Partida Rol por web

Forseti, es tiempo de dejar de pensar en el lugar que ocupas en el mundo y en su lugar hablar de ti. ¿De donde vienes? ¿A donde vas? ¿Donde has estado? ¿Que persigues?

Este hombre también fue joven, como el ambicioso líder de Los Portadores. En esa lejana juventud, huyó de un núcleo familiar rígido y opresivo, controlado por un padre militar y alcohólico, una madre sumisa y unos hermanos obedientes y fanáticos. Él se resistía a doblarse bajo el mando tiránico de su padre, por lo que huyó al ejército. Su padre allí tenía influencia, el apellido Mc Kenzie era respetado en la Academia. Allí fue instruido y pasó a formar parte del servicio de Inteligencia Militar. Siempre en busca de enemigos del Estado, aunque ese Estado casi desintegrado, ponía a sus agentes al servicio de las corporaciones.

Ese joven descubrió que en realidad sólo había cambiado un ambiente familiar opresivo por un ambiente castrense paranoico. En nombre de una nación y un estado diluidos hizo cosas que no puede explicar. Cosas horribles que el ya no tan joven Mc Kenzie quería olvidar, o como mínimo, justificar.

Durante una operación conoció a un ejecutivo de una importante empresa de genética con el que entabló una sincera amistad y fue ese hombre, al que siempre se refiere como el Arquitecto, quien le introdujo en una sociedad secreta desde la cual buscar la iluminación. Su viaje hasta Los Portadores fue a la inversa que el de los habituales pandilleros de la banda.

Mc Kenzie abandonó finalmente el Servicio de Inteligencia, gracias a la mediación del Arquitecto, y pasó a trabajar a tiempo completo para la Sociedad. Sirve como enlace directo entre los escalafones bajos y el Arquitecto, para que sepa de primera mano lo que se cuece en la banda. Sirve como reclutador y envía informes a la Sociedad.

Cambió su nombre por el apodo de Forseti, para que cuadrara con las aspiraciones mitológicas nórdicas que siguen muchos de los miembros de Los Portadores. También le sirve para ocultar su rastro, pues aunque vive temporadas en el cuartel de la banda, para estar al día, a la larga acaba por aborrecer completamente el fétido ambiente lerdo del grupo. Necesita refugiarse en su casita de North Oak, recuerdo de sus tiempos como buen asalariado del ejército y gracias a la financiación del Arquitecto.

Lo que espera es poder acceder al círculo interior de la Sociedad y que otro idiota cargue con el pesado papel de reclutador. Tiene ideas encontradas con todo el tinglado. A veces se cree toda la movida de la banda, otras le parece una idiotez. Como miembro de la Sociedad ha vivido cosas que le hacen creer en algo más allá, sea lo que sea ese más allá. En realidad es eso lo que persigue, para huir de una vida que se le ha quedado vacía y sin sentido, llenándola con algo de misticismo y ocultismo que le diga que existe algo más que ese pozo de mierda y sudor rancio donde vive.

O quizás lo que persigue es pode retirarse en paz, poder leer las noticias en el jardín en zapatillas, comer tostadas con mantequilla de verdad y que se jodan y se maten los que hay al otro lado del muro de su coto. O quizás aspira a un mundo mejor, donde la gente no tenga que dormir sobre sus propias heces y no tengan que temer que una noche los arranquen de sus chabolas para hacer una fogata con sus cuerpos, después de violarlos, mientras aullan de dolor mientras se abrasan.

O quizás un día se pega un tiro y que se jodan el Arquitecto y su panda de idiotizados.

Sería bonito hablar de mujer, niños y esas cosas. Pero él ya es viejo para eso y le da una pereza enorme. Se ha vuelto demasiado viejo y egoista para esos jueguecitos de chochos y pollas.

El ejercito te había templado con fuego y disciplina, te había hecho una máquina de recopilar, clasificar y explotar información; se había convertido en una parte de ti, algo que jamás pudiste volver a apagar, siempre atento, siempre diligente. Por eso aunque estabas de permiso ese día te fijaste en aquel jovencito, la forma en que inspeccionó el local al entrar, la forma en que se sentó y el sitio en que se colocó, vuestras miradas se cruzaron y los dos os pusisteis nerviosos por igual, un lobo reconoce a sus iguales, los dos estabais analizando la situación, los dos os identificasteis como fisgones, el uno al otro. Pero el tenía doce años y lo dejaste correr.

Un par de días después le sorprendiste marchándose de un local al que acababas de entrar a tomarte una copa, eso te impresionó, le habías visto salir pero no entrar, pero estaba distraído, el se iba y no esperaba que tu le siguieras(dos coincidencias eran demasiado), cuando le cogiste, un chaval debilucho y demasiado delgado no era nada para un tipo como tu, ignoraste sus quejidos lastimeros, su "me hace daño señor" un papel ejecutado a la perfección, durante un instante le creíste, pero luego encontraste tu cartera en su bolsillo.

Así conociste a Tyler.

En inteligencia te habían dicho "muere con el papel, pues tus enemigos no tendrán piedad de ti, seas inocente o no" Este chaval sin haber sido entrenado insistía en haber encontrado la cartera en el suelo, nuevamente su insistencia y sus llantos te hicieron dudar, pero a los que te rodeaban le convencieron por completo. Abriste la mano y lo dejaste ir habiendo recuperado tu cartera, estaba todo y no querías llamar atenciones innecesarias de las autoridades... cuando contaste el dinero estaba todo, pero después en tu casa viste que habían arrancado el chip de una de tus tarjetas de identificación.

