Partida Rol por web

Al principio no te había importado o eso creías pero conforme pasaba el tiempo empezaste a darte cuenta que por dentro tenías un enfado que iba creciendo, una rabia fría se había quedado dentro de tu pecho.
Llegaste a la dirección del dosier. No estaba lejos de tu propia casa, pero joder, vaya cambio, rejas altas, cámaras y una maraña de arbusto que rompían la linea de visión hacían de límites de su propiedad que podía albergar un campo de rugby, con gradas incluidas.
No sabías que hacer perfiles de personalidad de las tropas diera tanto dinero. Sin embargo los movimientos bancarios que habías visto si que podían explicar esta casa. Ver la casa era como una bofetada, más ilustrativo en persona que dicho. ¿En que coño estaba metido ese cabrón?
Disculpe señor: No puede estacionar aquí te dijo alguien por detrás, al darte la vuelta viste un policía de uniforme, era una puta broma de policía, llevaba porra, no llevaba chaleco y su pistola era eléctrica; acostumbrado a como estabas a como se paseaban los policías por night city era imposible que te tomaras a aquel capullo en serio, pero sabías que si su biomonitor enviaba tan siquiera una aceleración de su ritmo cardíaco aparecerían refuerzos en aereodeslizador y con armas de posición barrerían cualquier amenaza y todo el mundo en este bendito barrio diría "gracias a dios" y mirarían para otro lado mientras te barrieran del suelo.
Evidentemente no podías acercarte a él en su casa.

A Forst le entraron ganas de arrerarle unos cuantos guantazos a aquel gilipollas de psicólogo. Una voz a sus espaldas le sacan de sus ensoñaciones.

¿Eh? Oh, claro, agente. Disculpe.

Le dice, observando de arriba a abajo aquel agente de feria. En un barrio tan cool un agente con chaleco y armas pesadas desentonaba. El pobre diablo se jugaba la vida yendo de aquella guisa. Todo sea para no ofender a los refinados vecinos.

Se subió al coche y dio una vuelta por la zona, pensando en una buena razón para estar allí. Buscó una casa en venta para estacionar delante y mientras avisaba a la vendedora para que le enseñara la vivienda fue a dar un paseo por el barrio.

Mmmmm... Lo primero es colocar el localizador en su coche. Hacer un seguimiento. Saber cuando está en casa y cuando no está. Conseguir un duplicado de su llave de acceso. Saber hasta cuando va a cagar. Necesito puntos débiles.

Pasó otra vez por delante de la casa del jodido psicólogo y evaluó la posibilidad de colarse para colocar el dispositivo de segumiento. Observó la calle en busca de guardias molestos, de vigilancia pasiva como cámaras o alarmas...

Montaste al coche y arrancaste, la música te golpeo al arrancar, la radio se había quedado encendida. Cuando la bajaste viste por el retrovisor al policía siguiéndote, el tipo pedía un par de hostias a gritos o quizá solo hacía su trabajo y estabas fuera de ti mismo.
Aparcaste en una casa cercana que tenía un conveniente corte de "se vende" por desgracia allí encontraste a un agente inmobiliario, que salió a la caza de un cliente cuando te vio se quedó pillado, por tus pintas evidentemente.
Mientras tanto el coche de policía pasaba de largo.
El agente inmobiliario te paseo por toda la casa ilusionado por enseñarte las bondades de la propiedad. Cuando por fin se quedó tranquilo comenzaste a interrogarle por los vecinos, por la seguridad de la zona.
El agente inmobiliario te habló de un sistema de seguridad en las calles, de drones de vigilancia, de una patrulla aéreo transportada de vigilancia, todo aquello dirigido por la compañía de seguridad Orion. (Mucho de esos ya lo sabías es muy parecido a tu urbanización) Eso solo constataba que no podías hacerlo ahí, además cuanto mas vueltas le dabas al asunto, más difícil veías acceder a la casa del psicólogo, iba a tener que ser en otro sitio.
Mientras el agente inmobiliario seguía hablando y hablando de fondo.
...Los servicios de urgencias asisten en menos de 3 minutos. Y si lo necesitáis podemos organizar visitas a domicilio, el hospital más cercano es muy flexible con esas cosas....

Mientras el agente hablaba como una puta ametralladora, el  viejo agente iba entendiendo que la cosa tendráiq ue ser mucho más elaborada. Eso comportaba complicaciones. A más elaborado más riesgo que algo saliera mal. Más necesario un margen de improvisación.

