Partida Rol por web

Aventuras en Basuralandia (+18)

Capítulo III ~ Nuevos aires.

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18/07/2020, 16:24
Daniel García

Mientras Choa lloraba, el tiempo pareció detenerse para Daniel. Solo escuchaba sus sollozos, sentía su cuerpo sacudirse entre lágrimas, y como el lo único que hacía era acariciarla, intentando reconfortarla. No fue hasta que ella terminó de llorar y se dio la vuelta, y sus miradas se cruzaron, que el joven fue consciente de que por primera vez en su vida, estaba abrazando a una chica. Sus cuerpos estaban tan cerca el uno del otro, que podía sentir sus formas femeninas, y eso, unido a la situación, hizo que un ligero rubor surgiera de las mejillas del chico, sonrojándose un momento ante los ojos de la gata.

-No pasa nada, ¡tenemos que ayudarnos!- Dijo enérgicamente el chico, cuando Choa se hubo separado.

Justo en ese momento el mensaje saltó en su visión, y Daniel sonrió muy contento al verlo. Parecía que después de todo lo había hecho bien, dentro de lo que cabía. Tuvo que volver a la realidad, pues las palabras de la gata le hicieron acordarse de que prácticamente estaban viviendo en un estercolero. Por suerte había una escoba y algunos paños para que pudieran limpiar.

-Tienes razón, ¡vamos a dejar esta casa como nueva!- Exclamó, y echó a correr con decisión hacia la escoba...hasta que sus dolorosas agujetas lo hicieron cojear de forma notable -Auch...creo que mejor con calma.

Daniel se quitó la espada, para dejarla apoyada contra una pared, y tomar en su lugar la escoba. El chico daba un poco de pena barriendo, ya que en su casa su madre era la que hacía casi todas las tareas, y el no tenía mucha idea, aunque eso era algo que se podía esperar de un noble. Pero poco a poco, le fue cogiendo el truco, eliminando el polvo y la suciedad del suelo, y dejándolo más presentable.

-La otra habitación está mejor, creo que no la has visto- Comentó mientras se afanaba por limpiar. No sabía que pasaba, pero siempre se dejaba alguna pelusa por recoger -Hay una espada clavada en el techo, puede que con ella se hicieron los cortes en las paredes. Pero de momento la he dejado ahí...- Sabía que Choa aún no estaba bien del todo, así que intentaba darle conversación. Realmente le intrigaba la katana y las palabras en japonés, pero tenían tiempo de sobra. ¡Ahora tenían que convertir esa casa en un hogar!

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18/07/2020, 16:42
Narración

Al ver tu respuesta adolorida la chica sonríe y suelta una carcajada, quizás por primera vez la vez reír de ese modo o quizás su relación ha mejorado lo suficiente como para poder disfrutar el momento, en ese momento exacto ambos cayeron en la cuenta de lo mal que estaban, quizás Choa estaba mejor por haber recibido tratamiendo, pero su cuerpo estaba muy fatigado, pese a que su condición física era notoriamente mejor que la tuya el peso psicológico le hizo sentir como de yeso al momento de correr. 

- ¡Así se habla nya! - Exclama nuevamente con confianza, como la Choa que conociste por primera vez, no, mejor porque ahora estas viendo otra faceta de ella - Te mostrare el poder de una chica haciendo tareas hogareñas.  

O así debería haber sido... 10 minutos después. 

- ¡No, Nyaaaa! - El caos exploto - ¡Un bicho, un bicho! ¡Un bicho en mi pelo! 

En medio de la nube de polvo que se levanto mientras ella sacudía las esquinas para retirar las telas de araña que estaban en todos lados, puedes ver a la gata sacudiéndose de forma frenética el cabello, hasta que de el salta el cascaron vació de una arña, una enorme cascara de araña muerta hace ya tiempo pero no dejaba de ser impresionante. 

- ¡Un bicho, un bicho! - Exclama en pánico. 

Pues si, pese a ser una amazona guerrera, capas de cargar de frente en una emboscada, enfrentar a un temible adversario con poderes mágicos, enfrentar un ratón lanzallamas, al parecer esta musa gatuna le tiene miedo a los insectos, pero es un miedo muy diferente a esa atmósfera de desesperación que sintieron al escapar de la emboscada, quizás hasta parecía un miedo bastante tonto e infantil... pero no dejaba de ser una araña del porte de una mano, al menos ya estaba muerta. 

Y en resumen, no solo paso eso, sino que Choa es tan mala como tu encargándose del aseo... ambos apestan en ello. 

 


 

Tras calmarse un poco la cosa (tras unos cuantos incidentes de mas cascaras de arañas muertas) y dejar un poco mas presentable la habitación de espacio común de la casa se dan cuenta de dos cosas, la primera es que pese a las marcas en las paredes, no parecía un lugar tan malo como era a primera vista, antes era un verdadero vertedero, pero al menos ahora se iba asemejando mas a un hogar como había sido tu intención inicial. Ambos terminaron bastante sucios, las ropas que les facilitaron estaban cubiertas de polvo, incluso sus caras estaban polvorientas, era evidente que este lugar llevaba ya un tiempo sin recibir actividad "humana" en su interior, y parecería que el mediodía se iba acercando. Fue entonces cuando hiciste el comentario de la habitación de la casa. Al entrar Choa suelta un suspiro. 

- Supongo que no hay cama... - Exclama algo desalentada mirando el montón de pieles, no muy grande - Pero no nos podemos quejar ¿cierto? 

Ambos se detienen un momento a mirar la espada en el techo. 

- ¿Como llego eso ahí? ¿Porque esa espada es tan rara? Parece un cuchillo enorme... - Exclama la chica con una expresión algo sombría.