Esa fue la confirmación de que aquel chaval estaba tan adiestrado como tú, empezaba joven, y tenía potencial, te la había jugado. Pensaste en dar parte a seguridad pero que dirían, no aguantarías las coñas, estabas muy hasta los huevos de todos aquellos mamones del cuartel. Así que decidiste, sacarte las castañas del fuego, como de costumbre. La triste verdad es que siempre pasaba eso, siempre estabas solo, cuando hacías algo las palabras "la compañía negara cualquier responsabilidad estaban en el aire, siempre, sin excepción"

El chaval era bueno, pero tu también eras de los mejores, no se sobrevivía en tu negocio sin serlo. Así que te pusiste manos a la obra, no tardaste en averiguar que el chaval se llamaba Tyler, era conocido por ser, lo que en tu mundo se llamaría perfil pi, una persona capaz de montar una operación por si sólo, dominaba el sigilo y el pasar desapercibido, la intrusión en sistemas de seguridad, conocía el medio y pese a su corta edad la gente tenía miedo de sus puños(nunca llevaba armas), cuanto más te hablaban de él más paranoico estabas, semejante chaval tenía que estar en alguna agencia.

Al final llegaste a un almacén abandonado, entraste esperando encontrar al chaval, en su lugar encontraste a un viejo trajeado de pelo blanco pero frondoso y peinado hacia atrás, vestía un traje de tres piezas y tenía una barba cuidada y recortada.

"Esperaba encontrarle aqui señor Mc Kenzie" ese viejo era el líder de una sociedad que habías investigado en tu trabajo. Los portadores, unos chiflados que habían entrado en el radar de la agencia(genetistas que podían ser una amenaza, posibles bioterroristas, o universitarios idealistas demasiado motivados, aún eran una incógnita), la situación era tensa pero te hizo ver que el edificio era suyo, que salir por las malas desencadenaría una serie de consecuencias legales de las que no saldrías.

Ya sabías quien había entrenado al niño.

Luego te expuso un dosier clasificado sobre ti, sin censurar, cosa que te sorprendió, y te instó a leer las ultimas observaciones. Te iban a jubilar, usaban palabras como obsoleto, inadaptado, problemático. Hablaba de tu evidente desprecio a la autoridad y de que los psicólogos advertían que tenías tus dudas, lo que hacía de ti un riesgo para la seguridad.

Te instó a corroborar todo aquello, lo llamo "favor", tu sabías que no se habría arriesgado a un acercamiento frontal si aquello no fuera jodidamente cierto, pero aún así tenías que corroborarlo, pero no podías preguntar abiertamente sin precipitar el que prescindieran de ti. Fueron unos días de rabia y frustración, recuerdas haber ido al gimnasio mucho los días posteriores. Golpear el saco no arreglaba nada.

Conseguiste clave de acceso, te costo mucho: esfuerzo, favores y tiempo pero conseguiste tu informe, eso si, clasificado(ese viejo tenía que tener influencia para haberlo conseguido sin clasificar), pero tu informe psicológico no lo estaba y ponía exactamente lo mismo. Los siguientes días fueron jodidos, ya habías sopesado mandarlo todo a tomar por culo, pero ahora te sentías rechazado... al final acabaste de bar en bar algo perdido en tus pensamientos. AL fondo del vaso encontraste a Tyler, otra vez.

"Los últimos dos borrachos con las piernas rotas en el buho nocturno ha sonado como una llamada de auxilio" fue todo lo que dijo el chaval, le escupiste que te dejara en paz, que no podía estar en un bar que no tenía edad para beber. Él aguanto tu rabia como un faro aguanta las olas, y había mucha rabia, se sentó y te aguantó la mirada, al cabo de una hora seguías hablando de toda la mierda que habías tragado.

"Tu eres como yo" te dijo mientras miraba la cola que le habías pedido, no sabías por que te sentiste obligado a ello "Nos han modelado para usarnos, pero lo que te da miedo es no tener un objetivo, no sabes que hacer con la libertad. Quédate con nosotros mientras averiguas qué quieres, me vendría bien tener alguien que me haga sombra de vez en cuando, y los dos necesitamos alguien que nos cubra las espaldas"

Esa noche llegaste a casa dando tumbos y dormiste la mona, a la mañana siguiente te licenciaste, cosa que no fue fácil, y estuviste mucho tiempo bajo vigilancia, a los 17 meses los agentes que te seguían se habían ido o se habían vuelto competentes. Una soleada mañana de sábado un ruido de cristales rotos te despertó, un periódico había atravesado una ventana, al salir encontraste a un avergonzado Tyler, que te pago la ventana, y en el billete había una clave, no tardaste mucho en deducir que lo que había en el billete de 500 que te había dado había una clave que se resolvía con el periódico, te daban las instrucciones para ponerte en contacto, así te uniste a las filas de los portadores.

Uno de tus primeros trabajos fue borrar los rastros que la agencia tenía sobre ellos, otros muchos fue reclutar a otros personajes importantes con toda la discreción del mundo y casi siempre estabas con Tyler, así le viste crecer, convertirse en un chaval desgarbado que despreciaba la autoridad pero que estaba controlado por un entorno estricto, una adolescencia como la tuyo. Te sentías identificado con él "Tu y yo somos iguales" te había dicho, y sus palabras se habían quedado grabadas en tu cabeza.

Un detalle curioso, cuando tú estas delante, Tyler nunca bebe alcohol, y si tiene que tomar algo, pide sodas. Es un habito adquirido con el tiempo que sigue respetando a día de hoy. Nunca le has llamado por el nombre, siempre le has llamado chaval. Y Tyler se refiere al arquitecto como "el viejo".

