Partida Rol por web

Al Sur de la Torre Nihai. Hora de la Shinjo.

Hainchi te mira con aire preocupado.

-¿Cómo sabes eso? ¿Cómo sabes que no es todo un cúmulo de casualidades?

Cuando te ve estornudar, Hainchi extrae un bonito pañuelo de seda con un escorpión bordado en sus extremos que te entrega con una mirada cargada de cariño.

-En dos dias, dos "accidentes", puede que sean casualidades, no lo descarto, pero creo que no, creo que estamos ante un intento de retrasarnos, si mañana volvemos a tener otro incidente, mis sospechas se habran confirmado- dice la muchacha mientras toma el pañuelo de seda, y se lo pasa por los labios con delicadeza, en un gesto recatado -Señor, me preocupa todo lo acontecido, que es lo que esta pasando en la frontera- por un momento piensa en el joven Leon, y su mirada se desvia durante un segundo a la titilante luz de una vela, donde el calido brillo le recuerda el dorado pelo del joven.

Al Sur de la Torre Nihai. Hora de la Shinjo.

Las facciones de Hainchi se endurecen.

-Mañana no ocurrirá nada. Estamos todos en alerta y no permitiré que nada pase. Se enviarán avanzadillas y seremos mucho más cuidadosos de lo que lo hemos sido hasta ahora. Si tienes razón y esto es algo premeditado, estaremos preparados.

La muchacha se asusta por un momento de las duras palabras de su maesto, y baja la vista intentando no despertar su colera -Si señor, asi lo espero, yo....- las palabras mueren en su boca antes de ser pronunciadas.

-Si me disculpa señor, me retirare a descansar, mañana debo estar con todos los sentidos alerta- Dice Hanako con un hilillo de voz apenas audible, no le asustaba que su maestro estuviese enfadado, sino que el enfado habia sido provocado por lo que ella creia que era miedo, y no sabia que era lo que podia asustar a su maestro.

Al Sur de la Torre Nihai. Hora de la Shinjo.

-Sí, querida, será lo mejor. El día ha sido largo y aún nos queda viaje, deberemos darnos prisa.

Sin más dilación te diriges hacia tu habitación.

El albergue es encantador, aunque con los nervios de las cosas que han ocurrido últimamente no te has parado a admirarlo. Construído en madera de los árboles de los alrededores, el alojamiento cuenta con dos pisos, siendo el segundo el de los dormitorios, mientras que el primero contiene las salas de estar. En otras circunstancias te gustaría volver aquí... Quizás con Jaintsi...

Cerrando la puerta de la habitacion, la muchacha se arrodilla al lado de la cama, su mente intranquila vaga por el recuerdo de las pasadas conversaciones y de los hechos de los dias anteriores.

Resoluta a calmarse, y para nada fatigada despues de haber descansado durante toda la tarde, adopta la posicion del loto una vez mas, abriendo su estuche de pergaminos, desenrrolla los textos sagrados, en ellos, codificado con el codigo de los shugenja shosuro se encuentra la magia de los elementos, lee meticulosamente las formas, y practica una y otra vez los gestos de las manos y las imagenes en el pensamiento, durante horas entrena su magia en la privacidad de su habitacion.

De madrugada empieza a sentirse fatigada, y recoje todo para descansar, al dia siguiente le espera otra emboscada, lo sabe, y esta vez intentara por todos los medios que nadie les retrase, necesitaba ver a Jaintsi y saber que es lo que ocurria con los Leon, odiaba estar apartada de todo eso.

Kyuden Bayushi. Hora de Shiba.

Al contrario de lo esperado, el camino se ha resuelto sin mayores problemas. De hecho, el día cálido y soleado ha acompañado a la comitiva, aunque por desgracia, por la tensión de los acontecimientos pasados, no lo habéis disfrutado como hubieseis deseado.

El palacio de la familia que controla el Clan desde su fundación es enorme y hermoso. Grandes y cuidados jardines dan a todo el conjunto un toque encantador.

Entráis en el complejo donde Hainchi se adelanta para presentar vuestras credenciales. Los guardias leen con rapidez el documento y con una genuflexión dan permiso a la comitiva para entrar en el palacio.

