Partida Rol por web

 La mañana llegó con un calido sol, que calentaba las ventanas de los edificios, aunque unas nubes se acercaban por el horizonte. Los investigadores bajaron a desayunar junto con el señor Cornelisz. Las tostadas y el café caliente lograron asentar un poco sus nervios auqnue el señor Cornelisz se seguía mostrando preocupado, por mucho que trataran de animarlo. Solo quedaban unas horas para el encuentro.Jacob se pusó una corbata amarilla, como le habían indicado los secuestradores, que destacaba con su traje marron oscuro. 

Cuando todos habíais terminado de desayunar se quedó expectante preparado para levar a cabo el intercambio. 

Mientras todos se preparaban para el intercambio el inspector Hudson se entró en una habitación para preparar su arma. Tendría que asegurarse que de necesitar usarla no hubiera problemas.
Cuando salió estaba preparado para irse y pudo ver al señor Cornelisz con la indumentaria que los secuestradores le habían exigido llevar.

Después de todo esto vamos a tener que hablar de muchas cosas Jacob. Hudson no olvidaba todo lo que habían descubierto mientras estaban en la casa Cornelisz.

Muy bien, creo que lo mejor será que dejemos al señor Cornelisz unas calles antes para que llegue andando. Es mejor que no lo vean con nosotros. Pero sería recomendable que alguien más fuera a pie en la zona del intercambio. El resto puede quedarse en los coches para ir haciendo pasadas y seguir a los secuestradores en caso de que cojan algún vehículo.

Peter, preparó concienzudamente su pistola, por si tuviera que utilizarla a pesar de que era lo último que esperaba y salió para reunirse con los demás.

Sr. Hudson, ?puede describirnos el lugar del intercambio, para hacernos una idea por adelantado?

Samantha pidió un café negro, bien negro y sin azúcar. Como pocas veces fue posible verla fumar en público, algo muy poco común en ella, por no decir que casi nunca visto para aquellos que la conocían bien y se contaban entre sus cercanos. Se la veía más seria que de costumbre, silenciosa... ¿malhumorada?. Difícil saberlo, pero de que su talante era más grave que el habitual no cabía duda.

Vestía de modo sencillo, casual, ropa de diario como la que lleva cualquier dueña de casa. Nada que llamase la atención y que, por tanto, le permitiera mimetizarse entre la gente del sector. Había tenido la precaución de observar a las mujeres que caminaban por las calles aledañas a la zona del intercambio cogidas del brazo de su marido... o algún amante.

-Yo iré a pie. Repararán menos en una dueña de casa que en un ustedes.

Parece que todoestá listo para el intercambio. Mi mente se desvía haci mi sobrino Jack, si fuera él el que estuviera secuestrado, yo estaría volviéndome loco. Me siento bastante nervioso pues quiero que esto salga bien.

-Tenga cuidado, señorita Clarkson... Si es necesario yo podría acompañarla-le comento tratando de ser amable.

Coloco mi chaqueta con cuidado abotonandola despacio.

Erik, no será necesario, yo acompañaré a la Samantha... tras una pausa y meditar lo que decía Peter, se pensó lo que decía...

Disculpe Señor Sauch... no quería parecer brusco, pero me gustaría acompañar a mi compañera en este lance, si no tiene inconveniente.

Podría acompañar al Sr. Hudson en el coche y así no estaremos solos.

Tras esto se dió cuenta de como iva vestida Sam. Siempre cuidadosa en todos los aspectos.

Luego se miró a si mismo... No destacaba por nada... no era pulcro a la hora de vestir, aunque la ropa no era de mala calidad, tampoco era excepcional... Simplemente vestía así. No llamaría la atención.

Mis ojos se centran en el señor Blood.

-Sin problema, vaya usted con ella-contesto serio mientras termino de abotonar mi chaqueta-. Yo iré con el señor Hudson en el coche-comento mientras compruebo que llevo todo lo necesario en mis bolsillos de periodista.

Perfecto, no voy a poder librarme del periodista nunca.

Era temprano y el detective no estaba por la labor de comenzar una discusión justo ahora que tenían que irse, pero...

... más vale que estén atentos a todo, seguramente intentarán despistar a cualquiera que pudiera seguirles, algo que suelen conseguir fácilmente con gente que no está habituada a este tipo de trabajos. Con aquellas palabra y la mirada intentó dejar claro que aquello iba especialmente por la señorita y el periodista.

Se terminó de abrochar la gabardina y agarró el pomo de la puerta. Será mejor ponerse en marcha. Abrió la puerta y salió.

 Al cabo de un rato de debatir como se dispondrian los investigadores, junto con Jacob, se dirigieron con dos coches hacia la estación de la calle 45. Un par de manzanas antes dejaron que el señor Cornelisz se bajara y fuera andando hasta la estación con el fin de no levantar sospechas. El retso llegó hasta la zona de la estación.

La calle 45 era una calle sencilla y recta,cercana al puerto y repleta de gente con abrigos grises que iban con prisas a realizar sus asuntos. Frente a la estación habia un pequeño quiosco de prensa. No había demasiado trafico y no fue complicado aparcar en aquella zona.