Las reuniones con el viejo son escasas y las comunicaciones concisas y crípticas como debe ser para no dejar rastros. No lo has visto en la vida publica y tus indagaciones no aportan luz a su identidad. Tampoco sobre Tyler. Es raro que no puedas conseguir nada de ninguno,

Escena 1

Hoy hay movida en el garito. Un descerebrado quiere llamar la atención de Tyler haciéndose el gallito y cree que puede ganar lo que sea en El Foso. En su juventud, Forseti tuvo contacto con duelistas de Mensur. Hasta estuvo presente en un duelo. pero esto es otra cosa. Aquello ya era más carnicería que esgrima, pero lo del Foso es puro espectáculo de gladiadores.

El muy idiota se ha hecho el gallito que podría con lo que fuera y Tyler se ha agenciado a un par de perrazos grandes como caballos y con una semana de hambre acumulada. Ahora el reclutador lo puede ver, antes de empezar el combate, y aunque pone cara de chulo, en sus ojos se puede leer el miedo. Y Tyler disfruta viéndolo también. El chaval es listo y perceptivo. le va a hacer daño ser líder de una banda tan pronto. Y la prueba es esa nena mona que está con ella. Forseti lo mira y chasquea con desaprovación.

Le hará pensar con la polla y la cagará. Y no le puedo decir nada. Sólo soy "el viejo". Nada que hacer contra ese chochito guapo.

Por eso los líderes que duran son viejos. Las emociones sirven para manipular a los subordinados, pero el líder se ha de ver libre de ellas. Un viejo es más inmune a las emociones al estar de vuelta de muchas cosas. Y una nena mona la miras con ojos distintos.

Pasea entre todos, dando palmadas amistosas, sonriendo de forma sutil y dando pequeños sorbos a una de las botellas recicladas que llenan de cualquier mierda adulterada, aunque la suya está llena de cerveza de verdad. De la de los viejos tiempos. 

Aunque preferiría hacer otras cosas ha de estar allí, al lado del Chaval, y ver como los perros le muerden las pelotas a ese idiota. Observa a los visitantes de fuera. Siempre los hay en estos eventos. Busca a posibles reclutas. Y vigila que no se cuele algún topo de una banda rival. A los topos se les huele a la legua. Tienen esa actitud chulesca de pandillero que les delata. Los que vienen por libre van con otra actitud.

A veces puede ver, por la mirada de Tyler, que no acaba de confiar en él. Quizás ha sido cosa del chochito de la guitarra, quizás es que se cree que él quiere el sitio de Tyler. ¡Joder! Claro que lo merece, pero no lo quiere. Intentó indagar en el pasado del chaval, pero no encontró nada. Eso le sorprendió. Ni de él ni del Arquitecto. Del Arquitecto ya lo esperaba, pero de Tyler... o bien es un perfecto hijo del yermo (cosa que duda mucho) o bien tiene un vínculo familiar con el Arquitecto. Sino es así, no se explica como es que el Arquitecto usa como canal al chaval. En lugar de a él. Y no, joder, no le interesa en absoluto ser el líder de la banda. El crío a veces es idiota. Ve a la banda como una forma de acceder al círculo del Arquitecto. Cree que está allí para guiar al Chaval, joder. Lo necesita. Y ahora la niñata esa lo puede joder todo.

Escena 2

Tyler es joven. Un puto niñato, pero ya es el líder. Forseti acaba de entrar en la banda. No hace ni dos meses. Al poco le pidió informes sobre empleados de medio y alto nivel de la empresa más punterua de investigación biomédica. Una especializada en terapias génicas. Forseti se puso a ello y pocas semanas después tenía unos pocos nombres con algo de información interesante. Le destacó mucho uno que tenía problemas con el juego y las putas. Una mala combinación. Peor si encima tenía mala suerte, como era su caso.

Lo comentó con el chaval y decidió que fueran a sondearlo. Lo quería para su plantilla de genetistas. Aún no sabía muy bien de qué iba la película, pero Tyler quería su cobertura. El crío confiaba en él.

Quedaron en un burdel. Tomaron unas copas y hablaron con su hombre. Héctor Ramírez. A pesar del nombre, no tenía aspecto hispano. Quizás varias generaciones de cruces habían borrado el fenotipo del hombre. El genotipo era otra cosa, aunque estaba seguro que Tyler no era tan puntilloso con esas cosas. Aún recuerda aquella conversación. Héctor se mostró algo hosco y reticente, pero era claro que el hombre tenía deudas y debía de estar siendo presionado por la empresa, o temía que eso ocurriera.

Buenas tardes, señor Ramírez. Dijo estrechando la mano del hombre. Él es Tyler, el líder de la... sociedad de la que le hablé. Pudo observar como Héctor miraba con curiosidad la cara de Tyler mientras se saludaban. Recordará de lo que hablamos... Hablamos de su situación y de como podemos ayudarle. Me consta que tiene deudas importantes. Los acreedores se impacientan, eso también lo sabe. ¿Sabe lo que hacen a los que no pagan? Eso quizás no lo sabe. Yo sí. Creáme. No es agradable.

Hizo una pausa, para mirar a su alrededor, conspirador.