La sala de recepción, adornada con materiales de excelente calidad, es enorme, digna de una familia tan rica como la familia Bayushi. Un hombre anciano os recibe y os da la instrucciones para dirigiros a vuestras habitaciones. Saldréis al día siguiente con el daimyo Bayushi Shoju y su mujer en dirección a vuestro destino.

La tarde te queda libre y estás agotada.

Maravillada por la belleza del palacio de la familia Bayushi, Hanako pasa la tarde paseando por los jardines y disfrutando de la naturaleza en su estado mas bello, se deja llevar por sus pensamientos, y el arrullo de las aguas, el canto de los pajaros y el mecer de los arboles al son del viento, la dejan en un estado de calma dificil de igualar.

Al anochecer, decide tomarse un baño, al dia siguiente viajara en compañia de ilustrisimas eminencias, y a de cuidar su imagen para causar una buena impresion.

El agua caliente relaja los musculos fatigados y se lleva el polvo del camino, asi como los retazos de pensamiento de los horribles sucesos presenciados.

Kyuden Bayushi. Hora de la Luna.

Los rayos de sol y el canto del gallo te despiertan por la mañana. Mucho más relajada y descansada, te levantas y te aseas. Eliges uno de tus mejores vestidos. La ocasión lo merece. Piensas.

Cuando te dispones a salir, Hainchi se encuentra justo tras tu puerta. ¿Cómo demonios lo hace? Te preguntas por enésima vez.

El sol ha salido algo nublado, a pesar de que algunos claros hacen del cielo algo menos triste. Va a llover. Maldices para tus adentros. Espero que la tormenta pase rápido, no quiero mojarme viajando.

Te preguntas que querrá Hainchi, pero no quieres ser descortés. Le saludas y le invitas a entrar. Así lo hace. Le preguntas que qué desea y recibes respuesta.

-Bayushi Shoju ha oído de tu valentía y tu valía como samurái del Clan del Escorpión y quiere que el muestres que eres capaz de hacer. Alguna capacidad especial que tengas puede ser suficiente. Al fin y al cabo no tiene demasiado tiempo para dedicarte. -Tras una pequeña pausa. -Ten cuidado con lo que haces. No recuerdo que a alguien tan poco importante como tú se le haya permitido estar con el daimyo de nuestro Clan. Comportate y sé respetuosa.

La cara de asombro de la joven llamaba la atencion, su expresion se habia paralizado en una mezcla de terror y felicidad que resultaba comica, con un hilillo de voz dijo -Si señor, necesito prepararme..... necesito ropa nueva, y maquillaje, y perfume... - De repente repara en que sigue en presencia de su maestro y recupera un poco la compostura -Maestro le honrare a usted y a nuestro clan comportandome de la forma mas exquisita- mira a su maestro para intentar discernir si la respuesta le ha gustado, y al mismo tiempo empieza a pensar lo que necesita y como se va a preparar.

Tras la conversacion con Hainchi, el tiempo empezo a luchar en su contra, la ropa que llevabas no estaba mal, era uno de los kimonos mas bonitos que posees, con un diseño de flores muy bonito y un obi de una seda tintada de rojo que acentuaba la belleza de la cintura a la vez que resaltaba contra el color palido del kimono.

Lo principal era el pelo y el maquillaje, con estrepito Hanako entro en su habitacion y rebusco entre sus cosas, saco los productos de belleza que siempre llevaba con ella, y empezo a trabajar, se cepillo el pelo y tinto sus parpados con polvo de hierro, eso haria juego con el color rojizo de su Obi creando un conjunto de harmonia muy agradable, se recojio parte del pelo en un moño sujetandolo con una pequeña joya, no demasiado ostentosa, pero si visible.

Maquillo con polvo de tiza sus pomulos, y tinto sus labios de rojo intenso, luego con extremo cuidado, y la ayuda de un pequeño tizon afilado, perfilo las lineas de los ojos y las extendio, de forma que acentuase su mirada.