El techo de la habitación estaba a unos dos metros y medio de altura, por lo que la chica se agacha y respira profundamente, antes de dar un gran brinco que quizás te recuerda un poco a como saltan los gatos, por como puede arquear la espalda tu compañera, alcanza a duras penas la empuñadura de la espada y queda colgando de ella. Hace un esfuerzo y apoya sus piernas en el techo para tirar de ella con fuerza. 

- ¡Nnnnngggg! ¡NNnnnnnNNNN!!! - Se queja Choa - ¡Esto está muy apretado! ¡Sea quien sea que lo puso allí tiene que haber tenido una técnica o fuerza muy desarrollada!

Y sin lograr su objetivo, la chica se suelta dando una voltereta en el aire y cayendo de pie abajo de la espada. Los gatos siempre caen de pie después de todo. 

 

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18/07/2020, 17:08
Daniel García

A Daniel le encantaba ver a Choa, así, más contenta y alegre. Por supuesto estaría un tiempo un poco mal, pero parece que la tarea de limpiar la casa servía para algo, y tener un objetivo común la ayudaba a despejarse. El chico suspiró al ver que, a pesar de sus intenciones, la gata era igual de mala que él para realizar tareas del hogar. Esperaba que no hiciera frío allí, o si tenían que encender un fuego, seguramente acabasen quemando todo.

-¿Una araña? Vamos...no será para tanto...- Dijo Daniel, acercándose con una sonrisa para ver el pequeño bicho...Sin embargo, en cuanto vio el tamaño de ese ser, su cara se tornó pálida. No es que le tuviera miedo a los bichos, sólo un poco de asco, pero esa cosa...esa cosa era monstruosa.

Afortunadamente, la araña estaba muerta, así como varias más que encontraron, y después de un rato, pudieron dejar la habitación mucho mejor que cuando entraron. Al final resultaba que la casa, de no ser por los agujeros del techo y los cristales rotos, no estaba tan mal. Eso si, lo habían hecho a costa de cubrirse de suciedad. Sus ropas, que antes eran blancas y limpias, ahora parecían grisáceas, con manchas de polvo, al igual que la cara y las manos de Daniel. Si hubiera habido un baño, ya la casa habría sido perfecta.

-No, no hay cama- Dijo una vez entró en la habitación para barrerla un poco. No estaba tan sucia como el resto, pero una pasada no le vendría mal -Tampoco creo que hay baño, pero igual hay algún río cerca. No tenemos comida...¡Nos queda mucho por hacer!

Observó divertido como Choa se sujetaba de la espada. La gata era tremendamente ágil, tenía que reconocer. Pero no tenía la suficiente fuerza para sacarla, pues a pesar de haber apoyado los pies en el techo, no consiguió moverla ni un ápice. No dejaba de alucinar con la forma en la que cayó, tan grácil, como un felino. Pero ahora era su turno.

-A ver...voy a intentarlo yo ahora- Fue un momento a la habitación principal, para traer la mesa y subirse a ella. Así, llegaba a la espada y además tenía los pies apoyados. 

A pesar de que su cuerpo estaba dolorido y cansado, más después de tener que limpiar, Daniel apretó los dientes, y rodeando la empuñadura con ambas manos, tiró hacia abajo. Los músculos de sus brazos se tensaron, mientras sus piernas se flexionaban para tirar hacia abajo. No parecía que fuera a moverse, e iba a darse por vencido, pero de pronto, pareció ceder un poco, y eso le dio nuevos ánimos.

-¡Choa! Sube y ayúdame, creo que podemos sacarla- Exclamó. Con la ayuda de la gata, lograron sacar la espada lentamente, aunque en el último tirón casi se cae de la mesa. Cuando la tuvo finalmente en sus manos, la miró con detenimiento. ¿Sería mágica también? Debía de tener un filo muy peligroso -Vaya...es muy bonita. Mucho mejor que la que tengo.

 

- Tiradas (1)
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18/07/2020, 17:33
Narración

 - Perdone usted príncipe - Dice la gata - Solo los nobles y los ricos tienen una habitación para bañarse, creo que si consigues una bañera es bastante afortunado... pero quizás... - Cierra los ojos concentrándose, concentrándose bastante - Creo que no muy lejos escucho agua fluir... ¿Un estero o riachuelo quizás? 

Cuando el trataste de sacar la espada y viste que no había caso, se te ocurrió la brillante idea de pedir ayuda a Choa, entre los dos tomaron el mango de la espada, que afortunadamente para ti era largo, quizás era una espada de dos manos después de todo... pero ambos, haciendo un esfuerzo al máximo, lograron su objetivo, cayendo ambos sobre la mesa sentados, pero con la espada liberada. 

La katana en cuestión era hermosa, y bastante pesada, se notaba que era un trabajo de un artesano destacado, pero sientes que hay algo siniestro en la espada, pero no puedes decir exactamente que, es mas que nada una sensación extraña. Por su parte el metal del filo es oscuro, no es acero, pero Choa parece sorprendida al mirarla. 

- ¿Es esto mitrilo? - Pregunta en confusión - ¿Que hace una espada así clavada en está casa? ¿Es realmente una espada? Deberías tener cuidado... puede ser un arma mágica. 

Choa parece temerosa al respecto, pero han logrado su objetivo. Ahora solo les faltaba terminar de ordenar esté lugar, ya mas reparaciones necesitarían recursos, entonces estarían liberados de las tareas de aseo. 

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18/07/2020, 17:52
Daniel García

Daniel se quedó mirando el filo bastante interesado. No parecía un arma que una persona común pudiera poseer. Probablemente estaría incluso fuera del alcance de alguien como Efir. A pesar de ser un arma, la manufactura era tan buena que parecía una obra de arte. Había visto muchas katanas en películas y series, pero ninguna con la hoja negra.

-¿Mitrilo?- Preguntó, no conocía el material -No se, es un poco extraño. Mañana podríamos ir al pueblo a buscar trabajo y de paso, enterarnos de qué ocurrió en esta casa.

