Partida Rol por web

La tranquilidad de la noche os inquieta. Sin duda no debéis andar demasiado lejos de la base de esos cobardes goblins aunque lo único que se escucha es el infinito parloteo del mediano Lindel.

De repente, unos crujidos seguidos de un par de gritos os ponen en alerta. Volvéis vuestras cabezas y en el lugar donde debían estar el mago Kaliber y Lindel, junto a Niké, hay un enorme agujero, que al parecer estaba camuflado, de profundidad desconocida.

Un brusco sonido os indican que ambas víctimas han alcanzado un fondo no demasiado profundo, aunque no alcanzáis a ver más que oscuridad.

Niké, aún estupefacta ante lo sucedido, se arrodilla junto al agujero con la falsa esperanza de poder ver el fondo. Con voz grave grita: - ¿¿¿Podéis oirme???

El golpe ha sido más que brusco. Lindel y tú os levantáis con esfuerzo y con la cabeza dolorida por el impacto contra el suelo. Todo está muy oscuro pero una vez en pie enciendes la luz mágica de tu bastón con un ligero susurro con antiguas palabras arcanas y ambos descubrís con asombro que el lugar donde habéis caído contiene varias picas afiladas de madera. Por suerte hay un par de cadáveres de animales podridos (por el tiempo que deben llevar ahí) y eso ha impedido vuestra más que segura muerte.

Lindel resopla de alivio y se olvida momentáneamente de lo sucedido para observar el interior. Alumbras con tu bastón y podéis ver una especie de cueva subterránea y un largo y estrecho pasillo que lleva hacia la oscuridad. Por el momento parece el único camino viable.

Es entonces cuando escuchas la atronadora voz de Niké, la Roja.

Knoss se acerca hacia el agujero esperando que sus compañeros estén bien. Los goblins eran criatura traicioneras y no descartaba la posibilidad de estacas y veneno ...

Enciendes el cetro y la luz "se hace" a vuestro alrededor. La visión era ya suficiente para distinguiros gracias a la luz proveniente de la luna, casi llena y con los cielos despejados, pero ahora conseguís ver con mucha más claridad.

No se ve el fondo del agujero, pero a unos 10 metros aproximadamente alcanzáis a contemplar un pequeño punto de luz en movimiento. Parece que vuestros compañeros (Lindel y Kaliber) han sobrevivido, aunque aún deben estar aturdidos pues no han contestado al grito de la Roja.

El anciano saca una cuerda de su mochila y se prepara para que alguien baje por ella.

-No perdamos tiempo, que alguien baje a comprobar su estado.-

Mientras su gato tantea la abertura con intención de saltar dentro.

Me asomo al hueco, con expresión de divertida curiosidad -Ji ji ji. Pero que patosos soys ... - Bromeo en mal momento y vuelvo a fijarme en nuestros alrededores. Bien podría ser un buen momento para atacarnos. Yo lo haría ... Por ello escudriño la oscuridad entrecerrando los ojos. Quizás esperando ver otro par de ojos que nos miran.

Si no se aprecia peligro alguno me ofreceré por bajar la cuerda que prepara mi padre, si el (tonto)gato no quiere.

Apunto mi luz hacia lo alto del agujero y digo con voz suave, pero suficientemente alta para que me oigan los de fuera:
- Estamos bien. No he podido mirar demasiado, pero parece que del fondo del agujero parte una caverna que se extiende hacia la oscuridad. En cualquier caso, si tiráis una cuerda, supongo que ambos podríamos salir de aquí. Pero mientras Lindel sube, yo echaré un ojo por aquí.
Dicho esto avanzo con la mayor cautela posible por la caverna que tengo delante.

Lindel se niega a subir tan rápidamente y sus ojos cargados de curiosidad parecen motivados ante la idea de "aventurarse" a través de una oscura caverna.

- Vamos, vamos - suplica el mediano al mago Kaliber - Por Avandra que apenas abriré la boca.

Tanto Knoss como su hija Titiana (acompañados por supuesto del gato) deciden bajar no obstante para tal vez ojear ellos también la profundidad de dicha caverna.
Cuando ambos bajáis, contempláis un par de cuerpos putrefatos clavados en tres picas que hay en el fondo del agujero. Si no fuera por ellos, tal vez el mago y el mediano no lo estarían contando en estos momentos.
Por su parte, la Roja ha decidido quedarse haciendo guardia en la superficie, custodiando además la cuerda que os ofrece al resto la única vía directa de escape.