El proceso entero tardo menos de media hora, pero al finalizar se sintio mas segura y satisfecha, se recoloco la ropa, y ajusto el wakizashi, preparo su flauta y espero el momento de ser llamada a presencia del Daimyo.

Era un gran honor, se maravillaba que fuese a ser honrada con semejante privilegio, solo lamentaba que dos hombres hubiesen muerto por ello. 

Kyuden Bayushi. Hora de la Luna.

Cuando terminas, haces llamar a uno de los sirvientes, al cual avisas de que ya estás preparada. Al cabo de un rato te hacen llamar a la presencia del daimyo del Clan.

Te llevan a través de largos pasillos, maravillosamente ornamentados hasta una enorme sala de audiencias. Los suelos de todo el complejo son de un hermoso mármol negro, con detalles en alabastro y maderas nobles. El rojo y el negro son los colores más utilizados, siendo estos los representativos del Clan.

Al entrar en la enorme sala, te sientes realmente diminuta. La sala, de forma rectangular, tiene la entrada en uno de los lados menos anchos, extendiéndose metros. A ambos lados, multitud de cortesanos te miran desde sus asientos. Al fondo, sobre una altura, Bayushi Shoju, y su esposa Bayushi Kachiko a su lado, te espera sentado en la posición del loto sobre una especie de trono.

Sus facciones se adivinan duras bajo su máscara. Poco agraciado de nacimiento, hace destacar aún más la increible belleza de su esposa.

Un chambelán te hace señas para que entres.

Con paso firme y tranquilo, dejando que todo el mundo admirase la caida de su vestido y el digno porte al andar, se encamino a traves de las miradas de los cortesanos, a la distancia adecuada del trono, tal y como habia sido educada, se detuvo, y arrodillandose, coloco las manos en frente de su cuerpo, con los dedos enfrentados, y  las palmas posadas, y agachando el tronco de su cuerpo lentamente, se postro hasta solo ver el suelo delante suyo.

Tras la muestra de respeto y devocion, espero a que los señores hablasen, mientras miraba con asombro a las dos eminencias.

Escucho los cuchicheos en la sala, estaba siendo juzgada y evaluada, pero se sentia comoda en esa situacion, sabia que su indumentaria y preparacion eran excelentes, conocia todos los protocolos de la corte, y donde otros hubiesen sufrido ante ese tribunal, ella se sentia tranquila y comoda, siempre con el respeto que los señores merecian, pero sin sentirse intimidada por ello.

Kyuden Bayushi. Hora de la Luna.

El silencio se hace cuando el señor del palacio y daimyo del Clan mueve la mano con un gesto de autoridad y se dirige a ti. Tus músculos se tensan hasta parecer que se van a partir cuando oyes su poderosa voz a través de la máscara.

-He oido de ti, Hanako-san. Me han contado que fuiste la única superviviente de un trío. Siendo una cortesana y los muertos guerreros, me parece, como poco, un suceso extraño. ¿Nos contarás cómo pasó todo?