Haciendo caso a Choa, Daniel fue precavido con el arma y ni siquiera tocó el filo. Cuando se bajó tomó uno de los trapos, el más grande, y envolvió la espada con él, para dejarla apoyada en un rincón. Después volvió a llevar la mesa a la habitación principal. Que la gata fuera capaz de escuchar el agua fluir dentro de aquella casa, era algo increíble, y Daniel pensó que debían sacarle provecho al riachuelo. Además, era mediodía, y la temperatura afuera debía de ser perfecta.

-¿Quieres que vayamos a asearnos? Luego podemos ir al pueblo a por provisiones, tengo algo de dinero...- Sugirió. Podrían esperar un poco, y hacer una deliciosa cena. Seguro que los productos en un lugar alejado de la capital como aquel eran más baratos.

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18/07/2020, 18:04
Narración

Entre los dos no tardaron mucho en limpiar aquella habitación, mientras tu terminabas de barrer, Choa se llevo al exterior las pieles y cueros que conformaban su "nidito de amor", es decir la rudimentaria cama del lugar y las sacudió bastante, levantando nubes de polvo. Una vez volvió y las coloco en su sitió, ambos estaban aun mas sucios que antes, entre el polvo y la transpiración, escucha tu propuesta y comienza su actuación. 

- Ara ara~ - Exclama la chica gato burlándose de manera amistosa - No sabía que mi cuerpo de bestia sea del agrado de un humano noble como tu... recibir atención sobre este cuerpo mio, me muero de vergüenza.

Se lleva ambas manos a su rostro y se mueve de derecha a izquierda, aunque claramente te está molestando, pues cuando aun eran poco mas que desconocidos no se molesto en absoluto en mostrar su cuerpo desnudo ante ti, de hecho en esa ocasión parecía que sus roles estaban invertidos. ¿Los humanos de esté mundo serán así de liberales, o será una cosa de la raza de la chica, o de la gata en particular? 

- Yo también tengo algo de dinero... supongo que podremos comprar algunas cosas que necesitemos, también hay que ver como podemos ganar algo mas de dinero - Se estira perezosamente - ¿Entonces, vamos?

La chica sale de la habitación y recoge el saco que les habían pasado, en el están sus ropas antiguas. Te mira y mueve la cola en pequeños arcos perezosos, se acerca a ti y te da un toque en la cara con su cola nuevamente como ayer, entonces te guía siguiendo sus orejas en la dirección que parecía ser la correcta.

Atrás de la casa, hay una pequeña arboleda, parece el inicio de un bosque, pero no es denso ni frondoso como en donde estuvieron ayer, sin embargo, lograron encontrar el lugar de donde provenía el sonido del agua, que tu pudiste escuchar en cuando entraron en la arboleda. Un pequeño arrollo recorría el bosque como si fuera una gigantesca serpiente que serpenteaba por el lugar, a sus bordes crecían abundantes hierbas bastante fragantes. Habían grandes rocas en medio de su cauce de agua, y al parecer la parte mas profunda llegaría a su cintura como mucho, Choa siendo levemente mas chica que tu quizás hasta su ombligo. Al tacto, el agua en su superficie no es tan fría, pero mas abajo es helada. 

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18/07/2020, 18:31
Daniel García

-¿Pero que te pasa? ¿Por qué dices eso? ¡Déjame tranquilo!- Exclamó Daniel, poniéndose colorado como un tomate y mirando hacia otro lado.

No había caído en que si se iban a bañar, acabarían desnudos bastante cerca. Pero bueno, el río sería grande, pensó, tampoco es que tuvieran que estar espalda con espalda. De todas formas algo similar había pasado en la habitación de la taberna, y no había salido mal parado de aquello. De todas formas, ahora Choa había gando confianza con él, y viendo su actitud, esperaba que no le quisiera burlarse tanto de él.

-¡No he dicho en ningún momento que vaya a darte atención! ¡Cada uno se limpia solo!- Replicó molesto, y finalmente asintió con la cabeza -Venga, vamos. Ya nos hemos partido la espalda bastante aquí.

Cuando salieron, Daniel cerró la puerta tras de si, aunque no creía que nadie fuera a intentar entrar en esa casa con aspecto destartalado. Llevaba la bolsa con sus monedas, pero había dejado la espada y la esfera metálica en la casa. No pensaba que hubiera ningún peligro por ahí, era un paisaje tan idílico...

El bosque era un sitio encantador, nada que ver con el que habían visitado ayer, y Daniel se sintió muy afortunado de poder disfrutar de esos momentos de más tranquilidad. Al final no todo iba a ser malo en ese mundo, pensó. Lo que no cambiaba era lo fría que estaba el agua, pues aunque la superficie estaba a una temperatura aceptable. Al hundir un poco los dedos, el chico empezó a sentir corrientes más frías.

-Mierda...nunca me toca una temperatura agradable en el agua...- Se quejó mientras se alejaba un poco de Choa.

Como la otra vez. Le dio la espalda para comenzar a desvestirse, mostrando su pálido cuerpo desnudo. No era un chico musculoso, si no más bien delgado, y si se notaban las líneas de su cuerpo era más bien por la falta de grasa que por el trabajo físico. Sus nalgas, más blancas que el resto, quedaron al aire. Y Daniel recogió la ropa para meterse con ella y limpiarla en la corriente. Sabía que iba a estar fría, por lo que tendría que meterse, de nuevo, de golpe.

-¡Alla voy! ¡AHhh! ¡JODER!- El chico soltó una sarta de maldiciones cuando su cuerpo se hundió en la pequeña corriente, cubriéndose hasta la cintura. Sin embargo, las prisas hicieron que se tropezase con una piedra del fondo y cayera, salpicando agua en abundancia -¡Mierda! ¡Está helada! Brrr...-

El chico se movió un poco, braceando para entrar en calor, y tomó las prendas para lavarlas antes de que la corriente se las llevase. Acto seguido miró a Choa frunciendo el ceño. Seguro que se estaría riendo de el por el lamentable espectáculo que le había dado.