Nosotros le podemos ayudar. Y miró a Tyler, que asintió dando fuerza a su argumento. Los Portadores cuidan de los suyos. Su empresa no lo hará. No querrá escándalos. Será despedido en cuanto se enteren. Y se enteraran. No le digo nada que no sepa. Sí... Es usted listo y seguro que tiene un plan. Robar secretos que sabe. Material quizás... Muy bien. ¿Y dónde lo venderá? No es usted alguien de ese mundo, aunque le gusten las putas y el juego, señor Ramírez. Es usted un hombre instruido. De otros círculos. Le robarán, abusarán de usted y no saldará sus deudas. Acabará enterrado en el desierto.

Suspiró algo cansado.

No soy profeta, señor Ramírez, pero ese vaticinio estoy seguro que se cumplirá. He visto muchos casos como el suyo antes. En eso no es usted tan especial. En cambio sí que lo es su trabajo. Nos interesa contratar sus servicios. Estará en plantilla, seguro, y podrá putañear y jugar cuanto quiera. ¿El precio? El precio son esos secretos de la empresa. Lo que pueda conseguir. Y sus servicios, claro. Es una oferta buena. La mejor. Nosotros nos encargaremos de sus deudas. Como le he dicho, cuidamos de los nuestros. Y si acepta, será uno de los nuestros.

Intercambió una mirada con Tyler, por si quería añadir algo, pero el chaval simplemente asintió ligeramehte. Forseti miró el reloj y suspiró.

Se ha hecho tarde, y de aquí poco ha de volver a fichar a su empresa. No queremos quitarle el polvo que necesita. Y palmeó amistoso el hombro del doctor. Le vendremos a buscar aquí el próximo jueves. A esta hora. Para la extracción. No traiga nada que no sea la información. Ni maletas ni pollas. Ha de ser como una salida más. No levante sospechas. Si vemos algo raro, nos iremos y no sabrá más de nosotros.

Tras lo cual se levantaron y se fueron. Sin dejar a un atónito Héctor tiempo de reacción.

El jueves siguiente lo recogieron. Todo fue como la seda. Iban en el coche de vuelta. Héctor parecía contento.

- Eh! Un momento...- Dijo el doctor. Forseti recuerda perfectamente sus palabras.- Yo a usted lo conozco de algo...- Añadió, mirando a Tyler.- Le he visto antes. Pero era usted muy joven... Sí lo vi e...- Pero no pudo acabar la frase. Tyler se volvió con insutida rapidez y lo mató de un golpe en la nariz, que le incrustó el tabique nasal en el cerebro.

- Menudo idiota. Creer que iba a ser admitido con sus genes de mierda.- Dijo mientras se iba al asiento de atrás, para registrar el cuerpo de Héctor.- Bingo! Traía la información.- Exclamó mostrando un chip de memoria al Forseti. Empujó el cuerpo fuera del coche mientras seguían circulando.

Con el tiempo casi llegó a convencer que aquello había sido una jugada maestra pensada por él. Otro robaba la info de la empresa y la muerte iba a ser atribuida a los acreedores.

Forseti hizo ver que se tragaba eso pero no... Tyler tenía una puta relación con aquella jodida empresa. Quizás tenía que ver con alguna mejora genética de Tyler, con el Arquitecto, con la banda, o con todo ello.

Escena 3

A Forseti le gusta relajarse en sus dependencias. Cuando aquello era una estación de verdad debía de ser una oficina. Está por encima del nivel del suelo, con una cristalera que da al espacio común de más abajo, donde los miembros base se emborrachan, se pelean... Por fortuna hay dos habitaciones más que le dan algo de privacidad. Ahora está en la que no hace de habitación, que no es otra cosa que una sala que hace un poco de despacho, salón y lo que haga falta. El espacio es pequeño pero ha logrado colocar un sofá, un equipo de reproducción audiovisual, una librería con bastantes libros de los de toda la vida, una lámpara de pie vieja como él mismo y un equipo informático.

El viejo está mirando por enésima vez el Conde de Montecristo, La del año 1934, donde sale Robert Donat. Un clásico. Le gusta el cine clásico. Es una de sus pasiones secretas.

- Otra vez con esas pelis de viejos?- La aparición súbita de Tyler a sus espaldas le hizo dar un respingo.- Joder, macho. Ni tú eres tan viejo. No sé como te pueden gustar esas mierdas. Menudo muermo. Dime la verdad, te pones esa basura para quedarte dormido. Los viejos duermen mucho, no? O era poco?

No me jodas, chaval. No tienes ni puta idea. Esto es cine de verdad. No toda esa diarrea mental de hoy en día que todo son remakes para retrasados de las pelis que veo yo. O pelis de los jodidos realities. No me jodas, joder. Si tú lo más parecido a una peli que ves es cuando juegas a esos juegos de realidad aumentada, así que no me jodas. Es como si alguien que sólo ha comido latas caducadas me quiere hablar de cocina de chef.

Entonces hizo una pausa y miró a Tyler, evaluándolo.

¿Qué quieres, nene? Dudo que hayas venido a hablar de cine. Entonces el líder le hizo gesto para que saliera a la estancia con la cristalera. Allí se reunián a veces. A Tyler le gustaba aquella sala y no eran pocas las veces que hacía de sala de reuniones informales. El chaval miraba por la cristalera, a sus acólito de más abajo. Le gustaba mucho mirar desde allí. A Forseti le causaba depresión ver tanto idiota junto. A Tyler parecía gustarle el poder, aunque lo disimulaba bien.

Forseti salió y se recostó contra un sofá de la sala, mirando a las espaldas del líder.

