravio, aunque también hay bastantes que comentan la proclamación con calma o incluso entre risas -especialmente trabajadores y otra gente de clase baja-, o que sencillamente retoman sus quehaceres. Las actitudes entre los patricios presentes varían entre la mirada arrogante del más orgulloso y la discreción del que prefiere no concitar las iras de la gente. A unos cuantos metros, un joven patricio y un burgués pudiente se han puesto a discutir y parecen a punto de llegar a las manos.

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26/11/2017, 20:51
[X] Rees

Rees escuchó aquel extraño anuncio. - Estos nobles están locos.. - dijo suspirando - siempre con sus normas estrafalarias, ya no saben que inventarse para destacar por encima de los demás.

- No veo el día de irme de ésta ciudad y recorrer mundo - dijo, por lo que no le dio demasiada importancia al tema de momento.

Por otro lado, se había abstenido a responder al tiflino, pues aún apenas había recorrido camino junto a él, y no tenia suficiente confianza como para hablar de un tema al parecer tan profundo para él. Ahora mismo el mediano mantenía su cabeza pensando como podían conseguir información de aquella hechicera.

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26/11/2017, 21:48
Ciudad Baja, día

Mientras el pregonero da su mensaje, algo en el fondo de tu mente te obliga a echar un segundo vistazo el viejo mendigo ciego al que los soldados del Puño están abroncando. Esos pelos blancos, esa cara lampiña con grandes patillas, esa mirada perdida, esa voz grave pero jadeante… ¡Tú lo conoces! ¡Es Hodur, el mestizo que ayudaba al padre Canys! Según te dijo el otro día aquel elfo, Ölve, el viejo está manteniendo la capilla de Torm a la espera de un nuevo sacerdote. 

Me da igual a quien conozcas, anciano loco —oyes que le dice uno de los puños, un hombre grueso con un gran bigote de color castaño—. ¡No se puede mendigar dentro de las murallas! ¡Largo de aquí!

¡N-no...! Yoyo... —balbucea aquella voz cansada. Hodur viste un hábito pardo harapiento y lleva un zurrón de cuero más viejo que él—. El padre Hodges me dijo a mí que… me dijo… —Balbuceos de nuevo.— P-pero yo… Yo podía… Yo soy… soy…

Ya has oído, vejestorio —replica el otro hombre, un humano de pelo rubio, realmente atractivo—. ¡Circulando! —añade, agarrando al viejo Hodur por el brazo.

El anciano, asustado, no es capaz de reaccionar y se queda tartamudeando, con sus ojos blancos mirando al cielo, tratando de resistirse sin mucho éxito. Parece más ido de lo que recordabas... aunque no mucho más.

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01/12/2017, 13:49
Caedwyr

No me gusta marchar a la batalla sin Zhork, pero sin duda tendrá sus razones. Me centro en recorrer la ciudad «una vez más» hacia Paso del Draco. Disfruto con las vistas, pero una cierta impaciencia me invade, ansío resultados y dar con algún agente malvado para poder acogotarlo y…

Las palabras del pregonero entran a martillazos en mis oídos.

—¿Será posible? ¿Otra consecuencia del vacío de poder que ha dejado Abdel Adrian? Parece que el Consejo se está haciendo con las riendas. Esto puede ser muy significativo, amigos.

Desde luego me da que pensar, pero el trato que esos mentecatos del Puño le dan estando a ese anciano me está empezando a hinchar las narices.  Y además…

—¡Hodur!

Me adelanto con pasos firmes. En el último momento, recuerdo los recientes incidentes con la guardia y ensayo una sonrisa conciliadora. ¡Ah, y aparto la mano de la maza!

—Disculpad, caballeros. Quizá se trate de un error, pues conozco a éste buen hombre y no es un mendigo. Si me permitís, me haré cargo de él.

Me quedo mirando con calma al hombre rubio guaperas. Mantengo la sonrisa amable y apaciguadora, mientras pienso en lo feliz que sería estampándole la maza en los morros.

—Hodur, ¿me reconoces? Soy Caedwyr.

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09/12/2017, 02:06
Rotryn

El tiflino acompañó al grupo con pesar.

Si, efectivamente le había pesado el no haber ayudado al enano. Supuso que así eran los enanos, pero nunca pensó en la consecuencias de dejarlo partir sin ayudarle. No, eso no era lo correcto.

La caminata con Caedwyr  y Rees lo sacó de sus cavilaciones, debía estar atento, todo estaba un poco complicado desde aquellos sueños...

La incertidumbre de su vida caía de repente con todo el peso de su fuerza sobre su cabeza, cuando la voz del pregonero lo sacó de sus cavilaciones. Una vez ha hablado el pregonero, ve como el clérigo se acerca a uno de los ancianos y empieza a charlar con el.

Vaya, este hombre conoce tanta gente, como yo de mar-... mientras rie para si mismo.

Aún mira al clérigo con incertidumbre, cuando se acerca al hombre, y se pone alerta de la guardia involuntariamente. No había sido tratado injustamente, pero cómodo, no se sentía.

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10/12/2017, 18:26
Ciudad Baja, día

Los puños dejan de atosigar al viejo ciego mestizo en cuanto tú, Caedwyr, les interpelas... momento en que se giran hacia ti y te lanzan una mirada hostil. Por suerte, los clérigos de Torm sois figuras respetadas entre las gentes civilizadas de Faerûn -y especialmente entre soldados-, y tus modales ayudan. Así, los soldados sueltan al viejo, que da un paso atrás y recoge torpemente su bastón caído.

Si no es un mendigo, lo parece —comenta el guardia del bigotón después de bufar brevemente—. Lleváoslo de aquí, pero como me lo encuentre pidiendo por ahí… ¡Dará con sus huesos en el calabozo! —termina, subiéndose el cinturón con un bufido.

Al poco, os encontráis los tres ya solos con el «mendigo» -mendigo parece, o un peregrino pobre, o algo así-. Se está recomponiendo y comprobando que lleva todo encima, en su cinto, al cuello, en su faltriquera. Entre los ropajes y abrigos, lleva un colgante metálico en forma de mano extendida -el símbolo de Torm- con un ojo en el dorso. Entonces, Caedwyr, vuelves a saludarle y tu voz esta vez parece hacerle reaccionar, pues se detiene, atento.

Uhm… ¡Uhm! ¿Es... el chico? —pregunta, mirando a la nada con sus ojos blancos—. ¿El chico de Canys? Sí, hum, eres el chico, el chico...

Efectivamente, es el tal Hodur que Caedwyr ha dicho. El viejo mestizo no da muestras de celebrar el reencuentro, ni de lamentarlo: sencillamente, sus manos encallecidas y enmitonadas se ponen a palpar tu cara y tus ropas, Caedwyr, mientras parlotea de forma desordenada y entre dientes. Le oís murmurar que pensaba que Caedwyr se había ido y unido a la fe, y mascullar un «Muy bien… aham, muy bien, sí, bien...». Su discurso es difícil de seguir.

Bien, que Helm te bendiga, síAham… , gracias, chico… Un buen chico—murmura el anciano, dándole unas palmadas a Caedwyr en los brazos—. Ellos no entienden, no, no saben… —masculla, negando con la cabeza, mientras comienza a apartarse de ti—. Yo, aham… yo voy a ver al padre Hodges… a Hodges… Sí… Debo irme, uhum… Gracias, gracias… —dice alejándose ya de vosotros en dirección a la Ciudad Alta y despidiéndose con su mano.

- Tiradas (3)