Partida Rol por web

Ameri analizó las emociones de la Profeta. Era difícil, porque aparentemente, esta era muy habilidosa engañando. Sin embargo, notó en medio de su postura orgullosa y tranquila, una pizca de... Incerteza? Ansiedad? No sabría decirlo Ameri. Lo que estaba claro era que la Profeta Nana estaba mascarando sus verdaderos sentimientos en relación a todo aquello.

¿A lo que quiero llegar, si nosotros cumplimos con su peticion, usted cumpliria con la mia? ejem, digo, ¿nuestra?

 Si cumplimos lo que se te encomendó… se irían?

- Quizás. - Dijo, con una mano en el mentón y una sonrisa medianamente burlona. - Los débiles sienten miedo al entrar en las zonas de Anomalía, pero los Irongrads, que tuvimos que enfrentarla durante siglos, la conocemos tan bien como a un némesis, o a un amante. - Miró a Dido. - Por ironía del destino, la raza sanguinaria que nació gracias a la Anomalía no la conoce tan bien como les gustaría.

MIRA CARAJITA, SI TANTO TE HA ENCOMEDADO LOS DIOSES UNA MISION. ¿PORQUE NO LO HAS HECHO TU ? ¿ACASO ERES INDIGNO DE SU PRESENCIA, QUE RECURRES A UNOS EXTRANJEROS DE MALA PAGA Y VIDA ? ¿PORQUE SIQUIERA NOS DA ESTA BIENVENIDA, CUANDO TU NIÑOS QUERIAN MATARNOS ? ¿ES UN TEMOR LO QUE VEO ? ¿TEMES QUE TE QUITEMOS TU SUEÑOS DE TRONO Y GLORIA ? ¿POR ESO ESTA AQUI, EN ESTA TIERRA MALDITA ALEJADO DE TODO DIOS ?

La profeta Nana se atiesó en el trono, su sonrisa volviéndose una sonrisa nerviosa de odio. 

- Veo que usted es muda, anciana. ¿Debería pedir a mis guardias que le cortasen las manos también? Usa tus mariposas y observa afuera del palacio un momento, entonces decide con cuidado cuales serán tus próximas palabras. - Dijo, parecía contenerse visiblemente para no mandar ejecutar a Dido Malik.

Dando un paso mas hacia Nana.
Y tratando aligerar el ambiente, queriendo apartar la atención de Dido...
“- Profeta Nana, de ser asi, que necesitan los fuertes Irongrand, de unos débiles como nosotros?”
Preguntó con una notada inocencia, sin pensar mucho en el peso en sus palabras.
“- Temo que tal petición de los dioses, expresado por su persona… se nos quede algo grande”
Le sonrio a la joven con una sonrisa algo ansiosa, el joven comenzaba a temer con lo que le iban a pedir.
“- Pero si lo pides, me da esperanza”
Trata parecer confiado y fasinado
“- Ha visto nuestro exito, por eso lo pide?”

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Dando un paso mas y deteniéndose, viendo que había dejado su curiosidad a flor de piel.
“- Disculpe la intriga me puede.”

Dido mira su mariposas

Las mariposas de Dido salen de cerca de los Irongrads y vuelan por los pasillos afuera del palacio.

En las escaleras del palacio, y no solo en estas como rodeando la construcción, un grupo considerable de Irongrads montados en los cienpiés gigantes que había visto Dido anteriormente, se encontraban vigilando. Y no solo eso, como aparentemente estos solo eran los que habían llegado más rápido, ya que a través de los ojos de la mariposa, Dido también consiguió distinguir varios soldados Irongrad llegando desde adentro de la ciudad.

- Profeta Nana, de ser asi, que necesitan los fuertes Irongrand, de unos débiles como nosotros

- Ya escucharon hablar sobre los Mentibus Illustrata? - Dijo, yendo derecho al grano. Entonces se rió un poco. - A quien voy a engañar... Ustedes no deben saber nada al respecto. No es un cuento que se conoce fuera del Imperio Irongrad.

No parecía mirar directamente a Ameri o a Ashen, enfocándose más en Dido y en Apolo.

Cita:

La mente de Apolo cedió, su cerebro dejo de esforzarse por contener sus pensamiento y se centró totalmente en la profetiza, la cara de Apolo tambien cambio, mas allá de tener una expresión de desconfianza sus facciones cambiaron a una seriedad notoria y aun atisbo de enojo.

Ve al grano,profetiza. ¿Que sabes de ellos y porque esta relacionada con todo esto?