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18/07/2020, 19:51
Narración

El bosque era un sitio tranquilo, el hermoso trino de las aves y el sonido ocasional de algún insecto creaba un ambiente de fondo bastante especial, creando una atmósfera "mágica", una lugar muy tranquilo. ¿Habrás ido de acampada con tus padres alguna vez? Aún así, aunque lo hayas hecho, aquí de verdad había vida... 

- Agua caliente... - Dice Choa al cabo de un rato mientras te quejas de la temperatura del agua, lo dice con cierta añoranza como si alguna vez pudo disfrutar de ello, según dijo solo los afortunados disponen de baños como los conoces en sus hogares, quizás el agua caliente también es un lujo. ¿Habrán onsen (aguas termales) en este mundo?

Sin embargo, pese a que entraste primero al agua, no pudiste evitar tropezar y estar completamente empapado hasta el pelo, te volteas para mirar si Choa se reiría de ti, pero al parecer no se dio cuenta que te habías caído, pues tenía problemas mas urgentes con los cuales mantenerse ocupada. Ante un rápido vistazo, puede ver que está desnuda de la cintura para abajo, sin embargo hacia arriba lucha para sacarse la ropa de campesina que es de una sola pieza. 

- ¡Esta ropa de humana! - Se queja mientras lucha con su naturaleza salvaje para liberarse de sus ataduras mortales - Aaaah... creo que ya casi... -  Logra sacar su cabeza de aquellas prendas, parecían ser bastante apretadas, pero se tropieza y cae adentro del agua con las manos atadas en su ropa, sumergiéndose de golpe en el estanque natural que se formaba en esta parte del río. 

Puedes ver sus piernas chapotear en el agua mientras sigue luchando contra el destino... y contra el vestido, entonces surge del agua a toda prisa, sus pechos balanceándose hacia arriba por el brinco. 

- ¡Está fría! - Exclama arrodillándose en el agua, el agua le llega hasta un poco mas menos la mitad de sus pechos estando arrodillada en aquella corriente de agua. 

Afortunadamente, el día esta soleado y la cálida y agradable luz del sol los baña, contrarrestando un poco lo frió del agua. 

Notas de juego

¿Deseas proseguir en la otra escena? De lo contrario esta parte será saltada a cuando salen del agua. 

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18/07/2020, 20:21
Daniel García

Daniel se sonrojó al ver a Choa desnuda de cintura para abajo, pero no pudo dejar de mirar, empezando a reirse al ver como luchaba inutilmente contra su ropa. No debía estar acostumbrada a llevar tanta, y es que cuando la había conocido iba bastante ligera, no como ahora.

-¡Venga! Que solo es una camisa- La animó el joven entre risas. La situación era terriblemente cómica, y lo estaba disfrutando.

Pero todo se torció cuando Choa se tropezó y cayó al agua. Aunque no era muy profundo, con la cabeza tapada por la ropa. Daniel, que estaba algo alejado, terminando de frotar su ropa, se levantó y echó a correr hacia la chica, aunque en el agua era más complicado. Sin embargo, justo cuando llegó a su altura, y estaba a punto de agacharse para sacarla, La chica gato emergió de las profundidades. El susto, y además la visión de esos pechos botando de arriba a abajo, hicieron que el chico, que estaba de pie con el agua por la cintura, se echase hacia atrás por la sorpresa. Tan rápido fue todo, que se resbaló y cayó de espaldas al agua, recibiendo con bastante alivio la fría agua en su acalorada cabeza. ¿Por qué era tan difícil siempre limpiarse con Choa?

-¡Serás idiota!- Exclamó el joven cuando sacó la cabeza, y se quedó también arrodillado frente a ella, sonrojado y con mala cara -¡Pensaba que te ahogabas!

Dándole la espalda, indignado, se acercó un poco a la orilla, para extender los pantalones y la camisa sobre una roca y que ahí se secasen un poco. Con la ropa ya "limpia", ahora si, volvió a la zona donde estaba Choa y que cubría más, empezando a frotarse los brazos, el pecho y el cuello para quitarse la suciedad. Su cabello mojado caía por su frente, casi tapándole los ojos, así que se lo apartó un poco para mirar de reojo a la gata.

-Para ser una gata, parece que te gusta bastante el agua- Comentó sonriendo, ya que los gatos tenían fama de limpios, pero no de que les gustase el agua.

 

 

Notas de juego

¡Contesto aquí!

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18/07/2020, 21:28
Narración

- Nyahahahaha - Se ríe la gata cuando escucha que creías que se estaba ahogando - Eres demasiado inocente - Y sin previo aviso te salpica agua en la cara. 

Al parecer toda la amargura de la mañana se había esfumado tras ocuparse de hacer el aseo en la casa destartalada, de una manera u otra, parecía encontrarse mejor, al menos lo suficientemente bien como para haber adoptado una actitud que quizás no esperabas encontrar en ella, por unos momentos parecía mas una chica normal de tu edad de tu mundo, que una chica con rasgos antropomórficos de un mundo de fantasía. Tras arrojarte agua un par de veces mas, por supuesto, sin ni un pudor por ocultar su cuerpo, comienza a asear su figura también. Frota la fría agua por su piel, recorriendo cada rincón de su cuerpo con su manos, aunque seguramente sería mejor si usasen jabón... espera ¿existe si quiera el jabón en este mundo? Cuando escucha tu comentario sonríe. 

- Soy una bestia de la tribu felix, obviamente nos gusta asearnos, no soy una gata domestica - Dice fingiendo estar molesta - Es mas, a mi me sorprende que tu seas bueno para los baños, usualmente los humanos no destacan por... ya sabes, oler bien, muchos creen que si se bañan se enfermaran ¿puedes creerlo? - Tras eso se pone en pie sin ni un pudor con ambas manos en sus caderas, su cola se mueve triunfante de un lado a otro como si fuera una especie de serpiente - ¡Puede que los humanos nos vean como seres inferiores pero no deben subestimarnos! ¡nyahahaha! 