levantando la vista del suelo, y adoptando una postura mas adecuada para dirijirse al señor Bayushi Shoju, Hanako se dispuso ha hablar -Asi es señor, mis dos compañeros murieron a manos de unos bandidos, y yo sobrevivi, nos adelantamos a la comitiva para revisar la seguridad de una posada, y descartar peligros- hace una pequeña pausa para aclarar la mente y ordenar sus pensamientos -Mientras estabamos en el interior del local, hablando con el dueño, oimos el relinchar de los caballos, al salir al exterior al ver que estaba ocurriendo, vimos a cinco hombres de aspecto desaliñado y sucio, con espadas oxidadas y aspecto malencarado, sin mediar palabra los malditos se lanzaron al ataque- cogiendo aire, penso en como iba a contar lo ocurrido, no podia mentirle a su señor, pero tampoco podia desvelar ante toda la corte su condicion de shugenja, su poder residia en que nadie supiese de lo que era capaz, tomo una decision, era mas importante el poder cumplir con el deber, que el honor -Los dos honorables guerreros de nuestro clan cayeron luchando despues de haber malherido a dos de los bandidos y dejar muy dañados a los otros, pero les superaban, y a pesar de su destreza, aquellos malditos eran demasiados, aun asi las heridas que provocaron a los bandidos, me permitieron tomar ventaja, y pese a que no tengo demasiada experiencia en el arte del Kenjutsu, los dos bandidos que se encontraban en peores condiciones murieron, he de agradecer a los Kamis su ayuda, porque aun no explico como los otros tres bandidos creyeron que yo podia ganar, y decidieron salir huyendo- habia soltado una medio verdad, no era exactamente una mentira, pero tampoco era totalmente cierto, nadie tenia porque sospechar de ella, pero aun asi, esperaba que nadie le pidiese detalles del combate -Los tres harapientos salieron huyendo a lamerse las heridas infligidas por los dos valientes guerreros del clan, yo intente ayudar a mis hermanos escorpion, pero mis conocimientos de medicina no estan tan avanzados, y las heridas infligidas eran demasiado graves, siento decir que no pude hacer nada por ellos en aquel momento, pero si que puedo honrarles ahora, ya que si yo vivo es gracias a ellos, eran grandes guerreros y sus familias se sentiran muy honradas de saber que murieron como autenticos samurais, combatiendo contra aquellos que no siguen el orden divino- espero a ver la reaccion en la corte, mientras volvia ha realizar una reverencia, aprovechando que el pelo le caia sobre los ojos, para echar un vistazo a un lado y a otro de la sala, para ver la reaccion entre el publico.

Kyuden Bayushi. Hora de la Luna.

El daimyo se mantiene callado ante tu historia, aunque asiente con la cabeza, como haciéndote continuar. Sigues con tu historia hasta el final.

Escuchas murmullos entre los demás cortesanos. Muchos no dan crédito a tus palabras, mientras otros alaban tu valentía.

Una pequeña sonrisa surca la cara de la hermosa mujer de Shoju, que hasta ahora se ha mantenido silenciosa.

-Bueno, ya nos has demostrado algunas de tus capacidades como guerrera, aunque creo tener entendido que eres una cortesana. ¿Qué sabes hacer, además de mentir?

Sus últimas palabras te han descolocado un poco.

El silencio del Daimyo la ponia nerviosa, su serenidad se estaba quebrando, y en ese momento supo que era una tactica, un metodo para quebrantar su espiritu y que hablase mas de la cuenta.... no se dejaria intimidar por ese tipo de tecnicas, era una escorpion, y se mantendria fiel a su deber.

Un poco descolocada por la sagacidad de la mujer, y tambien confusa por el motivo de su insulto, no estaba segura que ganaba la esposa exponiendo publicamente su mentira, pero a pesar del miedo, se propuso no dejarse intimidar y continuo, intentando exhibir una media sonrisa de inteligencia.

-Estimado Señor- otra reverencia inclinando la frente hasta tocar las dos manos apoyadas en el suelo -Veo que su sagacidad esta a la altura de su leyenda, en la escuela nos enseñan algunos de sus metodos, yo soy joven aun, pero practicando espero llegar algun dia a merecer su respeto- una pequeña pausa, para recobrar el aliento -He sido preparada durante estos años para servir al clan como cortesana, y he estudiado para casarme en una alianza politica que beneficie a los nuestros- Lamento decir estas palabras, en verdad no deseaba casarse con ningun otro que no fuese aquel joven Leon que le atormentaba por las noches en sueños, con fugaces visiones de una vida de felicidad juntos, pero lejos del deber y el honor para el clan -Tuve mi Gempuku el invierno pasado durante la corte en tierras Leon, y donde pude desarrollar mis habilidades en un entorno real..... y peligroso- callo, y espero una respuesta, creia que lo estaba haciendo bien, pero nunca se sabia, eran increiblemente listos y famosos por sus trucos, esperaba no verse demasiada enredada en sus redes.

Kyuden Bayushi. Hora de la Luna.

-Por lo que sé, tu maestro ha hablado muy bien de ti ante algunos de nuestros hombres y es por ello que has sido invitada a estas negociaciones. ¿Qué sabes de estas?