Partida Rol por web

Le habia parecido distinguir algo, pero como no estaba seguro siguió intentando ver algo. Estaba en tension, en esa sala habia un dragón y tenia que estar apunto de atacarle.

Mientras te adentras en la cueva que hay en la sala notas como si algo volase a tu alrededor, en efecto parece que allí está la dragona contra la que debéis enfrentaros. Pero lo que no esperabas es que no fueras a ser capaz de localizarla. De pronto, un chorro de ácido impacta en tu cuerpo. Por suerte logras esquivar gran parte de él, pero al final sientes como quema tu brazo. En algún lugar la dragona estaba escondida y no eras capaz de localizarla, por mucho que miraras en la dirección de la que había salido el chorro...

Yago alzó los brazos iluminados y avanzó lentamente con mucha cautela hacia el lugar de donde había venido el ácido. Iba atento a cualquier cosa y rezaba para que el dragón no lo engullese de un mordisco.

Chicos, esta aquí dentro pero no logro encontrarla. Tenéis algo de luz. - grito Yago a sus amigos.

Debemos entrar ya todos. Al igual que nosotros hemos escuchado a Yago, la dragona también, así que hemos perdido el factor sorpresa. Cuando entremos, dispersaos y atacad desde diferentes puntos

Sarth se asomó por la puerta y convocó algo de luz en su bastón.

El mediano encendió una antorcha y trato de divisar al enemigo.

Esta caverna natural es oscura y seca, aunque en el aire sopla a través de ella puede distinguirse un matiz intenso claramente ácido. Podéis atisbar el brillo de la plata y el oro en el borde de la zona que alcanzan vuestras luces, y tenéis la clara impresión de que algo se está moviendo en las sombras.

-"DRAGONAAAAAAAA.... HEEEEEEE... VEN POR MIIIIIIIII........"- Gritó Zhirkan a lo lejos, buscando un lugar estrecho donde esconderse por si las moscas. 

Sarth escudriñó desde la puerta. Le temblaban las piernas y estaba a punto de salir corriendo. Pero aguantó lo suficiente para buscar al enemigo entre las sombras y preparar un conjuro

Zhirkan se puso a dar grandes gritos que resonaron por toda la cueva, de pronto un nuevo aliento brotó de un rincón de la pared. La dragona estaba en algún lugar escondido de la cueva y no había manera de que lograseis localizarla.

La cueva estaba demasiado oscura y tenía demasiados recovecos como para encontrarla. Por lo que el ácido de la dragona dio al gritón de Zhirkan y a una distraída Tara que acaba de entrar en la caverna.