Observó la casa en venta, para ver si tenía los mismos sistemas de alarma de los que alardeaba el vendedor. En aquellas casas vacías no había nada que robar y los antiguos dueños y las inmobiliarias tendían a minimizar gastos para maximizar ganancias. No era su idea primaria, pero valía la pena tener balas en la recámara.

Mientras asentía con una leve sonrisa a las observaciones del vendedor, Forst seguía pensando en opciones.

Bien... Lo que me tocará es hacer el primer seguimiento a la vieja escuela. Buscar un sitio cercano a la salida de su trabajo y seguir el coche, hasta que pare en algún lugar. Aprovechar para ponerle el localizador y así poder marcar unas rutinas... Me interesa mucho acceder a su casa. A sus datos... Una vez con sus rutinas quizás podría poner a prueba a Tayra. Que ella seduzca al psicólogo baboso y así poder colarme en su casa y conseguir toda la info.

No ha de sospechar nada o todo se irá a la mierda. ha de ser un trabajo limpio.

Sería un dos por uno. Conseguir los datos y saber si Tayra sirve. O eso o se joden ambas cosas...

Volvió a la realidad. La verborrea del vendedor empezaba a flojear.

Muchas gracias. Estoy valorando otras ofertas, aunque le he de decir que esta me gusta mucho. El barrio es seguro y la casa es bonita.

El agente inmobiliario era de los duros, tardó en comprender que no estabas realmente interesado en la propiedad, pero no dejo de insistir hasta que te subiste al coche.

Condujiste rumbo a la ciudad, estabas cerca de tu casa pero no querías cometer el error de ir directo allí por si habían metido tu matricula en el sistema, no querías que te ficharan tan rápido... Estabas seguro que además de todas las medidas de seguridad estándar del barrio, el doctor habría dotado a su casa de seguridad adicional, nadie que ostente tanto poder adquisitivo se siente nunca realmente a salvo, imaginabas que algún guardia, alarmas en puertas y ventanas, perros, por dios, esperabas que no hubiera perros, los perros eran implacables.

Un tipo como aquel, un nuevo ricachón, iría de garaje a garaje, sería difícil de interceptarle en la calle;se te ocurrió que podría tener un ayudante... alguien que le llevase la agenda, eso si podría ser útil, seguro que alguien tan rico como él cumplía con el estándar de ser un miserable y tener un becario mal pagado que sería mucho más accesible y podría darte información que necesitabas.

El reclutador se retiró del barrio y fue pensando en cómo actuar.

Jodido Michael. Siempre ha sido un idiota. Un idiota con pasta se comporta, además, como un perfecto gilipollas. Seguro que tiene algún imbécil listillo para que le haga el trabajo sucio. Algún becario babosillo que le lleve la agenda y esas polladas. Gente como Michael no se puede resistir a esas cosas.

Iba pensando mientras conducía.

¿Y cómo doy con ese don nadie? Como Michael aún sigue el la Agencia, quizás podría empezar por ahí. Sí, podría probar con Tom, el viejo "Culo de Acero". Es el único de mi quinta que queda.

Buscó su número y lo llamó mientras conducía.

¡Ei! ¿Qué tal Tom? Cómo te va? Joder, sí, eh? Ha llovido... Sí, la vida de retirado es jodida... Sí... Sí... Eh, mira, joder, por eso llamaba. ¿Qué te parece que te invite a unas birras este viejo acabado? Y recordamos batallitas, joder. Así te acuerdas de como era eso de hacer misiones de verdad, y no esas mariconadas que debes de hacer ahora, rodeado de niñatos, ¡jajajaj!...

¿Eh? ¿Que ahora estás en un operativo? Oh, ya... Claro. Perdona. Sí, sí... Claro. Nos vemos, colega.

Colgó, desanimado. Reconocía el puto ruido de fondo de la Agencia. El viejo Culo de Acero no quería verle. Siempre había sido un jodido pragmático de mierda. Por eso seguía en la Agencia y a él le habían "retirado". Siempre había sabido qué culo chupar y desde luego no iba a dejarse ver ahora con un viejo apestado como él para que le pudieran cuestionar. Se le había jodido la manera de saber algo de Michael.

Decidió hacerlo a la vieja usanza. Teniendo en cuenta donde vivía Michael y de donde iba a trabajar, buscó un lugar adecuado para poder verlo. Un sitio donde se montara algo de atasco y aparcar cerca. Necesitaba datos de Michael.