Entonces se detiene de golpe, se da cuenta de un detalle, en uno de tus brazos tienes una herida, una herida que la chica reconoce bastante bien, notas que baja las orejas y camina hasta tu lado.

- ¿Eso lo cause yo, no? - Dice con el tono de voz preocupado - Lo siento por ello... - Exclama, pues si, esa herida fue causada cuando entro en pánico y te clavo las garras en el brazo - ¿Quieres que lave tu espalda? - Te pregunta sin mirarte a los ojos, al parecer por primera vez algo avergonzada. 

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18/07/2020, 21:46
Daniel García

-¡Podría haber pasado! ¡Ah! ¡Serás!- El agua le dio en la cara y Daniel salpicó de vuelta 

Escucharla reir con ese acento suyo tan adorable, después de todo lo que había pasado, alegraba mucho al chico. Recordó cuando se conocieron, que era una figura misteriosa y silenciosa envuelta en telas, y que ahora se había convertido en una chica escandalosa y...desnuda. Cada vez que ella le lanzaba agua, el veía botar sus pechos, ¡y así no había quien se concentrase! Había pasado de no ver a una chica desnuda en su vida, a tener a aquella gata al lado sin pudor alguno.

-Vaya...no sabía eso- Dijo pensativo Daniel. Acababa descubrir algo curioso de ese mundo. El sabía que en el medievo la gente no era tan limpia como en su época, así que era normal que los gatos pensasen que los humanos eran bastante sucios -Bueno, yo siempre me he bañado bastante, aunque últimamente no podemos hacerlo tan a menud....¡PERO QUE HACES!- Exclamó alarmado Daniel, con los ojos abiertos como platos.

¡Se había puesto de pie y le veía prácticamente todo! Durante un instante, Daniel se quedó así sonrojado, mirándola, y luego ocultó su cabeza bajo el agua para que se le enfriasen las ideas. Parecía que en la tribu felix practicaban el exhibicionismo. Cuando sacó la cabeza y se escurrió la cara, ella se fijó en el arañazo que le había hecho en el brazo, y Daniel lo miró. Recordaba que había sido cuando el monstruo ese había atacado.

-No te preocupes, no es nada...- Dijo el sin darle importante, pero muy colorado. Ahora la tenía de pie, al lado. El también giró un poco la cabeza, mirando hacia el lado contrario -No tienes de que preocuparte...Ya te arañaré yo otro día- Añadió bromeando.

Cuando le preguntó si quería que le lavase la espalda, el corazón de Daniel latió a toda velocidad. ¡Eso era lo que pasaba siempre en los animes! La chica guapa y adorable le limpiaba la espalda al protagonista en un agradable e íntimo baño...Aquí, la asesina y bandida le limpiaba la espalda a un pobre desgraciado en un pequeño río helado, pensó el joven. De todas formas, la idea le atraía demasiado para negarse.

-Vale...está bien, pero no vuelvas a arañarme otra vez- Volvió a bromear para que hubiera menos tensión, al menos por su parte. Se giró por completo, ofreciéndole a Choa una vista de su delgada espalda, sin marcas. Hasta ahora había tenido suerte con las heridas -Si quieres cuando acabes...te lo hago yo a ti- Se atrevió a decir. 

 

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18/07/2020, 22:18
Choa

Escuchar que contaba con su aprobación hizo que mi corazón latiera un rápido, la verdad es que en el momento no había pensado que me pondría así, en mi cabeza sonaba mejor que en la realidad, pero lo hecho, hecho está. Cierro los ojos y suelto una risa traviesa para disimularlo. 

- Puede que no lo parezca, pero soy bastante buena - Exclamo restando importancia al asunto, después de todo, cuando era una niña era normal que me lavaran la espalda y que yo se la lavase a otros, sacudo la cabeza para apartar esos recuerdos lejanos y me pongo atrás de el, puedo ver su espalda, no es un hombre fornido, de hecho, es delgado, pero al tocar su piel mis ojos se abren bastante - Incluso la piel de tu espalda es suave - Digo sorprendida - Que envidia, mi piel es áspera - Exclamo con una sonrisa en mi rostro. 

Sin prolongar mas la agonía de Thorin, comienzo a trabajar, por supuesto sería mejor si tuviésemos algunos trapos, pero bueno, hay que improvisar. Tomo un poco de agua haciendo espacio en mis manos y la dejo caer sobre la espalda del chico, luego paso mis manos con cuidado, con mucho cuidado para no herirle con mis garras, que si bien las tengo retraídas, no quería lastimar su hermosa piel, no puedo evitar sentirme algo celosa, el estilo de vida de la nobleza de seguro es bastante lujoso como para permitir cuidar hasta este tipo de detalles. Froto sus hombros con cuidado, a modo de masaje y me encargo de eliminar la suciedad de manera diligente de su cuello, de sus costados también. 

- Esto me trae recuerdos de mi infancia - Digo con un poco de vergüenza, entonces me abalanzo hacia adelante presionando mi cuerpo contra el de el sin darle mucha importancia a ello, me acerco a su oreja y murmuro - Gracias - Luego me separo de el y me doy vuelta yo para que el me lave a mi. 

Notas de juego

*Al no contar con cremas ni productos de belleza, por supuesto, que la piel de las chicas de este mundo no es tan suave como las del original. 

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18/07/2020, 22:31
Daniel García

-Eso habrá que verlo- Respondió el chico, esperando expectante el momento en el que las manos de Choa tocasen su piel.

Ese momento llegó, y por su columna vertebral corrió un escalofrío. Era la primera vez que una chica le tocaba para lavarle la espalda, y Daniel se emocionó bastante. 