Dijo Apolo, se quito el sombrero y miro directamente a los ojos de la profetiza, casi desafiante.

rechinaba un poco los dientes al escuchar como hablaba de la superioridad irongrad
(estupidos irongrad, todos saben que los bastemi son la raza mas grande... como se atrebe a ...) 
balbuceaba por un rato para luego volver en si, aunque para los demas solo se habia quedado con ese restro orgulloso tan caracteristico de el, notaba como es que la sacerdotisa le ignoraba y daba un paso adelante otra para hablar

Oh su exelencia, no le importaria deleitarnos con esa historia?

decia haciendo una reverencia mientras en su cabeza rebuscaba entre los libros irongrad que habia leido encaso de que alguno tubiera la informacion sobre los Mentibus Illustrata

Ameri trato de no desviar la mirada de la señorita a pesar de que su desinterés y comentarios ya le entristecía.
Tanto aqui, como en los callejones era lo mismo. Los insultos de superioridad, para el ya eran el pan de cada dia.
Ignoro el ambiente denso de sus compañeros, lo mejor era limar... asperezas.

Ameri actuo una expresión de estar pensando, incapaz de que no se viera un poco cómica.
“- Lamento decir que no conozco eso señorita”
Con una sonrisa algo tímida e indecisa.
Expresando desinterés a su indiferencia.
Aunque en sus acciones se podían ver un poco su tristeza.
“- Intuyo que nos lo dirá...”

Guardó silencio un rato, como si hubiera tenido que juntar valentía para decirlo, o solo el ushino disfruto haciendo una pausa dramática.
“- Aunque presiento que ese no es su verdadero problema”
“- O al menos algo mas nubla su corazón con todo esto.”

Trato de sentir un poco más lo que expresaba su presa tras su pregunta, esa sombra le inquietaba.
Algo dentro de él le decía que comiera y no dejará nada, trato de acallar esa voz de odio.
A pesar de todo, vio que había avanzado hasta la princesa lentamente, si corriera podría llegar a ella…
Sacudió su cabeza, negando. No quería atacar. Aunque la idea de atacar a la cabeza del grupo irongrad era tent…

Por unos momentos se mordió el labio como si hubiera dicho algo malo. Y sus ojos se tornaron apunto de llorar
porque no le gustaba lo que cruzaba por su mente.

//Los de afuera lo podrian confundir con tristesa por que Nana no le daba atencion.

Hizo lo posible por tratar de ver los sentimientos de Nana una vez más, y no tocar o devorar nada de ella. 

Te sientes alerta de repente al notar como tus memorias empiezan a ser rebuscadas en tu mente, una sensación tan discreta que no lo notarías si no hubiese sido tan abrupta. En lo que tardas para reaccionar lo que pasó, la sensación se termina. La "Profeta" ya obtuvo lo que quería.

- ¡Bingo! - Nana llevó su mano hacia su boca, mirando fijamente a Apolo, y dejó escapar unas risitas. - Los dioses de verdad me están favoreciendo hoy, tenemos aquí la mejor persona para preguntarle sobre Mentibus Illustrata. - Dijo, la forma en que decía "los dioses" parecía sonar como sarcasmo, como si no lo dijese en serio de verdad. - Dime, Apolo Myalo Soulash, ¿de verdad no sabías que esta ciudad fue, por un tiempo, refugio de los últimos supervivientes de ese grupo? - Pero antes que este pudiera responder. - Es retórico, ya se que no lo sabes. - Entonces miró para los guardias. - Guardias, ir a los portones, decid a los generales que se preparen para entrar en combate a mi orden. - Al salir los guardias, Nana miró otra vez para el grupo. - Ahora que se fueron, no necesito continuar con la farsa. ¿Ya deben suponer que pasa aquí, no? ¿O el único que se a enterado fue Apolo? - Dijo, sin perder la postura autoritaria ni demostrar el mínimo de simpatía.

Unas gotas de sudor bajan por mi rostro, mientras apretaba la boca. Contemplar el exterior, no fue muy buena idea. Despertó en mi la ira contra la niña, mezclado con mi pobre juicio a no buscar una alternativa mejor a venir hacia aquí. La señorita tenia toda las característica de ser la típica que depende de los demás para lograr sus objetivo, como deseaba golpear su rostro.

Respire en forma rítmica, subiendo y bajando el pecho. Me concentro en la actividad mental de contar números en mi imaginación, como ovejas pastoreando el pasto. Ya caí presa de la ira una vez, no deseaba repetirla.

Mi vicio me reclamaba, pero quizás podría controlarlo y superarme-Me ignora, eso es bueno. Si mi mente esta tranquila, podre deslumbrar un plan.-mire la entrada, figuras difusas y unánimes que tambaleaban en mis ojos, pero quizás daba una leve esperanza, sera un dia de arrepentimiento y dolor. El cuerpo no daba para mas, pero de nuevo, lo forzaba al limite aunque me advirtiera que no siguiera.