Era tan aburrido estar en el coche, muerto del asco, con el aire a todo lo que daba mientras el sol intentaba achicharrarte poco a poco; pensaste en irte unas cuantas veces(tenía que haber alguna forma mejor de hacer las cosas) al escuchar por 9ª vez el éxito del momento en la radio.
Por suerte para ti conocías a Michael y cuando viste aquel coche europeo, negro y sobrio de angulos rectos que parecía un tanque, supiste que era suyo, solo un capullo como Michael se gastaria un dineral en un coche tan feo por sus taras clasistas con los coches alemanes.

La espera fue una pesadez, pero ya tenía el culo pelao con ese tipo de actuaciones. Por suerte había mucho atasco, como era habitual en aquella hora, y funcionó. 

Se puso a cierta distancia de aquel mamotreto de importación.

Jodido cabrón... Incapaz... Mira que declararme incapaz... Si es que...

Se sintió tentado de meterle un viaje al capricho alemán de Michael y luego bajar e inflarle la cara a hostias, pero no. No era una buena idea. bueno, sí que era una buena idea, pero debía tener paciencia.

Lo siguió, como un buen niño. Al cabo de un rato, tuvo un golpe de suerte. Se detuvo a un lado y bajó su copiloto. Un joven con pinta de gilipollas de casa bien. Llevaba un equipo informático portátil. Una secretaria de bolsillo. Tenía lógica. Michael lo tendría difícil para explicar la presencia de personal no autorizado en la Agencia. Seguramente ese idiota le llevaría sus cosas personales. Su puto mayordomo. Alfred y Batman. No te jode.

Esperó y se dedicó a seguir al nene Alfred.

Tomó nota de todos los sitios donde se detenía. Una tienda de Delicatessen. La tintoría. Una de telefonía...

En una u otra podría sacar algún dato del nene. Diciendo que venía de parte de Michael quizás lograba el teléfono del chaval.

Tardaste en dar con una empleada en uno de esos sitios que parecía nueva. Todos los empleados con los que topaste antes estaban cortados con el mismo patrón. Desconfiados, cuidadosos, se ceñían a un guión que los habían inculcado "no puedo darle datos de un cliente." "Seguro que puede contactar con él de otro modo, esto no es un directorio público", "no nos esta permitido darle información de nuestros clientes, sea cuales sean sus razones." y todos empezaban a intentar venderte algo "si esta pensando en adquirir algo en nuestra tienda no dude en solicitar mi ayuda, estaré más que contento de serle de ayuda." Era un medio efectivo de ahuyentar te
Creías que si ibas a escuchar una vez mas el mismo discurso ibas a estallar. Pero al entrar en la tienda de delicatessen te encontraste con una niña de 17 años sin supervisar, muy natural, sin rodar, probablemente, aquel empleo, fuera idea de algún padre o madre estricto, la forma de aprender el valor del dinero y hacer que su hijita aprendiese responsabilidad. La verdad es que la chiquilla era un ángel, con una sonrisa sincera y unos ojos de color miel, grandes y brillantes que eran sinceros(todo el mundo había sido así una vez, te dio envidia que ella siguiera con esa inocencia a su edad), se mostró mas que contenta de ayudarte y saliste de allí con un mal sabor de boca por si alguien se enteraba de que te había ayudado y pudieras meterla en un lio.
Tenías un numero de teléfono, y una dirección, pero la dirección que te dio fue la de la casa de michael, claro, con los precios que habías visto, el secretario no se podría permitir nada allí.

El mundo era una mierda. Gente como aquella jovencita eran pasto de los tiburones. Aquella vez tenía suerte. Su indiscreción quedaría como un secreto entre ella y él. En aquella ocasión. Estaba seguro que esa nena se iba a meter en un lío pronto.

Ya tenía el número del pipiolo. Existían cientos de programas para pinchar móviles. Con el móvil pinchado iba a ser chupado hacer un seguimiento.

Ahora es cuestión de monitorizar al becario y saber por donde se mueve, donde vive... Alguien que se rebaje a currar con Michael es que va necesitado. Entrar en su casa no ha de ser problema. Ha de ser algo que no deje huella. Y con eso ya sólo faltaría que Tayra logre que la invite a la casa de Michael. Sí, convencerlo de eso a cambio de un polvo... Es posible. Si nos colamos allí ya podríamos intimidar al nene y sacar todo lo necesario. Si se chiva será su fin. Se callará por su bien. Y si al día siguiente resulta que lo matan en un atraco... Me interesa más vivo que muerto, pero he de estar seguro que me será más útil vivo que muerto. Y si encuentor algo interesante para extorsionarlo en su casa ni hará falta a Tayra.

Iba pensando en todo eso. Quizás podría hacerlo solo, después de todo en la Agencia lo habían mantenido más o menos al día con las nuevas tecnologías, pero quizás era hora de probar a los nuevos miembros.