- ¿Te acuerdas de Rob? El Cascanueces. Pues nos ha jodido el muy cabrón. Se ha pasado a los Inmortals. Entonces Tyler se volvió y se podía ver el odio reflejado en él. Nos va a vender, viejo. A vender. Somos los siguientes de la lista de esos desgraciados, y el Cascanueces puede ser la clave. La cagaste, viejo. No era de fiar. Y tú creías que sí. Le diste privilegios, joder. Yo confiaba en ti y mira que movida.

Aquí Forseti se sintió insultado.

Eh! Eh! Eh! No me jodas. Cascanueces cumplía. Es un capullo, pero no podía saber que se iba a dejar comer la cabeza por los Inmortals.

- Les has de vigilar también, joder. Ya lo sabes. No hace falta que te lo diga. Si eres un jodido abuelo paranoico. Te haces viejo, joder. Quizás lo mejor será que te quedes mirando esas pelis de mierda.

Forseti se cabreó. Mucho. Estaba cabreado por la falta de respeto del niñato ese. Acortó la distancia entre ambos con un par de zancadas y lo agarró por el cuello.

Puto niñato. Yo ya había pelado a unos cuantos cuando tú aún te cagabas en los pañales.

Tyler sonreía, como un tiburón, y desvió la vista hacia abajo, como señalando la zona común de más abajo con sus ojos.

¿Quieres que vean esto los chicos? No es una buena idea. Suéltame ahora mismo o tendré que demostrar que yo también he pelado a unos cuantos y que hace más tiempo que no cago pañales que el que te falta a ti para volver a cagarlos.

Forseti vio la actitud relajada pero alerta de los luchadores profesionales. Lo cierto es que estaba más cabreado con él mismo que con Tyler. La había cagado. Era cierto. Debía estar más alerta.

Tienes razón. Afirmó, dejándolo ir, ya con voz calmada. Voy a poner  algunos de los chicos de confianza a buscar. Seguro que no será aceptado en la banda hasta que nos den por el culo con la info que les de Cascanueces. Ahora está en terreno de nadie. Me pongo a ello ahora mismo.

- Esta vez iré contigo. Cascanueces es mio.- Ordenó el jefe. Tyler odiaba a los traidores.

Tras una rápida investigación supo que Rob estaba en un garito de los Inmortals. El antro de un tatuador de la banda que también pasa droga. Protección mínima. Estaba allí a la espera de reunirse con el jefe de la banda para completar la traición.

Recogió a Tyler y fueron para allí. Sólo había dos hombres de los Inmortals, no esperaban una reacción suya tan rápida. El reclutador se encargó con celeridad de los pandilleros, haciendo uso de su compacta pistola de combate, con silenciador. También mató al tatuador. No los vieron venir, por lo que fue sencillo.

Encontraron al Cascanueces en una pequeña habitación del antro. Antes que pudiera reaccionar, Tyler lo había inmovilizado y recibió la paliza más brutal que jamás haya visto Forseti. A medida que las hostias volaban le iba haciendo preguntas. Su velocidad y su fuerza eran sobrehumanas. Jamás había visto a nadie tan rápido ni tan fuerte. Sin duda estaba potenciado de alguna manera.

Con cada guantazo volaba un puñado de dientes. Con una luxación casi le arrancó un brazo. De un puñetazo le saltó un ojo. Con otro glope casi le sale la nariz volando. Los huesos de Cascanueces crujían a medida que recibían golpes y la piel del hombre iba adquiriendo el tono de una berenjena con cada nueva pregunta.

Al final se fueron de allí dejando atrás una pulpa sanguinolenta y el convencimiento que los Inmortals no tenían info sensible sobre ellos. Al menos no lo suficientemente sensible.

Y Forseti se dijo que no iba a descuidar el seguimiento de los chicos. Nadie se merecía acabar así.

Escena investigación.

El primer trabajo de antiguo militar fue limpiar los rastros de los Portadores, aunque eso no evitó que usara esa info para saber más él mismo. Pero todo fue en vano. Le quedó claro que el Arquitecto tenía buenos contactos y buenos técnicos capaces de limpiar toda la mierda que hiciera falta.

Se devaneó mucho los sesos hasta que decidió otro acercamiento. Alguien que se denomina Arquitecto ha de tener un ego a juego, por muy humilde que quiera aparentar.

Con la ayuda de un colega suyo hacker y husmeando en las tripas del tejido electrónico, a la vez que él preguntaba a sus viejos contactos de esferas lejanas a las bandas. La clave era encontrar a alguien que hubiera tratado con un abuelete simpático llamado Arquitecto, tirar por ahí hasta saber más de la enigmática Sociedad.

Logró relacionar dos nombres más con el Arquitecto. El nick Emet (Verdad en hebreo) y el nombre de Emily Gordon. Sin duda un nombre falso. Quizás incluso el nick y el nombre falso eran de la misma persona. O dos distintas. Ambos nombres tenían relación con un Arquitecto que parecía ser su Arquitecto.

De allí tiró del hilo y cruzando datos descubrió que sus miembros (entre 7 y 12 posiblemente) se reunian an algún lugar. Una sociedad de corte esotérico conspiranoico al parecer. Varias veces aparece el número 322 y el lema latín "Boni bonis adpacunt".

A pesar de los paralelismos, no parecen formar parte de los Skull & Bones. Quizás se trata de una escisión, con motivaciones más personales... Tampoco ha podido indagar más allá y le ha sido imposible contactar con esa tal Emily Gordon que es como un fantasma. Lo mismo para Emet que no ha respondido a los requerimientos electrónicos y ha resultado imposible de monitorizar sus movimientos.