-Bueno, no creo que sea aspera...tus manos no lo son demasiado- Dijo. No eran unos manos especialmente suaves, pero tenía que reconocer que el tacto de la gata era agradable.

Él permaneció en silencio mientras sentía las manos de Choa recorrerle, incluso cerrando los ojos. Aunque efectivamente solo le estaba lavando, resultaba incluso relajante. El agua no daba la sensación de estar tan fría cuando las manos de la gata eran las que pasaban por su piel, y cuando también recorrió su cuello, Daniel movió la cabeza hacia los lados, facilitándole el acceso. Sentirla por sus hombros, subiendo y bajando...era demasiado bueno para ser verdad.

-Es verdad que eres muy buena...Eh...- La voz de Daniel se entrecortó un poco cuando notó el cuerpo de la gata pegado al suyo, temblando ligeramente. El susurro en su oreja casi hizo que se derritiera, y bien sabía que de no ser por la fría agua, su cuerpo reaccionaría de forma notoria al tener a la chica tan cerca de él -No tienes por que darlas, además...ahora me toca a mi.

Daniel no perdió el tiempo y se giró para ahora ser él quien estaba tras ella. Sus manos fueron hasta la parte baja de la espalda de Choa, que asomaba por encima del agua. Intentó contener su emoción y primero la tocó con cautela. No era una piel áspera, como había pensado, tampoco excesivamente suave, pero para nada desagradable. Sus manos subieron poco a poco, más explorándola que limpiándola, ya que era la primera vez que tocaba a una mujer desnuda.

-No tienes la piel áspera...a mi me gusta- Dijo con voz suave, sonrojado. Cuando sus manos llegaron hasta los hombros de la gata, y los recorrió casi hasta el inicio de sus brazos, se dio cuenta de que apenas la estaba limpiando, y empezó a hacerlo. Formando un cuenco con sus manos, vertió un poco de agua sobre el cuello de la chica, empezando a frotarlo con suavidad, cada vez ganando más en confianza, y siendo más cuidadoso. Que unas manos tan suaves recorrieran su espalda sería una sensación nueva para Choa -Ahora si que debería darte yo las gracias, esto es más...difícil de lo que creía- Se disculpó, y frotó un poco más fuerte, hasta dejarla bien limpia. Casi le dieron ganas de volver a abrazarla, pero se contuvo. No quería que le rajase la cara.

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18/07/2020, 22:49
Narración

- Tampoco eres malo en esto - Dice la chica, su cola se mueve bajo el agua tocando tu cuerpo, pero mas que nada como reflejos involuntarios. 

La cálida luz del sol los bañaba mientras terminaban de asearse, de manera milagrosa, no ocurrió nada en especial pese a que los dos estaban en una edad un tanto... complicada por así decirlo. Tus manos estaban a gusto en la piel de la chica, cálida, si bien no la piel de una super modelo, tenía una sensación firme y blanda al mismo tiempo. Una brisa comenzó a soplar, un viento cálido, y tras unos momentos que parecían increíbles, la chica te mira de reojo y sonríe. 

- Será mejor volver, es tenemos que ir a comprar al pueblo - Parece relajada, pero tiene una chispa en los ojos que no logras reconocer del todo. 

Poniéndose en pie la chica sale del agua y se sienta en una roca a la orilla, esperando a sacarse un poco. Afortunadamente, al parecer lavaron vuestra ropa antigua por lo que una vez estuvo lo suficientemente seca, ella se vistió, y por primera vez esde que la conoces te diste cuenta del detalle de poca importancia, Choa no usa ropa interior. Una vez esta completamente vestida, puedes ver que se mueve con ligereza, incluso mas que antes, llegando incluso a dar una voltereta hacia atrás y quedar con la columna flexionada de una manera que una persona definitivamente no podría. 

- ¡Ahora si! - Exclama de buen humor - He recuperado mi integridad.

Choa te mira desde arriba ya vestida, seguramente desde su posición podía ver todo, por lo que sonrió de manera maliciosa, como un gato mirando un ratón. 

- Vamos - Dice finalmente comenzando a recoger la ropa que habían lavado y guardándola en el saco, sería mejor dejarla secar afuera de la casa que en ese lugar. 

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18/07/2020, 23:00
Daniel García

Las palabras de Choa solo hicieron que el ego de Daniel creciera. Que una chica decía que no era malo limpiándola/masajeándola era algo que nunca había pensado que ocurriría. El momento fue perfecto, al menos para Daniel, que no volvió en si, acariciando a Choa más de la cuenta, hasta que la propia chica le recordó que debían volver.

-Tienes razón, será mejor que nos vayamos antes de que sea muy tarde- Respondió, y esperó a que ella saliera.

Esta vez el chico la miró con cierta curiosidad cuando salió del agua. Ciertamente tenía un cuerpo tremendamente atlético, mucho más de lo que el podría soñar alguna vez con llegar a ser. Llevaba todo el rato colorado como un tomate, así que verla salir y secarse sobre la piedra desnuda no es que cambiase mucho las cosas. Lo que si que las cambió fue cuando después de vestirse, le miró de una forma que le dio miedo, y es que ahora le tocaba a el salir del agua...y estaba totalmente expuesto.

-¿Es que los de la tribu felix no sabéis lo que es la vergüenza?- Preguntó Daniel, avergonzado y molesto, y se dispuso a salir del agua.

Llevó sus manos a su entrepierna, para cubrirse y protegerla de las posibles miradas maliciosas de Choa. Eso hizo que no pudiera usar sus manos para apoyarse, y que casi se cayera al intentar salir del río. Se acercó a por sus ropas, con cautela. Estaba en una posición vulnerable, y pensar que Choa no llevaba ropa interior lo hacía todo aún más extraño. Volviendo a darle la espalda a la chica, que ya se conocería de memoria las nalgas de Daniel, el héroe empezó a vestirse rápidamente, sin importarle que mojase la ropa un poco, de todas formas ya se secaría.