Frente a vosotros se extiende un oscuro pasadizo subterráneo de un par de metros de alto por tres de ancho. Huele a humedad y estancamiento, pero parece seguro de atravesar sin que se os venga la tierra encima. No alcanzáis a ver el final por lo que debe extenderse largamente hacia la oscuridad, ya que no está dotado de antorchas ni ningún otro tipo de iluminación.

Knoss observa los cuerpos con cierto desagrado y se pregunta como es que Lindel no se ha quejado, probablemente ni se haya dado cuenta o no estaría tan feliz por aquí abajo.

-Bueno, no perdemos nada por examinar este túnel, quizá hallamos algo útil.-

El anciano vistani manda a su gato por delante con un chasquido de la lengua, esperando que sirva de explorador sigiloso del grupo.

Ya en el fondo de agujero, sacudo mis pies descalzos con las manos, antes de sentarme en el suelo para poder calzarme unas botas - No vaya a pisar algo asqueroso.

De nuevo en pie, ahora con unas toscas botas demasiado viejas y que ni siquiera son iguales entre si, vuelvo a colgar mi mochila a la espalda mientras veo al gatito de Padre perderse en la socuridad. - Y se fue el minino, el minino se marchó, dejando tras su cola el silencio sordo de sus patas ... - anuncio casi cantando para mi misma - Halló tesoros y montones de monedas, junto el gran dragón rojo. - Oh ! ¿ Que haces aquí pequeño felino ? - Pregunto imponente con un rugido. - He venido a arrancarte los huevos, pedazo de cabrón.

Se me escapa una risa contenida con mi propia gracia, que me impide seguir contando tonterias.

El mediano Lindel parece temeroso ante el tétrico cuento de Titiana. La observa con la mirada gacha y cuando ésta lo percibe ríe trémulamente, lo que incomoda aún más al halfling. Sin duda la tribu de medianos de esta parte del mundo son curiosos pero demasiado crédulos y bonachones.

Avanzáis lentamente pero a paso seguro a través de la cueva subterránea con la certeza de que la Roja aún seguirá ahí arriba aguardando vuestra vuelta. La intensa luz que emite el bastón del mago no es suficiente para alumbrar más que unos metros más allá, y la oscuridad parece eterna. Unos 500 metros más adelante encontráis un par de agujeros en las paredes a ambos lados del camino. Su tamaño es de apenas el cuerpo del mediano y sus entradas aparecen plagadas de telarañas, con lo que deducís hace tiempo que están así. En cualquier caso, el gato se muestra reacio a penetrar por las pequeñas cavidades, por lo que seguís adelante en vuestro camino.

Otros 300 metros más allá Titiana se pone alerta y masculla un CHSSSST acompañado de un gesto con la mano. Con un susurro, el mago apaga la luz mágica de su bastón y escucháis algo que proviene de unos metros más adelante, donde también véis una débil luz.
Os acercáis con extrema cautela y observáis una amplia sala de piedra con una puerta cerrada y grande de hierro al fondo. Hay dos goblins armados con lanzas al parecer haciendo guardia, aunque por suerte os detuvisteis a tiempo y no os han descubierto.

Podéis volver por donde habéis venido o tratar de alguna manera con los goblins. ¿Qué hacéis?

Miro a mis compañeros y trato de decirles por gestos que me dispongo a atacar a los goblins. Sería importante acabar con ellos pronto para que no den aviso a los siguientes. Por eso, preparo un hechizo a distancia y luego corro hacia ellos, independientemente del efecto, para tratar de bloquearlos cuanto antes.

Knoss intenta sujetar el brazo del otro mago mientras susurra:

-No podemos abalanzarnos sin mas, debemos coordinar un ataque o darán la voz de alarma ... no creas que podrás dejarlos KO a los dos con un simple hechizo.-

-Si tan solo tuviéramos alguien versado en el arte de las sombras ...-

Mirando a Knoss susurro: - De acuerdo, coordinemos... yo cargo contra ellos descargando mis hechizos, tú atacas desde la distancia, tratando de inmovilizarlos con tu magia y tu hija que les dispare a las piernas para intentar que no se muevan. Lindel, amigo, será mejor que te mantengas al margen de momento.

-Tengo una maldición que amedrente el espíritu y postra a los enemigos, pero solo funciona a corto alcance, con lo que tendré que cargar contigo.- El anciano mira a su hija, esperando que plantee su acción u opinión.

Espero a que Titiana hable y luego digo - OK, a la de tres, uno..., dos... y tres!