Tyler sabe algo, pero no lo suficiente. Parece un engranaje que se encuentra en algún punto entre la Sociedad y los Portadores. Está convencido que hay una relación cercana entre él y alguno de los miembros de la Sociedad, pero no lo puede confirmar. Es más bien una corazonada.

A Forseti le jode pensar que no deja de ser lo mismo que en el ejército. Hace el trabajo sucio para alguien que no quiere mojarse el culo pero que se lleva todo el beneficio.

Hace un par de días. Tyler había acercado a la panda de tarados que rodeaban a la organización a un hacker, venía del mundo de los de arriba, y era la comidilla de la gente, un intelectual, pero tenía huevos, le había hecho frente a Tyler, aunque no tuvieran mucho éxito.
No te había comentado nada al respecto, ni para hacer las averiguaciones de rigor ni para decírtelo y claramente fuiste a ver que coño pasaba, desde cuando hacíais las cosas así, encontraste sólo a Tyler, estaba en el almacén sentado sobre una caja, mirando su móvil a oscuras, La Luz del techo no funcionaba.
"Necesitaba pensar" te explico antes de que preguntases si quiera que hacía allí escondido, algo pasaba, nunca había hecho nada por el estilo, dos alarmas seguidas, prácticamente ¿Que coño le pasaba al chaval?. Ibas a disparar tu verborrea, tenías muy pensado que decirle, se iba a cagar, no ibas a tener compasión, te conocías todos sus trucos, el 70% de ellos eran tuyos y los demás eran trucos baratos que solo funcionaban con los de la calle.
"Cuando hiciste tus averiguaciones sobre la banda, de nosotros ¿Que averiguaste?" te pregunto mientras guardaba su móvil en el teléfono, al hacerlo quedasteis a oscuras, solo dos sombras en la oscuridad.
De repente te olvidaste del tipo ese como se llamara, que había reclutado sin tu supervisión, y te descubriste tragando saliva, la contestación equivocada y podías no llegar a salir de allí, pero tratándose de Tyler podría estar poniéndote a prueba y ya supiera la verdad...
¿Por que ahora, después de tanto tiempo? pensaste.

Por unos instantes casi podía oir los engranajes de su cabeza girando sin cesar.

¿Ahora me vienes con esas? No me jodas que ese hacker que te ha estado comiendo la polla tiene algo que ver... Antes de que pudiera quejarse por el cambio de tema continuó hablando. Su tono intentaba transmitir naturalidad. No encontré gran cosa. Quien tú ya sabes se cubre muy bien el culo. Una referencia a un tal Emet que formaba parte de la Sociedad. Alguna vez pensé que podrías ser tú, pero no. No lo creo.

Viniendo como parecía venir del hacker, el dato descubierto debía ser ese.

No veía especial peligro en todo aquello, aunque había algo en el ambiente. Algo que no le gustaba, y en aquellos ambientes de pandilleros todo era mucho más primario y violento. En Inteligencia las cosas eran muy distintas a aquello, y Tyler estaba muy raro últimamente. ¿Quizás paranoico?

"El hacker es un mierda, tiene mucho que probar antes de que escuche nada de lo que tenga que decir, pero puede ser útil para lo que me propongo, y sino , bueno, peor para él." te dijo desestimando tu teoría, no le habías oido moverse, pero ahora pudiste oír como corría el pasador de la puerta a tus espaldas encerrándoos. "Yo tampoco tuve mucho éxito cuando hice mis averiguaciones. No recuerdo como empece, es como si siempre hubiera sido suyo..." eso si que era un dato esclarecedor. Tan esclarecedor como aterrador "¿como que no recordaba no haber estado fuera de la banda?¿Había empezado tan pequeño? Niños soldado... eso explicaba tanto... " pensaste para dentro
Hubo una pausa y volvió a hablar tras un instante en que solo escuchaste tu respiración y tu pulso contra las sienes.
"¿Por que te quedaste Mc? Nunca me lo dijiste, nunca hubo una razón clara." Su voz volvía a provenir de otro lado ¿Como coño se había movido de un lado a otro tan fácilmente y tan rápido?
Hacía años que no te llamaba Mc.... casi desde el principio había eliminado aquella costumbre. Te estaba impersonalizando para matarte? Le habrían ordenado librarse de ti? No fueron las únicas posibilidades que sopesaste pero tu instinto se activo.
"Contesta, no te quedes callado" joder, otra vez estaba en otro sitio.... te volviste intentando encararte hacia Tyler pero no tenías ni puta idea de donde estaba.

Aquello le estaba poniendo jodidamente nervioso, así que decidió buscar la pared más cercana para apoyarse contra ella, como si se sintiera cansado. Como mínimo lo vería venir. Ni pensó en sacar su pipa compacta. hacer eso sería firmar su muerte. Y lo que había dicho sobre él mismo decía mucho del chaval. Quizás, en realidad, él le tenía le mismo miedo. ¿Podía ser que el chaval temiera que él fuera una herramienta del Arquitecto?

¿Existe alguna razón clara para algo? Cual es tu razón para seguir en este agujero, rodeado de retrasados de boca sangrienta? Vales mucho más.

Aunque temía que eso no bastara y que le hiciera perder la cabeza así que continuó.

En Inteligencia hacía el trabajo sucio de otros. Mataba por encargo en nombre de algo vacío. Apareció quién tú ya sabes con algunas respuestas, aunque al final daba más preguntas que respuestas. Luego apareciste tú. Vine aquí creyendo encontrar sentido a mi vida, pero no sé. A veces creo que sigo metido en la misma mierda que cuando estaba en Inteligencia.

Busco los ojos de Tyler en la oscuridad.