Cita:

Su voz me agito mas, el pulso se me acelero. Aprieto los puños y estiro las manos hacia arriba mientras respiro. Disimulando un poco la pose, niego con la cabeza y suelto la suspirada. Me relaja algo los músculos, pero aun no estaba dominada de todo. Necesitaba espacio y tiempo, tales elemento era ajenos a este lugar.

Al menos, ganaría algo de tiempo mientras pienso que hacer. Ella no se tomaría tanta molestia en amenazarnos y llevarnos hasta aqui, si no suponemos una amenaza fuera de su control, solo hace faltar separar las distraciones de la profeta y ella hablara como es enrealidad: Una niña.

Cita:

Lo que temía, las sospechas de su traición se viene hacia nosotros. Mejor acabar esto cuanto antes, corro hacia la entrada del palacio.

Cita:

Apolo no tenía expresión alguna para la batalla que había tenido con la Profetiza, era lo que el temía y mas.

Creo que le debes una explicacion a los demas.

Dijo Apolo bajando la cabeza y cubriéndose con su sombrero, estaba tratando de mirar a la Profetiza, mas por la vergüenza de haber perdido ante ella.

Mientras Apolo desviaba su mirada, vio de reojo a Dido, vio como corría hacia algún lugar del palacio, Apolo se volteo y miro con mayor claridad a Dido, sea lo que sea que estuviera haciendo, no la detendria, tal vez ella era su oportunidad para hacer frente a la profetiza.

Ameri detuvo su discreto avance un poco confundido.
Viendo que precisamente los guardias comenzaban a irse. Más que calmarlo le causó un escalofrío.

Se mordió un poco los labios para ocultar su  incomodidad. Un poco de saliva se escapó por la comisura de la boca.
Que secó rápidamente con el reverso del brazo, mientra le veía como un animal que no sabía si actuar o escapar.

“- … quizás he malinterpretado las cosas, Nana”
Se quedó quieto unos momentos aun vigilando a la profetisa.
“- Espero que no lamentemos nada.”
“- He sentido cosas, pero nada en limpio.”
Sacudió la cabeza tratando de aclarar su cabeza.
“- Me he distraído, además estuve pensando de más”
Murmuró avergonzado.
Comenzó a escuchar a dido golpear cosas, bajo sus orejas y no quiso voltear a ver.

- Oh, entonces sigan en la ignorancia, así gano más yo. - Respondió a lo que había dicho Apolo rápidamente. - Supe que esos Mentibus Ilustrata tenían grandes conocimientos, y si querían algo en una zona de anomalía como esta ciudad, probablemente estuviese relacionada con objetos de anomalía. - Dijo, hablando directamente con Apolo. - Pero por alguna razón, aun no encontré nada de ellos aquí, pero todo apunta a que vinieron para esta ciudad hacen algunas décadas. ¿Mi deseo? Que encontréis donde ocultaron los miembros de Mentibus Illustrata sus herramientas en esta ciudad. Tengo mis razones para creer que las dejaron aquí, ocultas, en algún lugar. - Habló, poniéndose más seria. - ¡Y a donde diablos fue esa anciana...!

Dido pasó por los pasillos corriendo lo más rápido que su edad permitía. El sitio dejó de parecer lindo y calmante para volverse laberíntico y opresivo delante de la situación en que se encontraba la Irongrad de Sangre.

No tardó mucho en llegar a los portones por donde habían entrado, hallando a los dos guardias aun parados en la puerta, repasando las ordenes a los Irongrads montados en aquellas bestias insectóides. Las columnas que sujetaban el techo de la entrada se encontraban al lado de estos.

- ¡HEY! - Uno de los soldados la vio, haciendo con que todos centrasen su atención en ella.

“- Soy malo con estas cosas, por eso quiero saber mas cosas.”
Con una tristeza actuada o verdadera mira a Nana cabizbajo.
“- No se porque preguntas, si ya “sabrias la respuesta”... “
Camina un poco mas hacia ella, dejando bastante atrás la zona de almohadas.
“- Nana… que vendrá a continuación, según tu premoniciones?”
Le mostró sus dientes filosos en una sonrisa, amigable, pero incomoda de cierta forma..
“- Me consume la curiosidad”
Se veía que quería mantener la compostura. Pero el autocontrol se le estaba agotando.

Finalmente llegó hasta la zona del trono, donde se sentó en el suelo meneando su cola cerca de Nana. Esperando una respuesta a una de sus dudas con una expresión inocente.