Partida Rol por web

¡Ponéos a cubierto!, intentaré atraer su atención - gritó Yldamar mientras se parapetaba tras la camilla de su derecha y abría fuego con su blaster.

¿Cómo de altas son las camillas? ¿Están cubiertas por debajo o solo tienen la parte superior y patas?

Estoy pensando en la posibilidad de que Holdon se cuele por detrás de la camilla para sorprender al droide. Pero si no hay dónde cubrirse, no es muy viable.

¿Se le ve algún punto dévil un el robot? Eso casi mejor si Holdon se logra acercar.

Yldamar se mueve rápidamente ante la amenaza y sus disparos impactan en el pecho del droide causando estragos en su armadura cerámica.

Haciendo gala de su habitual frialdad Elirion actua con rapidez cubriéndose con una camilla y disparando a la cabeza al droide médico desenfundando su pistola.

Elirion dispara apresuradamente y se cubre con el tanque médico más cercano. El disparo erra el blanco arrancando chispas de la pared tras el droide.

Holdon se cubrió con el tanque médico que le separaba del robor, descargando su pistola hacia las luces que delataban la posición del enemigo.

Holdon descargó su pistola blaster y se refugió tras la pared. Uno de los disparos impacta en la armadura cerámica del droide sin deja consecuencias. La maldita armadura de de acero cerámico ha desviado el daño, los elvinor dela Viejo Imperio eran famosos por hacer verdaderas maravillas con el acero cerámico, solo igualados por los enanos y su areolita.

Tithon rodó por el suelo en dirección a la puerta de proa, tratando de esquivar todos los disparos de blaster. Los fragmentos de vidrio saltaron a su alrededor. Cuando llegó a la puerta está se abrió revelando un corredor transversal que describía una amplia curva. El joven piloto buscó cobertura con el marcó de puerta.

Segis se revolvió sorprendido y trató de esquivar los disparos blaster de droide. Con una mueca de disgusto comprobó que no había sitio tras los tanques de recuperación médica.  Encaminó su carrera a la posición de Holdon, la posición más cercana con una cobertura aceptable.

El droide dispara inclemente sobre sus pasos tratando de cazar al humano rezagado que busca cobertura.

Yldamar sabía que sus primeros disparos fueron afortunados, tendría que asegurar mejor esta vez si quería acabar con el droide médico.

Sin embargo, los antiguos dioses élficos no estaban con él puesto que, aunque el disparo impactó en el blanco, lo hizo en el centro del fuertemente acorazado pecho del autómata, sin causar aparente daño.

Elirion dispara desde su posición, esperando esta vez acabar con su enemigo apuntando de nuevo a la cabeza del droide médico. 

El droide se tomó unas décimas de segundo para recalibrar las amenazas después de la salva de blasters a la que los héroes le habían sometido. Los humanos no eran una prioridad, Yldamar sí. La unidad elvinor avanzó unos metros hacia el centro de la sala, dejando expuesto a Yldamar. Abrió fuego a quemarropa antes de que los dos élvinors tuvieran tiempo de reaccionar, alcanzando a Yldmar de lleno. Las anillas ionizadas de la armadura saltaron allá donde el blaster mordió la piel.

El combate se había convertido en una una brutal ensalada de blasters en la que los elfos devolvieron el fuego. El disparo de Elirion rebotó en la piel cerámica del droide sin hacerle mella, el movimiento osado de la unidad le había hecho perder pie. El noble apretó los dientes, no volvería a pasar. El intercambio de disparos de Yldamar no tuvo mejor suerte. La armadura cerámica encajó el disparo del mercenario que solo había combatido tan encarnizadamente en las lunas de Denobula. ¡Casi podía tocar a su oponente!

Tithon intenta buscar un ángulo de disparo desde su posición, a través de la puerta superior, y abrir fuego desde ahí mientras les grita a sus compañeros: ¡Vámonos de aquí!, quizá ese cacharro sólo este programado para defender esta sala y no nos siga, no parece que nuestros blasters le hagan ni cosquillas!

El disparo de Tithon pasa zumbando por encima del droide.

Tras el instinto incial de ponerse a salvo algo se revuelve dentro del técnico. Los momentos en los que todo dependía de cortar el cable adecuado en Mozrón vuelven su memoria. Ha pasado por momentos más peligrosos que este cuando desactivaba artefactos de la UGAHD. No va dejar sin protección a sus compañeros. Segis empuña su blaster con rostro severo y dispara saliendo de la cobertura tras Holdon.

Bingo! El disparo impacta en una de las fisuras de la placa cerámica provocadas por los disparos de sus compañeros. El droide recula recalculando el momento para no perder pie. El daño es intenso, la unidad apenas puede recuperarse pero aun se mantiene en pie.
 

Con la nueva posición del droide Haldon se dió cuenta de que su cobertura no sería de ayuda, era mejor pasar a la ofensiva, se desplazó para acortar la distancia con esa cosa mientras descargaba su pistola sin parar.

El primero de los disparos de Holdon falló por escasos centímetros pero el segundo dio en el blanco. Sin embargo la armadura cerámica del droide desvió los daños. La unidad médica recalibró las amenazas y abrió fuego hacia Segis, el humano que le había causado mayor daño recientemente.

El impacto es directo. Las placas implantadas en al piel de Segis poco pueden hacer para parar el disparo del blaster quirúrgico. El técnico cae hacia atrás con el pecho humeante, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Ligeramente encorvado, intentando no mover la zona quedama por el blaster médico, Yldamar se incorporó de su posición tras el tanque médico - ya no tiene sentido esconderse, si no acabamos con este droide pronto aquí se acaba todo - pensó el mercenario mientras disparaba al droide a quemarropa.

Aún así, la dama fortuna se mostró esquiva una vez más y aunque el plasma súper cargado de la desgarga blaster impactó en el cuerpo metálico de su objetivo, se disipó sin daño aparente.