Somos iguales... Una vez me dijiste eso, y sí, entiendo lo que quieres decir con eso. 

Puede sentir a Tyler escuchando, pensando. Casi puede escuchar como piensa.

Mira, chaval. No sabía eso que me has dicho que no recuerdas nada de antes. Tengo alguna intuición, pero no tengo pruebas. Creo que eres la clave de muchas cosas que desconocemos. Es el momento de sincerarnos, joder. O somos colegas o mátame. Trabajando juntos podemos saber de donde coño has salido y cual es tu misión. ¿Quieres ser dueño de tu propio destino? Yo también.

Pero tú escogiste, tú pudiste ir a morir de cirrosis en cualquier esquina o a jubilarte a florida. Siempre me sorprendió que te quedaras... te dijo o te reprocho, sin verle la cara no podrías decir cual de las dos fue, pues su voz era anormalmente tranquila para la situación tensa que había propiciado. *
Habías visto a Tyler con instinto asesino, no era bonito, ni teatral, era rápido conciso y letal, quien golpea primero, golpea el último, no sabías de donde había sacado aquel dicho pero lo repetía mucho y lo aplicaba.
Una vez más no supiste decir donde estaba.
Tienes una nueva oportunidad de bajarte del carro, Mc. Abre la puerta y vete ahora o si te quedas esperaré que lo hagas hasta el final. Pero al final no quedará nadie para poner preguntas sobre la mesa, quedaremos nosotros con las respuestas que hayamos obtenido por el camino o quedarán ellos con sus secretos; como bien dices, este agujero me tiene hasta los huevos y no quiero quedarme aquí.

Seguía los movimientos de Tyler de forma instintiva. Sabía que no servía de nada, pero también conocía al crío. Le gustaba sentirse el jefe. Medirse la polla de vez en cuando. Ahora que lo escuchaba, empezaba a pensar que se trataba de eso más que de una amenaza real. Pero no, no era ni una cosa ni la otra. Tenía miedo. Él tenía miedo. Miedo de lo que era. Miedo de no saber lo que era. De no ser más que una jodida pieza en un tablero que desconocía.

Te voy a decir una cosa, chaval. No hay elección. A veces creemos que existe elección, pero no la hay. Elegimos en base a como somos. ¿Sabes cómo eres? Pues sabes lo que harás. ¿Crees que me gustaría estar en un apartamento barato en Florida, viendo el atardecer y disparando a los caimanes que se colaran en el jardín? No me jodas, Tyler!

Claro que me quedaré. Buscaremos respuestas. Tengo tanta curiosidad como tú. Descubriremos de donde sales. Hay gente con poder detrás. Y mucha pasta. Un buen golpe nos puede enviar a una jubilación de puta madre. Una de verdad. Salir de todo esto.

Acabaste de hablar y durante un segundo solo hubo silencio, después el suelo templo bajo tus pies y empezó a bajar, pero el resto de la habitación no.
No sabías que hubiera un sótano, ni que estuvieras en un jodido ascensor. Bajaste durante una eternidad, los motores del ascensor eran silenciosos como un gato, apenas un zumbido. Conforme bajabas dejasteis por encima unas luces de emergencia y por fin volviste a ver a tu alrededor, Tyler estaba sentado sobre una caja, con las piernas cruzadas en mitad de la sala.
Hasta el final te dijo saltando de la caja al tiempo que el ascensor paraba. No había pasión, ni enfado, ni alarma, ni amenaza, era como un recordatorio del contrato que acababas de firmar.
Estabas en mitad de una sala enorme, casi como la manzana que tenías encima, pero en penumbra no podías ver los extremos, estaba llena de cajas y de polvo(había un vehículo enorme tapado por una lona), Tyler te hizo un gesto para que lo siguieras, en mitad de la nada, no podías hacer nada salvo seguirle, caminando en una dirección llegasteis a la pared, aquello era jodidamente grande, y estaba hasta el culo de material. En la pared había una puerta que atravesasteis, los fluorescentes se encendieron al pasar vosotros, a vuestros lados iban quedando salas, laboratorios, armerías, barracones con catres, un cpd lleno de luces que parpadeaban y al final llegasteis a una sala que identificaste como un control de misión. Recordaste la parabólica que había en el tejado y que Tyler te había dicho que estaba muerta, por lo que veías en las pantallas, una vista aérea de la zona con puntitos que se movían en el plano, etiquetados con números de identificación en clave, era evidente que funcionaba.
Lo primero que necesitamos para poder con esos cabrones es independencia y eso pasa por nuestra propia operación. Por fin rompió el silencio, no te habías dado cuenta que estabas con la boca abierta Pero antes, esto te interesa dijo abriendo un dosier en la pantalla grande.
Tyler tecleo en un teclado y abrió un dosier en la pantalla grande con todos los datos de un psicólogo, joder, era tu psicólogo del ejercito... el que quería echarte... tyler se fue a la parte de finanzas, sus extractos bancarios eran irregulares ...

El reclutador no dijo nada. Simplemente miró al chaval cuando repitió lo de "hasta el final". No hacía falta decir nada. Estaban bajando por un puto ascensor secreto hasta la Batcueva.

Joder con el chaval...

En cuanto se recuperó de la puta sorpresa, intentó aparentar natarualidad, como si aquello fuera lo más normal del mundo.

Observó los datos que le mostraba. había mucho trabajo por delante.

¿Quién está dentro?

Quiso saber, sin despegar la vista del monitor.