-Bueno, ya estoy-Dijo volviendose a mirar a Choa, aunque su ropa tenía pequeñas manchitas de humedad al no haberse secado. Se acercó a guardar las otras en la bolsa, y le sonrió a la chica -¡Vamos entonces!

Esperaba que Choa supiera lo que comprar para comer, pensó mientras caminaban en dirección al pueblo, porque al recordar lo que comió en el palacio, no sabría qué elegir.

 

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18/07/2020, 23:13
Narración

- ¿Vergüenza? - Exclama la chica mientras te vistes  - ¡Nuestros cuerpos son un hermoso regalo de la diosa! ¿Por que nos daría vergüenza lucirlos? - Extiende una mano hacia ti un el dedo indice levantado - No no no - Dice con una sonrisa triunfante en su boca - Por el contrario, hay que lucirlo con orgullo, pero, hay que saber con quien lucirlo - Añade finalmente, para luego dejarte en paz para que te termines de vestir. 

Una vez los dos estuvieron preparados, volvieron hasta la casa para dejar la ropa mojada a secar, colgada de los restos de lo que fue alguna vez una cerca. Siguieron caminando en silencio hasta el pueblo, el cual estaba bajando la colina en donde estaba la casa, un camino no muy largo, tan solo unos diez minutos. Te sentías extraño, era un silencio incomodo, pero sereno al mismo tiempo, como si no hubiese necesidad de hablar para comprenderse, incluso puedes notar un ligero rubor en las mejillas de Choa, la cual camina a tu lado saciando su curiosidad mirando los arboles y plantas del camino, parecía ir respirando profundamente, como si tratara de relajarse por algo. 

Finalmente, tras el breve camino llegaron al pueblo, el cual realmente no era muy grande, era poco mas de unas treinta casas, en un modelo como tablero de ajedrez, pues el centro del pueblo era ocupado por una plaza pequeña, rodeada por una iglesia, un edificio grande que parece ser el ayuntamiento y finalmente la guarnición con soldados, en donde habían dos vigilando desde arriba de una torre. Choa se apega a ti tomándote del brazo, al parecer un poco temerosa de que la reconozcan, pero continua guiándote usando su olfato, hasta una calle detrás del ayuntamiento en donde hay un par de puestos a modo de pequeño mercado. 

- ¡Pescado fresco! ¡Pescado! - Grita un comerciante. 

- Pan, hierbas, pollo - Anuncia en voz alta otro hombre a su costado. 

Esta calle esta llena de personas, parece que es como el corazón del pueblo. Puedes ver gente comprando, gente conversando, incluso niños jugando. Y hablando de niños un niño sucio y con ropas que parecían casi harapos se os acerca de manera descarada, parándose adelante de ustedes. 

- ¡Compra una flor para la bella dama! - Exclama el niño sacando de una bolsa que lleva en la espalda una flor parecida a un lirio - ¡También tengo raíces de tyr! - Ante esa mención notas que Choa se pone muy tensa y totalmente roja. 

- ¡Este niño! - Exclama una chica que iba completamente cubierta por ropas ceremoniales... ¿una especie de monja? ¿sacerdotisa? - Disculpen su mala educación... este niño... hará lo que sea para conseguir dinero - Hace una reverencia y se lleva al chico del brazo apurado. 

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18/07/2020, 23:34
Daniel García

Mientras caminaban hacia el pueblo, Daniel notaba un poco extraña a su compañera. Aunque tampoco le dio demasiada importancia, porque al fin y al cabo, estaban mucho más relajados que antes. El baño les había venido muy bien para conectar, o eso creía él. También miraba a su alrededor, curioso, ya que todo aquello era nuevo. En su mundo no había hecho apenas excursiones al campo, y ahora estar allí, rodeado de naturaleza, era una sensación que no había experimentado. Con los bandidos había estado tan preocupado con lo que ocurría, que no había tenido tiempo de disfrutarla.

El pueblo parecía un sitio pequeño pero encantador, le recordaba un poco a la abuela que los había acogido. Al ver la iglesia, Daniel se preguntó a que dioses adorarían, pues Choa había mencionado varias veces a la diosa, pero tal vez fuera una deidad única de los felix. Iba a hablar sobre ello cuando Choa lo tomó del brazo, y Daniel, como siempre que la tenía cerca, volvió a ponerse un poco colorado. Así si que pensarían todos los habitantes del pueblo que eran pareja. Dejó que ella lo guiase, hasta la zona del mercado, donde todos gritaban ofreciendo sus productos.

-Vaya...pescado, pollo, pan...Podríamos comprar- Pensó el chico, aunque siendo ella un gato, tal vez le gustase el pescado -Si quieres podemos comprar pescado hoy-

Daniel tenía hambre, pero recordó que ahora estaba en un mundo donde la comida no podía guardarse con facilidad. Además no es que tuviera mucho dinero, por lo que tenían que comprar con cabeza. Era la primera vez que iba a comprar él solo, pues siempre había acompañado a sus padres.

-¿Qué son las raíces de Tyr?- Le preguntó al chico que les ofrecía cosas. No tenía mucha idea de los productos de ese mundo, así que debería ir preguntando y enterándose de las cosas. Se rió un poco al ver a la mujer llevarse a ese pequeño granujilla, y entonces se volvió hacia Choa para preguntarle -¿Que tienen que ver las raíces esas con las flores? ¿Para que sirven?

Mientras tanto, caminaron entre los puestos, haciendo un pequeño reconocimiento. El pescado podría estar bien para cenar, pensó, y tal vez algo de pan, pero realmente no sabía muy bien que más comprar. ¿Debería delegárselo a Choa? No sabía si sabía de eso, porque como limpiase igual...

-Si quieres podemos coger pescado, pan, y lo que quieras. ¡Hoy invito yo!- Dijo mientras se daba unas palmaditas en su extremadamente pequeña bolsita. Quería ver cuanto podía comprar con sus 10 monedas de cobre.