Peter y Samantha salieron del coche y bajaron las escaleras hacia el metro. Al otro lado de la calle aparecía el señor Cornelisz con el maletín.

 La calle estaba tranquila, había un par de personas fumando cerca del quiosco de prensa y un barrendero limpiando la calle ademas de la cantidad de gente que pasa sin cesar. Pese al sol, hacia fresco y la chaqueta y el sombrero eran de agradecer. Desde el coche podeis observar como Jacob se dirige sin interrupción hacia el metro. Tan solo quedan unos 15 minutos para el intercambio.

 Bajando las escaleras y pasando las taquillas donde se compran los billetes, hay unas amplias y grandes escaleras que llevan hasta los andenes. A la derecha de una de estas hay una cinta de seguridad y un cartel roto,con trozos de cristal y plastico por el suelo. Seguís observando a medida que bajais hasta los andenes y contemplais el lugar. Es una estación bastante amplia y con varios carriles, en uno de estos andenes hay un cartel con un vaquero sonrriendo y un paquete de tabaco de la marca Lucky strikes. Ese es el cartel que mencionaba la carta. Por lo demas, los andenes estan llenos de gente esperando y subiendo o bajando de los trenes. Muchos de ellos con maletas grandes y de aspecto pesado. 

-Entonces... ¿Cada uno por su lado, como si no nos conociéramos o nos hacemos pasar por pareja? -preguntó alzando la voz lo suficiente para que Peter y nadie más que Peter la oyera. Giró la cabeza. ¿Se había sonrojado?

-Voy a tratar de situarme en un punto donde pueda tener visual de ambos lados del cartel, en el mismo andén, y voy a fingir que busco entre los pasajeros que descienden a alguien al que espero. Así, creo, será más fácil justificar el que no aborde tren alguno. ¿Estás de acuerdo o tienes otra idea mejor?

Hudson miró su reloj. 15 minutos. Era probable que anduvieran por allí los secuestradores.

Esté atento señor Sauch, deben estar por aquí ya. Si están haciendo bien las cosas querrán asegurarse que el señor Cornelisz verdaderamente a venido solo.

Bajó un poco la ventanilla y encendió un cigarrillo. Tendría tiempo de fumarselo antes de que todo empezara.

En mi vida nunca me he sentido tan nervioso y a la vez tan emocionado ante una misma situación.

-Sí, señor Hudson, estaré atento.. si algo se me ha cultiva todos estos años como periodista ha sido el darme cuenta de las cosas que pasan a mi alrededor y que no haya nada que se me pase por alto-le respondo mientras miro por la ventanilla mirando si hay algo fuera de lo común o que llame mi atención mientras Hudson se enciende el cigarrillo.

"Quince minutos...." pienso después de mirar el reloj.

 Jacob ya se había colocado en frente del cartel y llevaba esperando unos minutos, cuando un crio de unos diez años. Vestido con pantalones cortos y bufanda, se acercó a él y pareció darle algo, despues se alejo y se perdió entre la multitud. El señor Cornelisz os miró un segundo, algo nervioso, y se dirigió al anden numero tres, donde en menos de un minuto llegaría un tren...

 El tiempo parecía pasar lentamente, ya habían pasado casi diez minutos. Seguramente el intercambio se iba a llevar a cabo o estaba a punto de hacerse. Pero fuera del coche todo parecia ocurrir con normalidad. La gente caminaba de un lado para otro, sin fijarse en los demas. Cada uno sumido en sus propios pensamientos.

Peter, escuchó la propuesta de Sam y se sorprendió enormemente ante la propuesta que por otro lado era lógica...

Podría besarla para hacernos pasar por pareja?. No, Peter, esas no son formas.

Sam, deberíamos ir por libre... Alcanzó casi a balbucear, mientras Sam, salió andando con su propuesta.

¿Se ha sonrojado?... Seguro que ha sido mi imaginzación.

Cuando el Señor Cornelisz, se puso a esperar el tren, Peter, se acercó al tren simulando leer un periodico que había comprado en el quiosco, manteniendo siempre la visual con Sam y el objetivo a seguir.

Sam siguió la escena desde prudente distancia, procurando mezclarse entre la gente y no llamar la atención, aunque procurando no perder de vista al señor Cornelisz. Había mucha gente en la estación yendo de un lado a otro. Hablando, riendo, otros discutiendo. Algunos solos, muchos acompañados. Podría tratarse de cualquiera.

El niño se había perdido entre la gente, ya no tenía posibilidad de hablar con él y mejor que no lo intentara ya que de seguro la persona que le pagó para entregar lo que sea había entregado a Cornelisz, estaría observando y mejor era no hacer nada que pudiera delatarles.

En Efecto allí estaba el tren. No tardó en bajar la gente, que como siempre en la gran manzana, iba con prisas. Solo en un fugaz instante pudisteis observar la cara del señor Cornelisz que os miró nervioso antes de subir al tren...

Peter, intentó mantener el contacto visual entrando un poco después que el Sr. Cornelisz al vagón del tren, manteniendo la visual como Sam...

Tengo un mal presentimiento con este caso, pero no se porque motivo... Creo que aún no hemos identificado en lo que estamos metidos.