Aquello tenía sentido. Nada más fácil para obtener expedientes y manipularlos que tener a gente de dentro en plantilla. Era lo más habitual. ¿Cuanta gente habría en total? ¿Y para qué gastar tanto? Saber de donde le llegaba el dinero y rastrear las fuentes de los ingresos podía dar con toda la red de untados. Esperaba encontrar una maraña de empresas pantalla, con filiales y toda esa mierda pero no era la primera vez que lo veía. Seguro que llevaría su tiempo, pero se podía hacer.

Tyler se encogió de hombros.

Es la primera brecha que he visto en mucho tiempo, y he tardado en encontrarla te confesó He tardado un siglo en acceder a la red del arquitecto. Y me duró poco el acceso, cambiaron todos los certificados en cuando me detectaron en la red. Pero el arquitecto tiene información de alto nivel gubernamental, eso quiere decir una de las grandes, petrochen, arasaka, militech, infocom.... Pero los sobornos los hacen personas y a las personas las podemos rastrear. Es nuestra especialidad, y con lo simpáticos que somos ¿cómo se negarían responder a nuestras preguntas?

Sonrió sarcástico para reforzar su afirmación. El primer peldaño de la escalera había aparecido al fin. Era hora de empezar a subir.

Quiero que te encargues tú de tantear al psicólogo, mientras, yo quiero organizar a la gente para que estemos preparado para un ataque, estoy preparando algo te dijo y luego prosiguió explicando ¿Que te parece Tayra? te pregunto de repente cambiando de tema Quiero usarla para provocar a las bandas, con canciones y esas cosas, si los atraemos al enfrentamiento y salen con el rabo entre las piernas una y otra vez será fácil robarles territorio sin empezar una guerra. Quiero atacarles en su orgullo, que se desmorone desde dentro ¿Tú que opinas?

Sonrió a su vez a la mueca sarcástica de Tyler. Asintió ante la propuesta de tantear al psicólogo militar. Iba a cantar de donde salía aquella pasta, o se iba a quedar sin nada el hijo puta. Lo primero sería extorsionarle con revelar sus trapitos y que se quedara sin nada... Y si se ponía duro tendría que usar las técnicas simpáticas que insinuaba Tyler.

Luego le preguntó sobre Tayra y sus planes para ella. Se encogió de hombros.

¿Qué me parece? Me parece una buena idea... Una buena idea si lo que quieres es más territorio, más notoriedad y que todas las putas bandas nos quieran morder el culo. ¿Estás preparado para eso? A ver, chaval, no es mala idea. Es buena, pero lo mejor es atizar los panales de uno en uno... Y hacerlo de tal manera que el resto de bandas se descojonen de risa al ver como el blanco de las pullas se vuelve loco y nos ataca. Si luego los jodemos quedaran como unos idiotas y el resto no nos atacará. incluso nos dará cierto apoyo. 

Se frotó el mentón, pensativo.

Es una buena distracción para montar el grupo contra el Arquitecto. Un buen ruido de fondo. ¿A quién vas a usar en el grupo? Los nombres que me vienen a la cabeza son Bones y Lizzie. Aunque quizás harían mejor papel liándola en una guerra de bandas. para el golpe del Arquitecto hace falta gente discreta. De perfil bajo. 

La mirada de Tyler fue de sorpresa ante esa pregunta, durante un segundo te examinó intentando ver tras esa pregunta que intención tenías.

Quiero a Bones y a Lizzie, Mc te dijo en un arrebato de sinceridad inusual en él. Cuando no había nadie ellos fueron los primeros que me ensañaron que no tenía que estar sólo, de los que aprendí que junto a otra gente era más fuerte. Sé que siempre podremos contar con ellos, pero mientras no lo necesitemos no lo haré.
Se calló y bajo la mirada, su tono de voz denotaba cierta incomodidad al decir aquello tan abiertamente, pero ahora no estaba en el papel del jefe de la banda. Durante un segundo no supiste que hacer ni que decir, pues no estabas acostumbrado a esta actitud en él.

¿Has leído el arte de la guerra? te pregunto sin venir a cuento, cuando le miraste confundido no te dejo hablar para preguntar Todo bajo el cielo. y se volvió hacia el mapa en la pantalla grande que dominaba e iluminaba la sala.

El reclutador asintió a todo lo que decía. Entendía que para él lo más importante fuera la lealtad. Sí, opinaba igual. Pero poner a un elefante leal vigilar una cristalería era un acto inútil y contraproducente. El elefante fallaría en su misión y se sentiría doblemente mortificado por haber fracasado. En ese caso la lealtad jugaba en su contra. tyler era joven. Aún pensaba en absolutos. Lo bueno no siempre es bueno, ni lo malo no es siempre malo.

En cualquier caso se calló el comentario. No quería humillarlo después de haberse mostrado abierto y sincero.

Su pregunta sobre el Arte de la Guerra lo pilló por sorpresa. Lo habían estudiado en las clases de teoría militar y táctica en la Academia. No recordaba mucha cosa, aunque al citarlo le vino a la mente una frase del libro que explicaba su estrategia.

Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.

Recordó aquella cita y como parecía hecha a medida para su plan de atraer a las bandas rivales a una lucha en su terreno. Y eso le recordó otra frase, que también se adecuaba a su consejo de antes.

Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.

Pero no dijo nada. Simplemente escuchó. No había pedido más su opinión y no quería decir nada más hasta tener más información. En el fondo las guerras de bandas se la traían floja. Servía para probar a nuevos candidatos. Descubrir diamantes en bruto... Y en ocasiones también destrozaba jóvenes promesas que habrían sido útiles en escenarios sutiles y que se perdían en estúpidos fuegos cruzados.