 

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18/07/2020, 23:50
Narración

Cuando te pones a preguntar que son esas raíces al niño en voz alta una señora que estaba hablando con otra al umbral de una puerta cercana te mira y suelta un suspiro. 

- Los jóvenes hoy en día son demasiado atrevidos - Exclama mirando a su amiga, entrando al interior de la casa con cierto dejo de desagrado. 

De forma desafortunada se llevan al niño, pero cuando le haces esa pregunta a Choa ella se pone aun mas roja y mira al cielo con cara de que la estuvieran avergonzando aún mas, unos chicos jóvenes que estaban cerca te miran y los tres hacen lo mismo, levantan su dedo pulgar con aprobación, sonriendo y mirándote con aprobación. Choa se avergüenza aún mas y te pone una mano en la boca. 

- ¡Mejor que no sepas! - Dice finalmente adelantándose un par de pasos, cambiando de tema de forma abrupta gracias a tu otra respuesta - ¡P-Pescado está bien! - Exclama alejándose un par de pasos - ¡Compra algunas hierbas para acompañarlo! Yo... yo voy a comprar otra cosa por mientras. 

Y así se aparta de ti hasta casi la otra esquina de la calle, en donde vez que se agacha y abraza sus rodillas para recomponerse, aunque te de la espalda puedes ver que se da unos toques en la cara para desviar su atención y comienza a revisar los puestos comerciales que estaban allá. Los hombres que vendían cosas al lado tuyo estallan en carcajadas. 

- Estas a otro nivel hombre, me hubiera gustado ser así de joven - Dice el pescadero golpeando un puño contra el tablón de madera en donde procesaba los pescados - Es mas, te haré un precio, ¿Eres nuevo por aquí? 

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18/07/2020, 23:59
Daniel García

Daniel no entendía lo que estaba pasando a su alrededor. Por el contexto, podía sospechar que era algo que tenía que ver con el sexo, pero no comprendía el que podía ser. Si fuera un estimulante como el viagra en su mundo, no debería ser algo que diera tanto de que hablar, o eso pensaba él. Parecía que se estaba creando una mala fama entre las gentes de allí. En un pueblo pequeño todo se sabía, y si continuaba hablando así, dentro de nada todos los conocerían.

-Vale vale, ya me calló...pero es que no se para que sirve...- Insistió un poco más, pero no parecía que la gata estuviera dispuesta a hablar.

No supo muy bien como reaccionar a todos los gestos que le hacía la gente, pero Choa se había puesto extremadamente nerviosa, así que decidió dejar que se fuera, pero eso si, aprovechó para ver su estado. Cachonda...leyó, y se volvió a poner colorado, con toda la sangre en la cabeza ¿Eso lo había provocado él? ¿Con el baño? Todo era muy confuso para el chico, aunque se alegró un poco de que les hubiera pasado igual.

Muy avergonzada, huyendo con su vida...hablar de esas raices si que era un tema serio, pensó mientras se dirigía al puesto del pescado.

-Hola, si, soy nuevo por estas tierras- Se presentó Daniel al hombre, mirando el pescado, mientras comentaba lo ocurrido con él -La verdad es que no se para que sirve esa raiz...no entiendo muy bien qué pasa. Dame dos pescados de buen tamaño, por favor- Después se acordó que tenían que buscar trabajo. Tal vez no para hoy, pero si preguntaba ahora, mañana sabrían donde dirigirse directamente -Por cierto, ¿sabes donde pueden encontrar trabajo dos futuros aventureros? Tal vez hablando con el jefe de la aldea, no se...- Preguntó, mientras sacaba su pequeña bolsita y contaba las monedas.

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19/07/2020, 00:08
Narración

El vendedor ríe y su compañero se frota el cuello, al parecer incomodo. 

- Eh William, te dejo a ti la explicación mientras yo le preparo lo necesario al chico - Exclama el pescadero, pasando la responsabilidad a su colega. 

- Vaaaale - Exclama el hombre suspirando - Siempre eludes las cosas difíciles, pero está bien, pon atención muchacho, aunque me parece extraño que no lo sepas teniendo una novia... de su raza. 

Puedes ver que el pescadero saca dos peces relativamente grandes y comienza a sacarles las escamas con un cuchillo bastante afilado, al hacer un par de cortes te das cuenta que la carne de esos peces era anaranjada, como los salmones... ¿quizás si fueran salmones? El hombre parece de muy buen humor esperando a que su compañero responda. 

- Para ti, para mi, para todos los humanos, la raíz de Tyr es un condimento, hace que la comida sea mas sabrosa y sea un poco picante, pero para la gente como tu novia - Exclama negando con la cabeza - Hace que se pongan... ya sabes... mal. 

- Dilo con claridad hombre - Dice el pescadero riendo, había terminado de cortar la cabeza de los peces y ahora estaba fileteando la carne. 

Hace que entre en celo como un animal - Dice finalmente el hombre mirando de mala manera al pescadero - Mira disculpa por hablar así, es tu chica, pero si prueba eso no parara de montarte aunque tu ya no puedas mas, todo para despertar al día siguiente con algo parecido a una resaca y mucha sed. Ese niño estará en muchos problemas cuando vuelva al orfanato. 

El pescadero deja frente a ti en una bolsa las piezas de pescado recién cortadas, la carne parecía muy fresca, posiblemente habían sido pescados esa misma mañana. 

- Son dos monedas de cobre chico - Exclama el hombre de buen humor, ante tu pregunta se lo piensa bien - Podrías ayudar mañana con la recolección de hierbas y raíces en el bosque, seguro puedes ganar algunas monedas, si te interesa ve a la casa del boticario mañana al alba - Señala con el cuchillo una casa al lado de la guarnición - Siempre se agradecen mas manos para trabajar, especialmente si saben cuidarse a si mismos y a los demás.